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Hasta que el dia sea pefecto - casos, cosas y cositas debajo de las sabanas (Probl. sexuales en el m

Hasta que el dia sea pefecto - casos, cosas y cositas debajo de las sabanas (Probl. sexuales en el m

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Programa radial y podcast Hasta que el día sea perfecto. Ya escuchaste y compartiste la serie: ¿Casos, coas y cositas debajo de las sábanas? Si ya lo hiciste entonces gracias por hacerlo, por favor siga haciéndolo, pero si aún no lo has hecho te invito a unirte al grupo que escucha y comparte esta serie del ministerio radial y podcast Hasta que el día sea perfecto. Casos, cosas y cositas busca educarnos e informarnos de una manera bíblica y psicológica nuestro entorno sexual. Escuche a dos gran

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Los problemas sexuales en el matrimonio. Sí, yo no sé, al paso, pero debe de entenderme y estar tranquilo. Por eso, por eso, sí, por eso es que los matrimonios hoy en día tienen problemas. ¿Tú sabes por qué? Porque no hay una comunicación, no hay un diálogo. Porque tú puedes ayunar una semana, pero por lo menos la semana próxima sacas tiempo para mí. Y yo no estoy de acuerdo con eso que tú estás diciendo. Bueno, yo sé que sí que está de acuerdo porque yo estoy comunicándome con él. Tú ni quieres que yo te abrace de nada. Claro, mi amor, no me puedes poner ni la mano, no pueden. Deben entenderme, por favor, solo eso te pido. ¿Tú crees que yo está probando, Charly? Casos, cosas y cositas debajo de las sábanas. El Ministerio de Radial y Podcast, hasta que el día sea perfecto, le invita a escuchar y compartir ahora la serie Casos, cosas y cositas debajo de las sábanas. Juntos reflexionemos sobre la intimidad sexual en el matrimonio. Nuestra tesis siempre se presentará desde una óptica bíblica o científica. En esta magna entrega, escuchemos a nuestros invitados, los pastores y teólogos R. C. Sproul, junto a su homólogo Luis Floriano. El hermano Reinaldo Nisbet y sus colaboradores le esperan el tercer sábado de cada mes con la serie Casos, cosas y cositas debajo de las sábanas. El Ministerio de Radial y Podcast, hasta que el día sea perfecto, juntos reflexionemos sobre la intimidad sexual en el matrimonio. El hermano Reinaldo Nisbet y sus colaboradores le esperan el tercer sábado de cada mes con la serie Casos, cosas y cositas debajo de las sábanas. Recuerde, hasta que el día sea perfecto, es una programación que sale los sábados a las 10 p.m. con su repetición los domingos a las 9 p.m. por radio.tierrademilagros.org. Sepa también que puede escucharnos todos los días y a todas horas en nuestra plataforma de podcast, como iBooks, Google Podcast, Spotify, entre otras. Casos, cosas y cositas debajo de las sábanas. Hasta que el día sea perfecto, por radio.tierrademilagros.org. Casos, cosas y cositas debajo de las sábanas. Los problemas sexuales en el matrimonio. Dios gobierne sus corazones. Es el deseo recurrente y persistente de este ministerio hasta que el día sea perfecto. Nosotros estamos altamente agradecidos con cada uno de ustedes por estar ahí, por estar escuchándonos, pero también gracias a cada uno por invitar a otros a que participen dentro de lo que es el relanzamiento de esta serie que le hemos querido llamar, y esto ya hace mucho tiempo, Casos, cosas y cositas debajo de las sábanas. Permítanme también presentarme. Soy el hermano Reinaldo Nisbet Jr. Soy el hermano que produce y que conduce esta programación, pero como ya lo hemos dicho otras tantas veces, nos hacemos acompañar con algunos colaboradores que prestan su voz, que prestan su conocimiento para hermosear, para darle belleza, para darle color a este programa, para darle viveza. Así es que también mi agradecimiento para cada uno de ellos. Pero por encima de todo esto, quisiéramos públicamente darle las gracias a Dios. No dependemos tanto de un diploma colgado en la pared, no dependemos tanto de tecnicismo, y no es que no sea importante, sí es importante, pero más valorado que todo esto es tener la gracia, tener el favor de Dios, tener el don de Dios para hacer esto que nosotros estamos haciendo. Casos, cosas y cositas debajo de las sábanas. Es un programa que su fuerte es educarnos, es enseñarnos, es colaborar con nosotros y para esto nos hacemos acompañar de pastores, nos hacemos acompañar de terapeutas sexuales, nos hacemos acompañar de psicólogos que puedan educarnos, que puedan enseñarnos, porque no deja de ser cierto que muchas veces vamos a la cama con nuestra esposa o con el esposo y venimos con heridas, venimos con lastimaduras por experiencias o malas experiencias, por mala formación o por ninguna información, y vamos a la cama con esa mujer, con ese hombre, y esas malas experiencias pueden hacernos quedar mal, por así decirlo. Entonces es lo que nosotros buscamos. Pero, pero, permítame dar este último punto. La información que usted va a recibir aquí, a través de nuestros invitados y cada vez que se presente a esta serie, no le evita a usted ir a un psicólogo, ir quizás a un terapeuta sexual. No, no, no, simplemente nosotros más que todo queremos es empujarlo, darle sí, este empujón como para que usted se vea motivado, porque es posible que ese momento que usted está pasando desagradable, debajo de las sábanas, se pudiese resolver por una simple terapia. Si usted va al psicólogo, si usted va a recibir su terapia sexual, eso puede contribuir y puede ayudar, porque es posible que usted solo no pueda sacar, no pueda sanar esas heridas que usted recibió dentro de su infancia, en su niñez, en su juventud, en su adolescencia o en su vida adulta que pudiera estar afectándole a usted. Por eso queremos llamarle y repetimos, tenemos mucho tiempo con esta serie, simplemente que le habíamos hecho una especie de pausa, como a otras series más, entonces estamos haciendo una especie de relanciamiento, casos, cosas y cositas debajo de la sábana, pretende tener una respuesta, pero esto, repetimos, no le evita a usted ir a asesoría, consulta, ¿no? Siga orándose por nosotros, siga usted compartiendo esa programación, siga usted escuchándonos, y yo ya, ya creo que cumplí mi parte, guardo silencio y permito entonces que el programa, porque de hecho lo hemos hecho de una manera que tengamos poca intervención, busque su lápiz, busque su papel y escuche lo que esos pastores y teólogos y personas preparadas tienen para decirnos a nosotros concerniente a lo que es el mundo de la actividad sexual entre ese hombre y esa mujer, que queremos terminarlo así, felizmente casados. En el contexto matrimonial, el sexo es ordenado por Dios. Dios entiende la santidad de esa intimidad que se da cuando dos personas pueden estar desnudas y sin vergüenza dentro del contexto del matrimonio. Así es que Dios no está diciendo que el sexo está mal, Él lo crea, Él lo ordena, pero Él lo regula. ARCIS PRO Casos, cosas y cositas debajo de las sábanas. Vamos a analizar el problema que las investigaciones muestran como la razón número uno que la gente da para el quiebre y ruptura del matrimonio. Y como ustedes lo imaginarán, el problema número uno en Norteamérica para los pleitos y la disolución de los matrimonios en Estados Unidos es el sexo, la falta de armonía, la falta de comunicación, la falta de intimidad y la adaptación a las dimensiones sexuales del matrimonio. Eso puede parecer como una sorpresa para nosotros dado que en las últimas décadas hemos pasado por una explosión, no sólo en el interés, sino en la literatura de las relaciones sexuales y su armonía. Pueden ir a cualquier tienda de libros, a la sección de autoayuda de la librería e incluso secciones separadas sobre sexo y matrimonio y encontrar docenas de manuales de matrimonio, libros de instrucciones y consejería sobre cómo tener una gran vida sexual en tu matrimonio. Pero aún así, todavía estamos experimentando problemas graves de armonía sexual en el matrimonio. Uno de los mayores problemas, por supuesto, que enfrentamos al adaptarnos a la dimensión sexual del matrimonio, en especial como cristianos, es hacer la transición de vivir en una condición de vida en la que hasta llegar al matrimonio Dios nos decía no. Y luego, de repente, se espera que entremos en una relación donde lo que una vez estaba prohibido, ahora no sólo está permitido, sino que en términos bíblicos se nos ordena. Eso es muy difícil de entender para muchas personas que lo que está prohibido en un contexto está ordenado por Dios de manera absoluta dentro del vínculo del matrimonio. Ahora, la Iglesia ha luchado durante siglos con esa dimensión. La semana pasada, por ejemplo, estaba leyendo un ensayo del gran teólogo San Agustín, que es uno de mis escritores y teólogos favoritos de todos los tiempos. En ese ensayo en particular estaba argumentando que la única justificación moral para el matrimonio, para las relaciones sexuales dentro del matrimonio, es con un propósito específico de concebir y tener hijos. Es decir, Agustín no vio lugar dentro del matrimonio y la relación matrimonial para el disfrute del sexo como un vínculo físico que implica placer físico entre un esposo y una esposa. En otras palabras, era una especie de mal necesario por el que uno tenía que pasar para propagar la especie. Ahora, estoy convencido de que ese punto de vista que incluso el gran San Agustín defendió es uno que no se encuentra en la Escritura, sino que tiene sus raíces en antiguas creencias griegas y orientales que depreciaron el valor de cualquier cosa física. Sabemos cuál es el pecado del materialismo en este mundo, donde las personas buscan toda la vida y todo su significado a través de cosas físicas, a través del dinero, la comida, el vino, mujeres y música, a través de la satisfacción del cuerpo, y llamamos a eso materialismo. Sabemos que eso es una distorsión de la realidad que Dios ha hecho, y a veces al contrarrestarlo nos vamos al otro extremo y caemos en el error de lo que se puede llamar espiritualismo, donde lo único que tiene valor es la dimensión espiritual, el alma. Pero creemos en un Dios que hizo un mundo físico, que hizo al hombre, no sólo como un espíritu desencarnado, sino como una persona que tiene un alma y un cuerpo. El Nuevo Testamento, por ejemplo, en la enseñanza de Jesús muestra una profunda preocupación por el bienestar material del hombre. Estamos llamados a dar de comer al hambriento, a vestir al desnudo, a dar refugio al que no tiene hogar. Esas son preocupaciones físicas. Y entonces aún el apóstol nos dice que el cuerpo del hombre le pertenece a la mujer en el matrimonio, y el cuerpo de la mujer le pertenece al hombre, y no debemos privarnos el uno al otro. Así que no encontramos esta visión negativa de la dimensión física de nuestra humanidad en las Escrituras. Pero Dios es muy claro sobre el contexto en el que el sexo se puede disfrutar. Casos, cosas y cositas debajo de las sábanas. Recuerdo no hace mucho que hice un estudio de cómo el Nuevo Testamento aborda el tema del sexo. Y simplemente aislé esos pasajes en el Nuevo Testamento donde Jesús nos dice que el sexo es una cosa que se puede disfrutar. Y simplemente aislé esos pasajes en el Nuevo Testamento donde Jesús y los apóstoles hablan sobre el sexo. Y en mis estudios fui a lo que se llama el Diccionario Teológico del Nuevo Testamento que fue producido por un grupo de estudiosos alemanes que no tienen nada de cristianos evangélicos y no son para nada conservadores en su forma de ver las cosas. Y el estudioso específico que había hecho su análisis de la postura del Nuevo Testamento sobre el sexo llegó a esta conclusión. A pesar de que él mismo no adoptó la posición no podemos negar que el Nuevo Testamento enseña claramente que a la vista de Dios el sexo premarital y el sexo extramatrimonial son ofensas graves contra su santidad. De modo que el apóstol, por ejemplo, nos dice que nunca, nunca, nunca debemos ser hallados en fornicación. Pero si vemos el Nuevo Testamento encontramos esa prohibición es tan severa que forma parte de los 10 mandamientos no cometerás adulterio. Ahora, esto no se debe a que Dios esté en contra del placer o que Dios esté en contra de la realización humana sino que Dios entiende la santidad de esa intimidad que se da cuando dos personas pueden estar desnudas y sin vergüenza dentro del contexto del matrimonio. Así es que Dios no está diciendo que el sexo está mal. Él lo crea, Él lo ordena, pero Él lo regula. Él dice, en esta circunstancia no es bueno, no lo permito aquí, es destructivo. En esta circunstancia es hermoso, es expresivo, es parte de lo que he hecho para tu disfrute. Así es como los cristianos tenemos ese problema al hacer la transición. Bueno, ahora que la transición ya pasó, entonces, ¿qué problemas descubrimos en términos de satisfacción sexual en el matrimonio? Casos, cosas y cositas debajo de las sábanas Los dos mayores problemas que encontramos en el matrimonio con respecto al sexo son, en el caso de los hombres, la impotencia y en el caso de las mujeres usamos términos como frigidez. Esos términos me molestan porque ninguno de ellos es preciso en términos absolutos. Nadie es absolutamente impotente y nadie tiene absoluta frigidez. Estos términos representan una gama, grados, que se refieren a cuán libres nos sentimos para expresarnos sexualmente en la unión matrimonial. Por lo que tenemos que pensar en términos de grados de impotencia o grados de frigidez. Ahora, la impotencia, por supuesto, solo significa una falta de fuerza, una falta de poder. La palabra frigidez es un término interesante porque sugiere frialdad, sugiere que alguien está congelado. Lo que ambos términos están describiendo es un cierto nivel de parálisis en la actividad sexual. Lo que hemos estado pasando por alto en matrimonios saludables es el problema de la parálisis sexual. Y se ha vuelto tan significativo que ahora vemos clínicas que surgen en todo Estados Unidos dirigiendo la atención médica a una investigación científica de lo que se llama disfunción sexual con el fin de ayudar a quienes tienen problemas que están destruyendo sus matrimonios. El problema es serio, lo tengo que decir. Son pocas, si es que hay, las clínicas cristianas notables que investiguen la disfunción sexual. Porque si alguien debe ser consciente de lo grave que es esto en los matrimonios, esa debe ser la iglesia, el pastorado tiene que lidiar con eso todos los días. Y tenemos muy pocos recursos a los que podamos orientar a las personas que tienen problemas serios como ese y que puedan asistir sin comprometer sus propios sistemas de valor y ética cristiana. Pero necesitamos ayuda para hacer frente a estas formas de parálisis. Casos, cosas y cositas debajo de las sábanas. Ahora, cada vez que encuentro una forma de parálisis, busco de inmediato una de dos cosas. Hay dos cosas en nuestras experiencias emocionales que contribuyen una y otra vez a todo tipo de parálisis y son miedo y culpa. Y estas dos, por cierto, a menudo están muy relacionadas. Solemos decir que alguien está paralizado de miedo, congelado de miedo, se detiene en su andar, no puede moverse, no puede gritar duda. El miedo paraliza. Por lo que descubrimos que en problemas sexuales hay una enorme cantidad de miedo en el dormitorio cristiano. ¿En qué consisten esos miedos? ¿A qué le tememos? Bueno, hay muchas cosas. Creo que tanto en el caso de la impotencia como de la frígidez, uno de los elementos más significativos del miedo es el miedo a cómo nos desempeñamos. Esta es una de las consecuencias al problema de la explosión de la literatura sexual, donde ahora abunda el mito de que para que alguien sea sano y normal, tiene que ser capaz de tener súper sexo, tanto la mujer como el hombre. Tenemos todas esas imágenes que son imágenes mitológicas que Hollywood muestra del súper atleta sexual masculino y la mujer que es una modelo de pasarela, ya saben. Simplemente no es cierto, pero no se le puede decir eso a esa persona cuando está entrando en la relación y está sintiendo la presión para desempeñarse bien. El año pasado vi una lista de las diez fobias más comunes de los estadounidenses. ¿Sabes cuál es la fobia número uno en los Estados Unidos? No sé dónde estaba la muerte. El miedo a la muerte llega a cuatro o cinco en algún lugar de la lista. Me sorprendió. ¿Sabes cuál es la fobia número uno en los Estados Unidos de América? Miedo a ponerse de pie frente a un grupo y hablar. Eso es lo que asusta a más gente que cualquier otra cosa. Damas y caballeros, puedo identificarme con eso. Todos ustedes han vivido la situación en la que alguien se levanta para hablar y abre la boca, pero nada sale, porque han sido paralizados por su miedo. Cuando siento miedo a hablar, no es porque voy a enseñar lo incorrecto o porque voy a olvidarme las palabras, sino es por la presión para hacerlo bien. Uno pensaría que cuanto más hables, más fácil se le hace a uno hablar. En cierto sentido sí, pero cuanto más hablas alcanzas una reputación por cómo hablas y mayor es la expectativa del público, y mientras mayor sea la expectativa, más presión hay sobre ti, y más presión de hecho creo que pararé ahora mismo y saldré de aquí porque no lo soporto. Casi estoy ahogado. Hablamos de ahogarnos y ahogarse. Es una parálisis del cuello traída y provocada por el miedo. Lo vemos con los atletas bajo estrés porque tienen miedo de no rendir al nivel de la expectativa que se espera de ellos. Bueno, nuestra relación sexual no está en exhibición. Nadie está llevando la cuenta. Es para la intimidad de dos personas que están involucradas y debe afianzarse sobre la base del amor. Eso no significa solo un sentimiento emocional. Eso significa un fundamento donde el sexo no es arrancado de la relación de amor, sino que el sexo se convierte en una expresión de amor. Escucho a la gente decir, tuvimos sexo dos meses la semana pasada, como si el sexo fuera algo distinto al amor. El sexo fue simplemente una actividad física. Bueno, para los hombres parece más fácil separar el sexo del amor. Eso es lo que las investigaciones indican, que los hombres pueden disfrutar del sexo sin amor. Es por eso que existen las prostitutas, y es por eso que es la profesión más antigua, para que los hombres puedan tener placer sin amor. Y cada mujer lo sabe. Cada mujer duda cuando el hombre dice, te amo. Porque al traducirse, la mujer escucha, quiero sexo contigo. Y para tener sexo contigo, tengo que decirte que te amo. Se espera que la mujer entonces muestre su amor por su marido, no dándole amor, sino dándole sexo. Y eso acumula resentimientos y mala comunicación que estrangula y paraliza la relación. Pero si el sexo es una expresión de amor, y entiendo que mi esposa está comprometida conmigo, y ella entiende que la amo, entonces la presión para desempeñarse disminuye. Mientras más demuestro mi amor, más libre se sentirá mi esposa para relajarse sexualmente. Mientras más me demuestre amor mi esposa, más podré vivir sin miedo, porque es el perfecto amor, dice la Biblia, el que echa fuera el temor. Casos, cosas y cositas debajo de las sábanas. ¿Qué otras cosas están involucradas en el temor al sexo? Una de las cosas que cada vez son más evidentes en nuestra sociedad, en especial para la mujer, es el miedo a ser lastimada físicamente. El maltrato a la mujer no es sólo una rara incidencia en nuestra sociedad. No puedo decirles cuántas mujeres he tratado en consejerías que han sido maltratadas como esposas o cuando eran niñas. Han sido abusadas sexualmente, han resultado heridas, los hombres han utilizado su fuerza para obligar a las mujeres a someterse a sus insinuaciones. Y ellas tienen miedo de ser lastimadas físicamente. También oímos hablar del hombre que es tosco, pero no tierno. Juntas a las mujeres si les preguntas cuáles son las cualidades que quiere ser un esposo, sí quieren que sean seguros, sí quieren que tengan confianza, pero también ponen muy en alto en la lista la sensibilidad. Uno de los mayores problemas de madurez sexual en nuestra nación es la falta de sensibilidad masculina en el acto del amor. Él tiene que probar su hombría viviendo el viejo mito cavernícola, el cual lastima físicamente a la mujer. No es de extrañar que ella no quiera estar involucrada en el sexo más a menudo, dado que es una experiencia dolorosa para ella en lugar de algo tierno y amoroso. Tenemos que recordar que el miedo al dolor puede ser una fuerza paralizante. Bueno, hay otros miedos. Hay miedo a ser descubiertos. Ese es uno muy real. He hablado con innumerables parejas donde la mujer dice, por ejemplo, que disfruta mucho más de la relación sexual con su esposo cuando están lejos de su casa, cuando están de vacaciones en un hotel o algo así, donde están solos. Empiezas a explorar eso, empiezas a ver que ella tiene miedo. O puede ser que él, podría ser el hombre, tiene miedo de que los niños entren o los escuchen o lo que sea. Así que una de las mejores inversiones que puedes hacer en tu matrimonio es una cerradura a la puerta de tu dormitorio. Una vez más, este es el lugar donde puedes estar desnudo y sin vergüenza, pero no vas a estar desnudo y sin vergüenza si en cualquier momento entra alguien. Porque tu hija no es tu esposa. El vecino de al lado no es tu esposo. Y si la gente tiene miedo de que alguien los vea, entonces están inhibidos. Y luego la pareja toma eso como un acto de rechazo personal. El miedo al embarazo es otro temor importante. Y podríamos seguir enumerando estos temores que la gente tiene y que los inhibe. Es aquí donde necesitamos comunicación, donde el esposo y la esposa necesitan hablar. Tenemos que expresarnos el uno al otro. ¿A qué le tienes miedo? ¿Tienes miedo de algo? ¿Cómo puedo ayudar? No voy a ayudar a mi esposa obligándola a hacer cosas a las que ella teme. Ahora, el segundo es el que casi nadie habla. La culpa. Me gustaría expresar un patrón que me resulta familiar en la consejería matrimonial. Cuando un hombre entra a mi oficina y me dice, ya saben, quiero divorciarme de mi esposa, nuestra relación se ha deteriorado, ella ya no me responde sexualmente y todo eso, le hago la siguiente pregunta directamente, directo y sin titubear. Dime, aquí en la privacidad de la oficina, ¿tenías relaciones sexuales con tu esposa antes de casarte? Ahora, mi experiencia en consejería no puede ser una prueba suficiente de todo el universo como para darte un porcentaje que cubra toda la nación, pero te contaré mi experiencia. No sé a cuántos hombres les he hecho esta pregunta, 100 a cada hombre que he aconsejado sobre esta pregunta, le he preguntado, ¿tenías relaciones sexuales con tu esposa antes de casarte? Cada uno de ellos me dijo que sí, todos. El esposo virginal es casi inexistente, así como la esposa virginal. Así que después de que me dijeran esto, que sí tuvieron relaciones sexuales con su esposa antes de casarse, les hago esta pregunta. ¿En tu opinión, tu esposa era más receptiva sexualmente o menos receptiva sexualmente antes de casarse? Sus ojos se iluminan y dicen, ella era más receptiva antes de casarnos, y me mira como si yo fuese un médico brujo que hace vudú. Él dice, ¿cómo sabías eso? Lo sé porque lo he oído tantas veces, por eso estoy haciendo la pregunta. ¿Por qué tantos hombres dicen que sus esposas fueron más receptivas hacia ellos, les correspondían antes de casarse que después de casarse? Es porque simplemente han idealizado los viejos buenos tiempos. Puede ser. Es porque el sexo era más emocionante como novedad de lo que se ha vuelto ahora a lo largo de los años. Esa es otra posibilidad. Y hay una tercera posibilidad de que la mujer sólo puede responder cuando se encuentra en una situación tabú, cuando le es permitido desenvolverse sexualmente, se aburre y no le importa. Hay todo tipo de razones que explicarían por qué los hombres dicen que sus esposas fueron más receptivas antes. Pero un factor que tenemos que considerar aquí es que puede ser cierto. De hecho, sí puede ser que la mujer fuese más receptiva y de repente sea menos receptiva. Puede que lo sea porque llevó al matrimonio toda carga de culpa y resentimiento porque el marido la manipulaba y persuadía para hacer lo que estaba tratando de no hacer antes de casarse. Ahora ella lleva ese resentimiento, pero lo que es peor, sigue cargando la culpa. ¿Qué haces en un caso así? Bueno, de nuevo, podemos recibir todo tipo de terapia médica del mundo de consejeros seculares y de ministros. Y la terapia habitual en nuestros días es algo como lo siguiente. Tienes que entender que lo que hiciste antes de casarte estaba bien. Todo el mundo lo hace. El informe Quincy, el informe Chapman, indican que la abrumadora mayoría de la gente lo hace y dado que la abrumadora mayoría de la gente lo hace, eso indica que es normal. Y si es normal, es saludable. Y esto es solo parte de tu proceso de maduración para convertirte en un ser humano responsable. Hemos oído esa frase un millón de veces. Casos, cosas y cositas debajo de las sábanas. Hice que una mujer que estaba a punto de casarse viniera a verme. Ella había estado comprometida durante más o menos un año. Cuando vino, ella se sentía con mucha culpa y me dijo, ¿qué voy a hacer? Me dijo, me siento tan culpable, he estado teniendo relaciones sexuales con mi prometido. Ella me dijo, y fui a ver a mi ministro, y mi ministro me dijo, mira, la manera de superar esto es entender que la razón por la que te sientes culpable es que has sido víctima de esta cultura estricta, rígida, victoriana, puritana con sus tabús. Y ahora tienes que crecer, madurar y entender que no eres promiscua, tú solo has sido un adulto responsable. Y ella dijo, he intentado eso, pero todavía me siento culpable. Entonces le dije, bueno, la razón por la que todavía te sientes culpable es porque eres culpable. Le dije, la prohibición de las relaciones sexuales prematrimoniales no fue inventada por Jonathan Edwards o por la reina Victoria. Fue Dios quien dijo que no. Y tú has ofendido a Dios, has transgredido su ley. No importa el hecho de que todos los demás lo estén haciendo. La ley no viene de los psiquiatras, no viene de los ministros, no viene de los consejeros, viene de Dios. Y Dios dijo que no, aún así lo hiciste de todos modos. Así que eres culpable. Y lo único que sé es que no lo curará la racionalización. Tu culpa es real. Y si quieres sanarte, tienes que ser realmente perdonada. La única manera que sé cómo conseguir eso es que vayas a tu casa, te pongas de rodillas, le digas a Dios lo que has hecho y confieses tu pecado. Entonces Dios te perdonará de eso. ¿Entiendes que puedes ser virgen de nuevo a la vista de Dios? De modo que necesitamos limpiar el matrimonio, lidiando con la culpa no resuelta y Dios nos hará libres. Casos, cosas y cositas debajo de las sábanas. El sexo no es malo en el contexto adecuado. Dios creó el sexo. Él lo ordena y lo regula. Pastor, ¿existe algún pasaje bíblico que avale la relación sexual entre esposos? Las relaciones sexuales y el placer son vistas como parte del arreglo de Dios para el ser humano. Un pasaje tomado de las Escrituras Hebreas llamadas comúnmente Antiguo Testamento dice Alégrate en la esposa de tu juventud, que sus pechos te embriaguen siempre. Proverbios 5, 18 y 19. Por otro lado, en las Escrituras Griegas Cristianas llamadas Nuevo Testamento se habla también del placer sexual. El esposo debe de satisfacer las necesidades sexuales de su esposa. 1 Corintios 7, versículo 3. Jehová es quien crea la sexualidad, el placer en ella. Al ser su creador es él indicado para establecer las normas y las leyes que rigen el sexo. Nadie mejor que el fabricante para hacer el manual. Luis Floriano. Como ustedes saben, no es desconocido de nadie, los problemas de infidelidad son algunos de los que están en la cabeza de la lista de causas de divorcio. Y esto a veces responde a descuidos, negligencias en la dinámica de la intimidad en la pareja. Casos, cosas y cositas debajo de la sábana. En este momento, vamos a tomarnos unos minutos para considerar algunos asuntos esenciales que pueden satisfacer de una manera bíblica las expectativas reales que debe tener una pareja en esta dinámica para que después se puedan enfocar en cumplir la misión que Dios le ha dado. A veces la sexualidad no solamente es una fuente de placer, pero a veces se convierte en una distracción cuando no está debidamente atendida. Cuando tú tienes hambre o sed, aunque quieras concentrarte en tu trabajo, en tus estudios, no puedes porque este asunto te distrae. Pero una vez que satisfaces tu necesidad, entonces ya te enfocas en tu trabajo, en lo que tienes que hacer. A veces la sexualidad se convierte en un distractor para que muchos cristianos se enfoquen en cumplir la misión y los propósitos de Dios en su vida porque hay un descuido o porque se conducen fuera del orden de Dios. Vamos a recordar algunos asuntos importantes en lo que concierne a este tema. Vamos a hablar de algunos peligros que conllevan la inmoralidad y los causas porque hay problemas en muchos matrimonios y también hablar de lo que es permisible y lo que no dentro del matrimonio. Vamos entonces a comenzar diciendo... Voy a leer una introducción aquí. Dice... Los cristianos casados tienen todo lo necesario para ser las personas más plenas en materia de sexualidad. Cuentan con la paz de haber recibido la bendición de Dios sobre su matrimonio. Entonces, los que se casan bajo el orden de Dios ¿son bendecidos o no? ¿Verdad? Que sí. Muy bien. No solo gozan con la bendición de Dios sino que también tienen la orden de Dios que disfruten. ¿Verdad? Entonces no tienen culpas ni tienen prejuicios en disfrutar el placer dentro del marco del matrimonio. Tienen la paz de haber recibido esa bendición También son libres en su conciencia de experimentar el placer al máximo el uno con el otro porque saben que Dios así lo ordenó. Pero lo cierto es que muchos matrimonios cristianos no tienen una vida sexual activa satisfactoria. ¿Por qué? debemos preguntarnos. Y a veces son por causas tan simples y otras por más complejas. Mencionemos algunas de ellas. En primer lugar obviamente los pecados sexuales van a tener un impacto en nuestra vida espiritual. Pero vamos a dejar eso un poco más adelante. Hablemos primero de lo obvio. Hablemos de que la pareja no tiene una suficiente dinámica de satisfacción en esa área por cosas tan simples como un pobre aseo. A veces hay hombres que trabajan muy duro en labores que son muy desgastantes y les producen mucho transpirar y después llegan a casa, no tienen el cuidado de asearse y quieren que la esposa esté siempre contenta. Debemos ser realistas. Debemos darnos cuenta que la calidad en la intimidad requiere un poco de esfuerzo. Y para empezar, el aseo siempre es bueno. Además, ustedes no quieren exponerse a infecciones o a enfermedades innecesarias porque cuando uno está trabajando, muchas veces va al baño y no está suficientemente limpio y después puede llevar esos gérmenes a la intimidad y nadie necesita enfermedades. Entonces, el aseo, un buen perfumito puede hacer una diferencia en algo tan sencillo. Aunque parezca mentira, hay veces que las personas no captan por sentido común. Presta atención a ese aspecto. Segunda razón por la que algunos no tienen una buena dinámica íntima es porque se acumula el cansancio y no se dan el suficiente tiempo para reponer sus fuerzas. Deben ustedes también recordar que hay que hacer la provisión para poder cumplir con el deber conyugal. Es un deber que Dios nos dio. Cuando ustedes recuerdan su boda, ¿te acuerdan que hicieron votos? ¿verdad? Yo nunca he oído en un voto matrimonial algo como esto, que diga yo me comprometo a amarte y respetarte y hacerte fiel en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad y satisfacerte sexualmente todas las veces que me pidas hasta que la muerte no se pare. Como que ese último pedacito, no entró no entró, ¿verdad? Y entonces, a la hora del deber conyugal me duele la cabeza. Estoy muy cansado, pa mañana, pa pasado mañana, y ahí se la llevan. Entonces los votos ¿para qué se los dicen? Dicen que vas a estar hasta la hasta la muerte, pero en esto que es tan esencial, no cooperamos. Que estoy cansado. ¿Saben algo interesante? Calienta motores y vas a ver que te van a llegar las energías. Tercero Conocimiento escaso o distorsionado. Cuando una persona adulta no se informa adecuadamente acerca de este tema, puede perderse algunos elementos simples que pueden agregarle calidad a su relación. Y nunca está por demás que nosotros aprendamos que Dios diseñó de manera diferente el cuerpo de la mujer que el cuerpo del hombre, y que hay ciertos ciclos y dinámicas que intervienen en la calidad y en la inversión de esfuerzo que requiere para que los dos tengan un nivel de satisfacción. Así que es bueno siempre instruirse de fuentes serias, de fuentes que no sean indecentes, pero que sean provechosas para facilitar que cuando nos cerquemos en la intimidad, lo hagamos con la mejor información disponible para que el nivel de calidad en la relación redunde en satisfacción mutua. Conocer el cuerpo, lo que le gusta a la pareja, los días y sus variaciones, todo eso es parte del trabajo que nos toca como esposos. Luego también hay que reconocer que hay veces que hay enfermedades, o hay problemas que tienen que ver con el cuerpo, y nos empezamos a sentir raros, y eso tiene un impacto en nuestra líbido, en nuestra dinámica de la intimidad. Cuando nosotros sentimos que algo no anda bien, no debemos ser negligentes, hay que sacar una cita e ir con los expertos, la mujer debe ir con su médico, informarse bien con su médico, hombre o mujer, como sea, y exponer sus dudas con un profesional de la materia, y atenderse con medicina, el hombre igual, de modo que puedan remover obstáculos o pretextos que normalmente pueden ser excusa para que se descuide un área tan importante, y después vivir resentidos, o vivir distraídos, mirando hacia donde no se debe, ¿verdad? Entonces son asuntos esenciales. La Escritura nos enseña que la voluntad de Dios es que seamos santificados, que nos apartemos de la inmoralidad sexual, que cada uno sepa controlar su propio cuerpo de una manera tanta y honrosa, sin dejarse llevar por los malos deseos, como hacen los paganos que no conocen a Dios, y que a nadie se perjudique a su hermano, ni se aproveche de él en este asunto. El Señor castiga todo esto, como ya les hemos dicho y advertido, Dios no nos llamó a la impureza, sino a la santidad. Ok. Ahora, ya dijimos que a veces hay causas generales por las cuales la pareja no experimenta la sexualidad en su máxima plenitud, pero otras veces, la razón principal es el pecado. Ahora, no todos los problemas que experimenta la pareja se deben a asuntos orgánicos o de cuidado general, sino que algunas veces los problemas se deben a pecados que se han permitido y que tienen repercusiones en su vida. Casos, cosas y cositas debajo de la sábana. Vamos a hablar ahora de tres peligros espirituales de la inmoralidad. Practicar el sexo fuera del orden de Dios siempre va a traer consecuencias. Pueden ser consecuencias emocionales, físicas y espirituales. De uno o de otro modo. Imagínense contagiarse de enfermedades venéreas, embarazos no deseados. Bueno, tantas cosas a las que se expone uno. Miren algunos de los daños espirituales específicos que se sufran cuando alguien es permitido en su vida sexual fuera del orden de Dios. En primer lugar, un cristiano que ha cometido pecado sexual va a experimentar culpa. Culpa. Porque sabe muy bien que Dios condena las inmoralidades. Y tenemos versículos de sobra. El mandamiento decía no cometerás adulterio. El Señor Jesús dijo que no hay que cometerlo ni siquiera en el corazón. Segundo, las inmoralidades sexuales no solo producen culpa, también producen esclavitud. El que practica el pecado es esclavo Juan 8, 34. Entonces, los pecados sexuales por asuntos químicos y espirituales producen ciertas dependencias, apegos o adicciones a los que los practican. Y eso es una cadena innecesaria en la vida de un creyente y se tiene que tener mucho cuidado, porque esto va a afectar no solo su vida, pero la vida de otros. Y sobre todo, Dios va a dejar que los que cometen inmoralidades sexuales experimenten las consecuencias. Y entre ellas, el castigo. De un modo o de otro, siempre hay consecuencias destructivas para el que practica la inmoralidad. Ya sea de manera emocional, de manera relacional, con su esposa, con sus hijos, con las personas que le conocen, o en la comunión y en la unción con Dios. Se pierde el gozo, se pierde la confianza de que Dios te use por causa de ese pecado. En nuestras vidas y en las vidas de otros, en nuestra reputación, ¿se imaginan? El nombre de Cristo, todo eso es muy triste. Y finalmente Dios dice que Él va a juzgar a los inmorales. Entonces, ¿qué podemos hacer? Ahora algunos de ustedes quizás dicen, cuando yo no conocía a Cristo, yo participé de un estilo de vida fuera del orden de Dios. O incluso cuando era cristiano, me descuidé, fui rebelde y cometí un pecado. ¿Ya no hay esperanza para ellos? Claro que sí. Nuestro Dios es un Dios de gracia. Tres remedios para las inmoralidades. En primer lugar, recordemos que hay perdón. El Señor extiende perdón. Proverbio dice que el que oculta sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y se aparta, alcanzará la misericordia. Siempre hay perdón para todos los pecados. Si a veces nosotros fuimos víctimas de abuso sexual cuando éramos más jóvenes o niños, ese es el caso muchas veces que en la pareja no hay una dinámica sexual saludable porque alguno de los dos o los dos arrasan traumas o dolores de haber sido víctimas de algún abuso sexual en el pasado. Dios quiere que seamos liberados a través del perdón. En este caso, se debe otorgar el perdón al agresor para que Dios pueda comenzar la obra de sanidad interior en el corazón de un creyente. Otras veces, el creyente o la persona es el que cometió la agresión o el pecado sexual. Debe de haber un auténtico arrepentimiento genuino y una reconstrucción de confianza con la pareja para que pueda mejorarse la relación íntima. Pero es indispensable experimentar el perdón. Número dos, definitivamente la renuncia. Nadie que aspire a gozar de una vida sexual saludable con su pareja, con la bendición de Dios, puede suponer que es capaz de seguir practicando inmoralidades y al mismo tiempo de gozar la bendición de Dios. No se puede. La gracia que nos salva también nos llama a renunciar al pecado como dice Tito 2, 11 al 13. Dice, la gracia de Dios está manifestado para la salvación a toda la humanidad y nos enseña que renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente. Así que hay que renunciar a la práctica de todo pecado sexual y también reforzar. Eclesiastes dice que más valen dos que uno solo pues tienen mejor remuneración por su trabajo. Si uno de ellos cae, el otro le levantará su compañero. Debido a que la naturaleza de algunas inmoralidades son muy adictivas entonces en el caso de que hay perdón un arrepentimiento genuino y una denuncia, vas a necesitar el apoyo de otros creyentes que te acompañen en el proceso de restauración. Rendir cuentas, tomar medidas que fortalezcan la santidad en tu vida contar con una iglesia llena de gracia y de misericordia hace una gran diferencia para el que quiere restaurarse en una experiencia de inmoralidad. ¿Qué se permite y qué no se permite en el matrimonio? Como cada quien recibe cierta influencia en materia de educación sexual no siempre saludable es bueno preguntarnos si aquello que estamos interesados en practicar con nuestra pareja se apega a los estándares divinos o se sale de lo decente. Y para tal efecto Dios nos ha dado principios cuando usted quiera saber si algo de lo que usted quiere disfrutar con su pareja es o no admisible delante de Dios puede hacerse las siguientes preguntas en primer lugar, con base en la Escritura debemos preguntarnos ¿lo que quiero practicar edifica o tropieza la conciencia de mi cónyuge? La Biblia nos llama una y otra vez a no poner tropiezo al hermano si lo que usted quiere hacer para disfrutarle su sexualidad le causa culpa o tropiezo a la conciencia de su pareja descártelo, usted no necesita esto se va a convertir en un obstáculo para el deleite de ambos. Segunda pregunta ¿lo que quiero practicar me trae paz con Dios o culpa y esclavitud espiritual? Esto no es con respecto a su pareja si le tropiezo, sino su propia conciencia usted dice, hacer esto no me da paz, me hace sentir inquieto, intranquilo, culpable usted no necesita esta distracción absténgase porque va a hacer eso una distracción en lugar de un deleite Tercero si lo que usted quiere practicar ¿puedo hacerlo en el nombre de Jesús para la gloria de Dios o no? Si lo que usted quiere practicar en su vida privada no le da la tranquilidad de que glorifica a Dios, entonces no debería de hacerlo, no deberíamos hacer nada que nos quite esta paz, y vamos a decir también que lo que quiero practicar si de por si la Biblia nos dice que es inmoral, pues no hay porque complicarse la existencia Casos, cosas y cositas debajo de las cábanas Una lista de las inmoralidades que la Biblia menciona explícitamente y usted no se debe de confundir en la Biblia es considerado inmoralidad la fornicación o sea, sexo antes del matrimonio o con personas solteras el adulterio, sexo con personas casadas, ser afeminado, eso en 1 Corintios 6, 9 está sancionado, la homosexualidad también, la inmundicia es decir, la indecencia, cuando oye la palabra inmundicia en la Biblia se refiere a ser indecente, a ser exhibicionista a eso se refiere las orgías, tener relaciones con varias personas al mismo tiempo, el incesto, tener relaciones con parientes tener relaciones con animales tener relaciones donde se nos infringe dolor o donde lastimamos a otros porque el cuerpo nuestro es el templo del Espíritu Santo y Dios nos creó para infringir dolor o recibirlo sino todo lo contrario, uno de los propósitos es el placer, no el dolor ¿verdad? y tener relaciones con muertos, o sea, solo oírlo da horror, pero por desgracia hay personas que se han expuesto a semejantes abominaciones así es como lo lee la Biblia la lujuria, aunque no es una inmoralidad física es una especie de inmoralidad mental ¿recuerdan el Señor Jesús dijo? ni en el corazón deberíamos cometer adulterio también se le traduce muchas veces como lascivia que significa vivir sin límites es una vida de indulgencia sensual o de indecencia esto incluye la pornografía, los fantaseos lascivos, el boyeurismo eso es espiar a otros cuando tienen relaciones la sexualidad la sexualidad en el matrimonio no es lo más importante, repito la sexualidad en el matrimonio no es lo más importante, pero es importante, y como dije al principio cuando no es debidamente atendido, este apetito llega a ser causa de distracción incluso a veces de resentimientos que se pueden evitar para concentrarnos adecuadamente en el cumplimiento de nuestra misión como cristianos Dios tiene una misión para nosotros que debemos de cumplir ¿no es cierto? entonces si nosotros cultivamos una sana sexualidad en nuestro matrimonio entonces vamos a poder quitar esta distracción para ocuparnos de la misión que Dios nos ha dado, reducir tentaciones resentimientos y tener una vida más feliz y plena, obviamente si usted es soltero esto debe de esperar hasta el matrimonio Los problemas sexuales en el matrimonio Los problemas sexuales en el matrimonio Los problemas sexuales en el matrimonio Los problemas sexuales en el matrimonio Los problemas sexuales en el matrimonio Los problemas sexuales en el matrimonio Los problemas sexuales en el matrimonio Los problemas sexuales en el matrimonio Los problemas sexuales en el matrimonio Los 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