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Desayunando con Jesús _ Cristo hermoso Redentor

Desayunando con Jesús _ Cristo hermoso Redentor

00:00-18:25

En este Podcast, tratamos de enfocar algunos aspectos que posiblemente pueden pasar desapercibidos en el contexto moderno y cultural actual, pero que en el contexto de hace 2000 años atrás tenían otra forma y pesaban mucho en el cotidiano vivir del pueblo de Israel de entonces. Es impresionante que frases dichas por Jesús como "si tu ojo te hace pecar" contengan tanto trasfondo. Pd. Uso algunos términos en hebreo solo como ilustración.

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Transcription

In this transcription, the speaker discusses the concept of leprosy in the Bible and its spiritual significance. They explain that leprosy was not just a physical disease, but a moral affliction caused by doubtful or immoral behavior. The speaker highlights instances in the Bible where leprosy was used as a punishment or a test of faith. They also mention the rituals and sacrifices required for someone with leprosy to be declared pure again. The speaker then draws parallels between the concept of leprosy and the sacrifice of Jesus Christ, emphasizing that only through His sacrifice can one achieve spiritual purity before God. ¡Bendiciones familia! Muy buenos días, hoy en Desayunando con Jesús, vamos a seguir hablando un poquito sobre el tema que planteamos el día de ayer, que era justamente el ver cómo términos de Cristo Jesús cuando dice, si tu ojo te hace pecar, sácatelo porque es mejor que ingreses a la vida eterna sin un ojo que guardar todo tu cuerpo y perder tu vida eterna. Básicamente esa es la instrucción que da Cristo Jesús. Y nos habíamos llevado hasta Levítico 13, donde se especifica un tema que se llama en hebreo la Zaraat, que significa y fue traducido como lepra. Es un punto que todavía se puede analizar, pero creo que el término lepra deja muy delimitado algunos temas como un campo médico específico y se saca, en verdad, de lo que significa dentro del concepto bíblico, lo que significó en su momento para los griegos la lepra como algo físico, para el estudio bíblico y para la presentación de todo este problema en la Biblia es un aspecto espiritual y no tanto físico. Pero en fin, habíamos visto que dentro de todo lo que se analizaba en el contexto decía que había una parte cuando el sacerdote miraba si había cambiado de aspecto la lesión de el que estaba sufriendo en su momento lo que se determinó como lepra o Zaraat. Y si era así, pues simplemente le mandaba a que lave sus vestiduras y ya lo declaraba nuevamente apto y puro para seguir en su vida cotidiana. Bien, entonces esto nos llevó a darnos cuenta de que dentro de los términos en hebreo dice si es que la lesión cambió de ojo y esto nos llevó a una enseñanza donde el nacimiento de esta enfermedad es justamente por un lado espiritual. Hoy día vamos a revisar un poco estos temas para entender las palabras de Cristo Jesús cuando Él nos dice que en definitiva si nosotros estamos leprosos o con Zaraat es porque no hemos cambiado nuestra forma de ver las cosas. Y vamos a revisarlo y vamos a mirarlo bajo el contexto judío de ese tiempo y nos vamos a dar cuenta cómo fueron tan fuertes las palabras de Cristo Jesús para sobre todo las personas las cuales recibieron milagros de sanación de la lepra. Bien, entonces nos vamos a remontar un par de milenios atrás a la época de la existencia del templo o lo que se conoce en hebreo como el Beit Javid Dash, el sagrado templo de Jerusalén. En esos días el cotidiano vivir de los judíos giraba alrededor de su relación íntima con su religiosidad, hacia ir al templo, mantener sacrificios y todo esto. ¿Por qué? Porque había dos formas de estar en ese tiempo, impuro o puro, que dentro del contexto judío se conoce como Tamé, que quiere decir lo que es ritualmente impuro, y Tajor lo que es realmente puro. Entonces son dos conceptos claves que acaparan la atención y la preocupación cotidiana de la sociedad judía de aquel entonces. El servicio ritual en el templo cuyo alrededor giraba el grueso del culto religioso de la época, imagínense esto por un momento, obliga a la consideración de estas dos condiciones rituales en la vida cotidiana de un judío. El ingreso del feligrés al recinto del templo y su posible participación en algunos de los rituales depende de su estado de pureza ritual para ese momento, para pasar de un estado de Tamé, es decir, de un estado impuro, al de Tajor, que es de un estado puro, y poder cumplir con varios pasos que puedan incluir el ofrecimiento de sacrificios, de baños en el migbé, o en la piscina, o en una forma de piscinita, para poder tener sus baños rituales que nos indiquen un estado de pureza para poder acercarse hacia el templo. Miren bien, ahora voy a hacer un paréntesis pequeñito aquí. ¿Para qué hacían todo esto? Dios los estaba preparando para que entiendan todo el tiempo que cualquier cosa que podrían lograr a través de llegar al templo, hacer sus ritos, bañarse, purificarse, no les daba una condición permanente, sino era temporal, por un tiempo, hasta que vuelvan a cometer un error, hasta que se vuelvan nuevamente Tamé, impuros, y ellos no podían estar en la presencia de Dios. Todo el relato en el Antiguo Testamento se encierra en estas cosas, demostrando Dios al hombre que a pesar de cumplir con ciertos ritos, costumbres, mandatos, nunca pudieron estar delante de él en el momento como es ahora, abierto, permanente. El sumo sacerdote podría entrar una sola vez al año y hay de él si entraba impuro, o Tamé, si no estaba Tajor, se moría. Y el momento que hacía todo el rito del Día del Perdón, salía y a partir de ese momento ya tenía que convivir con los demás y tratar de mantener su condición de puro o impuro. Ojo, que él antes de entrar necesitaba hacer sacrificios y ofrendas por sus pecados, para poder entrar puro. En fin, vamos dándole el contexto a esto y ustedes que son muy buenos se van a dar cuenta de todo lo que significa con todo este contexto lo que es el perfecto y grandioso sacrificio de Cristo Jesús. Siendo inocente, Él tomó nuestro lugar, pagó el precio de la justicia de Dios y nos da redención. Ojo, y Él es el sumo sacerdote, ya lo vamos a ver. Bien, entonces durante el tiempo del estudio del judaísmo, ellos se encargan hasta ahora de revisar cuándo son puros, cuándo son impuros, ya no hay el templo. Pero vamos a seguir entendiendo esto bajo el contexto de ese momento, dos mil años atrás. Y podemos decir que si partimos del punto de vista de que la Biblia no es un texto de medicina, cabe preguntarse qué lugar ocupa un tratado detallado acerca de esta contagiosa enfermedad, la sarahad, o lo que se tradujo como lepra, en un compendio o entendimiento moral. Es decir, cómo entendemos que todo esto nace, no de un tema físico, sino de un tema moral. Aparentemente, en la concepción de las sagradas escrituras, contraer esta enfermedad no es accidental, sino es el castigo a la consecuencia por un comportamiento dudoso o ciertamente inmoral. Vamos a ver algunos de los casos que se citan en este en este tema. Dice en Éxodo capítulo 4 versículo 6, dice, y añadió Dios, pon ahora tu mano en tu pecho. Y puso Moisés su mano en su pecho, y la retiró como leprosa, blanca como la nieve. En el próximo versículo Dios hace desaparecer la lepra, lo que constituye una demostración de poderes extraordinarios que Moisés podría utilizar para convencer al faraón de que permitiese la salida de los hebreos de su territorio. En realidad, es la segunda demostración que Dios hace a Moisés. La primera fue que al arrojar el bastón al suelo, éste se convierte en una serpiente. Entonces, ¿cuál es el propósito de la segunda demostración? Esto que le ocasiona, se contagia de lepra. Hay que considerar que posiblemente la prueba de la lepra fue un castigo para Moisés, porque el primer versículo de este capítulo leemos, y respondió Moisés, y si ellos, los hebreos, no me creyeran y no me escucharan porque dijeran, ¿no se te apareció Dios? Es decir, no te creemos que Dios se te ha aparecido. Entonces, esta falta de confianza en el pueblo que se desprende de las palabras de Moisés es la causa de que Dios ordene, aunque sea por un momentito, el azote de la lepra en la mano de Moisés. Miren bien, esto es importante darnos cuenta, y de hecho, Dios le está mostrando la condición del pueblo, en verdad, si no estuvieran con él, si dudan de él, todos somos delante de Dios leprosos. Así es como nos ve él, de la misma manera que le mostró la mano y le dijo, mira, si tú dudas de mí, mete tu mano en el pecho, así estás. Pero como yo te estoy mostrando mi poder, mete tu mano y yo, de esta condición de lepra, te paso a la condición que yo tengo para ti, normal, una condición de salud, una condición donde todo no depende de lo que va a hacer Moisés, depende de lo que Dios va a hacer con él. Entonces, bueno, por esto, muchos de los eruditos judíos consideran que esto fue una advertencia, un castigo para Moisés, porque él respondió de esta manera, dudando delante de Dios. Bien, ahora, en números 12, en el capítulo 12, dice, y hablaron Miriam y Aarón contra Moisés, por causa de la mujer etíope, que él había tomado por mujer. Algunos versículos más adelante leemos, no es así como mi siervo Moisés, que me es fiel en gran manera, con él hablo de frente, en visión clara, y cuando la nube se retiró del tabernáculo, he aquí, que Miriam, o María, la hermana de Moisés, se convirtió en leprosa, blanca como la nieve. Según este relato, la lepra que sufre, Miriam, también se debe haber hablado mal contra Moisés. De los dos casos citados, se desprende entonces, que la zarahat o la lepra es una aflicción resultante de alguna falta moral que no está ligada a una acción, sino a la calumnia o a la precesión errónea del calibre moral del prójimo. Sin embargo, esta zarahat o lepra se manifiesta como una enfermedad fisiológica, y el sacerdote tiene la función de diagnosticar y luego indicar el tratamiento requerido. De acuerdo a las ciertas tonalidades de color y de apariencia de la piel, se le indica al oriente si es necesario que sea parte del campamento comunitario por un periodo prudencial, hasta que la herida cure de acuerdo con la opinión del sacerdote. Las vestimentas del afligido tienen que ser lavadas y luego salpicadas siete veces con algún líquido que contiene la sangre de un ave sacrificada. Bien, estoy hablando en el contexto del tiempo de Cristo Jesús, y luego se lava la ropa nuevamente y tiene que quitarse los vellos del cuerpo para hacer una inversión, salir afuera del ámbito de la comunidad por un periodo de siete días, para luego ser considerado sano, puro, tajor. Aquí viene algo interesante, en el octavo día tiene que ofrecer unos sacrificios acompañados de un complejo ceremonial. ¿Por qué se le exige el ofrecimiento de un sacrificio si ya está limpio? ¿Acaso tiene la persona alguna responsabilidad moral por haberse enfermado? Entonces esto nos lleva a concluir, según la perspectiva de la Biblia, que uno contrae la aflicción de la lepra, la negatsarat, por haber cometido una falta de tipo moral. ¿Por qué? Porque por eso requiere, de acuerdo a la costumbre judía, una expiación a través de la ofrenda de algún sacrificio. Eso se llama capará, la expiación a través de la ofrenda de algún sacrificio. Créanlo o no, estoy revisando textos judíos, no estoy revisando ningún texto cristiano. Esto que acabo de revisar y de entregarles en forma resumida, está expuesto en el artículo de un rabino que explica la etiología moral de la lepra, es decir, las causas morales de la lepra. Pero quiero ser enfático en esta parte. Miren lo que, por qué ellos entienden que necesitan, además de hacer el rito de sanación externa, es decir, cumplir los baños rituales, mirar por el sacerdote que funge como un médico, y cortarse los vellos, y raparse, y un montón de cosas que son físicas, y lo declaran ya puro, limpio, sano, necesitan hacer un sacrificio. No pueden llegar a decir que son plenamente limpios, hasta no haber ofrecido un sacrificio. Bueno, esto me suena a lo que Cristo Jesús hizo con nosotros. Esto me suena a todo lo que nosotros hemos, cotidianamente pasamos. Pasamos de un momento de puros a impuros, todo el tiempo. Esto no ha cambiado. Cristo Jesús dice, mira, si tu ojo te hace pecar, sácatelo, que significa cambia de visión. Mira los hechos, lo que yo hice por ti. En ese momento le dice claramente que él es la única opción que ha venido limpiando a todo el mundo de maneras físicas. Al leproso le quitó, al cojo le hizo caminar, al ciego le hizo mirar. Pero que hay una cuestión de moralidad espiritual dentro de cada uno de nosotros, que no se cura con ningún tipo de rito, ningún tipo de receta médica, sino que hay que hacer o tomar un sacrificio por pago de justicia delante de Dios. Es importantísimo mirar esto, porque Cristo Jesús es quien nos da la capará, la expiación de todos nuestros pecados, y nos vuelve a un estado tajor, puros delante de Dios, limpios delante de Dios. Nosotros siempre vamos a estar en este ir y venir de puro e impuro, cometiendo errores, pecando, pero por eso tenemos el sacrificio de expiación de Cristo Jesús, que permanentemente está expuesto delante de Dios, para hacernos puros delante de él. Solo Cristo Jesús. Los judíos sólo podían por los sacrificios llegar a tener una pureza espiritual delante de Dios. Pero esa enseñanza no estaba dada para que ellos permanezcan en eso, sino que cuando llegue el momento, miren a la luz del mundo y reconozcan que él es el único que pudo rasgar el velo del templo que tenía cuatro metros de alto y casi 15 centímetros de espesor, de arriba hacia abajo. Nadie, ni siquiera el hombre más fuerte del mundo podía rasgar eso, peor desde arriba hacia abajo, y nos hace entrar puros a la presencia de Dios. Bendito sea Dios. Bendiciones hasta el día de mañana.

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