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La Caridad no solo de quien da 20221029

La Caridad no solo de quien da 20221029

Felipe TorrealbaFelipe Torrealba

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El amor se demuestra con caridad

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Charity is the act of selflessly helping others without expecting anything in return. It can include giving money, sharing goods, offering support and advice, and being empathetic and kind. Charity is not just about material donations, but also about expressing love and caring for others. Some churches focus more on collecting tithes and building expensive buildings than on helping those in need. It is important for both the giver and receiver of charity to be humble and understanding of each other's circumstances. Muy buenas noches a todos los que me siguen en las redes sociales. La caridad tiene un subsignificado en el idioma castellano y en otros idiomas también, pero es muy parecido. Como caridad se conoce la actitud quien obra desinteresadamente en favor del prójimo sin esperar nada a cambio. Como tal pueden entenderse como sinónimo del altruismo, filantropía, generosidad o solidaridad. La palabra proviene del latín caritas o caritatis. Ustedes saben que como seres humanos que somos vamos aprendiendo en la vida y los conceptos o las ideas que uno tiene en un momento se va modificando, ampliando, mejorando o cambiando con el tiempo. Yo llegué a considerar o a tener reflexiones sobre la caridad donde yo lo amplio. La caridad no solamente es dar dinero desde mi punto de vista. No es solamente otorgar bienes o compartir bienes con las personas sin esperar nada a cambio. También es ser solidario, ser empático con esa persona o con las personas, dar buenos consejos, consuelo en los momentos difíciles, especialmente cuando hay partidas de seres queridos. No es que no tengamos la idea de que la muerte no existe como la ven algunos. Yo soy de los que creen que existe el espíritu y que ese espíritu no muere. Va a un estado, diríamos, que no podemos definir porque no quiero ponerme a inventar o a decir lo que yo siento, pero yo sí creo que el espíritu se libera del cuerpo físico y pasa a un estado de reflexión porque tiene que ser un cambio traumático el tener un cuerpo y de repente no poder comunicarse con sus seres queridos e incluso con las personas que pudieron haberle hecho daño en su vida. Pero pienso y estoy convencido de eso, de que la caridad no se circunscribe a hechos materiales. También están las expresiones de amor que yo creo que pueden llenar mucho más un buen consejo, una orientación, un apoyo a personas como por ejemplo que he visto, les voy a contar cortito. Mi hijo tuvo un problema en inmigración y lo retuvieron porque no se había llevado los papeles normales de él son un poquito engorrosos los papeles que tenía que tener y lo retuvieron un tiempito y ahí conocí a una persona y empezó, se volvió automáticamente, él sintió que tenía que ayudar a otras personas porque no entendían. Habían personas que habían recibido la libertad para que se fueran, el juez les había dicho si pueden darle la salida y lo tenían ahí dos o tres semanas y entonces le empezó a hablar, hablaron con un abogado mira que esto es una persona que tiene una orden de liberación y inmigración no lo suelta. El abogado lo que hizo fue levantar el teléfono y le dijo tengo esto, inmediatamente, no suelten a ese hombre porque o se les olvidó o querían hacer una maldad, no se sabe. Pero eso es un acto de bondad, de sientes desinteresados a ayudar a otras personas y algunas de estas personas terminaron siendo ayudadas para que fueran a su lugar de destino y otros para conseguir una forma de trabajar. Los orientaron, algunos de ellos ya podían digamos recibir la oportunidad de que pudieran trabajar tenían mucho tiempo en esos trámites y por confusiones o porque le, que se yo quien sabe los funcionarios que estaban pensando y retenían a las personas incluso se supo que hay gente que eran ciudadanos y los expulsaban del país porque no cargaban los papeles, no tenían forma de mostrar. Entonces los familiares después tenían que buscar los pasaportes y todos los datos para que la persona pudiera ingresar a su país. Bueno, lo que quiero decir con esto es que hay muchas formas de caridad que no solamente, repito, es amonetaria. Así mismo voy a compartir con ustedes un concepto o definición o exposición que hace un amigo que nos conocimos en la iglesia donde yo asistía en Venezuela Félix Yeliné. Él tiene una página, un blog que se llama Verdades Ocultas está en el blog este de Google se llama Verdades Ocultas Félix Yeliné con J y K y ahí pueden ver la cantidad de escritos que él tiene relacionada pues con el tema de Dios y aquellos que estén interesados pueden leerlo. Pero mira lo que él dice aquí La caridad es una ley menor a la ley mayor de la consagración. La consagración en la iglesia es como algo parecido a que todos los bienes de las personas individuales, se los entregan a la iglesia para que la iglesia lo administren, entre comillas. Esa es la ley de consagración de esa iglesia. Que dicen que yo soy extraído de la Biblia, que yo soy de los que consideran que el marxismo-leninismo comunista fue un plagio que hizo Carlos Marx del cristianismo. Porque ese es el fin ¿no? Donde el Estado se hace dueño de todo y de todas las personas y empieza a repartirlo supuestamente equitativamente entre todos los demás habitantes trabajen o no trabajen, produzcan o no produzcan, sean útiles o no sean útiles. Y otra cosa, es compulsivo, es obligado, es por la fuerza que se llega al comunismo. Y la ley de consagración que habla Félix es algo que también en cierta forma es medio compulsivo porque a las personas le dicen tienes que entregar todos los bienes de la iglesia a la iglesia para que sea administrado por ella equitativamente al resto de los miembros Pero si no lo haces, entonces eres segregado, apartado. Entonces hay en cierta forma cierta aprehensión, o eres o no eres. No hay término medio allí. Pero ese no es el tema. Vamos a seguir definiendo lo que sería la ley o la caridad. Es decir, la ley de consagración no es producto de la caridad sino es producto de un mandamiento, pongámonos de esta manera. Esta última es disponer nuestro tiempo para actuar de acuerdo al ejemplo de Jesucristo. La caridad es mucho más que un sentimiento de ayudar al prójimo. Se trata de sentir y compartir el amor puro de Cristo que entregó su vida y redimió nuestras faltas para sanar nuestras almas. Hemos escuchado muchas veces que es necesario practicar la caridad con humildad y paciencia. La gran prueba de esta vida eternal consiste en amar a nuestros semejantes sin evadir las aflicciones o los problemas que afectan a los más pobres. Muchos viviendo solos y abandonados en situación de angustia, necesidad. Angustiosa necesidad, perdón. No debemos escondernos en nuestro confort para no entender o atender al llamado de Jesucristo. De amarnos los unos a los otros, adaptando la caridad a nuestras conveniencias. Esa actitud se convierte en una falta a los convenios que hicimos voluntariamente al bautizarnos cuando aceptamos seguirle como nuestro ejemplo salvador, nuestro maestro y redentor. Seguirle significa ser honestos con nosotros mismos y con el Espíritu Santo que nos ha dejado para actuar y ayudar, aconsejar. El Espíritu Santo es para que nos aconseje, para que nos oriente, para que consultemos con Él. Al actuar solo, preservando nuestro interés, se convierte en una pesada carga, sobre todo cuando, al paso del tiempo, sentimos que la vida se nos agota Pero seguimos teniendo conocimiento del amor, que descartamos a veces de manera consciente o ignorándolo, en el momento de servir al Señor, ayudando a otros. El Señor nos aconseja practicar el amor puro mediante la caridad. El mundo está lleno de oportunidades para ejercerlas diariamente, comprometiéndonos a estar a nuestro lado mediante Su Espíritu. Esta es una definición que Él tiene muy particular sobre la caridad. Ahora, cuando uno es miembro de una iglesia, se convierte en una comunidad, bien sea solamente practicando la ley de los viejos o participando en actividades dentro de la iglesia. Es decir, dando de nuestro tiempo, es una forma de caridad. Nuestro tiempo aportamos a la iglesia para dar clases, para orientar, para aconsejar, para visitar. Es decir, una cantidad de actividades que pueden haber en una iglesia que ayudan a nuestros semejantes sin que esté de por medio el dinero, los alimentos, medicinas. Esa es la atención de poder orientar, escuchar a otras personas en sus dificultades. Esto estamos hablando de una comunidad. Esa comunidad se organiza para ver por los miembros. Fíjense bien, ese es mi concepto de una iglesia. Nos reunimos todos, y entre todos hacemos esfuerzo mancomunal para ayudarnos entre nosotros mismos de acuerdo a nuestras propias necesidades. Pero hay iglesias, la mayoría, las más grandes, las más pequeñas, la mayoría tienen un objetivo. Conseguir muchos miembros, la mayor cantidad de miembros posible, por medio del proselitismo, por medio de los discursos, por medio de propaganda en los medios de comunicación, muchas cosas, muchas actividades, para que paguen diezmos. La mayoría de esos diezmos van al mantenimiento de los pastores, sacerdotes, es decir, ellos necesitan comer, necesitan tener casa, donde vivir, necesitan, cierto, tienen necesidad después para poder sobrevivir, no andar menesteroso. O pidiendo para comer, o pidiendo para pagar las luces, son gastos, vamos a decir, necesarios. Pero, a la vez, como hay tanto dinero en diezmos, entonces esos recursos, en su gran mayoría va a construir iglesias, capillas, centros de actividad de las iglesias, de todas las iglesias. Basándome un poco en, díganme, en observaciones, análisis de gente que se ha hecho rica, de gente que aconseja de cómo se hizo rico, hay uno que se llama Padre Rico, Padre Pobre, Kawasaki, era una cosa así, nació en Hawái. Y él dice que la peor inversión que hay es edificios y casas pagados con tu propio dinero. Puedes comprar todo eso con dinero prestado de los bancos. Alquilas, y cuando eso tenga una plusvalía, compras, no al banco, el banco te presta el dinero para comprarlo, con el tiempo eso va a dar una plusvalía, y entonces con esa plusvalía lo agarras, y compras otra casa, y sigues pagando los préstamos, préstamos, préstamos, préstamos, pero no con tu dinero. Porque eso es un gasto. Eso no es un activo, como la gente está pensando. Si tú te compras muchos edificios, muchas casas, y no las alquilas, no le sacas provecho, para pagar los préstamos, para que haya una utilidad, y comprar más, y elevar tu nivel de riqueza, entonces se convierte en un gasto. Todas las capillas, todas las iglesias, tienen un gasto enorme, bestial, de mantenimiento, de puro mantenimiento. Y hay iglesias que se gastan billones anualmente para controlar capillas, porque eso atrae pagadores de diezmo, o pagadores de limosa, como lo quieran ver. Es decir, su mayor esfuerzo no son las personas, son los edificios que atraen miembros. Bellos edificios, hermosos edificios, hechos por la mano del hombre. Para que las personas vayan y reciban instrucción, orientación, pero todo a esa persona le cuesta. Yo lo he catalogado como el club más caro que hay, porque tú lo único que tienes que hacer es aportar el 10% de lo que te gana. Y eso no es lo que dicen los diezmos en la Biblia. Los diezmos es para dárselo a los pobres, no para construir casas, capillas, iglesias, tener carros lujosos para que se puedan transportar. La mayoría de las iglesias evangélicas, digamos los dueños de esas iglesias, son potentados. Y le voy a poner un audio para que ustedes vean hasta el extremo de donde se llega a eso. Yo estoy viendo aquí el escrito de Félix, donde él le pasa la carga, es al ser humano, pero él es miembro de una asociación, de un grupo, digamos una iglesia, un conjunto, que debe abocar, abelar por todos los miembros. Los que tienen dinero y los que tienen dificultades. Pero aquí él enfoca que la cargada es de la persona individual contra otra persona individual. Mientras tanto la iglesia se dedica a construir capillas, a hacer el mantenimiento de todas esas capillas. Eso cuesta dinero, para que vayan la gente a rezar allí. Yo les voy a poner un ejemplo nada más para que ustedes vean cómo está la situación. Y esto todos lo hemos vivido, todos lo hemos visto. Lo que pasa es que la gente tiene miedo, les infunden el miedo. La mayoría de los discursos y sermones de los sacerdotes, de los curas, de los pastores, se dedican a atemorizar a la gente para que piensen que si ellos no contribuyen con la iglesia, con el pastor, para que viva como billonario, mientras hay grandes necesidades en su iglesia, entonces sí tienen miedo de que eso los va a condenar. Ya van a escuchar esto. Este es uno de tantos que yo he escuchado. Por eso que lo quise traer, por el escrito de Félix, que es mucho más largo que lo que yo le cité ahorita. Ya vamos a ver. No es muy largo. Escuchen esto. Como reyes estoy amando a los reyes, a los príncipes de Israel. Voy a amar ahorita únicamente a los que van a golpear la cara de Mamón con mil dólares. Apunte sus datos. Si lo puede traer mañana, tráigalo mañana. Si no, apunte. Hay gente que tiene su dinero en cuentas a plazos fijos. Apunte su nombre, su teléfono, su dirección. Con integridad. Gente que nada más apunta, no dice nada. Eso no es íntegro. Si usted lee la Biblia, dice, yo puse de mí tesoro personal, dice David. Los príncipes, dice, y da la cuenta de lo que dieron. Amén. Porque Dios quiso que quedara la cuenta escrita de los que dieron. Porque son los príncipes. Porque son aquellos a que el reino de Dios vendrá en finanzas. Entonces apunte con toda claridad lo que usted está dando. A lo mejor Dios le está pidiendo algo en especies. Como usted dice, yo no tengo mil dólares, pero tengo un carro. Tengo un brillante, tengo un terreno. Apunte lo que el Señor le diga. Ahora voy a llamar otro tipo de columnas financieras. A quien Dios está llamando a dar 500 dólares. 500 dólares. Este eres tú. Ellos también recibirán este llamado. Ya están listos. Serán establecidos esta noche como columnas financieras. Los de 500 se ponen acá. Y los de mil acá. Son cheques. ¿Eh? Pero eso no vale mil dólares ni 500 dólares. ¿Eh? Entonces espérate tantito porque todavía no estoy llamando eso. ¿Ok? Ya. Voy a orar. Ya. Voy a orar por los príncipes. Y luego le voy a dar oportunidad a todos los demás que obedezcan a Dios como quieran. Acerquen. Esto no sirve para nada, mi amor. Usted necesita... ¿Quién es este? Gisela. Usted necesita poner su dirección, su teléfono. Esto no es íntegro. Hay que hacerlo con íntegro. ¿Eh? Ah, ya puso el cheque, no es promesa. Perdóname. Ok. ¿Dirección? Ok. Marón está sembrando su casa. Mujer del Señor. Pasen todos los que quieran de la medida. Pero nunca más de sus dos dolaritos. Haga un esfuerzo grande esta noche. Que huyeron un salto al vacío y se quedaron sin nada. Esta noche quizás no tienen ni pan transporte. Mañana no saben ni qué van a comer. Están en cero. Si eres tú, quiero que vengas al frente, por favor. Ellos son pobres. Porque espiritualmente su tierra es árida. Por eso no tienen finanzas. Aparte de que Mamón les ha robado toda la vida, su tierra es árida. Bueno. Ustedes ven el trato y la manipulación. Una pregunta que muchas veces nos hacen en las iglesias... Bueno. Esto es un ejemplo nada más. Pero hay algo que se escapa siempre en los discursos que tiene que ver con la caridad. Y es algo que yo por lo menos me he dado cuenta. Generalmente se carga, digamos, con las entre comillas culpas de no ser caritativo al donador. Y ustedes acaban de ver a esta pastora como ella no es nada caritativa. Por el contrario. Hace sentir a las personas mal. Los clasifica. Dos columnas. Uno de mil, uno de quinientos. El que no están por los de mil y los de quinientos, eso está, diríamos, descartado. Esos no son los que ella quiere. Ella sabe que son pobres. Es decir, no hay empatía para el donador. El donador tiene que donar porque eso dice la caridad. Pero el donador es bien... Perdón, el receptor de la donación es bien arrogante. Porque no es humilde. Quiere recibir la donación y exige lo que para esa persona es su necesidad. Y el donador es mal porque no cumple. No es capaz de ver las necesidades de los demás. Pero a veces el receptor de las donaciones es muy exigente y no le importa las condiciones. O no lo ve, no le interesa ver las condiciones en que se puede encontrar el donador. O el que tendría que hacer la caridad. Es decir, se ve solamente un lado. Y entonces, la otra cosa, que lo dice la misma Escritura, nadie puede dar lo que no tiene. ¿Cómo se le puede exigir a alguien? Ahí están las personas. Ese no es el único ejemplo. Eso no es la única parte donde tú ves eso. Si tienes un anillo, si tienes un terreno, si tienes un carro, son bienvenidos. Eso no es la única iglesia que pasa eso. ¿Por qué? Porque la iglesia necesita esas donaciones para construir capillas y mantener todo ese aparataje gigantesco de corporación para poderlo llevar. Hay cientos de miles de pastores que viven de las donaciones, de curas, cientos de miles que viven de esas donaciones. Ninguno de ellos trabaja. Ninguno de ellos produce. Viven de las donaciones. Pero el malo, el que no está cumpliendo, es el que dona. Y no el que exige a los donadores que den más de lo que tienen. Esas son reflexiones que yo hago con respecto a eso. Porque la humildad no solamente es de parte de quien dona, sino también de quien recibe. Tiene que darse cuenta de que hay que ser humilde también y pensar que los demás también tienen dificultades, los demás también tienen, digamos, necesidades. Y es una forma de enseñarse. A veces uno no se da cuenta por qué está en determinada situación. Porque no hemos aprendido. Conocemos, leemos las Escrituras de arriba abajo, al derecho, al revés. Podemos citar de memoria todos los versículos, pero no lo entendemos. No comprendimos. La caridad es algo espontáneo. No está interesado. Ahí está en la Biblia. Aquellos que van a las iglesias para que los vean. Se sientan en las primeras filas de la sinagoga, es lo que más o menos me acuerdo, para que los vean ahí, o de las iglesias. Y hacen donaciones, generosas donaciones, pero para ellos eso es como si hiciera algo insignificante. Pero si alguien, me acuerdo de la Yuda, que dio todo lo que tenía, y lo dice en la Biblia, es la pregunta. ¿Quién donó más? ¿La que dio todo lo que tenía, o aquel que da parte de lo que tiene? Pero son muchas reflexiones, y yo quiero hacer énfasis en cómo se cargan al donador si no cumple con las expectativas del que aspira a ser, recibir donaciones. O la iglesia, pues. Y la iglesia tiene un enfoque mercantilista de los diez. Porque está dedicando cientos de miles de millones de dólares en construcción de capillas, en construcción de iglesias, en construcción de templos, mientras hay necesidades, en todas partes, de los miembros. Necesidades de subsistencia. Me podrán decir lo que quieran, pero esa es la verdad. Y hay cientos de miles de gente que vive de la iglesia, que vive de eso. Y muy bien. A unos niveles altísimos. Que no tienen nada que ver con la enseñanza de Jesucristo. Vean, ahí está. Hoy en día, una de las cosas más importantes que ha surgido como invención es el teléfono celular inteligente que llaman. Usted puede tener acceso a cualquier parte del mundo. A las cámaras. Hay cámaras por el mundo entero. Usted se puede buscar y puede ver en tiempo real lo que está ocurriendo. Como dice Jesucristo, como dijo Jesucristo, ¿de qué te vale ganar todo el oro del mundo si pierdes tu alma? ¿De acumular edificios? No creo que sea para salvar almas. En conclusión, quiero recordar algunos hechos que me han pasado a mí. En algunos momentos, quiero aprovechar para terminar recordando algunos momentos que me han pasado con personas que me he encontrado a la salida de un restaurante o de un supermercado. En la calle, pero. Que, en algunos casos me piden para comer. Cuando les voy a dar pienso y digo, mira, ¿por qué no entramos al supermercado? Te compré algunas cosas para que las lleves. Algunos dicen, mira, tengo hambre. Bueno, vamos a entrar al restaurante y yo te compro aquí y que comas. Y más de uno me ha dicho, no. Dame el dinero. Yo no quiero comer de ahí. Yo prefiero el dinero. Más de uno. Otro, en una oportunidad, yo vi una persona que me había atendido muy bien en el supermercado y estaba afuera. Yo dije, cónchale, le voy a dar una propina. Estaba afuera y ya estaba, ya me recuerdo bien, y ya estaba antes de entrar al supermercado habían puesto unas toallitas digamos, desinfectantes con alcohol para pasárselo al manubrio de los carritos y ello lo que hacía era limpiarlo para que cuando el cliente viniera ya estaban, como dicen, desinfectados. Y yo vi eso ahí y dije, oye, qué bueno, mira. Y le fui a dar una propina, un dinero. Mira, gracias por ese trabajo que estás haciendo aquí afuera. Y la persona me miró de arriba abajo y me dijo, no, muchas gracias. No lo necesito. No, pero si esto es una propina para que todo... Bueno, están aquí haciendo una labor y están afuera, está haciendo calor, esa cosa parecida. No, no lo necesito, pero una forma despreciativa. Yo me sentí que la estaba ofendiendo con eso. Y así dentro del supermercado y después vi en un letrero que se lo subí a la internet que decía en la cafetería, que había una cafetería en el supermercado y estoy esperando... Estaba comprando comida ya preparada, estaba en un lado así, al lado estaba una cafetería y entonces tomé la foto porque me quedé sorprendido. Se le pide a los clientes que no le den propina a nuestros empleados. Esto es inconcebible. Es el único sitio donde yo he visto eso. Que aquí en Estados Unidos se acostumbra, es una costumbre normal, aceptada por todo el mundo dar propina. Entonces ahí es donde estamos hablando, ¿no? No estamos hablando de caridad, pero quizás la persona lo vea así. Pero muchas veces, como vengo repitiendo, se carga al donador como el responsable de ser generoso, de ver por los pobres. Pero no se ve cuál es la actitud del receptor de esa donación. Que en muchos casos no son muy satisfactorios. Ellos no lo sienten que es suficiente. Que eso es poco para ellos. Tengo muchas cosas que relatar porque me han pasado muchísimas cosas que eso yo lo relaciono porque yo no me veo solamente en un aspecto de una situación, yo también veo la otra parte. Yo tenía un compañero de trabajo cuando llegaban sus clientes yo se los respetaba y les guardaba la nota. Mira, le vendí esto y esto y esto a un cliente tuyo que vino buscándote y él hacía lo mismo conmigo. Un día me compró un carro. Yo tenía mi carrito. Me compré un carro nuevo y le dije a él ¡Ay, qué bueno! Ya vi que te compraste un carro nuevo. Bueno, entonces tenemos carro. Cuando tú estás aquí en la tienda vendiendo y yo tenga que salir a visitar a los clientes para instalarle lo que le vendían yo me voy en el carro y después cuando venga después sales tú a visitar a los clientes tuyos. Y le pregunto, bueno, tú me vas a dar el 50% de la inversión del carro, me vas a ayudar a pagar la gasolina y me vas a ayudar a pagar el seguro y las cuotas del pago del vehículo. Tremendo ofensa. Porque yo no era no era camarada con él. Y yo, bueno, está bien, ¿no? Así piensa mucha gente. Y lamentablemente lo vemos que esa ideología política muy arraigada y mucho mucha gente que lo quieren hacer ver como que es obligación y no un acto de generosidad de que la persona comparta sus bienes. Y aparte de eso no son agradecidos. Es decir, no tienen que manifestar robo, pero se les nota en la actitud que no son agradecidos. Y eso a nadie le gusta ese rechazado. Hasta el no más mínimo. Y más cuando está haciendo un gesto de generosidad. Que pasen buenas noches. Y sigan donando, pero no esperen nada a cambio. Ni siquiera le paran al gesto ese de desagrado de las personas que reciben a veces las donaciones. No son, digamos, suficientemente humildes para aceptar lo poco que considera él esa donación para él. Que pasen buenas noches.

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