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En este episodio te cuento como logre sanar y liberarme de todas las creencias que tenía sobre el amor. Como a través de los ejercicios que te comparto logré crear la realidad que quería y merecía...
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En este episodio te cuento como logre sanar y liberarme de todas las creencias que tenía sobre el amor. Como a través de los ejercicios que te comparto logré crear la realidad que quería y merecía...
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En este episodio te cuento como logre sanar y liberarme de todas las creencias que tenía sobre el amor. Como a través de los ejercicios que te comparto logré crear la realidad que quería y merecía...
In this episode, the speaker discusses her journey of self-discovery and healing after experiencing multiple failed relationships. She emphasizes the importance of taking time for oneself and being patient in the process of finding love. The speaker shares her personal experience of taking a break from dating and focusing on her own happiness and self-growth. She explains how this period of self-reflection and self-care helped her feel fulfilled and complete on her own. The speaker encourages listeners to prioritize their own well-being and not rush into relationships without being fully healed from past experiences. She also highlights the need to challenge societal norms and expectations regarding dating and relationships, and to focus on one's own happiness and self-fulfillment. Hola chicas, bienvenidas una semana más. En el capítulo anterior os había puesto en contexto y os había contado un montón de historias de mi pasado, cómo me había ido en el amor... Si lo has escuchado recuerda compartirme si te has sentido identificada, qué te ha parecido, si alguna vez te ha pasado algo similar... Me encanta que me estéis compartiendo todo lo que opináis y pensáis. En este capítulo sí que me gustaría ya entrar un poco más en trabajo. Vamos a ver cómo podemos darle la vuelta a esta situación y cómo se la di. Porque realmente no sirve de nada estar repitiendo y repitiendo tu pasado y tus patrones si al final no le damos la vuelta a situación. Y también, sobre todo cuando pierdes totalmente la fe y ya crees que esta área de tu vida está rota y nada va a ir a mejor, de repente si haces el trabajo necesario y el trabajo de fondo del que tanto te hablo en todos los capítulos, te garantizo que esta área va a cambiar 100% y que le vas a dar la vuelta y que vas a poder disfrutar de unas relaciones totalmente sanas, saludables y que el amor está ahí para todos, no sólo para unas cuantas afortunadas. Así que vamos a ello. En todo este tiempo lo fundamental es lo que uno aprende y sobre todo diferenciar esas etapas por las que uno va pasando y recorriendo toda esta etapa del amor. Yo hice un análisis y descubrí que había pasado por tres fases. Esas tres fases, cada una de ellas fueron claves y fueron fundamentales y no me salte una para llegar más rápido a conseguir la pareja ideal. Aquí lo que te voy a pedir es que seas paciente con tu proceso. No todas tenemos el mismo proceso, no todas pasamos por las mismas situaciones, pero lo que sí tengo claro y que va a ser igual en todas es que tenemos que aprender a ser más pacientes. Porque yo me desesperé muchísimas veces y estoy segura que tú también que o no vemos ni tenemos confianza en que nada va a ir a mejor. Porque tienes tan tan tan interiorizadas todas estas creencias interiorizadas, todas estas experiencias que crees que tu siguiente relación va a ir igual de mal. Entonces, por favor, sé paciente en este proceso y no nos saltemos fases por querer llegar antes a encontrar nuestra pareja ideal. Primera fase, el tiempo. Crear desde lo nuevo. Vale, os explico. Una vez que yo ya había identificado que toda la relación se iba repitiendo todo, ya estaba muy harta, ya hubo un momento en el que no estaba más triste por nadie en concreto. Ya digamos que superé mi última ruptura y se me quedó una sensación en el cuerpo de estar harta, de decir ya mira, no creo nada en el amor, ni creo nada en ningún chico. Simplemente me voy a dar un tiempo porque no estoy preparada para entrar en una siguiente relación. Sentía que me iban a volver a hacer lo mismo y además sentía que todos eran iguales. Tenía muchísimas experiencias de este tipo. ¿Y qué hice? Decidí alejarme de todas estas relaciones, decidí alejarme y salir del mercado. Dejé de quedar con chicos y decidí poner un tiempo para mí. Necesitaba estar sola, necesitaba como un poco recuperarme. Que aunque no estaba ahora mismo triste por ninguna última relación, sí que era un cúmulo muy grande de lo mal que me sentía de tanto dolor y dije mira, voy a darme el tiempo que necesite para recuperarme. Esto es fundamental. ¿Qué solemos hacer como mujeres? Que nos recuperamos de una relación y enseguida ya si conocemos a otra decimos ya no estoy mal por el otro, voy a conocer a este chico y normalmente no nos damos el tiempo necesario para que tu corazón sane al 100%. Creemos que como ya no estamos mal o rayadas por el chico anterior, ya vamos a conocer al siguiente. Pero realmente no. Tienes un cúmulo de resentimiento y de sensaciones que todavía no han terminado de curar. ¿Qué hice? En todo este tiempo me di casi dos años de totalmente alejarme, de tener citas, de salir ahí fuera. Y en todo este tiempo lo que hice fue estar totalmente sola a nivel de relaciones, pero sí que empecé a pasar más tiempo con mis amigos, a dedicarle mucho tiempo al trabajo. Me empecé a dedicar a proyectos personales, a sumergirme en mi vida propia. Y podríais decir, oye, esto no está bien, te estás alejando de, no sé, de las relaciones, te estás como ocultando o escondiendo. Sí, puede ser que visto desde fuera a lo mejor no pareciera que estaba bien. De hecho mis amigas me hacían siempre bromas de, ¿cuánto llevas sin... de este tipo? Pero, tía, pero ¿por qué llevas tanto tiempo sin quedar con ninguno? No lo entiendo. Y recibí muchísimas críticas. Pero sabéis que por una vez en mi vida yo de verdad estaba escuchando a lo que realmente necesitaba interiormente. ¿Qué me decía mi interior? Y mi interior solo me decía que no estaba preparada para pasar otra vez por lo mismo, no estaba preparada de nuevo para arriesgar. No sé, tenía esta sensación de no estar lista y que de verdad necesitaba por primera vez tiempo conmigo. ¿Qué me pasó? Que a lo largo de todo este tiempo, de sumergirme en mi mundo y de hacer lo que a mí me apetecía, no estaba mal, no estaba triste, no estaba llorando por nadie. Estaba pues al revés, estaba muy ocupada. Estaba con mis amigos, me iba de cenas, de viajes. Disfrutaba muchísimo una relación que tenía con mi mejor amigo y simplemente aprovechamos a viajar un montón, como si fuera mi pareja, pero no lo era. Y viajábamos un montón, tuvimos un montón de experiencias, anécdotas de fiesta, conocimos mucha gente y la verdad que fue muy satisfactorio a nivel personal. A lo mejor volvía al gimnasio, empecé a bailar, que me encantaba bailar. Después por las noches a lo mejor cogía y me ponía la serie de Netflix que me enganchara, pedía comida a domicilio, un poco hacía lo que me daba la gana. Y la única diferencia es que no hacía nada de esto con ninguna relación amorosa. Si estaba un viernes por la noche viendo Netflix y comiendo sushi, pues lo estaba disfrutando igual. No estaba pensando. Antiguamente yo cuando cenaba sola me sentía muy triste y me sentía siempre muy sola y muy vacía y tenía esta sensación de querer estar con alguien. Sin embargo, en estos dos años que yo me di tiempo para mí, empecé a disfrutar muchísimo de estar sola. Pedir a domicilio esa cena de sushi, tener a mi perro en casa y sentía un amor profundo por mi perro, por el piso, por Netflix, por estar viviendo sola. Me sentía muy llena en otros aspectos, pero entonces no estaba ahí deprimida. Y de hecho fue gracioso porque una vez tenía al vecino enfrente que era el presidente de la comunidad y es una pareja de señores muy mayores. Y siempre me veían ahí, que vivía sola y siempre pues estaban como muy preocupados. Y un día llamaron a mi puerta y me dijeron que si estaba bien, que si necesitaba ayuda o algún tipo de apoyo, que ellos estaban ahí y que me veían muy sola. Y yo bueno, pero que esté sola no quiere decir que esté mal. Y bueno, pues nada, simplemente como curiosidad. Empecé a pasar bastante tiempo sola. ¿Y de qué me di cuenta de repente y de golpe? Que no tenía esta sensación de necesidad. Que ya no estaba pensando cada viernes por la noche, o cómo me apetece tener una pareja, una relación. Mi vida no tiene sentido si no encuentro al amor de mi vida. Ya empecé a pensar, bueno, no necesito nada. Además, como no me fío de ninguno, porque esa era la otra que tenía ahí en mi cabeza, no me fía absolutamente ningún chico. Pues yo lo que empecé a pensar fue, bueno, algunas chicas son muy afortunadas en el amor, tienen sus parejas ideales. Yo no la tengo, yo soy afortunada en mi trabajo. Bueno, pues viajo y disfruto de la vida y esto es la vida que es para mí. Y aunque no tenga una relación de pareja, pues bueno, estoy bien. Y empecé pues eso, simplemente a vivir. Y esto fue el mayor avance para mí, yo creo que a nivel madurez, porque también se llama maduraz, que por primera vez entendí que no se necesita nadie para ser feliz, que tú tienes que primero sentirte completa. Y esto me suena muy cliché y es lo que nos vienen repitiendo toda la vida. Que tú para ser feliz tienes que sentirte completa y luego vas a poder compartir más amor con una pareja. Y yo en el pasado pues intentaba sentirme completa, pero decía, bueno, es que la realidad es que no me siento completa. ¡Fin! No había mucho que hacer. Vino solo, llegó solo. Y llegó solo también porque puse ahí, en ese papel de decir, mira, ya no voy a tener más citas, voy a dejar de buscar el amor. Y eso es 100% lo que hice. ¿De qué? De buscarlo. A lo mejor no vino de una parte saludable de mí, de decir, venga, dejo de buscar el amor porque he madurado y me he dado cuenta de eso y del otro. No, vino más bien de una parte de miedo y de bastante complejo, miedo, sensación de decir que me van a hacer lo mismo. Un poco como que me metí en ese caparazón y no quería salir de ahí. Pero meterme en ese caparazón me curó profundamente, me sanó muchísimo porque por fin entendí de una vez por todas que yo estaba muy bien sola y que mi caparazón era muy fuerte a nivel de estar llena y completa conmigo misma. Darte tiempo supone un acto de valentía y de respeto hacia ti misma. También supone el empezar a dejar de escuchar a lo que debería estar bien o debería ser normal para el resto y de verdad seguir creyendo en que lo primero es tu bienestar y cómo te sientes tú. Nadie entiende que alguien se quiera quedar un tiempo sin tener citas. Porque lo que es normal o lo que está considerado bien visto es que tú estés con uno o con otro, el mes que viene con dos y estás así, todo va... No sé, a lo mejor yo me lo tomaba las relaciones demasiado sentimentales, puede ser. A mí me afectaban un poco más. Cada ruptura, cada conocer un chico y que no saliera bien y empezar con otro, a mí esto me afectaba un poco más. Porque ya estaba haciéndome daño a mi autoestima y como os decía, al final me estaba echando culpa a mí misma. Estaba evaluando qué estaba haciendo yo mal, por qué no le había terminado de encajar a esta persona yo como relación. Entonces tuve que parar esto y darme tiempo. Además que si no das ese tiempo para ti, para tú profundizar y entender la situación o sanar o lo que tú quieras, si tú no te das ese tiempo, ¿qué va a pasar? Que vas a estar con uno o con otro y vas a estar entreteniendo a las personas incorrectas. Vas a estar tiempo. Hablo desde el punto de vista de si tú quieres encontrar una relación. Porque por supuesto, si tú tienes un rollo y quieres seguir de rollo y eres muy feliz de esa manera, adelante. Eso es totalmente válido y no se juzga. Yo estoy hablando para aquellas personas que lo están pasando mal o lo han pasado alguna vez mal en no encontrar su pareja. Es importante ese tiempo y sobre todo que como no lo hagas, vas a estar como un pez sin cabeza. De un lado para el otro, sin rumbo, cualquier chico que te haga un poquito de caso te va a servir. Vas a darle una oportunidad a cualquiera porque al final quieres afecto. Por lo que por lo general yo siempre voy a recomendar que aparte de estar en un tiempo sola y sanando, se haga un trabajo de desarrollo personal, se haga un trabajo interior grande y que en este momento aproveches para sentarte contigo misma y empezar a evaluar cuáles son mis valores, cuáles son mis principios. ¿Qué quiero de una relación? ¿Qué no quiero de una relación? ¿Qué busco en esta persona? ¿Qué quiero que me aporte y qué puedo aportar yo a la relación? Empezar a hacer una reflexión de todo lo que me ha venido ocurriendo. ¿Qué puedo aprender? ¿Qué aprendizajes he sacado de ello? Así evitarás estar cayendo en relaciones que no se adapten directamente a lo que tú estabas buscando. Porque recordemos que no cualquier persona nos puede servir, sino que el primero que ya quiere estar contigo ya puede estarlo. No, vamos a hacernos valer, vamos a encontrar quiénes somos, conocernos muy bien y a partir de ahí vamos a buscar. Fase número 2. Limpiar, perdonar y sanar. Nunca vas a conseguir nada nuevo si partes desde el mismo corazón empolvado, lleno de resentimiento, lleno de creencias horribles sobre el amor porque ya te han hecho mucho daño y así siempre, a pesar de que por un lado quieres pareja, por el otro lado piensas que todos son iguales. Hola, te estás contradiciendo y me estuve contradiciendo mucho tiempo porque ya hubo un momento en el que yo ya estaba feliz sola, pero al mismo tiempo por muy dentro de mí pensaba, yo también merezco una relación bonita, o sea, ¿por qué tengo mejores amigas que se están casando, que son súper felices y tengo esos ejemplos? ¿Cómo es que yo me voy a quedar soltera toda la vida? Esto no puede ser. Entonces es muy importante que tú hagas espacio, limpies y sobre todo sanes, pero sanes bien tu corazón para recibir algo nuevo y que no empieces a repetir tus mismos patrones de comportamiento con el siguiente que conozcas. En esta fase es muy importante empezar a cobrar conciencia, empezar a analizar qué se ha venido repitiendo en la misma historia y aquí te recomiendo que agarres ya tu cuaderno y empecemos a responder las siguientes preguntas. ¿Por qué se viene repitiendo la misma historia? O sea, ¿por qué siempre me va mal con este tipo de chicos o por qué siempre acabo conociendo este mismo tipo de chicos? ¿Realmente pienso quedarme soltera toda la vida? ¿Me lo merezco? ¿Me merezco tanto dolor? Empiezas poco a poco a analizar y de verdad a hacerte preguntas, porque nunca me las había hecho. Aquí fue cuando llegó a mis manos el libro de los cuatro acuerdos y esta fase del libro me obligó a hacer todos estos ejercicios, empezar a perdonar. Me di cuenta que aunque yo estaba sola y que estaba ya muy bien sola, seguía almacenando muchísimo resentimiento y mucho dolor. Me nombrabas cualquier ex o cualquier rollo con el que había estado y yo por dentro que de verdad no quería ni nombrarlos y decía, buf, a este ni me lo nombres. Es que ni me lo nombres, porque menudo cabrón y no quería saber nada de ellos. Incluso a veces me ponía a llorar contando la historia de cualquier ex y decían, no, o sea, no quiero saber nada de él. Vale, llega un momento en el que tienes que limpiar todo esto, lo tienes que sanar y perdonarlo, porque si no lo perdonas, llevas esta mochilita con todo este resentimiento, con todo este dolor en tu mochila y aunque creas que ya no sientes nada por esa persona, sí sientes, sigues sintiendo rencor, sigues sintiendo odio, sigues sintiendo dolor, resentimiento y todo eso ocupa un espacio, ¿vale? Imagínatelo como que tu corazón tiene por ahí gente que no le cae bien y ese ejercicio lo puedes aplicar en todo, en cualquier relación, en tus jefes, en tus amigas, a lo largo de la vida, que quién te ha hecho daño, algún amigo habrás dejado en el camino, ¿no? Pues yo empecé a hacer un ejercicio, ¿vale? Entonces en ese ejercicio hice un listado con absolutamente todas las personas a las que yo tenía más o menos rencor o odio o les tenía resentimiento de, pues es que esta amiga me hizo esto cuando yo tenía 18 años y por eso ya no le hablo, esta persona me dijo esto en este momento y por eso discutimos y yo ya no le hablo. Empecé a hacer ese tipo de listado, ¿vale? Hice un listado que parece que es una tontería, pero no lo es, ¿vale? Me di cuenta que había muchas personas en ese cuaderno. Ahora lo que tienes que hacer, ¿no? Es que las identificas es empezar una a una a decir en voz alta que las vas a perdonar y te imaginas como que estás hablando frente a ella, cara a cara, y que le vas a decir que, bueno, que a pesar de esta situación en concreto, que la perdonas, que ya ha pasado tanto tiempo que a ti ya te da igual y que decides no guardarle más rencor y que, de hecho, le deseas lo mejor en la vida. Eso es importante, ¿vale? Repetir en voz alta, si quieres, decir te deseo lo mejor. Una cosa es que yo ya no sea tu amiga, pero no tengo por qué desearte nada malo. También aprendo a perdonar y a cerrar página y de verdad dejar de pensar en esta amiga del instituto con la que ya no me hablo y me hizo tanto daño, ¿no? Empiezas una a una a limpiar y a perdonarlas. Y tampoco tienes que escribirles, ni llamarlos, ni nada. Puede que haya pasado tanto tiempo que ni siquiera tengas su contacto, pero sí tienes esa memoria. Puedes hacer este ejercicio así, hablándolo en voz alta, yendo una a una con tu lista. O te puedes imaginar que estás en una cafetería, cierras los ojos, y que vas a ir tomándote un café con cada una de estas personas. Estáis en un entorno muy seguro, no hay discusiones, estáis los dos relajados, y vas a empezar a contarle cómo te hizo sentir, que no te esperabas eso de esta persona. Empieza a explicarle todo, cómo lo sientes, suéltalos. Y finalmente le dices en la cafetería que, bueno, que no te preocupes, ya ha pasado mucho tiempo, le vas a perdonar y además le agradeces por el aprendizaje que te haya dado. Intenta identificar un aprendizaje, una lección que te haya dado. Por ejemplo, voy a empezar a salir de estas relaciones cuando vea tres red flags, que para mí son graves, pues no voy a dar más oportunidades de tres. O voy a empezar a comunicar de manera muy directa y efectiva, sin tener que discutir qué me apetece hacer y qué no me apetece hacer. De cada relación, o a cada persona con la que hayas tenido este café en esta cafetería, intenta analizar qué te enseñó y qué vas a hacer mejor la próxima vez. Una vez que has hecho este ejercicio en la cafetería, con todas las personas, amigas, familiares, gente a la que tú guardes un poquito más de rencor o resentimiento, te recomiendo hacer una segunda fase solo seleccionando, porque al final estamos trascendiendo el corazón, el amor, las relaciones. Te recomiendo identificar cuáles son las personas en tus relaciones amorosas que sí que más daño te han hecho. Tú vas muy rápidamente a decir estos, estas dos, tres, lo que sea. Una persona que me rompió profundamente el corazón, elige esa cantidad de personas y a eso les vas a escribir una carta. Entonces este ejercicio consiste simplemente en escribir una carta y ahí ya vas a ir mucho más en profundidad. Ahí sí que le vas a decir que no te esperabas esto de esta persona, no te gustó cómo te habló ese día, no te gustó esto... Cuéntale absolutamente todo lo que sientas y que no pudiste decir en ese momento, porque nos pasa que muchas veces no podemos terminar las historias como a nosotros nos gustaría. Aprovecha y piensa que esta persona va a recibir esta carta, le sueltas todo lo que sientes, lo que tienes acumulado, le vas a perdonar, muy importante, le vas a decir, bueno, sé que no lo hiciste sabiéndolo conscientemente o eras muy joven, eras muy pequeño, todavía no eras muy maduro y no lo hacías dándote cuenta, yo tampoco era muy madura y no me daba cuenta... Bájale un poco al tono de la carta, intenta ser compasiva, intenta ponerte también en su punto de vista, intenta entender de, bueno, a lo mejor sí me puso los cuernos, por ejemplo, era que era muy joven y todavía no buscaba una relación y yo sí... Y por último, termina la carta deseándole lo mejor, le escribes y le dices, bueno, ya está, yo ya he encontrado mi camino, mi rumbo, gracias a ti sé que tú no eres el tipo de personas que yo necesito en mi vida y que yo ahora estoy dispuesta a encontrar a alguien mejor. Y le deseas lo mejor a esa persona en su vida. Y por último, la última fase es empezar a creer de nuevo en el amor, porque yo ya me he dado todo este tiempo para estar muy bien conmigo misma, a lo mejor ya estás en ese punto en el que, bueno, te sientes bien, no sientes necesidad, ya has perdonado, has hecho todo este trabajo, ahora necesitas identificar qué creencias tienes, porque recordad que os vengo repitiendo que yo qué creía, que todos eran iguales, que todos te engañan, que todos... Podría seguir, ¿no? Entonces, coge una hoja en blanco y empieza a escribir qué creo del amor, qué creo de las relaciones en general, en las parejas. Segunda pregunta, ¿conozco alguna pareja de verdad? ¿Alguna relación que me sirva de ejemplo de que realmente el amor sí existe? ¿Alguna amiga que se haya casado recientemente? Escríbelo. Escribe qué es exactamente lo que te causa ansiedad, de qué desconfías, escríbelo todo. Y ahora, una vez que hayas identificado qué es todo lo que te causa de nuevo ansiedad o desconfianza, vas a hacer una segunda parte en la que vamos a reescribir todas estas creencias y las vas a pasar a positivo. Te voy a dar un ejemplo. Si yo creo que todos los hombres son mujeriegos y son infieles, pues me voy a crear otra historia que rebata totalmente esta afirmación. Por ejemplo, no todos los hombres son iguales. Mi mejor amiga María lleva más de 10 años casada, es feliz, su novio la respeta y la cuida. O por ejemplo, mi padre lleva con mi madre tantos años y ambos se aman, se quieren y se respetan. Empieza a buscar historias de tu alrededor, de tus conocidos, empieza un poco a rebatir eso que crees, contrástalo con experiencias reales. Empieza a buscar parejas, empieza a ver, justificar el por qué sí crees que el amor existe. Porque que no nos haya ido bien en cierto momento no quiere decir que no exista. O que tú crees que todo el mundo tiene suerte menos tú, empieza a escribir por qué crees eso y de qué manera no es verdad. Justifica por qué no es verdad. Así con cada una de tus creencias. Finaliza toda esta fase escribiendo una nueva definición en total del amor. Escribe un resumen de qué es el amor para ti, qué significa para ti en tu vida. Desde un punto de no necesidad, de un punto de que bueno, ahora esta área de mi vida me expande, me hace sentir mejor, me hace compartir todo lo que ya tengo y estoy segura de que ahora mi amor va a ser mucho más completo desde la libertad y no desde una necesidad. Escribe también que ahora ya has sanado, has limpiado, tu corazón está mucho más ligero y que ahora sí eres más merecedora de un amor verdadero. Escribe todo lo que quieras recibir de ese amor y de lo que crees de él. Y por último te recomiendo finalizar con un ritual que yo lo hice y me sirvió muchísimo en mi vida porque me ayudó por un momento a sentir de nuevo cómo se sentía el amor que llevaba mucho tiempo sin sentirlo. Entonces una noche que estés sola en alguna habitación tranquila, ciérrate, que nadie te vaya a interrumpir o en el baño, enciende una vela, pon música relajante, cierra tus ojos y empieza a imaginarte una situación que a ti te gustaría vivir con tu pareja ideal. Imagínate que estás compartiendo ya ese momento con tu pareja, que ya lo has encontrado, que ya ha venido a ti. Imagínatelo con todos los detalles que puedas, ese momento. Imagina cómo te sientes, qué llevas puesto, cómo va vestido él. Imagina que te está abrazando, imagínate que te agarra la mano, imagínate qué sensaciones tienes o imagínate cualquier acontecimiento, a lo mejor quieres viajar con él. Imagínate qué sentimientos te están produciendo estar con esta persona e imagina que te dice al oído las siguientes palabras. Nos conocimos en el momento adecuado, nos conocimos cuando estabas preparada para soportar este amor tan grande y tan sincero que siento por ti. Imagina que te dice alguna frase similar, o sea, invéntate lo que te dé la gana. Sonríe mientras estás haciendo este ritual y sobre todo visualízalo, cierra los ojos y visualiza cada detalle que puedas. Y finaliza el ritual afirmando en voz alta con las siguientes palabras. Soy merecedora de todo el amor que yo quiera recibir. Expreso amor aquí y ahora. Estoy preparada para expresar amor de verdad. Expreso amor desde la libertad y no desde la necesidad. Sé que la pareja ideal aparecerá en el momento perfecto y no cuando yo quiera. Suelto la necesidad y tengo la certeza de que así será y que llegará. Bueno chicas, terminamos este episodio aquí, por favor compárteme qué te ha parecido, si te ha servido, si aplicas alguno de estos ejercicios, estaré súper feliz de escucharos y a seguirme motivando para seguir deshaciendo y grabando muchos más capítulos. Y con el capítulo quiero que te quedes con una cosa. Recuerda que cada fase tiene sus tiempos y de nada, absolutamente nada, te va a servir empezar por la última fase, por el ritual, por algún ejercicio suelto, ir a responder alguna que otra pregunta al azar... No, necesitáis ir cumpliendo cada una de estas fases. Sobre todo para darle tiempo a que tu corazón sane y hacer espacio para lo nuevo. Os espero en el próximo capítulo. ¡Un abrazo!