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The speaker discusses the concept of sin and how it affects our lives. They talk about how people are often offended by discussions about sin and how it is not commonly talked about. The speaker also mentions the popular belief that it is okay to sin and that life is short, so one should enjoy it. They emphasize that depending on God and His grace is the key to overcoming sin. The speaker discusses how religion and psychology differ in their approach to sin and personal growth. They explain that obedience to God leads to righteousness and a transformed life. The speaker also discusses the idea of being a slave to something, either to sin or to righteousness. They explain that true freedom comes from being a slave to righteousness and following God's will. The speaker emphasizes the importance of recognizing and confessing sin in one's life and the role of God's grace in transformation. They also talk about the need to renounce oneself and serve God. The speaker discusses how salvation La siguiente es una producción de la Comunidad Olivo Verde, Costa Rica. Sigo en Romanos, capítulo 6, verso 16, y continúo exactamente en el mismo tema que Pablo viene haciendo, viene hablando, con relación al pecado, con relación a la libertad del pecado, con relación al tema de qué es el pecado y por qué el pecado nos afecta tanto. Quiero decirles que no es común, hoy no es común hablar de pecado, no se habla de pecado porque la gente se ofende, la gente se siente ofendida, la gente se siente mal, a uno no le gusta que le lleguen a decir a uno las cosas. De hecho le voy a mostrar el pensamiento popular con respecto al tema del pecado, ese es el pensamiento popular. Inclusive se ha tomado el asunto muy a la ligera, inclusive las cosas se han visto de una manera en donde la gente hace chiste de esto, pero pareciera ser que a lo personal de cada uno, la gente realmente lo ve de esa forma. Quien esté libre de pecado no sabe de lo que se pierde. Dicen por ahí, dicen, el que esté libre de pecado que vaya a pecar, todavía hay tiempo. Aproveche la vida, le dicen, aproveche la vida, mire que la vida es muy corta, le dicen a la gente. Vea, lástima que no esté libre de pecado porque lanzando piedras soy buenísimo. Vea, quien esté libre de pecado que me avise y le paso algunos. Vea, tengo más, cantidad de ceniza aplicada según tus pecados. El miércoles de ceniza le ponen una cruz a la gente por los pecados, vea, pero al hombre le llenaron la cara. Este es uno de los más comunes, supongamos que no es pecado, supongamos, porque si lo es, pecadores. Antes vivía en los techos, sumieron el pecado y la lujuria, ahora ya estoy castrado y no salgo de la casa, el gato. Se la pasa todo el año hablando mal de la gente, pero llega semana santa y no come carne porque es pecado. Que si es cierto, verdad. A mí me hace gracia que la gente me diga, buenas, usted es el pastor de la iglesia que está frente a la universidad. Le digo, bueno, si usted quiere saber si yo soy el pastor, pregúntele a la gente, no me pregunte a mí, porque uno siempre va a decir que sí. Me dice, usted me casaría. Le digo, ¿usted quién es? Es que yo vivo juntado y ya no quiero vivir juntado. Y usted aquí en la iglesia va a ninguna. Pero usted me casaría, que es raro, verdad. Le traen los chiquitos para presentarlos y nunca más en la vida se arriman a la iglesia. Esto es muy cierto. Mire que cáscara. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Que cáscara. Pero este es el que me introduce al tema que nos compete con relación a Romanos capítulo 6, verso 16. Este lo extraje de una página evangélica. Y dice aquí, que no sé si lo logran ver, creo que está muy chiquitillo, ¿verdad que sí? Las letritas están muy chiquitillas. Ahí sí. Ponen a la izquierda, soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia, pereza, los siete pecados capitales. Y ponen a la derecha, paciencia, diligencia, castidad, caridad, humildad, generosidad y templanza. Escúcheme, esto suena muy bonito. Por eso usted tiene que tener cuidado con las canciones que canta. Tiene que tener mucho cuidado con lo que usted escucha. Porque, vea, tan complicado es esto, tan complicado es esto, como esto. ¿Por qué? Porque en ningún momento, en ningún momento aquí, en ningún momento, en ningún momento yo les he dicho a ustedes que el esfuerzo suyo, que usted tiene que hacer un esfuerzo para portarse bien o para ser buena gente, yo nunca le he dicho a ustedes eso. Yo le estoy diciendo a usted que si usted depende de Dios y usted se sostiene en la gracia de Dios, Dios le va a mostrar a usted que usted no necesita hacer o decir lo que usted siempre ha hecho, que a Dios no le gusta. Sí me estoy dando a entender. Pero la religión, la religión no funciona así. Vea, se lo explico bonito. A manera de resumen, el pecado no surge de la falta de la fuerza de voluntad. Ahí está. El pecado no surge de la falta de fuerza de la voluntad sino entender a Dios, la vida, mi vida, de una forma parcial y lógicamente ignorar la Escritura. Ignorar la Escritura. Usted no conoce a Dios. Yo no conozco a Dios. Ahora, desgraciadamente, y lo voy a decir aquí con muchísimo respeto, pero realmente lo digo como toda la vivencia del mundo, desgraciadamente la gran mayoría de nosotros hemos sido católicos romanos. Y el catolicismo romano dice que usted tiene que llevar una cuenta o se lleva una cuenta del tipo, de la forma. De hecho, el catolicismo en su credo enseña que hay diferentes niveles de pecado, que hay tipos de pecado. ¿Qué es eso Mickey? Que hay diferentes tipos de pecados. Desde pequeños nos enseñan que nosotros, si nos portamos bien, el niñito nos trae cosas y el tipo de regalo que nos trae el niñito depende de cómo nos hemos portado. Por eso cada uno... Eso es una cosa cruel. Eso se llama ser cruel en la vida. Y poner en mal a Dios terriblemente. Porque no tiene nada que ver. Ahora, yo necesito que usted me ponga atención porque le estoy diciendo que su fuerza de voluntad no es suficiente para agradar a Dios. Por favor, escúcheme. Por favor, escúcheme. O sea, si usted se va a ir para el infierno, váyase para el infierno porque conscientemente usted quiere irse para el infierno. Pero no porque usted ignora que la palabra de Dios dice que la gracia de Dios es tal y suficiente que hace que usted se llene tanto de Dios y la realidad de Dios en su vida sea tan útil. Y perdónenme que lo diga de esta forma tan inteligente. Que usted no necesite actuar de otra forma. ¿Me estoy dando a entender? ¿De qué me sirve a mí no mentarle la madre a un desgraciado que le voy a mentar la madre y le voy a decir? Yo creo que al final hace mejor el que le mentó la madre y le sacó todo lo que le dijo que el que callado se llena de odio y un montón de cosas más, la palabra lo dice. Tanto daño hace uno como el otro. A ver. Todas estas semanas lo que hemos visto es esto. 5, capítulo 5, capítulo 4. Dígalo conmigo, yo no me mando solo. Duro, duro, yo no me mando solo. Otra vez, yo no me mando solo. No entendí. Es que no es que no entendió. Usted no es salvo. Usted no es salvo. Escúcheme. El hijo de Dios entiende que le pertenece a Dios. ¿Cómo quiere que se lo diga? Lo sigo engañando. La sigo engañando. La salvación implica que usted entienda que le pertenece a su Creador. Y si usted no entiende eso, usted no es salvo. Y yo le he explicado aquí una y cien mil veces que no es malo no hacerlo, pero el problema es seguirlo siendo. Seguir no siendo salvo. Yo no me mando sola. Yo no me mando solo. Fui comprado por la sangre de Cristo. No entender eso podría ser la diferencia entre la vida y la muerte. Ningún hijo de Dios puede vivir sin tener en cuenta la voluntad de Dios. No se puede. Les voy a decir algo. Tengan criterio para lo que les voy a decir. Piensen, hermanos. Si yo sabiendo que lo que estoy haciendo está en contra de la voluntad de Dios y soy hijo de Dios, se llama pecado. Y hasta eso me ofrece el Señor, la oportunidad de reconocer pecado. Pero si ni reconozco la voluntad de Dios, ni reconozco pecado, es porque no soy salvo. Me estoy comunicando. Sí me estoy comunicando. Me interesó la voluntad de Dios. Usted se va a meter Dios sentado conmigo. Yo puedo hacer mis negocios. Yo puedo hacer mis cosas. Yo puedo meterme aquí, hacer aquí, hacer allá. No. Sin mí, nada podés hacer. Nada. Usted fue comprado por la sangre de Cristo. Ojalá usted lo entienda. Reconocer el pecado en su vida es un acto de misericordia de Dios. Qué chancho que soy, ¿verdad que sí? Sí. Pero lo estoy reconociendo. Algunos de nosotros pasamos el mes entero, todo el mes de mayo. ¿Qué va a hacer Dios con este ángel, por Dios? Esta belleza de angelito, no veía un ángel celeste. Qué divino. Uy. Pecado. Pecado. Tenga en cuenta que la Biblia dice que he sido liberado del dominio del pecado. Fui liberado del dominio del pecado. Mi estado primitivo, instintivo, mi instinto, mi estado primitivo, no es lo que determina mi reacción ni mi respuesta. Yo no soy una persona que está sujeta a su naturaleza. Y por lo tanto, así reaccioné. ¿Cuál es la diferencia? Es que perdí el control. Y yo no sé, y entonces, eso está raro. Pero cuando yo reconozco que lo que hice, lo hice conscientemente de lo que hice, sabiendo que lo que estaba haciendo no era lo que debía hacer. No era lo que debía hacer, pero yo escogí eso. Estoy ante presencia de la oportunidad de decir, he pecado contra el cielo y contra ti. No soy digno de ser llamado tu hijo. Señor, esta es la realidad de mi vida. Tenga en cuenta siempre que la salvación inicia en esta tierra. Escúcheme, muchas de las cosas que los grupos religiosos hacen hoy, evangélicos y católicos, muchas cosas que se inventan, reuniones de esto para lo otro, son simplemente inventos. La salvación empieza aquí, y el Espíritu Santo está formando nuestras vidas aquí, aquí, en este lugar. Dios no está tratando de formar gente piadosa por ser gente piadosa. Dios está tratando de que usted le sirva antes de que se vaya para el cielo. No hay el amén eufórico desenfrenado. La salvación inicia aquí en la tierra. Soy salvo desde aquí. Y si Dios quiere estar, perdón, ahí está ese sí, esa ahí se tilda, y sí, coma, sí, Dios quiere estar conmigo en cada proceso y etapa de mi vida. Si es cierto, Dios me quiere acompañar en el mes de mayo. Si es cierto, Dios me quiere cuidar, cuidar mis negocios, mi trabajo, cuidarme en el camino, cuidarme en la salida. Cuidarme en la entrada. Dios quiere estar conmigo. Pero yo estoy diseñado, yo estoy diseñado para servirle a Dios. Estoy diseñado para eso. Pero ¿por qué somos así? ¿Por qué somos egoístas? Y nos hemos guardado la lámpara. Recuerden que Jesús dijo, nadie tiene la lámpara y la tiene encima de la montaña y la tapa. Y nosotros, nosotros sí, nosotros sí. Hermanos, no se trata de orar por la gente, escúcheme, no se trata de orar por la gente simplemente. La Palabra de Dios dice que la oración sin palabra es abominación a Dios. Por lo tanto, si usted no se forma, si usted no está siendo formado por el Espíritu de Dios, como lo estamos viendo, está siendo transformado por el Espíritu de Dios, usted es religiosa o usted es religioso. Entonces, resulta y sucede, amigos y amigas, que entramos al verso 16, capítulo 6, verso 16 del Libro de Romanos, y lo primero que Pablo nos dice es lo siguiente, Todo ser humano es esclavo de algo. Todos somos esclavos de algo. Me encanta esta versión por la forma en que lo presenta. No se dan cuenta de que uno se convierte en esclavo de todo lo que decide obedecer, todo lo que decide obedecer. El problema de la obediencia es que no tenemos total certeza de si esa obediencia es voluntaria o involuntaria, porque algunos simplemente estamos condicionados por el hecho de pensar que tenemos que actuar porque así hay que actuar. Entonces, dice, no se dan cuenta de que uno se convierte en esclavo de todo lo que decide obedecer. Sí, y hay gente que es esclava de la religión, hay gente que es esclava de sus pensamientos, hay gente que es esclava de lo que cree que es Dios. Uno puede ser esclavo del pecado, lo cual lleva a la muerte, o puede decidir obedecer a Dios, lo cual lleva a una vida recta. O puede decidir obedecer a Dios, lo cual lleva a una vida recta, claro. Donde la Biblia dice aquí la vida recta, entonces, donde dice aquí una vida recta, vea, cuando la Biblia dice una vida recta, la gente dice, yo antes bebía guaro y ya no bebo guaro. Yo antes fumaba y ya no fumo. Eso es una vida recta. Y yo no estoy hablando de eso. Le explico. Si usted ha escogido complicar su vida, es una decisión suya. Cuando Dios se refiere a una vida recta, se refiere a la vida que Él diseñó. Dios es el que tiene los derechos de autor de nosotros. Dios es quien nos hizo bajo su marca. O sea, que usted me diga a mí, que ya no fumó, que ya no bebió guaro, que ya no hizo, no me está diciendo nada. Hasta que usted me diga que está caminando, en lo que Dios dijo que hay que caminar. Y la gente piensa que por dejar lo malo que se le reconoce, escúcheme, la gente piensa que por dejar lo malo que la gente le reconoce, ya está bien. Es interesante oír las charlas de alcohólicos anónimos, porque los alcohólicos anónimos dicen, yo era un chichoso, malcriado, grosero, y miren cómo he cambiado desde que dejé de beber guaro. ¿Usted cree que Dios está preocupado porque usted dejó de ser chichoso, malcriado y grosero? Dígame cuánta luz de la Palabra de Dios hay en su vida y cuánto ha progresado Dios en su vida, de manera tal de que usted se parezca más a Jesús y menos a usted, o a menos a una mejor versión suya. Vuelvame a ver, hasta que usted no renuncie a usted mismo, usted no va a entender esto, y usted y yo tenemos que renunciar a nosotros. Cuando el Señor dice una vida recta, y menciona una vida recta, la gente se imagina que es que no va a fallar. No, se refiere a una vida en donde la presencia de Dios me hace caminar por la vida, una vida en donde la presencia de Dios me hace caminar por la vida, entendiendo que yo estoy siendo formado a la imagen de Cristo. Estaba dando una taller de matrimonios una vez, y les expliqué por qué la Biblia dice que lo que Dios inició no lo separa el hombre, pero les expliqué que la Palabra de Dios dice que la obra que Él empezó en cada uno, la perfeccionará hasta el fin. Entonces, si Irene no entiende eso, si Irene no entiende que Carlos está siendo procesado por el Espíritu Santo, Irene va a querer hacer a Carlos como ella cree que es lo mejor de Carlos. Si, me estoy dando a entender. Y Carlos termina siendo lo que la mujer quiere que sea. Y Dios le dice a Carlos, dice Carlos, pero es que yo nunca quise que usted fuese así como es. Usted le hizo caso a la doña suya, o al revés. Entonces en la primera parte, de hecho la tengo aquí en otra versión, versión Reina Valderán 95, no sabéis que si nos sometemos a alguien como esclavos para obedecerlo, somos esclavos de aquel a quien obedecemos, sea del pecado para muerte o sea de la obediencia para justicia. Y cuando dice justicia, es lo mismo que estamos hablando en función de las cosas. Una pareja me decía una vez, tenían tres meses de casados y ellos me decían, yo necesito salir los viernes. Tres meses de casados. Yo, los viernes son míos. Y le dice la doña, le dice, si usted sale yo también. ¿No? No, yo paso trabajando y usted cree que paso yo haciendo con la chiquita en la casa, jugando bolas. Lo peor es que esa huida es igual a usted. Cuando la Biblia dice, para justicia, se está refiriendo a la justicia de Dios, y la justicia de Dios funciona de otra manera, en donde los derechos de cada uno están muy largos, de estar cerca de lo que está pasando. ¿Me estoy dando a entender? Reclame lo que quiere, vayan a un psicólogo. Y el psicólogo le va a decir, mire qué importante eso, mire, usted necesita dejar que su marido se turbe en la Biblia los viernes en la noche, es importante que exista la libertad para que las personas tengan ese espacio importante. Y usted también tiene que dejarle, y la gente le cree más a los psicólogos que lo que dice la Biblia, aunque usted no lo crea. Y si usted me pregunta a mí, ¿qué es la psicología? La psicología es la forma complicada de decirle a la gente cómo no agradar a Dios. ¿Por qué? Porque yo agarro, aquí está, aquí está, aquí está Yami, Yami tiene tres hijos, Yami ya viviste, ya creaste tus hijos, ya sos una mujer, ahora sí, tienes que empoderarte, salir, dejar de pensar en la gente, salir, dejar de pensar en la gente, y ese es el pensamiento que la gente tiene metido en la cabeza. Usted ve un montón de memes y de cosas en Facebook y en Instagram y en todo lo que hay, hablando de ámate a ti mismo, la Biblia no dice eso. El amor propio es el amor que te hace a vos. Ya no vivo yo, vive Cristo en mí. Yo no soy el importante, el importante es Cristo en mí. Ah, pero de ahí entonces se equivocó de lugar. O sea, si yo no soy un vencedor, conquistador, ¿qué voy a alcanzar? ¿Qué voy a alcanzar? No sé, no sé. Pero lo que sí sé es que antes de que se abren los ojos, Dios te va a usar para sus propósitos, aunque sea una vez. Aquí la tengo en otra versión, dice, ustedes saben muy bien que si se entregan como esclavos a un amo para obedecerlo, entonces son esclavos de ese amo a quien obedecen. Y esto es así, tanto se obedecen al pecado, lo cual lleva a la muerte, como se obedecen a Dios para vivir en la justicia. Igual nuevamente la diosa habla hoy, la Reina Valdera 95, y la nueva traducción viviente nos dicen exactamente la introducción, en donde lo que nos dicen es, todos somos esclavos de algo. Algunos somos esclavos de la panza, del pelo, del trasero, del carro, del celular, de la plata, somos esclavos de la tarjeta, somos esclavos de algo. Dice la Biblia, todos somos esclavos de algo. Ojalá aprendamos y entendamos que el ser humano después de la caída fue diseñado para ser esclavo de Cristo y pertenecer a la naturaleza del Señor. Sigue el verso 17, verso 17. Verso 17. Ninguno de ustedes, ya les dije, hay gente que viene, que uno les ve la cara y están así. Y donde yo grito hacen. Si nos dormimos nosotros, gente. Verso 17. Verso 17. Dice el verso 17, nadie por su propia naturaleza va a buscar a Dios. No, no lo va a hacer, no lo va a hacer. Usted no va a su naturaleza, por usted mismo está peleada con Dios. Por eso nos cuesta orar, por eso nos cuesta leer la palabra, por eso nos cuesta inclusive congregarnos, venir a la iglesia a buscar del Señor. Porque yo soy más carga, yo ya no necesito esto, yo no, es que. Dice, dice Pablo, verso 17. Antes ustedes, antes ustedes eran esclavos del pecado, antes ustedes eran esclavos del pecado, antes ustedes eran esclavos del pecado, pero gracias a Dios, gracias a Dios, ahora lo ven, ahora obedecemos de todo corazón, ¿qué? La enseñanza, la palabra, el asunto empieza aquí, la transformación empieza aquí. La enseñanza ¿qué les hemos dado? Antes, antes era un pleito, tenemos que convencerlos. Verso 18. Me decía un señor, yo nunca le he pegado a mi mujer. Yo, ay, qué maravilla, uy, qué hombre más divino, uy. Yo nunca le he faltado el respeto, ni le he pegado, ni nada. Digo, ay, ¿qué quiere que le dé una medallita, papá? Nunca le he alzado la voz. Ah, no, ¿qué es esta belleza? ¿De dónde sacaron este hombre, por Dios? La gente cree, escúcheme, la gente cree que las cosas de Dios son extraordinarias, pero no porque realmente lo sean, sino porque nuestra vida, de forma común, es ordinaria. ¿Sí me estoy dando a entender? Entonces, cuando uno habla de las cosas de Dios, se ven extraordinarias. Y uno dice, claro, qué increíble, sí, sí, de verdad. Pero no es porque las cosas de Dios sean extraordinarias, es la vida, es lo normal, es lo común. Así debe ser. Se lo voy a decir en paráfrasis. La gente en la calle dice, yo tengo la razón. Y si yo tengo la razón, yo tengo derecho a matar. La Biblia dice, aunque usted tenga la razón, quédese callado, porque vale más la relación que su razón. ¿Me voy a entender? ¿Me están escuchando? La palabra de Dios dice, su razón no es importante. Verso 18, inmediatamente Pablo nos introduce a ver las cosas todavía un poquito más profundo, el mismo concepto. Verso 18, dice, ahora son libres, somos libres de la esclavitud, del pecado, y se han hecho esclavos, se han hecho esclavos, ahora sí, somos y estamos esclavos de la vida recta. Vida, cuando usted vea vida recta, vea vida de Dios, vea la vida que es, entienda, la vida inteligente sobre la faz de la tierra. Para que usted me entienda, si hubieran marcianos a los que buscarían, es a usted y a mí. Aunque usted no lo crea, somos la vida inteligente. No oye el amén desaforado. Verso 19, sigue el mismo concepto, la gente está muy ceñida con el tema de pensar que las cosas de Dios son inalcanzables. ¡Qué aburrido! ¡Qué pereza! ¡Vamos a ir a la iglesia hoy! ¡Qué cansado yo! Somos esclavos de Dios, porque estamos aquí, porque somos esclavos de Cristo. Porque estamos aquí, porque fuimos diseñados para ser esclavos del que nos creó. Porque estamos oyendo su palabra, porque es su palabra la que nutre nuestra alma. Somos esclavos de Dios. Uso la ilustración de la esclavitud para ayudarlos a entender todo esto. Porque la naturaleza humana de ustedes es débil. En el pasado se dejaron esclavizar por la impureza y el desenfreno. ¿Cuál impureza y cuál desenfreno? ¡La misma que no te deja ver que estás buscando a Dios en tu vida! ¡La misma que no te deja ver que necesitas que Dios haga algo en tu vida! ¡La misma que no te deja despegarte del estúpido teléfono! Perdón. Es que cuando hablan de impureza y desenfreno, impureza y desenfreno se refiere a todo. ¿A qué es todo? A cualquier cosa que no sea entender que estamos aquí sentados únicamente por la misericordia de Dios. Ayer me llamó un pastor de Batán porque un amigo mío está en Batán predicando. Y me confirmó lo que un pastor de San Ramón le dijo. Un pastor de San Ramón acaba de decir en el púlpito aquí adelante. Acaba de decirle a la congregación hace una semana. Les dijo que Federico, el pastor de la iglesia del Olivo, no cree en Dios. Que yo lo que predico, yo lo que hablo, yo lo que no predico. Yo lo que hablo son de charlas de psicología. Y como decía ese famoso versículo, ¿por qué nadaran los perros? Porque estamos avanzando. Me llamó la atención que ese pastor de esa iglesia tiene tres mil miembros en esa iglesia. Y está preocupado por lo que yo predico en este lugar. Tanto es así que le engaña a la gente de la iglesia diciéndole lo que les dice para que la gente me tenga miedo. Y es más peligroso un ataque caspa que yo. Escúcheme. De verdad que la gente que viene aquí es porque le gusta lo que Dios dice. Porque lo que estamos haciendo es leyendo la Biblia. Y si usted me pregunta a mí si hay otra cosa que hacer, yo diría que no, ya lo hicimos. Sólo en San Ramón. Sólo en San Ramón. Hay seis mil ochocientas personas en las congregaciones. Y veinticuatro mil que ya no van a nada. Y yo, con todo el respeto y el cariño del mundo, estoy convencido de que mucha de esa gente fue Dios y se la llevó. ¿Por qué? Porque decían, tengo notancitas y oraciones y cosas que lo que hacen simplemente es hacer entender que la gente es buena. Simplemente es hacer entender que la gente es buena. Usted necesita la Biblia y la palabra de Dios para purificar su corazón. Y yo también. Coma. Coma. Lo cual los hundió aún más en el pecado. Ahora deben entregarse como esclavos a la vida recta para llegar a ser santos. Verso 19. Termina la misma idea. Termina la misma idea. La gente sigue creyendo que las cosas de Dios son imposibles, son aburridas, son raras. No es conmigo, no es para mí. Estoy muy joven. Estoy tan guapo, estoy tan linda. Cuando eran esclavos del pecado estaban libres de la obligación de hacer lo correcto. ¿Y cuál fue la consecuencia? Que ahora... Qué increíble esto, va. Dice. ¿Y cuál fue la consecuencia? Que ahora estamos avergonzados de las cosas que solíamos hacer. Eso será cierto. Es cierto en la palabra. Si la Biblia dice que yo debería avergonzarme de las cosas que solía hacer, algo está mal en mí. Porque yo no, no como que me avergüenzo así como que me esté muriendo. El verguenzón no. O están chanchos en él. Qué raro, ¿verdad? Me parece muy interesante. Ahora están avergonzados. Como avergonzados. De las cosas que solían hacer. Cosas que terminan en la condenación eterna. Verso 21. Vamos aterrizando. Leemos hasta el 23, ahí quedamos, y la semana entrante, si Dios lo permite, se continúa lo de Dios. Nos parece santo, puro y bueno. El concepto que tenemos de las cosas de Dios es un concepto en donde las vemos totalmente alejadas de la realidad que vivimos. Yo me pregunto, ¿usted entiende que estamos viendo el texto verso a verso? ¿Usted entiende eso? ¿Usted entiende que está sucediendo aquí en San Ramón, en un lugarcito en San Ramón, lo mismo que sucedió en Roma hace dos mil años? Se leyó la carta, y los hermanos dijeron, opa, qué bronca. ¿Usted entiende que de alguna forma, la forma en que Dios nos está procesando a nosotros, no es ni mejor ni peor, simplemente Dios está sometiendo nuestras vidas a la palabra para que nosotros hagamos algo, y simplemente nos dejemos formar por la gracia de Dios? Véalo, el verso 22, pero ahora quedaron libres, ahora quedaron libres del poder del pecado y se han hecho esclavos de Dios. Ahora hacen las cosas que llevan a la santidad, y que dan como resultado la vida eterna. Y simplemente la palabra santidad significa hombres y mujeres que piensan las cosas antes de hacerlas, y entienden que hay una diferencia entre lo que hacen y lo que no, porque si las hacemos, a pesar de que las sabemos. Termino con el último versículo, que me parece sencillamente el cierre, como siempre Pablo, escribiendo de una forma sencilla, pero clara. La gente no sabe que está muerta, y por eso nadie se ve diferente. Ustedes no ven eso, para ustedes no, lo que voy a decir, hay una serie en Netflix, que es de Netflix, usted ve algunas cosas ahí en YouTube, o algunas cosas así, que se llama Walking Dead. Yo les voy a explicar que es una serie, que se trata de gente que se llenan de un virus, y entonces el virus hace que la gente se muera y son zombies. Un día de estos, pasando unas cosas, vi unas escenas de Walking Dead, y me llamó la atención que venían miles y miles de zombies caminando en un lugar, pero como están muertos, no se dan cuenta que están hiriendo, están sucurando sangre, pus, todo lo feo y horroroso y asqueroso que se ve, pero entre todos, y son un millón juntos caminando, no les huele a muerto, no huele mal, porque estamos muertos todos. Sí me estoy comunicando. Y entonces Pablo dice, pues la paga que deja el pecado es la muerte. La gente no sabe que está muerta, gente. La gente en la calle no sabe porque todo el mundo huele a muerto. Y la paga del pecado es muerte. La paga del pecado es muerte. La gente está muerta, pero no están muertas, andan caminando, están muertos. La paga del pecado que deja el pecado es la muerte, pero la dádiva de Dios, el regalo que Dios da en la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor Jesucristo, nuestro Señor. Y ese es el último versículo del capítulo 6 que nos habla exactamente de que la gente no sabe, la gente cree que porque nosotros vemos a la gente sonriendo, huelen a Chanel, o huelen a, no sé, a Pacholí, para que ustedes no me acuerden el nombre de ningún perfume, la gente tiene un olor, andamos con el pelo pintado, teñido, aplanchado, lo que sea, la gente piensa, pues la gente está bien. No, la Biblia dice que la gente está muerta, que la gente sin Dios está muerta. Que solamente los hijos de Dios están siendo procesados por el Espíritu Santo y su Palabra. Y si ustedes se ponen a pensar, damas y caballeros, este verso, el cierre del capítulo 6, es el detalle, ahora van a ver el 7, el 7 es impresionante, pero el 7 nos lleva en detalle a que todos nos demos cuenta que hay un antes y un después. Los hago responsables a todos de esta palabra, a todos. Hemos terminado el capítulo 6, y yo no estoy aquí parado diciéndole, ayer oí una señora, conversé con una señora, y llorando me decía, pasaron a la pareja adelante, y la chiquita llorando, y el muchacho llorando, y les hicieron pedirle perdón a toda la gente porque ella le quedó embarazada. Yo no estoy aquí hablando de, yo no quiero ver aquí a nadie jugando de santo, yo no estoy jugando de santo porque no le va a ninguno. Supieran las cosas que uno ve, y como los ve, pero simplemente está la gracia de Dios, que es el favor de Dios inmerecido, su amor, su misericordia, constantemente fluyendo, no para que usted sea bueno, sino para que usted entienda que es un hijo de Dios, lleno de cicatrices, lleno de historias, pero salvo y limpio por la sangre de Cristo. Aquí no hay nadie especial. Aquí el que no tiene broncas con el sexo, tiene broncas con el licor, con el cigarro. Algunos no tienen broncas ni con el sexo, ni con el licor, ni con el cigarro, pero no se los aguanta nadie, ¿me doy a entender? El que no tiene broncas con una, tiene broncas con otro, el que no tiene broncas con otro, por eso aquí lo que hay que hacer simplemente es decir, Señor, perdónanos y perdóname. Pero yo ni salgo, yo ni salgo. Ok, estás pecando por inútil. Señor, te doy gracias en esta mañana. Agradecemos su atención. Si este material ha sido útil para usted, le rogamos que lo pueda compartir. Somos Olivo Verde. Costa Rica.