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Episodio #12

Episodio #12

Emanuel J. Soto BlasEmanuel J. Soto Blas

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People often believe that prayer should be a struggle and that it is a good thing. However, this is not what the Bible says. It is important to understand that the quality of prayer is defined by its origin, not its intensity. There are examples of people who prayed with intensity but with their own motives, and others who prayed with the right heart. Jacob is an example of someone who wrestled with a man (possibly an angel) and did not let go until he received a blessing. This shows the importance of persistence and faith in prayer. La gente cree que orar tiene que ser algo, una lucha y que es un buen entonces. Ah, siempre tiene que estar ahí, sudando, todo el día, una angustia, ¿sabes? Que si no está así, no está orando bien. Eso no es lo que la Biblia dice, en otras palabras, es lo que está diciendo Don Wilson. Pero más que eso, siempre dicen, no está en la presencia del Señor, no encuentra paz. Yo creo que yo hubiera sentido una paz... Bienvenidos al podcast, el libro abierto donde las conversaciones son filtradas por la Palabra de Dios, junto a Emanuel Soto y John Nathaniel. Y el episodio número 12 del día de hoy se titula Sobre la lucha en la oración. Créeme gente, nos vamos a poner las máscaras de la lucha libre hoy y esto se va a poner bueno, ¿sabes? No, no, no, pero sin relajo, sin relajo. Sé que es un tema que resuena con muchas personas, porque por lo menos, a primera instancia, cuando pienso en lucha, pienso en esa realidad, vamos a decirlo de esta forma, esa realidad que necesitamos ser consistentes y persistentes en la oración, y en ocasiones sufrimos un poquito. ¿Tú no crees que es cierto? Pero es horrible y uno se siente tan mal, y una falta de disciplina, de consistencia, y uno siempre se quiere inventar la excusa, pero cuando por lo menos yo, lo bueno es que ya no hay excusa y uno sabe lo que hay, que no hay excusa, y siempre hay que orar y no importa lo que esté pasando. Y no hay, ¿qué sucede? No queremos dar la impresión de que orar tiene que ser una lucha todo el tiempo, eso no es la impresión que queremos dar. Esa es la meta, que no sea, ¿verdad? Una lucha. Exacto, pero ciertamente hay un cierto grado donde tenemos que luchar con la carne. Pero va a ver que en el libro, porque estamos utilizando el capítulo número 14 del libro de la oración de I.W. Tozer, va a ver que él va a poner dos ejemplos de dos personas distintas que lucharon, pero que hubo resultados diferentes. ¿Uno más grande que el otro? No, claro. Ahora, mírate lo que él dice. Hay una idea generalizada según la cual luchar en la oración es siempre algo positivo, pero de ninguna manera cierta. Las personas pueden someterse a ejercicios religiosos extremos sin un motivo más elevado que hacer su propia voluntad. Ok, esto me para los perros. Ya empezamos fuerte. Ya empezamos fuerte. ¿Qué está sucediendo aquí? Viene I.W. Tozer y dice, mira, la gente cree que orar tiene que ser algo, una lucha, y que eso es bueno, entonces, ah, siempre tiene que estar ahí, sudando, todo el día. Una angustia, ¿sabes? Que si no está así, no está orando bien. Eso no es lo que la Biblia dice, en otras palabras, lo que está diciendo I.W. Tozer. Eso no es lo que la Biblia dice. Incluso, él te va al extremo y te dice, hay prácticas religiosas que te llevan a, entre comillas, orar bien extremo como para recibir una respuesta, pero que su único motivo es hacer su propia voluntad. Y, je, no es de hablar de momentos específicos, pero, o sea, ven, yo te apuesto que tú no tienes que pensar muy lejos, que si tú has ido a tu oración, pues, te rodean mucha gente cristiana, tú siempre vas a ver dos o tres que la forma que ellos oran es bien, pero bien perseverante, o bien específica. Todo el mundo tiene su estilo de oración, algunos más que otros, pero hay algunos que, tú sabes que dicen, como que hay un énfasis en algo específico en esa oración. Y cuando tú lo escuchas, dices, señor, necesito esto, lo declaro, tráimelo, tráimelo, tráimelo, tráimelo, y se quedan ahí en ese punto y dices, ok, está pasando. Y tú ves sentir angustia, tú sientes la lucha, tú dices, ven, eso es una lucha, el tipo está luchando por esa oración, y todos los días está haciendo la misma oración. Pero, y después se van a decir, hay que perseverar, hay que pelear, para que Dios me conteste. Sí, pero lo primero que pasa, es como dice él mismo, el otro punto que él dice, la calidad espiritual de una oración se define no por su intensidad, sino por su origen. Eso también es bien importante, porque, ¿en dónde está el corazón de una persona cuando pide algo? Ahora bien, claro está, el mismo Jesús enseña al cristiano a que debemos ser perseverantes en la oración. Incluso podemos pedir por lo mismo, como que diciendo, señor, mira, te pido por esto. Y Pablo en ocasiones decía, yo oro todos los días por ustedes, para que el Señor haga esto en su vida. Pero ahí es el caso del origen, y especialmente el contenido. Exactamente, el contenido, buscando la gloria de Dios, buscando exaltar a Dios. Y, ¿cómo decirlo de esta forma? Es bien importante que entendamos que nuestro esfuerzo en la oración siempre debe ser instruido por la palabra de Dios. En otras palabras, asegúrate que cuando usted es intensamente orando, por así decirlo, que no necesariamente está mal, porque Jesús oró intensamente antes de ser crucificado. Y no dudo que oraba bastante, yo creo que la Biblia es clara. Pero no pienses que es la intensidad lo que Dios escucha, es el corazón. Porque cuando uno ora, yo entiendo que eso es algo bien dinámico. No se limita a hacerlo algo no solamente sereno, a veces bien intenso. Yo tuve muchos ejemplos en la Biblia que prácticamente tú podías esgarillarte. Señor, ¿dónde tú estás? ¿Sabes? Que la oración es bien activa, el problema es que no la enseñamos así. ¿Tú estás de acuerdo conmigo en esa parte? Sí, es que es verdad, pues que, ¿cómo digo? Siguiendo en el tema este del origen, ¿dónde sale de tu corazón? Pues, al fin y al cabo, eso es lo que importa. O sea, medio exagerado, o sea, más tranquilo, la oración va a tener el mismo efecto. No es que te trate de decir, bueno, para estos temas tienes que hacer así, los otros. O si dos hermanos oran por lo mismo y los dos tienen en el corazón lo mismo, tú vas a decir, es que el oro es mejor por eso. Porque al fin y al cabo, ahí vas a venir tú como ser humano con tus preferencias. Pero para Dios, esas dos oraciones fueron perfectas. Sí, porque oraron con el corazón, mira, oraron con fe. Con mucha fe. Y recuerda, estamos discutiendo las tres Cs, que quiere decir que eso. ¿Cuál es el tema? Que eso es lo que estamos discutiendo ahora, la primera parte. Ahora, vamos a entrar a cuáles son las enseñanzas y luego terminamos con cómo lo vamos a aplicar. Ahora bien, ¿cuáles son las enseñanzas? Y W. Tozer pone dos ejemplos bien conocidos. Uno de ellos es Jacob. Jacob cuando luchó con un varón. Y digo un varón y no estoy diciendo un ángel, ya mismo vas a ver por qué. Y otro ejemplo que él pone, que también lo vamos a discutir, son los profetas de Baal. Dos luchas con dos resultados completamente diferentes. Por ende, vamos a leer lo que dice Génesis capítulo 32, versículo 22 en adelante. Mira cómo dice aquí. Y se levantó aquella noche y tomó sus dos mujeres y sus dos siervas y sus 11 hijos y pasó el vado de Jacob. Los tomó pues, se hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía contexto. Jacob está moviendo todas sus pertenencias porque Esaú, su hermano, estaba en el otro lado y él tenía miedo de que lo mataran. Entonces él dijo, déjame asegurarme de que yo esté bien primero por si acaso me pasa algo a mí. Eso es lo que está pasando. Ahora, versículo 24. Así se quedó Jacob solo y luchó con él, un varón, hasta que rayaba el alba. Hago una pequeña pausa aquí. Digo, mira lo que dice la Biblia, un varón. No menciona un ángel. Yo sé que es común que cuando dice Jacob luchó con el ángel. Sí, técnicamente es el ángel del Señor. Pero mira cómo habla, un varón. Y eso es importante que lo tengamos en cuenta. Ya mismo va a ver porque Jean Carlos sigue leyendo versículo 25. Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo y se desconyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. Estaba fuerte. Esa lucha era intensa. Que lo cojo. Continúa aquí. Y dijo, déjame porque raya el alba. Y Jacob le respondió, no te dejaré si no me bendices. Pausa. Eso estaba fuerte ahí porque él estaba diciendo, mira, yo no te voy a soltar. Tú me acabas de dislocar el muslo. Lo he leído mil veces. Y eso duele. Yo me acuerdo que yo tuve que hacer una dramatización de esa escena y yo tuve que dar un grito que asustara a la gente. ¿Por qué? Para que no se tire al piso gritando. Mira, cuando tú te dislocas algo, yo estoy 100% seguro. Gracias a Dios no me ha pasado, pero yo estoy 100% seguro. Eso duele con velocidad. La única forma que tú te quedes peleando es con adrenalina. Pero es hasta más sorprendente que Jacob se quedó luchando no solamente para adrenalina pero para que lo bendiga. Exactamente. ¿Sabes qué loco tú tienes que ser para coger un varón que deja de aparecer y luchar con él y tú dices, no, hasta que no me bendiga yo no te voy a soltar. ¿Y qué te puedo decir? Lo impresionante es que yo no dudo que él tenía miedo. Claro. Él tenía miedo debido a que él tenía miedo de ver a que el hermano lo iba a matar. Y él necesitaba en cierto modo un grado de seguridad de que Dios no lo ha abandonado todavía. Por ende su oración era, mira, no te voy a soltar hasta que tú me asegures a mí que cuando yo vaya a encontrarme con mi hermano yo no me voy a morir. Yo no me voy de aquí hasta que tú me bendiga. Ese tipo de oración era lo que él estaba diciendo. Mira, yo necesito de verdad que tú me salves la vida. Él sabía que solamente me iba a salvar Dios. Exactamente. So, mira cómo dice entonces después. En el versículo 27. Y el varón le dijo, ¿cuál es tu nombre? Y él respondió, Jacob. Y el varón le dijo, no se dirá más tu nombre Jacob sino Israel. Y mira por qué. Porque has luchado con Dios y con los hombres y has vencido. Y entonces Jacob le preguntó y dijo, declarame ahora tu nombre. Y el varón le respondió, ¿por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. Todavía no voy a leer ese versículo 30. Mira, escuché esto. Mira lo que está diciendo. Ya le cambió el nombre a Israel porque luchó con Dios y con los hombres. Y eso va a ver por qué es importante. Y cuando le pregunta Jacob por el nombre no le quiere decir, pero lo bendijo. ¿Por qué? Porque mira el versículo 30. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel. Porque dijo, vi a Dios cara a cara y fue librada mi alma. Jacob literalmente estaba luchando con Dios. Aquí uno de los escenarios en la Biblia donde se entiende que Cristo fue una aparición física de Jesús mismo a esta persona, a Jacob. OK. Perdóname. Estoy aquí basándola. Basándola fuerte. Basándola fuerte con la tos. Anyway. Esto es impresionante. Porque está diciendo el mismo Jacob, vi a Dios cara a cara y fue librada mi alma. Jean Carlos. Jean Carlos. Digamos que... Te voy a poner en los zapatos de Jacob un momento. Ah, eso son las zapatas de Jacob. Los zapatos de Jacob. Y tú estás luchando con este varón, con este hombre que está frente a ti. Mientras mi hermano se acerca a matarme. Cuando tu hermano está a punto por matarte. Y de momento tú logras ganar la lucha y él te dice, mira, yo te voy a cambiar el nombre. Tú no me dices a él porque has luchado con Dios y con los hombres y has vencido. Y te das cuenta de que tú estabas luchando con cualquier hombre. Estabas luchando con Dios. ¿Qué es lo que te va a pasar por la mente en ese momento? Entonces se va a explotar el encanto. Pero más que eso. Siempre dicen, cuando uno está en la presencia del Señor uno encuentra paz. Yo creo que yo hubiera sentido una paz. Y como él dice, él fue librado. De todo, fue librado de las consecuencias. Y no es por eso decir que el que ha leído Jacob sabe que Jacob. Hay una cierta razón por qué el hermano lo quiere matar. El hermano se supone que no está con esas cosas. Pero contra Jacob no lo llevó a esa responsabilidad grande. Le jugó a la primogénitura prácticamente. Imagínate un hombre que se puede decir que traicionó a su hermano. Y como que a Dios se le presenta a lo que es Jacob. Y no es fácil. No se ha visto fácil a Jacob. Yo creo que por esa razón también se ha visto difícil. Sí, se quedó cojo. No se ha hallado fácil. Pero lo libró. Exactamente. Y si hubiera estado en esos zapatos, hubiera estado súper feliz. Fue agradecido. Mira, ¿y qué te puedo decir aquí? Como el mismo libro deja claro. Y es que en este caso, esta pelea. Esta pelea la inició Dios. Con un propósito en específico que era bendecir a Jacob. Por ende, hay luchas que Dios sí permite. Y esto lo vamos a ver casi al final, pero como sea lo tocamos. Hay luchas que Dios sí permite. Que son luchas que tenemos que meter manos. Hay que ser un buen guejero. Que no hay escape. Que Dios va a utilizar para bendecirnos o cumplir algún propósito en específico. Como santificarnos. Pero todo va a ser para su gloria. Pero sí hay luchas que Dios va a permitir en nuestras vidas. Donde debemos ser perseverantes. Pero son luchas iniciadas por Dios, no por el hombre. No por nuestra voluntad, sino por la voluntad de él. Y yo creo que eso está bastante claro. Este ejemplo me encanta. Ahora vamos para otro ejemplo. Este ejemplo tuvo un resultado completamente diferente de Baal. Y va a ver por qué. Mira como dice el mismo E.W. Thompson. El otro ejemplo no tiene el mismo final. Los profetas de Baal también lucharon de manera mucho más violenta que Jacob. Pero lucharon en la carne. Antes de terminar de leer la cita completa. Aquí está hablando cuando Elías, el profeta Elías, confronta a los profetas de Baal. Que eran prácticamente como 700. Eran un montón de profetas. Porque para ese tiempo Israel se había apartado de los caminos de Dios. Y en ese momento Elías hace una confrontación donde dice. Mira, voy a hacerlo en mi estilo bolícua. Dejen el show. Dejen el show. Si Jehová es Dios, adórenle a él. Y si Baal es Dios, adórenle a él. En otras palabras, vamos a probar quién es Dios de verdad. O sea, eso era una prueba, una lucha. Entre los profetas de Baal y Elías. Y eso es lo que estaba pasando. ¿Y qué sucede? Los primeros le tocó. Elías dijo que los profetas de Baal metieran mano. Desde la mañana hasta casi la noche estuvieron. Estuvieron ahí. Ellos bailaron, se hicieron tajos. Hicieron, prácticamente se desangraron por completo. Estamos hablando 700. ¿Por qué? ¿Qué fue el reto de Elías? Oren a su Dios, a que defienda fuego de cielo y consuma el holocausto. O sea, el sacrificio tenía que ser consumido por completo con fuego de cielo. Entonces ellos estuvieron desde la mañana hasta por la noche. Orando a ese Dios Baal. Y nada. Nada. Y mira cómo dice el W2C. Todo era un error. Su cero, su oración de autoflagelación, que eso es herirse a yo mismo. Y su determinación. Estaban equivocados a pesar de su cero en la oración. Y tal error no murió con ellos. Aguanta. Ya te puedo decir. Giancarlo dime algo tú porque yo tengo que pensar mucho en lo que tengo que decir ahora. Yo no voy a decir mucho. Más nada, al final, que esto va a llevar a Emanuel a la crisis. Es que como tú escuchas todo eso, todo lo que ellos hicieron. Y te dicen, man, qué estúpido. Pero hasta ahí no llegó. Yo me voy a tirar la bola que digo que es algo que está hasta por ahí. Solamente que más escondido. Obviamente que hay gente que se está desangrando por ahí. Pero no es el acto, sino el significado. Exacto. Pues tal error no murió con ellos. Y hoy día se enseña, por ejemplo, de que no importa lo que tú creas mientras tú seas sincero. Te voy a decir algo. El único camino. El único camino es cielo. Es Jesús. No hay otro nombre en esta tierra, debajo del cielo ni en el cielo, en el cual la persona pueda ser salvo. Sino el nombre Jesús, como dijo el apóstol Pedro. Quiere decir que otras religiones que no predican ese mismo evangelio. De que Cristo es el único camino, la verdad y la vida. Están mal. Punto. O sea, cualquier otra religión que me venga a decir a mí que hay más de un camino para llegar al cielo. No, no, no, lo siento. Eso no es lo que dice la palabra de Dios. Hay un solo camino. Y decir que hay más es decir a Dios mentiroso. Es que nunca va a entender porque yo, desde el principio de la Biblia, Dios planeó todo esto de darnos a Jesús. Como el mejor regalo. Y decirme a mí que Dios hizo todo eso para después decirme. Ah, pero si no quieres usar a Jesús. Sí, Jesús es una opción. Y por qué la Biblia entera se trata de Jesús. Exacto. Desde el principio, desde Génesis. Tú puedes buscar orígenes y menciones del día que iba a llegar Jesús y Dios lo iba a perdonar. Porque así podemos ser salvos y los dio el Espíritu Santo. Ahí todo eso, eso es lo que nos permite ser perdonados y poder llegar. Y la Biblia es bien clara en eso. No es que estoy diciendo que yo creo. Lo menciona mil veces. Podemos hacer un video de 10 horas recitando la Biblia porque Jesús es el único camino. Exactamente. Y por eso es importante que entendamos. Los profetas de Baal oraron a un Dios falso. Un Dios falso. En este caso, Baal. No importa cuánto ellos oraron. No importa cuán sincero era su determinación. No importa cuánto ellos creían que iban a recibir la respuesta de ese Dios. No recibieron respuesta. ¿Por qué? Porque ese no es el verdadero Dios. Elías, yo no dudo ni un segundo que lo que él oró fue un minuto. Después de esa oración, lo va a probar un minuto. Con lo que él dijo, si lo dijo lento, un minuto o dos, máximo. Y rapidísimo Dios contestó y consumió ese altar. Porque Dios es el Dios verdadero. O sea, Jehová es el Dios verdadero. Jesús es Dios. Y no lo hizo solamente... Y como digo, no lo hizo... Y el origen no solamente hizo para que Elías quedara bien. Primero que todo Dios había enviado a Elías. Exacto. Esto era todo para que el Señor Jesús sabe que Dios estaba listo para esto. Porque él dijo, esta es la oración que él tiene. Mira, los ídolos son sordos, son mudos, son prácticamente creación del hombre un ídolo. Eso no tiene absolutamente nada. Incluso Dios mismo, en el Isaías, habla prácticamente de la idiotez. De que el hombre de momento coge un palo para quemarlo, para hacerse algo de comer, y coge ese mismo palo y se posta ante él. Es como que, ¿en qué cabeza cabe? Lo que he leído de la tria es como que ellos mismos se están creando sus propios Dioses y dicen, ah, mira, este fue el que me probé yo. No, no, no. El Dios que creó todo. Desde el origen del humano, desde que Dios los creó. Nosotros hemos buscado cualquier cosa natural, pero... Eso es impactante. Cualquier cosa. ¿Y qué sucede? No. ¿Y qué sucede? Hay otras religiones que tienen prácticas de oración que no están en la Biblia. Para ponerte un ejemplo, y esto obviamente lo que vamos a decir siempre se va a decir con respeto. Vamos a hablar, por ejemplo, de la práctica en el catolicismo, en donde se hace la oración a la Virgen María y donde se hace la oración a los santos. En la Biblia tú no vas a conseguir esa realidad. Y lo voy a decir desde ahora y lo voy a decir sin vergüenza alguna. No importa cuánto tú ores a ellos, ellos no te van a responder. No importa cuánto tú ores a ellos, ellos no te van a escuchar. Al único a quien tú le tienes que dar ese privilegio, esa adoración de orar es a Dios. Que sí te escucha. Que sí responde. Pero esa práctica de orar a otras personas que están muertas, que ahora mismo están en la presencia del Señor, pero están muertas. Esa práctica Dios no la prueba. Si en el Antiguo Testamento Dios condenaba a las personas que oraban a los muertos. No me vengas a decir a mí que ellos te van a escuchar. Y si hay una respuesta aparente, donde yo oré a fulano de tal, oré a tal santo, oré a la Virgen y supuestamente te respondió, lo voy a decir también con toda franqueza y con toda sinceridad. El diablo sí tiene oído. Y el diablo sabe cómo engañarte. Claro, porque... Creo que el diablo es de enforzarte esa mentalidad. Exactamente. Pero si tú dices me infuncionó te vas a quedar ahí. Exactamente. Y lo más brutal que hasta Dios en su misericordia a veces te quiere dar algo bueno y aunque tú estás perdido, porque todos sabemos que Dios ha sido bueno con nosotros cuando nosotros estamos siendo ignorantes. Por misericordia, pura misericordia. Pero también Dios cuántas veces no te ha dicho a ti, por oídos de otras personas, por otras cosas, por la misma Biblia, que lo que tú estás haciendo está mal. Exactamente. Y Él te lo va a mencionar. Cuántas veces. Dios, perfecto, te va a decir los números. Lo que otro malo va a decir, te va a decir yo te mencioné 253 veces mi nombre. 500 veces te llamé a orar a Jesús, a Dios que soy yo, y no. Y oraba a los muertos. Ah, pero Jesús murió. Jesús nunca murió. Él resucitó y es la única persona. Él murió y no se quedó muerto. Él se resucitó. Entonces, Él está vivo. Y cuando fue la última vez que Jesús tuvo esta planta, se fue vivo. Exactamente. Una vez muerto, se fue vivo. Y eso tenemos que entenderlo, porque no solamente el catolicismo, sino que hay otras religiones que tienen otras prácticas que hacen algo bien similar. Podemos mencionar, qué sé yo, testigos de Jehová que tienen a un Dios que no es el Dios de la Biblia. Podemos mencionar a otras religiones que ahora mismo no puedo acordar de todas. Pero lo que quiero decir es, la verdad está en la palabra de Dios. Y cuando hacemos una oración que está fuera de los parámetros de la Escritura, te voy a decir desde ahora, no esperes que Dios te responda. Porque Dios no te va a responder porque estás haciéndolo fuera de la voluntad de Dios. Es una enseñanza que tenemos que entender. Creo que está bastante claro eso, ¿verdad? Sí, hay que poner Biblia aquí. ¿Sabes cómo aquí somos? Todos, Biblia. Y ahora mismo el mundo está a lo loco. Muchas iglesias tirando la Biblia contra el piso. Yo he visto unos videos recientemente en América de la gente diciendo que si la Biblia contra el piso, yo estoy wow, perfecto. Lo que quiere el diablo. Prácticamente, porque si no tienes ese sentido sagrado de honrar la palabra de Dios. Eso de tirar la Biblia en el piso. Mira, para decir más, y perdona que salga un poco fuera de tema, ¿verdad? Pero para decir un poquito solamente sobre eso. Antes, muchos años antes, la gente moría por tener una copia de la Biblia en sus manos. Morían. Morían. O sea, los mataban si tú tenías una copia de la Biblia. Eso valía caro. Hoy tenemos el privilegio de tenerlos por montones, hasta por teléfono. Y ahora vienen y lo tiran al piso. Y es mucho más efectivo si tú lo piensas. Antes, pues, por el diablo no lo querían dejar tener la Biblia. Porque después, no lo querían dejar tener la palabra de Dios, que Dios lo ha dado para seguirlo a él. Ellos, pues, el enemigo ganaba a nosotros siendo ignorantes. Y ahora, como saben que ahora la Biblia está en tus manos, ¿qué van a hacer? Quitarle el valor. Engañarte. Exactamente. Porque al fin y al cabo, la ruta para el infierno está pintada con buenas intenciones. Oh yeah. Y tú sabes que uno escucha eso mil veces. Pero piénsenlo. Eso significa que la mayoría de las cosas que ahora como el enemigo juega, es con buenas intenciones. Lo que tú ves como amor, lo que tú ves como positividad, como de lo que tú ves como que no. Yo lo estoy haciendo para bien. Así es que el diablo te va a coger. La gente se cree que las cosas malas pasan porque alguien simplemente quería hacer mal. No. La mayoría de las cosas, porque tú sabes que todo el mundo... Tú le preguntas a la persona, ¿tú eres bueno? Dice, sí, yo soy bueno. Porque todos queremos ser buenos. Sea para nuestro ego, sea para nosotros mismos. ¿Y cómo va a ser el diablo? Dice, ok. ¿Tú quieres ser bueno? Pues esto es bueno. Esto es súper bueno. Y te lo va a pintar con palabras bonitas. Porque si algo es bueno que el diablo hace, es vendértelo como novela. Exacto. Y eso mismo pasa con las prácticas de oración que no son conformes a palabras de Dios. Y eso fue un buen punto que trajiste. El que se salva no es el que tiene buenas intenciones. El que se salva es el que está en la verdad. Exacto. Y no importa cuán sincero tú eres en la religión que tú practiques. Si la religión que tú practicas no es conforme a lo que está escrito en la palabra de Dios, yo lo siento, para cielo tú no vas. Y no lo estoy diciendo para ser alguien que condena meramente. No lo estoy diciendo bajo odio ni para creerme que yo me la sé. Lo estoy diciendo bajo amor para el que lo está escuchando. Si estás viviendo fuera de la voluntad de Dios, que es el único camino al cielo, desde ahora les estoy diciendo, al cielo no vas a ir. Te estás yendo de camino al infierno y te debes arrepentir y venir a los caminos de él poniendo tu fe en Jesús. Y no vengan con que Dios me entiende, que yo soy una intención. Es cuando Dios claramente está diciendo que el único camino es Jesús. Exacto. Tú pretendes todas las mejores intenciones, pero ya tú has escuchado mil veces de Jesús. Y si de esas mil veces, desde que naciste, todavía no acoges a Jesús, pues es tu responsabilidad. Y por eso es que me gusta que el lenteo se dice, solo el Espíritu Santo puede orar con eficacia, como dice el Romano 8.26, y de tal, de igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Y creo que los dos ejemplos están perfectos en las cosas que podemos aprender. Japón luchó con Dios, oró ahí mismo, le oró al Señor para que lo bendijera, y esa lucha fue iniciada por Dios, fue propósito de Dios, por ende tuvo una respuesta, porque él conformaba la voluntad de Dios. La otra oración de los otros profetas no tuvo respuesta porque estaba basada en un error, en una mentira que ellos creían que era verdad, que resultó obviamente que no lo era, y por ende, no importa cuán sincera ni cuán intensa fuese su oración, no recibieron respuesta. Dos luchas, dos luchas de oración, pero dos respuestas completamente diferentes, uno basado en una mentira, el otro basado en una verdad, que es la verdad de quién es Dios. Creo que estamos bien en esa parte. Traté de resumirlo lo mejor posible. Por ende, todos tenemos la tendencia a luchar con Dios en oración, con nuestros corazones determinados, tratando de obtener la respuesta a nuestra oración, a nuestra manera y a nuestro tiempo. Eso lo decía I. W. Tozer, ¿qué te puedo decir? Ten mucho cuidado, no toda lucha en oración que tú tengas, necesariamente lo estás haciendo con la voluntad de Dios en mente. ¿Qué quiero decir con eso? Analízate. Ya estamos entrando en la parte 3, ¿cómo lo aplicamos? Y casi en la conclusión, mira, analízate. Cuando vayas a perseverar en una oración, siempre ten en mente, oye, lo que estoy orando, ¿es conforme a la voluntad de Dios? Porque si es conforme a la voluntad de Dios, Dios te va a responder. Tú lo que tienes que hacer es ser paciente. Sigue orando, sigue pidiéndoselo al Señor porque te va a responder a la larga. Y eso es una lucha que vale la pena. Eso es un esfuerzo que, sí, me dé malo porque tú sabes que Dios te va a responder. No siempre uno sabe, ¿verdad? Pero lo que está escrito en la Biblia, eso sí lo podemos entender. Procúrate que tú estás con la voluntad. No procure que si yo te voy a contestar... Mira, yo entiendo, somos humanos, por eso es secundario. Lo primero que te debe importar es que tú estés en la voluntad. Ah, sí. Eso debe ser la mentalidad. Y vas a encontrar paz cuando leas la Biblia. Y siempre que estés pensando que estés a su voluntad, y al favor de Él, lo que Él quiere, no lo que tú quieres, siempre piénsalo, siempre reflexiona. Exacto. Mira cómo dice W.L. Siever. Sin embargo, cuando anhelamos seguir la voluntad de Dios para nuestra vida, Él permitirá que alguna situación nos deje acorralados y no tengamos escapatoria aparte de Él. Es en esta situación apremiante que la oración surge por iniciativa del Espíritu Santo conforme nos sometemos a Dios. ¿Y cómo dice Santiago 4, 7 y 8 en Carlos? Someteos, pues, a Dios, resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y el que se acerca a vosotros, pecadores, limpiad las manos. Y vosotros, los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Purifiquen sus corazones. Mira, acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Mírate qué profundo. ¿Y cómo empieza ese versículo? Mira, sométase a Dios. En momentos donde Dios nos permite tener luchas, en esos momentos es donde más nos damos cuenta que dependemos de Dios. Y en esa dependencia de Dios es que más lo glorificamos a Él. Como dijo Pablo, el que es débil diga, fuerte soy. El débil diga, fuerte soy. ¿Por qué? Porque Cristo se perfecciona en nuestra debilidad. El poder de Dios se perfecciona en nuestra debilidad. Y de esa forma damos gloria a Dios. Cuando somos fuertes, no está mal necesariamente, ¿verdad? Porque Dios nos da fuerteza. Pero cuando buscamos ser fuertes y dependientes de nosotros mismos, Una pregunta ya, ¿de esa forma vamos a glorificar a Dios todo el tiempo? Claro que no. Todavía estamos dependiendo de nosotros. Y sabemos que nuestra carne tiene un buen impacto. Nosotros podemos compararnos a Dios. Exactamente. Y necesitamos a Dios en todo momento. Y eso es algo importante que tengamos que entender. Cuando uno lucha en la oración, en ese contexto que estamos hablando, cuando uno está luchando por la voluntad de Dios, para que la voluntad de Dios se lleve a cabo, y eso es un esfuerzo que vale la pena, porque la fuerza nos la está dando Dios. Ese esfuerzo lo está dando Dios. Y que cada vez que seamos más débiles, cuando veamos que menos podamos, mejor todavía, porque ahí Dios va a meter mano. Tenemos que entender eso. Ya, léeme esta última cita, por favor. Conocentes 4 al 12, 12 al 13. Encontramos ideas similares cuando habla de Epafras, que está siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere. Porque de él doy testimonio de que tiene gran solicitud por vosotros. Eso es, Pablo hablando de un hermano en la fe. Y mira como la palabra llega a ser el fin de lema ahí en Carlos. Se traduce rogando encarecidamente. La palabra rogando encarecidamente se emplea para referirse a los deportistas que se entregaban de lleno a su deporte. Uhhh, mírate eso. Yo creo que con eso está perfecto. Mira, se enfocan de lleno a su deporte. Este hombre que está orando encarecidamente, prácticamente esa oración es como si fuera su deporte. Como usted sabe, muchos atletas tienen que ser bien disciplinados para poder alcanzar y llegar a hacer algo. La disciplina en sí no la asegura que van a ganar. Pero, si no eres disciplinado nunca lo vas a alcanzar. Y en este mismo caso lo está refiriéndose a la oración. Mira, él se enfocaba en esas oraciones por los santos, por su pueblo, por la iglesia. De una forma prácticamente agotadora, casi disciplinada. Buscando que la iglesia esté, como uno dice, en las manos de Dios y creciendo. De nuevo, un esfuerzo que vale la pena hacer porque es conforme a la voluntad de Dios. Y sabemos que toda esa oración no fue en vano porque el Señor lo escuchó. Pero mira eso, como un deporte. Prácticamente entregado. Y de esa forma nosotros tenemos que luchar en la oración, en ese sentido. Que luchemos en la oración conforme a la voluntad de Dios. Y como dice lo último, así que plasma la esencia de la lucha en oración a favor de otros. Mira, orando por otros. La convicción que viene de las palabras de Pablo, bajo la inspiración del Espíritu Santo, es que pocos oran de esa manera. Lo cual constituye una razón de peso para el retraso del avivamiento. Me acuerdo de un episodio que llegamos a tocar esto, yo creo que fue en el episodio 7, ¿verdad? Sí, fue en el episodio 7. Llegamos por el 12. Llegamos por el 12, para que tú veas. ¿Y cómo podemos concluir con eso? Oren siempre conforme a la voluntad de Dios. Y si van a luchar, luchen conforme a la voluntad de Dios. No lo sabemos todos, estamos siempre aprendiendo. Pero no se esfuercen en cosas que tú sabes bien que no van a ser respondidas por Dios. No pierdas el tiempo en eso, te lo voy a decir desde ahora. No pierdas el tiempo en cosas que tú sabes que Dios no te va a responder. Porque no está conforme a la voluntad de Dios. ¿Cómo conoces esas cosas? Lees la Biblia. Lees la Biblia. Yo no te voy a explicar todo aquí. Si tú estás esperando que yo te de toda la respuesta, yo lo siento. Ese no es el propósito del podcast. No, no es el propósito. Y no podemos, porque tiene que haber aporte de ti. Tienes que meter manos, tienes que estudiar, tienes que buscar la Biblia. Mira, para eso Dios nos dio la iglesia. Nos dio hermanos en la fe que saben, maestros que te van a ayudar en eso. Y buenos libros, por eso es que también traemos estos libros. Mira qué cosas, mira qué mucho hablamos solamente de un capítulo que es corto. Tú lo lees en menos de cinco. Sí, súper cortito, ¿verdad? Aprenda, en ese sentido aprenda en esa lección. ¿Algo que quieras decirle, Carlos, antes de terminar? Arrepiento. Es el camino. No, para serio. Sí, arrepiento. Lo que Carlos quiere decir, que yo estoy muy de acuerdo, es... Solo hay un camino, una verdad y una vida. Y si tú oras a un Dios que tú no conoces, desde ahora te lo digo, no vas a recibir respuesta. Es importante que entiendas. Estás perdiendo el tiempo. Estás perdiendo el tiempo. Eso es así. Bueno, gente, señores, bendiga y gracias por estar aquí. Es que lo escuchó hasta el final. Qué bueno. Y nada, nos veremos en la próxima semana. Ya sea por escucharnos. Ya sea por escucharnos. Ya sabe que si no está escuchando por Spotify, lo puede seguir. Si no está escuchando por Apple Podcast, lo mismo. Si ya está escuchando en YouTube y no se ha suscrito, es una buena hora de hacerlo. Da like, también, para que YouTube lo siga recomendando en su algoritmo. Y nada, señores, bendíganos y guarden. Hasta la próxima.

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