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DOMINGO XII     T.O

DOMINGO XII T.O

VICTOR MANUELVICTOR MANUEL

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COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS

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The main ideas of this information are that Christians and all citizens are facing dangers from ideologies and politics. However, as long as they remain steadfast and united in their faith, they have nothing to fear. Jesus has guaranteed their protection, righteousness, and freedom, and they can find strength in His Word and the sacrament of His Body. Despite the troubles and uncertainties of the world, Jesus is their wall of defense. They should remain united in prayer and love, even during the summer months, and remember that they are all one body in Christ. They should carry Jesus in their hearts and continue to pray and love one another, even during vacations. Palabra de vida hoy, domingo decimosegundo del tiempo ordinario, al pan por la Palabra. Muchas son las olas de las ideologías y políticas que hoy nos ponen en peligro a los cristianos y a todos los ciudadanos. A pesar de ser nosotros tan pequeños ante el poder del mundo, no tenemos motivos para temer si permanecemos en pie, con libertad de conciencia y con dignidad, sobre la roca que es Cristo. Aun cuando el mar se desate, no romperá esa roca, nada podrán los enemigos de Dios contra la barca de Jesús que es la milenaria iglesia universal. En este tiempo nuestro, tan aferoso e incierto como el que más de la historia pasada, debemos recordar y orar a menudo con aquella afirmación del Señor Jesús. Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Donde una asamblea del pueblo de Dios esté reunida y unida desde la oración por los lazos de la caridad fraterna, ¿no estará presente el Señor? Él nos ha garantizado la protección de nuestras almas, la rectitud de nuestra conciencia con la iluminación y la fuerza para defender nuestra libertad. Nos ha prometido el final gozoso de nuestra vida y tanto, no se puede sostener en nuestras solas fuerzas, sino sólo en las suyas. Tenemos en las manos Su Palabra escrita, Palabra viva, según la cual podemos vivir, por el sacramento de Su Cuerpo vivo y vivificante que comulgamos. Esa es nuestra seguridad, el Dios que se acerca a nosotros para que nos acerquemos a Él y por Él, a toda humana criatura para compartir nuestra alegría de vivir. Aunque se turbe el mundo entero ante noticias de guerras y amenazas de destrucción, aunque hoy se ponga en duda y se destierre todo lo que nos constituye como seres humanos en camino de plenitud, Jesucristo es nuestro muro y nuestra defensa. Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Que vengan a asaltarme las olas de las ideologías y la manipulación de los poderosos. Todo eso no pesa más que una tela de arañas y permanezco en la barca de Cristo, nutriéndome de Su Cuerpo, formándome con Su Palabra, celebrando la travesía que es la vida junto con aquellos que la quieren concelebrar en la fe y en la caridad, que nos hace uno, que nos hace iguales. Cristo es nuestra alcaza, nuestra roca de cimiento inamovible, el fundamento de nuestro aprender a saber vivir. Además, donde esté cada uno de los que tomamos el Cuerpo de Cristo y celebramos Su presencia entre nosotros, allí estaremos los demás. Formamos todos un solo cuerpo y los miembros del cuerpo no pueden separarse mientras estén vivos. Aunque como durante el verano estemos separados en cuanto al lugar, permaneceremos unidos por la caridad, por el afán de buscar a Cristo en nuestra vida diaria y de hacer con Él lo que Dios quiera para que seamos fecundos en bien de nuestros semejantes. Quienes celebramos juntos a Cristo somos unos para otros, con ciudadanos, padres, hermanos, hijos. Cuerpo cada uno de los otros y luz, una luz más agradable y necesaria que la luz material, porque la fuerza y la salud de cada miembro de la comunidad son las de aquellos que junto a Él convolgan a Cristo. Signo de esta forma de ser y estar unidos es el gesto de la paz que intercambiamos y el rezo de un Padre nuestro antes de convivir, que nos recuerda cómo somos familia, cuánto nos necesitamos y cómo nos ayudamos unos a otros a no perder la alegría de vivir y la salvación eterna por fuerte que arrecie contra nosotros la tempestad que siempre desatan los enemigos de Dios, los enemigos del ser humano. En verano no llevemos en la maleta sino en el corazón a Jesucristo para llevarnos junto con Él a quienes tenemos al lado todo el año, pues necesitamos orar unos por otros y seguir amándolos también en vacaciones. Vuestros hermanos franciscanos desde Toledón, los abrazo con fuerza con la paz y el bien. Amén. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org Traducido por Marie Arias

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