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El evangelio es poder de Dios para salvar (Romanos 1:16)

El evangelio es poder de Dios para salvar (Romanos 1:16)

00:00-13:24

https://www.biblegateway.com/passage/?search=Romanos+1%3A16&version=RVR1960

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Transcription

The transcription is about the Gospel of Jesus Christ and its message of salvation through faith. It emphasizes that salvation comes from God and that the Gospel is the power of God for salvation. It also mentions that the Gospel is for everyone, not just a specific group of people. The apostle Paul expresses his desire to visit the Romans and share spiritual gifts with them. The transcription encourages readers to have faith in Jesus Christ and to find rest and peace in Him. El Evangelio de Jesucristo, las buenas nuevas de salvación, salvo por gracia, por la fe en nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Y comienza a presentar a Jesucristo como nuestro único y suficiente Salvador. Ya leíamos parte del capítulo 1, donde hace el apóstol Pablo la introducción de su libro, y leíamos algunos versículos más abajo, donde el apóstol, en un breve fragmento de su libro, nos presenta que la fuente verdadera de la salvación está en Dios. Que la salvación proviene de Dios. Así comienza a presentarlo cuando dice, Siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el Evangelio de Dios. ¡Aleluya! ¡Oh, gloria a Dios! ¡Es Dios quien hace que esas...! ¡Aleluya! ¡Que esas buenas nuevas de salvación lleguen hasta nosotros! ¡Es Dios quien decide enviar a su Hijo amado! ¡Y es Dios quien, a través del poder del Espíritu Santo y su Palabra, se revela a nuestras vidas! ¡Y es a través del oír su santa y bendita Palabra que nuestra fe es activada! ¡Aleluya! Para decidir abrir el corazón a Jesucristo. ¡Es el Espíritu Santo enviado por Dios quien también nos convence de pecados! Por eso este hermoso libro es considerado como la cátedra de la fe cristiana. Si no has leído el libro de los romanos, oye, en cualquier religión que estés, yo te digo que para saber si estás seguro donde te congregas, en la religión que sigue, yo te invito a leer la carta del apóstol Pablo a los romanos. Porque en la lectura de este libro puedes tener el encuentro personal y maravilloso que necesitas tener con el Señor. ¡Aleluya! También nos dicen en esta primera parte que analizábamos que estas buenas nuevas de salvación, estas buenas noticias de salvación, fueron prometidas por el mismo Dios a través de los profetas del Antiguo Testamento. ¡Aleluya! Sí, porque dice el versículo 2, el Evangelio de Dios que Él había prometido antes por sus profetas en las Santas Escrituras. ¡Aleluya! Recuerde que la Palabra de Dios es una evidencia de la existencia del Dios Todopoderoso y de su amor revelado hacia nosotros. Y ya estaba prescrito por los profetas 400, 700 años antes de Cristo venir. Pero los profetas habían hablado del Evangelio por gracia. ¡Oh, gloria a Dios! También ya en su primera parte de este capítulo 1, nos habla acerca del Evangelio de esas buenas nuevas de salvación como poder de Dios. Esas buenas noticias son consideradas como poder de Dios para salvación. Es que la Palabra es vida, la Palabra nos vivifica. Bendito sea el nombre poderoso de nuestro Señor y Salvador. Y como número 5, otra verdad que encontramos en este capítulo 1, es que el Evangelio es para toda la gente. ¡Aleluya! Dice que fue declarado Hijo de Dios con poder según el Espíritu de Santidad por la Resurrección. Por quien recibimos la gracia y el apostolado para la obediencia a la fe en todas las naciones. Es para todos, definitivamente. ¡Oh, gloria al nombre de Jesús! Para los gentiles y también para los griegos. Y nos declara que este Evangelio se recibe por la fe. La fe es la certeza de lo que se espera, es la convicción de lo que no se ve. Una fe, pero no una fe ciega, sino una fe que es producto del conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo a través de su santa y bendita Palabra. Fíjense como dice el 5, por quien recibimos la gracia y el apostolado para la obediencia a la fe en todas las naciones. ¡Gloria al Señor! Y Romanos 1, versículo 16, que nos dice, ¡Aleluya! Porque no me avergüenzo del Evangelio, dice el apóstol Pablo. Mire que el apóstol Pablo había sido muchas veces golpeado por predicar esta palabra, pero eso no le avergonzaba. Él sabía que si Dios quería podía librarlo, porque él es todopoderoso. Pero era necesario para que de este modo muchos encontraran al Salvador del mundo. Dice, no me avergüenzo del Evangelio, porque es poder. El Evangelio es poder. El Evangelio es acción transformadora. Es por eso que decimos que el Evangelio va más allá de una religión muerta. El Evangelio va más allá de una religión tradicional, de una religión basada en tradiciones. Evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel, a todo aquel que cree. No dice aquel al que paga los diezmos, no dice aquel al que compra la misa, que paga el rezo. No, no, a todo aquel que cree. Al justo primeramente y también al griego. Evangelio para todo el mundo, porque en el Evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito, más el justo por la fe vivirá. Es hermoso. Dice el apóstol Pablo desde el 8, dice, primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respeto a todos vosotros de que vuestra fe se divulga por todo el mundo. Era un gozo para el apóstol Pablo saber que mucha gente estaba renunciando a las tradiciones de la vieja iglesia y que estaba acuñando en su ser las buenas nuevas de salvación. Dice, porque testigo me es Dios a quien sirvo en mi espíritu, en el Evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones. Aquí nos está enseñando también que nosotros podemos venir ante Dios con nuestras oraciones, sin necesidad de repetir oraciones que otro escribiera. O sea, tú puedes venir con tus oraciones, con tus peticiones delante de Dios de manera directa. Y dice que Pablo, dice Pablo rogando que de alguna manera tenga al fin la voluntad de Dios un próspero viaje para ir a vosotros. Recuerde que en el viaje hubo una gran turbulencia y que en la noche el Señor trató con Pablo cuando iban hacia Roma. Recuerde que el carcelero quería liquidarlo a todos por temor a que se le fueran si el barco zozobraba. Y Pablo se levantó y le dijo al capitán, no tengas miedo porque el barco se perderá, pero ni una sola vida se perderá. Y fue así como se destruyó en aquel naufragio todo el barco. Pero todos los que iban allí escaparon con vida y fueron retenidos por los soldados y por el poder de Dios y llegaron con vida a Roma. Dice, porque deseo veros para comunicarnos algún don espiritual a fin de que seáis confirmados. Esto es para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí. ¿Cuál fe? ¿La fe en San José? ¿La fe en San Lucas? ¿En San Juan? No, no, no. La fe depositada en nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Hay gente que a veces dice, lo que hay que tener es fe. Si tú tienes fe, no importa en lo que tú lo tengas. No, no. La Biblia dice que nuestra fe debe estar depositada, afianzada en nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Y dice el apóstol Pablo, pero no quiero, hermanos, que ignoreis, que muchas veces me he propuesto ir hasta ustedes, pero hasta ahora he sido estorbado, para tener también entre vosotros algún fruto como entre los demás gentiles. Dice a griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios, me soy deudor. El apóstol Pablo es el apóstol universal. Es el apóstol que entiende que el Evangelio de Jesucristo es para todos. Y él predica a judíos, a griegos, a gentiles, el Evangelio es para todos. Así que en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el Evangelio. También a vosotros que estáis en Roma. Lo que a lo mejor menos pensaba el apóstol Pablo era que llegaría a Roma preso, pero allí con sus cadenas, ¡aleluya! ¡Oh, gloria a Dios! Fue llevado al tribunal, como podríamos decir, o al oréopago, y allí Pablo predicó el Evangelio de Jesucristo a las más grandes autoridades, tanto así que me parece que fue el propónsul que tuvo que decir, ¡por poco me persuades! ¡Aleluya! ¡Oh, gloria al nombre del Señor! Pero fue cobarde. La Biblia llama cobarde a los que tienen temor de recibir las buenas nuevas de salvación. Y en el Sermón del Monte, ¡aleluya! Se habla acerca de esto los cobardes. No, eso es en Gálatas, donde habla de la obra de la carne, que los cobardes no heredarán el reino de Dios. Y se refiere a los cobardes para recibir el mensaje de salvación. Mucha gente que dice, yo sé que el Evangelio es la verdad. Yo sé que Jesús está vivo, pero cuando yo me convierta no voy a ser como fulano. ¿Por qué no reciben a Jesús? Porque tienen miedo de no poder perseverar. Entonces la palabra le llama a eso cobardía, porque no eres tú, no es con tu fuerza, es con la fuerza de nuestro Señor y Salvador Jesucristo que podemos vivir la palabra del Señor. ¡Aleluya! Y sigue diciendo, no me avergüenzo del Evangelio porque es poder de Dios para salvación, a todo aquel que cree, al judío primeramente y también al griego, porque en el Evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito, mas el justo por la fe vivirá. Es asunto de fe. Es depositar todo tu amor, tu fe y tu confianza en nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Como dice su palabra, a todos los que estáis trabajados y cargados, venid a mí, que yo os haré descansar. Deposita hoy tu fe en nuestro Señor y Salvador Jesucristo y comienza a disfrutar los beneficios del Calvario. Comienza a disfrutar. ¡Aleluya! Las buenas nuevas de salvación para que reciba gozo perfecto, descanso y paz perfecta en el Señor. Ya nos vamos. Placer inmenso compartir con ustedes la santa palabra del Señor.

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