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The story titled "El amor y la locura" tells about how all the feelings and qualities of man gathered together. Boredom yawned and suggested playing hide and seek. Intrigue, curiosity, enthusiasm, and joy all joined in. The first to hide was laziness, followed by faith and envy. Generosity struggled to find a hiding place, as every spot seemed perfect for friends. Beauty found a crystal-clear lake to hide in. When madness started counting, laziness was the first to be found, followed by envy and beauty. Doubt was easily found, sitting undecided. Just as madness was about to give up, it found a rose bush and accidentally hurt love. Madness cried and begged for forgiveness, promising to always be its guide. That's why love is blind and madness always accompanies it. Muy buenas noches, mi nombre es Dante y les voy a contar una historia que titula El amor y la locura. Cuentan que una vez se reunieron todos los sentimientos y cualidades del hombre. El aburrimiento bostezó de tanto aburrirse y la locura propuso, oigan vamos a jugar a las escondidas. La intriga levantó la ceja y la curiosidad sin poderse mantener quieta dijo, está bien, el entusiasmo danzó seguido de euforia. La alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la duda y a la apatía. Uno, dos, tres, comenzó a contar la locura. La primera en esconderse fue la pereza, quien como siempre cayó tras la primera piedra que encontró en el camino. La fe subió a los cielos y la envidia se escondió detrás de las sombras. La generosidad casi no encontraba un lugar donde esconderse, pues cada lugar que encontraba le parecía tan bueno para sus amigos que prefería dárselos. Y la belleza se escondió en un lago cristalino que era ideal para ella. Cuando la locura comenzó a contar se puso a buscar y la primera en aparecer fue la pereza, quien se había escondido sólo a tres pasos de la primera piedra. En su descuido encontró la envidia, que de tanto caminar sintió sed y luego se aproximó a un lago y descubrió la belleza. La duda fue más fácil de encontrar, pues se encontraba sentada sin decidir aún dónde esconderse. Cuando estaba a punto de darse por vencida ya de encontrar a todos, encontró un rosal y comenzó a sacudir sus ramas. Entonces escuchó un grito doloroso. Sin querer había herido al amor en los ojos y la locura no sabía qué hacer para disculparse. Lloró, rezó, imploró, pidió perdón y prometió ser su guía para siempre. Es por eso que desde entonces el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña.