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Episodio 2 - Sobre el regionalismo y las diferencias

Episodio 2 - Sobre el regionalismo y las diferencias

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Colombia es un lugar de territorios diversos, por lo que hablar de regionalismos se vuelve algo inevitable. Edyee Saa nos comparte un relato que cuenta por qué el regionalismo no solo es reprochable, sino también inconveniente.

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Transcription

The speaker discusses regionalism in Colombia and emphasizes the importance of unity and respect for differences. They encourage young people to overcome regional prejudices and work towards national harmony and reconciliation. They use the analogy of a small cake to illustrate the benefits of cooperation and the drawbacks of selfishness. They urge listeners to think in terms of a bigger cake that everyone can share rather than fighting over individual portions. The speaker concludes by emphasizing the need for a shift from individualism to a collective mindset for the betterment of society. They provide their contact information for further discussion. El regionalismo es como si una persona dijera que se va a comer un pequeño pastel ella sola. Dejemos de desperdiciar nuestras energías combatiendo nos mutuamente. Mejor pensemos en medio de hacer un pastel más grande. Nos encontramos en Modo realidad. La nueva era de la Transformación Sustantiva. Si eres lo bastante temerario como para buscar la iluminación, te sugiero que hagas lo siguiente: Toma el siguiente relato y llévalo en tu mente durante un día, de modo que puedas meditar en los momentos de ocio. Dado que este relato es una revelación de la verdad, y dado que la verdad con V mayúscula significa la verdad acerca de ti, cada vez que leas este relato estarás buscando resueltamente un más profundo conocimiento de ti mismo. Se trata de que lo leas como si leyeras un libro de medicina, tratando de averiguar si padeces uno de los síntomas que en él se describen. El relato básicamente está definido en unas letras maravillosas que conforman una de las patrias más hermosas de la vida. Y el relato se llama Todos Somos Colombia. Y lo planteo de la siguiente manera: No veo por qué el regionalismo tenga que ser un problema de Colombia. Yo soy colombiano. Mis raíces están en el corregimiento de San José, municipio de Timbiquí, departamento del Cauca. En un sentido, soy caucano del Pacífico. Nací en Pradera Valle por una causalidad de la vida. Asistí a la escuela en el corregimiento de San José, al colegio en la ciudad de Popayán y la universidad en la ciudad de Guayaquil, República del Ecuador. La situación me llevó a radicarme en Buenaventura, así que por otra parte soy una persona vallecaunaca. Lo que pretendo probar en estos momentos, en este día y en este podcast, es que no le debo lealtad a una región en particular. Soy orgullosamente colombiano. El nuestro es un país grande. Todos hablamos español. En cada departamento hay personas a quienes les gusta el fútbol, otros a quienes no. Personas sociables, otras introvertidas, personas a quienes les gusta la música clásica, otros a quienes prefieren la música popular. Personas que disfrutan de la vida en familia, otros no. Hay diferencias dentro de cada departamento, pero no entre uno y otro. Insisto, no existen dos personas iguales. Y sin embargo, si se fija uno bien, descubre que en los aspectos básicos todos somos semejantes, muy parecidos. De manera que cuando consideramos nuestras semejanzas en vez de nuestras diferencias o desigualdades, acabamos por respetar nuestras diferencias personales. Pero si uno se vale de ellas para discriminar al otro, surgen profundas diferencias. Nuestras diferencias sirven simplemente para mostrar que en el mundo hay una gran variedad de personas. Nada más ni nada menos usarlas como excusa para discriminar en un sentido bárbaro en nada distinto a lo utilizado por Hitler contra los judíos. En una sociedad sana, las personas respetan las diferencias de cada cual. En nuestra sociedad colombiana hay lugar para este tipo de segregación. Cuando pregunto a los hombres y mujeres sobre sus prejuicios con respecto a las regiones, me dicen que lo heredaron de sus padres. Esto me hace creer que los padres no tienen otra cosa para legar a sus hijos que sus vergonzosos prejuicios regionales. De manera que ustedes son los jóvenes tendrían que perdonar a sus padres por transmitirles la triste costumbre de la discriminación. Las luchas y los conflictos regionales en esta época en la que más que nunca necesitamos de un sentido de unidad, armonía y reconciliación nacional, de ustedes depende librarse de esos estigmas. Serán la primera generación de una Colombia avanzada, de manera que desháganse de conflictos, luchas y diferencias, dedicando sus energías a la unidad, la armonía y la reconciliación nacional. Para hacerlo será necesario que renuncien a la noción del Yo, a favor del concepto de pensamientos más amplios, implícitos en el "nosotros". La discriminación es producto de una manera egoísta de ver la vida. El pensamiento egocéntrico conduce al individualismo que origina luchas, conflictos con los demás. Sin embargo, cuando se piensa en nosotros en vez de en yo, se abren las puertas del altruismo y se establecen reglas mutuamente benéficas. Digamos que tengo un pequeño pastel perfecto para satisfacer el apetito de una sola persona. Y que hay cuatro o cinco a los que se les hace agua la boca por él. Si lo parto frente a ellos probablemente se lo disputará. Tal vez uno tome la mitad y el otro se apodere de la parte restante, por lo que los demás no comerán ni un trozo, o tal vez durante la disputa un extraño se aprovecha de la confusión y se lleva todo el pastel, por lo que todos se quedarán con ganas de comerlo. En cambio, si esas cuatro o cinco personas se ponen de acuerdo y usan sus recursos para hacer un pastel grande, todos estarán contentos. Si una persona monopoliza el pequeño pastel, sería más pequeña que el pastel mismo. Por eso, si alguien descubre una manera muy particular de hacer un pastel grande, para compartirlo con esa persona, sería mucho más grande que el pastel, o cuando tal vez ella misma no llegara a comer más que una porción pequeña. En estas hipótesis encontramos en principio nuestra razón para cooperar y unirnos. Al trabajar juntos y compartir lo que tenemos, crecemos en forma equitativa, exponencial. Se dice entonces que los padres que extrañan a sus hijas recién casadas, deberían pensar mejor en que ganaron un hijo. Cuando dos personas que se establecen juntas, ninguna pierde su aportación, sino que se están duplicando sus recursos. Y así es como se han de ver las cosas en nuestra sociedad. Lo importante es la manera de interpretar los acontecimientos. El regionalismo es como si una persona dijera que se va a comer un pequeño pastel ella sola. Dejemos de desperdiciar nuestras energías combatiendo mutuamente. Mejor pensemos en términos de hacer un pastel más grande. Permítanme decirles cómo hacer un pastel más grande. La mejor manera es que amplíes tus horizontes. Ha llegado la hora de finalizar nuestras disputas por las porciones individuales y dedicar nuestras energías a hacer un pastel más grande. Entonces, para vivir con más amplitud tenemos que pensar en grande. Fíjate en el mundo. Y sustituye el "yo" por el "nosotros". Y el "a mí" por el "a nosotros". Vivimos en una época que exige más que nunca reconciliación, unidad y esfuerzos armonizados. Pensemos en términos de hacer un enorme pastel que todos podamos compartir en lugar de demostrar nuestro egoísmo comiéndonos uno pequeño. Vayamos del yo al nosotros, porque todos somos colores. Edyee Saa Carabalí, médico y cirujano, conferencista, motivador, humanista. Les dejo mi número telefónico y mi correo electrónico para que puedan compartir con nosotros a través de este podcast la filosofía de la ternura. Celular, 318-323-2633, y 314-791-5453. Y/o al correo electrónico, todo en minúscula, edyesaac@gmail.com. Muchas gracias. Nos vemos, nos sentimos, nos escuchamos y nos entendemos. No vamos a cargar el país. Luego, para ser felices en él, a pesar de la adversidad, debemos tratar de comprenderlo mejor. Mil gracias.

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