LA ASUNCION DE MARIA

On the solemnity of the Assumption of the Virgin Mary, the focus is on Jesus as the central protagonist of Christian celebrations. Mary willingly steps aside to give Jesus the spotlight. By looking at Jesus and then at Mary, who was assumed into heaven, we can understand that the resurrection is not only for Jesus but also for us. Living a life like Jesus leads us to eternal life and the resurrection. Following the Gospel gives depth and quality to our lives. As Franciscans, we greet you with love and peace. Palabra de vida hoy, solemnidad de la asunción de la Virgen María, al pan por la palabra. Ninguna fiesta cristiana tiene más protagonista que Jesucristo. Las fiestas de Nuestra Señora nunca tienen sentido por sí mismas porque ella no es la protagonista central de su propia historia ni de la historia de la salvación. Jesús es ese protagonista al que ella cede el centro de la escena. Así María alcanza su descomunal estatura como ser humano y como creyente. Empezamos con tarea para casa, huir del egocentrismo para centrarnos en Dios y en Él encontrar nuestro yo más auténtico a fuerza de buscarle a Él y Su voluntad, no la nuestra. Celebrar la asunción de la Virgen señala directamente la ascensión de Jesucristo. Mirándole a Él y mirando después a María, asunta al cielo en cuerpo y alma, podemos comprender un poco mejor y en primera persona que la resurrección de la carne no es sólo para Jesucristo sino que también es para nosotros como lo fue para ese ser humano que es María, la Madre de Dios. Mirando a María glorificada tras finalizar su itinerario en este mundo y asunta al cielo en cuerpo y alma, podemos entender más profundamente que llevar una vida cada vez más semejante a la de Jesús nos hace avanzar por su camino, un camino que atraviesa el umbral del más allá a través de la muerte y nos conduce hacia el paso definitivo, la resurrección, para compartir la misma vida de Nuestro Señor en la vida eterna si la hemos compartido antes durante la vida temporal. Una vida evangélica no es simplemente una vida cultural y piadosa, sino que el Evangelio se enconcreta en cada aspecto de la vida del ser humano dándole calidad y honduras sobrenaturales, final a muerte, que ha sido definitivamente vencida en la resurrección de Jesucristo como nos muestra la asunción de María, Nuestra Madre, glorificada en cuerpo y alma. Estos devotos de María que somos todos los franciscanos desde Toledo os saludamos con afecto de hermanos, con la paz y el bien.