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Primer capitulo del Diario de Fermin
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Primer capitulo del Diario de Fermin
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Primer capitulo del Diario de Fermin
Fermín's diary entry reveals his deep connection with Mónica and his struggles with his illness. He reflects on his past and how society often misunderstands those who have experienced trauma. Fermín's sadness is evident, but he does not want to hurt anyone. A doctor informs him that they have removed three tumors, one of which is very bad. Fermín, still under the influence of anesthesia, tries to make light of the situation. Despite his illness, Fermín promises to continue loving and supporting Mónica. He reflects on their journey together, which will eventually lead them to the sea. El diario de Fermín. A Mónica, a quien elegía en Rivendell para que me acompañara todo el camino cogido de su mano, a sabiendas de que sin ella no sería capaz de recorrerlo. 25 de abril de 2023 La mirada agacha Fermín me observa con la mirada agacha. Se hace el duro e impasible, finge un cierto menosprecio o es vergüenza, pero a mí no me engaña. Cuando no me ve, le observo y le reconozco triste y abatido. Él no quiere ser el malo de la película. En cierto modo es como el joven que delinque y la sociedad lo excluye y lo considera una mala persona, sin valorar que tuvo una infancia triste y leció en una familia desestructurada, que no recibió nunca el abrazo de su padre y su madre no tuvo tiempo de recogerlo en sus brazos, ocupada como estaba de sacarlos adelante. ¿Qué más quisiera que alguien le abrazara, le mirara a los ojos y le dijera, exorcizando su dolor, que lo entiende? Así es Fermín, mi Fermín. No quiere hacerme daño. Yo sé, aunque disimule, que está triste desde que me lo han diagnosticado. Por eso no estoy enfadado. No podría estarlo con él y le prometo que, mientras me quede en fuerzas, le abrazaré, le inundaré con mi amor y, si Dios quiere y lo tiene así previsto, le ayudaré a marcharse. Hoy nos ha presentado un doctor al que no le pongo nombre. Se ha dirigido a mí, todavía en la camilla, después de tenerme una enfermera porque yo me empeñaba en ni dar daño, aturdido como estaba por la anestesia, intentando saltar la baladería y ella en endeñarme, como le llaman, una pera, creo. Y me lo ha dicho sin anestesia esta vez. Te hemos quitado tres polvos. Dos eran buenos, uno malo. Muy malo, creo que le he contestado. Me ha mirado con cara de no saberlo o de no querer darme su opinión. No estoy seguro. Los efluvios de aún presente borrachera, inducidas en alcohol, que perdí la oportunidad, me difuminaban en el paisaje. Lo que sí recuerdo es una sensación como de hablarme yo a mí mismo, lo cual siempre me interesa. Ya lo sabías. Fue entonces cuando le vi la mirada gacha, avergonzada, y creo recordar, ya creo que estaba borracho, que le sonreí y le dije algo así como, ¿has venido a por mí o para mí? A la salida me esperaba Mónica, mi Mónica y mi hermano, disimulando, como podían, el estupor que les albergaba. Solo acabecé a pensar, no os merecéis esto. Y como aún estaba bebido y los borrachos son los más auténticos, me puse a hacer el tonto andando como si me traspasarillara por la purga. Me volvió una reñir. Así nos conocimos, mi Fermín y yo. Aún no sabía el recorrido que nos esperaba juntos, pero de uno hubo otro, acabaríamos en el mar.