El Individuo y su Interpretación

The individual cannot be the interpreter of a sign because it lacks a true meaning. Biblical interpretations are based on previous interpretations, not solely on personal judgment. The church's consensus allows for a clear interpretation. Personal interpretation can lead to misinterpretations. The author is developing the concept of ecclesial semiotics, which is subject to consensus for a true and real vision. Porque si el individuo fuese el intérprete del signo, vaya, el que pueda darle el significado general al signo, carece totalmente de un significado veraz. ¿Por qué? Porque si hablamos de algo escencial, tiene que tener una previa interpretación en tanto a que se refiere a conceptos e ideas de traducciones bíblicas, ¿cierto? Por ejemplo, algo muy claro de lo que podemos hablar, de lo que podemos definir, la idea o los pasajes bíblicos, muchos de los pasajes bíblicos. Nosotros utilizamos comentarios bíblicos en muchas ocasiones para poder interpretar un pasaje, pero esta interpretación ya fue utilizada por alguien, de hecho, alguien la expuso. Están muchísimos comentarios bíblicos que hemos conocido, pero estos, a su vez, están basados generalmente no solamente en la interpretación del individuo en sí, es decir, del comentarista, sino que, en muchos casos, en la interpretación general de la cristiandad. Esto permite que la iglesia pueda tener una interpretación clara de las cosas. Si no existe o si no existiera un consenso o convenio entre lo que es y no es, entonces el individuo podría interpretar a juicio personal cualquier cosa que pueda encontrar en la Biblia, puede interpretar cualquier pasaje a como a él le convenga. Por eso mismo, interpretar esto de manera personal, semióticamente, como si fuera un signo, porque lo es, es muy diferente a interpretar un concepto bíblico, una idea, o incluso pasajes bíblicos a partir de la lingüística, es muy distinto. Por ello, la semiótica eclesial, que he escrito y que todavía algunas cosas estoy desarrollando, hoy siendo 10 de abril del 2024, tiene como propósito eso, establecer que la semiótica eclesial sí existe, por supuesto, pero está sujeta, y el que esté sujeta no quiere decir que esta semiótica carezca de voluntad propia, todo lo contrario, sino que esta sujeción es requerible para que pueda tener una verdadera y real visión.