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Estefanina and Ginisa discuss the topics of nutrigenetics and nutrigenomics in their podcast episode. Nutrigenetics studies how individual genetic variations affect our response to nutrients and diets, while nutrigenomics focuses on how nutrients and diet components affect gene expression. They discuss how these fields offer personalized perspectives on nutrition and provide examples of how genetics can influence our response to certain foods, such as lactose intolerance. They mention the importance of accessibility and education in implementing these sciences in daily practice, as well as ethical considerations and the need for equity in healthcare. They highlight the potential for personalized diets based on genetics to improve health and prevent diseases, and the impact of these sciences on public health and medicine. They also briefly mention epigenetics and its relationship to nutrition, noting that what we eat can have long-term implications for our health and future generations. Hola a todos, mi nombre es Estefanina Tarrero y el día de hoy pues vamos a tener un episodio más en nuestro podcast llamado Nutrisatis, una comunidad de estudiantes de nutrición que exponen diversos temas. El día de hoy con mi compañera vamos a hablar un poco sobre la nutrigenética y la nutrigenómica, un tema bastante sonado últimamente y que es de múltiple interés en áreas interdisciplinarias. Y yo soy Ginisa, hoy vamos a hablar de un tema muy interesante y con mucho potencial, la nutrigenética y la nutrigenómica, vamos a desglosar estos conceptos, entender cómo funcionan y discutir su impacto en nuestra salud. Para comenzar hablemos de qué es exactamente la nutrigenética, la nutrigenética estudia cómo las variaciones genéticas individuales afectan nuestra respuesta a los nutrientes y dietas estéticas, es decir, cómo nuestros genes influyen en la manera que procesamos y reaccionamos a los diferentes alimentos que consumimos, así es, y complementando esto la nutrigenómica se enfoca en cómo los nutrientes y componentes de la dieta afectan la expresión de nuestros genes, esto incluye cómo la dieta puede influir en la forma en que nuestros genes se activan o desactivan, afectando nuestra salud a nivel molecular, es fascinante pensar que lo que comemos puede influir directamente en nuestra genética. Exacto Luli, mientras que la nutrigenética mira hacia nuestras diferencias individuales en la genética que afectan la nutrición, la nutrigenómica examina el efecto de la nutrición en nuestra función genética, ambos campos están muy interrelacionados y ofrecen una perspectiva muy personalizada de la nutrición. Ahora, profundicemos en la fisiotectología relacionada, en la nutrigenética una variación genética puede hacer que una persona sea más susceptible a ciertas enfermedades si no sigue una dieta adecuada, por ejemplo, una variante del gene MTHFR puede dificultar la metabolización del ácido fólico, esto puede llevar a problemas cardiovasculares si no se consume suficiente por la dieta, ya que ese nutriente es crucial para muchas funciones corporales. Así es Yulita, y en el ámbito de la nutrigenómica pensamos en cómo ciertos alimentos pueden cambiar la expresión genética, por ejemplo, los ácidos grasos omega 3 encontrados en el pescado tienen la capacidad de influir en la expresión de genes relacionados con la inflamación, esto quiere decir que pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades inflamatorias crónicas como lo es la artritis y ciertas enfermedades cardiovasculares. Otro ejemplo en nutrigenómica es el consumo de cruciferas como el brócoli, estas verduras contienen compuestos que pueden activar genes que ayudan en la desintoxicación del cuerpo, aumentando así nuestra capacidad para eliminar toxinas. Un ejemplo bastante claro y común de nutrigenética es la intolerancia a la lactosa, las personas con una variante específica del gen tienen una menor actividad de la lactosa, quien es la enzima que digiere la lactosa y como resultado estas personas pueden experimentar síntomas gastrointestinales y se consumen productos lácteos, entonces en un caso donde conocer la genética puede ayudar a evitar molestias y mejorar el bienestar de estas personas. Exactamente, y en el campo de la nutrigenómica consideremos los polifenoles del té verde que precioso se ha demostrado que tienen compuestos que ayudan a modificar la expresión de genes involucrados en la oxidación de las grasas, ayudando en la regulación del peso y la prevención de las enfermedades metabólicas, es un excelente ejemplo de como un alimento específico puede tener un impacto directo en la expresión genética. Además, la relación entre la genética y la nutrición se puede ver en cómo diferentes individuos responden a las dietas altas en grasas, algunas personas pueden tener variantes genéticas que las hacen más susceptibles a aumentar de peso con una dieta grasa, mientras que otras pueden metabolizar las grasas de manera más eficiente y no ver el mismo aumento de peso, este conocimiento puede ser vital para diseñar planes personalizados. Stephanie, me parece increíble cómo estos avances pueden transformar la práctica de la nutrición, ¿qué opinas sobre la accesibilidad de estas ciencias en la práctica diaria? ¿Crees que la gente está lista para adoptar recomendaciones nutricionales basadas en su genética? Esa es una excelente pregunta, Yulia, creo que aunque la ciencia ha avanzado mucho, todavía hay un largo camino por recorrer en términos de accesibilidad y educación, las pruebas genéticas pueden ser muy costosas y más en un ámbito como en Guatemala, por ende, no siempre van a estar también cubiertas por los seguros y además necesitamos un profesional muy capacitado en estos temas para asimismo interpretar estos datos y proporcionar conversaciones precisas. Totalmente de acuerdo, además hay una necesidad de estudios más amplios para avaliar muchas de estas recomendaciones, sin embargo es emocionante pensar en un futuro donde podamos personalizar las dietas de manera precisa para mejorar la salud y prevenir enfermedades, imagínate un mundo donde las enfermedades crónicas se puedan manejar mejor simplemente adaptando nuestra dieta a nuestras necesidades genéticas específicas. Definitivamente, Yulisa, sin embargo también debemos considerar los aspectos éticos y de privacidad relacionados con el uso de la información genética, pues es importante o muy importante que la gente se sienta segura y que su información genética esté protegida, pues la transparencia y la educación son clave para que más personas se sientan más cómodas utilizando esta tecnología. Sí, y también es crucial que estas tecnologías sean accesibles para todos, no solo para aquellos que pueden permitirse pagar pruebas costosas, la equidad en la salud es fundamental y debemos trabajar para asegurarnos de que estos avances beneficien a toda la población independientemente de su situación económica. En resumen, la nutrición ética y la nutrición nómica nos ofrecen una ventana fascinante para entender cómo nuestra genética y nuestra dieta interactúan, aunque todavía estamos en las primeras etapas de esta ciencia, el potencial para personalizar la nutrición y mejorar la salud es enorme. Absolutamente, la clave es seguir investigando y educando tanto a profesionales como a la población en general sobre estas disciplinas, y a medida que avanzamos podremos desarrollar estrategias más efectivas y personalizadas para mantenernos aún más saludables o para mantenernos saludables. Además, es fundamental abordar cuestiones de accesibilidad y equidad para que todos puedan beneficiarse de estos avances, y sé que ahí nos estamos yendo mucho al futuro, pero sería lo ideal. Y no solo eso, sino que también debemos considerar el impacto global de estas ciencias, en la actualidad tanto como en un futuro, pues hay que imaginar cómo podríamos utilizar la nutrición nómica para abordar problemas de salud pública a gran escala. Por ejemplo, se podrían diseñar programas de nutrición específicos para diferentes comunidades, ya teniendo en cuenta sus características genéticas predominantes y sus hábitos alimenticios tradicionales. Además, estas ciencias también pueden ayudarnos a comprender mejor las interacciones entre las dietas y las enfermedades específicas, como la diabetes tipo 2, por ejemplo, o enfermedades cardiovasculares. Pues con esta información podríamos no solo tratar, sino también prevenir estas enfermedades de una forma mucho más eficaz. También me parece importante mencionar cómo la nutrigenética y la nutrigenómica pueden influir en el campo de la medicina. De por sí, los nutricionistas podrían utilizar esta información para recetar dietas personalizadas que complementen a los tratamientos médicos, pues así mejorando los resultados de los pacientes. Y el papel de la tecnología en todo esto es increíble, pues con el avance de las herramientas del análisis genético, se podría ver una integración aún más profunda en la nutrigenética y en la nutrigenómica en nuestra vida real. Por ejemplo, aplicaciones móviles y dispositivos de monitoreo que podrían ofrecernos recomendaciones dietéticas tal vez, que puedan ser en tiempo real y basadas en nuestra composición genética que pues ya sería más actualizada. Para finalizar, quiero destacar la importancia de un enfoque interdisciplinario, pues ya que trabajando juntos tanto los genetistas, como los nutricionistas, como los médicos y los tecnólogos, podemos avaliar estos avances y hacerlos accesibles para todos. Entonces debe ser un esfuerzo en conjunto y nos debemos comprometer como personal de salud, como tecnólogos y como genetistas, a transformar la forma en la que entendemos y abordamos la nutrición y la salud como lo hacemos en la actualidad. Antes de despedirnos, nos gustaría introducir brevemente otro tema relacionado que también está ganando mucha atención. Este es la epigenética y su relación con la nutrición. La epigenética estudia los cambios en expresión genética que no implican alteraciones en la secuencia del ADN. Estos cambios pueden ser influenciados por factores ambientales, incluyendo la dieta. La epigenética nos muestra que lo que comemos no solo afecta nuestra salud actual, sino que también puede tener implicaciones a largo plazo, incluso para nuestras futuras generaciones, como por ejemplo, se ha demostrado que una dieta rica en nutrientes específicos durante el embarazo puede influir en la salud y el desarrollo del niño. Un buen ejemplo de esto es el ácido fólico, el cual es crucial durante el embarazo para prevenir defectos del tubo neural en el feto. Además, ciertos compuestos en los alimentos, como los polifenoles, pueden modificar marcas epigenéticas y potencialmente reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Ahora, como una conclusión general de todos los temas que hemos explorado y que son campos fascinantes que evidencian la nutria genética y la nutria ginemíca, estos pues nos permiten entender cómo nuestra genética y nuestra dieta interactúan de manera compleja, pero muy reveladora. Hemos aprendido que en la nutria genética se enfocan cómo las variaciones genéticas individuales afectan nuestro respeto a las nutrientes y dietas específicas. Por otro lado, la nutria genómica se centra en cómo los nutrientes pueden influir en la expresión de nuestros genes, afectando nuestra salud a nivel molecular. También hemos discutido ejemplos prácticos como la intolerancia a la lactosa, que es un claro caso de nutria genética, y cómo los polifenoles del té verde pueden influir en expresiones de genes relacionados con la excretación de grasas, lo cual es un ejemplo de nutria genómica. Estos ejemplos nos muestran cómo conocer nuestra genética puede ayudarnos a tomar decisiones más informadas y personalizadas a la hora de consumir un alimento. La potencial aplicación de estos conocimientos es enorme, hay que imaginar un futuro en el que podamos prevenir estas enfermedades crónicas simplemente adaptando nuestras dietas a necesidades genéticas específicas, y así ya no solo estaríamos tratando condiciones existentes, sino que también podríamos prevenir su aparición mediante intervenciones dietéticas muy precisas. Y esto pues ya está representando un paradigma dentro de la nutrición y la medicina. Sin embargo, también no hemos abordado los desafíos que enfrenta este campo emergente. La accesibilidad a las pruebas genéticas y la necesidad de profesionales capacitados en nutria genética y nutria genómica son aspectos cruciales que deben mejorarse. Además, la protección de la privacidad y la información genética que sigue siendo un tema ético es fundamental, y pues es vital que las personas se sientan seguras y confiadas al compartir sus datos. También no podemos olvidar el impacto global y las oportunidades que presentan estas ciencias. Con la colaboración de los ya antes mencionados genetistas, nutricionistas, médicos y tecnólogos, podríamos desarrollar estrategias de nutrición personalizadas para diferentes comunidades. Además, también hemos mencionado cómo la epigenética y la nutrición también están emergiendo como campos de estudios importantes. La epigenética nos muestra que lo que comemos no solo afecta a nuestra salud actual, sino también a las futuras generaciones. Y este campo pues también nos abre nuevas vías para la prevención y tratamiento de enfermedades mediante la dieta. Entonces, estamos en una era emocionante de la ciencia y de la nutrición. La nutrigenética y la nutrigenómica, junto con la epigenética, nos van a proporcionar y nos están proporcionando ya herramientas poderosas para personalizar nuestras dietas y mejorar nuestra salud de manera significativa. La educación continúa, la accesibilidad y la investigación deben ser clave para que estos avances se traduzcan en beneficios tangibles para todos. Entonces, los animamos a mantenerse informados y ser curiosos sobre estos temas. La ciencia y la nutrición están en constante evolución y nosotros también debemos estar dispuestos a aprender y adaptarnos a esto. Gracias por acompañarnos hoy. Esperamos que hayan aprendido algo nuevo y que se hayan interesado en estos temas tan apasionantes. La nutrigenética y la nutrigenómica tienen el potencial de revolucionar la manera en que pensamos sobre la nutrición y la salud. Hasta la próxima y recuerden, la salud es un viaje personal y cada pequeño paso cuenta. Continuemos aprendiendo y adaptándonos para vivir vidas más saludables y, por ende, más felices.