Home Page
cover of PREDICACION 05 FEB 2023
00:00-20:54

PALABRA QUE EDIFICA NUESTRA ALMA, BENDICIONES DEL CIELO PARA NUESTRAS VIDAS.

25
Plays
0
Downloads
0
Shares

Transcription

Dios les bendiga, hermanos y amigos, con ustedes la iglesia de Dios Pentecostal M.I. del barrio Yehuada de Gamay, su pastor Luis Gerardo Arroyo, con ustedes una prédica dominicana. ¡Tenote, no! Es que hay días que no estamos en buenas, hay días que nuestro cuerpo está enfermo, hay días que no tenemos deseo prácticamente ni de trabajar. Alguien diga conmigo, pero hay que trabajar. Palabra del Señor, eso le gustó mucho de ustedes, ¿verdad? La realidad es, amados, que cuando usted va al contexto bíblico, el Espíritu que está en vosotros, nos debe despertar el deseo de buscar a Dios. Nos debe motivar, nos debe inspirar, nos debe animar a llegar a buscar el rostro de Dios. Alguien adora al Señor conmigo. Y si Cristo vive en mí, se refleja el gozo del Señor. Si Cristo vive en mí, se ve la alegría, el contentamiento. Mire que está a su lado y regálele una sonrisa en esta mañana. Regálele una sonrisa y si tiene mascarilla pues interpretamos que se está sonriendo. Hay gente que no se ríe ni pagándole. Me gusta cuando Gigi decía sonríe, que Cristo te ama. Cuando tú te sonríes, tu cuerpo coge vida, tus músculos cogen ánimo. Bueno, y si Cristo vive en mí, se debe reflejar el gozo del Señor que es mi fortaleza. Si Cristo vive en mí, aunque yo esté pasando por dificultades, puedo entender que el Señor lleva a cada uno de ellos a un lugar de descanso. Vaya la palabra, la palabra me dice el que vení a mí los trabajados y cargados, que yo los haré descansar. Oiga eso. ¿Alguien está cargado en esta mañana? ¿Alguien está cansado? Sí, humanamente sí. Pero también estamos hablando de aquellas personas que llevan en su espalda un sinnúmero de problemas, de vituperios, de luchas, de conflictos. Mire hermano, llega un momento en su vida y déle coraje y suelte ese bulto que lleva en la espalda. Suelte esa carga, despréndase de esa carga. Porque si Cristo vive en usted, porque usted está con esa cara de tristeza, de desgano, como si se hubiera muerto alguien con mucho respeto, el que haya perdido un familiar, ser querido. Pastor, no todo el tiempo se puede reír, pero es que nadie se quiere morir. Lo repito otra vez, a ver si usted ha entendido la pregunta. ¿Quién se quiere morir? Nadie. Y sepa usted que hay gente que sí se quiere morir, que están cansados, que están hasteados de la vida, que ya la vida les jugó una trastada mal. Bueno, el problema está que mucha gente no han dejado que Cristo entre a su corazón y están cargados, amargados, atribulados. Diga, Cristo vive en mí, dígalo. Mire que Cristo está a su lado. ¿Y Cristo vive en ti? Alaba. El que vive en Cristo no andará en tinieblas. Las tinieblas no tienen poder sobre usted. Yo voy a decir algo y quiero que usted lo entienda. Yo estuve la semana pasada afuera, y en la ciudad de Boston, Massachusetts, hay un sitio que se llama Salem, S-A-L-E-M. Si usted tiene familiares de esa zona, pues sepa lo que le estoy diciendo. Esa ciudad se conoce como la ciudad de las brujas. ¿Le sabía eso? Sí. Se le conoce como la ciudad de las brujas. Y yo he ido a Boston un montón de veces y nunca he ido a ese lugar. Pastor, ¿y qué usted hace allí? Antes que usted me juzgue y antes que entre a conclusiones, déjame explicarlo, ¿verdad? Pero vamos por partes. Le digo al pastor, pastor, símame a ese lugar. ¿Qué es lo que hay allí? Y es que existe en la esquina de la ciudad una casa que sus dueños, sus primeros dueños eran brujos, brujos. Y la casa está pintada de negra. Entonces se llama así mismo, The Witch House, la casa de las brujas. Ay, por favor, no habían brujas, sí, por si acaso no. No habían escobas voladoras. Sí, que quede claro. Yo simplemente le digo al pastor, yo quiero ver qué es eso, lo que hay. Y me paro en la esquina, me paro frente al lugar y miro, simplemente una casa. Y aunque parece una casa misteriosa, es una casa normal, pero dentro de la casa hay una historia. Y sus primeros dueños creían en el poder de la brujería y en esa casa hacen convenciones y se reúnen y todo ese tipo de personas, bla, bla, bla, bla, bla, que se yo. Entonces yo me paro al lado del pastor y estamos conversando y le digo, oye, ¿sabes qué? ¿Qué? ¿Qué cosa, verdad? La gente le llama la atención esto, una casa de las brujas. Y antes que usted diga, para aclarar que usted fue allí, pues eso mismo, a ver qué era lo que había allí. Sí, yo fui porque quería ver lo que era una casa de las brujas. Qué silencio. Y habían unas jóvenes que habían venido de México y las jóvenes se paran con un miedo en la orilla de la acera, con un miedo, que eso era terrible. Y una a la otra decía, wow, mira eso, que es una casa normal, sencilla. Y yo le digo, ¿sabes qué? Ahora mismo hay alguien mirándote por la ventana. Y ellas miraban así. ¡Es verdad! Y el pastor me dice, tú eres tejible. Y yo le dije, mira, ten mucho cuidado, porque cuando saques la foto y la vayas a revelar después, te va a parecer un fantasma la parte de atrás. Y ellas se miraban una a la otra y decía, la verdad, ignorantes. El que está en Cristo no anda en tinieblas. Le dije, pero si tienes que tener cuidado, cuando vayas a abrir la puerta y toques la puerta, la mano se te va a convertir en negra. Y yo decía, yo no me atrevo. Miren lo que la gente es capaz de creer, amados. O sea, la gente vive como que en el espacio, en el mundo. Yo no sé qué es lo que le está pasando a la gente. Si tú estás lleno del Espíritu Santo, claro, tienes que pagar, creo que son nueve dólares para darle el recorrido a la casa, para que te hagan la historia. Cuando yo voy a la entrada, ¡Pastor, usted entró! Es tan loco que yo les cuente la gesto de la historia, ¿verdad? Y miro para el lado, el pastor estaba como veinte pies. Y digo, chicos, pero no se te va a pegar nada malo, aquí no hay nada, nosotros estamos llenos de la presencia del Señor. Pero a mí me llamó la atención, no el ocultismo, sino la ignorancia de la gente de seguir a algo que puede tener poder, pero su poder es limitado ante el poder de Dios. Y si uno está, amado, lleno de la presencia de Dios, usted no tiene que temerle a nada. Claro, no entré, no pagué la cuota, simplemente quería ver qué era lo que había allí. Y ciertamente hay unas calles que tienen los nombres de los brujos, ciertamente hay unas tiendas que venden toda esa pocavergüenza. ¿Por qué yo fui allí? Porque yo digo, de la misma manera que la gente viene a estos sitios a ver, a buscar algo que no tiene poder, si la gente entendiera que hay una iglesia que tiene poder, que transforma, que hay un Dios que cambia, que hay un Dios que hace cosas nuevas, que hay un Dios que restaura, que hay un Dios, ¡aleluya!, que santifica el cuerpo para que algún día tenga un encuentro con el Señor. ¡Jesús! El alma, la segunda parte, es la parte del cuerpo que está ligada al corazón, a las emociones y los sentimientos. No deje que su alma se contamine con nada. Dilícela, oye, la palabra del Señor en el libro de Eclesiastés, capítulo 5, versículo 8, dice, no te alegres de la pobreza de otros. Hay gente que se goza de lo que le pasa al otro, mira cómo está, perdonen las comparaciones, miren Cajo Viejo, miren la casa de Chacanto, o sea, hay gente que en el corazón lo tienen tan dañado que se gozan de lo demás, pero mira lo que dice la palabra, cuida tu alma para que no se contamine con nada. No te alegres, oye, no te alegres del dolor de otros, más bien la Biblia te dice, llorar con los que lloran, gozar con los que se gozan, sufrir con los que sufren, la Biblia dice algo más largo, si te pide que vayas con él una milla, ve dos, si te pide un favor, hazlo, si está en tu mano ayudarlo, ayúdalo. ¿Cómo es posible que podamos ver gente que diga, no, no, él está así porque eso es juicio de Dios, no necesariamente es juicio de Dios, hay gente que no han podido salir o de su pobreza o de su estado emocional o su estado espiritual, por eso el alma, tú tienes que cuidarla. El libro de Felipe dice, el capítulo 3, el versículo 13 dice, olvidando a lo que queda atrás, hay gente como dije hace unos minutos atrás, siguen arrastrando el fracaso, la pérdida, el dolor, la angustia. Voy a decir algo en esta mañana quizás muchos de ustedes saben y si no lo saben se los tengo que confesar en esta mañana. Cuando la Biblia me habla y me dice, sé fiel, la palabra sé fiel tiene muchos componentes, ser fiel requiere santificarse para Dios, santificarse para Dios. Yo tuve muchos años en una situación bien difícil, me bebí las lágrimas, lloré como un nene chiquito, me mantuve en secreto, callado, pasé la prueba que muchos conocen, eso no me quitó la fe de servir a Dios, perdí la iglesia que pastoreaba, la entregué a la organización, perdí miles de dólares, ¿cuánto usted cree que yo perdí? Yo perdí en un término de tiempo de 8 años más de 250 mil pesos de dólares, perdí todos los supermercados a vivir por haber que le vendía mi producto, por poco pierdo mi casa, no la perdí, tuve mis 8 años tirados en una condición médica, nunca dejé de congregarme, nunca dejé de predicar, nunca dejé de diezmar, nunca dejé de serle infiel a Dios, si soy infiel porque soy un ser humano que cometo error, amé a mi esposa, amé a mis hijos, me vi sin dinero, me vi dependiendo del menudo, ustedes no saben esta parte de la historia, perdí mi crédito, perdí amigos, conexiones, pero no perdí mi fe, no perdí mi fe, y la semana pasada, yo hace yo no sé cuánto tiempo que no me enfermo, me dio un resfriado, me encerré en la casa con el pastor donde estaba, me di unas terapias, y el domingo, el viernes por la noche le dije al Señor, si me quiere llevar, llévame, ya yo hice mi trabajo, ya yo estoy completo, ya vi lo que quería ver, pero si tú me das esa extensión de vida, no es que me iba a morir porque tenía un catarro o una fotilla, es que me sentía que me estaba moriendo, usted entiende verdad, los hombres somos así, es verdad, nosotros somos, los hombres somos más débiles, pero le dije al Señor, permíteme predicar este domingo porque no tengo las fuerzas, y el domingo me paré en aquella iglesia hermana que el pastor había perdido a su esposa en el verano, yo tenía un mensaje para esa iglesia, y yo vi a esa gente llorar, y gritar, y tirarse al suelo, yo vi al pastor gritar, y dije terminé, salí de ahí a acostarme a dormir amados, pero cuando estoy durmiendo en la casa, reposando porque tenía un compromiso más adelante, estoy hablando con el Señor, y oigo la palabra de Dios a mi corazón cuando me dijo, estoy devolviendo todo lo que tú perdiste, abrí mis ojos, y le dije al Señor, ¿qué?, volví a escuchar la voz de Dios que me dijo, te estoy devolviendo todo lo que tú perdiste, he visto en cuestión de semanas, que el negocio que tenía en mis manos, se ha triplicado en las ventas, alguien puede adorar a Dios, he comenzado a recibir las llamadas que no había recibido durante muchos años, la producción no me doy abasto, y anoche le dije al Señor, gracias, sé fiel, sé fiel, si muchas veces tomaras las quejas y las convirtieras en servicio a Dios, Dios abriría las ventanas de los cielos sobre ti y sobre tu casa, óyeme, sobre ti y sobre tu casa lo voy a repetir, no se enoje conmigo, si se quiere enojar enójese, pero no se enoje conmigo, no se queje tanto amado, venga a buscar a Dios, haga el esfuerzo, aunque no tenga la fuerza, haga el deseo de su corazón pastor, porque usted habla esto, porque durante todo este tiempo, me pude haber rendido, me pude haber quedado, estoy hablando antes de entrar al pastorado, me pude haber quedado en mi casa, me pude, no Señor, lo perdí todo, pero me recordé una promesa de Dios, los que han visto lo que he publicado en los pasados días, todo ha vuelto para atrás amados, perseverancia, fe, consistencia, desahógese, suelte ese bulto, suelte esa carga, anímese a llegar a la casa de Dios, hágale esfuerzo, pero no deje de serle fiel al Señor amado, en todas sus batallas, no soy un hombre perfecto, pero aprendí a amar a Dios sobre todas las cosas, usted no tiene idea amado, la gente que me ha llamado a predicar y le he dicho a todo el mundo, no, estoy envuelto en el ministerio pastoral, tengo una iglesia que amo, tengo una iglesia que he prometido ayudar, he prometido llevarla al lugar donde Dios me permita llevar, me han ofrecido un montón de cosas y le dije, no, no, no, no, Dios me puso enllevada, voy a trabajar conllevada y cuando oigo hoy los informes, me puedo sentir realizado y te puedo decir hoy a ti, anímate hermano, camina, toma, toma tu lecho, sigue al Señor, despójate de tristeza, de toda ansiedad, despójate de todo dolor, despójate de toda tristeza, y haz que tu alma sirva al Señor, haz que tu alma decida servir al Señor con temor y temblor, esto es un estudio pero lo convertí en predicación, y la última parte, tu cuerpo, porque tu cuerpo es parte de una relación con Dios, 1 Corintios 6.19 dice, y vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, alguien dice amén. Y ya ve que está a su lado, cuida tu cuerpo, porque cuando contaminas tu cuerpo, contaminas al Espíritu Santo de Dios, miren 1 Pedro 5.10 dice, el mismo Dios os perfeccione, os afirme, nos fortalezca y nos establezca, el Salmo 51.10 dice, que el mismo Espíritu renueve en usted, un Espíritu recto dentro de usted, dígalo, Señor renueva mi Espíritu, renueva mi Espíritu. Tú aquel que está a su lado, dígales, déjate renovar por el Señor. Y voy terminando, Filipenses 1.6 dice, estando persuadido de esto, oye el cuerpo, que aquel que comenzó la buena obra en mi vida, la perfeccionará. Usted está dispuesto a que Dios lo cambie, lo transforme, lo restaure, váyase al libro de Jeremías, capítulo 18, ya yo lo he hablado anteriormente, ustedes lo han escuchado un montón de veces, Jeremías 18 dice, que coge el barro, lo deja caer, lo deforma, lo restaura, y si tiene que volver a hacerlo de nuevo, lo hace, simplemente, ¿por qué? Porque es un barro. Termino en esta mañana, amados, amonestándole en el Señor a que se santifique cada día por el Señor, a que haga el esfuerzo necesario por buscar a Dios. Pastor, me hacen falta fuerza, venga los cultos de oración. Pastor, no tengo como resolver, nos sentamos en la oficina y hablamos, a ver que podemos ayudarle espiritualmente. Pastor, tengo una situación que nadie conoce, pero si no la dice, no la conocemos. Ah, no, que estoy orando a Dios para que te la reveles, sí. Vamos a orar para que Dios nos la revele. Santificados para Dios. Gracias por sintonizarnos. Esta es una predica dominicana de Inglés de Dios Pentecostal eminente del barrio de Guadalajara. Su pastor Luis Gerardo Arroyo. Para mayor información puede contactarnos a 1-887-627-3250. 1-887-627-3250. Dios les bendiga.

Listen Next

Other Creators