Details
historia
Big christmas sale
Premium Access 35% OFF
historia
Once upon a time, all the feelings and qualities of mankind gathered together. Boredom suggested playing hide and seek. Curiosity, enthusiasm, and joy joined in, while doubt and apathy didn't show much interest. They all hid, and when Madness went to find them, Laziness was the first to be found. Envy, Beauty, and Doubt were also found. But when Madness accidentally hurt Love, it cried and promised to be its forever companion. That's why Love is blind and Madness always follows it. Muy buenas noches, mi nombre es Dante y hoy les voy a contar una historia que titula El amor y la locura. Cuentan que una vez se reunieron todos los sentimientos y cualidades del hombre. El aburrimiento bostezó de tanto aburrirse y la locura les propuso, oigan, vamos a jugar a las escondidas. La intriga levantó la ceja y la curiosidad sin poderse mantener tranquila preguntó, ¿escondidas? Por su parte el entusiasmo danzó, seguido de la euforia y la alegría que dio tantos saltos que al final terminaron por convencer a la duda y a la apatía, que claro, nunca se interesaban por nada. Uno, dos, tres, comenzó a contar la locura. La primera en esconderse fue la pereza, que como siempre cayó tras la primera piedra que encontró en el camino. La fe subió al cielo y la envidia se escondió detrás de las sombras. Por su parte la generosidad casi no lograba dónde esconderse, pues cada lugar que encontraba le parecía tan bueno que prefería dárselo a sus amigos. Por su parte la belleza encontró un lago cristalino y se escondió allí. Así fue que terminaron escondiéndose todos. Cuando la locura comenzó a buscar, la primera en aparecer fue la pereza, quien se había escondido solo a tres pasos tras la primera piedra. En un descuido encontró a la envidia, y de tanto caminar se aproximó a un lago y encontró a la belleza. La duda fue más fácil de encontrar, pues estaba sentada sin decidir aún dónde esconderse. Cuando estaba a punto de darse por vencida, encontró un rosal y comenzó a sacudir sus ramas. Entonces escuchó un grito doloroso. Sin querer, había herido al amor en los ojos, y la locura no sabía qué hacer para disculparse. Lloró, rezó, imploró, pidió perdón, y hasta prometió ser su guía para siempre. Es por eso que desde entonces el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña.