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Embajadores del Reino - Pra. Eilyn Pabon

Embajadores del Reino - Pra. Eilyn Pabon

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The speaker discusses the concept of being an ambassador for the heavenly kingdom. They explain that as citizens of the kingdom, we are representatives and must live accordingly. They mention that just as an ambassador protects the rights of their citizens, we should also advocate for the values of the heavenly citizenship. The speaker refers to the biblical story of the cities of refuge in the Old Testament, where those who accidentally caused harm could find shelter and safety. They emphasize that as ambassadors, we should provide refuge for others and demonstrate love, justice, and mercy. The speaker concludes by reminding the audience that God's promises will be fulfilled, and we are waiting for the moment to fully enter into our heavenly citizenship. es celestial. Usted lo sabe. Usted sabe que usted es ciudadano del reino y que como ciudadano del reino, mientras usted camina en esta tierra de los vivientes, usted es un embajador. Usted es un embajador del reino. Amén. Y consciente de ellos, así debemos andar, así debemos vivir, así nos debemos comportar. Amén. En la definición corta, muy cortica que hice de embajador, dice que el embajador debe velar por los derechos del ciudadano. Amén. Y cuando nosotros hablamos de la ciudadanía celestial, la aportamos todos y cada uno, el pasaporte, la identidad, que como ciudadanos a nosotros nos acredita, como ciudadanos de la patria, nombre que es sobre todo nombre, porque está escrito, el que cree en él, ese será salvo. ¿Cuántos han creído en el unigénito del Padre, en el Rey de Reyes y Señor de señores, en el soberano de la tierra? ¿Cuántos han creído en él? Entonces usted es embajador de Cristo aquí en la tierra. Amén. Para afirmar esta verdad, quiero que leamos un, va textos, pero uno de los textos que quiero, en el que quiero enfatizar, es usted sabe que cuando Dios saca al pueblo de Israel de Egipto y lo lleva camino al desierto, Dios los está formando a ellos para mostrar en esa nación su poder y su gloria. Amén. Diría el pastor Albert, es como si fuese una maqueta de la iglesia, porque lo del Señor va en crecimiento, en aumento, siempre va a más. Amén. Entonces el Señor escoge al pueblo de Israel, lo saca de Egipto y lo lleva al desierto y de allí les dice que yo les voy a mostrar la tierra. ¿Cuántos de los que están aquí conocen la historia? Amén. Dígame amén, amén, vale. Entonces él los lleva y llegados a un tiempo todos sabemos que Moisés es recogido y Josué le da continuidad. Amén. Josué 21, vamos a leerlo para que sepamos lo que representa en un entendimiento nosotros como embajador y el Señor siempre tiene un lugar preparado para nosotros. Amén. Y usted va a decir a nosotros, sí, a nosotros. ¿Sabe por qué? Porque cuando el Señor nos llamó, Romanos 7, 14 dice que nosotros fuimos vendidos al pecado. Y lo que vamos a leer, vamos a ver cómo habían homicidas que tenían que ser llevados a un lugar de seguro para que no se les matase. Y usted dirá, bueno, pero yo no he matado a alguien. La palabra de Dios dice que el que aborrece a su hermano es homicida. Y en algún punto de la vida, no sé usted, pero yo en un punto llegué a no querer, a no amar como el prójimo a alguien. Si a usted no le ha pasado, gloria a Dios, pero a mí me pasó. Entonces en ese contexto todos estábamos muertos en delitos y pecados, porque así lo dice la palabra, ¿sí? Amén. Vale. Entonces Dios está preparando, porque usted sabe que se escribe el Señor Jesucristo por medio de Pablo, dice que el Señor todo lo sujetó en pecado para él mostrar misericordia. Amén. Entonces poniendo la historia en orden y todas las cosas en orden, vamos a ver cómo el Señor habla y le dice a Josué que prepare ciudades refugio. Amén. Y cuando nosotros leamos toda la lectura, valga la redundancia, usted no lo lleve a una ciudad grande. Usted entienda, yo soy embajador y yo soy una ciudad donde mucha gente va a venir. ¿Sí? ¿Me siguen hasta allí? ¿Cuántos de los que están aquí saben que usted, su corazón, su forma de ser, su forma de pensar, su forma de hablar es como una ciudad donde muchas personas van a refugiarse? Y también hay lugares de donde nosotros salimos, ¿sí o no? Diga, pero yo como ciudadano del cielo, diga conmigo, yo como ciudadano del cielo, soy portador de vida, de libertad, de amor, de justicia, de paz, de salud, de gozo. Amén. Porque el Señor te ha capacitado como embajador para que todo el que se acerque a ti, tú le hables de las buenas noticias del reino, para que tú le hables de la de las virtudes de aquel que nos llamó y nos tomó de la potestad de las tinieblas y nos trasladó al reino de su amado Hijo. Amén. Con lo cual, cada vez que alguien se acerque a ti, tú dices, yo soy ciudadano del reino, yo soy una ciudad fortificada. Sobre mí reposa el nombre del Señor y la palabra dice que Torre Fuerte es el nombre del Señor, a él correrá el justo y será librado. Amén. Entonces dice la palabra del Señor, Josué 1, 20, dice, habló Jehová a Josué diciendo, habla a los hijos de Israel y diles, señalaos las ciudades de refugio de las cuales yo hablé por medio de Moisés. Eso usted lo puede buscar también en números treinta y cinco seis al treinta y dos. Señalaos las ciudades de refugio de las cuales yo hablé por medio de Moisés para que se acoja allí, o sea, para que se refugie allí el homicida que matare a alguno por accidente y no a sabienda. Y os servirán de refugio contra el vengador de la sangre. Y el que se acogiere a alguna de aquellas ciudades se presentará a la puerta de la ciudad y expondrá sus razones en oído de los ancianos de aquella ciudad y de los que les recibirán consigo y ellos les recibirán consigo dentro de la ciudad y le darán lugar para que habite con ellos. Y si el vengador de la sangre le siguiere, no entregarán en su mano al homicida. Oiga, si esto lo dice cualquier presidente de alguna nación, usted dice, bueno, yo yo como así como que tela de embajador no tengo. Porque imagínese usted, tener que recibir cuando usted hace las cosas bien, cuando usted es correcto, cuando usted es justo, tener que recibir en el lugar donde usted vive a un violador, a un homicida, al que roba, al que engaña. Imagínese eso. Los padres, los hombres de esta casa tendrán noción más que nosotras las mujeres, porque las mujeres somos un poco más como que, bueno, tengamos misericordia. El hombre no quiere, porque el hombre vela por el bienestar de la familia. Con lo cual el que está velando por el bienestar de la familia no quiere ser casullo a nadie con estas características. Sí o no? Diga, pero Dios, diga conmigo, Dios. Que conoce más allá. Que ve más allá. Dijo que lo hiciéramos. Amén. Si usted conoce la historia y si usted lee, usted se acordará que Lord hizo su casa, construyó su casa cerca de Sodoma y de Gomorra. Y luego esas ciudades fueron destruidas. Y la familia de Lot, la esposa de Lot se quedó. Pero la Biblia dice que el justo Lot afligía su carne y hacía oraciones. ¿Lo ha leído? Iglesia, nosotros en el lugar donde estamos, en el trabajo, en la casa, con el vecino, con la amiga, con el familiar. Nosotros debemos dar resguardo a quien se acerca a nosotros. Amén. Seguimos leyendo para que podamos entender el amor del Señor. El seis dice, quedará en aquella ciudad hasta que comparezca en juicio delante de la congregación y hasta la muerte del que fuere sumo sacerdote por aquel tiempo. Entonces el homicida podrá volver a su ciudad y a su casa y a la ciudad de donde huyó. Amén. Ustedes saben que nosotros pudimos y tenemos entrada, acceso al reino de los cielos porque el sumo sacerdote, nuestro sumo sacerdote, el cual es Cristo, pagó por nuestros pecados. Amén. Entonces en el siete, entonces señalaron a Cedes, quiero que prestemos atención a las ciudades que mencionan aquí. Entonces señalaron a Cedes en Galilea, en el monte de Nestalí, a Siquén, en el monte de Efraín, a Kiriat, Kiriat Abar, que es Hebrón, en el monte de Judá, y al otro lado del Jordán, al oriente de Jericó, señalaron a Beser, en el desierto, en la llanura de la tribu de Jubén, a Ramot, en Galat, de la tribu de Gad, y a Golán, en Bazán, de la tribu de Manaset. Estas fueron las ciudades señaladas para todos los hijos de Israel y para el extranjero que morase en ellos, perdón, que morase entre ellos, para que se acogiese en ellas cualquiera que hiriese alguno por accidente, a fin de que no muriese por mano del vengador de la sangre, hasta que compareciese delante de la congregación. Entonces las ciudades que señalaron fueron Cedes, que está en el monte de Nestalí, Efraín, que está en el monte, Siquén, que está en el monte de Efraín, Kiriat, y también quiero que se quede con ésta, con Beser, de la tribu de Rubén, con Ramot, en Galat, y con Golán, en Bazán, de la tribu de Manaset. Amén. Cuando Dios dice algo, Él lo cumple. Cuando el Señor habla, Él habla y su palabra permanece para siempre, y se cumple en el tiempo señalado por Él. Amén. Así que lo que Dios ha dicho de ti, a ver, se ha de cumplir. Amén. Lo que Dios dijo de todos y cada uno de nosotros, que estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, y Él nos reconcilió con el Padre por medio de la sangre de Cristo, es una realidad. ¿Sí o no? Diga conmigo, ¿lo que Dios ha dicho de mí es cierto? Cuando yo estaba muerto en delitos y en pecados, Él me salvó, Él libró, Él me reconcilió, Él me hizo un ciudadano celestial. Por lo tanto, yo lo que estoy es esperando la hora y el momento de entrar a esa ciudadanía. Amén. Luego usted va a ver, vamos a leer rápidamente, en Isaías 9, y por eso le dije que prestásemos atención a las ciudades, para que nosotros podamos comprender todas las escrituras. Nosotros siempre tenemos que hacer como Lucas, en el capítulo 1, del 1 al 4, poner todas las cosas en orden. Amén. Allá vivían, ¿quién? Los homicidas, el que hacía daño, el que no forme a la justicia de los hombres. Amén. Y mire lo que dice Isaías 9, más no habrá, Isaías 9, 1, más no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que vivieron ellos en el tiempo que livianamente tocaron por primera vez la tierra de Sabulón y la tierra de Nestalí, pues al fin llenará de gloria el camino del mar de aquel lado de Jordán en Galilea de los Gentiles. Usted sabe que una de las ciudades que los israelitas no aceptaban como suya era allá, porque en Josué 2, usted lo leerá, o en Josué 1, del 1 al 5, usted lo leerá, cuando ellos iban a cruzar, hubieron tres tribus, la de Rubén, la de Gab y la media de Manasés, que no quisieron entrar a la tierra prometida. Y es cuando se quedan del otro lado del Jordán y Dios les dice, bueno, pues ellos van a ser la ciudad de refugio para los homicidas. Esto que nosotros acabamos de leer, sí? Entonces para ellos, para los judíos, estas tierras eran de gentiles. Acabamos de leer que se van a reunir los extranjeros y el homicida, el que hiciera mal. Entonces ellos, ustedes se acuerdan la oración que hizo aquel, que hacía aquel fariseo, yo señor te doy gracias porque yo oro, porque yo soy bueno, porque yo, yo, mí, mí, mí, mí, y el centro de la oración era él. ¿Se acuerdan, Lucas? Sí, me siguen hasta ahí. Pero había uno que decía, señor sé propicio a mí, que soy pecador. Y la oración del publicano fue escuchada y la del fariseo, bueno, está escrita ahí, para ejemplo, al que se quiera creer algo, sí? Sin serlo. Amén. Entonces, dice la palabra de Dios, cuando llega el tiempo de las reconciliación, Dios está diciendo por medio del profeta Isaías, no habrá para siempre oscuridad. Porque por un momento, mira, es para siempre. Porque por un momento, se enojó con la humanidad. Pero su propósito fue enviar al Hijo, a reconciliar al mundo con él. Amén. Y allí entra usted y yo, como embajadores, a cumplir una función, a llevar el mensaje glorioso de reconciliación. Amén. Por eso en Isaías se dice, no habrá para siempre oscuridad. Y la que está en angustia, como la aflicción que le vino en el tiempo en el que tocaron por primera vez la tierra de Sabulón y la tierra de Nestalí, pues al fin llenará de gloria. ¿Quién era esa gloria que iba a ir de camino al Jorna? Cristo. Yo estoy segura, porque yo lo viví. En otro tiempo yo viví así, en oscuridad. Y la gloria del Señor me resplandeció a los ojos del entendimiento. Y me dijo, te he amado y te escogí con propósito. Las obras de justicia que tú hicieras, yo no sé cuál ha sido el trato de Dios con usted. Lo que sí tengo certero, como preciso, como verdadero, exacto y fiel, es que el mensaje es uno. Te reconcilio en Cristo. Él es el camino. Él es la verdad. Y Él es la vida. Él es el Padre. Él es la verdad que no te deja cuando la carne se quiere levantar. Él es la verdad que te gobierna. Iglesia, usted lucha con un tema personal. Pero el mensaje es uno. La vida es una. La verdad es una. Y el final de arriba, Cristo en nosotros, la esperanza de gloria. Amén. Diga conmigo, yo como embajador, soy la luz de Cristo. Amén. No habrá para siempre oscuridad. Y dice por qué. El número 2, el versículo número 2, los gentiles, no el Israel que pasó del otro lado del Jordán, los que llevaban el pacto, los que llevaban yentos. No, el otro lado, diga, donde me encontraba yo, separado de Cristo. Esa es una realidad gloriosa. Porque nosotros fuimos predestinados en Él, como este pueblo. Pero en un tiempo nosotros caminábamos extraviados en nuestra mente. Y al Padre le plació aparecerse un día y mostrarte el camino que Él conduce al Padre, la verdad de la cual es Él, el amor de Él. Y así nosotros entonces tenemos que ser eco. Porque comencé diciendo que nosotros somos la continuidad. Aleluya. Entonces, el pueblo que andaba en tiniebla vio gran luz. Los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos. Y dice, multiplicaste la gente y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten. Tú quitaste, quebraste, como en el día de Madian. Porque todo calzado que lleva el guerrero, ahí estaba en constante asedio de muerte. Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla y todo manto revolcado en pastos del fuego. ¿Sabe por qué? Porque lo que nosotros fuimos en otro tiempo, yo los predestiné, yo los formé y yo los cuido, dice el Señor. Para que no anden como el que ha de ser guiado por otro, sino que el Señor mismo les guiará, el Señor mismo les mostrará, su espíritu les afirmará y la palabra los consuela, los afirma y los prepara para el día malo. Amén. Y dice el Sey, porque un niño nos es nacido. Diga conmigo, el hijo me fue dado. ¿Quién te aconseja? ¿Quién habla contigo? ¿Quién te enseña? Un honorable consejero, Dios fuerte. Padre, mientras nos portamos bien. Padre, mientras hacemos las cosas bien. Padre, mientras nosotros decimos, bueno, hoy sí me puedo acercar al Señor, porque nuestra flaqueza, el papá siempre está ahí. ¿Se acuerdan del hijo pródigo? El papá nunca abandonó su lugar. Y estoy segura en Cristo, que si el hijo de alguno de nosotros se llegase a equivocar, nosotros no dejamos el lugar de padre y nos volvemos sus enemigos. Por Y si nosotros siendo malos sabemos dar buenas dádivas a nuestros hijos, cuánto más nuestro padre nos dará el espíritu. Ese es un padre eterno. Por la fe. Es decir, no por obras buenas que nosotros hagamos. Rendemos. Y justificados por la fe, Romanos 5.1, tenemos paz para con Dios. ¿Por qué? Porque la fe es de Cristo y Él fue llamado príncipe de paz. Con lo cual, lo que usted y yo tengamos que gestionar, lo gestionamos en paz con el Señor. Poner como ejemplo. ¿Y no quiere uno contento entre ustedes? ¿Qué dice? Sentimos sobrepasados de situaciones. Humanos estaban plenos. Y Dios venía y hablaba con ellos. Ellos no buscaban la oración. Ellos no oraban. Él venía y los... Tu vida está escondida en Cristo para Dios. Por lo tanto, cada vez que nosotros oramos es porque sentimos que nos hemos equivocado. O porque una situación está a plena certidumbre. Cada vez que ores, no ores como que papá está lejos, porque Él es nuestro padre eterno. Él es nuestro padre eterno. Y la fe de Cristo está alejada. Ahora el que entiende que por Cristo fue cercano al Padre, entonces usted ora con acción de gracia. El hijo de ninguno de nosotros va a aquel vecino a decirle yo quiero que intercedas delante de mi padre porque yo hice esto y esto y esto. ¿Sí? Sino que ellos vienen o nosotros les buscamos. Normalmente es así. Y se entregó a sí mismo por cada uno de nosotros. Es clara. Soy embajador. El pueblo que estaba en tiniebla vio gran luz. Y el mensaje, el cual es Cristo. Yo lo predico. Yo no tengo que ir a hurgar en la vida de nadie. Y usted no tiene que ir a hurgar en la vida de nadie. El embajador vela por los derechos. Una persona Cristo te ama. Cristo es el todo en todos. Y fuera de Él no hay nada. Él está esperando que tú le abras el corazón para sanar las heridas, para suplir la necesidad, para quitar la carga, para que dejes de andar como un individuo solo y entiendas que tú eres uno con Él. Y que el que se une al Señor un espíritu es con Él. Y que donde está el espíritu del Señor allí hay libertad. En libertad no hay temor. Donde hay libertad. ¿Usted entiende lo que es la libertad? Escuchando la palabra por medio del pastor Albert, yo aprendí a caminar en libertad, porque yo caminaba temerosa, porque me equivoco, porque cometo errores, porque tengo un temple, un carácter que le tengo que rendir al Señor que me justificó y que mora en mí. Entonces yo camino, mire, caminar en libertad es ir por los tesoros y riquezas de este mundo. Tengo el tesoro, el cual es Cristo, en este vaso de barro. Y cuando me equivoco, abogado, tengo en Cristo Jesús para delante del Señor, delante del Padre. Porque no tenemos un sumo sacerdote como aquellos que tenían que esperar que el sumo sacerdote muriera para entonces dejar libre a aquella persona. Lo leímos en Josué 20, ¿sí? No tenemos a un sumo sacerdote que no se pueda compadecer de nuestras necesidades. Fiel es el que prometió, fiel es Él. Caminar. Siempre nos escuchará decir, el día que usted escuche a un predicador, llámese pastor, apóstol, profeta, que Dios le haya dado, presentarse aquí como una persona que no se equivoca. Lo dijo el apóstol Pablo, no el apóstol del anillo más gordo. En nuestras debilidades se perfecciona su poder. Todos, en absoluto, tenemos y lidiamos con temores, con flaquezas, con debilidades. Pero el conocimiento de la libertad y de la posición que nos deja quedarnos como el hijo pródigo, comiendo algarro. Caeré en casa de mi Padre, porque ese es mi lugar. Estoy pleno, seguro y confiado. Amén. Aleluya. Ya ustedes saben que el profeta dijo, no habrá para siempre oscuridad, porque un niño nos es nacido, el hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro se llamará su nombre. Dígalo conmigo, consejero, Dios fuerte, Padre eterno y príncipe de paz. Y el siete es más poderoso, Isaías 9, 7. Lo dilatado de su imperio, lo dilatado de su imperio, en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, todo potestad, es decir, todo poder le ha sido dado. Amén. Él dijo, yo edificaré mi iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Eso es lo dilatado de su imperio. Aleluya. Ajá, el siete. Lo leemos todos, iglesia. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite. Límite. El imperio y la paz no tendrán límite sobre el trono de David y sobre su reino. Disponiéndolo y Aleluya. Por eso usted nos escuchará cantando como el salmista decía, ¿Por qué para siempre, Dios, tu misericordia es? ¿Por qué para siempre, Dios, tu misericordia es, mejor que la vida es? Aleluya. Mi alma que para siempre Dios ¿Por qué para siempre, Dios, te adoramos, Señor, tu misericordia es? Siempre a él sea la gloria, la honra y la alabanza. Su misericordia es para siempre, para siempre. Un momento duró su ira, pero su amor es para siempre, porque su amor es Cristo Jesús y él no tiene principio ni fin. Él es el todo. Amén. Aleluya. Es importante que Dios esté con nosotros y que en él estamos. Amén. Aleluya. Lo que anunció el profeta Isaías, que lo acabamos de leer, lo afirma Mateo en el capítulo cuatro desde el versículo doce. Si usted lo lee en la Biblia, dice Jesús comienza su ministerio. Y sabe que Jesús, no lo comenzó en las sinagogas y no lo comenzó en los templos, porque él vino a buscar lo que se había perdido, el reino. Vino a establecerlo en la mente y en orden. ¿Tiene sentido? Leemos Mateo capítulo cuatro, versículo doce. Jesús inicia su ministerio. Y mire, cuando oyó Jesús que Juan estaba preso, ¿volvió a dónde? Acuérdense que Galilea era llamada de los gentiles, la miraban a menos. Amén. Volvió a Galilea y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima. ¿En la región de dónde? ¿Qué eran Sabulón y Nestalí? Ciudades de refugio. Allí comenzó el Señor. Amén. Para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías cuando dijo, diga conmigo, tierra de Sabulón y tierra de Nestalí, camino del mar al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo asentado en tinieblas, asentados en región de sombra de muerte, les resplandeció. Desde entonces comenzó Jesús. ¿Qué reino de los cielos se ha acercado? Y en esa tierra de Galilea de los gentiles, el Señor se encontró, vamos a seguir leyéndolo, arrepentido porque el reino de los cielos se ha acercado. A partir de 18, andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón llamado ¿quién? Diga, primer apóstol, y Andrés, apóstol también del Señor, habitaba en esa tierra. Amén. Y les dijo, vamos a leerlo todo, andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón llamado Pedro y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar porque eran pescadores, diga, tenía un oficio. Y les dijo, venid en pos de mí, tres de hombres. Ellos entonces dejando al instante las redes, les siguieron. Y pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo, o sea Santiago, y Juan, su hermano, en la barca con CBD. Y el reino, sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y se difundió su silla y le trajeron a los que tenían y tormentos, los endemoniados, lunáticos o paralíticos, y los sanó. Y les siguió mucha gente de Galilea, de Decapolis, de Jerusalén, judea, y del otro lado de la tierra. Y les dijo, venid en pos de mí, tres de hermanos, Simón llamado. Y el reino, sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y se difundió su silla y le trajeron a los que tenían y tormentos, los endemoniados, lunáticos o paralíticos, y los sanó. Y se difundió mucha gente de Galilea, de Decapolis, de Jerusalén, judea, y del otro lado de la tierra. Iglesia, póngase sobre sus pies. El embajador del reino. Pero mire lo que dice la palabra de Dios en segunda de Corintios tres cuatro. Usted lo ha visto en las películas. Cuando el que su vida está en peligro o cuando algo es la embajada. Porque el embajador y los funcionarios que están allí deben guardar su seguridad. Cuando pasa que ustedes son embajadores, que nosotros somos embajadores del reino, nosotros debemos guardar la seguridad de quienes nos rodean. Nunca iré a decir, bueno, ajá, pero vos mataste, vos hiciste, vos no, iglesia. Promover siempre a la iglesia de Jesucristo al nivel en el que Dios ha dicho. Y esa realidad gloriosa es que nuestras vidas están sentadas en los lugares celestiales, en Cristo. Aunque estamos en esta circunstancia. Nuestra seguridad eterna. Es que nosotros estamos posicionados con Cristo en los lugares celestiales. Amén. Es buen embajador. Porque si no, mire también lo que dice aquí. Pero si nuestro evangelio. ¿Cuál es el evangelio? El evangelio está a un encubierto. Entre los que se pierden está encubierto. Todo funcionario de una nación que corrompe los derechos, porque la constitución está por encima de cualquier funcionario. ¿Sí o no? Y todo ciudadano tiene derecho a ser juzgado, mostrarle la situación por ahí y hacer velada su integridad. Y el funcionario que no haga esto, bueno, porque se cree más bueno que la constitución y más bueno que una realidad que es superior a él, es un ciudadano corrupto. Todo el que le hace misterio de la reconciliación y le añade un pero, dice la palabra de Dios, no juzguéis las cosas antes de tiempo. Es decir, yo no tengo que juzgar a mi hermano antes que Cristo. No juzguéis las cosas antes de tiempo. Esto es a la iglesia. Y a la gente del mundo, si nuestro evangelio lo tenemos tapado, lo tenemos encubierto, entre los que se pierden está encubierto. Para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Cuando llevamos el evangelio a otra persona, les estamos llevando el pan de vida. Por eso dijo el Señor, el que comiere no tendrá hambre jamás. Y el que bebiere del agua que yo le doy. Por eso es que cualquier otro mensaje que nosotros le demos a las personas, es un mensaje humano. Por las razones humanas que nosotros encontramos, es nuestro deber, de todo el que se pare aquí, hablarle de su realidad en Cristo. Usted es un hijo amado, un hijo santificado. Y el que comenzó la buena obra en usted, no lo dejará hasta el día de Jesucristo. Y tu vida y mi vida, hasta que el día es perfecto. Fuera de ese mensaje no hay. Un pacto una vez ratificado, nadie le quita y nadie le añade. Hijo de sangre fuimos comprados. Amén. Esa es la realidad que nosotros debemos hablarle a los demás. Aleluya. Para que usted vea que no es la pastora Eileen, el pastor Luis, el hermano Moisés, los hermanos que se paran aquí. Es tu realidad en Cristo. Segundo de Corintios 5.20. Dígalo conmigo. Así que somos embajadores en nombre de Cristo. Venezuela, de Ecuador, de España. Somos embajadores en nombre de Cristo. Por medio de nosotros. Os rogamos en nombre de Cristo. Todo en todos. Les rogamos en nombre de Cristo. ¿Qué dice? Reconciliaos con Dios. Aleluya. Iglesia, Josué fue fiel. Porque él caminó con Moisés, no lo hizo caer. Es Dios le decía y él hacía. Por eso es que sin vacilar, el pueblo le decía a Moisés, yo no voy a entrar porque ustedes, porque el agua y Josué, porque ya él había sido afirmado. Dijo, ustedes verán a quien sirven, pero mi casa y yo serviremos al Señor. Y en Caleb, también dice la palabra de Dios que hubo un espíritu diferente. Hay una realidad superior en usted y en mí. Nosotros no somos ni como Josué, ni como Caleb, ni como Moisés. Nosotros somos la imagen de Cristo aquí en la tierra. Embajadores de él. Amén. Y como Cristo, nos comportamos. Cristo fue al lugar donde moraban las tilieblas. Y la Biblia dice que nosotros somos la luz del mundo y la sal de la tierra. Y Pedro, el que fue encontrado en esa tierra, dice nosotros como antorchas encendidas, como luminares. Alumbramos con la luz del Evangelio. Amén. Así que con firmeza y somos una familia que lleva del reino de Dios como estandarte. Pasamos con un propósito y por eso trabajamos con determinación. La determinación y la pasión es lo que te va a sostener en el día malo. Porque un hombre flocho, un hombre y una mujer que es llevado por cualquier pensamiento, por cualquier circunstancia, no es confiable para llevar el Evangelio de Cristo. Pablo le dice a Timoteo, esto te escribo para que sepas cómo conducirte si yo me tardo. Es decir, si me... La iglesia es columna y valuarte de la verdad. Fuera de la iglesia hay engaños, hay trampas. Fuera de la iglesia no hay seguridad. Sobra la verdad, la cual es Cristo. Tú eres columna y valuarte de la verdad. Sé ejemplo en todo, en conducta, en fe, en amor. Contra un anciano no admitas acusación sino por dos o tres testigos. Como a tu madre misma, a las ancianas, perdón, a los más jóvenes como hermanas en Cristo. Hermano, todas las realidades, cómo nos debemos conducir está en estas hermosas escrituras. Y el mismo Pablo dice todas las escrituras para enseñar, para que el hombre de Dios esté entero. Tenga presente, usted es una ciudad de refugio. Dígalo conmigo iglesia, soy una ciudad de refugio. Dice, a donde todo el que llega tiene que salir afirmado, cubierto, afirmado por la palabra, consolado por el espíritu y guiado. Soy un embajador del reino. Dice su palabra, que Dios ruega por mi boca, reconciliaos con Dios. Aleluya. Señor, padre en el nombre de Jesús, oro con tu iglesia, Señor. Y por tu iglesia, iglesia que tú compraste a precio de sangre. Iglesia a la cual tú redimiste de la maldición del pecado. Porque tu palabra es la realidad gloriosa. Dice que fuimos comprados a precio de sangre. Eterno, nos limpia de todo pecado. Poderosa y encima de esta realidad. No hay una realidad humana que pueda menoscabar, que pueda manosear la verdad de que somos tu iglesia. Señor, tú dijiste que tú edificarías tu iglesia. Oramos por hombres y mujeres, diestros, capaces, competentes, fieles y certeros, Señor. Para que no añadamos, para que no a tu mensaje, derrames un mensaje, algún pretexto, Señor Jesucristo, fuera de la realidad, Señor. De que tú dijiste, Señor, que tú no enviaste al mundo para condenarlo, sino para que el mundo por su Padre Celestial. Nos has confiado y nos has encomendado el ministerio de reconciliación. Gracias porque no haces acepción de personas. Y todo en el que en esta reunión, Señor, tiene voz y tiene boca, Señor, y tiene razón. Tú le has habilitado para llevar el mensaje glorioso de salvación. Que de tal manera tú amaste al mundo, que enviaste a tu Hijo unigénito, para que todo tenga vida eterna. Gracias, Señor, porque es tu palabra, es tu verdad y es tu realidad. No hay otro mensaje para la Iglesia, Señor, porque somos ciudades de refugio, somos embajadores, somos ministros competentes. Y así nos conducimos, como quienes hemos de ser juzgados por la ley, la de la libertad. Oramos en Cristo Jesús, a quien sea toda gloria, toda honra y toda alabanza. Amén, amén y amén. Aplauda al Rey de Reyes y Señor de señores. Aleluya.

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