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3. RAQUEL VALENCIA PODCAST

3. RAQUEL VALENCIA PODCAST

Raquel ValenciaRaquel Valencia

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El síndrome del impostor.

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The speaker, Raquel Valencia, introduces her new podcast called "Un ratito para ti entre libros" (A moment for yourself among books). She talks about her nervousness and the fear of the imposter syndrome, which she defines as feeling unworthy of success and believing that achievements are due to luck or external factors rather than one's own abilities. She mentions that this syndrome affects everyone, not just creatives, and can lead to procrastination and self-doubt. She emphasizes the importance of starting small and maintaining a positive mindset to overcome these feelings. She invites listeners to join her for future episodes and suggests reaching out to her with any topic suggestions or for a chat. She concludes by saying that she is excited about this new phase and hopes to see listeners soon. Hola, te doy la bienvenida a un ratito para ti entre libros. Soy Raquel Valencia, autora de novelas contemporáneas y he escrito varios libros de romántica, de desarrollo personal y de fantasía. Y ahora me animo con el próximo. ¿Me acompañas? Un ratito para ti entre libros. Con la buena... Y bueno, ya lo he dicho, te doy la bienvenida a esta nueva etapa de un ratito para ti entre libros. Estoy un poco nerviosa porque es el primer programa, es como un nuevo comienzo. Supongo que estoy ahora de nuevos comienzos y creo que podría ser chulo empezar de nuevo con el podcast, darle un poco de vidilla. ¿Qué mejor manera que hacerlo con el síndrome del impostor y la impostora? Siempre ahí al acecho, intentando pillarnos en un reducio. Es un artículo que escribí creo que fue en abril y que definí un poquito cómo me sentí durante mucho tiempo. Que no solamente ha sido por falta de tiempo, obvio, sino también por un poquito de ese miedo que todavía queda en el cuerpo de no saber si estamos haciendo las cosas bien, si gustarán o no gustarán. Entonces, pues bueno, estamos en una época en la que la inmediatez es la que manda y no tenemos tiempo para nada, ¿no? Incluido, bueno, ya lo he dicho. Entonces, creo que es la mejor manera de empezar estos podcasts. Y bueno, decirte que aquí vas a tener disponible cada segundo... De momento. Luego ya igual vamos semana a semana. Pero bueno, por lo menos para empezar, una vez al mes, en la segunda semana del mes, el segundo fin de semana de mes, colgaré un podcast. Si te parece bien, si te va bien, puedes escucharlo. Y si te apetece lo que es leer ese artículo, lo tendrás también disponible transcrito en el blog. Entonces, pues bueno, vamos a empezar un poquito a hablar de estos temas y espero que te guste. Y nada, decirte que estoy muy contenta de esta nueva etapa y espero verte pronto por aquí con comentarios, con lo que si te ocurra, si tienes alguna idea en especial que no haya tocado y te apetece, pues soy todo oídos, ¿de acuerdo? Entonces, bueno, hablarte un poquito del síndrome del impostor, que igual lo conoces, igual no. Impostor o impostora, ¿eh? Que lo mío es impostora. Pero vamos, podría ser impostor perfectamente. Yo la llamo Dorothy. ¿Por qué? No lo sé, porque me parecía súper sonoro. Entonces a mi impostora la suelo mandar a tomar daiquiris por ahí. Bueno, pero eso luego te lo cuento. Entonces, bueno, vamos a empezar. Esto lo puedes escuchar siempre que te venga bien y te apetezca pues o conduciendo o caminando en un paseo o cuando estás haciendo las cosas del hogar. No sé, como se ha puesto muy de moda, porque decía antes de la inmediatez, yo lo hago mucho. O sea, cuando no puedo leer o cuando no puedo hacer ciertas cosas, pues me pongo un podcast o me pongo un audiolibro, camino del trabajo o cuando me voy a dar una vuelta porque necesito oxigenarme o cuando tengo que hacer las labores del hogar porque tanto nos emociona. Que algunas son más agradables que otras, ¿no? O que nos gustan más que otras, por ejemplo. Y bueno, yo creo que puede ser magnífico que estemos acompañados de esta manera. Yo me lo pongo mucho para que me acompañe en ese sentido, ¿no? Entonces ya te habrás imaginado lo que es el síndrome del impostor o de la impostora, tal vez una idea. Y aquí, pues bueno, te lo voy a resumir así un poquito por si no lo sabes o no te queda muy claro o así. Porque como te habrás imaginado, esto surge de nuestros miedos y de nuestras inseguridades. El cerebro le encanta, le encanta la sanidad, le encanta el no tener que pensar, sota caballo y rey. Al cerebro le gusta estar en su zona de confort y todo lo que se ha delgado de la norma, pues le cuesta un poquito, ¿sabes? Nos ayuda a quedarnos ahí y hay veces que nos desayuda porque nos protege tanto, tanto, tanto que no quiere que salgamos de ahí. Y su manera, pues, es esta, ¿no? El síndrome del impostor o de la impostora se podría definir como un fenómeno psicológico en el que la persona siente que no es merecedora de su éxito, que sus logros son por un golpe de suerte o por factores externos y que sus habilidades o sus esfuerzos propios, que las ha hecho, no merecen la pena. Entonces, esas personas experimentan con este síndrome que tienen una sensación de ser un fraude, de que eso no va, es que ha sido un golpe de suerte. Y a pesar de tener las pruebas de que su éxito es por su trabajo, por su esfuerzo y porque tienen un don inalto para eso, pues no le dan esa importancia que realmente tienen, ¿no? Esto afecta a todo el mundo, o sea, no creas que a ti no te puede afectar. No tendrás el nombre definido, pero te puede afectar. Sí que es cierto que a los creativos y a las creativas, a los escritores, a las escritoras, a los pintores, pintoras, fotógrafos, fotógrafas... Bueno, a toda la gente que trabaja en el entorno creativo les pasa mucho, ¿no? No es que nos pase más, simplemente que lo detectamos de una manera mucho más clara que igual otra persona, ¿no? Pero es que a todos los niveles, cuando te vas a sacar el carnet de conducir, o vas a hacer un examen, o estás estudiando una lección de no sé qué, o tienes que hacer esta labor para, yo qué sé, un papeleo. Un papeleo que anda, que como nunca tenemos que hacer papeleos, ¿eh? Nunca hay que hacer papeleos. O sea, tú vas a cualquier lugar y tienes que hacer un papel de algo. Y nos da la sensación de que no vamos a poder ser capaces de hacerlo. Pero ¿por qué? Ya vamos a intentarlo, por lo menos vamos a intentar hacer las cosas y así darnos cuenta que somos capaces de hacerlo. Muchas veces no nos damos cuenta porque no queremos darnos cuenta, pero hay que acotar eso, ¿no? Yo creo que a veces, si ya desde el principio dices que no, claramente no vas a poder hacerlo. Pero hay que intentar hacer las cosas. Si no, nunca sabrás si eres capaz o no eres capaz. O, no sé, creo que esa inseguridad se instala en nosotros y hay veces que no reaccionamos. Entonces nos bloqueamos y no puedo hacerlo, no quiero hacerlo. ¿Por qué? Porque no puedo. Entonces esa es la sensación que tenemos que quitarnos en la cabeza, ¿no? Entonces lo que te decía, afecta a todo tipo de personas. Da igual la edad, da igual el sexo, da igual la condición social, la religión, da igual. O sea, nos pasa a todas las personas. A unas con mayor grado que a otras, ¿no? La inseguridad que se instala ahí a vivir contigo... ¡Ay! Al fondo a la derecha, como digo yo siempre, no agazapad, no se esperan, no es su turno para actuar. Te dice de todo para disuadirte de que lleves a cabo ese plan estratégico que tú has conformado en tu cabeza para salir de esa zona de confort. Entonces como ve eso dice, uff, ¿a qué va a liar? No, con lo bien que estoy yo aquí, ¿sabes? Entonces intenta de todas las maneras posibles que sigas en esa zona de confort. De que hagas lo que te había propuesto hacer, pero más pausadamente, ¿sabes cómo te digo? Entonces lo que te hace es tener esa sensación de ser una persona impostora. Un impostor que no... que no, que no, que eso, uff, que mal... No, no, no, que eso no le va a gustar a nadie. Cualquiera lo haría mejor que tú. ¿Qué tal si haces esto a otra cosa? Porque si total eso no... Esto no es un sueño, esto es una utopía. Nada, déjalo, déjalo, déjalo para más tarde que no vas a ser capaz. Y total, ¿qué más da? Si no le va a gustar a nadie. ¿A qué esas cosas te suenan? Sí, ¿verdad? Es que da igual en qué ámbito te muevas, es que nos pasa a todos. Porque la mente, como te decía antes, es muy carita y te da una ventaja. Todo esto que yo ya hacía, eso yo ya... ¿sabes? Y ahí estás tú, que te lo crees ahora, que no te lo crees después. Que dices, uff, hoy estás a un fallo y dices, venga, vamos a intentarlo. Pero mañana estás súper emo y dices, ay, Dios mío, no voy a poder. Entonces juega con nuestra mente de esa manera, ¿no? Y te pasa en todo, o sea, vas a andar en bici, o vas a nadar, y no, no, no voy a poder hacer 300 metros. No, no, que es que me voy a ahogar, es que no es que... O si estás aprendiendo, yo aprendí de adulta a nadar y no me arrepiento. Y claro, el miedo que te da de decir, uff, que me voy a ahogar. Es que te puede pasar con cualquier cosa. En cualquier ámbito de tu vida te puede pasar. No, es que no seré capaz de subir esto a las redes sociales, por ejemplo. O a internet, que ahora como todo se mueve por online, pues es más sencillo, ¿no? Entonces, pues bueno, es un poquito... Para que te hagas una idea. No sé yo si me estoy explicando muy bien. Yo creo que sí. Cada uno con nuestros ejemplos ya vamos haciéndonos una composición del lugar, ¿no? Entonces decirte que el síndrome del impostor o de la impostura tiene consecuencias de las que no somos conscientes así a primera vista. Porque te da por pensar, te da cosas que... Bueno, cosas. Te dan momentos de pensar, bueno, ahora puedo hacerlo. Pero luego, cuando te vas a poner a realizar esa acción, uff, mira, es que tengo una de plancha, uff, tengo que bajar la basura, uff. No, es que tengo que ir a hacer este recado porque si no lo hago... Y a ver, ¿qué haces? Procrastinar. O sea, ¿qué es procrastinar? Dejarlo para otro momento porque tengo otra cosa que es más importante que esto que... Y al final lo vas dejando, vas dejando tus objetivos y pasas a otra cosa mariposa que se suele decir. Y en realidad es que no te estás dando la oportunidad de sentarte y decir bueno, voy a ver cómo hago esto. Porque si no lo haces, ya has perdido. O sea, si no das ese primer paso a hacer lo que te apetezca, a estudiar algo, a leer algo, andar 5 kilómetros que pasen pocos a unos, les parecen a pocos a otros, les parecerá mucho. Si no te das esa oportunidad de empezar, de dar el primer pasito, ¿cómo vas a dar el segundo? Eso pasa siempre. Es como en las dietas. A mí me hace gracia cuando te prometen bajar 10 kilos en un mes. Claro que se puede, sí, sí. ¿Y de qué te va a servir? De desnutrirte, de no hacer las cosas bien, de luego coger 15. No, lo que tenemos que tener es, claro, el objetivo, de dónde queremos llegar e ir a poquitos pasos. Coger una rutina, organizarnos y hacer las cosas poquito a poco. Cada cual en su momento. Y la cabeza es muy, muy, muy dura. Y va a estar ahí, pico y pala, pico y pala, diciéndonos que no podemos, que no podemos hacer esto. Lo que tenemos que hacer es mantener siempre una mentalidad positiva. No siempre es capaz, porque en la vida no es hippie happy. O sea, no todo es bonito, ¿sabes? Esa frase de la vida es eso que te pasa mientras tú te empeñas en hacer otra cosa. Yo creo que es esencial que tengamos claro que la vida no es todo un arco iris. En la vida hay una escala de grises y muchas veces tendremos que pasar por momentos muy bonitos y otros no tan bonitos. Pero lo que hagamos con esos momentos es lo que va a decidir si estamos siempre en el dolor y en la queja o siempre estamos intentando sobrepasar esos límites. A veces no nos damos cuenta, pero ese don especial que tenemos para algo, pues ya no te digo solo pintura y escritura o música. No, te digo escuchar a personas, ser una persona empática. No sé, tener la capacidad de hacer ciertas tareas que otros se las resisten mucho, porque no todos somos buenos en todo. Pero todos tenemos algo nato que nos hace diferente y por muy iguales que parezcamos, todos tenemos un puntito de autenticidad que hace que cada persona sea un bueno. Entonces muchas veces no nos damos cuenta de eso, de que somos especiales y a la vez no somos todos especiales. Todos somos iguales, pero a la vez todos somos diferentes. Y me estoy metiendo en otro jardín que no es el que habíamos venido de partida, pero lo que quiero que entiendas es que esa impostora, ese impostor que llevas pegado, que te dice que no puedes hacer algo, te lo sacuda. Porque si no puedes hacer eso, ya se encargará el tiempo de decirte, oye, mira, hasta aquí. Ya se encargará, te podría poner mil ejemplos que ya te he puesto, pero ya se encargará de hacerlo el momento en el que estés. Pero si tú no eres capaz de empezar, es que tu mente ya te ha ganado. El impostor o la impostora ya te ha ganado. Yo suelo mandarle, ya te he dicho antes, que tomar tranquilos. ¿Sabes? Porque nos roba esa motivación. Y la motivación es lo más importante para dar el primer paso. Debemos coger ahí y ponerle límites. Y es muy difícil porque está ahí todo el día machacando. Y tenemos que aprender a tolerar esa frustración. Mira, además Bea Pedro tiene un artículo buenísimo, te dejo luego las notas del programa, te dejo el enlace para que puedas leerlo. También te dejaré el enlace de la mente positiva, porque es muy fácil decir, hay que tener mente positiva, pero luego no das ningún consejo. Y yo creo que es importante. No podemos estar, como te decía antes, siempre hippie happy. Hay un momento en el que vamos a caer. Obvio, somos personas, somos seres humanos, y tenemos un montón de sentimientos y hay que explorarlos todos. Lo que no podemos hacer es quedarnos siempre ahí. Hay una película muy chula de dibujos animados que ahora mismo no recuerdo el nombre. Al revés, creo que se llama. No estoy segura. Que habla de todos los estados de ánimo. Y si te falta alguno, por muy bueno o muy chulo que parezca, todo se desmorona. Y si te falta alguno, todo se desmorona. Tenemos que tener esos nubes claros. Para que haya sol siempre tiene que haber lluvia. Hay que encontrar nuestro equilibrio. Y lo que decía, mandaría a la playa o a tomar de Iquiris o algo. Tengo unas amigas y compis, bueno, empezaron siendo compis y han acabado siendo unas amigas súper chulas, que siempre nos decimos, le vamos a mandar a tomar de Iquiris y martinis a la playa y piñas coladas y tal. Porque nos pasa a todos. Yo creo que no lo vamos a poder evitar. Porque el síndrome, por eso es un síndrome, nos va a visitar siempre. Pero lo que no tenemos que dejar es que nos atrape y que nos tenga allí todo el tiempo. Así que ya sabes. Lo mandamos a tomar de Iquiris. O la mandamos a tomar de Iquiris. Que nos deje un poquito. Y bueno, yo creo que me he enrollado un poquito, pero... Me ha estado tan a gusto que he seguido hablando y hablando y hablando y te invito a que el mes que viene, el segundo fin de semana de junio, estemos aquí, tú y yo, tomando un café con Iquiris. Lo que sea. Tú coja lo que te dé la gana. Yo no me voy a chivar. Y estemos aquí, una vez más, hablando de cualquier otro tema. Y si te apetece, puedes sugerirme algo. Y si te apetece tomarte el café conmigo, pues escríbeme a info.raquelvalencia.com y dime, oye, me gustaría tener una charlita contigo y debatir sobre esto. ¿Qué te parece? O hablamos tranquilamente. Y así podemos arreglar el mundo un poquito. ¿Qué? ¿Te animas? Venga, un besazo y hasta el próximo podcast. Un ratito para ti, entre libros.

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