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This podcast series shares stories that will make us grow as individuals and evoke our best emotions. The first story is called "Las apariencias engañan" (Appearances can be deceiving). It follows the life of Don Nicolás, a strong and experienced hunter who lives in a beautiful wooden house in the forest with his nine-month-old grandson and loyal dog. One day, Don Nicolás goes hunting but gets trapped by a fallen tree during a storm. In his delirium, he imagines his dog attacking his grandson and, consumed by anger, manages to free himself and rushes home. Upon arrival, he shoots his dog, only to discover that the child is safe and the dog had protected him from a huge wolf. Un cordial saludo para todos, bienvenidos a esta serie de podcasts que nos van a presentar historias de la vida, historias que nos van a hacer crecer como personas, historias que van a hacer florecer nuestros mejores sentimientos. La primera historia la escribe Sergio Arturo Medina Castillo y se llama Las apariencias engañan. No debemos juzgar las cosas solo por lo que ellas superficialmente nos dicen. Don Nicolás era un hombre alto, robusto, maduro y de gran fortaleza, labrigo y cazador experto, actividades desarrolladas durante toda su vida. En el bosque, vivÃa en el bosque, en una hermosa casa de madera que él mismo habÃa construido. Acompañaba a su soledad con su nieto de nueve meses, quien era el centro de su vida, pequeño que habÃa perdido a su madre al momento de nacer y de padre fugitivo, que además compartÃa sus dÃas con un hermoso perro, fiel y que se ha convertido en la niña de sus ojos. Un dÃa su Nicolás madrugó, se fue de casa, como lo hacÃa muy a menudo, dejando al bebé bajo la protección de su amigo incondicional, su perro. Era un dÃa un poco oscuro, sin embargo Don Nicolás, experto cazador, no dudó en realizar una de las tareas que más le agradaban. Entró poco a poco en el bosque, de pronto divisó un hermoso venado y empezó su feroz persecución. El venado se internaba más y más dentro del bosque, lo cual no fue impedimento para Don Nicolás, quien por su orgullo de cazador no podÃa dejar escapar semejante presa. De pronto se inició una tormenta y la lluvia, los vientos, los rayos y los truenos empezaron a hacer sus estragos. En su intento de regresar fue atrapado por un árbol de inmenso tamaño que cayó sobre sus piernas y lo dejó prácticamente sin movimiento. Las horas pasaban y Don Nicolás no podÃa liberarse de ese obstáculo que cada vez lo lastimaba más. Pasó el dÃa y llegó la noche y de pronto tuvo Don Nicolás una visión dantesca. Se imaginaba a su perro muerto de hambre comiéndose al bebé indefenso. Este pensamiento lo cegó de ira y le hizo tomar fuerzas espectaculares con las cuales pudo liberarse del tronco que impedÃa su movimiento. Casi como, casi como un autómata, corrió incansablemente hasta su casa con su rifle y con sus pensamientos macabros. Al llegar tumbó la fuerza con un gran empujón y ahà mismo apareció su gran amigo el perro moviendo en la cola con su hocico totalmente ensangrentado y con heridas por todo su pecho. Don Nicolás inmediatamente asoció todo ello con su nieto. Lo imaginó devorado por el perro y sin vacilar tomó el rifle con lágrimas en sus ojos, apuntó y le disparó toda la munición que tenÃa y el animal cayó del piso totalmente destrozado. Después temblando y con inmensa tristeza entró al cuarto de su nieto y para su sorpresa el niño dormÃa plácidamente en su camisa blanca y en sus pies un enorme lobo totalmente despedazado.