MARTES I TO

In today's Gospel according to Mark, Jesus teaches with authority and amazes those in the synagogue. He encounters a man with an unclean spirit who recognizes Him as the Holy One of God. Jesus rebukes the spirit and commands it to leave. The word "authority" comes from the Latin word "augeo," meaning to uplift. Jesus uses His authority to serve and uplift others, helping them have a transformative encounter with Him. Those who do not recognize His authority, like the people in Nazareth, lack faith and miss out on miracles. As a community, we should use our positions and gifts to serve others and grow together in Christ. This message of peace and goodwill comes from the Franciscan brothers in Toledo. Palabra de vida hoy, martes primero del tiempo ordinario, día 9 de enero, al pan, por la palabra. Del Evangelio según San Marcos. Jesús se puso en la sinagoga a enseñar. Estaban asombrados de su enseñanza porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar, ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? ¡Sé quién eres, el Santo de Dios! Jesús lo increpó. ¡Cállate y sal de él! En Jesús vemos cómo la palabra autoridad alcanza en su ejercicio su más puro significado etimológico. Autoridad viene del latín augeo que significa aupar. Tener autoridad y ejercerla legítimamente significa servirse de una posición más elevada que la de los demás, por estudios, bienes materiales, capacidad de decisión, cargo. Capacidad que se usa para levantar a otros como un apoyo y una ayuda eficaz, como vemos en Jesús, que con plena autoridad como Hijo de Dios sirve y lo hace para que aquellos que reconocen su autoridad puedan vivir mejor y tender a un encuentro de fe con Él que les cambie la vida para siempre. ¿Dónde quedan los que no reconocen esa autoridad de Jesús? El mismo Evangelio nos da la respuesta. Jesús no hizo allí, en Nazaret, muchos milagros por su falta de fe. Hasta los demonios reconocen en Jesús al Mediador entre Dios y los hombres, al Santo de Dios, y por ello son colocados por el Señor en el lugar que les corresponde, y ellos se someten. Quienes no tienen fe, ni hacen por tenerla, no reconocen al Mediador como a quien es, y se colocan así fuera del margen benéfico en el que su autoridad se ejerce. Todos los que formamos una comunidad, como por ejemplo los religiosos o los miembros de una parroquia, hemos de tener autoridad unos para con los otros, en el sentido de que pongamos todo lo que nos puede hacer tener una posición aventajada respecto de los demás, al servicio de ellos, para que todos podamos crecer juntos y caminar por ese único camino que es Cristo, y al que sólo podemos tender desde la comunión fraterna, desde la verdadera autoridad que sólo reconoce la fe recta, y que sólo tiene a aquel que no busca mandar como ejercicio de poder, sino usar de lo que su posición le brinda para el bien de los otros. Desde Toledo, un abrazo fraterno de paz y bien de vuestros hermanos franciscanos.