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The speaker discusses the importance of quality of life and how it is associated with social relationships. They emphasize the significance of choosing the right partner and how relationships formed during adolescence can impact physical and mental health. They advise young people to consider personality and virtues rather than just physical appearance when choosing a partner. They also highlight the importance of sexual compatibility, family interactions, and living together before marriage. The speaker concludes by mentioning that the ideal partner at a young age may not be the most suitable in the long run. Y hoy voy a hablarles sobre un aspecto importante de la salud, que es la calidad de vida, de hecho casi todos los seres humanos lo que aspiran es tener una buena calidad de vida a lo largo de la vida. Y la calidad de vida en muchos aspectos está asociada a las relaciones interpersonales, independientemente de la salud física y mental, está vinculado a nuestra salud social. Y nuestra salud social son las relaciones, las relaciones humanas que tenemos con nuestra familia, con nuestros amigos, con nuestros colaboradores de trabajo y eventualmente con el resto de la sociedad. Ya lo he hablado en un episodio anterior sobre esto. Pero digamos que una de las más importantes a través de la vida es quien nos acompaña íntimamente y ahí me estoy refiriendo a la pareja. Y las relaciones de pareja comienzan a forjarse en el inicio de la edad reproductiva. Durante la infancia y la adolescencia, los jóvenes exploran diferentes aspectos de su personalidad, de sus gustos, a través de los juegos y de las interacciones a nivel de la escuela y familiares, se van forjando las identidades de género, las preferencias sexuales y es con el inicio de la pubertad que se destapan las hormonas y comienzan una serie de cambios que no solamente afectan nuestro aspecto físico, sino que afectan también nuestra forma de ver el mundo y la percepción que tenemos de las relaciones con otros seres humanos. Comienza de hecho nuestra sexualidad en forma activa. Y evidentemente esto inevitablemente nos lleva esencialmente a la formación de parejas. Comienzan por ahí alrededor de los 15 años, empiezan a forjarse vínculos entre personas de diferentes sexos o del mismo sexo que reflejan pues la exploración de las relaciones de pareja. Esas relaciones van a tener un enorme impacto en la salud física, mental y en la calidad de vida del individuo. Por eso es que esos primeros 15 años, entre los 15 y los 30 años, son tan importantes. Y muy importante también representa la guía que los padres y otros adultos pueden hacer en los individuos jóvenes para que escojan adecuadamente sus parejas. Típicamente en el pasado ese proceso se hacía en forma impositiva, es decir, las familias le imponían a los jóvenes con quién debían formar pareja y casarse. Afortunadamente estas etapas han sido superadas y actualmente pues se considera que eso debe ser una decisión personal de cada uno. Sin embargo es inevitable las influencias familiares y sociales que hay en la escogencia de parejas. Las estadísticas han demostrado que el emparejarse para fines reproductivos con la primera persona que uno conoce, a pesar de que podría configurar una historia preciosa de amor, en la práctica rara vez funciona. La gran mayoría de las parejas que se inician, que comienzan su vida o su relación con la primera persona que consiguen, terminan no siendo muy duraderas. De tal manera que es importante que se le señale a los hijos, a las personas jóvenes, en esta etapa en que están en ebullición esos sentimientos de atracción y de sexualidad, que tengan bastante previsión de evitar embarazos inoportunos y sobre todo relaciones de pareja que en un momento dado pudieran tornarse tóxicas. Aquí una de las principales ayudas que se les puede dar es orientarlo sobre la importancia de evaluar el carácter y la personalidad de los individuos con quienes se relacionen más que la apariencia física. Durante la temprana juventud la apariencia física es un elemento dominante en la escogencia de las personas. Todo el mundo quiere el novio más buen mozo y la muchecha más bonita. Sin embargo, en la práctica esto no necesariamente tiende a asociarse con la mejor elección de pareja. De tal manera que si alguna asistencia necesitan los adolescentes en la escogencia de una buena pareja, es ayudarlos a establecer esos criterios de personalidad y de virtudes que en un momento dado pueden encontrar que hagan mucho más compatible la pareja. Y allí pues la experiencia de los adultos es esencial. Afortunadamente los jóvenes en la actualidad se están tomando más su tiempo a la hora de formalizar una relación de pareja estable. En el pasado eran muchísimas las personas, los jóvenes que se casaban entre los 15 y los 20, 22 años. Esa edad se ha trasladado a los 20 a los 30. No es poco frecuente que las personas hoy se estén casando alrededor de los 25 a los 30 años, habiendo ya tenido una amplia experiencia de relaciones interpersonales, muchas veces hasta sexuales, con varias personas, lo cual los ha llevado a establecer un mejor criterio que les permita la pareja adecuada para una larga vida combinada, una larga vida juntos. Y eso es esencial. A mi juicio la relación de pareja debe estar fundamentada en cinco puntos de convergencia. El primero es inevitablemente la atracción física. Sin duda alguna es la etapa que predomina en esa etapa de la juventud. La atracción física es sumamente importante para muchos individuos. Pero hay que hacerles énfasis, entonces como les dije, que el aspecto físico de una persona no es en todo momento un reflejo del grado de confianza y de felicidad que pueda traer en la relación. El segundo aspecto es el aspecto intelectual, comunicacional y de intereses. La convergencia de hábitos y de estilos de vida. Eso es muy importante porque en esta etapa sucede con frecuencia que los jóvenes se impresionan mucho por aquellas personas que son dramáticamente diferentes a ellos en aspectos culturales. Esto representa una atracción enorme, una persona diferente. Sin embargo, el comportamiento a través de la vida nos demuestra que mientras más similaridades haya entre ambos elementos de una pareja, mayor será la probabilidad de que esas parejas puedan llevar una vida juntos felices y prósperos. Las discrepancias enormes en materia religiosa, de hábitos de vida, de estilos de vida, representa un problema de compatibilidad que en el principio cuando la gente está enamorada no se ven, pero que más adelante cuando sea necesario establecer una rutina de vida se hacen realmente insoportables. El tercer aspecto de la elección de la pareja debería ser la compatibilidad sexual. Indudablemente durante toda la vida la actividad sexual y la compatibilidad va a ser importante. De hecho muchos de los conflictos que surgen en la relación de pareja más adelante que terminan limitando la longevidad de la relación son problemas de índole sexual. De tal manera que es importante que los muchachos tengan una idea clara de qué es una buena sexualidad y cómo mantenerla y cómo hacerla sana y duradera. Eso es un aspecto esencial y en esa exploración hay que ayudarlos a entender la importancia de no embarazarse tempranamente o inesperadamente, de no estar preparados para quedar embarazados y eso representa uno de los mayores problemas que hay en la actualidad, es la llegada al mundo de niños que los padres no estaban preparados para recibirlos ni emocional ni económicamente. El cuarto aspecto es el aspecto de las interacciones familiares que va a tener un rol relevante también en la calidad de vida del matrimonio joven. La asimilación de dos familias, el apoyo que ambas familias puedan dar a la pareja joven es esencial. Es sumamente difícil mantener una relación de pareja sana cuando los consuegros o los padres de uno o del otro desaprueban la relación o se muestran hostiles. Eso crea la necesidad de la pareja de separarse de sus familias para poder ser felices o de destrozar el matrimonio para poder satisfacer las expectativas de las familias. Así es que es importante hacerle ver a los jóvenes la importancia de que prueben la compatibilidad de las familias también como un elemento que al principio los jóvenes tienden a creer que la relación puede funcionar con ellos dos en una burbuja independientemente de su familia, pero en la práctica las parejas más exitosas son aquellas que cuentan con la buena pro de ambas familias involucradas. Y digamos que la última parte, la quinta parte de este proceso de criterios para escoger una buena pareja sería la posibilidad de convivir antes de casarse, de tratar de establecer si hay compatibilidad de convivencia. En el pasado esto era una palabra, pero esto era un criterio terrible. A las parejas no se les era permitido la convivencia antes del matrimonio. Se aspiraba a que las mujeres llegaran vírgenes al matrimonio o que si no eran vírgenes por lo menos no convivieran bajo un mismo techo con la persona que va a ser su esposo o su esposa. Hoy por hoy las mismas parejas jóvenes lo están haciendo como un prerequisito para la formalización de una relación de pareja prefieren vivir juntos un tiempo antes de comprometerse a una relación más estable y antes de comprometerse a la llegada de los niños. Entonces bueno con esto he querido dejarles las bases de una discusión donde podamos hablar sobre sus criterios en relación a cómo deben guiarse en esta primera etapa desde la pubertud hasta la temprana juventud y la importancia más adelante en la década de los 20 de escoger una adecuada pareja para fines de formar una familia. No siempre la pareja que es adecuada la primera vez, la de los 15 a los 20 años es la pareja que termina siendo la más adecuada en la década de los 20. Las mujeres terminan madurando mucho más rápido que los hombres. Una mujer probablemente de 20 o 22 años es una mujer bastante formada desde el punto de vista de criterios de su esencia como mujer, de su sexualidad y de sus objetivos en la vida. En muchos casos y para un joven de la misma edad resulta que todavía hay mucha inmadurez, se comportan a veces bastante desfasado con respecto a las muchachas de su generación. Esa es una de las razones por las cuales la gran mayoría de las jóvenes entre los 15 y los 20, 25 años se casan o se enamoran de hombres un poco mayores que ellas, 5, 10 años mayores que representan un estilo de vida y unas prestaciones de comportamiento mucho más maduras que las que ellos encuentran en los hombres de su generación. Bueno, con eso lo que he querido es transmitirles un poco la importancia que yo le doy a estas primeras relaciones y a esta primera pareja de vida en la calidad de vida que vamos a discutir en próximos episodios sobre la vida después de los 30, después de los 50 y en la tercera edad.