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COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
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COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
The reading talks about the story of Moses from the Book of Exodus and Jesus rebuking the cities for not repenting. It emphasizes the importance of gratitude and conversion for Christians, who should show acts of love and fight against injustice. Christians should not judge or harm others, but rather be a light of new life for others. The message encourages self-reflection and a desire to be healed, elevated, and enlightened. Palabra de vida hoy, martes decimoquinto del tiempo ordinario. Al pan por la palabra. Del libro del éxodo. Cuando creció el muchacho se lo llevó a la hija del faraón que lo adoptó como hijo y lo llamó Moisés, diciendo, lo he sacado del agua. Pasaron los años, Moisés creció, fue a donde estaban sus hermanos maltratados por los egipcios. Del evangelio según San Mateo. En aquel tiempo se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros porque no se habían convertido. Hay de ti Corozaín, hay de ti Bethsaida, y tú Cafarnaón, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. Pense si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti habría durado hasta hoy. Os digo que el día del juicio le será más llavadero a Sodoma que a ti. Como todos somos dados a escurrir el hombro espontáneamente cuando se trata de encajar alguna corrección, buscaremos entre las palabras de Jesús alguna frase con la que recoger el significado del evangelio de hoy. Aquí está, a quien más se le dio, más se le pedirá. Quizás somos demasiado prontos todos para proyectar nuestros criterios cristianos sobre personas que no participan de nuestra identidad ni de nuestra fe, haciendo dicha proyección en clave de juicio condenatorio y olvidando que si bien los actos propios y ajenos siempre tienen una calificación moral, pueden ser juzgados, discernidos, calificados por terceros, las personas que protagonizan esos actos están siempre más allá y nunca es legítimo someterlas a juicio alguno por nuestra parte ni por nadie más que por Dios. Los que somos cristianos por puro dom y hemos sido rescatados del desconocimiento de Cristo, debemos demostrar una gratitud sobrenatural con el dador de dicho don, gratitud que sólo se puede expresar en clave de correspondencia, en clave de conversión. Hemos de ser siempre conscientes de nuestra deuda de amor contraída con el Señor, que nos rescató del sinsentido que era nuestra vida, sin su fuego ardiendo en nuestro pecho y su luz encendida en nuestra conciencia. Cuando en deuda con Jesucristo, sólo podremos hacer un intento por saldarla a través de dar frutos de conversión dignos de alguien que le conoce, alguien que se sabe amado por él y dice amarle. Nuestros frutos de conversión pueden ser de muy variadas especies, pero siempre han de incluir actitudes dignas de un Moisés cristiano, actitudes dignas de alguien que ha sido sacado de las aguas bautismales como hijo de Dios y que es enviado a sus hermanos para comprometerse en favor de quien padezca cualquier forma de injusticia, abuso o maltrato, sin descalificar jamás o perjudicar más aún a la víctima con la indolencia cómplice de la indiferencia, ni juzgar a esos egipcios de cualquier tiempo, que son los opresores y verdugos de quienes son el pueblo elegido de Dios, los pobres, ya sólo por el trato que reciben de sus semejantes. Leamos de nuevo el Evangelio de hoy y dejémonos señalar por Cristo para que el dedo de la derecha del Padre nos sane y nos envíe a ser luz de vida nueva para otros. Con deseo de ser sanados, elevados e iluminados, vuestros hermanos franciscanos desde Toledo os abrazan con la paz y el bien.