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Vigilia He peleado la buena batalla Viernes 31 de Marzo

Vigilia He peleado la buena batalla Viernes 31 de Marzo

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La siguiente es una producción de la Comunidad Olivo Verde, Costa Rica. Hoy hacemos la batalla de la fe, tomados de la mano de Jesús. Y aun perseveramos hasta el final, la victoria llegará. Gracias a Dios por que estoy aquí hoy. Anoche estuve un poco enfermo, bastante enfermo. Ayer, antier, algo me afectó. Y me puse a pensar, bueno, simplemente es que Dios me decida, te vienes y nos vamos. Es que es así siempre, hermanos. Por eso la palabra de Dios dice que para nosotros el vivir es Cristo, el morir es ganancia. Pero cada día que vivimos, morimos. Simplemente, diría para Dios que el morir es ganancia. No es un problema morirnos. No es ningún problema para nosotros en Cristo. Este pasaje que presentó el Pastor como lema, es un pasaje que es muy lindo, precioso. Él empieza diciendo, yo ya estoy próximo a ser sacrificado, a partir, la partida del Pablo. Este es un Pablo anciano ya, muy mayor, muy adulto. Se dice por los teólogos que es la última etapa de la vida de él. Mayorcito ya, como de yo, de alguien, de mí mismo hacia arriba, ¿verdad? De yo para arriba, ya. Yo creo que Cristina tiene menos que yo, ¿verdad? Don Quique tiene menos que yo todavía, aunque tenga la barbita blanca. Aquí yo calculo que somos pocos los que podemos tener más de 60 años. Pero posiblemente Pablo tenía 60 para arriba, 70, 80, no sé qué edad tendría. Pero es interesante ver a un Pablo anciano diciendo, estoy próximo a partir. Y dice, he acabado la carrera. Él ha acabado la carrera. He guardado la fe. Y al final termina diciendo, por lo demás, hermano, nos queda la corona de justicia, la cual me da el Señor, y no solo a mí, sino a todos aquellos que esperamos su venida. Hoy en día nos estamos olvidando de la venida del Señor. Pero dice a todos aquellos. ¿Verdad? Qué interesante. Pablo joven, mucho más joven, le dice a los trisarolincenses. Luego nosotros, los que queremos, seremos arrebatados. Qué interesante. Pablo está seguro, en ese momento, que cuando Cristo venga en la segunda venida, él va a estar vivo. Qué lindo eso. Yo lo veo muy lindo eso. Fue engañado Pablo. Fue confundido Pablo. No, señores. El Señor le está hablando a saber de Pablo su iglesia. Y Pablo su iglesia. Y a la iglesia él la trata como su iglesia, con su palabra. En ese momento, lo que Pablo dijo hace muchos años, he acabado mi carrera, he guardado la fe. Se le está yendo a la iglesia hoy en día. La iglesia, no Pablo, no Luis Cordero, no el Pastor, no Steven. La iglesia debe decir lo mismo en este momento. Estamos acabando la carrera. Hemos peleado la buena batalla. Pero hemos guardado la fe. Hermanos, esto es muy profundo. El Pastor que nos metió con este tema, yo estaba allá en Pital cuando me dijo eso, que si podía tocar este tema. Claro, me dijo que lo más una hora, me dijo. No, no, yo sé que son cinco minutitos, siete minutos. Yo me entiendo mucho. Pero, que lindo es el tema. A mí me gusta mucho. Yo me crié en una iglesia, hermanos. Yo no nací en el catolicismo. Yo nací en un hogar cristiano evangélico. Desde mi niñez. Yo puedo ser de los que digo Pablo Timoteo, porque de la niñez has conocido las Sanas Escrituras. Tu madre, Loide, y tu abuela, no sé cuál es la otra. No me acuerdo cómo se llama. Se me chifló Dios. Ya me van algunos nombres. Sí. Ellos te formaron. Pues mi madre era una mujer cristiana de hueso colorado. Nacida en las iglesias centroamericanas, que fueron las primeras que llegaron a Costa Rica. No fueron las primeras. La primera fue la bautista. No se lo reconocieron nunca. Fue en Limón, donde llegó la iglesia bautista hace más de cien años. Se reconocieron a la iglesia cristiana evangélica a los cien años en Costa Rica. Fue a través de las primeras iglesias centroamericanas y bíblicas latinoamericanas, que entraron a Guanajaste. Pero no en la iglesia. Quién entró con la bautista? En Limón. Un comerciante inglés traba las primeras bíblicas a Limón, y ahí se formaron las primeras iglesias. Ya van a andar como unos ciento... Esto va de unos ciento veinte, ciento veinticinco años, la iglesia evangélica en Costa Rica, por medio de la iglesia bautista. La iglesia... El reconocimiento de la iglesia evangélica en Costa Rica. Mamá se formó en esas iglesias centroamericanas. Cuando yo vivía en Esparza, y yo me quedé en Esparza, Esparta era para mí, yo me quedé en Esparta, pero en Esparza nos formábamos en la iglesia metodista. De ahí donde era Jorge Luis Sotogul. Una vez fui con el pastor Federico, me llevó a una actividad donde Sotogul, y el pastor de aquel señor, ¿cómo es que te conoce? Dice, mira, me conoce desde chiquillo. Es Vicente y Carlito, mis hermanos. ¿Usted vio que él se habló de todos nosotros? ¿Por qué sí? Ahí nos formamos. Él dice que la iglesia fue muy mala. Muy mala. Mentiras. La iglesia no es mala. Ninguna iglesia es mala. La iglesia de Apocalipsis, siete ideas diferentes. Ninguna es mala. Es la iglesia del Señor. Cuídense ustedes si es mala la iglesia. Ninguna iglesia es del Señor. Si está en Cristo, es la iglesia del Señor. Cuidémonos, porque estamos ofendiendo. Es más, el Señor dice, Cuidado con aquel que llama necio a su hermano. Estamos hablando de hermano en Cristo. Nadie llama necio a su hermano. Es vacío. No es vacío. Si tiene palabra, uno tiene un defecto, otros tienen otro, pero es la iglesia del Señor. Yo me formé en la iglesia bautista. Me formé en la iglesia bautista porque a la edad de 18 años, me recuerdo yo que yo nací en un lugar cristiano. Yo chiquitillo, en el templo, tocaba un órgano viejo. Ahí aprendí las primeras notas. Un órgano que, no sé si estudian que es organista, y tecladista lo conoció. Que usted es de hueso viejo, hueso colorado. Le daba unos pedales para meter el aire, porque había que inflarlo. Tenía unos cuellos anchos. Inflaba, entonces se sacaba notas, pero le daba pedales. Era moderno ya. No era un clavicordio ni nada de eso. Era un órgano, pero sí era. No era eléctrico. Había que dar el pedal para que cargara un compresorcito, algo así. Yo sacaba notas y yo me recuerdo que pequeñito yo lloraba con aquellas notas de los signos. Me encantaba el himno, ¡Oh, qué amigo nos es Cristo! Pues yo soy bautista, conozco muchos signos. ¡Oh, qué amigo nos es Cristo! Qué lindo. Cantos como esos, se los amo a Dios todos los cantos. Yo los sacaba. Yo me fui formando en la iglesia, en la iglesia metodista, hasta la edad más o menos de 15 años, que nos fuimos a vivir a Barranca, en Punta Arenas. Y en ese tiempo viviendo en Barranca, en Punta Arenas, yo me recuerdo que ya en mi adolescencia, como en tercer año de colegio, octavo, noveno año de colegio, en el Vicerro Esparza, de ahí me gradué yo en el año 1978, hace muchos años. Pero sí, me recuerdo que yo ahí empecé a descargarme mucho. Y era un huila de mami, yo era el huila de la iglesia, yo era el orgullo de mamá, porque vivía leyendo la Biblia desde pequeñito. Yo la Biblia de seguro la leí toda, desde antes de los 15 años, por lo menos un par de veces. Toda, toda. Toda la Biblia, la leía toda. Yo era un lector, mis cuñadas mayores, que interesante, llevábamos a aquel huila, a nuestra cuñada Luis, que leía la Biblia. Yo era un chiquillo, me chacaba la Biblia, yo leía la Biblia siempre, me gustaba mucho. Y así era mamá, así nos formó. Nosotros leíamos La Pocento Alto, un librito que había antes, que La Pocento Alto era para una lectura de cada día. Yo no sé cómo mamá lo hacía. ¿Cómo me cuesta? Yo no pude hacer nunca eso, con mis hijos, decir, voy a tener un culto cada día. Mamá todos los días, oiga, con un esposo alcohólico. Papá después fue un esposo alcohólico. Haber conocido al Señor, murió en Cristo, gloria al Señor. Yo lo pastoríe, pude verlo al final, él volvió a entrar a Cristo, y glorificando al Señor, partió, pero después de que mamá falleció. Fue muy duro para mí la muerte de mamá. Pero cuando yo tenía como 15 años, yo me acuerdo que era chiquillo, especial de mamá, que era chiñada mamá, que yo no me avergonzaba de decir, soy evangélico, en la iglesia antes no, éramos raros, éramos raros. Llega el padre Valentín, un sacerdote de Esparza, y él tenía miedo, no sé por qué tenía miedo, pero me jalaba y me decía, venga, venga, me decía, con voz de español, porque era españolete, me decía, venga, usted no es hijo de Rodrigo Granado, me preguntó eso toda la vida, no sé por qué me preguntaba eso, duró un año preguntándome, soy hijo de Rodrigo Granado, Rodrigo Granado era un químico, que llegó de San José de Vida, a Esparza, fueron los que involucraron a Jorge Luis Soto en el asunto de los novedosos, de Amaris, de Granados, y yo trabajaba en Fertinca, yo era un chiquillo, no, no, yo no soy, y me hacía preguntas bíblicas, que qué pensaba yo, siempre como que me tuvo un respeto el sacerdote, me veía un guirilla, un bichillo raro ahí, entre el grupo de guilas, nadie era evangélico, nadie, nosotros éramos los evangélicos, yo no me avergüenzo que me digan evangélicos, que seamos todos, no me avergüenzo, porque para mí, cuando yo me escribí en eso, era muy duro, decir sí, soy evangélico, era muy duro, después llegamos a vivir a Barranca, y la única iglesia era la bautista, solamente, después llegó Zacarías, y está todo el mundo hablado de Zacarías, es famoso, Zacarías Pérez, y después llegaron, estaba la iglesia bautista en Montarenas, y la iglesia bautista en Barranca, y estaba la iglesia bautista en Granados, eran poquitas iglesias, pocas iglesias, pero eso no es lo grandioso, no, lo grandioso es esto, he peleado la buena batalla, no sé si estoy acabando la carrera de la fe, pero la iglesia está acabando la carrera de la fe, el señor viene muy pronto, muy muy pronto viene el señor, si estamos acabando la carrera de la fe, vamos a seguir mil años más aquí, no, hemos peleado la buena batalla, ahora, cuando llegué yo, yo nací en el evangelio, no nací cristiano, nací evangélico, pero no nací hijo de Dios, cuando yo tenía 18 años, me acuerdo que un pastor que había en la iglesia bautista me decía, yo iba al día, ya no quería ni ir a la iglesia, ya no quería andar en esa cosa, además cuando yo entré a la iglesia, mi primer año en la iglesia, yo andaba tan descarriado, no en drogas, pero sí andaba tomándome algunos tapiruchos, decían nosotros antes, algunos tapiroles, yo tomé licor con algunos jóvenes, lo digo, nunca cuento esas cosas, pero lo digo para que sepan, sí, hay una situación, el chiquillo nació en el evangelio, hay que tener mucho cuidado, porque son los más perseguidos, los más golpeados, somos tan señalados, pobrecito los hijos de pastor, peor todavía, peor los hijos de pastor, todo el mundo lo señala, igual, mejor que el pastor, y son huilas, son adolescentes, yo trabajo con adolescentes todos los días, yo le digo a mis chiquillos del colegio, chicos, ¿cómo lo van a entender yo a ustedes? pobrecito los profesores, los viejos, que ya creen que nunca fueron jóvenes, y lo andan señalando y atacando, no, yo trato de ponerme en su lugar, con respeto, con autoridad y con el regaño que tengo que darle, pero los entiendo, porque yo fui joven, y yo me acuerdo que a la edad de 17 años me dijo el pastor, ¿qué es esto? yo decía, bautizaron a los metodistas, en los metodistas le echaban el puñido de agua, en el templo, había una pila ahí, lo agarraban a uno, ya grandecito, y le echaban el chorro, lo llevaban al río, es cierto, los metodistas tenían esa forma, lo llevaban al río, con el agua de aquí, y le echaban el poco de agua aquí en la cabeza, que lo quiera, no entendía nunca lo que dice la palabra de Dios, que es por inmersión, es bautismo, es sumergido, ok, pero yo no sé si los metodistas han corregido eso o no, yo sé que sí, pero la iglesia inglesa, la inglesa es muy igual al catolicismo, tiene muchas cosas igual, y el metodismo por ahí vino con estos señores que trajeron el metodismo a Estados Unidos, tenían las mismas ideas, pero hermanos, con esto quiero contar un par de cositas nada más, perdón, he peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe, he guardado la fe, he guardado la fe, he guardado la fe, y la verdad es que la iglesia inglesa es muy igual al catolicismo, he guardado la fe, el asunto es he guardado la fe, dice solamente, muy rápidamente, dice el libro de San Juan, San Juan es tan lindo, un libro precioso, a San Juan le llaman el evangelio en miniatura, se habla que San Juan es el exacto de todo, el evangelio en miniatura, te empieza diciendo Juan, Juan 3.16, Juan 6.14, es un evangelio en miniatura, todo lo encuentra usted, todo lo encuentra yo soy el camino, y empieza con todos los pasajes hermosos, Juan es el evangelio en miniatura, pero hay un hermoso pasaje que voy a leer un poquito solamente, dice el libro de San Juan 15, del 1 al 8, yo soy la vid verdadera, y mi padre es el labrador, oiga nuevamente, yo soy la vid verdadera, eso que quiere decir, que hay vides no verdaderas, que hay vides no verdaderas, puede tener nombre de vid, pero no son vides verdaderas, y son vides, pero no es la vid verdadera, dice la palabra de Dios en el libro de Isaías, dice que el granjero llego y sembró una vid, quería que echara uvas buenas, pero le echó uvas malas, agrias, que hizo, después de haber arreglado el terreno, no le echó uvas buenas, porque él era la vid verdadera, no un pueblo, sino Cristo mismo, dice más, y mi padre es el labrador, dice ahora, todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará, y todo aquel que lleva fruto lo limpiará, para que lleve más fruto, ahora sigue diciendo, de cómo se limpia, ya vosotros estáis limpios, por la palabra que os he hablado, hermanos, dice el estamos yendo con la palabra limpia, la palabra limpia, la sola palabra limpia, ya vosotros estáis limpios, por la palabra que os he hablado, que os he dicho, hermanos, si hay algo que yo agradezco en mi vida, fue la palabra desde niño, desde niño, yo agradezco la palabra que en mí formaron, en mí formaron mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi vida, mi 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