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In this podcast episode, Gustavo Mora discusses the topic of children lying. He explains that around the age of 4, children start to tell their first lies and as adults, we often don't know how to handle it. He emphasizes that the executive part of the brain responsible for logical thinking and rationality doesn't fully develop until around the age of 7. Therefore, children lack the understanding of the implications of lying. Gustavo identifies three main reasons why children lie: the modeling of lying behavior by adults, the use of "trap" questions that invite lying, and negative reactions from adults when children make mistakes. He advises parents to reflect on their own behavior and eliminate lying from their interactions with children. He also suggests avoiding trap questions and instead confronting children about their mistakes and teaching them the consequences. It is important for adults to support and guide children rather than reacting negatively. Gustavo encourages consistenc Hola, bienvenidos a un episodio más de este Subpodcast Todos a Bordo con Gustavo Mora. Es un placer para mí que me acompañen una semana más en este viaje donde aprendemos todos, porque no solamente yo les puedo ofrecer información a ustedes, sino a través de los comentarios, de los mensajes que me envían e incluso a través de sus testimonios. Yo soy un mejor profesional e inclusive una mejor persona también. El día de hoy les traigo un tema muy recurrente en las familias, en aquellos hogares donde por lo general ya hay niños que hablan, que tienen ya un discurso más fluido, y es mi hijo miente. Gustavo ¿Por qué mi hijo de un momento a otro empezó con las mentiras? Así que espero que disfruten muchísimo este episodio y empecemos. Y bueno, para empezar con este tema que se las trae, como decimos en mi país Costa Rica, de las mentiras de los niños y niñas, quiero contarles que alrededor de los 4 años es cuando empieza esta manifestación. Los niños alrededor de esta edad inician con este comportamiento, empiezan a aparecer sus primeras mentiras y nosotros como adultos muchísimas veces no sabemos qué hacer con este tema. Por otro lado, quiero recordarles, es algo que hago yo muchísimo énfasis en la mayoría de publicaciones, de conferencias e inclusive acá en mi podcast, y es recordar que nuestro cerebro ejecutivo, nuestro cerebro más racional, más pensante, que tiene ese comando de poder tener pensamiento lógico, crítico. Apenas a los 7 años inicia su maduración y se extiende alrededor de los 25 años e inclusive hay estudios que ya revelan que hasta los 30 años. Entonces, sabiendo esto, podemos entender que nuestros niños y niñas antes de los 7 años no tienen la noción de lo que significa o lo que implica mentirle a una persona en determinada situación o con determinado tema. Entonces, quiero contarles los que para mí son las tres razones principales por las que nuestros niños y niñas mienten. Y en primer lugar, quiero hablarles de qué estamos nosotros modelando como adultos a nuestros niños y niñas. ¿Cuántas veces inclusive nosotros los invitamos a mentir para algo que pasó en casa y no queremos que papá se dé cuenta? O inclusive yo recuerdo de alguna anécdota que no preciso ahorita quién me la comentó, pero resulta que alguien llegó a vender y la mamá le dijo a su niño, ve y dile que mamá no está. Y el niño salió y le dijo al vendedor, dice mi mamá que no está. Entonces, esta reflexión nos lleva a ese pensamiento que tenemos que llevar a nuestra conciencia y empezar a reevaluarnos y hacer una auto evaluación de cuánto nosotros estamos modelando las mentiras dentro de la dinámica de nuestra familia. Y sí, es que yo sé que hay mucho tema que debatir en cuanto a las mentiras. Hay personas que defienden las mentiras piadosas, que hay mentiras que sí se igualen, que hay otras que no tanto, que no podemos mentir con ciertas cosas y con otras sí. Pero en fin, lo importante es que ese cerebro tan inmaduro que tienen nuestros niños y nuestras niñas no tiene la capacidad de poder discernir cuál es el alcance que tienen efectivamente las mentiras que les estamos modelando. Por eso, la primera razón para mí por la cual nuestros niños y niñas mienten es porque justamente están viendo ese modelo que me está enseñando que mentir es permitido en cualquier contexto, no solamente en mi casa, sino en el jardín, en la escuela o en cualquier otro lugar. Ahora vamos al segundo punto que nos puede orientar en por qué nuestros niños y niñas mienten. Y es justamente algo que nosotros le llamamos las preguntas trampa. Constantemente las habilidades sociales, las habilidades que nosotros aprendemos para convivir con los demás, se aprenden, se adquieren e inclusive se ponen en práctica a mayor repetición. Y nosotros los adultos, sin darnos cuenta, muchas veces estamos invitando a nuestros niños y a nuestras niñas a mentir. ¿Cómo Gustavo? ¿Cómo sucede eso de las mentiras trampa? Ejemplo, dejamos el helado dentro del refrigerador y nosotros sabemos que está al alcance de nuestros niños e inclusive le damos la indicación de que hoy vamos a comer un poco de helado una noche y otro día vamos a comernos otro poco de helado para poder así distribuirlo a lo largo de la semana. Recordemos, no podemos chantajear, no podemos decirle a nuestros niños que hagan esto y les regalamos helados, ni tampoco podemos utilizarlo a forma de soborno, como también lo podemos llamar de otra forma. Entonces cuando nosotros hacemos estas preguntas trampa y por ejemplo le decimos a nuestros niños quién se comió el helado que estaba dentro del refrigerador y sabemos que nuestro niño tiene toda su boca llena de helados. Sabemos que nuestro niño ahí tiene la posibilidad de decir la verdad o decir la mentira. En este momento estamos propiciando que quizás nuestro niño sea inducido a mentir, por eso es importantísimo que eliminemos esas preguntas trampa cuando tenemos la certeza de que nuestro niño o nuestra niña hizo algo que para nosotros no es correcto o hizo algo que para nosotros no es esperado. Finalmente, esta es una de las razones que más me preocupa, es cuántas veces nosotros como adultos reaccionamos cuando nuestros niños o cuando nuestras niñas se equivocan o hacen algo en lo que nosotros no estamos de acuerdo. Si nosotros reaccionamos desde el juicio, desde el enojo, desde el castigo, desde el enfado, desde el grito, desde la amenaza, desde el golpe inclusive, estamos promoviendo que nuestros niños y niñas cuando no les resulte algo, cuando hagan algo que quizás no fue con mala intención, que se escapaba inclusive de las habilidades que tiene para la edad que en ese momento posee, estaríamos dando la referencia de que efectivamente cuando me equivoco yo como niño o cuando hago algo que yo sé que no está bien para los adultos, lo que voy a tener de frente es una persona que se vendrá en mi contra. Por eso quiero que a partir de hoy hagas la siguiente dinámica. Si tu niño hace algo que no está correcto para vos, si tu niño hace algo que no sabes que fue lo que pasó y cuando llegas esconde las manitas, se tapa la boca o inclusive empieza a temblar, quiere decir que cuando se equivoca o cuando hace algo que no está correcto, tú le demuestras que debe de tener miedo. Y cuando nosotros los seres humanos tenemos miedo a la confrontación de otro adulto o de otra persona, vamos a tender a mentir. Por eso esta sería la tercera razón. ¿Cómo nosotros reaccionamos cuando nuestros niños con ese cerebro inmaduro se equivocan? Cuando nuestros niños con ese cerebro inmaduro hacen algo que consideramos que no está bien. Y pues bueno, entonces ustedes me dirán, Gustavo, por favor ayúdenos, denos herramientas o consejos que nos ayuden con el tema de las mentiras de mi niño y de mi niña. Entonces vamos a lo que vinimos. En primer lugar, quiero que revises cuál es la dinámica de tu familia, de tu aula, si sos un profesional en el área de educación, cómo abordamos las mentiras. ¿Existen mentiras en mi hogar? ¿Existen mentiras que yo modelo? Porque recordemos, vamos a dejar de lado que algunos defienden que hay mentiras pedazosas que son válidas y otras que son inválidas. Al mismo tiempo tenemos que recordar que cuando hablamos de infancia, cuando hablamos de un cerebro flexible que está aprendiendo todo lo que está recibiendo de diferentes estímulos, y principalmente el auditivo y el visual, entonces tenemos que revisar si efectivamente tenemos ese control o esa supervisión de constantemente evitar a toda costa que nuestros niños nos vean mentir y principalmente no pedirles a nuestros niños que mientan por nosotros. Esta recomendación es valiosísima porque recordemos que los hábitos hacen que nuestros niños instauren algo nuevo, ya sea positivo o sea negativo. Y si nosotros no lo estamos modelando, es muy probable que nuestro niño no lo llegue a copiar. En segundo lugar, tenemos que sí o sí eliminar las preguntas trampas. Cuando nuestros niños o nuestras niñas se equivoquen, cuando nuestros niños o nuestras niñas hagan algo que nosotros no esperamos y no estamos de acuerdo, confrontémoslos. Esa es la mejor forma de que nuestros niños sepan, integren e interioricen que efectivamente hay cosas que en esta casa no se pueden realizar y que inclusive pueden atraer consecuencias lógicas que nos permiten a nosotros como niños empezar a ser un mejor ser humano, aprender a cooperar más y a entender que en la vida si pasa algo va a haber una consecuencia a raíz de eso que pasó. Ejemplo, si nosotros encontramos a nuestro niño con el helado en la boquita y le decimos, Felipe, te comiste el helado que estaba en el refrigerador. Acordamos que ese helado lo íbamos a comer en varios días. Eso no está bien y recordemos las reglas de la casa. ¿Qué pasó? Ahora vamos a durar más días sin poder comer helado porque te comiste todo el helado que íbamos a comer durante varios días distintos. Y finalmente vamos a recordar que efectivamente nosotros tenemos que estar del lado de nuestros niños, no en su contra. Cada vez que tu niño o tu niña se equivoque, cada vez que tu niño o tu niña haga algo que consideres un mal comportamiento, vamos a direccionar hacia eso que a veces no vemos como la punta del iceberg porque a veces vemos solamente el comportamiento inadecuado y no vemos que está debajo de esta habilidad que nos está diciendo todavía no sé hacerlo de otra forma. Vamos entonces a poner el coco ahí en vez de dar juicios, generar culpa, gritar, regañar, castigar. Para de esta forma nuestros niños entiendan que cuando pasa algo que no está del todo bien, que no hice del todo bien, tengo un adulto a la par que me enseña y que con repitencia me ayuda a alcanzar porque yo por madurez cerebral aún no puedo adquirirlo. Y pues bueno, entendiendo esto, pero principalmente con mucha constancia y con mucha repitencia como siempre lo digo, porque no solamente nuestros niños necesitan hacer algo muchas veces para poder adquirirlo. Por ejemplo, recuerden las personas que me están escuchando y manejan, cuánto nos costó poder aprender a dominar todas las palancas, la manivela o el volante, como le dicen también, cuánto tiempo tardamos para poder adquirir esta habilidad. La respuesta es varias repeticiones. Lo necesitamos muchas veces para poder dominarlo. Así es en la crianza. Cada una de las herramientas que Gustavo Mora u otro profesional o lo que ustedes lean en algún libro requiere de muchísima, muchísima, muchísima constancia y repeticiones para que ese cerebro logre integrarlo y hacerlo de una forma más fluida y con muchísima más conciencia. Espero que te haya gustado muchísimo este episodio, que te sirvan estas herramientas jugaces que te estoy ofreciendo para el tema de las mentiras. Y no olvides que en mi Instagram, en mi TikTok, en mi Facebook aparezco como todos abordo CR y ahí también te comparto otras herramientas que te pueden servir. Además, siempre en mi canal de Telegram, que está en el link de mi biografía en Instagram, también puedes unirte porque mando un pequeño resumen de este podcast. También todos los lunes en mi grupo de correos cerrado privado también les envío esto por escrito porque hay personas que les gusta más escuchar, otras que les gusta más leer, otras que les encantan los resúmenes. Entonces, por cualquier medio que te guste a vos consumir contenido, en todos abordos te tengo una forma de hacerlo de acuerdo a tu preferencia. Te mando un abrazo grande, muchas gracias por estar en mi tripulación acá a bordo conmigo y te espero el próximo lunes en un episodio más para seguir aprendiendo vos y yo sobre temas de crianza. ¡Chao!