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Rom 12 10 La Utilidad del Cuerpo Sem 67 Dom 10 Marzo 2024

Rom 12 10 La Utilidad del Cuerpo Sem 67 Dom 10 Marzo 2024

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The speaker is discussing the importance of genuine love and humility in the Christian faith. They mention the need to love one another, serve the Lord with enthusiasm, and show patience and hospitality. They also emphasize the importance of not seeking revenge and treating others with kindness. The speaker highlights the dangers of selfishness and ego, and encourages listeners to examine their hearts and their roles in the church. They also discuss the importance of not being lazy or complacent in their faith, and the need to actively reach out to non-believers. The speaker concludes by emphasizing the significance of genuine love and humility in living out the teachings of the Bible. La siguiente es una producción de la Comunidad Olivo Verde, Costa Rica. Como usted ha estado oyendo durante estos meses, hemos estado tratando de seguir el texto de la Biblia, verso a verso, en el Libro de Romanos. Nos toca la semana 67, Romanos 10, del 12 al 21, nos habla a todos. Romanos 12, perdón. El texto dice, ámense unos a otros con afecto genuino, deleítense, alhonrarse mutuamente, no seamos perezosos, más bien trabajen con esmero, sirvamos al Señor con entusiasmo, alegrémonos por la esperanza segura que tenemos, tengamos paciencia en las dificultades, sigamos orando, estemos listos para ayudar a los hijos de Dios cuando pasen necesidad, estén siempre dispuestos a brindar hospitalidad, bendigan a quienes los persiguen, no me los maldigan, sino pídanle a Dios en oración que los bendiga, alegrense con los que están alegres, lloren con los que lloran, vivan en armonía unos con otros, no sean tan orgullosos como para no disfrutar de la compañía de la gente común y no piensen en todo que todos lo saben, nunca devuelvan a nadie mal por mal, compórtense de tal manera que todo el mundo vea que ustedes son personas honradas, hagan todo lo posible por vivir en paz con todos, queridos amigos, nunca tomen venganza, dejen que se encargue la justicia, la ira de Dios, pues dicen las Escrituras, yo tomaré venganza y les pagaré lo que se merecen, dice el Señor, en cambio, si tus enemigos tienen hambre, dales de comer, si tienen sed, dales de beber, al hacer esto amontonarás carbones encendidos de vergüenza sobre su cabeza, verso 21, no dejen que el mal los venza, más bien, venzan el mal haciendo el bien, eso es básicamente el texto de Romanos, que nos toca ver esta mañana, sin embargo, pues como usted comprenderá, voy a hacer algo que no me gusta hacer, porque la semana pasada básicamente, me voy a brincar el repaso, la semana pasada dijimos que usted no entiende, usted no entiende lo que Dios quiere enseñarnos a todos, hasta que usted no entienda lo que Dios define como amor, Dios define el amor, dijimos la semana pasada, producto del versículo, versículos anteriores, semana 66, el amor lo sufre todo, el amor lo cree todo, el amor lo espera todo, el amor lo soporta todo, y dicen la gente, dicen la gente que el amor es un sentimiento, obviamente no lo es, nunca lo ha sido y nunca lo será, el amor tampoco es una decisión, lo que la palabra dice es, si usted ama a una persona como usted la ama, la forma en que usted la ama define su identidad, el amor es la identidad de cada uno de nosotros, es que yo no lo entiendo así, bueno porque es que le estoy explicando que lo que lo dice así es la palabra de Dios, es la Biblia, la palabra de Dios, entonces pues, eso es, eso es clave, ¿de qué dicen?, eso es fundamental que lo tenga claro, fue básicamente lo que vimos la semana pasada, lo contrario amor es egoísmo, y entramos directamente a lo que nos ocupa esta mañana que es la semana 67, el versículo 10, pero como usted me acaba de escuchar, el versículo 10 al 21, son una serie de consejos que si yo me paro aquí yo les puedo decir a ustedes, que que no digan malas palabras, Freddy, este, no te enojes, este, mira, Víctor, este, tener paciencia, noten que yo podría hacer una lista de una serie de cosas, de bonitos consejos que decirles a ustedes, yo podría decirle a Adriana o podría decirle a Fray, póngale más atención a esto, Fray, póngale más atención a esto, Adriana, pero dependiendo de quien le diga una de las cosas, en el momento que se las diga, uno pues acarta o no acarta como es el asunto, y entonces a veces nos quedamos, a veces nos quedamos ahí en el limbo de, si, si, está bien, todo bonito en la iglesia, entonces yo lo que trato o vamos a tratar esta noche, esta mañana, es que hagamos un examen, yo le he puesto a esto el examen de humildad, y claro, repito, yo esto lo de anoche, esto lo dije anoche, este fue el mensaje de anoche porque estoy compartiendo el mismo, el mismo mensaje el sábado y domingo, y utilizo los versículos que nos ocupan hoy, del versículo 10 al versículo 21, para desarrollar este examen de humildad. Ahora, para que nadie se siente aludido, pero sí aclarar ciertas cosas, quisiera aclarar que este examen de humildad va dirigido a las personas que están más centradas en sí mismas que en Dios, o que les importa más yo que cualquier otra cosa. ¿Cuántos somos así? Muchos, muchos. La palabra de Dios nos enseña que inclusive muchas cosas buenas que podríamos hacer por nuestra propia familia, las hacemos para alimentar ese enorme ego, enorme yo, que yo tengo. Conversé con un amigo, conversé con un amigo que tiene un club de tenis de mesa en Santo Domingo de Heredia, este amigo fue el que trajo al cubano, un famoso cubano que está dando clases de ping-pong aquí en Costa Rica, aquí dicen que es una cosa maravillosa, es una cosa maravillosa, y lo que tiene de maravilloso este cubano es que no solamente es un excelente entrenador, sino que le gusta ganar a los muchachos desde el principio, y los que ha agarrado los mete y son... Me contaba mi amigo que el equipillo que él tiene allá en Santo Domingo de Heredia, ni parte ni no, ¿verdad? Cuando él contrata al entrenador, el entrenador empieza a sacar adelante algunas cosas, a ganar un juego nacional, o ganar un no sé qué ranking nacional, los chiquillos quedaron todos como en fila de uno, dos, tres, cuatro, súper buenos y no sé qué y no sé cuánto, y me cuenta mi amigo que hay una familia en la zona que los dos hijos juegan tenis de mesa, y que son buenísimos, buenísimos, y que viven de la puerta del local, que por cierto es la iglesia, de la puerta del local donde está la iglesia se ve la casa de ellos, y nunca se han querido arrimar, porque dicen que para qué ir a ese lugar, ¿verdad? Pero ahora sí que empezaron a ganar, y a ganar medallas y ranking nacional y posición, entonces ahora se vinieron a pedir que si los dejaban entrenar con el resto del equipo Santo Domingo de Heredia, y mi amigo le dijo, hay una ley, en este momento hay una ley de los comités cantonales de deportes que no permiten tener dos personas de un cantón de afuera, y entonces él dice, yo tengo, yo estoy lleno, pero dice mi amigo que me llamó poderosamente la atención y pensé en esto ahora que estaba hablando con él, de que el papá no está interesado, este papá no está interesado en que sus hijos tengan deporte y practiquen, está interesado en que sus hijos ganen, nada más. Ustedes saben por qué ningún, ningún entrenador en Costa Rica de fútbol funciona, ninguno, porque la mentalidad de los ticos es que el entrenador gane, meta goles, no haga ningún proceso de nada, eso es pobroso hermano, entonces la primera justificación que esta mañana yo quiero usar es, cuál es, qué es lo genuino de su corazón, genuinamente qué está en tu corazón. Número dos, vamos a hacer este examen de humildad para saber que las responsabilidades con el Señor y su cuerpo son más allá del hecho de hacer favores o de meter el hombro por ejemplo, por eso vamos a hacer este examen de humildad, vamos a hacer este examen de humildad para saber que podría contar con usted para algo a lo mejor que no le guste o cervecista ser, vamos a hacer este examen de humildad para ver si no será que se quedó estancado en la vieja escuela de la evolución evangélica, mucha gente estamos estancados ahí, entonces usted oye gente diciendo, yo he estado en la iglesia 50 años, los más viejos no se hagan ese camote, yo he estado metido en las iglesias 40 años, a mí ya me han dicho de todo es cierto, pero qué será lo que Dios nos está mostrando y por último, yo quiero hacer este examen de humildad para ver si realmente usted entiende, perdone la palabra que voy a usar o como lo voy a usar, quiero hacer este examen de humildad para ver si realmente usted entiende el calzón, el zapato en que se metió, o como dicen ahora los viejillos en la calle, a ver si no nos quedó grande la yegua, me doy a entender, entonces iniciemos de una vez, primera pregunta, al compartir con otras personas de su congregación, evita conversar o mostrar mucho de usted, por broma, por sarcasmo, por fregar, le puse a eso, le puse a eso, sí, opción 1, sí, opción 2, no, opción 3 a veces, opción 4, que la tengo pánico a la opción 4, mira yo nunca había pensado que yo te voy a contar, le voy a hablar con alguien, que dice la Biblia, la palabra de Dios dice amémonos unos a otros con afecto genuino y releitémonos al honrarnos mutuamente, primera pregunta de nuestro cuestionario, segunda pregunta, ha considerado en algún momento cuál es su lugar en el cuerpo de Cristo y si lo ha hecho, ha sido para usted algo que le entusiasma y pensarían que ese lugar suyo quisiera poder hacer algo con el mero, con entusiasmo, hágase esta pregunta, ven que fácil es decir hermanos, miren hay que congregarse, o como ahora que lo regañó el pastor, les digo hermanos hay que echar, hay que echar, hay que echar, hay que echar, pero noten que la palabra se va más allá y la palabra se va más, y la palabra dice, no seamos perezosos, ¿por qué hermanos? porque es pereza, ustedes me preguntan, ayer pintamos aquí, todo el reguero que está en el suelo fue mío, fui yo, soy el culpable, entre doña Roxana y Nela pintaron la pared atrás, yo empecé a pintar allá arriba y salí regañadísimo, entonces me puse a hacer otras cositas, a sostener la barandesa, el andamio de los pecados, y ustedes me preguntan a mi que hubiese preferido yo, si venirme para la iglesia, trabajar en eso, o quedarme acostado, yo hubiese preferido quedarme acostado, ahora, el tema de la iglesia está en segundo plano, yo estoy hablando de la realidad de Dios en tu corazón que te toca compartir, que te toca sacar adelante con relación a la gente que no conoce al Señor, somos perezosos, si me comunico, o sea, es muy fácil hablar y decirle, ¿por qué me vinieron a pintar?, ¿qué les costaba?, nos regalaron los cuatro tarros, cuatro cosas para pintar con rodillo, para ver lo que hubo, lo que hizo falta, no hizo falta, don, por favor, no hizo falta, se hizo, ya está listo, se hizo una mañana, se ha ido mucha gente, también es un reguero, es un enredo y mayor el reguero, pero yo no estoy hablando de que la Biblia está hablando de que Federico les dijo a ustedes que vengan a pintar, ustedes saben por qué, porque por años hemos hecho lo que el pastor nos dice, y en el cielo no tenemos una sola, un solo sellito, ¿ustedes saben que son los sellitos?, pues vayan a perimercado y cuando ven algún artículo así, que le dije, que bonito está esta vajilla, ¿cuánto vale?, usted le da el precio y dice la vajilla, cuatro mil pesos, yo, pues esta maravilla, y venía yo con el sartén para afuera en la mano, lo pongo en la caja, me dice la muchacha, ¿se libran los sellos?, ¿lo cual libra los sellos?, me dice, ¿se lo voy a llevar así?, y le digo, yo sí, vale setenta y cuatro mil pesos, el sartén, el sartén setenta y cuatro mil pesos, pero si lo compro con los sellos de los productos patrocinadores, que aquí los pegamos en el librito, vale cuatro mil pesos, perdónenme hermanos, y algunos de nosotros somos buenísimos para ayudar, para apoyar, pero no hay sellos en el cielo, ¿me estoy entendiendo? Siguiente pregunta, tenemos otra pregunta más, esta es un poquillo larga, ¿cuál es para usted la mayor razón de su alegría y esperanza como hijo de Dios? Las bendiciones, chiquillos están bien, ahí está el chiquillo estudiando, ahí tengo al mío, están en sonido, ve que bien, ahí estoy bien pura vida, ¿sus bendiciones personales y la salud y lo material? Dos, opción dos, el hecho de que podría ser que usted no sea tan malo o le vaya tan mal como a otros, así hay gente peor, está claro, no, alias Diablo lo andan buscando por todos lados, alias Diablo es bueno, ese es un chaval, eso es bien, ¿sabe lo que es esconderse en un país de cincuenta y dos mil kilómetros cuadrados, donde todo el mundo es tapísimo? Y no lo encuentran, pero es increíble, alias Caquemono, ¿cómo es, alias Caquemono el limón? No, no hay gente peor, gracias a Dios yo no soy así, opción dos o la opción tres, la esperanza de mi salvación, es para mí suficiente. Y claro, respuesta uno, la uno, respuesta dos, la dos, ninguna de las anteriores, respuesta cuatro, nunca he pensado que mi salvación o la salvación sea tan importante, porque la gente, la gente cree que la salvación es como la visa americana, la visa americana hasta se le vence uno en el pasaporte, usted sabe que entonces ahí pasa la visa, pero eso sí, trate de salir del país sin visa, después, ¿qué dice la palabra? Alegrémonos por las, oigan, esperanza segura que tenemos. ¿Ustedes saben por qué dice esperanza segura? Estamos en el versículo doce, de lo que les dije al principio, dice esperanza segura porque todo lo demás no es seguro. Ayer oí un hombre hablando, he escuchado un hombre hablando en una de las cosas esas de, y decía este hombre, yo estaba en un punto en mi vida donde yo compraba las cosas y ni siquiera preguntaba cuánto valían de lo bien que me estaba yendo, y ahora hasta cuentos, los cincos y los dieces, que quién sabe dónde sacó eso, lo oí muy joven, para poder comprar algo. Entonces estaba haciendo una comparación entre antes y ahora, porque lo único seguro que tenemos es nuestra salvación. Veamos otro. Vamos haciendo el famoso examen de humildad. Si usted ya en los que llevamos, en alguno de los que llevamos, lleva alguno que no lo ha pasado, con dos, póngale cuidado al asunto. Preguntas siguientes. Yo creo que metí tres preguntas en una sola. ¿Cuál es su primera reacción en una dificultad? ¿Puede meditar o reflexionar primero del para qué? ¿Dios podría permitir eso en su vida? ¿Genuinamente puede usted orar sobre esa situación y en particular tener paciencia? Respuestas. Ay no, yo me desespero, yo me desespero y reconozco que las emociones me embargan. Segunda opción, mi primera reacción es orar. Tercera reacción, nunca pienso, esta me parece muy importante, nunca pienso en qué relación podrían tener las circunstancias o situaciones adversas con mi vida espiritual. Yo no pienso en eso. O la intervención de Dios en mi vida. Ah, usted piensa que las cosas le pasan porque usted es un jupón. Sí. Ah, usted piensa que las cosas le pasan porque no tiene suerte. Sí. Respuesta cuatro, hago lo que tenga que hacer humanamente, hablando, para que se resuelva. Y no creo que deba desesperar o tener paciencia. ¿Qué dice la Biblia? La palabra de Dios dice, tengamos, versículo doce, tengamos paciencia en las dificultades y sigamos orando. Siguiente pregunta de nuestra evaluación en el texto. ¿Puede usted reconocer la necesidad de otros hermanos y se considera en la primera línea de respuesta ante esa necesidad? Hermanos, atención hermanos, hermanos, dice hermanos, que bueno que usted le ayuda al señor que trabaja ahí, que bueno que usted apoye una familia por allá, que bueno que usted le mande plata en clase, eso es un problema suyo, que bueno que usted le mande plata a Pasión por la Plata allá abajo en San José, que bueno que usted le mande plata a Faro del Caribe, que lindo que usted ayude a las monjitas allá, que ya no son monjitas, usted sabe que ya no son monjitas, de todo el mundo nadie era monja y nadie era cura y nadie era médico y nadie era nada. ¿Y usted también mandaba platica para allá? Este, sí, ¿por qué? Pero la Biblia dice, ¿puede usted reconocer la necesidad de otros hermanos y se considera en la primera línea de respuesta? Respuestas, sí, no, a veces, o la que le tengo siempre pánico es, yo no le he puesto atención a eso. ¿Qué dice la palabra? La palabra dice, oigan qué rudo, estemos, usted ha visto cuando le dicen, usted tenga siempre en la casa un maletincito con dos tiendas de campaña, cuatro galones de agua, este, un radio, porque quién sabe qué es lo que están diciendo los que nos van a atacar los rusos, o sea, le dicen a uno, en serio, en serio, le dicen a uno, tenga un equipo de emergencia donde usted pueda saber que ante una dificultad, y termina uno con media bodega de arroz, media bodega de frijoles, acuérdense el día que el 16 de marzo, ya vamos a cumplir, ya vamos a cumplir el 20 de marzo, 16-20 de marzo que inició la pandemia, al día siguiente, una señora en el Primark se compró 500 rollos de papel higiénico, y esa loca tuvo que ir a devolverlos, tuvo que ir a devolverlos, pero vean lo que es Dios, la Biblia dice, estemos listos para ayudar a los hijos de Dios cuando pase necesidad, porque si todos estamos listos, nadie necesita, ¿me escuchó? Porque es probable que Ale no tenga kit de primeros auxilios, pero Ale sí tiene comida, y el kit de primeros auxilios lo tiene Freddy, como es Freddy organizado, él tiene kit de primeros auxilios, la pregunta es, no es si usted tiene para usted cosas en su casa para hacerle frente a una crisis, la pregunta es, perdón, yo no, yo no lo tengo, yo no quiero que usted me diga, que usted me, escúchame decir que yo sí lo tengo y ustedes no, pero lo que la Biblia dice es que tenemos que pensar en nosotros y en los hermanos. Estas son las preguntas de, no quiero caer mal, pero mejor siempre, yo siempre digo, voy a caer mal, porque cuando uno dice no quiero caer mal, adivinen que uno siempre cae mal, dice, ¿qué tan anuente estaría en abrir su casa para recibir a una persona de la congregación o varias, en una situación especial o de forma temporal? No nos engañemos hermanos, abrir la casa, revelar la intimidad de la casa a ninguno de nosotros nos gusta, a ninguno, y se lo está diciendo alguien, pregúntenle a Montse, tenemos 15 años de estar recibiendo gringas y ya estamos hasta aquí, más que la que nos tocó ahora, la chiquita es difícil, a nadie le gusta abrir la intimidad de su casa, ¿qué dice la Biblia? Esa es la pregunta, y ahí va, como siempre va, sí, no, a veces, y yo no sabía que yo tenía que hacer eso, ya le dije que seguramente le quedó grande la yegua, ¿qué dice la Biblia? Ah no, demasiado violento, estemos siempre dispuestos a brindar hospitalidad, guau, ¿qué fue? Estás morecido Ernesto, qué complicado esto, ¿verdad hermanos? En estos tiempos es complicado, lo más complicado es que muchos de nosotros, Señor, te pido por favor que me des una casita propia, Señor, te lo prometo, cuando yo tenga mi casa propia va a ser una casa para servirse, oración, vamos a hacer grupos de oración, bueno, casi una iglesia ahí, Señor, te lo prometo, y ahí ni para la comida rezar, ¿me va a entender? Igual que el cuento del carro, ¿por qué no volvimos a orar aquí por gente que buscaba trabajo? Porque orábamos por gente que buscaba trabajo, y nos vuelven a la iglesia, con nombres y apellidos, Señor, dame ese carrito, Señor, te prometo que yo ese carrito va a ser para tu gloria, vean, si yo los veo ahí, vean Señor, te lo prometo yo, bueno, y Dios libre, se monten sucios, lloviendo, este, ahí yo vi donde venía aquel hermano con aquel que pasó adelante, oramos por el carrito para que no se cuente y no se cuente, y oramos, y, pues por eso es que Dios nos está diciendo a nosotros que el problema aquí no es, quítese de la cabeza, que Dios quiere que usted haga esto, porque Dios quiere que usted sea buena gente, no, esto no es así, eso, eso se lo diría usted al psicólogo, cuando usted abre la puerta de su casa, usted permite que de alguna manera, pues, usted se sienta bien, y usted abra su casa, y las oxitocinas, y las parafinas, y las pantafinas hay, usted las, las parafinas, que bárbaro, este, usted mismo las, y usted se va a sentir bien y todo el asunto, no, Dios le dice a usted que abra su casa, porque usted y yo somos unos chanchos, y Dios quiere que usted abra sus ojos, y se dé cuenta que Dios nos está, está permitiendo a usted la oportunidad de rendir su corazón, porque los que no somos agarrados, somos bien malcriados, y los que no somos bien malcriados, somos bien vagos, y los que no somos bien vagos, usted me entiende, nuestra casa es nuestra casa, cuando el, cuando el endemoniado ganadero, recuerden el endemoniado ganadero, cuando el endemoniado ganadero, el Señor lo sanó, y le sacó todos los miles de demonios que le sacó, ¿qué le dijo el Señor? Regresa a tu casa, porque en la casa ya lo habían echado hace tiempo, porque en la casa nos conoce el Señor, siguiente pregunta, ahora casi termino, ¿tomaría usted la justicia en sus manos si pudiera hacerlo? Claro que sí, pedimos una experiencia en la casa, no llega el chaval, no llega, no llega, no llega, no llega, mire, yo ando aquí, lo que pidieron de la farmacia, no me acuerdo de donde era, este, le digo, ¿se metió por Medicel? Sí, digo, ¿pero para qué se metió por Medicel? Sí, yo le puse en el mensaje que no entrar por Medicel. ¡Madre! Eso es lo que marca el punto, madre. Ay, ¿para qué me dijo madre? ¿Para qué me dijo madre? Y yo empiezo para atrás, un millón nueve mil nuevecientos noventa y nueve, no, no me dio tiempo, cuando ya iba por nueve mil nuevecientos noventa y cinco, llegó el chaval a la casa, ¿y por qué no me puedo quedar con el pico callado? ¿Por qué no me puedo quedar con el pico callado? El chaval lo llegó y lo primero que le dije es, perdón muchacho, ¿usted está trabajando? Me dice, sí, ¿y usted me reconoce? No, ¿por qué me dice, madre, si usted no lo conozco? ¿Usted me entiende? ¿Por qué no me puedo quedar con el pico callado, quedarme callado y no decirle nada al muchacho que anda trabajando y que seguramente andaba con quinientos mil entregas y yo no sé por alguna razón a esa casa nadie llega? Nosotros somos la familia que tiene catorce direcciones y no hay manera. Mi equipo de apoyo, mis cheerleaders de allá a la esquina, ahí, ¿qué dice la palabra de Dios? La palabra de Dios dice, dice, bendigan, bendigan. Ah, pues sí, yo le hubiese dicho que Dios te bendiga, hasta el mismo Dios te bendiga, hasta el mismo Dios te bendiga, que le hubiese dicho, hubiese ido lleno de sangre y bilis. Bendigan a quienes los persiguen y no los maldigan, sino pídanle a Dios en oración que los bendiga. ¿Vean qué? Es una oración, es una oración especial. Dice la palabra que es una oración donde nosotros tenemos que interceder por esa gente. Guau. Guau. Pídanle a Dios en oración que lo bendiga. Siguiente pregunta. ¿Le interesan a usted los logros y dificultades que algún hermano pueda tener en su congregación? ¿Le interesan los logros o dificultades que algún hermano pueda tener en su congregación? Y ahí, sí, no, sí, a veces, logros, logros. ¿Qué dice la palabra? La palabra dice, alegrémonos con los que están alegres y lloremos con los que lloran. ¿Pero adivine qué? Para poder alegrarse con los que están alegres y llorar con los que lloran, hay que conocer la gente, hay que meterse con la gente, hay que preguntar. Uno de los grandes errores que la iglesia ha cometido hoy, uno de esos grandes errores ha sido creer que todo lo tienen que arreglar los encargados, los servidores de la iglesia, incluyendo al pastor. Y no, no es así. Todos tenemos una responsabilidad en ese sentido. Este me encanta, este es famosísimo. ¿Podría trabajar o realizar alguna tarea con Federico Acuña, con Ernesto Escalona, con Jorge Rojas? ¿Podría trabajar o realizar alguna tarea con un hermano o hermana que no sea de su agrado, por la razón que sea? Dice la palabra, vivamos. Vivamos en armonía unos con otros. Esto es parecida. ¿Cree que podría intentar disfrutar y tener un buen rato con hermanos de su congregación, como con la familia y amigos? Dice, no seamos tan orgullosos como para no disfrutar la compañía de la gente. ¿Por qué no volvimos a hacer reunión de varones? Porque hacíamos una reunión de varones, hacíamos grupos, y entonces el grupo era un grupo para conocernos, a ver de qué terminábamos hablando. Porque somos unos grandes mujigatos, no hablamos de mujeres, porque en la iglesia no se puede. ¿De qué hablan los hombres? De carros, de fútbol y de viejas. Pero como estábamos en la iglesia, no se hablaba de mujeres, entonces terminábamos hablando de carros y de fútbol. ¿Me estoy dando a entender? Entonces, cuando la reunión no se hacía así, es aburridísima. ¿Por qué? Porque la Biblia dice que no seamos orgullosos como para no disfrutar de la compañía de gente común. Tal vez por eso también que en ese texto dice, no se les ocurra pensar, que lo saben todos, no se les ocurra pensar que tenemos respuesta para todos. Sigue diciendo, sigue diciendo, nunca devuelvan a nadie mal por mal. Comportémonos de tal manera que todo el mundo vea que nosotros somos personas honradas. Sigue en la misma línea, ¿le gustaría a usted contribuir en la paz y las buenas relaciones entre los hermanos de algún modo? Claro, inmediatamente dice la Biblia que hagamos nosotros lo posible por vivir en paz con todos. Hay una frase que yo la he escuchado aquí en San Ramón muchas veces, tal vez porque ya llegando al punto donde mucho del tiempo de mi vida productiva la he estado viviendo en esta ciudad. La gente dice, amigos, mis dientes. Amigos, el pelo. No hay amigos. ¿Saben que es lo que dice la Biblia? La Biblia dice, sea usted el amigo. Hagan todo lo posible por vivir, va a encontrar usted el amigo perfecto. Esta la tengo al bebé, no es esta. Queridos amigos, nunca tomen venganza, dejen que se encargue la justa ira de Dios por estas Escrituras. Yo tomaré venganza, yo le pagaré lo que merecen, dice el Señor. Entonces la pregunta es esta, ¿podría ayudar o servir a alguien que no es de su agrado o que en algún momento le ha dañado? Inclusive, ¿podría usted estar en la misma congregación con una persona? Si son tus enemigos, dice la Palabra que hay forma de procesar los enemigos en la iglesia, si son tus enemigos y tienen hambre de les de comer, si tienen sed de les de beber. Cuando usted llega a la iglesia nueva, porque el enemigo está aquí, ¿cómo le va a usted dar de comer al otro? Está en el otro lado. La Palabra dice que el enemigo se enfrenta, que el enemigo no se le escapa aún. Al hacer esto, amontonarás carbones encendidos de vergüenza en la cabeza a la persona. Termino, ahora sí termino. Cuando usted está con su familia y amigos, ¿ha considerado que usted debería de influir en ellos de algún modo? Cuando usted está con su familia y amigos, ¿ha considerado que usted debería de influir en ellos de algún modo? ¿Sí? ¿No? ¿Qué dice la Palabra? La Palabra dice, no nos dejemos que el mal nos venza. Más bien, que sea tan bueno lo que hacemos que el bien venza el mal. No dejen que el mal venza. Más bien, venzan el mal haciendo el bien. ¿Cómo le fue en el examen de humildad? Llegamos al final del capítulo 12 del Libro de Romanos, haciéndonos la pregunta, hermanos, que esto es una gran responsabilidad. A nosotros, en misa es facilísimo. Usted va a misa, se sienta ahí, se pone, le pone atención a lo que se está hablando. A veces no se entiende nada, pero usted está ahí, se levanta, se sienta, se levanta, se sienta. ¿Está bien? ¿Ya salí? Si usted analiza lo que estamos viendo esta mañana, para empezar, al pastor le falta mucho. Yo soy pastor aquí por misericordia de Dios, no porque sirva para algo. Pero noten el nivel de responsabilidad que Dios nos dé. O sea, es increíble, anoche cuando terminaba este tema con los hermanos, los hermanos, se me acercaron varios hermanos y me dijeron unas cosas que yo me quedé, yo me quedé pensando en por qué me dirían eso. Y es porque, noten que aquí no hay ninguna teología extraña de fondo. Aquí dice simplemente, usted es un repugnante. Una vez llegué con un hermano, fui a la casa de alguien. No me acuerdo ni de quién fue a la casa de alguien. Y como yo estaba, yo soy de Chepe, ¿verdad? Y yo soy de Santa Cecilia, Guadalupe, van a pensar que seguramente, a lo mejor, llego alguien para que vea que yo soy buena gente, ¿verdad? Pues no vayan a decir que guarden las billeteras y guarden todo. Y como yo estaba llegado aquí al pueblo, le pedí a esa persona que me acompañara a la casa porque me dijeron, vengan para tomar café con nosotros. Llegué con el hermano de la iglesia y nunca se me olvida, nunca, nunca se me olvida que cuando estábamos tomando café, el hermano que me acompañó fue al baño. Y la señora de la casa me dice, hermano, nosotros le invitamos a tomar café a usted, nada más. Yo dije, si me hubieran dicho que es que me iban a hablar de que iban a tomar la Casa de Papel o a votar al Banco Central o que iban a volar Cahuita, ¿entienden? Que iban a hacer algo raro. Yo dije, no, no sé, esta gente, yo voy solo. Pero me dijeron, venga para que tome café. Y yo le pedí al hermano que me acompañara. Primero porque no sabía por dónde era, porque era por allá, por llegando a San Miguel de Naranjo, que ni siquiera sabe dónde quedaba San Miguel. Segundo, yo creo que hasta sin carro andaba, porque el carro se lo dejaba a Montse, porque Montse se venía después y yo andaba a pie. Y tercero, yo no conocía a la gente. Hermanos, esto es difícil, porque todos los que estamos aquí sin excepción, por más sencilla que sea nuestra casa o por más o menos sencilla, a todos nos gusta vivir bien. Y aquí me dicen amén por las buenas. Perdón, y no está mal. Dios no está en contra que usted tenga recursos, nunca. Lo que Dios está en contra es que esos recursos lo tengan a usted. Repito, repito mi introducción. Este examen de humildad lo hicimos para ver si usted está más centrado en usted que en Dios. Este examen de humildad lo hicimos para saber si las responsabilidades con el Señor en su cuerpo van más allá del hecho de hacer favores o meter el hombro. Este examen de humildad lo hicimos para saber si podría contar con usted para algo o a lo mejor para algo que no le guste o usted se resista a hacerlo. Este examen de humildad lo hicimos para ver si no será que se quedó estancado en una idea de iglesia que no es esa. Y por último, este examen de humildad lo hicimos para ver si realmente entiende el calzón, el zapato en el que se metió. O como dicen algunos, le habrá quedado grande la yegua. Somos hijos de Dios. No existe nadie que tenga alguna condición especial, ninguno. Todos tenemos esta responsabilidad, esta. Aquí no hay ni menos pobre, ni más rico, ni más limpio, ni más estudiado. No, igual. Porque la iglesia, duro, ¿verdad? Sí, duro. Si Dios lo permite, seguimos con capítulo 13 del Libro Romano. Romano tiene 16 capítulos. Vamos a tratar de llegar al capítulo 16. Señor, te doy gracias en esta mañana y te pido que agradecemos su atención. Si este material ha sido útil para usted, le rogamos que lo pueda compartir. Somos Olivo Verde. Costa Rica.

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