Home Page
cover of Proverbios 6
Proverbios 6

Proverbios 6

00:00-10:42

Nothing to say, yet

3
Plays
0
Downloads
0
Shares

Transcription

This is a recording from a religious program called Mission Dios TV. The speaker encourages young people to study the book of Proverbs, which contains wisdom for their future. The speaker warns against becoming a guarantor for others' debts, as it can lead to financial burdens. The Bible teaches not to owe anyone anything. The speaker advises relying on God and waiting patiently for His provision. They also discuss the dangers of getting into debt due to impatience, competition, or the desire to appear wealthy. The speaker emphasizes the importance of not getting entangled in others' financial obligations. They suggest starting to save money from a young age to avoid the need to be a guarantor. Bien, aquí estamos. Seguimos conectados. Claro que sí. Recuerde que usted puede disfrutar de nuestras programaciones a través de Facebook, a través de YouTube. Misión Dios TV terminando el día. También puede escribirnos, 829-206-2381, Josefa Castillo. Escríbenos y danos sus sugerencias. Vamos a entrar a nuestra plática bíblica para hoy. Recuerde que en el espacio juvenil estamos haciendo un recorrido por todo el libro de los proverbios. Hemos considerado el libro de los proverbios como un libro dedicado con mucha especialidad a la juventud. Hay cosas ahí que necesita saber para tu futuro. Algunas para tu presente y otras para tu futuro. Así que te motivo, te aconsejo, te exhorto a comenzar a estudiar el libro de los proverbios. Y te digo que será de bendición para tu vida. Y por qué no compartirlo con tu novia, con tus amigos, con tus compañeros de clase. Lee el libro de los proverbios y compártelo con los tuyos. Siempre es interesante tener un tema en cue para tratar en cualquier momento dado. Proverbios capítulo 6. Aquí trae el Dios Todopoderoso un gran consejo a la juventud. Claro que sí. ¿Qué podemos encontrar aquí? Es una amonestación. Es una gran amonestación que da el Todopoderoso a través del proverbista. Y dice así, hijo mío, si salieres fiador por tu amigo, si has empeñado tu palabra a un extraño, te has enlazado con las palabras de tu boca y has quedado preso en los dichos de tus labios, haz esto ahora, hijo mío, líbrate, líbrate ya que has caído en la mano de tu prójimo. Ve, humíllate y asegúrate de tu amigo. No des sueño a tus ojos, no des adormecimiento a tus párpados, escápate como gacela de la mano del cazador. Y como ave, escápate de la mano del que arma lazos. Es la primera parte, el primer trozo de este capítulo 6 del libro de los proverbios. Y pareciera dura esta palabra, tal vez algunos quisiéramos que esta palabra no saliera a relucir, pero la Biblia es la palabra de Dios y no podemos acomodarla a nuestros deseos o a nuestros intereses. ¡Aleluya, gloria al nombre del Todopoderoso! Aquí pues se está haciendo una exhortación a cada joven a no prestarse para avalar a otros como fiador. Y es que al avalar a otra persona frente a un compromiso por ejemplo de deuda, estamos entrando en cierto modo en desobediencia. Avalar a alguien para hacer una deuda nos convierte a nosotros también en deudores. ¿Y quién no ha estado endeudado alguna vez? La verdad es que la mayoría en alguna circunstancia hemos estado endeudados, pero sí que debemos decir lo que establece la santa palabra del Señor, pese a quien le pese, aun a nosotros mismos, es la palabra del Señor. ¡Aleluya, oh gloria a Dios! Y la palabra de Dios, en ella no hay contradicción. El apóstol Pablo nos enseña, no debáis a nadie nada. Al que le debes tributo, págale tributo. Al que le debes honra, págale honra. Y al que le debe divisas o al que le debe fe, al que le debe dinero, págale dinero. ¡Oh bendito sea el nombre del Señor! De modo que algunos tal vez quisiéramos que eso no lo dijera, la palabra, porque a veces nos da duro, ¿no? ¡Alabado sea el nombre del Señor! Sin embargo la perfecta voluntad de Dios es que el que confía en Jehová, que el que ama a Dios dependa de Dios. Espere, como dice el salmista, pacientemente, espere en Jehová. Y él se inclinó a mí, oyó mi clamor y me sacó del pozo de la desesperación. ¡Alabado sea el nombre del Señor! A veces incurrimos en compromisos financieros, incurrimos en deudas, movidos por nuestro apresuramiento, movidos por la desesperación, movidos a veces por las ganas de competir con los demás, o tal vez movidos por las ganas de aparentar. Esa es la época de la apariencia. Y es lo que la palabra de Dios nos manda, ¿no? Hijo mío, si salieras fiador por tu amigo, si has empeñado tu palabra a un extraño, hay quienes a veces han empeñado su palabra para ayudarnos a nosotros, pero es necesario decir esto porque lo dice la santa palabra de Dios. Entonces, si has empeñado tu palabra a un extraño, te has enlazado con la palabra de su boca y has quedado preso en los dichos de tus labios. Dice, haz esto ahora, hijo mío, libérate, ya que has caído en la mano de tu prójimo. Si mi prójimo decide hacer grandes deudas, meterse en grandes deudas, podría ser un error, pero si yo firmo avalando esas deudas, yo también me estoy convirtiendo en deudor. Entonces estamos en contraposición con lo que nos enseña, con lo que nos establece la palabra de Dios. Ahora, ¿qué nos ordena Dios en su palabra? Al que te pida, dale. Si está en tu poder dar, pues da. Al que te pida, dale. Pero aquí el proverbio está haciendo un llamado para que otro no te enlazque. Si esa persona a quien tú has de avalar no tiene las fuerzas necesarias para saldar esa deuda, entonces inmediatamente quien estará haciendo frente a esa deuda eres tú. Por eso el proverbio dice que has quedado enlazado. Dice, te has enlazado con las palabras de tu boca y has quedado preso en los dichos de tus labios. O sea, al tú firmar estás diciendo, si él no puede pagar, yo pago. Si ella no puede pagar, yo pago. Dice, ¡haz eso ahora mismo! ¡Libérate ahora mismo! Ya que has caído en la mano de tu prójimo, ve, humíllate y asegúrate de tu amigo. No des sueño a tus ojos. O sea, aquí nos hace ver lo peligroso que es caer en este lazo. Entonces, para luego tratar de salir es mejor no entrar, no entrar como fiador. De repente podemos estar ayudando a alguien a comprar algo, a obtener algo, lo cual todavía no es la voluntad de Dios que esa persona lo obtenga. También podríamos estar animando a esa persona a meterse en el despilfarro. O bien podríamos estar rompiendo una gran relación amistosa. En el momento que esa persona no pueda cumplir, entonces nos van a atender a nosotros el compromiso de ir y saldar esa deuda. Así que ojalá que nunca tengamos que acudir a ellas. Y este consejo es la palabra de Dios que lo da. Independientemente de lo que nosotros podamos desear, de lo que nosotras quisiéramos, la palabra de Dios es la palabra y no la podemos decir con alegría. ¡Aleluya! ¡Gloria al nombre del Señor! La segunda parte del proverbio, de este trozo, pues la estaremos tratando en nuestra próxima entrega juvenil. Es interesantísimo. Comienza en el verso 6 y habla en contra de la pereza. Habla de lo dañina que es la pereza. Bueno, algo que nos podría nosotros ayudar para evitar tener que hacer compromisos de deudas o de avalar a alguien, es pues comenzar a ahorrar desde muy temprana edad. Comenzar a tener esa cultura del ahorro que va a ser de bendición para nuestras vidas.

Listen Next

Other Creators