Carolina Martínez

Intentando agradar y encajar con el mundo, todo se desmoronó en mi. Todo iba mal o no tan bien como me gustaría. Toqué fondo y vi el fondo de una taza sin más gotas que derramar, ni energía. Sabia que era el momento de mirar justo ahí, en el fondo de mi: Reflexión, magia y locura al mismo tiempo me enseñaron que no tenía que demostrar nada a nadie. Lo único que me faltaba era preparar un café más auténtico para mi.