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COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
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COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
The reading discusses the importance of proclaiming the kingdom of heaven through both actions and words. Jesus performed miracles to prove his words, and when he sent his disciples to spread the kingdom, he gave them the same power. It is essential for us as evangelizers to remember that our words must be accompanied by Christian deeds. We must be generous and confident in sharing the good news, knowing that God will provide for us. By spreading joy and hope, we can change the world. Palabra de vida hoy, jueves decimocuarto del tiempo ordinario, al pan por la palabra. Del Evangelio según San Mateo. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis. No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla, ni tampoco alforja para el camino, ni otra túnica, ni sandalias, ni bastón. Bien merece el obrero su sustento. La proclamación del reino de los cielos necesariamente debe estar compuesta de obras y de palabras, pues así lo instauró aquel que es el reino de Dios entre los hombres, Jesucristo. Jesús hacía obras que acreditaban sus palabras, y con esas palabras desentrañaba el sentido más profundo de los signos de su fuerza aplicada en favor de los hombres. Cuando Cristo envía a sus discípulos a extender el reino de los cielos, les dota de la capacidad necesaria para hacerlo del mismo modo que lo hacía Él. Cuando nosotros somos enviados y tratamos de perpetuar esa proclamación de la buena noticia del Evangelio, no podemos nunca olvidar que ninguna palabra nuestra tendrá utilidad ni autoridad alguna si no va acompañada de obras que reproduzcan y prolonguen las del Señor. Si nuestras palabras no se apoyan en obras cristianas, las de Cristo en nosotros, nuestras palabras nunca serán un eco de las del Señor, y nuestra evangelización será estéril por no haber sido fieles a quien nos envió. Un aspecto importante para evaluarnos como evangelizadores es revisar el nivel de nuestra gratuidad y de nuestra confianza. Hemos recibido mucho, muchísimo, desde nuestra experiencia de encuentro con el Señor para aprender de Él el arte del bien vivir hasta la vida eterna. Todo bien nacido que disfrute de paz y felicidad tiene el impulso interior de compartir esa felicidad ofreciendo a los demás todo aquello que a Él se las procura. Sólo un necio cicapero retiene para sí la causa de su alegría por temor a que se gaste o por alguna otra motivación aún más miserable. Nosotros hemos de sentir la urgencia de la caridad y difundir la razón de nuestra esperanza y la causa de nuestra alegría sin preocuparnos más de la cuenta de nosotros mismos. El Espíritu de Dios no se deje ganar en generosidad y asegura que por vía de su providencia no nos faltará lo necesario para seguir adelante, multiplicando la alegría tanto más cuanto más la ofrezcamos a los demás. Una legión de alegres ganantes de esperanza, ¿acaso no cambiaría el mundo? Con sueños tan grande como grande es nuestra pequeñez, pero sabiendo de quién nos hemos fiado, vuestros hermanos menores desde Toledo os saludan con la paz y el bien. El Espíritu de Dios no se deje ganar en generosidad y asegura que por vía de su providencia no nos faltará lo necesario para seguir adelante, multiplicando la alegría tan cuanto más la ofrezcamos a los demás. Una legión de alegres ganantes de esperanza, ¿acaso no cambiaría el mundo? Con sueños tan grande como grande es nuestra pequeñez, pero sabiendo de quién nos hemos fiado, multiplicando la alegría tanto más cuanto más la ofrezcamos a los demás.