a

Snowball, a dancing and singing rabbit, lived in the forest and would go for walks to cheer others up. One day, he couldn't find anyone and discovered a large metal object in the forest. Snowball helped his friend, Luis the duck, who had been knocked out by the object. They searched for their friends and discovered machines destroying the forest. They eventually found their friends in the center of the forest, where they started a new life and planned to protect their home from humans. Snowball resumed singing to bring joy back to the forest. Había una vez, en el bosque de los rincos, un conejo al que le gustaba bailar y cantar. Este conejito se llamaba Snowball por lo blanco que era. Él vivía en los límites del bosque, donde tenía su pequeña pero muy bien acomodada madriguera. Todos los días por las tardes, Snowball salía a pasear por los límites del bosque, mientras cantaba para alegrar el día a los demás. Hoy no era diferente. Snowball se preparó como siempre para salir. Agarró sus cosas, se puso un sombrero de copa y sus zapatos azules, y salió a su casa tan feliz como siempre. Mariposita está en la cocina, haciendo chocolate para la madrina, tuti, tuti, patate, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala, ala Amigos, tengo que encontrarlos, es todo tristeza, ¿por qué? Ahora aquí transmitiré mi felicidad Corrió por los caminos, dio vueltas, regresó, se subió a los árboles, buscó debajo de las piedras, en cada hoyo y en cada arbusto, pero no encontró a nadie, rendido y cansado, se sentó encima de una piedra. Estaba muy triste, pensando que se había quedado solo. ¿A dónde se fueron todos? ¿Me abandonaron? ¿Y ahora quién me va a escuchar, cantar y verme bailar? De repente, se escuchó un gran golpe a lo lejos, así que Snowball se paró de un gran golpe, se escuchó un gran golpe a lo lejos, así que Snowball se paró de un brinco y fue corriendo hasta donde se había escuchado el ruido. Al llegar, se encontró con uno de sus mejores amigos, era Luis, el pato, que ya se ve inconsciente al lado de un gran postre de metal que había aparecido de repente en medio del bosque, así que se acercó corriendo a ayudar a su amigo. ¡Luis! ¡Oye Luis! ¡Luis despierta! ¿Qué te pasó? ¡Luis! ¿Qué pasó? ¿Qué pasó? ¿Alguien notó las placas? Luis, soy yo, tu amigo. ¿Qué te pasó? ¿Sabes dónde está todo el mundo? ¿Dónde está todo el mundo? ¡Ay mi cabeza! ¿Los demás? No tengo idea, me desperté tarde y cuando llegué al lago ya no había nadie, me puse a buscarlos por todos lados y como estaba distraído, me choqué con algo. Sí, yo tampoco encontré a nadie. ¿Pero qué es esta cosa gigante? Ni idea, apareció de un día a otro. Parece estar hecho de un material duro y resistente. Solo sé de que pega duro, pega duro, pero ahora lo importante es encontrar a los demás. Tienes razón Luis, parece como si ese golpe tuviese encendido el foco. Pero debemos formar un plan para buscar a nuestros amigos y averiguar qué está pasando aquí. Sí, vamos a explorar este lugar y buscar pistas sobre lo que está sucediendo, pero primero, foto pa'l Facebook. Nah, no quiero, ayúdame a levantarme mejor. Y así, Snowball y Luis, los dos mejores amigos que habían existido hasta la fecha en el bosque, fueron juntos a buscar a todos los demás. Ahora, los dos estaban mucho más motivados para encontrarlos. Se imaginaban que todo era una broma y que todos habían organizado una gran fiesta. Y que estaban esperando a que ellos llegaran. Así que de los felices que estaban, Snowball hasta se puso a cantar. Es una patita que es muy divertida, todo el día se ríe a estar casada, con su cuac, cuac, cuac, por aquí y por allá, porque hoy es un día especial. ¿A dónde vas, Lulu? Corriendo tan deprisa, con tu vestido rojo y tus blancas zapatillas. El baile va a empezar y no quiero llegar tarde y bailar hasta que salga el sol. Lulu menea la patita, menea la colita, mueve las balitas y se le da una vuelta en el corazón. Mueve las balitas y se le da una vueltecita, se agacha despacito, se levanta de un rincuito y sigue así hasta que salga el sol. Lulu menea la patita, menea la colita, mueve las balitas y se le da una vueltecita, se agacha despacito, se levanta de un rincuito y sigue así hasta que salga el sol. Juntos se la pasaron muy felizmente mientras buscaban y cantaban los dos juntos. Mientras Nubul se la pasaba buscando en cada escondrijo de la tierra que se encontrara, Liz iba visualizando todo desde las alturas, cuidándose de no chocar con otro poste misterioso que apareciera de la nada. Recorrieron cada parte de los límites del bosque que conocían y hasta más de lo que ellos habían visitado en su vida. Buscaron en los nidos de las aves, en las cuevas de los osos y hasta en los más pequeños hormigueros, pero seguían sin encontrar nada. Cuando ellos habían recorrido casi todos los lugares del bosque, en el último lugar a ver que fueron, lograban ver más allá de los arbustos unas máquinas muy raras que estaban trabajando en la tierra y estaban tirando algunos árboles. Pronto, entendieron por qué sus amigos se habían ido de ahí, corriendo sin decir nada. Ay, se explica por qué ya no están los demás. Ni modo, nos toca cambiarnos otra vez a ver si los que están en el centro del bosque nos quieren asustar. Y así, los nuevos de Liz emprendieron el viaje hacia el centro del bosque, un lugar que ellos no conocían para nada, con la esperanza de poder encontrar a sus demás amigos ahí y poder formar su novio tan feliz como lo habían formado en ese lugar que ahora estaba siendo destruido para construir quien sabe qué cosa. Algo que ya le había pasado antes a los dos amigos, cuando el bosque era mucho más grande de lo que se había vuelto hasta ahora. Esta vez ya no cantaron, estaban tan tristes que no quisieron hablar en todo el camino. Al llegar al centro del bosque, por fin encontraron a sus amigos, refugiados junto con los otros animales que ellos nunca habían visto ni conocían. Afortunadamente, ellos los aceptaron, y así lograron comenzar una nueva vida juntos y hacer nuevos amigos. Estos nuevos amigos les organizaron una gran fiesta de bienvenida para su nuevo hogar en el centro del bosque, y después de estar platicando un muy buen rato con ellos, Snowball y los demás lograron armar un plan para la próxima vez que los humanos llegarán hasta el centro del bosque, estar preparados para poder así encontrar un lugar más fácilmente. Entonces, Snowball retomó su gran costumbre de salir a cantar todos los mañanas para alegrar a los demás, y así el bosque se volvió un lugar muy alegre otra vez.