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ADORANDO AL ALTISIMO
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ADORANDO AL ALTISIMO
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ADORANDO AL ALTISIMO
The pastor is delivering a sermon about deception and the importance of knowing the truth. He warns that deception is everywhere and encourages the congregation to be cautious of those who may try to deceive them, even within their own families. He uses biblical examples of deception to emphasize his point and urges everyone to be discerning and to know who they can trust. He also mentions the dangers of social media and the need to be careful with what one shares and who they interact with online. Overall, the message emphasizes the importance of staying vigilant and not allowing oneself to be deceived. Dios les bendiga, hermanos y amigos, con ustedes la Iglesia de Dios Pentecostal M.I. del Barrio Yehuada de Camul. Su pastor, Luis Gerardo Arroyo, con ustedes una prédica dominical. Santo, la palabra del Señor en el libro de San Marcos, capítulo 13, versículo 5, cita en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Jesús respondiendo les comenzó a decir, Mirad que nadie os engañe. Repita conmigo, Mirad que nadie os engañe. Diga, Gracias Señor por tu palabra. Siéntese amados. Esta es la palabra de Jesús. Es Jesús el que está hablando con los discípulos. Cuando usted tenga en la Biblia esas letras rojas, significa que el escritor, el que está tomando nota, hace constar que es Jesús, el Hijo de Dios el que está hablando en determinado momento. Por tanto, si usted ve en su Biblia esas letras rojas, recuérdese que es Jesús en la tierra, hablándole a las personas que le rodeaban. Le rodeaban los discípulos, le rodeaban, oiga bien, los fariseos, los escribas, le rodeaba gente de la ley, que estudiaba la ley. Y lo que estaban era buscando una falta en Jesús para señalarlo, apedrearlo, o tal vez ir encima de Él para poder acusarlo. Por eso, oiga bien lo que el Señor dice en esta mañana, Mirad que nadie os engañe. Claro, estaba hablando de los tiempos presentes en aquel momento, pero también se refiere al tiempo actual. ¿Qué es el engaño? El engaño es cuando se oculta la verdad. El engaño es cuando se dice la verdad a mitad. El engaño es cuando se utilizan testigos falsos. Sepa usted, amados, que hay engaño en todo lugar. Usted se tiene que cuidar de los compañeros de trabajo. Usted se tiene que cuidar hasta de la familia, de los vecinos. Cualquier persona se puede idear algo para hacer daño. Por eso el Señor dijo, Mirad que nadie os engañe. ¿Pero qué estaba hablando el Señor en ese momento? El Señor estaba haciendo referencia que a los tiempos. Indica que hay que aprender, que hay que conocer la palabra del Señor. Porque hay gente que se levanta predicando un evangelio que no existe. Hay otros que predican una palabra que no es real. Oiga eso. Hay falsos apóstoles. Hay falsos cristos. Hay gente utilizando la Biblia, utilizando el altar o el lugar sagrado para engañar a muchos. Hay gente que se hace pasar por escogidos de Dios, pero no son escogidos de Dios. Una de las cosas que a nosotros como iglesia nos tiene que llamar la atención, nada en contra de las redes. Pero oiga bien lo que voy a decir. En las redes hay mucho predicador. Cualquiera puede hablar bonito. Cualquiera puede utilizar esa red para traer una palabra que puede ser agradable al oído. Pero si usted no conoce quién es la persona, debería escrudiñarle. Por eso es que la Biblia dice que por sus frutos los conoceréis. El engaño fue la forma que utilizó la serpiente para hacer caer el propósito de Dios. Dios creó a Adán y a Eva, dos criaturas a su imagen y semejanza. Y si usted y yo somos descendientes de Adán, claro que sí, pero nosotros somos gente hermosa. Yo pensaba que usted iba a decir a mí. Yo pensaba que iba a decir, lo dice por mí. Yo pensaba que hoy están hablando de ti, porque si hay algo que puede entender el ser humano, que no hay personas. Veas, todos somos los mismos delante de Dios. Claro, puede cambiar el color de piel, puede cambiar la forma, pero tenemos lo mismo. Todos los hombres tienen lo mismo. La única diferencia es la mujer. La mujer y todas tienen lo mismo. Alguien puede adorar a Dios. Tenga cuidado, porque hay gente hoy que quiere coger de lo que tiene la mujer y ponerlo a ellos, o viceversa. Eso es otra cosa, eso es otro tema. Pero mire bien la palabra del Señor. En el libro de Génesis, capítulo 3, el versículo 13, dice, la serpiente engañó a Eva. No vamos a pelear ahora aquí. Si es que por culpa de Eva, pues tenemos que trabajar todos. Si usted le pregunta a la mujer, no fue por el hombre, porque se dejó caer. Entonces si usted le pregunta al hombre, el hombre dice, no fue la mujer. Y si le pregunta a la mujer, dice, no fue la serpiente. Pues para no entrar en ese debate, hubo un engaño. Y ese animal, llamados culebras, serpientes, ya ven, el Señor le dijo, maldito serás, por habéis engañado al hombre y a la mujer, ahora te arrastrarás en el polvo como una bestia. Alguien puede adorar a Dios. ¿Qué le dijo aquella serpiente a Dan? Si comieres del árbol de la vida, tus ojos serán abiertos. O sea, será semejante a Dios. Ahí vía tentación. Huida de la tentación. Reconozca cuando hay tentación. La tentación cuando llegue, despierta en uno como un sentido de miedo, de terror. Me estarán mirando, me estarán viendo, me estarán chequeando. Pero bueno, es el Señor. Por eso cuando la mujer cae o comete el error y eventualmente el hombre, Dios los llamó en el vuelte de la ley. Mire, yo lo escuché en estos días y lo comparto con ustedes. Adán se fejó en un solo árbol, en un solo fruto, y rechazó los otros árboles y los otros frutos. ¿Usted entendió ese mensaje? A veces nos enfocamos en una sola cosa cuando Dios tiene múltiples cosas para nosotros. Nos enfocamos en algún detalle cuando Dios tiene para nosotros muchas bendiciones. ¿Cuántos pueden adorar a Dios? Con mucha elegancia, con mucha elegancia y respeto. Toque al que está a su lado y dígale, no te dejes engañar. Aleluya, alaba el Señor conmigo. Voltece, voltece en actitud de respeto y dígale, no te dejes engañar. ¡Ay Cristo amado! El libro de Génesis, capítulo 37, versículo 31, son pasajes bíblicos, no voy a entrar en muchos de ellos, porque muchos de ustedes los conocen. Los hermanos de José quisieron engañar ¿a quién? A su padre. Se creó un coraje, se creó una envidia, porque el papá vino y le regaló a José una túnica de colores. Y eso despertó en ellos que celos, coraje, envidia. Se sintieron traicionados por su padre. Claro, no voy a montar en detalles, pero ahí está la historia. Y dice que unos y todos se juntaron ¡Wow! Conspirar contra José y eventualmente engañar a su padre, diciéndole, tu hijo, una fiera del campo, lo devoró. Aquí está la túnica como evidencia. ¡Wow! ¿Quién puede adorar a Dios? Mataron un animal, cogieron la sangre, la rociaron sobre la túnica. Aquí está la evidencia. Tenga cuidado lo que usted firma. Tenga cuidado donde usted está, que no lo estén grabando. A su nombre, Gloria. Tenga cuidado con quién habla, que no sea que hoy en día cualquiera te coja a distancia. Tenemos unos celulares hoy en día, amados, que si usted le da zoom, se ve el rostro completito y sale al otro día en primera plana. Sí. Y te voy a dar algo. Las noticias viven del chisme, de la controversia. Viven y hacen dinero del dolor de otros. Así que tenga cuidado, no se deje engañar. Conozca quiénes son sus amistades. Conozca con quién usted sale. Tenga cuidado quién entra a la casa. ¿Alguien puede adorar a Dios conmigo? Yo he escuchado historias de hombres de Dios que han ido a otro lugar a predicar la palabra o a convertir el mensaje. Y cuando tal vez el hombre de Dios pues volteó la cara, alguien vino y le echó algún veneno, o en la tacita o en el jugo. Usted lo ha visto. Yo lo he escuchado. Pero cómo ese hombre de Dios estaba protegido por el Señor. Ya había orado. Se tomó el café o el jugo y no le pasó nada. Porque la Biblia me dice, oye, y comerán cosas mortíferas y no les hará daño. Tenga cuidado. Hoy en día nuestras jovencitas, nuestros jóvenes, hay gente que sale con usted. Que la bebida se la puede contaminar. Usted entiende lo que quiero decir, ¿verdad? Bueno, voy más lejos. Nada en particular. Pero si usted se está tomando algo de un líquido claro, quizás a distancia alguien puede pensar que usted se está dando una cerveza. No, no tiene que ver nada con lo que hablé ahorita, hermano. Hay unos refrescos que se parecen en el color y como botan burbujitas. Como una espuma así. Y como hay gente que tiene el corazón dañado y la mente dañada, son capaces de inventarse la historia. Hablaba el Señor conmigo. ¡Sí! ¡Guau! Yo vi al pastor tomándose, si supieran que lo que yo bebo ahora es Canada Drive. Anuncio no pagado. ¿Sí? ¿Es verdad? En todos lados que voy, lo primero que hago es… Y si no hay Canada Drive, pues pastor, tengo que tomarme un refresquito, usted sabe. Así que si usted me bebe con un vasito clear, por si acaso, allá va a salverá. Y ve que bota así como un hielito o algo y se está dejando… Sepa que es Canada Drive. Le dije al comité de pro templo y a los líderes, cuando ustedes hagan compra, cómprenme en Canada Drive. Porque nunca lo bebí hasta un tiempo atrás y ahora tomo Canada Drive. El muchacho aprendió. Alguien adora al Señor conmigo. Si los hermanos se pusieron de acuerdo para engañar a su padre, imagínense lo que pueden hacer contra otras personas. O sea, no confíe, y quiero decirlo con mucho respeto, ni en su propia familia. Porque aunque son de la misma sangre y del mismo color y el mismo apellido, hasta por terreno se pelean. Hasta por pedazos de tierra. Hasta por los chavos que tienen guardados. Sí, yo conozco una familia. No tiene que ver nada con el entorno de la iglesia. Quiero hacer esta salvedad. Si usted está escuchando este mensaje, le estamos hablando de la iglesia de Dios Pentecostal, Movimiento Internacional Barrio Yeguada de Camoy, para que la gente que nos está escuchando sepa que aquí hay una iglesia. ¡Démosle un aplauso al Señor! ¡Aleluya! ¡Qué bendición, mamá! Usted no sabe la gente que vamos a llegar. Esto va a ser de Dios. Era el momento. Yo conozco una familia. Un señor, oye, duro, no hablo duro, duro, nunca estaba un pésaro. Sí, y sus dos hijos. Dos hijos. Dos hijos tenía. Y tenía renta, y tenía una gomera, tenía unos edificios que alquilaba. Un hombre de billetes. Más duro que otra cosa. Lo que usted pensó, pero yo no lo voy a decir. Bueno, no todo el mundo es así. Hay gente que tiene un buen corazón. Alguien adora a Dios conmigo. Y ese hombre trabaja, y trabaja, y trabaja, y trabaja, se enfermó y los hijos nunca aparecieron. Su nombre es Gloria. Pero cuando le dijeron, mira, papá muerto, no había llegado el certificado de función, ya estaban aquí en Puerto Rico. ¿Estoy hablando en serio? Y eran dos muchachos. Estoy hablando una mentira, estoy hablando una verdad, esto usted lo ve, no estoy mencionando nombres. Fueron a averiguar cuánto había en la banca. Lo primero que fueron a averiguar. Doscientos cincuenta mil. Alguien puede adorar a Dios. Son buenos. Le salió del corazón. Yo conozco la historia. Fueron allá, eso está todo cuadrado, mitad para ti, mitad para mí. Y al pobre tío que estuvo haciendo las gestiones para arriba y para abajo, ni el desayuno le pagaron. Por eso hay un refrán común que dice, nadie sabe para quién trabaja. Ay, yo no sé si usted está entendiendo lo que yo estoy diciendo. No confíes en todo el mundo, no permita que todo el mundo se siente en la misma mesa que usted se siente. Sea amable con todo el mundo, sea el mismo con todo el mundo, pero tenga cuidado, amados. Oh, Gloria a Dios. Gálatas artículo 7 dice, no os engañéis. Dios no puede ser burlado. Dice, puesto que todo lo que el hombre sembrara, eso es ley de Dios. Todo lo que el hombre sembrara, eso cosechará. Voy a hacer un paréntesis aquí. La gente en la calle dice, ese es el karma. Es la mano de Dios. No, no, no, no, no. Usted está sembrando. Por tanto, vas a cosechar lo que sembraste. Y estoy hablando de gente mala, con corazones duros. Usted está en el mismo país que yo vivo, ¿verdad? Aquí se perdió la cortesía, aquí ya no hay seda al paso. Hacen el pare porque en el guardia no le den un tique, pero hay gente que no hacen ni el pare. En Estados Unidos, perdónenme que haga una referencia, cuando usted llega a cuatro calles a la misma vez, y llegan cuatro cajos prácticamente a la misma vez, el primero que llegó, los otros tres le ceden el paso. Igualito que en Puerto Rico. Aquí se llegan los cuatro y los cuatro se tiran a la misma vez. Se tiran a la misma vez. ¿Alguien puede adorar a Dios conmigo? Eso no pasa en Camuy, por favor. Dígalo, en Camuy no pasa en Aguadilla. ¡Es verdad! Entonces hay gente... ¿Cuánto han ido al supermercado aquí? Esta me la tengo que sacar de adentro. Yo he ido al supermercado, o porque tengo que comprar leche, o porque tengo que comprar pan, y me paro en la fila así bien tranquilito, así bien humilde, con una carita de pena. Y la que está al frente tiene dos cajitos. ¡Guau! Siete cafés, diez faldos de ajo. ¿Alguien adora a Dios conmigo? Y yo, ¡Santo Aleluya! A ver si me ven. No, ya siguen descargando. ¡Ya siguen descargando! Sea cortés. Y dígale que está... ¡Mira, usted puede pasar! ¡Pase! Decirlo que me voy a coger un minuto y medio, pero tengo que esperar quince minutos a lo que te cobran, artículo por artículo. Tú pagas, y gracias a Dios que nunca pasa, que la tarjeta se tranca, y tú con el pan y la leche en la mano. Tus acciones. Tus acciones. Dices mucho. Se da el paso a alguien, mire para atrás. No haga como le pasó a una persona que fue al banco. Usted va al banco, hay una fila comercial, y hay una fila de depósito regular. Y alguien dice, ¡No pues! Yo no voy a dejar paso a este, porque... ¡A que pase! Y aquel venía y sacó una libreta, y tenía un montón de cheques. Se tardó como diez minutos en la fila, y todos los demás decían, ¡Nunca le ceda el paso a nadie! Sí, quizá la buena intención de él se pudo haber malinterpretado, porque tal vez el caballero, perdóneme, le pudo haber dicho, ¡Mira, pase usted, porque me voy a tomar un ratito y yo voy a esperar mi turno! Porque también la otra parte tiene que reconocer eso. Todo lo que el hombre sembrare, eso cosechará de amor. A mí me regalaron unos huevitos esos, sí, de esos mismos, los que usted compra en el supermercado. Pero me los regalaron. Una canasta así bien grande, con muchos de ellos. Y usted no sabe lo que yo hice. ¡Cogí a mi vecino del lado derecho, papá! Y le llevé seis huevitos. ¿Pero por qué tan pocos, pato? No, porque yo son dos, el esposo y la esposa, tú sabes. No tengo que darle mucho. Si estos se quedan en casa, somos tres. Usted está conmigo, ¿verdad? Pero la alegría de ellos, el contentamiento de ellos, decían mil cosas. Porque cada vez que él, oye, coge las matitas de gandules, saca gandules y me echa una bolsita, gandules es granao. Mire si Dios lo ha bendecido. Bendiga a su vecino. Ahora en acción de gracia, faltan como seis meses. No diga que se lo dije la semana antes. Vaya juntando y cómprale un bizcochito o algo. Para que él vea el agradecimiento que tú tienes. Yo un día fui y compré tembleque para todo el mundo del barrio. Compré como diez. Al día de hoy nunca me han dado nada. ¿Sí? Se fue hace años cuando el tembleque estaba barato, ya no se puede. Le doy un aplauso al Señor porque usted se lo está gozando todo esta mañana. Usted se lo está gozando todo esta mañana. Pero lo que contaba era mi acción, mi deseo de decirle, mira, somos vecinos, estamos aquí. Porque cuando yo no estoy, ellos están pendientes a mi casa. Lo mismo pasa con usted. Aunque no los conozca, aunque ellos vivan encerrados, o usted tenga su vida comprometida. De vez en cuando haga, ¿cómo está? ¡Salud! Voy a continuar con la palabra del Señor. Qué lindo. El libro de Gálatas, perdón, el libro de Efesios, el capítulo 5, el versículo 6 dice, Nadie os engañe con palabras, porque por estas cosas vendrá la ira de Dios a los hijos de desobediencia. O sea, amados, hay gente que se inventa cosas, que dicen cosas que no son. Lo vemos en todo el ambiente. Y yo quiero que usted en esta mañana entiende, o sea, el engaño está, la mentira está. Y si una persona se deja usar por el enemigo para hacerle daño a otra persona, tenga cuidado que la ira de Dios viene sobre esa persona. No todo lo que sucede, yo quiero aclarar esto, amados, no todo lo que sucede es juicio de Dios. Porque a veces nosotros nos hacemos los jueces y todos se los sacamos. Esa es la mano de Dios. No necesariamente, amados. ¿Alguien puede adorar a Dios conmigo? ¿Alguien puede bendecir el nombre del Señor? Mire, mire el que está a su lado, dígale, no te dejes engañar. ¡Ay, Cristo amado! Voy terminando, porque dije que no va a tomar mucho tiempo. ¡Oiga bien! Usted conoce la historia, está en el libro de Primera del Rey, yo creo que una vez está en este mensaje, otro día lo puedo traer, el capítulo 21. Deje saber. La esposa del rey, de la viña de Nabó. El rey miró desde su palacio, voy a decir desde los cielos, desde su palacio, y vio el pedazo de tierra que tenía Nabó, y dijo, yo lo quiero. Me interesa ese pedazo de terreno. Me llama la atención, lo quiero. Y cuando fueron a negociar con Nabó, Nabó dijo, no, no, mi viña no se vende. Pero yo quiero aclarar eso, lo que no se vende en este tiempo son los principios. Nosotros tenemos que defender lo que dice la Biblia. Nosotros tenemos que actuar en defensa de nuestros niños, de nuestros jóvenes. Y si viniese algún gobierno a ponernos leyes y morales, nosotros salimos en defensa. Eso es que la gente le dice, oye, pero ¿y por qué la iglesia siempre protesta? Porque estamos defendiendo los principios bíblicos establecidos por Dios, no por el hombre. ¿Cuántos pueden adorar a Dios? ¿Alguien puede adorar a Dios? ¿Alguien puede bendecir el dulce nombre del Señor? Oye, si hay algo que el rostro refleja, es lo que hay en el corazón. A todo lo que usted está diciendo, bueno, no voy a entrar en muchos detalles bíblicos, pero le voy a dar dos ejemplos. Cuando fueron a ungir el rey, el Señor le habló a Samuel y le dijo, Samuel le dijo, ¡eh, ese no! ¿Señor, el otro? ¡No! ¿Señor, un juez? ¡No! Y el Señor le dijo, porque tú mira lo que está delante de ti, más yo miro lo que hay en su corazón. ¡Guau! ¡Guau! ¡Hay uno allá que pastorea ovejas! ¡Que tiene mal olor! ¿Por qué está trabajando con animales, los animales? No, no tienen perfume puesto, ¿no? ¿No hubiera incluido un kit de perfume? Siempre herrarán un odor. ¿Usted sabía eso? Y está todo el tiempo con las ovejas. Ese es. ¿Y qué dijo Samuel? Bueno, no nos sentaremos hasta que lo traigan aquí. Y lo ungieron. ¡Guau! ¡Qué lindo es el Señor! ¡Qué lindo es el Señor! Y cuando el rey se puso triste, ¿por qué? Porque en la voz dijo, ¡no, no, no! ¡Esta tierra no es cualquier tierra! ¡Esta tierra es promesa de Dios para mi familia, para mis padres! Y Jehová había dicho que esta tierra era nuestra. ¡Pelee su territorio! ¡Pelee por su familia! ¡Pelee por sus hijos! ¡Pelee por su casa! ¡Pelee por su salvación! ¡Sí, amado! ¡Pelee por los suyos! ¡Pelee por los suyos! ¡Párese de vez en cuando y coja al nieto y hable del nieto! Porque nuestros hijos, como que le están diciendo a los hijos, ¡eso no es nada! Muchachos, mi papá me miraba, me miraba una mirada, así como usted lo ve, de calladito y buena gente. Me miraba y dije, ¡a su nombre, Gloria! ¡Gloria! ¿Alguien puede adorar a Dios? ¿Verdad? ¡De vez en cuando, papá! ¡De vez en cuando, abuelo, siéntese con sus nietos! Y dígale, corrígalo, y hable. Yo sé que usted lo hace. Esto no se hace, esto no se debe hacer. Hazlo de esta manera, mira, cuídate de esto. Sí, porque yo veo gente hoy... ¿Cuántos han ido al supermercado? Oye, le da con el supermercado otra vez. Bueno, es que yo trabajo todos los días en el supermercado, imagínense. Y son más los nenes que yo veo llorando que los que salen contentos. Y me parte el corazón porque a veces los nenes gritan, ¡Ay, yo quiero cajitos! ¡Ay, yo quiero la muñeca! Y uno trabajando, y uno, ¡guau! ¿Alguien puede adorar a Dios? ¿Alguien puede bendecir al Señor? Les voy a contar esto. ¿Qué edad tiene ya él? Veinticuatro. Nuestro hijo mayor, veinticuatro. Veintiséis años atrás. Yo estoy en Levitown. Levitown es Tobaja. Yo estoy trabajando. Originalmente yo tengo un display. Me tengo que arrodillar con una pierna en el piso y con la otra descanso para acomodar mi mercancía. Usted sabe de lo que estoy hablando. Oye, me vino de momento ese flash. Para aquel entonces, mi esposa y yo llevábamos cuatro años. Tuvimos seis años orando y esperando que Dios nos regalara a los hijos. Seis años. Seis años. Miren si Dios ha sido bueno, que nos regaló el grande Yael, el segundo Yeriel y Yareli, la tercera. Y todo el mundo dice, esa nena se parece a ti. ¡Qué hermosa! Es igualita a ti. Inteligente el pastor Ana. Oye, Yael y yo lloramos. Nos bebíamos las lágrimas porque no había llegado un hijo. Y yo estoy así doblado en ese supermercado de Levitown. Y vino una nena como de tres o cuatro años y se desafó a la mamá de la mano y salió corriendo para donde a mí. Y me dice, papi, papi, papi, papi. Y me abrazó. Con calma, porque ya ustedes dos o tres rápidos se fueron adelante. ¡Vamos, vamos, vamos! Quédense quietos. Tengo tres y más nada. Y yo me sorprendí. Yo me puse de pie. Y la mamá vino. Mira, señor, discúlpenme, discúlpenme. Yo, no, no, está bien. Es que me asusté. Yo nunca había sentido una caricia de un niño de tres años. Y aquella mamá me dijo, es que a usted se le parece al papá. Eso me cogió y me rompió por dentro. Veintiséis años atrás. Salí de ahí, me monté en la guagua y empecé a llorar y a llorar y a llorar. Y, señor, todavía tú no me has contestado. El deseo, el anhelo de ser padre. Es una bendición ser padre. Es un regalo hermoso. Es una bendición de Dios. Hijo, ama a mamá, ama a papá. Ámalo. Brázalo, cuídalo. Dos años después el Señor nos regaló el primero. Tres años después nos regaló el segundo. Tres años después nos regaló la niña. Y al día de hoy pues estamos ahí. Gracias al Señor, gracias a Dios. Lo que el Señor no me dijo es que ahí te los envío, pero ahí va el manual de instrucción. Esa parte no me la dijo. Mire que ha dado trabajo cuidar a estos muchachos estos días. Alguien adora a Dios conmigo. Esos son tus hijos, herencia de Jehová. De vez en cuando, papá y mamá, mira, háblale al nieto, siéntelo ahí, corrígelo. Ahí se fue el gozo. ¡Guau! ¿Y qué pasó con el rey? Que como el rostro se le vio decaído, se sabe, él dijo, a ti te pasa algo. Y el rostro de nosotros dice mucho. Hay rostros de nosotros que son expresivos y muestran coraje, contentamiento, alegría, pero hay otros que, Dios mío, ¡sí! Es más, y hay otros que tú no los puedes mirar, porque tienen una cara... Sálgase de aquí, váyase para allá, para otro lado, la mente. Alguien puede adorar a Dios. ¡Sí! Sí, es que los hay. Y sin embargo, muchas veces, no sé si a usted le ha pasado, que el que usted ve bien serio, es tremenda persona. Y a veces el que tú ves muy serio, es tremenda persona. Y a veces el que tú ves bien altivo, que Jesús se le come el mundo, muchachos, ¡húyele! ¿Está entendido, verdad, el mensaje? Señor, ¿de dónde está bajando tanta fuente? Sí, porque eso es una fuente que está bajando. Alguien me dijo, pastor, ¿y cómo el Señor le da los mensajes? Porque tú oras y el Señor te da una línea de pensamiento, y el Señor te habla. Ustedes llegan a escuchar los mensajes que... Nosotros fuimos a una convención, y a nosotros los pastores no nos pasan la mano. A nosotros nos amaquean también. Y a nosotros nos regañan. No les digo todo lo que nos dicen, porque quizás muchos de ustedes no aguantarían. Pero a nosotros nos dicen, anden así, actúen así, tomen decisiones así. ¡Hagan esto, háganlo otro! Y les voy a decir algo, perdónenme que haya añadido estos mensajes. Nuestra Iglesia de Dios en Puerto Rico tiene una escasez de ministros, pero ha llegado a una decena de jóvenes con deseo, pasión de ser pastor, o cumplir con el llamado a pastor. Y no es pastor cualquier persona, es que hay un proceso de capacitación cuatro hasta seis años para poder pararse en un alcalde de la Iglesia de Dios. Pero hay un problema real, que muchas organizaciones, los pastores no quieren pastorearse, se renuncian y se van, porque se les olvida a la Iglesia que el pastor es un ser humano, de carne y hueso. Yo me pellizco y me duele. Y en Estados Unidos, en este momento, la Iglesia Americana, bautista, y todas esas líneas, metodistas, adventistas, etc., los pastores están renunciando, porque se cansan de que la gente los maltrate. Pastores, uno estaba en el mensaje, pero vino de momento, de una fuente que baja del cielo. Cristo Jesús de Nazareno. Y cuando Jezabel lo miró, le dijo, nene, pero tú no eres el mismo. Tenía su semblante de caído. Por favor, regálele una sonrisa al que está a su lado y dígale, qué bien te ves. Mire, mire el que está a su lado, dígale, qué bien te ves. Y si te quita la mascarilla, te ves mejor todavía. Cristo amado, aleluya. Ay, Cristo, yo no quería hacerlo, pero tengo que hacerlo. Me tengo que ir preparando, porque ahora con la cámara me ponen loco a los técnicos. Nene, pero qué te pasa. No, que Nabor no quiso negociar conmigo. El rey le dio una más grande, tal vez hasta de otro valor, quizás más cantidad, pero le dijo, no, mi viña no se vende. El rey se puso triste, su espíritu se decayó. Hay gente con espíritu decaído. Oh, gloria a Dios. Señor, por ahí no, señor, por ahí no. Hay gente que camina con la cabeza hacia abajo. No, usted es libre, Cristo lo hizo libre. Oh, gloria a Dios. Y el corazón, ay, refleja, digo, su rostro refleja lo que hay en el corazón. Hay gente que no puede perdonar. Hay gente que no puede abrazar a otros. No, no, es que le anda en otro espíritu, y yo oro más que él o él más que yo. ¿Qué es eso? Pero voy a la historia, voy a la historia rapidito. Nene, tranquilo, que yo te lo voy a conseguir. Convocó a Yuno falso. Ahí a Yuno falso. Eso está en la Biblia, búsquelo. Primera Reyes, capítulo 21. La historia de Nabor, léala. Fuió a esa asignación. Fuió al anillo del rey y se dio una carpa como si hubiese sido el pacto del rey. Compró dos testigos falsos. Ay, Cristo amado. Usted sabía que si usted dice algo de alguien y no hace una declaración jurada, usted está difamando a esa persona y esa persona lo puede difamar a usted. Lo puede demandar a usted. Párdame, Padre amado, pero... Si el mensaje era otro, Señor. Otro, Señor. Listo, Jesús. Va a terminar la historia ahí. Le dice, mira, mira, el terreno es tuyo, ya lo tengo. Vete, adquiérelo. Le costó la vida a esa familia, murieron la vida, perdieron la vida injustamente. Pero Dios no se queda con nada de nadie. ¡Wow! Cuando se levantó a tomar posesión de la tierra, por el otro lado, Jehová le envió al profeta. ¡Eh, detente! ¡No toques lo que no te pertenece! ¡No te pares donde no te tienes que parar! ¡Ey! ¡No hables lo que tienes que hablar! ¡Eh! Señor suave. Listo, Jesús. Ahí está la historia, otro día la cogemos. Cinco cosas que usted debe entender en esta mañana. Uno, la verdad saldrá a la luz. Dígalo, la verdad saldrá a la luz. El día que será, Dios te va a revelar quiénes estaban, dónde estaban, qué hicieron, cómo lo hicieron. Todo. Porque las cámaras de Dios no necesitan ser recargables como las de los celulares. ¡Oh! Cristo amado Señor. Sí. Porque las cámaras de Dios no necesitan tener una grabadora para después repetir lo que hay ahí. Y eso es muy bueno, la tecnología. Sí. Dígalo, dígalo. Todo saldrá a la luz. ¡Segundo! Nunca seas cómplices de un engaño. ¡Nunca! ¡Nunca! Yo creo que los que saben de construcción saben cuál es el buen cemento, cuál es el material bueno. ¿Quién adora a Dios conmigo? Ahí se lo gozaron. Se lo gozaron los que trabajan en construcción y toda esa cosa. Y ya cuidado, no seas cómplices de un engaño. ¡Tres! El que está en engaño no prosperará. ¡Ay Dios mío! Lo voy a repetir, el que está en engaño no prospera. Por eso usted lo ve siempre amargado. Las cosas le salen mal. Estantado espiritualmente. Alguien diría, le cayó a la macacoa. No, no, no, no. Se salió de la bendición de Jehová. Porque Dios prospera a los que son fieles a Dios. Dios bendice a los que son fieles a Dios. Dios trae recompensa del cielo. ¡Oh gloria a Dios! ¡Cuarto! Voy rápido. El que vive del engaño morirá engañado. ¿Tú sabes cuánta gente ha ido presa injustamente? ¿Cuánta gente han cogido 20, 30, 40 años en la cárcel y al final se descubrió que... Uy, no puedo mencionar algunas palabras. Que aquel dijo esto y no era eso. Que el otro hizo lo otro y lo confundió con este. Eso se da mucho en los Estados Unidos. Sí. Y han liberado gente inocente que han estado 20, 30, 40 años y después ellos vienen y demandan y le dan los chavos. Porque fueron procesados injustamente. Y quinto y termino. Dígale al que está sola, dígale al que está sola. Mirad que nadie os engañe. Quinto, quinto. No confíes. Oye, no confíes. No confíes. Díganle a Dios, no confíes en todo el mundo. ¿Oye eso? No confíes en todo el mundo. Puestos de pie, Iglesia del Señor. Voy a cerrar con esto para los que están escuchándonos. Si usted ha escuchado el audio, esta es la Iglesia de Dios Pentecostal, Movimiento Internacional, Sector Cajiga, en el barrio Yeguada de Camuy. Dios las perdiga.