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COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
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COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
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COMENTARIO DIARIO A LA PALABRA DE DIOS
The transcription is about the solemnity of Jesus Christ, the King of the Universe. It explains that Jesus, as the Son of God, possesses the strength and power of His Father, and is immortal. He took on the weaknesses of human nature through His incarnation and birth, experiencing sickness, wounds, and death. However, after His resurrection, His human nature was made strong and immortal, glorified and transformed into part of the divine Trinity. This highlights our vocation to become more than we are through Jesus. The transcription also emphasizes that our lifestyle choices will determine our fate in the final judgment. It concludes by connecting the Feast of Christ the King with Advent and Christmas, highlighting Jesus' commitment to us and His omnipotent tenderness. The Advent season leads us to trust and hope, as we see the majesty of the baby in Bethlehem, who judges with love and invites us to live a life of grace. By following Jesus and staying focused on His will, we can grow i Palabra de vida hoy, Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, al pan por la Palabra. El Hijo de Dios tiene la fuerza y el poder de su Padre, y es inmortal por ser eterno. Vive desde siempre y para siempre. Desde que se encarnó y nació de María Virgen, Jesús, además de tener todos esos rasgos de fuerza igual que Dios Padre, tomó los rasgos de debilidad de la naturaleza humana de su Madre, por enfermar, sufrir heridas, morir. El Señor Jesús es igual que nosotros sin dejar de ser mucho más que nosotros. Es auténticamente uno de nuestra raza, el mejor, el único que nos puede hacer ser mucho más de lo que somos hoy. Después de resucitar, todo lo humano del Hijo de Dios fue hecho fuerte e inmortal, como es el resto de su persona. Su naturaleza humana fue glorificada en la resurrección, fue divinizada, transformada en parte del ser del mismo Dios Trinidad. Esa es la plenitud de nuestra vocación a la que el Padre nos llama en Jesucristo. La fiesta de hoy enmarca el Adviento junto con la Navidad. Hoy podemos contemplar al Señor como Rey del Universo también en lo que tiene de idéntico a nosotros, lo cual nos revela nuestro destino y vocación. Hoy también se nos recuerda que en el juicio final, la línea de nuestro estilo de vida concretará nuestra suerte final y prolongará para siempre nuestra opción de cada día, por Dios o sin Él. Al otro extremo del Adviento, la Navidad nos muestra al Rey del Universo comprometido con la omnipotencia de su ternura en favor de todos nosotros, abajándose hasta nuestra condición para vivir lo mismo que hemos de vivir nosotros, menos el pecado. Podríamos decir que el tiempo del Adviento es una síntesis de extremos que nos conduce a la confianza y a la esperanza. Vemos al niño de Belén en toda su majestad juez de aquellos por quienes lo ha dado todo y a quienes lo da todo, todo lo necesario para que vivan una vida de gracia que les conduzca hacia la gloria. El último paso se dará tras la muerte, a través de un juicio que para quienes traten de vivir como vivió Él, no ha de ser más que un abrazo entrañable mientras escuchan aquellas palabras del Evangelio de Mateo, Venid benditos de mi Padre. Para alcanzar semejante destino sólo hemos de fijar los ojos en Él y no perder nunca de vista su voluntad de cara a las opciones de cada día y el desafío amenazante de nuestro presente social. Como Señor de todos, Jesucristo nos va enseñando y alimentando para que crezcamos en santidad, pareciéndonos más y más a Él por la forma de vivir nuestra relación con el Padre y con el resto de Sus hijos, hasta que vuelva con toda su gloria para llevar con Él, a través de una resurrección como la Suya, a todos los que se le parezcan suficientemente. La fiesta de Cristo Rey está íntimamente ligada a la natividad y a la resurrección de Jesús. Por ello, el Adviento es un tiempo de gozosa y animada conversión para encarnar un poco más la hermosa y descomunal vocación que se nos manifiesta en el Rey del Universo, humanado en el vientre de la Doncella Nazarena. Con ganas ya de Adviento y mucho más de Navidad, vuestros hermanos menores desde Toledo os abrazan con la paz y el bien.