En la vida de cristiano, a diferencia del mundo, porque el mundo tambiĂ©n pasa por asfixiĂ³n, la diferencia es que el cristiano pasa las asfixiones con Jesucristo. La gente se cree que cuando Dios, tĂº le pides algo a Dios, eso es, ¡boom!, magia. Cuando vas a orar a Dios, tĂº no puedes ser un cobarde. ¿CĂ³mo tĂº vas a saber que Dios te cuida en los momentos malos cuando tĂº no tienes corazĂ³n? ¿CĂ³mo tĂº puedes tener testimonio si nunca pasaste para alguien? Bienvenidos al Voz Jazz, el libro abierto donde tenemos conversaciones filtradas por la palabra de Dios, junto a Emanuel Soto y Yann Carlos Gattoli.
Y hoy estamos en el episodio nĂºmero 8, donde el tema va a ser orar sin condiciones. Y oye, simplemente pensando en el episodio nĂºmero 8, oye Yann, hoy es un episodio Jazz. Y hablando de la oraciĂ³n todavĂa, para que tĂº veas que no es tan simple como tĂº piensas. No, incluso esta trayectoria, ya que estamos utilizando el libro de A.W. Tozer, la oraciĂ³n, en lo personal, Yann, a mĂ me ha cambiado mucho mi forma de pensar sobre la oraciĂ³n.
Incluso le doy gracias al Señor que una de las Ă¡reas donde todo cristiano lucha, honestamente todo cristiano lucha con la oraciĂ³n, he visto la mejorĂa en mi vida en el tiempo de oraciĂ³n. Incluso ya no puedo pasar un dĂa sin orar bien. Veo que hay progreso, gracias a Dios. Concentrarnos en este tema ha sido de bendiciĂ³n para ambos. Es por eso, que es, si aĂºn no has escuchado el otro episodio, mira, aprovecha ahora de ir buscando el otro episodio para que veas de quĂ© estamos hablando sobre la oraciĂ³n.
Estos episodios son buenos, pero cuando tĂº los ajuntas todos y los aplicas a tu vida, con el propĂ³sito del libro que estamos cubriendo, te va a cambiar tu vida cristiana en la soledad, con Dios solamente, orando. Exactamente. Y el llamado de Dios para orar no es en vano. Y no es en vano tampoco que muchos cristianos dicen que la oraciĂ³n tiene poder. Hay muchos testimonios sobre eso. Si nos ponemos a pensar en cuĂ¡ntos testimonios hay, nos quedamos ahĂ.
Pero nada, el tema, orar sin condiciones. ¿QuĂ© puedo decir? Lo personal, cuando leĂ ese capĂtulo, cambiĂ³ mucho mi perspectiva. Incluso yo dirĂa que fui confrontado. Y Giancarlo dice que este es su capĂtulo preferido. Es que van a por el tĂtulo, tĂº dices, pero yo hago eso. Seguro. Seguro. TĂº estĂ¡s seguro que cuando tĂº oras libremente, tĂº sueltas todo, y tĂº le pides a Dios, como tienes que pedirle, tĂº dejas a Dios operar como Él quiere operar.
Eso estĂ¡ fuerte. Eso estĂ¡ fuerte. Incluso mira cĂ³mo H. W. Toser comienza. Él dice, a comienzo de su maravillosa vida cristiana, Lady Juliana de Norwich, eso parece el hombre Heina, elevĂ³ una oraciĂ³n a su Salvador, a la que añadiĂ³ las sabias palabras, y esto pido, sin condiciones. Y H. W. Toser dice que de ahĂ en adelante, esas oraciones que ella pedĂa sin condiciones, marcaron su vida cristiana. Y mĂrate esto. Mira una frase que Ă©l dice en el libro.
Ella querĂa ciertas cosas de Dios sin importar cuĂ¡nto costara obtenerlas. Dios, por asĂ decirlo, solo tenĂa que enviarle la cuenta. Ella hubiera pagado cualquier cantidad con tal de obtener lo que ella consideraba provechoso para su alma y un motivo de glorificaciĂ³n para su Padre Celestial. Y mira cĂ³mo Ă©l termina ese pĂ¡rrafo. Eso es verdadera oraciĂ³n. Oye, Jan, ¿quĂ© tĂº crees? Ese tipo de oraciĂ³n, H. W. Toser lo considera verdadera oraciĂ³n. SĂ, porque esto lo podemos hablar ahorita y hasta en el futuro.
Y lo hemos hablado. La oraciĂ³n sale de la fe. Va de mano en mano. So, cuando tĂº oras, es un acto de fe. So, ¿quĂ© pasa cuando yo oro, y oro con restricciones y muchas condiciones? O si tengo miedo en mi oraciĂ³n. Eso es falta de fe. Por ende, tĂº puedes decir que no es una oraciĂ³n verdadera. Porque tĂº oras, te arrodillas ante tu padre para orar, pero todavĂa no te atreves a orar de verdad, a hablar con tu padre transparentemente, a dar lo que sea para estar en sus manos.
TodavĂa tĂº tienes, yo quiero orar, yo quiero estar contigo, Señor, pero no me quites el Lamborghini. De lo que sea, pero no me quites el Lamborghini. Pero confĂo en ti. Pero eso no. Te estĂ¡s confiando en Ă©l. Si en verdad tĂº le estĂ¡s poniendo ciertas cosas que tĂº no quieres. Cuando todavĂa tienes materialismo, cuando todavĂa tienes relaciones personales, que tĂº tienes miedo que si tĂº pides, Señor, llĂ¡mame hacia ti, y te escuchan una palabra, porque tĂº lo sabes.
TĂº sabes que tĂº puedes perder esto. TĂº sabes que la vida tuya que tĂº tienes ahora mismo va a ser totalmente diferente. Eso. Y tĂº puedes decir sĂ. Como dice esa mujer, como dijo el hombre, cueste lo que sea. Eso es puro rendimiento. ¿Y quĂ© pasa? Toda persona que es cristiana sabe que la vida y el camino del cristiano estĂ¡ lleno de sufrimiento. No nos va bien en todo. No estoy diciendo que toda nuestra vida nos va mal.
Sin embargo, el mismo JesĂºs lo dijo, en el mundo tendrĂ©is aflicciones. Por ende, ya de por sĂ sabemos que en la vida cristiana hay cosas que nos cuesta hacer. Negar nuestra caldeza. Un ejemplo de una persona que no es cristiana, cuando se enfrenta a la dificultad, le va a dar. TĂº sabes que un cristiano, no es por las dificultades que se le presenta, es como las aguanta. Porque un cristiano sabe que en el momento en que se le presenta una dificultad, dice, ok.
Y le dice, pero ¿por quĂ© no te importa? Y no es que no me importa. Es que yo confĂo en un Dios supremo. Exacto. Y todo tiene su propĂ³sito. No, porque esa es la cosa. En la vida de cristiano, a diferencia del mundo, porque el mundo tambiĂ©n pasa por aflicciĂ³n, la diferencia es que el cristiano pasa las aflicciones con JesĂºs. O sea, no estamos solos. Pero, en el caso del tema de orar sin condiciones, algo que me estuvo interesante es que cuando un cristiano ora, hay veces que uno tiene miedo que la respuesta de Dios sea sĂ.
Y me voy a explicar. Porque cuando pedimos algo, la razĂ³n por la que tenemos miedo a pedirlo es porque si Dios me contesta, yo sĂ© que yo voy a perder ciertas cosas. O tal vez pierda mĂ¡s de lo normal. Incluso, vamos a poner un ejemplo. Digamos, Señor, yo quiero ser mĂ¡s santo. Yo quiero ser santo como TĂº eres santo. Pues, ¿sabes que eso significa? Que cosas que TĂº sabes que estĂ¡n mal, las vas a dejar, ¿verdad? Pero, a veces, Señor, empezamos como que, Señor, TĂº me entiendes.
Señor, TĂº me entiendes. TĂº sabes que yo no lo hago con una mala intenciĂ³n. Señor, pues, mira, quĂ© sĂ© yo, ver televisiĂ³n no es malo, ¿verdad? Y estĂ¡n viendo Netflix y estĂ¡n tres horas viendo Netflix, ¿verdad? Y yo, como Señor, yo quiero dedicar mĂ¡s tiempo a Ti. Pues, ¿sabes que tienes que dejar de estar viendo Netflix por lo menos esas tres horas, verdad? Para que la puedas dedicar a Dios. No, pues, Señor, TĂº sabes que TĂº me entiendes.
Porque yo estoy una vida en estrĂ©s y que tengo mucho trabajo. Y, pues, Netflix me tranquiliza. Pero la oraciĂ³n tambiĂ©n. AquĂ vemos que, como cristianos, tenemos que aprender a pedir a Dios sin condiciones. En el sentido de que si yo le estoy pidiendo a Él que me lleve a un nuevo nivel como cristiano, por asĂ decirlo. Si vamos a hablar de niveles. Tenemos que confiar en Él aĂºn para las cosas que Él nos quita. Incluso para que nos pase por el proceso.
Por eso es que hay muchos cristianos que dicen, Señor, dame paciencia, pero no me metas en pruebas. No tiene sentido. No me metas en pruebas. So, tenemos que entender eso. ¿Verdad, Jan? ¿QuĂ© tĂº crees de eso? Que me encanta eso. Dame paciencia, pero no me metas en pruebas. ¿Y cĂ³mo tĂº vas a crecer en la paciencia? Dame paciencia. La gente se cree que cuando Dios, tĂº le pides algo a Dios, esto es, boom, magia. Barita mĂ¡gica, ahĂ lo tienes.
Es como si un niño, cuando un niño, porque eso es lo que somos nosotros, niños en los ojos de Cristo, te pedimos algo. TĂº dices, ¿SĂ? Â¿Ă‰l te lo puede dar? ¿Pero tĂº crees que hay provecho para tener eso? Si tĂº, como humano, no lo ganaste, no lo creciste, no lo pensaste, no creciste en eso. Y hay ciertas cosas que Dios no nos va a dar, pero nos tiene que poner en un proceso, en una prueba, que nos va a ayudar a madurar como cristianos para poder recibir eso.
Cuando yo oraba antes, y llegaba un tiempo que me arrepentĂa, decĂa el Señor, yo quiero ser un quejero tuyo. Y el Señor me escuchĂ³ y dijo, no, yo tampoco puedo pasar por esas piedras. Y hay un momento que decĂa, I take it back, no puedo pasar, yo quejero no soy, quejero no soy. Y dice que el Señor decĂa, yo no sĂ© que no lo eres, pero ¿quĂ© estĂ¡s pasando por esto? Y dolĂa, y dolĂa, y dolĂa.
No, porque a veces uno quiere ser fuerte, como cristiano, pero tenemos que pasar por momentos duros para que esa fuerza, ese dolor nos pruebe y nos haga, pues mira, mĂ¡s fuerte. Por eso es que mira, hay que orar sin condiciones, hay que dejar que Dios obre en nuestra vida. Mira, dice la Biblia en Efesios 3.20, Y aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho mĂ¡s abundantemente de lo que pedimos o entendemos, segĂºn el poder que actĂºa en nosotros.
Este es Pablo describiendo a Dios, y Ă©l dice que Dios muchas veces nos da mĂ¡s abundantemente de lo que pedimos o entendemos. Eso es increĂble, porque cuando uno le pide algo a Dios, vamos a ser honestos, tenemos una expectativa. Yo creo que si yo le pido a Dios por una mejorĂa econĂ³mica, vamos a hablar de mejorĂa econĂ³mica, tal vez estoy esperando que Dios me ayude con dos mil pesos en la cuenta. Eso es bueno, porque tal vez es lo que necesito en el momento.
Pero Dios a veces, en su misericordia y en su generosidad, dice, ¿sabes quĂ©? No te voy a dar dos mil mĂ¡s, te voy a dar diez mil. Pero Señor, no es lo que yo te pedĂ. Pero a veces olvidamos que Dios puede hacer, que Él hace como Él quiere. Y si Dios te quiere bendecir mĂ¡s de lo normal, ¿quiĂ©n eras tĂº para decirle, Señor, no lo hagas? Ah, pero tambiĂ©n estĂ¡ el otro caso, ¿y quĂ© si Dios te lo quiere quitar? Para probarte.
¿Y quĂ© si Dios te lo quiere quitar para probarte, para enseñarte algo acerca de Él? Como le pasĂ³ a Job, que lo perdiĂ³ absolutamente todo, y al final, cuando Dios lo hablĂ³ y lo confrontĂ³, Él dijo, de lejos te habĂa oĂdo, mas ahora mis ojos te ven. So, hay momentos en donde Dios te tiene que poner a prueba para que lo puedas conocer. Por eso es que hay que orar sin condiciones. Señor, pase lo que pase, si yo te estoy pidiendo, te quiero conocer, prepĂ¡rate, prepĂ¡rate, porque si Dios te quiere, si Dios te quiere revelar a ti de una forma amorosa, vamos a decir, Dios quiere revelarte como tu proveedor, quiere decirte que va, puede ser que pases necesidad.
Dime que no. Dime que no. ¿CĂ³mo tĂº vas a saber que Dios te cuida en los momentos malos cuando tĂº no tienes momentos malos? Exactamente. ¿CĂ³mo tĂº puedes tener testimonio si nunca pasaste para alguien? Exactamente. Tristemente, espera, si tĂº quieres una vida de fairytale, ni JesĂºs la tuvo porque JesĂºs lo matamos nosotros. AdemĂ¡s, nada, digo, estamos siguiendo un hombre que lo mataron. Lo mataron. Entonces vas a pensar, que tristemente predican mucho lo de que es prosperity, que nene, Ă³ralo, ten fĂ©, y si eres cristiano, la vida es buena, perfecta.
Eso es buster. Porque es porque Dios es amor que no los permite hacer asĂ. Porque si a un niño tĂº le das todo, va a ser arrogante, spoiled, y nunca va a conocer. Y cĂ³mo tĂº conoces amor sin conocer los restos, sabes. Si tĂº no sabes lo que es luz, sin saber lo que es oscuridad. Hay que tĂº puedes apreciar lo lindo que es la luz cuando tĂº estĂ¡s bien profundo en la oscuridad. Eso es asĂ.
Eso es asĂ. So, orar sin condiciones. Incluso, muchos de nosotros como cristianos, tenemos miedo a pedir porque cuando pedimos, vamos a tener mĂ¡s. Pero hay cristianos que saben que el que mĂ¡s tiene, mĂ¡s se le exige. JesĂºs dijo en Lucas 12, 48, Porque de todo aquel a quien le ha sido dado mucho, mucho se demandarĂ¡ de Ă©l. Y de aquel a quien confiaron mucho, se pedirĂ¡ mĂ¡s. Y aquĂ vemos el clĂ¡sico ejemplo de miedo al Ă©xito.
O la manĂa, que hasta yo la tenĂa un tiempo, era por ese fact, por esa realidad, uno mismo se miente. Dicen, hermano, tĂº eres bueno en esto. No, yo no sigo para eso. Me han dicho, tĂº vas a predicar. Yo voy a predicar. ¿EstĂ¡s loco tĂº? Porque si en el momento digo, es verdad, yo sĂ© que ahora tengo una responsabilidad grande, un llamado que tengo que practicar, estudiar y prepararme. Es mĂ¡s fĂ¡cil decir, esta gente estĂ¡ mĂ¡s loca.
Si yo no puedo hacer eso y nunca voy a poder hacerlo, estĂ¡n locos. No, no, y esa es la cosa. Y quĂ© ejemplo mĂ¡s perfecto, hablando de la predicaciĂ³n. Hay personas que Dios les dio el don de predicar. Pero muchos de ellos tienen miedo a ejercer ese don o ejercer eso que Dios les dio, ese llamado, porque ellos saben que se va a esperar mĂ¡s de ellos. Se va a exigir, se va a demandar mĂ¡s. Incluso aquĂ viene lo que JesĂºs dijo.
Que el que ama mĂ¡s a su padre, a su madre, a su hijo, a su esposa, mĂ¡s que a mĂ, no es digno de mĂ. Y ya de por sĂ eso es demandante, porque Dios mismo estĂ¡ exigiendo. Mira, tĂº me amas de verdad, ponme por encima de todo lo que tĂº posees. Ponme por encima de tu propia familia, porque a la hora de verdad, yo sĂ valgo la pena. Porque si nos enfocamos solamente en lo temporal, en lo de ahora, que algĂºn dĂa se va a acabar, olvidamos que lo eterno es mĂ¡s importante.
Por eso es que me gusta como viene A.W. Tozer y dice en ese mismo capĂtulo, queremos que la respuesta de Dios nos aporte algo, no que nos quite algo. No queremos nada radical o fuera de lo comĂºn, y queremos que Dios se acomode a nuestra conveniencia. AsĂ imponemos una condiciĂ³n a cada oraciĂ³n, de tal modo que a Dios le resulta imposible contestarla. Oye, y quĂ© fuerte es que A.W. Tozer diga esto, porque cuando tĂº te pones a pensar, para Dios nada es imposible.
Esa es la realidad. Para Dios nada es imposible, pero dice que uno en la oraciĂ³n puede llegar a un nivel de ponerle tanta y tanta condiciĂ³n a Dios, que entonces Dios dice, pero ¿para quĂ© yo te voy a contestar? ¿Y cĂ³mo tĂº quieres que yo lo haga? Es como que, Señor, sĂ¡name, pero hazlo de esta forma. Se acaba en el mal, pero de todavĂa que no trabajara en esta discoteca. O sea, hay que ponerse a pensar de que mira, Dios sabe lo que necesitamos.
Por ende, debemos someternos a lo que Él nos quiera dar. Y si lo que Él nos quiere dar estĂ¡ fuera de lo que nosotros nos imaginamos o pensamos, hay que aceptar Su voluntad, porque Él sabe lo que realmente quiere hacer. Incluso tenemos que estar dispuestos a vivir para Su gloria, y vivir para Su gloria significa que dejo yo de ser para que Él sea mĂ¡s grande. Y como uno lo dice, estĂ¡ acostumbrado a escucharlo, pero es literal.
Todo momento que tĂº tengas, hasta haciendo lo mĂ¡s mĂnimo, como hemos hablado, que es el otro episodio, tiene que ser para la voluntad de Dios. Para Su gloria. Eso, asĂ. Tiene que ser para Su gloria. Porque una de las razones por las que a veces Dios no nos contesta es por la arrogancia. Nosotros tenemos arrogancia. Y cuando pedimos, pedimos mal, como dice Santiago. No pedimos conforme a la voluntad de Dios. Y mira como dice el Salmo 138, versĂculo 6, Porque JehovĂ¡ es excelso y atiende al humilde, mas al altivo mira de lejos.
Cuando tĂº oras, oras con humildad. En estas palabras, cuando uno dice oras sin condiciones, aquĂ hay un acto de rendimiento, hay un acto de humildad, donde yo digo, Señor, ¿sabes quĂ©? Yo dependo de Ti. ¿Sabes quĂ©? Yo quiero vivir para Tu gloria. Y yo sĂ© que eso significa que tengo que morir al yo. Yo sĂ© que eso significa que ahora ya no vivo yo, vive Cristo en mĂ, como dijo Pablo. Por ende, tenemos que aceptar la voluntad de Dios, sea lo que sea, incluso cueste lo que cueste.
Ay, ¿en quĂ©? ¿QuĂ© se puede hacer con esto, Yancarlo? AyĂºdame, ayĂºdame. ¿Con quĂ©, Yancarlo? SĂ, estĂ¡ fuerte, estĂ¡ fuerte. Ahora, mĂrate este punto, Yancarlo. Cuando uno se acerca a Dios, uno tiene que orar a Dios en confianza. Ahora, no con arrogancia. En confianza, dice Hebreos 4, 16. AcerquĂ©monos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para lo oportuno. ¡Socorro! Incluso Mateo 7, versĂculos 7 y 8, dice, Pedid y se os darĂ¡, buscad y hallarĂ©is, llamad y se os abrirĂ¡, porque cualquiera que pide recibe, y el que busca halla, y el que llama se abrirĂ¡.
Y JesĂºs viene y dice en Juan 14, 13, y asĂ todos los versĂculos habido por la vez. Juan 14, 13 y 14 dice, Y todo lo que pidieres al Padre en mi nombre lo harĂ©, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidieres en mi nombre, yo lo harĂ©. Yancarlo, ya que estamos viendo estos versĂculos donde Dios nos estĂ¡ llamando, no solamente orar y pedirle, porque ya hay una confirmaciĂ³n de que Él nos va a contestar, sino hacerlo confiadamente.
¿CĂ³mo esto afectarĂa tu vida de oraciĂ³n? Magna, como estamos hablando ahorita, que a veces uno se... Hasta... Hay uno a veces arrogante pidiendo, y a veces uno... ¿QuĂ© me pasa a mĂ? No pido. Porque pienso que estoy siendo arrogante, ¿verdad? Digo, ah, pues que pedir, ¿verdad? No señor, yo no te quiero pedir, porque no solamente para eso, no es para pedir. ¿Verdad? Pero, Él mismo los manda a pedir. Porque Él... Somos humanos, y solo nos podemos.
Si Él no nos da, no vamos a tener nada. Y mientras digo eso me di cuenta. Que si no pido... Porque nunca lo voy a tener. Porque si yo no lo voy a... Yo por mi voluntad nunca lo voy a hacer. Entonces si no es por la misericordia de Dios y su gloria, y Él... Dios, que es muy gracioso en tĂ©rminos de gracias, que Él da todo, y Él nos quiere dar todo. A veces la cosa Él dice, yo te lo quiero dar y mĂ¡s.
Y hasta a veces me sube y dice, pide en mi nombre. Pide. Es como cuando un padre a su hijo, confĂa en mĂ, pĂdeme. Yo estoy aquĂ para ayudarte. Ustedes lo han dicho a sus amistades, a su gente, que usted dice, mira, solo tĂº no puedes, por favor confĂa en mĂ. Pon por lo menos un poco de esa confianza, dĂ©jame ayudarte en tu vida. Pon tu carga en mĂ un poquito, para yo ayudarte. Vamos a compartir.
Pero Dios estĂ¡ bueno que Él dice, no me de un poco, dĂ¡mela toda. Yo la cargo entera. Pero eso es justo. SĂ, sĂ, dĂ¡mela entera. Y Él sĂ puede. Esa es la cosa, Él sĂ puede. Yo puedo. Pero padre, ¿quĂ© hago yo? LĂndete en mĂ. LĂndete en mĂ. Y yo voy a cargar todo. Solamente tenĂ©is que ejercer. Es asĂ, es asĂ. Incluso pensar en esto, cambia tanto la mentalidad. Y yo añadirĂa, que nos da paz. Porque aquĂ la palabra habla de orar, de todas las cosas.
Ponlo todo en las manos de Dios, para que tĂº experimentes la paz que sobrepasa todo el tenimiento. Y no solamente eso, experimentamos el gozo de que Dios nos contesta. El mismo JesĂºs, dijo a sus apĂ³stoles, mira, pidan al Padre, y yo les darĂ©, para que su gozo sea completo. ImagĂnate eso. Si tĂº quieres disfrutar del gozo de Dios, la oraciĂ³n es una clave. Porque cuando tĂº pides, tĂº vas a recibir. Y ese recibir glorifica a Dios, y te da gozo, porque te dice, yo puedo confiar en Dios desde allĂ¡.
Todo el mundo tiene esas experiencias. Por lo menos una vez o dos. Que te acuerdes, porque son muchas, en verdad. Hasta yo me acuerdo asĂ, uno dice, una hora, puede pasar tiempo, o puede ser hasta rĂ¡pido, contestado. Entonces, despuĂ©s de todo, pues, gracias Señor. Es que hay que hacerlo. Incluso, para que quede grabado, me acuerdo una vez con Giancarlo, estĂ¡bamos en la High, en grado 12. Nosotros querĂamos, a Ăºltima hora decidimos ir al Prom. ¿Verdad? A Ăºltima hora.
Y ponte a pensar, el Prom es algo que no tiene que ver nada con el Señor. Porque pues, el Prom, tristemente, no es que pasa siempre lo mejor, a veces la mĂºsica tampoco ayuda mucho. Pero, estĂ¡bamos en 12, querĂamos participar, descompartir con nuestros compañeros, ya que era el Ăºltimo año, asĂ, antes de entrar a la universidad, etc. Y, las cuotas eran 200 dĂ³lares que no tenĂamos en el momento. 200 dĂ³lares. Pues, no, no. No eran 200 dĂ³lares, y, era para el Prom, y para una actividad adicional.
Exacto. Eran dos cositas. Entonces, nosotros dijimos, como que va, sabes que vamos a ir. Nos terminaron el dinero, y yo con Gian, yo le dije, Giancarlo, venga, vamos a orar. ¿CĂ³mo? Orar por un Prom. Orar por un Prom, y yo, sĂ, sĂ, vamos a pedir, vamos a creer que Dios lo pueda hacer. AsĂ mismo, oramos, y le pedimos, Señor, pues, eso fue a Ăºltima hora, pero te pedimos que nos ayude a conseguir ese dinero. Mira lo que pasĂ³, al otro dĂa, o fue el mismo dĂa, yo creo que fue el mismo dĂa, ¿verdad? Que tu tĂo te llamĂ³, o fue el otro dĂa.
A mĂ que fue el otro dĂa. SĂ, al otro dĂa, el tĂo de Giancarlo lo llama, y, historia larga y corta, en la conversaciĂ³n, el tĂo le pregunta, ¿tĂº necesitas algo? Y Giancarlo dice, pues nada, que voy por un Prom y eso. No lo digo yo, dice la madre mĂa. Yo soy tan humilde, yo no necesito chau, porque ese Prom mĂo sĂ tengo. Ahora, yo hubiera dicho que no, yo dirĂa, no, todo estĂ¡ bien, todo estĂ¡ bien.
Porque, bueno, aceptar dinero nunca es lo mĂo, ni aceptar nada. Pero a mĂ sale, ¡Ay, quĂ© lindo el Prom! ¿CĂ³mo? ¿CuĂ¡nto? ¿CĂ³mo que cuĂ¡nto? ¿CuĂ¡nto? ¿CĂ³mo? ¿200 pesos? Te lo envĂo, te lo envĂo ahora. ¿200 mĂ¡s nada? ¿No quieres mĂ¡s? No, no, estĂ¡ bien, 200 estĂ¡ bien. No, sĂ, pero, ¿seguro? SĂ, sĂ, sĂ, sĂ, sĂ, 200 dĂ³lares de la nada, ahĂ mismo. Entonces, lo que da risa es lo siguiente, Giancarlo llega el otro dĂa a contĂ¡rmelo, Emanuel, mira lo que me pasĂ³.
Y yo como que en buste, de verdad, me quedĂ© como que en shock, y sale Giancarlo y dice, oye, hoy te va a pasar algo tĂo, y yo como que, pues, a mover, asĂ, yo como que, pues, a mover, ¿quĂ© pasa? Viene de momento, estoy en la clase, y el director de la escuela, me llama, mira Emanuel, por favor pasa por la oficina, y yo me asustĂ©, yo me asustĂ©, yo dije, ok, ¿quĂ© hice ahora? Pero yo llego a la oficina, la primera vez que me llaman asĂ, y sale Ă©l, y dice, mira, es que estĂ¡bamos chequeando nuestro armario, y habĂa un cheque para ti a nombre tuyo, 200 dĂ³lares, ¿quĂ© quiere decir eso? Miren, esto, tal vez un ejemplo sencillito, pero, aquĂ es que vimos, mira, nosotros le pedimos a Dios, no pusimos bajera, simplemente le pedimos a el Señor, necesitamos el dinero, no lo tenemos, por favor provee, provee, eso fue todo, y Dios lo hizo sobrenatural, y es un gran testimonio, porque muchos testimonios, estĂ¡n, son tremendos testimonios, claro, pero siempre son grandes, ¿verdad? SĂ.
Ah, entonces, ¡wow! ¿verdad? Y, pues, tĂº, hermano, y hasta yo, cuando me preguntĂ©, mamĂ¡, yo voy a morir por esto, y yo dije, pero, ¿por haber pagado tan mĂnimo? SĂ, estamos nanos, estamos nanos, y dije, fine, vale, ok, y Dios lo hizo, porque tĂº crees que tĂº crees, que, yo estoy escuchando, en lo que sea, ya sĂ©, y Dios quiso hacerlo, incluso, porque yo nunca me atrevĂ a orar, ni pedir, porque yo dije, ah, porque Dios me va a escuchar eso, porque yo voy a orar en eso, y hasta hoy en dĂa se me olvida, y todavĂa no lo hago, y despuĂ©s me acuerdo, ah, oye, Dios me contestĂ³ en esta parte, y ahora le puedo decir que soy un mejor cristiano, y he crecido, y oro pa' mejores cosas, y si pa' ese tiempo, estuvo, y pa' ese tiempo yo no estaba acercado, a Dios como estoy ahora, o sea, a su misericordia, pues, voy cantoso pa' llegar a donde estoy hoy, pero, y como que era, tuvo una gran misericordia, para Ă©l glorificarse, en mi vida, a esa edad, a ese tiempo en mi vida, que Ă©l lo haga ahora, no es nada, eso es asĂ, eso es asĂ, no, y por eso es que con este Ăºltimo punto vamos a terminar, gente, ya que estamos hablando de orar sin condiciones, y orar confiadamente, la pregunta que yo te voy a hacer a ti, ¿cuĂ¡l es el miedo? ¿A quĂ© tĂº le tienes miedo cuando tĂº le pides a Dios? Incluso cuando, cuando estĂ¡s pidiendo por mĂ¡s santidad, temes que Dios te quite ese pecado que te gusta, cuando tĂº pides por salvaciĂ³n de la alma, tĂº temes que Dios te usa a ti pa' predicar, cuando tĂº pides por paciencia, como hablamos al principio, tĂº tienes miedo por la prueba que Dios te ponga, que Dios te viera, sĂ, y cuando pides por cualquier otra cosa, conforme a la voluntad de Dios, tĂº tienes miedo a lo que vas a perder, cuando vas a orar a Dios, tĂº no puedes ser un cobarde, y disculpa que lo diga asĂ, pero tienes que, tengo que decirlo asĂ, incluso mira como dice, Apocalipsis capĂtulo 21, Apocalipsis, mira esto, Apocalipsis capĂtulo 21, versĂculo 6 al 8, cuando se habla de que Cristo vino a establecer la tierra nueva, el cielo nuevo, mira como dice, y me dijo, hecho estĂ¡, yo soy el alfa, el omega, el principio y el fin, este JesĂºs hablando, al que tuvieres sed, yo le darĂ© gratuitamente de la fuente del agua de la vida, y el que venciere heredarĂ¡ todas las cosas, yo serĂ© su Dios y Ă©l serĂ¡ mi hijo, y mira como dice el versĂculo 8, pero los cobardes e incrĂ©dulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y exĂceros, los idĂ³latras y todos los mentirosos, tendrĂ¡n su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda, y mira como empieza, los cobardes e incrĂ©dulos, y esto me hace pensar de que, cuando uno tiene miedo, cuando uno es un cobarde, por no querer hacer la voluntad de Dios, la incredulidad estĂ¡ de la mano, porque no tiene frente, porque tĂº ves que Ă©l pone todo eso junto, lo que es cobarde, y ahĂ sale, idĂ³latras, fornicarios, homicidas, tĂº me estĂ¡s diciendo a mĂ que, yo siendo un cobarde, yo caigo con toda esa gente, pero la gente no, que pues yo soy cobarde, pero para Dios no, Ă©l no aguanta eso, incluso cuando uno es un cobarde, ¿sabes por quĂ©? y aquĂ hay que hablar fuerte, cuando uno es un cobarde, uno es un cobarde porque no confĂa en Dios, porque cuando viene Dios, y dicen en IsaĂas 41.10, no temas, porque yo estoy contigo, mira eso, no temas, empieza rapidito, no temas, porque yo estoy contigo, no desmayes, porque yo soy tu Dios, que te esfuerzo, siempre te ayudarĂ©, y siempre te sustentarĂ©, con la diestra de mi justicia, y como dijo JesĂºs en Mateo 28.20, he aquĂ, yo estoy con vosotros, todos los dĂas, hasta el fin del mundo, cuando nosotros empezamos a dudar de eso, aquĂ es que viene el miedo, y por ende nos convertimos en unos cobardes, el miedo es lo opuesto a la fe, la fe es confiar, y miedo es no confiar, si porque es una fe distorsionada, yo estoy pensando, que me va a pasar algo malo, cuando viene Dios, y dice, aunque te pase algo malo, yo estoy contigo, entonces en otras palabras, estĂ¡ diciendo, no temas, porque lo que te espera, la recompensa que te espera, por serme fiel a mi, es grande, pero, si tu no confĂas en eso, si tu prefieres, confiar en tus propias fuerzas, porque no confĂas en lo que Dios puede hacer, pues eres un incrĂ©dulo, y eres un cobarde, eres un cobarde, y esa cobardĂa, ese tipo de cobardĂa, Dios lo considera un pecado grande, porque estas llamando a Dios mentiroso, estas diciendo, yo no confĂo en ti, en verdad, realmente yo no pongo mi mirada en ti, y me da miedo, predicar el evangelio, porque yo se que me va a, me va a causar problemas, con otras personas, pero JesĂºs te esta diciendo no temas, porque yo estoy contigo, incluso si dicen mentiras contra ti, si dicen cosas malas contra ti, pues gĂ³zate, porque a las recompensas los cielos grandes, ves, pero cuando yo no confĂo en eso, me escondo en una esquinita, no quiero hacer nada, señor pues, pero, yo podrĂa mencionar versĂculo a versĂculo, incluso hasta una parĂ¡bola, donde la persona que Dios le dio un talento, un montĂ³n de dinero, oye y escondiĂ³ ese talento, y le dijo, mal siervo, eso no, y oye lo, prĂ¡cticamente lo matĂ³, en otras palabras, gente no podemos estar haciendo eso, por eso es que me gusta, como A.
W. Tozer, estĂ¡ terminando esa porciĂ³n, y dice, deberĂamos siempre tener presente, la infinita bondad y amor de Dios, nadie debe temer entregar su vida, en manos de Ă©l, su yugo es fĂ¡cil, y su carga es ligera, Jan, como este capĂtulo, no solamente la palabra de Dios, como tambiĂ©n este capĂtulo, ha ayudado a tu vida de oraciĂ³n, bueno, ese ha sido el capĂtulo, ves, como mencionamos al principio, que me cogiĂ³ por pedos, y me tuve que meter dos puños, como dos puños por pedos, tanto que uno ya estĂ¡ conforme, con su vida de oraciĂ³n, han hasta acostumbrado a orarse, incorrectamente, falta de fe, con miedo, no rindiĂ©ndote en todo, y leyendo estas cosas, yo era, bĂ¡sicamente un cobarde, que decĂa creer en Dios, pero no confiaba en Dios, eso no valĂa nada, mis oraciones eran vacĂas, no habĂa frutos, y si mi oraciĂ³n es vacĂa, mi fe es vacĂa, y por ende, mi vida cristiana es vacĂa, pero cuando yo empecĂ©, no solamente leĂ esto, pero lo empecĂ© a aplicar, el mismo dĂa que yo leĂ, porque a mĂ lo que me dio fue un temor, y un bochorno, y dije, no, no, es verdad, yo tengo que orar, y desde ese dĂa, ese dĂa mĂ¡s o menos, yo orĂ© como cuatro veces, cuando lo leĂ, cuando lo leĂa, cuando terminĂ©, y antes de dormir, orando, poniendo esto en prĂ¡ctica, orĂ¡ndolo sin condiciones, y confianza, y todavĂa me falta, porque tengo que poner mĂ¡s confianza, hasta en las cosas que yo, no pienso en eso, porque no es lo que yo pienso, es lo que Dios quiere hacer.
Eso es asĂ. Hay que confiar. ¿CuĂ¡l es el punto de todo esto? Miren, confĂe en Dios, ore, mira, ore sin condiciones, sea lo que Dios quiera hacer contigo, no le pongas trabas a Dios, deja que Dios ore, porque si Dios te quiere bendecir mĂ¡s allĂ¡ de lo que tĂº te puedes imaginar, sĂ, yo sĂ© que a veces estĂ¡s miedo, señor, no me quiero olvidar de ti, pues asĂ mismo ora, señor, si tĂº me fueras a prosperar, por favor, no me permitas olvidarme de ti, como dijo un proverbio en el Antiguo Testamento, donde dice, no me des de mĂ¡s como para que yo me olvide de ti, ni me des de menos como para que yo envidie a los demĂ¡s, sino dame lo necesario, el pan de cada dĂa, tĂº puedes orar asĂ tambiĂ©n, o sea, si ese es tu temor, ponlo en las manos de Dios, lĂder, señor, tĂº conoces mi corazĂ³n, tĂº sabes si tĂº me puedes dar de mĂ¡s o no, si tĂº entiendes que me puedes dar de mĂ¡s, entonces tus manos me pongo, pero no me permitas yo apartarme.
SĂ. Por ende, de nuevo, confĂa en el amor de Dios, Él estĂ¡ contigo, si tĂº eres cristiano y le sirves a Él, Él estĂ¡ contigo, Él no te va a dejar solo, incluso la obra que Él comenzĂ³ en ti, Él la va a terminar. Por ende, como empezamos el tema, ora sin condiciones, no tengas miedo, porque Dios sĂ sabe lo que hace. SĂ. Si este episodio fue de bendiciĂ³n para tu vida y entiendes que algĂºn familiar o tal vez alguna amistad va a ser bendecida por lo que hemos dicho, por favor, no dudes en compartirlo.
Si ya nos estĂ¡s escuchando en YouTube, puedes suscribirse a nuestro canal y seguir dĂ¡ndole like para que siga escuchando sana conversaciĂ³n. Y comenten, que le vamos a contestar. Tenemos conversaciones y cualquier pregunta o duda estamos ahĂ. Exactamente. Comenten, denle like, hagan lo que tengan que hacer para que podamos seguir teniendo estas conversaciones y les sea de bendiciĂ³n. Señor les bendiga, Señor les guarde, ¡Ah! Y no se olviden, si estĂ¡n escuchando en Spotify o a Poporca, donde sea que lo estĂ©n escuchando en Poporca, tambiĂ©n nos pueden seguir desde ahĂ para que estĂ©n al tanto de lo que estamos haciendo.
Señor les bendiga y recuerden, la palabra de Dios tiene la respuesta para todas las cosas. ¿Ok?