The transcript is about a radio ministry discussing the topic of emotional and spiritual exhaustion in pastors. The host introduces the series and invites guest pastors to share their experiences and insights. They discuss topics like discouragement, loneliness, and delegation of ministerial tasks. The conversation emphasizes the importance of relying on God's strength and seeking support from other pastors and believers. The host also mentions that many pastors leave the ministry before completing their calling, but those who remain faithful will fulfill their purpose. The transcript ends with a listener expressing gratitude for the program's impact on their life.
Que la paz de Dios gobierne sus corazones es el deseo nuestro, y ya esto usted lo conoce, es un sano y sincero deseo que nosotros tenemos hacia cada uno de ustedes. Permítame por favor presentarme, yo soy el hermano Reinaldo Nisbet, Jr., quien conduce y produce este ministerio radial hasta que el día sea perfecto. Gracias otra vez a usted por sintonizarnos, gracias también por escucharnos a través de estos medios, entiéndase, podcast. Bendiciones para cada uno de ustedes.
Yo quiero entrar inmediatamente en poner a cada uno de ustedes en contexto con relación a lo que es la continuación de esta serie que nosotros hemos querido llevar. El pastor navegando por los mares del agotamiento espiritual y emocional. Gracias a cada uno nuevamente por su apoyo, gracias a cada uno de ustedes por entender y más que todo por el cuerpo pastoral, creer que esta serie le está sirviendo de bendición tanto así que lo están compartiendo con otros.
No quiero tomarle más tiempo, sino que más bien he querido dejar que los invitados se hagan dueños de los micrófonos de esta serie, el pastor navegando por los mares del agotamiento emocional y espiritual, y esto a través también de esta estación en línea radio.tierrademilagros.org. Para esta ocasión estamos invitando al pastor Elvido Ortiz, el pastor Henry Tolopino, entre otros invitados que yo sé que van a responder muchas de nuestras inquietudes. Así es que permítanme guardar silencio y dejar que sean ellos que se hagan dueños de todo lo que continúa.
Nosotros estaremos reuniéndonos nuevamente al final de esta programación. El ministerio hasta que el día sea perfecto tiene el privilegio de invitar a todo el cuerpo pastoral, líderes y congregación en general a un contenido radial muy especial. Se trata de la cuarta entrega de una de nuestras series más impactantes y relevantes. El pastor navegando por los mares del agotamiento emocional y espiritual. Tomaremos como narrativa principal la conversación entre Moisés y su suegro Getro quien le ayudó a salir de un posible agotamiento emocional.
Estaremos inspirados al contar con la participación de los pastores Henry Tolopilo, Elvido Ortiz y la hermana y licenciada Alejandra Navarro, quienes compartirán sus conocimientos y experiencias para guiarnos en nuestro ministerio pastoral. Será una nueva oportunidad para aprender, reflexionar, fortalecer y disciplinar nuestro servicio a la comunidad de fe. La invitación viene de parte del hermano Reinaldo Nisbet y sus colaboradores. Les aseguramos que será una experiencia bendecida y transformadora para todos los oyentes. Síguenos por radio.tierrademilagros.org todos los sábados a las 10 de la noche y los domingos y miércoles a las 9 de la noche, o encuentra todos nuestros episodios en varias plataformas de podcast.
Hasta que el día sea perfecto. Hay un río que fluye en mi ser. Hay una fuente que me libra de pecar. Vienen las aguas que fluyen alrededor. Hay un río que nunca se secará. Por favor desfongamos de nuestra atención a las siguientes palabras del radioleyente quien se dirige a este ministerio radial. Gracias. Que Dios me le bendiga de una manera súper especial y que este programa siempre siga subiendo porque es de mucha, mucha edificación para mi vida.
Que Dios los siga gustando hermano Reinaldo y siga abriéndoles puertas para que usted continúe con más fuerza su programa. En el nombre de Jesús. Hasta que el día sea perfecto. De 10 pastores, de 10 líderes que comiencen el ministerio, 5 de ellos a los 5 años ya no va a estar pastoreando, ya no va a estar frente a una iglesia, no va a estar en el liderazgo. De 10 pastores, de 10 líderes, uno solo que viene siendo el 10% se va a retirar en el ministerio, lo que quiero decir que va a durar su ministerio completo, va a llegar a los 60, 70 años o hasta que caduque su ministerio y se va a retirar y va a poder completar su ministerio, mientras que el 90% lo va a dejar, que lo dejó, que lo quitaron, que decidió no seguir, cualquier situación, pero el 90% es el que no va a poder completar su ministerio.
Van a haber causas, muchas causas, se cansaron, lo quitaron, no pudieron por economía, se mudaron con la familia y no podían continuar, etc., etc., etc. El Pastor navegando por los mares del agotamiento emocional y espiritual Pastor Henry, soy el hermano Benito Portes, colaborador de este ministerio, hasta que el día sea perfecto. Permítame hacerle dos preguntas y la primera es la siguiente. ¿Cómo evitar el desánimo en el ministerio? Nos dice la Palabra de Dios que el diablo anda como un avión rugiente buscando a quien devorar.
Es obvio que no podemos evitar tener lucha contra las huestas espirituales de maldad. Más nos dice el Apóstol Pablo que nuestra lucha no es una lucha de carne o contra carne y sangre, sino contra huestas espirituales de maldad en las regiones celestes. Estamos en una lucha con el diablo y sus demonios. Es una lucha constante. Y por supuesto el diablo trata de meter dudas en nuestra mente, en nuestro corazón, en cuanto a nuestra capacidad, en cuanto a si el Señor nos va a usar, en cuanto a si realmente estamos siendo fieles a Él.
Y dudas vienen a la mente, al corazón, tal vez sugerencias del enemigo que causan dudas y nos hacen pensar que tal vez el Señor ya no va a cumplir conmigo lo que pensaba que iba a hacer. Y yo creo que hay momentos en la vida de un creyente, particularmente un pastor, un siervo de Dios, donde pueden entrar dudas en su corazón motivadas por el mismo diablo y tal vez por situaciones, circunstancias que le rodean que han sido negativas, que le puedan llevar a dudar si realmente ha sido llamado.
Y eso le puede traer muchísimo desánimo. Yo he tenido momentos de desánimo así, donde el diablo ha tratado de persuadirme de que realmente el Señor no me había llamado. Y he tenido momentos así. Gracias a Dios que no duran un largo tiempo, sino que son momentos, y el Señor da evidencias suficientes con el resultado de la enseñanza y la predicación en la vida de tanta gente, que uno dice, no, este pensamiento, esta idea, no viene de Dios.
No viene de su Palabra. Tiene su origen en aquel que es el enemigo de nuestras almas. Y eso es lo que tenemos que tener mucho cuidado en nuestra vida. De no seguir trayectos, caminos, que obviamente son inspirados por el mismo diablo y sus demonios, para tratar de desuadirnos, para tratar de quitarnos de lo que estamos haciendo, del llamado de Dios para nuestras vidas. Y si el Señor nos llamó, el Señor va a cumplir su llamado. Y así como nos llamó a salvación y termina la obra de que Él comenzó en la salvación, si uno fue llamado al ministerio, esa persona va a ser fiel hasta el final.
Ahora, puede ser que el Señor lo ponga por un tiempo a un costado, por su desobediencia, por lo que sea, pero el Señor es al que llama a servirle. El Señor es fiel en permanecer con Él y darle las fuerzas necesarias para llevar a cabo su ministerio hasta que el Señor diga, aquí se acabó. Y cuando ese momento llegue, pues, estamos listos para recibir eso también. Pastor Henry, mi segunda pregunta está muy relacionada con la primera.
Como pastor, que usted es, por favor, dígame, ¿cómo aborda usted la soledad en el ministerio? Yo pienso que es importante que ese individuo que el Señor ha llamado a liderar dentro de esa congregación, si no tiene inmediatamente un grupo de personas o varones con quien compartir el peso del ministerio, siga el consejo de Pablo en Filipenses 3.17, donde el apóstol Pablo le dice a los hermanos Filipos, hermanos míos, sed imitadores y observad a los que andan según el ejemplo que tenéis en nosotros.
O sea, que Pablo está pidiendo a Timoteo que él emule el ministerio de otros, no solamente el de él como apóstol, sino aquellos que están en el ministerio que obviamente no estaban en ese momento cerca de Timoteo. Pero el punto es que uno siempre debe tratar de hacerse de una serie de contactos, amigos, relaciones ministeriales con otros hombres con quien uno puede compartir el peso del ministerio y tratar de, a través de ellos, aprender. Ellos se convierten en ejemplos para nosotros de cómo llevar a cabo la tarea ministerial también.
Tal vez en ese momento no existe un grupo de varones en la iglesia local, pero sin duda cada uno de nosotros tenemos relaciones con otros hermanos de Cristo que están sirviendo en el ministerio en algún lugar. Tener un acceso hoy día a través de los medios de comunicación es fácil tener acceso y contactarse con personas en el ministerio, aunque no estén cerca, por lo menos por medio de correos electrónicos, por medio de cartas, por medio de lo que sea, Facebook, por medio de Skype, por medio de FaceTime y todas estas cosas que podemos hacer a través de nuestros teléfonos tener acceso con otros hermanos que están sirviendo.
Hacer preguntas. ¿Cómo lidias con esto? Mira, yo estoy pasando por esta situación. ¿Cómo me ayudarías a través de esta situación? ¿Qué es lo que tú haces? Y poder aprender de esta manera de otras personas también. Pero en el proceso de tratar de conocer a otros, siempre tener la mente, digo, la vista abierta a individuos dentro de la iglesia, personas que pudieran con el tiempo servir dentro del ministerio local. Así que siempre es un proceso de estar fijándonos, observando, mirando y con el tiempo traerte a poquito a integrar a tu equipo a aquellas personas que hoy tal vez no están sirviendo pero en el futuro podrían hacerlo.
Muchas gracias Pastor Henry Tolopilo por su respuesta acertada. Mi siguiente pregunta es a la hermana y licenciada Alejandra Navarro del canal de YouTube Vive con Propósito. ¿Qué debe hacer el pastor que se encuentra agotado o quemado emocionalmente y no encuentra en quién delegar funciones ministeriales? Desde ya, gracias. Primeramente, permítame responderle del lado espiritual, como su hermana en la fe. Primeramente, tendría ese pastor, si el Señor lo puso ahí, en ese cargo, en ese cargo de ministro, el Señor tiene que respaldarlo, porque el que llamó, respalda.
Amén. Me explico mejor dicho de otra manera. Si el Señor lo puso ahí, el Señor lo va a respaldar dándole todas las herramientas necesarias para ejercer ese cargo. El Señor no lo va a desamparar, dice la palabra, ¿verdad? Parafraseando, no hay justo desamparado. El Señor no lo va a desamparar ni en esa necesidad ni en ninguna otra necesidad, ya sea financiera o de alguna otra índole. Si el Señor sabe que la necesidad está ahí, repito, el Señor le va a suplir esa necesidad.
¿Qué tiene que hacer ese ministro? Ir a los pies de Cristo, ir a arrodillarse a pedirle al Señor, yo me siento agotado, yo me siento bajo estrés, bajo este síndrome, respáldame, no me desampares, levanta personas en la iglesia para que puedan apoyarme, para que puedan respaldar tu obra, y para que puedan primero respaldar tu obra, Señor, porque esto es para ti, y luego respaldarme a mí como pastor, como ministro, como cabeza de la congregación, ojo, cabeza de la congregación, no cabeza de la iglesia, porque la cabeza de la iglesia es Cristo, ¿verdad? Como cabeza de la congregación, llorar, orar, ayunar, para que el Señor levante hombres y mujeres que puedan liderar ya en diferentes áreas, ¿verdad? En el área de matrimonios, en el área infantil, en el área como copasor, etcétera, etcétera, etcétera, ¿sí? Y en segundo lugar, pedirle al Señor también sabiduría, también la sabiduría puede ser un don por parte del Señor, ¿verdad? Dame sabiduría para poder elegir sabiamente a las personas que Tú me vayas a indicar, Señor, que Tú me vayas a indicar, y que esas personas que Tú me indiques, yo poderlos instruir y levantar para que puedan ejercer esa función adecuadamente también, e irles permitiendo a las personas, ya que una vez usted identifique, que el Señor le dé el discernimiento, que el Señor le dé la sabiduría, que a su vez, que esas personas que se vayan levantando, poco a poco esas personas vayan teniendo a otras personas que los ayuden, para que a su vez, en algún momento que se requiera, vengan otras personas atrás de ellos también, y puedan también ser preparados, y puedan también ser levantados en la obra también.
Espero haberle podido ayudar en su duda, ministro, respetable ministro. Desarrollando un liderazgo saludable. Bendiciones, mis hermanos, gracias a Dios por esta oportunidad, primeramente, y luego a nuestro hermano Reynaldo Nisbet, por invitarnos a su programa hasta que el día sea perfecto. Mi nombre es Elvido Ortiz, pertenezco a la iglesia Tabernáculo Vínculo Perfecto, aquí en la ciudad de Atlanta, Georgia. Mi pastor es el hermano José Mercedes, y nosotros trabajamos junto a él como su asistente. Es un placer para mí poder estar compartiendo con ustedes, especialmente, este gran tema que vamos a abordar en este día junto a ustedes.
El tema que vamos a tratar es cuáles son las razones, los motivos para el agotamiento ministro. Hacemos ahora un paréntesis musical con el ministro de Canto, Ricardo Escobedo. El pastor navegando por los mares del agotamiento emocional y espiritual. Al día siguiente, Moisés se sentó para oír los pleitos que los israelitas tenían unos con otros, y el pueblo esperó a ser atendido delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde. Cuando el suegro de Moisés vio todo lo que él hacía por el pueblo, le preguntó, ¿Qué logras en realidad sentado aquí? ¿Por qué te esfuerzas en hacer todo el trabajo tú solo, mientras que el pueblo está de pie a tu alrededor desde la mañana hasta la tarde? Moisés contestó, Porque el pueblo acude a mí en busca de resoluciones de parte de Dios.
Cuando les surge un desacuerdo, ellos acuden a mí, y yo soy quien resuelve los casos entre los que están en conflicto. Mantengo al pueblo informado de los decretos de Dios, y les transmito sus instrucciones. No está bien lo que haces. Así acabarás agotado, y también se agotará el pueblo. Esta tarea es una carga demasiado pesada para una sola persona. Ahora escúchame y déjame darte un consejo, y que Dios esté contigo. Tú debes seguir siendo el representante del pueblo ante Dios, presentándole los conflictos.
Enséñales los decretos de Dios, transmíteles sus instrucciones, muéstrales cómo comportarse en la vida. Sin embargo, elige de entre todo el pueblo, algunos hombres con capacidad y honestidad, temerosos de Dios, y que odien el soborno. Nombra a los jefes de grupos de mil, de cien, de cincuenta y de diez personas. Ellos tendrán que estar siempre disponibles para resolver los conflictos sencillos que surgen entre el pueblo, pero los casos más graves te los traerán a ti. Deja que los jefes juzguen los asuntos de menor importancia.
Ellos te ayudarán a llevar la carga, para que la tarea te resulte más fácil. Si sigues este consejo, y si Dios así te lo ordena, serás capaz de soportar las presiones, y la gente regresará a su casa en paz. Moisés escuchó el consejo de su suegro, y siguió sus recomendaciones. Elegió hombres capaces de entre todo Israel, y los nombró jefes del pueblo. Los puso a cargo de grupos de mil, de cien, de cincuenta y de diez personas.
Estos hombres estaban siempre disponibles para resolver los conflictos sencillos de la gente. Los casos más graves los remitían a Moisés, pero ellos mismos se encargaban de los asuntos de menor importancia. Poco tiempo después, Moisés se despidió de su suegro, quien regresó a su propia tierra. El libro del éxodo, capítulo dieciocho. El tema que vamos a tratar es cuáles son las razones, los motivos para el agotamiento ministerial. Cuáles son estas razones que causan el agotamiento en el hombre y la mujer de Dios.
Hay una problemática silenciosa en medio de la iglesia, y cuando hablo de eso me estoy refiriendo desde el punto de vista en que con frecuencia en nuestras iglesias, y hablo en términos general, de una específica, pero en términos general, no andamos tratando este tema. Tratamos muchos temas, hablamos de muchas problemáticas que tenemos en nuestra iglesia, familias, hijos, departamentos, pero usualmente no se anda hablando sobre la salud mental, la salud emocional, la salud física de nuestros líderes, de nuestros pastores y ministros, que muchas veces están muy sobrecargados, y tienen que muchas veces llevar esta carga solo.
Entonces queremos tomar una pequeña óptica a esta situación y ver qué podemos aportar para que ayudemos a livianar, para que podamos ser de ayuda a nuestro líder y no carga. Quisiera mencionar que mientras me preparaba y hacía el análisis para esta presentación, hicimos nuestro bosquejo, estamos sacando de experiencia personal, que hemos vivido a través de un par de décadas en el ministerio, mi observación como líder y obviamente basado en testimonios que hemos observado, y lo que hemos escuchado.
El apóstol Pablo en una ocasión le amonestaba a joven Timoteo en su primer epístola, su capítulo tres, verso uno, donde le decía que si alguno anhela o bispado, buena obra desea. El apóstol Pablo estaba consciente de la importancia de la seriedad, de la solemnidad del llamado al ministerio. Una porque él mismo fue llamado por el mismo Jesucristo para ser ministro, para ser representante del cielo aquí en la tierra. Un hombre que en un momento dado era temido por la iglesia de Cristo, un hombre que salía a perseguir al pueblo de Dios, y que ahora se había tornado el mayor propulsor del evangelio en aquellos tiempos.
Y hermanos, uno mirando la palabra de Dios y alguien que quizás está mirando de afuera hacia adentro, y se pone a considerar lo que es el llamado, lo que es el pastorado, y muchas veces personas viendo por televisión, por redes sociales, a estas personas con gran acceso, con gran privilegio, viviendo vidas lujosas. ¿Sí? ¿Por qué no? Lo vemos exhibiendo ciertos lujos, con privilegio, comodidades. Bendito sea el nombre del Señor. Pero cuando nos vamos a la realidad, eso no está representando lo que verdaderamente es ser un líder, un pastor en la iglesia de Jesucristo.
Considere las siguientes estadísticas, hermanos. Se dice que el 50% no durará cinco años en el ministerio. Otra estadística nos dice que el 10% se va a retirar en el ministerio. En otra palabra, que de 10 líderes, solamente uno se va a retirar. Al año alrededor de 4,000 iglesias abren, pero en contraste 7,000 cierran sus puertas. Una estadística bien alarmante. El año pasado alrededor de 1,700 abandonaron el ministerio, por varias razones, y eso es al mes. 1,300 fueron despedidos, y el año pasado alrededor de 3,500 personas dejaron la iglesia nuevamente.
Eso es al mes. O sea, cuando uno ve esa estadística, y lo que uno está viendo en televisión, y lo que uno está viendo en un programa, parece ser como que se está hablando de, o se está enseñando algo muy distinto. Pero es que la realidad, hermano, es que los pastores, o el trabajo del pastor, conlleva bastante sacrificio. No es una vida de lujo, no es una vida ostentosa, como se hace ver muchas veces, no es una vida de privilegio, como también se cree, o de comodidades, de que tiene acceso a muchas cosas, y puede hacer y requerir muchas cosas.
Al contrario, es una vida de sacrificio. Mucha entrega, noches que la pasan en desvela, orando, o quizás porque no pueden conciliar el sueño por una problemática que se puede estar desarrollando dentro de su iglesia. A veces hay sinsabores, decepciones de su círculo íntimo, falta de soporte, falta de una ayuda emocional, una ayuda financiera. En otras palabras, hay muchas razones que contribuyen a que este trabajo sea un trabajo, una labor de sacrificio. Entonces, cuando pensamos en nuestro líder y vemos qué es lo que está causando, qué es lo que está provocando estos agotamientos, entonces uno comienza a entender y a comprender el motivo o las razones que la están causando.
Y obviamente, como miembros de la iglesia, nuestro trabajo es tratar de ayudar para que esas cosas que estén causando ese estrés, que estén causando ese agotamiento, lo podamos disminuir para así poder ayudar a nuestro líder y a nuestros pastores. Esto es tan serio que aún la Biblia lo documenta cuando leemos allí en Primera de Reyes, capítulo 19, hablando del profeta Elías, cuando después de una gran victoria, cuando había matado espada a los profetas y Jezabel comenzó a buscarle para matarle y hacer con él como hizo con los profetas.
Dice la Biblia que huyó al desierto camino de un día y llegó un momento cuando dijo, basta ya Jehová, y deseó que le quitase la vida porque no era mejor que sus padres. O sea, el agotamiento, quizás el estrés fue tanto el peso que lo llevó al punto de rendirse y pedirle a Dios de que terminara con su vida. O sea que el agotamiento es real, es verídico, no es un cuento, no es cosa de que hasta el fuerte.
El agotamiento es algo que tenemos que lidiar y aprender cómo manejarlo porque puede llegar al punto de que nos empuje a nuestro límite, nos empuje a nuestro precipicio. Padre, en esta hora te damos gracias, bendecimos tu nombre Señor porque tú eres bueno, porque para siempre son tus misericordias, te alabamos, te rendimos adoración, pleitosía. En esta hora tú eres Señor, el Dios Todopoderoso y en esta hora Señor nosotros venimos ante tu presencia intercediendo por los pastores que en el camino se han desanimado, se sienten desilusionados, tristes, agotados, que están con deseos de rendirse.
En esta hora nosotros venimos en contra de todo sentimiento negativo y los reprendemos en el nombre poderoso de Jesús y reclamando la palabra que dice que tú das esfuerzo alcanzado y que tú multiplicas las fuerzas al que no tiene ninguna y declarando que ningún arma forjada en contra de ellos prosperará. Padre, en esta hora rogamos que tú levantes de nuevo esfuerzos, derrames unción fresca sobre cada uno de ellos. Si han pecado trae espíritus de arrepentimiento, confesión de faltas para que puedan ser restaurados en el nombre de Jesús.
Tu poder es incomparable, para ti no hay nada imposible. En esta hora Señor declaramos, reclamamos, rogamos Espíritu Santo que tú le visites en esta hora, levántalos en el nombre poderoso de Jesús. Trae paz, renueva fuerzas, trae nuevo contentamiento, trae nueva visión. Señor revélate Dios mío a tus hijos que tú has escogido Señor para guiar a tu pueblo. Tú eres el Dios de ayer, de hoy y siempre y para ti no hay nada imposible. Rogamos que tú renueves fuerzas y levantes al caído en el nombre poderoso de Jesús.
Amén y Amén. ¿Qué es lo que está causando? ¿Qué es lo que está provocando estos agotamientos? Bueno, causa número uno, el liderazgo. No hay nada más bonito cuando un hombre o una mujer es llamada por Dios al liderazgo, al ministerio. Que Dios toca, que Dios pone su mano sobre esa persona, pone su vista en dirección de ese individuo para esa obra especial que lo está llamando, ¿verdad? Pero hay que tener en cuenta que en el liderazgo, si nos descuidamos, nos podemos sobrecargar.
Nos podemos llenar de responsabilidades que al final del día entonces nos va a agotar. Entonces tenemos que ser cautelosos, tenemos que ser cuidadosos en nuestro ministerio. Cómo nosotros nos vamos a manejar, cómo vamos a nosotros poder distribuir las responsabilidades, las que podamos, ¿verdad? Y la que no podamos delegar, cómo nosotros lo vamos a manejar de tal manera que no nos lleve a ese punto de agotamiento. Entonces hay que tener eso en cuenta, cómo manejar esas responsabilidades.
Dentro del liderazgo sucede también otras cosas. A veces falta el respaldo, a veces falta ese soporte, ¿verdad? Para que podamos desenvolver, para que podamos desarrollar nuestro ministerio. Y eso muchas veces causa que nosotros tomemos la responsabilidad o retomemos la responsabilidad y tratemos de desempeñar el trabajo, conduciéndonos en muchas ocasiones al agotamiento. A veces, hermanos, en el liderazgo sucede que la soledad nos atrapa, nos arropa. ¿A qué me estoy refiriendo? Fíjense que como líder muchas veces uno se va a ver en situaciones en que va a tener que tomar decisiones, ¿verdad? Uno va a tener que sentarse, analizar la situación, ver cuál es el mejor curso para ella en oración pidiendo que el Espíritu Santo nos dirija.
Y muchas veces esas decisiones que tomamos, a veces nos aíslan, a veces nos ponen en la soledad, porque no siempre son decisiones populares con el pueblo. A veces no son aceptadas, a veces no son vistas positivamente. Y a veces se nos pone a un lado, por decirlo de otra manera, y eso puede causar ese agotamiento de sentirnos como que no tenemos ese respaldo humano. Claro, tenemos respaldo de Dios, tenemos respaldo del Espíritu Santo que nos ayuda, nos fortalece, pero estamos hablando como humanos, hermano, ¿verdad? Somos carne, somos hueso, estamos en este cuerpo, estamos todavía sufriendo, entonces nos va a doler, nos va a causar ese agotamiento cuando se nos deja solo.
Entonces tenemos que saber cómo nosotros no vamos a llevar o no vamos a tomar las cosas muy personales o no lo vamos a tomar de tal manera de que nos están dejando a nosotros, sino que es parte a veces del ministerio. El ministerio a veces uno está en alta, congraciado con el pueblo, pero hay veces que no es así. Y tenemos que aprender y tenemos que entender que esas son situaciones que se dan dentro del ministerio para que sepamos manejarlas y sepamos cómo nosotros nos vamos a conducir en esas condiciones.
Creo que si nos preparamos, creo que si en oración nosotros como líderes, ¿verdad?, nosotros mantenemos estas cosas en mente, nos van a ayudar para que el agotamiento no nos abrume, para que el agotamiento no sea tan excesivo. Porque quisiera decir que no va a haber agotamiento, pero ¿quién no se agota? Hablando ya en sentido general, en la vida secular, en el trabajo, en la casa, familia, etc., etc. Tenemos responsabilidades y muchas veces hay ocasiones cuando nos sentimos agotados.
Pero enfatizo la palabra ocasiones, o sea, no que siempre estamos en un espíritu de agotamiento. Tenemos que, si estamos viviendo constantemente agotado, hay que analizar, hay que pausar y ver qué es lo que está produciendo eso porque algo anda terriblemente mal. ¿Amén, hermanos? Entonces, vuelvo y repito, el liderazgo es una causa del agotamiento y eso viene con el territorio. Las responsabilidades, a veces la falta de respaldo, a veces la falta de ese apoyo y a veces que nos sentimos aislados, no tenemos esa coinomía, ¿verdad?, por decir la palabra, con todos o con los hermanos nos sentimos que en ciertas cosas no tenemos ese apoyo.
Pero si nos preparamos, si nos, ¿verdad?, en oración y tratamos de ver que es algo parte del ministerio, entonces creo que lo vamos a manejar de una manera más positiva y ese peso no será tanto así que nos causará o nos va a afectar negativamente. Entonces, hermanos, ¿qué estamos sugiriendo? Rodése de un equipo de individuos, personas a quien usted puede depender, confiar, ¿verdad? A veces simplemente hablar o conversar con una persona muy allegada a una puede ayudar mucho, no necesariamente para que nos acuse, pero simplemente el que se nos escuche, eso puede ayudarnos mucho en el ministerio.
Otra sugerencia, procuremos y creo que va a escucharme usar la misma palabra en los siguientes puntos también, el balance de la vida ministerial de lo personal. Tratar de buscar ese balance, tratar de que la cosa no es tan personal, de que la cosa no es tan al extremo, sino que hacer lo que Dios nos ha llamado a hacer, hacerlo hasta lo mejor que podamos y dejar el resto en la mano del Señor. Amén. Porque muchas veces nos acarreamos, a veces nos ponemos en nuestros hombros, cosas que muchas veces no tenemos negocio en ponerle en nuestros hombros.
Entonces nos ponemos la presión, nos ponemos el estrés, entonces al final conllevando al agotamiento. ¿Amén, hermanos? Punto número dos, vamos a continuar. La parte económica. Fíjese que hay una presión financiera, y estoy hablando con el grosor de los líderes, de los pastores. Al principio estaba hablando de que a veces en las redes, a veces en la televisión se muestra una imagen. La vida de pastor, la vida de un líder es una vida opulente, una vida cómoda, una vida de dinero con lujos, comodidades.
Quizás eso sea cierto para algunos, pero eso es una gran minoría. Para la gran mayoría, este no es el caso. Al contrario, esto afecta mucho en el ministerio y muchas veces acarrea el agotamiento. ¿Por qué? Bueno, una razón o un caso, hay pastores que reciben denumeración por sus servicios en algunas iglesias. Se les cubre cierto aspecto de sus gastos, además de la compensación que se les está dando. Pero es posible que lo que está cobrando no es nada extraordinario, y que no le permite hacer o darse ciertas necesidades porque no está ganando una cantidad que le permite hacer eso.
Entonces a veces eso pone un poco de presión financiera, quizás en lo personal o en la familia. Entonces a veces eso puede contribuir un poco a ese agotamiento, tratar de balancear el ministerio, pero al mismo tiempo tratar de suplir o tratar de proveer por la familia y verse un poco con las finanzas un poco apretadas. Por otro lado, puede ser que el pastor no reciba ninguna clase de denumeración y tenga que salir a trabajar al sector privado o al sector público para sustentarse, para proveer para su familia, mientras está todavía haciendo su trabajo de pastor, de líder, que eso se ve comúnmente en muchas de nuestras iglesias.
A veces el trabajo es mucho, a veces la labor en la iglesia, la responsabilidad puede poner cierta presión. Pero ¿qué sucede? A veces el trabajo mantiene al pastor también un poco ocupado, un poco retirado, y puede hacer que eso cause cierta fricción y eleve su nivel de estrés. Por otro lado, hermanos, se puede dar el caso inverso. Me explico. Puede ser que el pastor tenga la solvencia por su trabajo, que le permite no solamente tratar de cubrir los gastos personales, los gastos de su familia, pero a veces, aún por querer ayudar o que la obra manche hacia adelante, a veces invertimos de nuestro propio dinero en la obra porque tenemos el deseo, queremos ese anhelo de ver la obra de Dios manchar hacia adelante, que las cosas sucedan que el Evangelio sea pregonado, y muchas veces eso conlleva sacrificios, entre ellos sacrificios financieros.
Y hay pastores que lo han hecho, se han sacrificado de ellos mismos para que la obra manche hacia adelante. Eso está bien, pero hay que tener mucho cuidado. Y quiero ser respetuoso porque sé de pastores que han dedicado, han entregado de lo de ellos para que la obra del Señor manche hacia adelante. Nosotros honramos, nosotros respetamos a esos líderes que han tomado esa decisión. Lo que estoy hablando es para tratar de que lo que se vaya a hacer, que no venga en conflicto con la familia.
Del mismo modo, conozco, sin entrar en muchos detalles, conozco de líderes que hoy no están frente a la obra porque se habían entregado tanto, no solamente en cuanto a tiempo, en cuanto a sacrificio, pero también financieramente a la obra. Y llegó un momento en que percibieron que estaban entregando prácticamente todo a la obra y muy poco a su familia. Entonces eso causó que la persona se retractara y tomase un break, como decimos, para tratar de ayudar o reparar o amendar esa relación familiar.
O sea que se puede dar ambos casos. Entonces tenemos que tener en cuenta cómo manejamos en cuanto a lo económico se refiere para que podamos hacer el trabajo de la obra sin sentirnos que estamos siendo agotados financieramente. Por favor, desfongamos de nuestra atención a las siguientes palabras del rellente quien se dirige a este Ministerio Radial. Gracias. Yo le pido a Dios que no tomen esta enseñanza, esta administración. ¿Dónde se la van a dar gratis? ¿Dónde? Yo no sé, yo no me puedo ir al otro lado de tantas conferencias que son pagadas, tantas cosas.
Esto está gratis y es buena información porque usted tiene un buen equipo, tanto espiritualmente como profesional, para poder explicar, dirigirnos, ministrar a nuestras almas. Gracias por quedarse con nosotros en este programa que le hemos llamado Hasta que el día sea perfecto. Gracias. Otros aspectos, hermanos. El pastor, el líder, se siente sobre trabajado. Quizás largas horas, mucho compromiso, las expectativas que tenía, veces la realidad muchas veces es muy distinta. Uno entra al ministerio refiriéndonos a aquellos que se están iniciando.
Venimos con una idea grandiosa, venimos con muchos planes, con muchos proyectos, pero cuando nos tocamos con la realidad muchas veces es muy distinta a lo que nosotros esperábamos. Otro aspecto que se está dando y es que hay líderes que están peleando con cierto grado de depresión. Entonces ya eso hay que tratarlo, ya eso hay que quizás bregar con un profesional para que ayude a uno a cómo manejar ciertas o manejar esas situaciones. El líder tiene que bregar con un alto grado de desaliento.
Quizás lo mencioné en cierta área anteriormente, pero se enfrenta a un impacto negativo. Quizás por lo que le está pasando a la familia por causa del ministerio. Digamos que le está robando su calidad de tiempo, como acabé de mencionar. Un par de minutos está tomando calidad de tiempo con los hijos, la esposa, el dinero que está tomando o se está utilizando son de las cosas que están contribuyendo. Muchas veces no tienen una persona y ya creo que eso entraría en el liderazgo, ya en el entrenamiento, en la preparación del líder.
A saber, a tener una persona o alguien a quien puede hablar, con quien puede conversar. Estaba escuchando recientemente al famoso líder Pastor Miles Monroe, un gran expositor, estaba hablando de que todo líder, refiriéndose a pastor o comenzando con el pastor, debe de tener un pastor o debe de tener un líder. O sea, el caso que yo haya llegado a ser el pastor de una iglesia, no quiere decir que yo no estoy siendo pastorado o no tengo alguien que me está pastoreando.
Directamente no, pero debe de haber un líder, alguien a quien yo me deba, a quien yo pueda ir y pueda conversar, un anciano que pueda darnos consejos para ayudarnos a cómo manejar alguna de estas situaciones. Eso es una gran oportunidad. Yo recuerdo cuando pequeño, adolescente, ni siquiera pensaba en nada de esto del liderazgo, pero observaba y siempre he sido una persona observadora, que mi líder de aquel entonces, el pastor, el difunto pastor Hugo Sams, era una persona que estaba en su liderazgo, pero observaba que él visitaba a los ancianos.
Él se reunía con los líderes y eso me enseñó una lección. Hasta el día de hoy cuando yo lo observo y pienso en estas ocasiones, yo como muchacho caminando por la calle, lo veía sentado en la galería de uno de esos líderes o ancianos conversando una tarde, me hizo entender que dentro de su agenda ocupada del ministerio, en lo personal, en su trabajo, sacaba el tiempo para conversar, para hablar. Y estoy seguro de que en esas conversaciones buscaba dirección, buscaba consejo de estos ancianos.
Así que es una buena recomendación para todo líder. El que sea pastor no quiere decir que usted no tenga un pastor. Busque a alguien, tenga un pastor, tenga a alguien a quien usted pueda ir para que lo ayude, para que lo aconseje. Y en ese momento que se sienta abrumado, que se sienta que ya no puede más, se va a sorprender la gran ayuda que esos consejos de esos líderes le van a aportar. Mis hermanos, estamos en una guerra constante.
A veces pensamos que el enemigo está atacando a los hermanitos, a las hermanitas, está buscando que se descarguen, se vayan del evangelio. Pero así como el enemigo nos ataca, ataca a los pequeños, él está atacando también a los líderes, a cada pastor. Está tratando de buscar de cómo ellos puedan desalentarse. Y una de esas herramientas que el enemigo utiliza es el agotamiento. Para que digan yo no puedo más, estoy cansado, mentalmente, emocionalmente no puedo seguir. Aunque físicamente usted lo ve que está derecho, fuerte, como si nada está pasando.
Pero mentalmente, emocionalmente, esa persona está drenada. Y eso es lo que el enemigo busca muchas veces. Y creemos que cuando vemos al líder en el púlpito predicando que todo está bien, todo está bonito, todo está marchando bien, y muchas veces estamos muy errados. Entonces nosotros tenemos el deber y la responsabilidad de llevarlos a cada uno de ellos en oración. Para que Dios pueda, así como Aarón y Uso tuvieron los brazos de Moisés, que Dios pueda también sostener y nosotros también los brazos de nuestros líderes.
Siempre tenga en mente esto hermano, dele una palabra de amonestación, dele una palabra de aliento a su líder cuando lo vea. Usted quizá piense que no lo necesite, pero usted no sabe que es lo que él pueda estar atravesando en ese momento. Pues bien mis hermanos, hemos llegado a la parte final de este tema. Creo que las partes, los detalles, los puntos que hemos tratado, esperamos con la ayuda de Dios que hayan sido de bendición y nos ayuden a poder meditar y poder tratar de manejarnos de una manera más positiva, más edificante y más saludable dentro del ministerio.
Tratamos el tema del liderazgo, a veces las presiones, a veces el trabajo constante que conlleva el ministerio, es algo que muchas veces no lo podemos evitar. Pero tratar de buscar ese balance para evitar ese cansancio, esa fatiga, incluyendo o introduciendo ahí el área familiar, el descanso, las vacaciones, el tiempo personal, para que el cuerpo, la mente y obviamente el espíritu se puedan recargar y fortalecer. Cristo en su ministerio terrenal dio ejemplo de esto, como había momentos cuando él se separaba de la multitud, había momentos cuando compartía, cuando salía a predicar, cuando salía a hacer obras, a sanar, a resucitar, pero había momentos en que él tenía que separarse porque necesitaba, como decimos en un buen dominicano, recargar la batería.
Entonces necesitaba ese tiempo para recuperarse, tanto espiritual como físicamente. Entonces nosotros no somos la excepción, hermanos. Dentro de la sugerencia está el equipo que trabaja con el líder. Es importante que el líder tenga un grupo de líderes alrededor de él para que puedan ayudarle a aliviar esta carga y así pueda poder manejar el ministerio, manejar las responsabilidades, de una manera que no le afecte negativamente. El otro punto para finalizar es el aspecto financiero, el aspecto económico.
Sea que usted sea un pastor, que la iglesia le esté dando un sueldo, le esté dando una especie de sustento, o sea que usted es un pastor que tiene que salir al área privada, al sector público, mejor dicho, y trabajar y poder ganar un sueldo de esa manera porque la iglesia, o por otra razón no puede darle un sustento, tiene que manejar, tiene que saber y llevar un presupuesto. Es importante como líder no solamente manejar la finanza personal, pero también la de la iglesia.
Tenemos esa responsabilidad. A veces se nos opaca un poco, pensamos que solamente el ministerio, pero el área financiera necesitamos asegurarnos de que también estamos administrando, estamos siendo responsables con los asuntos de la iglesia. Muchas veces por el mal manejo, por la mala administración, a veces acarreamos estrés, acarreamos problemas que no sabemos cómo resolver, y tratando de buscar una salida muchas veces, lo que hacemos es empeorar en vez de buscar ayuda. Así que ese aspecto es importante mantenerlo claro, que así como administramos el aspecto espiritual de la iglesia como ministro, como líder, también tenemos una responsabilidad de administrar lo financiero, tanto en la iglesia como en lo personal.
Nos vamos a ahorrar mucho dolor de cabeza si nosotros nos aseguramos que estamos administrando debidamente los recursos del Señor. Amén, mis hermanos. Así que ha sido un placer para mí poder estar o haber compartido con ustedes esta sección, este tema, esperando que Dios nos ayude, nos ilumine y permita que lo que podamos hacer, lo hagamos de todo corazón. Amén. Que estemos siempre preparándonos, capacitándonos, educándonos para que podamos hacer el trabajo, el cumplir el ministerio del Señor a nuestra completa cabalidad.
Siempre estamos aprendiendo, hermano. Nunca terminamos de aprender y siempre hay lugar para mejorar, para hacer las cosas mejor. Amén. Así que espero que este tema o este tema, mejor dicho, y lo que hemos tratado, le haya sido de gran bendición para sus vidas. Amén. Dios les bendiga. Les habló su hermano, Gélvido Ortiz. Bendiciones. ¡Gracias! Por favor, desfongamos de nuestra atención a las siguientes palabras de la leyenda, quien se dirige a este ministerio radial. ¡Gracias! Los pastores casi semana a semana están eliminándose ellos mismos de esta tierra, porque una palabra de aliento no les llega a tiempo.
Aquí está la palabra. ¡Pastor! ¡Pastor! ¡Pastor, no te desanimes! ¡Ey, no te desanimes! ¡Sigue perseverando! ¡Adelante, vamos! Nadie dijo que iba a ser fácil. Cuando empezaste el llamado pensaste que era sencillo, ¿verdad? ¡Pero no! Te encontraste con señalamientos, con frustraciones, desengaños y apariencias. ¡Lo sé! ¡Hay muchas! Es un llamado que muchos critican, pero poca gente. ¡Pastor! ¡Ey, pastor! Quiero decirte de parte de Dios que no desistas. ¡Vamos, soporta, aguanta! ¡Sé constante, persevera! ¡No desmayes! ¡Porque Dios está contigo! Ya nosotros hemos llegado a lo que es la conclusión de la programación de hoy.
Entiendo este ministerio hasta que el día sea perfecto. Puntualmente, con lo que es la serie, el pastor navegando por los mares del agotamiento emocional y espiritual. Quisiéramos nosotros creer que muchas de sus preguntas y de sus inquietudes fueron respondidas a través de cada uno de los participantes en esa entrega. Yo fui altamente impactado con todas, pero hay algo que el ministro Elvido Ortiz respondía cuando él intentaba, y de hecho lo logró, explicarnos a nosotros por qué puede llegar el agotamiento emocional y o espiritual en usted como pastor, en mí como líder, en fin, en todos, independientemente del cargo, del compromiso, del liderazgo que descansa en nosotros.
Elvido decía que el simple hecho de ser líder ya pudiese acarrearnos una especie de agotamiento. Y para esto, entonces, él nos daba ciertas pautas que nosotros debemos seguir para no caer en lo que es el agotamiento. Y si acaso hemos caído en el agotamiento, pues también hemos dicho cuáles son los seguimientos que debemos dar para entonces nosotros escaparnos y salir de ese agotamiento. Le invitamos a que escuche esta misma entrega mañana domingo, si así Dios lo permite, a las 9 de la noche y también el miércoles.
Pero no termino mi última participación con decirle que usted puede escuchar esta serie cuantas veces quiera, los días que quiera, a la hora que quiera, y eso a través de las distintas plataformas de podcast. Gracias a cada uno de ustedes, gracias a los que me están escuchando, a los participantes, en fin, estamos altamente agradecidos con cada uno de ustedes, y ya será entonces hasta una próxima entrega donde vamos a tener el contenido 5 respondiendo nosotros a esta serie, El Pastor, navegando por los mares del agotamiento emocional y o espiritual.
Yo soy su hermano Reinaldo Nisbe Jr., quien se despide, deseándole a todos ustedes un feliz resto del día. Ricardo Escobedo Conmigo tras todo Conmigo Yo acudo A ti Yo acudo A ti Sola quises