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Con un rápido movimiento se curió con la capa mágica de Eos y se transformó en un gigante león que sin pensarlo se lanzó sobre Sara, elevándole los colmillos tan fuerte que le quitó la cabeza. Hasta ese momento despertó el encantamiento y logró unirse a sus compañeros, pero produjo un ataque mortal justo en las costillas. Frente a Bertos, quien saltó rápidamente y dividió el cadáver en dos, lanzándolo lejos contra la roca. Pronto los viajeros se reunieron en el círculo con Galao, aún inconsciente de heridos, pero listos para el último ataque. Él intentó golpearlo con una piedra que le impactó en la cabeza, pero el hombre logró sin ningún dolor y llevó al guerrero en el pecho, dejándolo sin aliento, y prontamente agarró al mago por los pies, saltando con él por todos lados, golpeándolo fuertemente contra una roca, hasta dejarlo sin conocimiento. Me llevaré al mago, y ustedes si quieren vayanse, roñó Bertos, pero Argor, Cholén y Eupherion negando se intentaron escalar a donde se encontraba la bestia con su amigo, y aunque ésta saltó a otra pendiente al guerrero, prediciendo su movimiento lanzó una de sus hachas, impactándole el brazo con el que sostenía a Clu, quien cayó al suelo. Bertos tomándolos por sorpresa saltó donde se encontraba Argor y Eupherion, dejando al guerrero de un golpe sin respiración, intentándolo ahorcar al príncipe, Lumas intentando dispararle una flecha al lincatropo, pero Miriam lo detuvo rápidamente y persiguió a la bestia, que al verlo soltó a su prisionero y se dirigió al techo.