Dios les bendiga, hermanos y amigos, con ustedes la iglesia de Dios Pentecostal M.I. del barrio Yehuada de Gamay, su pastor Luis Gerardo Arroyo, con ustedes una prĂ©dica dominicana. ¡Tenote, no! Es que hay dĂas que no estamos en buenas, hay dĂas que nuestro cuerpo está enfermo, hay dĂas que no tenemos deseo prácticamente ni de trabajar. Alguien diga conmigo, pero hay que trabajar. Palabra del Señor, eso le gustĂł mucho de ustedes, Âżverdad? La realidad es, amados, que cuando usted va al contexto bĂblico, el EspĂritu que está en vosotros, nos debe despertar el deseo de buscar a Dios.
Nos debe motivar, nos debe inspirar, nos debe animar a llegar a buscar el rostro de Dios. Alguien adora al Señor conmigo. Y si Cristo vive en mĂ, se refleja el gozo del Señor. Si Cristo vive en mĂ, se ve la alegrĂa, el contentamiento. Mire que está a su lado y regálele una sonrisa en esta mañana. Regálele una sonrisa y si tiene mascarilla pues interpretamos que se está sonriendo. Hay gente que no se rĂe ni pagándole. Me gusta cuando Gigi decĂa sonrĂe, que Cristo te ama.
Cuando tĂş te sonrĂes, tu cuerpo coge vida, tus mĂşsculos cogen ánimo. Bueno, y si Cristo vive en mĂ, se debe reflejar el gozo del Señor que es mi fortaleza. Si Cristo vive en mĂ, aunque yo estĂ© pasando por dificultades, puedo entender que el Señor lleva a cada uno de ellos a un lugar de descanso. Vaya la palabra, la palabra me dice el que venĂ a mĂ los trabajados y cargados, que yo los harĂ© descansar. Oiga eso.
ÂżAlguien está cargado en esta mañana? ÂżAlguien está cansado? SĂ, humanamente sĂ. Pero tambiĂ©n estamos hablando de aquellas personas que llevan en su espalda un sinnĂşmero de problemas, de vituperios, de luchas, de conflictos. Mire hermano, llega un momento en su vida y dĂ©le coraje y suelte ese bulto que lleva en la espalda. Suelte esa carga, desprĂ©ndase de esa carga. Porque si Cristo vive en usted, porque usted está con esa cara de tristeza, de desgano, como si se hubiera muerto alguien con mucho respeto, el que haya perdido un familiar, ser querido.
Pastor, no todo el tiempo se puede reĂr, pero es que nadie se quiere morir. Lo repito otra vez, a ver si usted ha entendido la pregunta. ÂżQuiĂ©n se quiere morir? Nadie. Y sepa usted que hay gente que sĂ se quiere morir, que están cansados, que están hasteados de la vida, que ya la vida les jugĂł una trastada mal. Bueno, el problema está que mucha gente no han dejado que Cristo entre a su corazĂłn y están cargados, amargados, atribulados.
Diga, Cristo vive en mĂ, dĂgalo. Mire que Cristo está a su lado. ÂżY Cristo vive en ti? Alaba. El que vive en Cristo no andará en tinieblas. Las tinieblas no tienen poder sobre usted. Yo voy a decir algo y quiero que usted lo entienda. Yo estuve la semana pasada afuera, y en la ciudad de Boston, Massachusetts, hay un sitio que se llama Salem, S-A-L-E-M. Si usted tiene familiares de esa zona, pues sepa lo que le estoy diciendo.
Esa ciudad se conoce como la ciudad de las brujas. ÂżLe sabĂa eso? SĂ. Se le conoce como la ciudad de las brujas. Y yo he ido a Boston un montĂłn de veces y nunca he ido a ese lugar. Pastor, Âży quĂ© usted hace allĂ? Antes que usted me juzgue y antes que entre a conclusiones, dĂ©jame explicarlo, Âżverdad? Pero vamos por partes. Le digo al pastor, pastor, sĂmame a ese lugar. ÂżQuĂ© es lo que hay allĂ? Y es que existe en la esquina de la ciudad una casa que sus dueños, sus primeros dueños eran brujos, brujos.
Y la casa está pintada de negra. Entonces se llama asĂ mismo, The Witch House, la casa de las brujas. Ay, por favor, no habĂan brujas, sĂ, por si acaso no. No habĂan escobas voladoras. SĂ, que quede claro. Yo simplemente le digo al pastor, yo quiero ver quĂ© es eso, lo que hay. Y me paro en la esquina, me paro frente al lugar y miro, simplemente una casa. Y aunque parece una casa misteriosa, es una casa normal, pero dentro de la casa hay una historia.
Y sus primeros dueños creĂan en el poder de la brujerĂa y en esa casa hacen convenciones y se reĂşnen y todo ese tipo de personas, bla, bla, bla, bla, bla, que se yo. Entonces yo me paro al lado del pastor y estamos conversando y le digo, oye, Âżsabes quĂ©? ÂżQuĂ©? ÂżQuĂ© cosa, verdad? La gente le llama la atenciĂłn esto, una casa de las brujas. Y antes que usted diga, para aclarar que usted fue allĂ, pues eso mismo, a ver quĂ© era lo que habĂa allĂ.
SĂ, yo fui porque querĂa ver lo que era una casa de las brujas. QuĂ© silencio. Y habĂan unas jĂłvenes que habĂan venido de MĂ©xico y las jĂłvenes se paran con un miedo en la orilla de la acera, con un miedo, que eso era terrible. Y una a la otra decĂa, wow, mira eso, que es una casa normal, sencilla. Y yo le digo, Âżsabes quĂ©? Ahora mismo hay alguien mirándote por la ventana. Y ellas miraban asĂ. ¡Es verdad! Y el pastor me dice, tĂş eres tejible.
Y yo le dije, mira, ten mucho cuidado, porque cuando saques la foto y la vayas a revelar despuĂ©s, te va a parecer un fantasma la parte de atrás. Y ellas se miraban una a la otra y decĂa, la verdad, ignorantes. El que está en Cristo no anda en tinieblas. Le dije, pero si tienes que tener cuidado, cuando vayas a abrir la puerta y toques la puerta, la mano se te va a convertir en negra. Y yo decĂa, yo no me atrevo.
Miren lo que la gente es capaz de creer, amados. O sea, la gente vive como que en el espacio, en el mundo. Yo no sĂ© quĂ© es lo que le está pasando a la gente. Si tĂş estás lleno del EspĂritu Santo, claro, tienes que pagar, creo que son nueve dĂłlares para darle el recorrido a la casa, para que te hagan la historia. Cuando yo voy a la entrada, ¡Pastor, usted entrĂł! Es tan loco que yo les cuente la gesto de la historia, Âżverdad? Y miro para el lado, el pastor estaba como veinte pies.
Y digo, chicos, pero no se te va a pegar nada malo, aquĂ no hay nada, nosotros estamos llenos de la presencia del Señor. Pero a mĂ me llamĂł la atenciĂłn, no el ocultismo, sino la ignorancia de la gente de seguir a algo que puede tener poder, pero su poder es limitado ante el poder de Dios. Y si uno está, amado, lleno de la presencia de Dios, usted no tiene que temerle a nada. Claro, no entrĂ©, no paguĂ© la cuota, simplemente querĂa ver quĂ© era lo que habĂa allĂ.
Y ciertamente hay unas calles que tienen los nombres de los brujos, ciertamente hay unas tiendas que venden toda esa pocavergĂĽenza. ÂżPor quĂ© yo fui allĂ? Porque yo digo, de la misma manera que la gente viene a estos sitios a ver, a buscar algo que no tiene poder, si la gente entendiera que hay una iglesia que tiene poder, que transforma, que hay un Dios que cambia, que hay un Dios que hace cosas nuevas, que hay un Dios que restaura, que hay un Dios, ¡aleluya!, que santifica el cuerpo para que algĂşn dĂa tenga un encuentro con el Señor.
¡JesĂşs! El alma, la segunda parte, es la parte del cuerpo que está ligada al corazĂłn, a las emociones y los sentimientos. No deje que su alma se contamine con nada. DilĂcela, oye, la palabra del Señor en el libro de EclesiastĂ©s, capĂtulo 5, versĂculo 8, dice, no te alegres de la pobreza de otros. Hay gente que se goza de lo que le pasa al otro, mira cĂłmo está, perdonen las comparaciones, miren Cajo Viejo, miren la casa de Chacanto, o sea, hay gente que en el corazĂłn lo tienen tan dañado que se gozan de lo demás, pero mira lo que dice la palabra, cuida tu alma para que no se contamine con nada.
No te alegres, oye, no te alegres del dolor de otros, más bien la Biblia te dice, llorar con los que lloran, gozar con los que se gozan, sufrir con los que sufren, la Biblia dice algo más largo, si te pide que vayas con él una milla, ve dos, si te pide un favor, hazlo, si está en tu mano ayudarlo, ayúdalo. ¿Cómo es posible que podamos ver gente que diga, no, no, él está asà porque eso es juicio de Dios, no necesariamente es juicio de Dios, hay gente que no han podido salir o de su pobreza o de su estado emocional o su estado espiritual, por eso el alma, tú tienes que cuidarla.
El libro de Felipe dice, el capĂtulo 3, el versĂculo 13 dice, olvidando a lo que queda atrás, hay gente como dije hace unos minutos atrás, siguen arrastrando el fracaso, la pĂ©rdida, el dolor, la angustia. Voy a decir algo en esta mañana quizás muchos de ustedes saben y si no lo saben se los tengo que confesar en esta mañana. Cuando la Biblia me habla y me dice, sĂ© fiel, la palabra sĂ© fiel tiene muchos componentes, ser fiel requiere santificarse para Dios, santificarse para Dios.
Yo tuve muchos años en una situaciĂłn bien difĂcil, me bebĂ las lágrimas, llorĂ© como un nene chiquito, me mantuve en secreto, callado, pasĂ© la prueba que muchos conocen, eso no me quitĂł la fe de servir a Dios, perdĂ la iglesia que pastoreaba, la entreguĂ© a la organizaciĂłn, perdĂ miles de dĂłlares, Âżcuánto usted cree que yo perdĂ? Yo perdĂ en un tĂ©rmino de tiempo de 8 años más de 250 mil pesos de dĂłlares, perdĂ todos los supermercados a vivir por haber que le vendĂa mi producto, por poco pierdo mi casa, no la perdĂ, tuve mis 8 años tirados en una condiciĂłn mĂ©dica, nunca dejĂ© de congregarme, nunca dejĂ© de predicar, nunca dejĂ© de diezmar, nunca dejĂ© de serle infiel a Dios, si soy infiel porque soy un ser humano que cometo error, amĂ© a mi esposa, amĂ© a mis hijos, me vi sin dinero, me vi dependiendo del menudo, ustedes no saben esta parte de la historia, perdĂ mi crĂ©dito, perdĂ amigos, conexiones, pero no perdĂ mi fe, no perdĂ mi fe, y la semana pasada, yo hace yo no sĂ© cuánto tiempo que no me enfermo, me dio un resfriado, me encerrĂ© en la casa con el pastor donde estaba, me di unas terapias, y el domingo, el viernes por la noche le dije al Señor, si me quiere llevar, llĂ©vame, ya yo hice mi trabajo, ya yo estoy completo, ya vi lo que querĂa ver, pero si tĂş me das esa extensiĂłn de vida, no es que me iba a morir porque tenĂa un catarro o una fotilla, es que me sentĂa que me estaba moriendo, usted entiende verdad, los hombres somos asĂ, es verdad, nosotros somos, los hombres somos más dĂ©biles, pero le dije al Señor, permĂteme predicar este domingo porque no tengo las fuerzas, y el domingo me parĂ© en aquella iglesia hermana que el pastor habĂa perdido a su esposa en el verano, yo tenĂa un mensaje para esa iglesia, y yo vi a esa gente llorar, y gritar, y tirarse al suelo, yo vi al pastor gritar, y dije terminĂ©, salĂ de ahĂ a acostarme a dormir amados, pero cuando estoy durmiendo en la casa, reposando porque tenĂa un compromiso más adelante, estoy hablando con el Señor, y oigo la palabra de Dios a mi corazĂłn cuando me dijo, estoy devolviendo todo lo que tĂş perdiste, abrĂ mis ojos, y le dije al Señor, ÂżquĂ©?, volvĂ a escuchar la voz de Dios que me dijo, te estoy devolviendo todo lo que tĂş perdiste, he visto en cuestiĂłn de semanas, que el negocio que tenĂa en mis manos, se ha triplicado en las ventas, alguien puede adorar a Dios, he comenzado a recibir las llamadas que no habĂa recibido durante muchos años, la producciĂłn no me doy abasto, y anoche le dije al Señor, gracias, sĂ© fiel, sĂ© fiel, si muchas veces tomaras las quejas y las convirtieras en servicio a Dios, Dios abrirĂa las ventanas de los cielos sobre ti y sobre tu casa, Ăłyeme, sobre ti y sobre tu casa lo voy a repetir, no se enoje conmigo, si se quiere enojar enĂłjese, pero no se enoje conmigo, no se queje tanto amado, venga a buscar a Dios, haga el esfuerzo, aunque no tenga la fuerza, haga el deseo de su corazĂłn pastor, porque usted habla esto, porque durante todo este tiempo, me pude haber rendido, me pude haber quedado, estoy hablando antes de entrar al pastorado, me pude haber quedado en mi casa, me pude, no Señor, lo perdĂ todo, pero me recordĂ© una promesa de Dios, los que han visto lo que he publicado en los pasados dĂas, todo ha vuelto para atrás amados, perseverancia, fe, consistencia, desahĂłgese, suelte ese bulto, suelte esa carga, anĂmese a llegar a la casa de Dios, hágale esfuerzo, pero no deje de serle fiel al Señor amado, en todas sus batallas, no soy un hombre perfecto, pero aprendĂ a amar a Dios sobre todas las cosas, usted no tiene idea amado, la gente que me ha llamado a predicar y le he dicho a todo el mundo, no, estoy envuelto en el ministerio pastoral, tengo una iglesia que amo, tengo una iglesia que he prometido ayudar, he prometido llevarla al lugar donde Dios me permita llevar, me han ofrecido un montĂłn de cosas y le dije, no, no, no, no, Dios me puso enllevada, voy a trabajar conllevada y cuando oigo hoy los informes, me puedo sentir realizado y te puedo decir hoy a ti, anĂmate hermano, camina, toma, toma tu lecho, sigue al Señor, despĂłjate de tristeza, de toda ansiedad, despĂłjate de todo dolor, despĂłjate de toda tristeza, y haz que tu alma sirva al Señor, haz que tu alma decida servir al Señor con temor y temblor, esto es un estudio pero lo convertĂ en predicaciĂłn, y la Ăşltima parte, tu cuerpo, porque tu cuerpo es parte de una relaciĂłn con Dios, 1 Corintios 6.19 dice, y vuestro cuerpo es templo del EspĂritu Santo, alguien dice amĂ©n.
Y ya ve que está a su lado, cuida tu cuerpo, porque cuando contaminas tu cuerpo, contaminas al EspĂritu Santo de Dios, miren 1 Pedro 5.10 dice, el mismo Dios os perfeccione, os afirme, nos fortalezca y nos establezca, el Salmo 51.10 dice, que el mismo EspĂritu renueve en usted, un EspĂritu recto dentro de usted, dĂgalo, Señor renueva mi EspĂritu, renueva mi EspĂritu. TĂş aquel que está a su lado, dĂgales, dĂ©jate renovar por el Señor. Y voy terminando, Filipenses 1.6 dice, estando persuadido de esto, oye el cuerpo, que aquel que comenzĂł la buena obra en mi vida, la perfeccionará.
Usted está dispuesto a que Dios lo cambie, lo transforme, lo restaure, váyase al libro de JeremĂas, capĂtulo 18, ya yo lo he hablado anteriormente, ustedes lo han escuchado un montĂłn de veces, JeremĂas 18 dice, que coge el barro, lo deja caer, lo deforma, lo restaura, y si tiene que volver a hacerlo de nuevo, lo hace, simplemente, Âżpor quĂ©? Porque es un barro. Termino en esta mañana, amados, amonestándole en el Señor a que se santifique cada dĂa por el Señor, a que haga el esfuerzo necesario por buscar a Dios.
Pastor, me hacen falta fuerza, venga los cultos de oraciĂłn. Pastor, no tengo como resolver, nos sentamos en la oficina y hablamos, a ver que podemos ayudarle espiritualmente. Pastor, tengo una situaciĂłn que nadie conoce, pero si no la dice, no la conocemos. Ah, no, que estoy orando a Dios para que te la reveles, sĂ. Vamos a orar para que Dios nos la revele. Santificados para Dios. Gracias por sintonizarnos. Esta es una predica dominicana de InglĂ©s de Dios Pentecostal eminente del barrio de Guadalajara.
Su pastor Luis Gerardo Arroyo. Para mayor informaciĂłn puede contactarnos a 1-887-627-3250. 1-887-627-3250. Dios les bendiga.