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Episodio #8

Episodio #8

Emanuel J. Soto BlasEmanuel J. Soto Blas

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En la vida de cristiano, a diferencia del mundo, porque el mundo también pasa por asfixión, la diferencia es que el cristiano pasa las asfixiones con Jesucristo. La gente se cree que cuando Dios, tú le pides algo a Dios, eso es, ¡boom!, magia. Cuando vas a orar a Dios, tú no puedes ser un cobarde. ¿Cómo tú vas a saber que Dios te cuida en los momentos malos cuando tú no tienes corazón? ¿Cómo tú puedes tener testimonio si nunca pasaste para alguien? Bienvenidos al Voz Jazz, el libro abierto donde tenemos conversaciones filtradas por la palabra de Dios, junto a Emanuel Soto y Yann Carlos Gattoli. Y hoy estamos en el episodio número 8, donde el tema va a ser orar sin condiciones. Y oye, simplemente pensando en el episodio número 8, oye Yann, hoy es un episodio Jazz. Y hablando de la oración todavía, para que tú veas que no es tan simple como tú piensas. No, incluso esta trayectoria, ya que estamos utilizando el libro de A.W. Tozer, la oración, en lo personal, Yann, a mí me ha cambiado mucho mi forma de pensar sobre la oración. Incluso le doy gracias al Señor que una de las áreas donde todo cristiano lucha, honestamente todo cristiano lucha con la oración, he visto la mejoría en mi vida en el tiempo de oración. Incluso ya no puedo pasar un día sin orar bien. Veo que hay progreso, gracias a Dios. Concentrarnos en este tema ha sido de bendición para ambos. Es por eso, que es, si aún no has escuchado el otro episodio, mira, aprovecha ahora de ir buscando el otro episodio para que veas de qué estamos hablando sobre la oración. Estos episodios son buenos, pero cuando tú los ajuntas todos y los aplicas a tu vida, con el propósito del libro que estamos cubriendo, te va a cambiar tu vida cristiana en la soledad, con Dios solamente, orando. Exactamente. Y el llamado de Dios para orar no es en vano. Y no es en vano tampoco que muchos cristianos dicen que la oración tiene poder. Hay muchos testimonios sobre eso. Si nos ponemos a pensar en cuántos testimonios hay, nos quedamos ahí. Pero nada, el tema, orar sin condiciones. ¿Qué puedo decir? Lo personal, cuando leí ese capítulo, cambió mucho mi perspectiva. Incluso yo diría que fui confrontado. Y Giancarlo dice que este es su capítulo preferido. Es que van a por el título, tú dices, pero yo hago eso. Seguro. Seguro. Tú estás seguro que cuando tú oras libremente, tú sueltas todo, y tú le pides a Dios, como tienes que pedirle, tú dejas a Dios operar como Él quiere operar. Eso está fuerte. Eso está fuerte. Incluso mira cómo H. W. Toser comienza. Él dice, a comienzo de su maravillosa vida cristiana, Lady Juliana de Norwich, eso parece el hombre Heina, elevó una oración a su Salvador, a la que añadió las sabias palabras, y esto pido, sin condiciones. Y H. W. Toser dice que de ahí en adelante, esas oraciones que ella pedía sin condiciones, marcaron su vida cristiana. Y mírate esto. Mira una frase que él dice en el libro. Ella quería ciertas cosas de Dios sin importar cuánto costara obtenerlas. Dios, por así decirlo, solo tenía que enviarle la cuenta. Ella hubiera pagado cualquier cantidad con tal de obtener lo que ella consideraba provechoso para su alma y un motivo de glorificación para su Padre Celestial. Y mira cómo él termina ese párrafo. Eso es verdadera oración. Oye, Jan, ¿qué tú crees? Ese tipo de oración, H. W. Toser lo considera verdadera oración. Sí, porque esto lo podemos hablar ahorita y hasta en el futuro. Y lo hemos hablado. La oración sale de la fe. Va de mano en mano. So, cuando tú oras, es un acto de fe. So, ¿qué pasa cuando yo oro, y oro con restricciones y muchas condiciones? O si tengo miedo en mi oración. Eso es falta de fe. Por ende, tú puedes decir que no es una oración verdadera. Porque tú oras, te arrodillas ante tu padre para orar, pero todavía no te atreves a orar de verdad, a hablar con tu padre transparentemente, a dar lo que sea para estar en sus manos. Todavía tú tienes, yo quiero orar, yo quiero estar contigo, Señor, pero no me quites el Lamborghini. De lo que sea, pero no me quites el Lamborghini. Pero confío en ti. Pero eso no. Te estás confiando en él. Si en verdad tú le estás poniendo ciertas cosas que tú no quieres. Cuando todavía tienes materialismo, cuando todavía tienes relaciones personales, que tú tienes miedo que si tú pides, Señor, llámame hacia ti, y te escuchan una palabra, porque tú lo sabes. Tú sabes que tú puedes perder esto. Tú sabes que la vida tuya que tú tienes ahora mismo va a ser totalmente diferente. Eso. Y tú puedes decir sí. Como dice esa mujer, como dijo el hombre, cueste lo que sea. Eso es puro rendimiento. ¿Y qué pasa? Toda persona que es cristiana sabe que la vida y el camino del cristiano está lleno de sufrimiento. No nos va bien en todo. No estoy diciendo que toda nuestra vida nos va mal. Sin embargo, el mismo Jesús lo dijo, en el mundo tendréis aflicciones. Por ende, ya de por sí sabemos que en la vida cristiana hay cosas que nos cuesta hacer. Negar nuestra caldeza. Un ejemplo de una persona que no es cristiana, cuando se enfrenta a la dificultad, le va a dar. Tú sabes que un cristiano, no es por las dificultades que se le presenta, es como las aguanta. Porque un cristiano sabe que en el momento en que se le presenta una dificultad, dice, ok. Y le dice, pero ¿por qué no te importa? Y no es que no me importa. Es que yo confío en un Dios supremo. Exacto. Y todo tiene su propósito. No, porque esa es la cosa. En la vida de cristiano, a diferencia del mundo, porque el mundo también pasa por aflicción, la diferencia es que el cristiano pasa las aflicciones con Jesús. O sea, no estamos solos. Pero, en el caso del tema de orar sin condiciones, algo que me estuvo interesante es que cuando un cristiano ora, hay veces que uno tiene miedo que la respuesta de Dios sea sí. Y me voy a explicar. Porque cuando pedimos algo, la razón por la que tenemos miedo a pedirlo es porque si Dios me contesta, yo sé que yo voy a perder ciertas cosas. O tal vez pierda más de lo normal. Incluso, vamos a poner un ejemplo. Digamos, Señor, yo quiero ser más santo. Yo quiero ser santo como Tú eres santo. Pues, ¿sabes que eso significa? Que cosas que Tú sabes que están mal, las vas a dejar, ¿verdad? Pero, a veces, Señor, empezamos como que, Señor, Tú me entiendes. Señor, Tú me entiendes. Tú sabes que yo no lo hago con una mala intención. Señor, pues, mira, qué sé yo, ver televisión no es malo, ¿verdad? Y están viendo Netflix y están tres horas viendo Netflix, ¿verdad? Y yo, como Señor, yo quiero dedicar más tiempo a Ti. Pues, ¿sabes que tienes que dejar de estar viendo Netflix por lo menos esas tres horas, verdad? Para que la puedas dedicar a Dios. No, pues, Señor, Tú sabes que Tú me entiendes. Porque yo estoy una vida en estrés y que tengo mucho trabajo. Y, pues, Netflix me tranquiliza. Pero la oración también. Aquí vemos que, como cristianos, tenemos que aprender a pedir a Dios sin condiciones. En el sentido de que si yo le estoy pidiendo a Él que me lleve a un nuevo nivel como cristiano, por así decirlo. Si vamos a hablar de niveles. Tenemos que confiar en Él aún para las cosas que Él nos quita. Incluso para que nos pase por el proceso. Por eso es que hay muchos cristianos que dicen, Señor, dame paciencia, pero no me metas en pruebas. No tiene sentido. No me metas en pruebas. So, tenemos que entender eso. ¿Verdad, Jan? ¿Qué tú crees de eso? Que me encanta eso. Dame paciencia, pero no me metas en pruebas. ¿Y cómo tú vas a crecer en la paciencia? Dame paciencia. La gente se cree que cuando Dios, tú le pides algo a Dios, esto es, boom, magia. Barita mágica, ahí lo tienes. Es como si un niño, cuando un niño, porque eso es lo que somos nosotros, niños en los ojos de Cristo, te pedimos algo. Tú dices, ¿Sí? ¿Él te lo puede dar? ¿Pero tú crees que hay provecho para tener eso? Si tú, como humano, no lo ganaste, no lo creciste, no lo pensaste, no creciste en eso. Y hay ciertas cosas que Dios no nos va a dar, pero nos tiene que poner en un proceso, en una prueba, que nos va a ayudar a madurar como cristianos para poder recibir eso. Cuando yo oraba antes, y llegaba un tiempo que me arrepentía, decía el Señor, yo quiero ser un quejero tuyo. Y el Señor me escuchó y dijo, no, yo tampoco puedo pasar por esas piedras. Y hay un momento que decía, I take it back, no puedo pasar, yo quejero no soy, quejero no soy. Y dice que el Señor decía, yo no sé que no lo eres, pero ¿qué estás pasando por esto? Y dolía, y dolía, y dolía. No, porque a veces uno quiere ser fuerte, como cristiano, pero tenemos que pasar por momentos duros para que esa fuerza, ese dolor nos pruebe y nos haga, pues mira, más fuerte. Por eso es que mira, hay que orar sin condiciones, hay que dejar que Dios obre en nuestra vida. Mira, dice la Biblia en Efesios 3.20, Y aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros. Este es Pablo describiendo a Dios, y él dice que Dios muchas veces nos da más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. Eso es increíble, porque cuando uno le pide algo a Dios, vamos a ser honestos, tenemos una expectativa. Yo creo que si yo le pido a Dios por una mejoría económica, vamos a hablar de mejoría económica, tal vez estoy esperando que Dios me ayude con dos mil pesos en la cuenta. Eso es bueno, porque tal vez es lo que necesito en el momento. Pero Dios a veces, en su misericordia y en su generosidad, dice, ¿sabes qué? No te voy a dar dos mil más, te voy a dar diez mil. Pero Señor, no es lo que yo te pedí. Pero a veces olvidamos que Dios puede hacer, que Él hace como Él quiere. Y si Dios te quiere bendecir más de lo normal, ¿quién eras tú para decirle, Señor, no lo hagas? Ah, pero también está el otro caso, ¿y qué si Dios te lo quiere quitar? Para probarte. ¿Y qué si Dios te lo quiere quitar para probarte, para enseñarte algo acerca de Él? Como le pasó a Job, que lo perdió absolutamente todo, y al final, cuando Dios lo habló y lo confrontó, Él dijo, de lejos te había oído, mas ahora mis ojos te ven. So, hay momentos en donde Dios te tiene que poner a prueba para que lo puedas conocer. Por eso es que hay que orar sin condiciones. Señor, pase lo que pase, si yo te estoy pidiendo, te quiero conocer, prepárate, prepárate, porque si Dios te quiere, si Dios te quiere revelar a ti de una forma amorosa, vamos a decir, Dios quiere revelarte como tu proveedor, quiere decirte que va, puede ser que pases necesidad. Dime que no. Dime que no. ¿Cómo tú vas a saber que Dios te cuida en los momentos malos cuando tú no tienes momentos malos? Exactamente. ¿Cómo tú puedes tener testimonio si nunca pasaste para alguien? Exactamente. Tristemente, espera, si tú quieres una vida de fairytale, ni Jesús la tuvo porque Jesús lo matamos nosotros. Además, nada, digo, estamos siguiendo un hombre que lo mataron. Lo mataron. Entonces vas a pensar, que tristemente predican mucho lo de que es prosperity, que nene, óralo, ten fé, y si eres cristiano, la vida es buena, perfecta. Eso es buster. Porque es porque Dios es amor que no los permite hacer así. Porque si a un niño tú le das todo, va a ser arrogante, spoiled, y nunca va a conocer. Y cómo tú conoces amor sin conocer los restos, sabes. Si tú no sabes lo que es luz, sin saber lo que es oscuridad. Hay que tú puedes apreciar lo lindo que es la luz cuando tú estás bien profundo en la oscuridad. Eso es así. Eso es así. So, orar sin condiciones. Incluso, muchos de nosotros como cristianos, tenemos miedo a pedir porque cuando pedimos, vamos a tener más. Pero hay cristianos que saben que el que más tiene, más se le exige. Jesús dijo en Lucas 12, 48, Porque de todo aquel a quien le ha sido dado mucho, mucho se demandará de él. Y de aquel a quien confiaron mucho, se pedirá más. Y aquí vemos el clásico ejemplo de miedo al éxito. O la manía, que hasta yo la tenía un tiempo, era por ese fact, por esa realidad, uno mismo se miente. Dicen, hermano, tú eres bueno en esto. No, yo no sigo para eso. Me han dicho, tú vas a predicar. Yo voy a predicar. ¿Estás loco tú? Porque si en el momento digo, es verdad, yo sé que ahora tengo una responsabilidad grande, un llamado que tengo que practicar, estudiar y prepararme. Es más fácil decir, esta gente está más loca. Si yo no puedo hacer eso y nunca voy a poder hacerlo, están locos. No, no, y esa es la cosa. Y qué ejemplo más perfecto, hablando de la predicación. Hay personas que Dios les dio el don de predicar. Pero muchos de ellos tienen miedo a ejercer ese don o ejercer eso que Dios les dio, ese llamado, porque ellos saben que se va a esperar más de ellos. Se va a exigir, se va a demandar más. Incluso aquí viene lo que Jesús dijo. Que el que ama más a su padre, a su madre, a su hijo, a su esposa, más que a mí, no es digno de mí. Y ya de por sí eso es demandante, porque Dios mismo está exigiendo. Mira, tú me amas de verdad, ponme por encima de todo lo que tú posees. Ponme por encima de tu propia familia, porque a la hora de verdad, yo sí valgo la pena. Porque si nos enfocamos solamente en lo temporal, en lo de ahora, que algún día se va a acabar, olvidamos que lo eterno es más importante. Por eso es que me gusta como viene A.W. Tozer y dice en ese mismo capítulo, queremos que la respuesta de Dios nos aporte algo, no que nos quite algo. No queremos nada radical o fuera de lo común, y queremos que Dios se acomode a nuestra conveniencia. Así imponemos una condición a cada oración, de tal modo que a Dios le resulta imposible contestarla. Oye, y qué fuerte es que A.W. Tozer diga esto, porque cuando tú te pones a pensar, para Dios nada es imposible. Esa es la realidad. Para Dios nada es imposible, pero dice que uno en la oración puede llegar a un nivel de ponerle tanta y tanta condición a Dios, que entonces Dios dice, pero ¿para qué yo te voy a contestar? ¿Y cómo tú quieres que yo lo haga? Es como que, Señor, sáname, pero hazlo de esta forma. Se acaba en el mal, pero de todavía que no trabajara en esta discoteca. O sea, hay que ponerse a pensar de que mira, Dios sabe lo que necesitamos. Por ende, debemos someternos a lo que Él nos quiera dar. Y si lo que Él nos quiere dar está fuera de lo que nosotros nos imaginamos o pensamos, hay que aceptar Su voluntad, porque Él sabe lo que realmente quiere hacer. Incluso tenemos que estar dispuestos a vivir para Su gloria, y vivir para Su gloria significa que dejo yo de ser para que Él sea más grande. Y como uno lo dice, está acostumbrado a escucharlo, pero es literal. Todo momento que tú tengas, hasta haciendo lo más mínimo, como hemos hablado, que es el otro episodio, tiene que ser para la voluntad de Dios. Para Su gloria. Eso, así. Tiene que ser para Su gloria. Porque una de las razones por las que a veces Dios no nos contesta es por la arrogancia. Nosotros tenemos arrogancia. Y cuando pedimos, pedimos mal, como dice Santiago. No pedimos conforme a la voluntad de Dios. Y mira como dice el Salmo 138, versículo 6, Porque Jehová es excelso y atiende al humilde, mas al altivo mira de lejos. Cuando tú oras, oras con humildad. En estas palabras, cuando uno dice oras sin condiciones, aquí hay un acto de rendimiento, hay un acto de humildad, donde yo digo, Señor, ¿sabes qué? Yo dependo de Ti. ¿Sabes qué? Yo quiero vivir para Tu gloria. Y yo sé que eso significa que tengo que morir al yo. Yo sé que eso significa que ahora ya no vivo yo, vive Cristo en mí, como dijo Pablo. Por ende, tenemos que aceptar la voluntad de Dios, sea lo que sea, incluso cueste lo que cueste. Ay, ¿en qué? ¿Qué se puede hacer con esto, Yancarlo? Ayúdame, ayúdame. ¿Con qué, Yancarlo? Sí, está fuerte, está fuerte. Ahora, mírate este punto, Yancarlo. Cuando uno se acerca a Dios, uno tiene que orar a Dios en confianza. Ahora, no con arrogancia. En confianza, dice Hebreos 4, 16. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para lo oportuno. ¡Socorro! Incluso Mateo 7, versículos 7 y 8, dice, Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá, porque cualquiera que pide recibe, y el que busca halla, y el que llama se abrirá. Y Jesús viene y dice en Juan 14, 13, y así todos los versículos habido por la vez. Juan 14, 13 y 14 dice, Y todo lo que pidieres al Padre en mi nombre lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidieres en mi nombre, yo lo haré. Yancarlo, ya que estamos viendo estos versículos donde Dios nos está llamando, no solamente orar y pedirle, porque ya hay una confirmación de que Él nos va a contestar, sino hacerlo confiadamente. ¿Cómo esto afectaría tu vida de oración? Magna, como estamos hablando ahorita, que a veces uno se... Hasta... Hay uno a veces arrogante pidiendo, y a veces uno... ¿Qué me pasa a mí? No pido. Porque pienso que estoy siendo arrogante, ¿verdad? Digo, ah, pues que pedir, ¿verdad? No señor, yo no te quiero pedir, porque no solamente para eso, no es para pedir. ¿Verdad? Pero, Él mismo los manda a pedir. Porque Él... Somos humanos, y solo nos podemos. Si Él no nos da, no vamos a tener nada. Y mientras digo eso me di cuenta. Que si no pido... Porque nunca lo voy a tener. Porque si yo no lo voy a... Yo por mi voluntad nunca lo voy a hacer. Entonces si no es por la misericordia de Dios y su gloria, y Él... Dios, que es muy gracioso en términos de gracias, que Él da todo, y Él nos quiere dar todo. A veces la cosa Él dice, yo te lo quiero dar y más. Y hasta a veces me sube y dice, pide en mi nombre. Pide. Es como cuando un padre a su hijo, confía en mí, pídeme. Yo estoy aquí para ayudarte. Ustedes lo han dicho a sus amistades, a su gente, que usted dice, mira, solo tú no puedes, por favor confía en mí. Pon por lo menos un poco de esa confianza, déjame ayudarte en tu vida. Pon tu carga en mí un poquito, para yo ayudarte. Vamos a compartir. Pero Dios está bueno que Él dice, no me de un poco, dámela toda. Yo la cargo entera. Pero eso es justo. Sí, sí, dámela entera. Y Él sí puede. Esa es la cosa, Él sí puede. Yo puedo. Pero padre, ¿qué hago yo? Líndete en mí. Líndete en mí. Y yo voy a cargar todo. Solamente tenéis que ejercer. Es así, es así. Incluso pensar en esto, cambia tanto la mentalidad. Y yo añadiría, que nos da paz. Porque aquí la palabra habla de orar, de todas las cosas. Ponlo todo en las manos de Dios, para que tú experimentes la paz que sobrepasa todo el tenimiento. Y no solamente eso, experimentamos el gozo de que Dios nos contesta. El mismo Jesús, dijo a sus apóstoles, mira, pidan al Padre, y yo les daré, para que su gozo sea completo. Imagínate eso. Si tú quieres disfrutar del gozo de Dios, la oración es una clave. Porque cuando tú pides, tú vas a recibir. Y ese recibir glorifica a Dios, y te da gozo, porque te dice, yo puedo confiar en Dios desde allá. Todo el mundo tiene esas experiencias. Por lo menos una vez o dos. Que te acuerdes, porque son muchas, en verdad. Hasta yo me acuerdo así, uno dice, una hora, puede pasar tiempo, o puede ser hasta rápido, contestado. Entonces, después de todo, pues, gracias Señor. Es que hay que hacerlo. Incluso, para que quede grabado, me acuerdo una vez con Giancarlo, estábamos en la High, en grado 12. Nosotros queríamos, a última hora decidimos ir al Prom. ¿Verdad? A última hora. Y ponte a pensar, el Prom es algo que no tiene que ver nada con el Señor. Porque pues, el Prom, tristemente, no es que pasa siempre lo mejor, a veces la música tampoco ayuda mucho. Pero, estábamos en 12, queríamos participar, descompartir con nuestros compañeros, ya que era el último año, así, antes de entrar a la universidad, etc. Y, las cuotas eran 200 dólares que no teníamos en el momento. 200 dólares. Pues, no, no. No eran 200 dólares, y, era para el Prom, y para una actividad adicional. Exacto. Eran dos cositas. Entonces, nosotros dijimos, como que va, sabes que vamos a ir. Nos terminaron el dinero, y yo con Gian, yo le dije, Giancarlo, venga, vamos a orar. ¿Cómo? Orar por un Prom. Orar por un Prom, y yo, sí, sí, vamos a pedir, vamos a creer que Dios lo pueda hacer. Así mismo, oramos, y le pedimos, Señor, pues, eso fue a última hora, pero te pedimos que nos ayude a conseguir ese dinero. Mira lo que pasó, al otro día, o fue el mismo día, yo creo que fue el mismo día, ¿verdad? Que tu tío te llamó, o fue el otro día. A mí que fue el otro día. Sí, al otro día, el tío de Giancarlo lo llama, y, historia larga y corta, en la conversación, el tío le pregunta, ¿tú necesitas algo? Y Giancarlo dice, pues nada, que voy por un Prom y eso. No lo digo yo, dice la madre mía. Yo soy tan humilde, yo no necesito chau, porque ese Prom mío sí tengo. Ahora, yo hubiera dicho que no, yo diría, no, todo está bien, todo está bien. Porque, bueno, aceptar dinero nunca es lo mío, ni aceptar nada. Pero a mí sale, ¡Ay, qué lindo el Prom! ¿Cómo? ¿Cuánto? ¿Cómo que cuánto? ¿Cuánto? ¿Cómo? ¿200 pesos? Te lo envío, te lo envío ahora. ¿200 más nada? ¿No quieres más? No, no, está bien, 200 está bien. No, sí, pero, ¿seguro? Sí, sí, sí, sí, sí, 200 dólares de la nada, ahí mismo. Entonces, lo que da risa es lo siguiente, Giancarlo llega el otro día a contármelo, Emanuel, mira lo que me pasó. Y yo como que en buste, de verdad, me quedé como que en shock, y sale Giancarlo y dice, oye, hoy te va a pasar algo tío, y yo como que, pues, a mover, así, yo como que, pues, a mover, ¿qué pasa? Viene de momento, estoy en la clase, y el director de la escuela, me llama, mira Emanuel, por favor pasa por la oficina, y yo me asusté, yo me asusté, yo dije, ok, ¿qué hice ahora? Pero yo llego a la oficina, la primera vez que me llaman así, y sale él, y dice, mira, es que estábamos chequeando nuestro armario, y había un cheque para ti a nombre tuyo, 200 dólares, ¿qué quiere decir eso? Miren, esto, tal vez un ejemplo sencillito, pero, aquí es que vimos, mira, nosotros le pedimos a Dios, no pusimos bajera, simplemente le pedimos a el Señor, necesitamos el dinero, no lo tenemos, por favor provee, provee, eso fue todo, y Dios lo hizo sobrenatural, y es un gran testimonio, porque muchos testimonios, están, son tremendos testimonios, claro, pero siempre son grandes, ¿verdad? Sí. Ah, entonces, ¡wow! ¿verdad? Y, pues, tú, hermano, y hasta yo, cuando me pregunté, mamá, yo voy a morir por esto, y yo dije, pero, ¿por haber pagado tan mínimo? Sí, estamos nanos, estamos nanos, y dije, fine, vale, ok, y Dios lo hizo, porque tú crees que tú crees, que, yo estoy escuchando, en lo que sea, ya sé, y Dios quiso hacerlo, incluso, porque yo nunca me atreví a orar, ni pedir, porque yo dije, ah, porque Dios me va a escuchar eso, porque yo voy a orar en eso, y hasta hoy en día se me olvida, y todavía no lo hago, y después me acuerdo, ah, oye, Dios me contestó en esta parte, y ahora le puedo decir que soy un mejor cristiano, y he crecido, y oro pa' mejores cosas, y si pa' ese tiempo, estuvo, y pa' ese tiempo yo no estaba acercado, a Dios como estoy ahora, o sea, a su misericordia, pues, voy cantoso pa' llegar a donde estoy hoy, pero, y como que era, tuvo una gran misericordia, para él glorificarse, en mi vida, a esa edad, a ese tiempo en mi vida, que él lo haga ahora, no es nada, eso es así, eso es así, no, y por eso es que con este último punto vamos a terminar, gente, ya que estamos hablando de orar sin condiciones, y orar confiadamente, la pregunta que yo te voy a hacer a ti, ¿cuál es el miedo? ¿A qué tú le tienes miedo cuando tú le pides a Dios? Incluso cuando, cuando estás pidiendo por más santidad, temes que Dios te quite ese pecado que te gusta, cuando tú pides por salvación de la alma, tú temes que Dios te usa a ti pa' predicar, cuando tú pides por paciencia, como hablamos al principio, tú tienes miedo por la prueba que Dios te ponga, que Dios te viera, sí, y cuando pides por cualquier otra cosa, conforme a la voluntad de Dios, tú tienes miedo a lo que vas a perder, cuando vas a orar a Dios, tú no puedes ser un cobarde, y disculpa que lo diga así, pero tienes que, tengo que decirlo así, incluso mira como dice, Apocalipsis capítulo 21, Apocalipsis, mira esto, Apocalipsis capítulo 21, versículo 6 al 8, cuando se habla de que Cristo vino a establecer la tierra nueva, el cielo nuevo, mira como dice, y me dijo, hecho está, yo soy el alfa, el omega, el principio y el fin, este Jesús hablando, al que tuvieres sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida, y el que venciere heredará todas las cosas, yo seré su Dios y él será mi hijo, y mira como dice el versículo 8, pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y exíceros, los idólatras y todos los mentirosos, tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda, y mira como empieza, los cobardes e incrédulos, y esto me hace pensar de que, cuando uno tiene miedo, cuando uno es un cobarde, por no querer hacer la voluntad de Dios, la incredulidad está de la mano, porque no tiene frente, porque tú ves que él pone todo eso junto, lo que es cobarde, y ahí sale, idólatras, fornicarios, homicidas, tú me estás diciendo a mí que, yo siendo un cobarde, yo caigo con toda esa gente, pero la gente no, que pues yo soy cobarde, pero para Dios no, él no aguanta eso, incluso cuando uno es un cobarde, ¿sabes por qué? y aquí hay que hablar fuerte, cuando uno es un cobarde, uno es un cobarde porque no confía en Dios, porque cuando viene Dios, y dicen en Isaías 41.10, no temas, porque yo estoy contigo, mira eso, no temas, empieza rapidito, no temas, porque yo estoy contigo, no desmayes, porque yo soy tu Dios, que te esfuerzo, siempre te ayudaré, y siempre te sustentaré, con la diestra de mi justicia, y como dijo Jesús en Mateo 28.20, he aquí, yo estoy con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo, cuando nosotros empezamos a dudar de eso, aquí es que viene el miedo, y por ende nos convertimos en unos cobardes, el miedo es lo opuesto a la fe, la fe es confiar, y miedo es no confiar, si porque es una fe distorsionada, yo estoy pensando, que me va a pasar algo malo, cuando viene Dios, y dice, aunque te pase algo malo, yo estoy contigo, entonces en otras palabras, está diciendo, no temas, porque lo que te espera, la recompensa que te espera, por serme fiel a mi, es grande, pero, si tu no confías en eso, si tu prefieres, confiar en tus propias fuerzas, porque no confías en lo que Dios puede hacer, pues eres un incrédulo, y eres un cobarde, eres un cobarde, y esa cobardía, ese tipo de cobardía, Dios lo considera un pecado grande, porque estas llamando a Dios mentiroso, estas diciendo, yo no confío en ti, en verdad, realmente yo no pongo mi mirada en ti, y me da miedo, predicar el evangelio, porque yo se que me va a, me va a causar problemas, con otras personas, pero Jesús te esta diciendo no temas, porque yo estoy contigo, incluso si dicen mentiras contra ti, si dicen cosas malas contra ti, pues gózate, porque a las recompensas los cielos grandes, ves, pero cuando yo no confío en eso, me escondo en una esquinita, no quiero hacer nada, señor pues, pero, yo podría mencionar versículo a versículo, incluso hasta una parábola, donde la persona que Dios le dio un talento, un montón de dinero, oye y escondió ese talento, y le dijo, mal siervo, eso no, y oye lo, prácticamente lo mató, en otras palabras, gente no podemos estar haciendo eso, por eso es que me gusta, como A. W. Tozer, está terminando esa porción, y dice, deberíamos siempre tener presente, la infinita bondad y amor de Dios, nadie debe temer entregar su vida, en manos de él, su yugo es fácil, y su carga es ligera, Jan, como este capítulo, no solamente la palabra de Dios, como también este capítulo, ha ayudado a tu vida de oración, bueno, ese ha sido el capítulo, ves, como mencionamos al principio, que me cogió por pedos, y me tuve que meter dos puños, como dos puños por pedos, tanto que uno ya está conforme, con su vida de oración, han hasta acostumbrado a orarse, incorrectamente, falta de fe, con miedo, no rindiéndote en todo, y leyendo estas cosas, yo era, básicamente un cobarde, que decía creer en Dios, pero no confiaba en Dios, eso no valía nada, mis oraciones eran vacías, no había frutos, y si mi oración es vacía, mi fe es vacía, y por ende, mi vida cristiana es vacía, pero cuando yo empecé, no solamente leí esto, pero lo empecé a aplicar, el mismo día que yo leí, porque a mí lo que me dio fue un temor, y un bochorno, y dije, no, no, es verdad, yo tengo que orar, y desde ese día, ese día más o menos, yo oré como cuatro veces, cuando lo leí, cuando lo leía, cuando terminé, y antes de dormir, orando, poniendo esto en práctica, orándolo sin condiciones, y confianza, y todavía me falta, porque tengo que poner más confianza, hasta en las cosas que yo, no pienso en eso, porque no es lo que yo pienso, es lo que Dios quiere hacer. Eso es así. Hay que confiar. ¿Cuál es el punto de todo esto? Miren, confíe en Dios, ore, mira, ore sin condiciones, sea lo que Dios quiera hacer contigo, no le pongas trabas a Dios, deja que Dios ore, porque si Dios te quiere bendecir más allá de lo que tú te puedes imaginar, sí, yo sé que a veces estás miedo, señor, no me quiero olvidar de ti, pues así mismo ora, señor, si tú me fueras a prosperar, por favor, no me permitas olvidarme de ti, como dijo un proverbio en el Antiguo Testamento, donde dice, no me des de más como para que yo me olvide de ti, ni me des de menos como para que yo envidie a los demás, sino dame lo necesario, el pan de cada día, tú puedes orar así también, o sea, si ese es tu temor, ponlo en las manos de Dios, líder, señor, tú conoces mi corazón, tú sabes si tú me puedes dar de más o no, si tú entiendes que me puedes dar de más, entonces tus manos me pongo, pero no me permitas yo apartarme. Sí. Por ende, de nuevo, confía en el amor de Dios, Él está contigo, si tú eres cristiano y le sirves a Él, Él está contigo, Él no te va a dejar solo, incluso la obra que Él comenzó en ti, Él la va a terminar. Por ende, como empezamos el tema, ora sin condiciones, no tengas miedo, porque Dios sí sabe lo que hace. Sí. Si este episodio fue de bendición para tu vida y entiendes que algún familiar o tal vez alguna amistad va a ser bendecida por lo que hemos dicho, por favor, no dudes en compartirlo. Si ya nos estás escuchando en YouTube, puedes suscribirse a nuestro canal y seguir dándole like para que siga escuchando sana conversación. Y comenten, que le vamos a contestar. Tenemos conversaciones y cualquier pregunta o duda estamos ahí. Exactamente. Comenten, denle like, hagan lo que tengan que hacer para que podamos seguir teniendo estas conversaciones y les sea de bendición. Señor les bendiga, Señor les guarde, ¡Ah! Y no se olviden, si están escuchando en Spotify o a Poporca, donde sea que lo estén escuchando en Poporca, también nos pueden seguir desde ahí para que estén al tanto de lo que estamos haciendo. Señor les bendiga y recuerden, la palabra de Dios tiene la respuesta para todas las cosas. ¿Ok?

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