MARTES XXII TO

The reading discusses the importance of living in harmony and balance in various aspects of life. It emphasizes the need to have inner harmony and balance in order to grow and thrive. It also highlights the significance of being aware of one's true self and living in accordance with one's purpose in life. The reading suggests that living in balance brings about mental and emotional stability, while living without it leads to emotional instability and fear. The reading concludes by mentioning the importance of unity and fraternity in achieving peace and fulfillment. The message is inspired by the encyclical letters Fratelli Tutti and Laudato Si, and the lives of Saint Francis and Saint Clare. Palabra de vida hoy, martes vigésimo segundo del tiempo ordinario, celebrando el tiempo de la creación, al pan por la Palabra. De la primera carta a los tesalonicenses. Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo paz y seguridad, entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina como los lores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como ladrón. Porque todos sois hijos de la luz e hijos del día. No lo sois de la noche ni de las tinieblas. Así pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y vivamos sobriamente. Porque Dios no nos ha destinado al castigo sin obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Él murió por nosotros para que, despiertos o dormidos, vivamos con Él. Por eso, animaos mutuamente y ayudaos unos a otros a crecer, como ya lo hacéis. Del Evangelio según San Mateo Desde la víctima poseída el demonio inmundo se puso a gritar a voces. ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirlos? Sé quien eres, el Santo de Dios. Jesús le intimó, cierra la boca y sal. El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño. Todos comentaban estupefactos. ¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos y salen. En las artes, la armonía es el equilibrio de proporciones entre las partes de un todo. La armonía interior consiste en alcanzar una concordancia interna, un equilibrio de proporciones entre los elementos que conforman la vida psíquica de la persona. En términos espirituales, el equilibrio es fruto de la habilidad de posicionarse ante la vida, desde una perspectiva clara y discernir según Dios, para optar por una acción adecuada en cada momento y situación. Una persona equilibrada será capaz de valorar cada situación como una ocasión de realización personal, sea dicha situación favorable o adversa, de modo que pueda crecer humanamente con autenticidad tanto en las duras como en las maduras. Vivir en equilibrio es sinónimo de plenitud, de salud mental, de la riqueza que más se posee cuanto más se vacían el corazón y las manos de esas aparentes riquezas que nos poseen a nosotros, alucinarnos a una voluntad de poder, al dominio solidario, a cerrarnos a los demás para no perder unas riquezas devenidas en cadenas. La más grande riqueza interior, la que hace posible que disfrutemos de los bienes que tengamos, sin un temor paralizante a perderlos y sin lamentos pueriles por todo lo que nos falta, es consecuencia y fruto de adquirir consciencia de quién se es, en verdad, no sólo de cómo se es, sino mucho más allá de nuestros rasgos personales y actos, quiénes somos y quiénes estamos llevados a ser por ser quienes somos. Conocer y regirse por el sentido de la vida y no hacerse propósitos que renieguen de ese sentido más grande que otro con mayúscula nos puso dentro, nos llevará a multiplicar los talentos disponibles por hacerlos fecundos por doquier y no sólo para nosotros mismos. Todo esto nos otorgará una estabilidad emocional y mental propia de una persona integralmente sana, salvada ya, de todos los demonios que amenazan con menoscabar su dignidad y deformar su belleza. Las personas que viven sin aspirar a este equilibrio sufren de una gran inestabilidad emocional, pasan de la tristeza a la alegría o viceversa en segundos. Están indefensas, desarmadas ante los azares de la vida y todo por temores varios ante la posibilidad de ver frustrados los anhelos con los que tratan de darse un sentido, un porqué. Este tipo de sensaciones, no como tentaciones puntuales y concretas, sino como rasgo frecuente e incluso habitual por no vivir centrados y en equilibrio, causan un desgaste importante en el bienestar y en la salud tanto espiritual como mental. La unión con aquellos que hacen de mis talentos y bienes los suyos, mientras me enriquecen a mí, con mayor o menor reciprocidad, la fraternidad en armonía, como rasgo de la propia personalidad y como actitud ante todo y ante todos, nos alcanza en la virtud que trae paz y saciedad de todos los quereres y anhelos. Todo esto que encontramos a la base de la propuesta de la encíclica Fratelli Tutti, es el fundamento humano y evangélico de la verdadera propuesta ecológica de la encíclica Laudato Si, y en San Francisco y Santa Clara y Jesús, entre tantos, encontramos un luminoso y deseable ejemplo de vida que nos puede llevar a ser mucho más de lo que somos hoy. Sintiéndonos llamados por Francisco y Clara, vuestros hermanos franciscanos desde Toledo, os saludan como compañeros de camino con la paz y el bien.