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#2 Trascendiendo las áreas de tu vida - Episodio 1/2 Tu cuerpo

#2 Trascendiendo las áreas de tu vida - Episodio 1/2 Tu cuerpo

Carolina MartínezCarolina Martínez

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Para dar paso a lo nuevo hay que limpiar todo aquello que no sirve e incomoda... en esta serie de Trascendiendo las áreas de tu vida te enseño las técnicas que me enseñaron a cambiar y mejorar exponencialmente todas las áreas de mi vida... Comenzando por mi cuerpo.

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In this podcast, the host invites listeners to reflect on their lives and make positive changes. She emphasizes the importance of being conscious of our patterns of behavior and learning from our past experiences. The host encourages listeners to assess each area of their life and strive for fulfillment in all aspects. She shares her personal journey of transforming her own life and encourages listeners to make a commitment to themselves and pursue their dreams. The first area she focuses on is physical health, emphasizing the importance of taking care of our bodies in order to achieve our goals and maintain mental clarity. She also highlights the connection between physical health and self-esteem. The host acknowledges that it's not always easy but emphasizes the importance of making an effort to improve and incorporate healthier habits. Bienvenida a tu podcast, donde te invito a tomarte un café contigo misma. Un café lleno de reflexión, aprendizaje y autoconocimiento. En definitiva, un café que te ayuda a despertar. Te aseguro que con las herramientas que te voy a compartir, crearemos juntas la receta perfecta que te ayuda a desdramatizar tu vida, empoderarte y brillar de nuevo como solo tú sabes hacerlo. ¡Vamos! Bienvenida a este segundo capítulo. Estoy muy entusiasmada con todo el contenido que os tengo preparado, pero no podía empezar sin darles las gracias a nuestro maravilloso patrocinador, que me ha comprado un micro nuevo. Sí, sí, yo estoy muy feliz. Vamos a empezar estrenando podcast ya directamente con micrófono. He visto que estaba grabando metida en un armario para evitar el eco, porque dicen que suena mejor el audio si te metes a un armario, así que imaginaros el panorama. Pero bueno, muchísimas gracias, guapo. Vamos a ello. Como os comentaba en el capítulo anterior, una parte fundamental de cualquier cambio y de cualquier reinvención es poner conciencia. Poner conciencia y detectar cuáles vienen siendo mis patrones de comportamiento en cada una de las áreas de mi vida. Lo más habitual es que vengamos en un piloto automático, actuando, respondiendo, pensando, siempre de la misma manera. Y nunca nos paramos a hacer este trabajo de raíz y de fondo, que es sumamente importante, de perdonar, de evaluar y ver qué lecciones he aprendido. Poner conciencia es saber que a partir de ahora tú te puedes dar el permiso y la posibilidad de moldear tu pasado y también reinventarlo. Y si no lo vas a reinventar, al menos desdramatízalo. Es decir, en vez de estarme sintiendo siempre víctima de un pasado, de todo lo que me ha pasado, ¿por qué no tratas de sacar lecciones? Y no tratamos mejor de honrarlo, porque si lo piensas, todas las cosas que te pasaron ahora, a día de hoy, si las empiezas a pensar de una manera mucho más madura, de todas vas a sacar una lección y vas a sacar un aprendizaje. Y de eso se trata este tipo de trabajo, de parar de pensar como una víctima y empezar a detectar para qué te ha servido esa vivencia. Otro trabajo fundamental es hacer un inventario de cada una de las áreas de nuestra vida y ver cómo me estoy sintiendo en cada una de ellas. Ver del 1 al 10 qué tan llenas están. Porque esto es lo que más felicidad nos va a dar, al final, que las mayores áreas de tu vida estén al completo y te vas a sentir dichosa cuando tengas todo. Cuando encuentres tu amor, cuando estés bien de salud, cuando estés bien físicamente, de eso se trata la vida. No de ser afortunada en el amor y desafortunada en el dinero, como se dice. Al final lo que queremos es conseguir ser plenas totalmente. Y además, mirad el ejemplo. Tenéis miles de personas en el mundo viviendo vidas increíbles que tienen todo, que votan con una salud perfecta, unas relaciones estupendas, un trabajo. ¿Por qué si otras personas pueden, no vas a poder tú? Y poniéndote mi ejemplo personal, y es lo que me ha llevado a grabar este audio, si yo también conseguí darle un cambio enorme a mi situación personal, tú también puedes. Y creedme que yo no partía de ninguna situación de ventaja. De hecho, a lo largo de este podcast os voy a ir contando cómo estaban cada una de las áreas de mi vida, para que veáis cómo pude girarlas, sacudirlas y desecharlas. Y decir, me niego rotundamente a vivir otros 30 años de mi vida de la misma manera, pensando de la misma forma, actuando de la misma forma, para conseguir los mismos resultados. Analicé todo, mi trabajo, mis relaciones, cómo estaba mi salud, y creedme que logré grandes, grandes cambios. Sabía que si yo quería cambios duraderos y cambios de verdad significativos en todas las áreas de mi vida, tenía que poner un gran compromiso por mi parte en analizar, aprender y cambiar la forma en la que estaba pensando. Y sobre todo, tuve que ser muy valiente. Muy valiente para renunciar a todo aquello que tenía actualmente y tirarlo por la ventana. Y siempre voy a poner esta metáfora con vuestra taza de café, esta que estamos creando nueva. Pues yo agarré mi taza del pasado y de mi presente en ese momento y la tiré literal por la ventana y se rompió y se desquebrajó porque dije, esto no me sirve más. Entonces, si tú has detectado que en una de las áreas de tu vida no estás lo suficientemente feliz o no te encuentras en un 10, créeme que tienes absolutamente toda la autoridad y la capacidad de darle una vuelta a esa área de tu vida y crearla de nuevo. Crearla de cero. Limpiarla primero, hay que limpiar, y después vamos a rellenar esa taza con un café que te sepa mucho, mucho más auténtico a ti. Si no quieres repetir la misma historia por los próximos 30 años. Cualquier cambio que quieras ver o hacer, tienes siempre que recordarte que va a ser un acuerdo contigo misma. Es hacer un pacto contigo y decir, todo este trabajo lo voy a hacer por mí misma. Porque ya me he cansado de demostrarle a cualquier persona que soy capaz, me he cansado del resto del mundo. Tiene que ser por ti y nada más que para ti, para sentirte plena y por fin sentirte exitosa, pero exitosa en ese rango de éxito que tú estás midiendo, y no por el éxito que los demás esperan de ti. Hay que hacer un manifiesto donde tú te comprometes de corazón a realizar el trabajo interior y cualquier trabajo necesario para perseguir todos tus sueños. O seguir otro rumbo, porque el que hasta ahora estás siguiendo no te está dando el resultado que tú esperas. Entonces, por hacer un recap, antes de comenzar con cualquier ejercicio, nos tenemos que ubicar muy bien, mirar en el fondo de cada una de estas áreas y ver qué no vamos a aceptar más y con qué no nos vamos a quedar. Esta parte es muy difícil, porque estamos removiendo muchas situaciones, estamos volviendo a recordar y, por supuesto, estamos removiendo ese fondo. Y muchas veces va a haber resentimiento, vas a llorar, pero es necesario. Además, muchas de las veces creemos que ya hemos perdonado, ya hemos pasado página, pero no es así. No hemos mirado con la suficiente profundidad. Al pasado hay que mirarlo sin juicio. Pensemos que todo esto que hemos vivido no es más que sabiduría y que cuando lo despertemos nos vamos a dar cuenta que todo eso nos sirvió para aprender a decir no con mucha más fuerza. Para que la siguiente vez que nos vuelva a pasar lo mismo, sepamos y aprendamos a poner límites, por ejemplo. Así que no te agobies, puedes irlas realizando y limpiando a tu ritmo. En un día entero puedes limpiar una de las áreas de tu vida o utilizar varios fines de semana. Yo lo que te recomiendo siempre es que busques un lugar tranquilo, sin interrupciones, o que te tomes un domingo entero para ti sola y que no estés acompañada, sino que de verdad tomes tiempo de calidad. Lo puedes realizar en las noches, cuando todo el mundo duerme, para que tu concentración y tu conexión contigo sean totales. Recuerda que este es el comienzo de sanar tu pasado, sanar muchas de las áreas de tu vida, pero sobre todo sanar la relación contigo misma. Así que si quieres ver un cambio totalmente trascendental, invítate a ser honesta contigo misma y establezcamos una buena base para todo este cambio. El capítulo 1 es TRASCENDIENDO EL CUERPO. El cuerpo, la salud y el bienestar, como primera área de nuestra vida. Sin tener esta área bien sanada, no podríamos hacer ni cumplir ninguno de nuestros sueños. Piensa que nuestro cuerpo es una máquina, una máquina que tienes que abrillantar, nutrir, conservar, para alcanzar nuestro máximo potencial. Con un cuerpo maltratado, descuidado, inflamado, no vamos a poder trabajar con toda la claridad mental que necesitamos y tampoco nunca vamos a poder alcanzar nuestro máximo potencial. No vamos a tener ni energía para llevar a cabo nuestros sueños, ni tampoco ganas. Lo único que vamos a tener es hambre emocional, pereza y ganas de dormir, como me pasó a mí. Que cada tarde me iba a llorar, a tomarme un bote enorme de helado y quererme derretir en el salón. Así que no, vamos a evitar eso. Tal y como esté tu salud física, esto influirá en gran medida en tu salud mental. Vamos a sufrir de menos altibajos energéticos, emocionales. Al final, piensa que si no controlamos estos altibajos, vamos a estar totalmente dependiendo de nuestras emociones y esto es lo que va a controlar nuestra vida. Es clave que para hacer las paces con nuestro cuerpo, literal le pidamos perdón y de verdad que nos comprometamos a cuidarlo como si fuera nuestro templo. Sin salud no vamos a conseguir absolutamente ningún sueño, no vamos a conseguir nada. Y algo bastante más peligroso, que de nuestro cuerpo inconscientemente viene nuestra autoestima y nuestros niveles de amor propio. Así que imaginaros si hay que sanar esta relación con nuestro cuerpo para que esto no se venga viendo afectado al resto de nuestras áreas de vida. Y es triste porque inconscientemente seguimos asociándonos el vernos bien con sentirnos más válidas y más seguras de nosotras mismas. Y cuando tenemos alguna obsesión o odio por nuestro cuerpo, nuestra autoestima está por los suelos o nuestro amor propio siempre está ahí en la cuerda floja. Nos empezamos a comparar con otras mujeres y luego así nunca nunca vamos a lograr ver la autenticidad que hay en nosotras. Pero bueno, yo sé de sobra que todo esto suena muy bonito y es lo que yo leía continuamente y veía en vídeos. Sí, sí, hay que cuidarnos. Yo sé que no es fácil. Y yo soy la primera que le encanta la comida basura y las patatas fritas y puedo comerme tres bolsas seguidas. Pero no, yo sé también que me esfuerzo y me esfuerzo para mejorarlo y para cada día intentar ser mejor y reducir todo lo malo que estoy comiendo y buscar por otras soluciones mucho más sanas y siempre estar tratando de incorporar hábitos mejores. Porque si yo me abandono y me dejo a comer cada día todo lo que me da la gana, pues ya sabemos el resultado. Hay que ser muy honestas también cuando hablamos de amarnos, querer nuestros cuerpos. Sí, hay que aprender a quererse también como una es y tener más personalidad cada vez y desarrollar mucho tu personalidad para amarte y quererte. Pero también es algo relativo y habría que buscar un equilibrio. Hay que ser honestos, el físico sí que importa. Porque al final no es que solo importe para el resto del mundo, es que también, pues lo que os decía, que inconscientemente esto nos puede hacer muchísimo daño porque aquí de nuestro físico muchas veces viene una gran parte de autoestima. Entonces es clave encontrar ese equilibrio. Vale, yo me acepto y me quiero como soy, pero también voy a esforzarme y voy a trabajar por mejorar las áreas que no me gusten o aquello que no me guste de mi cuerpo. O si no estoy obsesionada con ninguna parte de mi cuerpo, pues simplemente voy a tratar de arreglarme por verme bien. Yo tampoco nunca aconsejaría a nadie que si solo te vas a querer a ti misma, da igual el físico, esto suena muy superficial. Pues no, yo la verdad que soy más honesta, y de nuevo repito que creo que el físico sí que importa. Soy muy partidaria de que busquemos siempre la mejor versión de nosotras mismas. Que no, no es fácil. Cada día, cada semana yo voy apuntando mis nuevos métodos, más que métodos, mis nuevos retos. Mejor cumplo seis días y uno no, o no cumplo dos y cumplo cinco, pero lo que quiero decir es que no me abandono. Siempre busco el poder movilizarme o comer mejor. Entonces también es muy importante, y es un gran problema cuando nos ponemos objetivos o de ejemplo mujeres que tienen absolutamente un canon de belleza muy diferente, opuesto al nuestro. Un ejemplo sería una chica que está muy rellenita y que es de constitución más ancha. No es sano que me quiera parecer a Itana, la cantante, que es de una constitución súper mega delgada. Es importante que sí, que cojamos ejemplos, que nos gusten las influencers, pero elijamos ejemplos más similares a nosotras porque nos vamos a hacer muchísimo daño. Mirad cómo acabó Michael Jackson. Ninguna que acabara así, ¿verdad? Y os lo digo por experiencia propia, por todo, absolutamente todo el daño que me hice a mí misma, por haber encontrado un canon de belleza muy lejano al mío. Yo no sé en qué estaba pensando. Y os lo voy a contar y os daré uno de los detalles y todo el daño que me hice a mí misma. Os lo voy a contar un poco más adelante. Cuando hablamos de sanar nuestra relación con nuestro cuerpo, tenemos también que identificar si tenemos algún tipo de comportamiento obsesivo o un pensamiento obsesivo con una de las partes de tu cuerpo. Es decir, algo con lo que has nacido que no es tan fácil cambiar y que esto al final te puede hacer un daño enorme emocional. Y este tipo de obsesiones dañinas o trastornos alimenticios al final siempre van a contagiar otras áreas de tu vida. Tal y como nos sentimos, así nos terminamos relacionando con los demás. Si tú te sientes una mierda porque estás obsesionada con tu cara, pues al final vas a ser súper tímida, no vas a tener ganas de ir a hablar, de ir a buscar un trabajo y todo esto se va a ir contagiando al resto de las áreas de tu vida. Por lo que es fundamental, y lo fue, trascender mi cuerpo. Y ahora os voy a contar qué significa trascender el cuerpo. Al final siempre estamos pensando, o las personas que tenemos alguna obsesión con alguna parte de nuestro cuerpo, nos creemos que las personas nos valoran por nuestro físico o que nos irían mejor en ciertas áreas de la vida si yo fuera más perfecta, más delgada, más guapa, más lo otro. Y siempre acabamos haciéndonos tanto daño comparándonos con el resto. Cuando no conseguimos acercarnos a ese canon de belleza, no nos sentimos merecedoras de nada. Y nuestra autoestima ya, pues ni os cuento, no tenemos. Entonces a veces, muchas veces, y lo peligroso es que te acabas conformando con mucho menos de lo que tú mereces. Porque a lo mejor te crees inferior o crees que te falta algo para poder ser merecedora y poder ir a conseguir el trabajo que quieres porque crees que no te lo van a dar a ti por tu físico. O no estás con ese chico que te gusta ni te arriesgas a escribirle porque crees que no te va a hacer ni caso. Es solo un ejemplo. Lo peligroso es que este tipo de comportamientos al final acaba en la búsqueda de una validación externa. Siempre estás intentando buscar una validación del resto de las personas y muchas veces puedes caer en manos de personas incorrectas. Estás buscando que te apruebe un tío que solo está pensando en estar con una y con la otra. Tú quieres gustarle a este tío y el tío te rechaza. Y tú ya te crees y te haces la peli de que te ha rechazado por tu cuerpo. Es mentira. El tío a lo mejor te ha rechazado porque no está en su mente ahora tener pareja y simplemente quiere estar con una y la otra. Entonces, cuando hablamos de trascendencia del cuerpo es ir a ver más allá de lo tangible de tu cuerpo, de lo superficial. Trascender es ir más allá e ir a lo importante y no quedarnos atascados en el mismo patrón de pensamiento obsesivo-compulsivo con nuestro cuerpo. No centrar nuestra valía únicamente por nuestra forma de vernos o nuestro físico. Esto no es justo para nosotras y además es un pensamiento súper pobre. Como ya te imaginarás y sabemos, somos mucho más que un cuerpo. Antes os he comentado que yo me hice muchísimo daño y me obsesioné. Y esto lo voy a compartir y de verdad que no lo he hablado con nadie. Me voy a abrir en el podcast a contarlo porque me hice tanto daño que de verdad ojalá hubiera escuchado un podcast como este en el que una chica me hubiera contado que me estaba obsesionando y yo no me di cuenta. Y no lo hablé con nadie, nunca busqué ayuda. Y quizás si lo hubiera hecho me habría ahorrado mucho mucho daño del que me he hecho. Cuando yo era más joven, más pequeña, siempre era muy segura de mí misma. De hecho sacaba muy buenas notas en el colegio, en clase tenía muchos amigos, siempre bailaba muchas horas de ballet y de flamenco, estaba sacándome una carrera de danza. Por lo que yo siempre crecí teniendo un cuerpo bien, con constitución delgada, con una buena silueta delgada, con mucha energía, era muy musculosa para la edad que tenía. Siempre conté con un cuerpo bonito para mi punto de vista. Como que no tenía ningún complejo. Y además me acuerdo que ya desde pequeña ligaba en clase un montón. Estas tonterías de los niños dándote cartas y todo, bueno, sentía que ligaba. Y luego en el instituto pues igual. También recuerdo tener muchos amigos y tener una personalidad muy marcada. Como que no me solía importar tanto qué pensaban o qué opinaban. Yo me vestía siempre como yo quería, intentaba no seguir modas. Tenía mucha personalidad, en general era feliz. Y como que no tenía ningún complejo o ningún marcado hasta los 17 años, más o menos. De repente, ahí acabando mi adolescencia, me empecé a obsesionar un poco más en cómo me veía. Me preocupaba pues lo típico, que eres adolescente y ya empiezas a rayarte de qué piensa de mí, si me pongo esto o no. Y un poco, bueno, ya le vas dando más vueltas a tu físico. Y lentamente pues me fui como cogiendo ya más complejos. De que no tenía mucho pecho, de que ya era demasiado delgada. Y ya me empezaba como a comparar y ya me empezaba como poco a poco a rayar más de la cuenta. Entonces cuando eres más pequeña, por lo general, tiendes a tener bastante menos autoestima o eres mucho más sugestiva. Te importa mucho lo que cualquier comentario de cualquier otra persona. Lo gracioso es que a mí nunca nadie me hizo ningún comentario al respecto, ni nunca sufrí bullying, ni nada de eso. Pero bueno, ¿os acordáis antes que os he puesto el ejemplo de que hay que compararse con cánones de belleza similares a los vuestros? Pues bueno, yo hice todo lo contrario. Así que imaginar cómo acabaría mi cabeza, porque yo me empecé a querer parecer a una persona totalmente diferente a mí. O sea, no sé, fue como lo más tóxico que alguien puede hacer por sí mismo sin lugar a dudas. Además que me volví totalmente ciega. Cada día me iba obsesionando más y más con que quería mejorar esta parte de mi cuerpo y solo veía como que mi autoestima iba cayendo. Cada vez tenía como más vergüenza. Yo sola me iba haciendo un autobullying que jamás, nunca tuve por parte de nadie. Pues eso, como que mi vida fue girando en torno a esta obsesión. Y esto es muy grave porque fueron pasando los años, yo ya tenía 22, 23, 24 y en vez de ir cogiendo que sería lo suyo, más personalidad, tener más fuerza como para identificar que esto todo venía de tu adolescencia, de cualquier tontería, no, al revés. Llegó un punto en el que yo dependía 100% de mi cuerpo. O sea, mi valía como persona era 100% mi cuerpo. O sea, os lo podéis imaginar, al día de hoy yo lo pienso y es muy absurdo, pero eso fue mi realidad durante muchos años. Y el que mi valía fuera 100% mi cuerpo es que yo pensaba que cualquier chico solo iba a estar conmigo si yo tenía un cuerpo perfecto y si yo no conseguía tener ese cuerpo perfecto, yo no iba a ser nunca merecedora de tener la pareja ideal, pensaba que nunca iba a poder tener una familia, ni que nadie se iba a querer casar conmigo. O sea, no sé, un pensamiento muy estúpido al día de hoy. Porque, en fin, como os he dicho, no hay que juzgar nuestro pasado, pero yo es que en mi caso, cada vez que lo pienso, no sé cómo pude obsesionarme tanto y cómo pude hacerme tanto daño, porque esa fue totalmente mi realidad. Y estos pensamientos eran tan dañinos que no veía más allá. No veía más allá hasta el punto de que me llegué a operar, ¿vale? O sea, yo directamente dije, bueno, estoy tan obsesionada que me voy a hacer una operación para ver si yo ya doy el gran cambio en mi vida y ya todo mejora, porque claro, me voy a ver mucho mejor. Y ¿sabéis qué? Para mi sorpresa me operé y me seguí viendo igual. O sea, mi obsesión no se había ido, siguió en mi cabeza. Lo más grave de todo es que yo no lograba ver ninguna cualidad en mí. Pensaba que nadie se podría enamorar de mí por mi personalidad o por si era graciosa o le caía bien o si era inteligente. No, nada, cero. Yo pensaba que 100% una persona se enamora de la otra empezando por tu cuerpo y una vez que ya se acaso, más adelante se enamoraría de mí. Cuando me hacían cualquier cumplido, cualquier persona me decía algo bueno, yo inmediatamente en mi cabeza anulaba este cumplido y decía, sí, sí, bueno, porque no me conoce o porque no me ha visto o porque no se ha fijado. Entonces de inmediato anulaba cualquier tipo de cumplido. Y sí que estuve con chicos y tuve relaciones y bueno, todo esto fue muy normal, pero por dentro tenía una autoestima por los suelos. Imaginad 13 años machacándote a ti misma y autoexigiéndote una imperfección que no es posible. Y lo peor, como os he dicho, es que nunca busqué ayuda, no pedí consejo, no lo hablé con mi mejor amiga. Solo yo me machaqué y me machaqué y me machaqué y me llegué a odiar a mí misma y me autocritiqué, me autocritiqué muchísimo. Por eso no nos andemos con tonterías de que el aspecto físico no importa. Sí, te importa, es que puede hacer mucho daño mental. La realidad es que no hay que obsesionarse y que hay que buscar un equilibrio y que por supuesto tienes que amar a ti misma muchísimo, pero claro, tú te amas a ti misma cuando también te sientes bien y te ves bien, pero también hay que hacer todo este trabajo de personalidad y de aprenderse a conocer a sí mismo. Entonces, bueno, ¿os preguntaréis cómo logré salir de todo este pozo de pensamientos y autocríticas tan duro? Pues fue haciendo todo un trabajo de aceptación y de mejora, un trabajo conjunto y muy equilibrado. Empecé a ser honesta y decir, vale, el cuerpo importa, pero no hasta el punto como yo me estoy considerando, que solo soy un cuerpo. ¿Desde cuándo solo soy un cuerpo? Nadie vale por solo su cuerpo. Es un trabajo doble. Empecé a reconocer y tuve que hacer muchos ejercicios de entender cuál era mi personalidad, quién era yo misma y me grabé muy fuerte en la cabeza que mi valía total es mucho más que cualquier parte de mi cuerpo. Todos valemos muchísimo más que una parte de tu cuerpo que no te gusta. Tenemos un alma y muchas cualidades innatas en nosotras mismas. Además que no hay dos como nosotras en el mundo, por lo que sí hay que aceptarse, pero también hacer un trabajo de tu mejor versión para tú sentirte mejor. Es un trabajo doble, ¿lo entiendes? Además, ¿de qué te sirve ser la Barbie si después vas a ser una mujer hueca, sin valores, sin principios, ni ambiciones? O no vas a ser auténtica, no sirve de absolutamente nada. Hay que trabajar muchísimo nuestra personalidad, tener una personalidad fuerte y ser lo más auténtica para ti. Cuando yo hacía referencia al podcast, el que hacé pendiente contigo misma, es porque yo muchas veces no fui auténtica conmigo misma. Me hice mucho daño, me machaqué muchísimo porque quería gustar, quería aparentar y no era auténtica conmigo. Entonces hay que aprender de verdad a amarse con cómo eres a nosotras mismas, pero de una manera bonita, debe sentirse bien, fácil. Al final este concepto fue muy importante para mí, que para trascender el cuerpo somos más que un cuerpo, no solo somos un cuerpo. El objetivo, entonces, de trascender tu cuerpo, es para equilibrar tu grado obsesivo por él. Recuerda que todos vamos a ser un 50%, que hay que cuidarlo, que hay que amarlo, pero el otro 50% lo tienes que dedicar a ser más fuerte, a reconocer tu valía, tu gracia, tu personalidad, tu chispa, eso que te hace única. Reconocerte, ver qué te gusta, qué no te gusta, verte más auténtica. Una vez que te des cuenta de cómo eres y quién eres, ahí es donde empieza tu verdadero cambio. Luego también es importante trascender el cuerpo para darte cuenta de que el cuerpo es el vehículo a través de que se van a cumplir tus sueños. Entonces nos tenemos que nutrir, cuidarlo, y no solo por estética, sino desde una relación mucho más profunda. Ahora lo vamos a cuidar y querer porque entendemos que a través de nuestro cuerpo tenemos que tener una buena manera de contar con la energía necesaria para llevar a cabo todo lo que nos propongamos en la vida. Y en tercer lugar es necesario sanar nuestra relación con nuestro cuerpo para potenciar esa autoestima. Tenemos que sentir bien en general, tu cuerpo tiene que ser equivalente a salud, a energía, a belleza. Con nuestro cuerpo vamos a vivir una vida mucho más plena y a relacionarnos y sentir placer. Así que manos a la obra, os voy a compartir las herramientas que realmente generaron un impacto muy grande en mi forma de pensar y cómo logré abandonar esta obsesión que tenía con mi cuerpo. En primer lugar, necesitamos sanar nuestra relación pidiéndole perdón. Como se decía al inicio del capítulo, nos debemos una disculpa por cómo nos hemos tratado a nosotras mismas. Nos debemos una disculpa por cualquier tipo de daño que hayamos causado físico y mental, mental sobre todo. Vamos a escribirnos una carta dirigida directamente a nuestro cuerpo donde vamos a pedir expresamente perdón y nos tenemos que reconciliar como si nuestro cuerpo fuera otra persona. Vamos a escribir una carta como si fuera tu amiga pidiéndole perdón y disculparte y decirle todo aquello que le has dicho que le ha hecho daño, decirle que te disculpe que eras inmadura, que eras pequeña, que no estabas siendo consciente de todo lo que le decías. Y sobre todo agradecerle a tu cuerpo que todo lo que te ha servido hasta ahora nombra con exactitud todo lo que has podido hacer con tu cuerpo. Prométete en esta carta que a pesar de no tener ahora mismo el cuerpo como a ti te gustaría verlo, prometes no hacerle más daño y tener paciencia y prometes ir de la mano con él para irlo cuidando poco a poco, para ir aprendiendo, para tratarlo con compasión, buscando más guía, más ayuda, investigando de cómo puedo hacerlo más fácil y hacer una relación nuestra mucho más sencilla. Agradeces que tienes salud en esa parte de tu cuerpo que no te gusta y te la vas a amar por el resto de tus días. Háblale a esta parte de tu cuerpo y reconcíliate con ella. Si es algo que no lo puedes cambiar, acéptalo tal y como es. Una vez que hacemos este trabajo de reconciliación y pedir disculpas, la siguiente parte es muy importante. En la siguiente parte nos vamos a centrar solo en encontrar nuestra originalidad en nuestra personalidad. Nos vamos a centrar en encontrar en qué somos diferentes, qué es lo que más resaltan de nosotros otras personas, por ejemplo. Hacer un ejercicio de reflexión y de memoria, identificar qué es lo que nos hace únicas y diferentes. La carta tendría más o menos esta estructura, una primera parte de perdón, una segunda parte de reconciliación, de hacer las paces y una tercera parte de identificar qué me hace diferente, única y especial. Os dejo con este primer ejercicio y continuamos en el siguiente capítulo con algunas herramientas adicionales y con un libro que fue clave para sanar la relación con mi cuerpo y con las consiguientes áreas de mi vida. ¡Un saludo!

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