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Día 133 Diario espiritual del domingo 12 de mayo de 2024 basado en Segunda de Samuel capítulo 11 al capítulo 12 y Primera de Corintia capítulo 20 Hoy es el cumpleaños de mi primer nieto, Mateo Roberto y le deseo muchas felicidades. Que el Señor le bendiga, lo guarde, lo cuide, haga resplendecer su rostro sobre él, y tenga de él misericordia, y lo llene de su paz. Los pasajes que me marquen su atención de este día son Segunda de Samuel capítulo 11 versículos 1 y 27 que dicen así En la primavera, que era la época en que los reyes salían de campaña Punto suspensivo, David se quedó en Jerusalén. Versículo 27 Después del luto, David mandó que se la llevaran al palacio y la tomó por esposa. Con el tiempo, ella le dio un hijo. Sin embargo, lo que David había hecho desagradó al Señor. Segunda de Samuel capítulo 12 versículos 9 y 14 dice ¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor haciendo lo que le desagrada? Versículo 14 Sin embargo, tu hijo sí morirá, pues con tus acciones has mostrado desprecio al Señor. Meditando en Segunda de Samuel capítulo 11 versículos 1 y 27 Hasta David, un hombre que era conforme al corazón de Dios, llegó a hacer lo que desagradaba al Señor. Porque no se mantuvo temiendo al Señor y estar ocupado cumpliendo sus mandamientos y haciendo la voluntad del Señor. Meditando también en Segunda de Samuel capítulo 12 versículos 9 y 14 Dios el Señor dice que no hacer Su voluntad nos puede llevar a hacer lo que le desagradará a Él y eso es despreciar Su palabra. Nuestras acciones muestran si apreciamos o despreciamos al Señor. Por eso mis oraciones basadas en Segunda de Samuel capítulo 11 versículos 1 y 27 capítulo 12 versículos 9 y 14 son Padre Nuestro que estás en los cielos, ayúdame a ser un hombre conforme a Tu corazón, pero ayúdame más a tener temor de Ti, a mantenerme ocupado cumpliendo Tus mandamientos y haciendo Tu voluntad, Señor. Padre Santo, ayúdame a no hacer lo que a Ti te desagrada. Ayúdame a no despreciar Tu palabra. Ayúdame a que mis acciones demuestren que realmente Te temo, Señor, que Te respeto y Te aprecio. Todo esto te lo pido, Padre, una vez más, y quieras Tú concedérmelo, porque te lo pido creyendo que Tú me lo puedes conceder, y porque te lo pido conforme a Tu palabra, y porque te lo pido en el precioso y poderoso nombre de Tu Hijo amado, mi Señor, mi Rey, Salvador y Dios, Cristo Jesús, confiando que así será, porque confío también que así Tú lo harás. Amén y Amén.