MIERCOLES XXIV TO

During the 19th century, missionaries from China brought Christianity to Korea, but the government saw it as subversive and banned it. Chinese missionaries and Korean converts stood up against the dictator's oppressive regime, defending the dignity and freedom of the people. Today, Spain is also facing a loss of these rights, but as Christians, we should not remain silent. We must repent and change, embracing conversion and helping one another. This is the message from the Franciscan brothers in Toledo. Palabra de Vida Hoy, miércoles 24º del Tiempo Ordenario, Memoria de San Andrés Quinta Egon y San Pablo Chong, Mártires. Celebrando el tiempo de la creación, al pan por la palabra. Corea fue tierra de misión desde que el Evangelio arraigó en las primeras comunidades de la Iglesia en China. La cercanía geográfica y el conocimiento de la identidad de los coreanos propició que sacerdotes chinos acudieran a esas tierras vecinas a extender la llama que primero prendió entre ellos. El florecimiento de la nueva fe en Corea no pasó desapercibido para el gobierno, que no acogió de buen grado el nuevo culto y los nuevos ritos llegados al país, pues resultaban subversivos y muy distintos de los ritos tradicionales. Tal es así que en 1802 el gobierno promulgó un edicto estatal que no sólo prohibía la profesión del cristianismo, sino que incluso ordenaba el exterminio de los cristianos. Misioneros chinos y nuevos conversos coreanos fueron testimonio y testigo frente al poder del dictador de turno, no por la persona del dictador en sí, sino por sus dictados contrarios a la dignidad de las personas a las que privaba, junto con la libertad de culto que diríamos hoy, de unas condiciones de vida dignas y de toda educación más allá de la olvida y controlada por el Estado. Junto con la opción preferencial por todo tipo de personas que sufran la injusticia y la pobreza, la Palabra de Dios pone de manifiesto la centralidad en la defensa y reivindicación pública de la educación en libertad y verdad, educación que nos revelará la sacrosanta dignidad de todo ser humano y sus derechos fundamentales en igualdad, tanto en lo tocante a la libertad de conciencia y de culto, libertades fundamentales en las que se insertan otras como la objeción de conciencia, la libertad de cátedra o el derecho a pensar más allá de lo que resulte políticamente correcto y favorable a quienes detenten el poder. Como en Corea en el siglo XIX, hoy en España también se nos arrebatan esos derechos. Total, como somos tolerantes, todo lo toleramos con tal de seguir cómodamente instalados en nuestra rutina piadosa cotidiana. ¿Nos seguiremos conformando con ser cristianos aburguesados, cómodamente enmudecidos y socialmente insignificantes? Lo que sí sabemos es que Jesucristo no se conforma con que seamos así. Arrepentidos quiere Dios, arrepintámonos y cambiemos. Con deseo de conversión renovada y continua, vuestros hermanos franciscanos de Toledo pedimos vuestra ayuda mientras os abrazamos con la paz y el bien.