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12 Promesas en el Salmos 23

12 Promesas en el Salmos 23

Héctor Fred Oficial

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The speaker begins by greeting and introducing himself as Héctor Fred, and proceeds to share the powerful message of Psalm 23. He highlights twelve promises from this Psalm, emphasizing that if we make God our shepherd, we will lack nothing, find rest, be guided in righteousness, and be comforted in times of trouble. The speaker encourages listeners to trust in God's presence and follow His guidance, assuring that His goodness and mercy will follow them all their lives. The final promise is that believers will dwell in the house of the Lord forever. The speaker concludes by reminding listeners to trust in God's control over their lives. Dios le bendiga, Dios le guarde de manera especial. Te habla tu amigo, tu hermano en Cristo, el hermano Héctor Fred. Hoy queremos compartir una poderosa palabra. Queremos compartir el Salmo 23, un Salmo que muchos conocemos. Así que te invito a que si tienes una Biblia cerca, te invito a que busquemos junto el Salmo 23 y lo leemos a la gloria del Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén. Jehová es mi pastor, nada me faltará. El lugar es delicado pasto me hará descansar. Junto agua de reposo me pastoreará, confortará mi arma, me guiará por senda de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mar alguno, porque tú estarás conmigo. Tu vara y tu callado me infundirán aliento. Alderé esa mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores. Unge mi cabeza con aceite. Mi copa está rebozado. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida y en la casa de Jehová moraré por largos días. Padre, gracias por tu poderosa palabra. Bendice a cada uno de los ochenta en el nombre poderoso de tu hijo amado, en el nombre de Jesús. Amén. Amén, querido hermano. Hoy quiero compartir este Salmo, el Salmo 23. Vamos a estar encontrando doce promesas que nos deja este hermoso Salmo. Este es un bello Salmo que quizás muchos lo sabemos de memoria. Tal vez otros lo han recitado, pero poco son los creyentes que lo han vivido. Invito a que pongamos a Jehová como nuestro pastor por excelencia. Si nosotros lo hacemos así, el Señor nos hace doce promesas. Como primera promesa nos dice nada me fartará. El Señor nos promete que si confiamos en Él como nuestro pastor, no nos va a fartar nada. Esto incluye en la área, en todas las áreas materiales y espirituales. No hay nada mejor que tener al creador del universo como nuestro guía y suficiente Dios como nuestro pastor. Como segunda promesa, la promesa número dos nos dice me hará descansar. Él nos promete descanso y no hay un mejor descanso que el que nos ofrece Dios. Es un descanso diferente. Es el descanso del alma. Muchos de nosotros podemos tener el mejor sillón o la mejor cama del mundo, pero eso solo nos quita el cansancio del cuerpo, pero no el del alma. En Jehová está el perfecto descanso, aquel que no se ve, pero se siente. A las ovejas las hacía descansar en delicados pastos, mas a nosotros nos hace descansar en sus delicados brazos. Como promesa número tres, me pastoreará. Dios promete pastorearnos junto a aguas de reposo. ¿Por qué junto a aguas de reposo? Bueno, el salmista David conocía muy bien las ovejas y sabía que ellas les tenían miedo a las aguas cautolosas, por esta razón también los pastores llevan sus ovejas a las aguas de reposo. El Señor quiere que nos mantengamos quietos y reposados para que para poder escuchar su voz. A veces en la carrera de la vida no podemos escuchar por no estar reposados en él. Él es el agua de reposo. Vemos que la promesa número cuatro dice que confortará mi alma. El único que puede confortar nuestra alma es el Señor. En momentos de angustia y tristeza, Él nos conforta. Recuerdo en una ocasión que se celebró en la iglesia el Día de las Madres. Yo me sentía tan triste por no tener mi madre a mi lado. ¿Y sabes quién ocupó el lugar de mi madre? Dios. Él confortó mi alma, ocupó el lugar de mi madre. Dios fue mi mamá en ese momento de tristeza y soledad. Él puede confortar tu arma, sea cual sea tu necesidad o el momento de tristeza que estés pasando. Vemos en la promesa número cinco, me guiará por senda de justicia. El Señor se compromete a guiarnos por senda de justicia, así como los pastores guiaban a sus ovejas por sendas seguras, donde no se lastimaran ni lastimaran a otros. Así también el Señor nos guía por las sendas seguras usando Su palabra para que seamos justos en las cosas que hacemos. En la promesa número seis nos dice, no tendré temor alguno. El buen pastor nos promete estar con nosotros, y esa es la razón poderosa por la cual nos debemos, no debemos temer, pero también debemos de buscar Su presencia continuamente. Podemos estar en las más desactres tinieblas o alguna situación peligrosa, y Él está ahí cerca para infundirnos valor y confianza. ¿Cuántos pueden creerlo? La promesa número siete, su vara y su callado me infundirán aliento. ¿Por qué el salmista dice que la vara y el callado le infundirían aliento? ¿Para qué sirve la vara y el callado? En primer lugar, la vara o el callado era un mismo instrumento. Era una vara con forma de gancho en el otro extremo. Ese mismo instrumento servía para las dos cosas. El pastor lo usa como vara cuando tiene que guiar a las ovejas para meterlas en el camino correcto, y usaba la parte del gancho cuando alguna había caído en algún hoyo, la alaba y la ponía a salvo. De esta misma forma, nuestro pastor usa la vara, que sería una palabra de reprensión para que nos volvamos al camino correcto, y la parte del gancho sería también la palabra para sacarnos o levantarnos, y de esta forma nos infunde aliento para seguir hacia adelante. Vemos que la promesa número ocho nos dice, prepara mesa delante de mí. También nos promete preparar las mesas de alimento espiritual. Este alimento es su palabra, que es más dulce que la miel. Él también está preparando la mesa para cuando se afectúe las bodas del cordero con la en su iglesia, aunque el enemigo se oponga, el Señor siempre proveerá alimento para nosotros. ¿Cuántos dicen amén? La promesa número nueve dice que ungirá mi cabeza con aceite. Era costumbre entre los orientales ungir con aceite a sus convitados. Así el Señor promete ungir nuestros vidas con el Espíritu Santo cada día para que seamos renovados y revestidos. Así seguir nuestro camino hacia la patria celestial. Vemos en la promesa número diez, llenará mi copa hasta rebosar. Dios promete llenar nuestra copa, la cual es nuestra vida, nuestro sed. Él desea llenarnos siempre de su presencia y de gozo de tal forma que se refleja y llega a otros ese gozo que hemos recibido. La promesa número once, el bien y la misericordia me seguirán toda la vida. El salmista hace suya la promesa de que si está con Dios, si Dios es su pastor, la misericordia y el bien no se apaltará nunca de su vida. ¿Sabes cuándo? Mientras esté aquí en la tierra. Mientras estés aquí y crea que el Señor es tu pastor. Pongas primero el Señor como tu pastor. No te va a faltar nada. Te guiará por senda de justicia. La promesa número doce, en la casa de Jehová moraré por largos días. Este salmo termina por la última promesa de llevarnos a su casa para morar allá. Jesús dijo en el libro de Juan capítulo catorce verso tres, y si me fuere y os prepararé lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo para que todo, para donde yo estoy, vosotros también estáis. Por eso es que en Apocalipsis capítulo veintiuno verso tres dice, he aquí el tabernáculo de Dios con los hombres y él morará con ellos y ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Aleluya, qué lindo Dios que tenemos. Tenemos un Dios poderoso, un Dios hermoso que nos da promesas tan maravillosa, nos deja promesas tan maravillosas si lo tenemos a él como nuestro pastor. Si tenemos a Dios como nuestro pastor, todas estas promesas serán para tu vida, para tu casa, para tu descendencia. Dios te bendiga y Dios te guarde. No olvides de que Dios tiene el control de tu vida. Dios te bendiga.

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