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In Peru, gender violence is a significant issue, with high rates of psychological, physical, and sexual violence against women. The COVID-19 pandemic has worsened this situation. Gender violence is rooted in discrimination against women and is a violation of human rights. It is a serious social problem that causes psychological and physical harm to its victims. Women in positions of power are often overlooked, and domestic violence is underreported due to limited access to immediate support services. Gender violence affects millions of people, especially adolescent girls, and has harmful effects on personal, family, and social well-being. It is crucial to prevent gender violence from a young age to ensure healthy development. This problem requires an integrated and interdisciplinary approach, with prevention institutions playing a vital role in addressing the needs of victims. Buenos días profesora, buenos días compañeros. Hoy día yo, Solomón Herencia Cruz, les hablaré sobre la violencia de género en el Perú. La violencia es toda conducta o amenaza que se realiza de manera consistente. Se conoce como violencia de género al maltrato que ofrece un género hacia el otro. Puede ser de hombre a mujer o viceversa. El Perú ha registrado una de las tasas más elevadas de violencia a nivel mundial. Reportes oficiales apuntan que 7 de cada 10 mujeres adultas han sido víctimas de violencia psicológica, física o sexual en algún momento de su vida, y el confinamiento por la pandemia del COVID-19 ha empeorado esta situación. La violencia de género constituye la vulneración más extendida de los derechos humanos en el mundo, y en su raíz ha quedado establecida en la discriminación que sufren las mujeres respecto a los hombres. Así mismo, es la versión más extrema de la desigualdad entre los hombres y mujeres, una desigualdad estructural que permanece en todas las culturas. Por ende, la violencia de género es un problema social de extrema gravedad, cuyas víctimas sufren daños psicológicos y físicos. Desde una perspectiva equitativa en los puestos de poder o importancia, la ONU explicó, las pruebas disponibles demuestran que, cuando las mujeres ocupan cargos de poder, las mayorías de veces se pasan por alto las acciones que realizan las mujeres. En cuanto a la violencia doméstica, determinó que menos del 40% de las mujeres denuncian un crimen, como consecuencia un bajo acceso a servicios de respuesta inmediata hacen que se vuelva más difícil obtener ayuda. Así mismo, la violencia de género es un problema para la humanidad que afecta a millones de personas, sobre todo a mujeres adolescentes. Sus repercusiones nocivas van desde el ámbito personal y familiar hasta el social, con consecuencias de deterioro de la salud y las relaciones sociales, por el cual la formación de los adolescentes está afectada por la violencia de género y es necesario prevenirla desde edades tempranas para lograr que los jóvenes desarrollen su personalidad adecuadamente. Como conclusión, es evidente que la violencia de género constituye un grave problema que requiere de un aborde integral e integrado desde una perspectiva interdisciplinar. Las instituciones de prevención contra la violencia de la mujer tienen un papel de suma importancia en la atención de mujeres víctimas de este problema, evaluando e implementando programas que respondan las necesidades de este problema.