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Entrevista a Patricia Godes, 20 de marzo de 2024

Entrevista a Patricia Godes, 20 de marzo de 2024

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The speaker discusses their interest in music journalism and their early influences in the field. They mention family members who were musicians and composers, as well as their exposure to music through radio and magazines. They also highlight two influential female journalists, Mercedes Aranzibia and Caroline Kuhn, who inspired them. The speaker talks about their own journey into music journalism and the opportunities they were given by well-known critics. They eventually left their law studies to pursue a career in music writing. They also mention their involvement in a children's magazine project and their experiences working in a magazine office. The speaker recalls a consultative department in the office where they could ask questions and gather information for their articles. They also share a story about learning the meaning of the name Úrsula from an older gentleman in the office. Hola, muy buenas, ¿se graba? Sí, 1, 2 y 3, 1, 2 y 3. Antes que nada, Alba, darte las gracias por contar conmigo y desearte lo mejor. Las preguntas... está fastidiadillo, ¿eh? Bueno, la primera es fácil. Empiezas en la prensa musical siendo adolescente, ¿dónde nace tu interés? ¿Qué referentes existían por aquel entonces en el periodismo musical en los que te pudieses fijar? Bueno, mi familia es de músicos, de gente de la cultura, la prima de mi madre es compositora valenciana, tiene calles, tiene institutos, tiene un Aquiles Salvador, fue la primera mujer que estrenó una ópera en los años 70 del siglo XX en el Liceo de Barcelona, y mi padrino, el padrino de mi padre, es el compositor de todas las canciones que tocan las rondallas en mi tierra, en Castellón, y componía con el poeta laureado, poeta ilustre valenciano Bernat Artola. Yo de pequeña sí decía en qué música me gustaba, yo decía Bach, no sé claro qué había oído de Bach que me hacía decir que me gustaba, no me acuerdo, pero algo había oído decir para que lo dijera, en mi casa siempre se hablaba de música, siempre se escuchaba música, y mi madre nos apuntaba en la agenda, en mi casa se oía Radio Peninsular de Barcelona, y era la emisora comercial de Cataluña, era una emisora de radio nacional en Madrid y en Barcelona, pero que tenían anuncios, y entonces en Radio Peninsular de Barcelona contactaban una con la otra, Carlos Tena y José Luis Urribarri empezaban Radio Peninsular y duró hasta después de muerto Franco yo creo, y entonces mi madre apuntaba las canciones que escuchaba que le gustaban, a ella le gustaban muchísimo los Beatles, y apuntaba la música que se oía, que se oía Pink Floyd, Cat Stevens, Los Hollies, cosas que estaban bien, y luego por la noche lo escuchábamos, yo lo leía, mi hermano como estaba siempre enfermo lo conseguía escuchar, pero yo tenía que hacer horas extra los fines de semana para escuchar la radio. Bueno, esto es anécdota. Los referentes, pues mira, para mí una referente quiero que conste de letreo, primero digo Mercedes Aranzibia y después de letreo M-E-R-C-D-E-S, Mercedes Aranzibia, A de Alemania, R de Roma, A de Alemania, N de Noruega, C de Coruña, I de Italia, B de Barcelona y de Italia, A de Alemania. Aranzibia, toma nota, fue la primera mujer directora de un diario en España, de la edición española de Liberación Francés, y escribía en Mundo Joven, Mundo Joven era una revista que había sido teleguía, de televisión, y había tanta afición en los años 60 a la música que se convirtió en revista de música, y luego hacia el 70 la convirtieron en Mundo Joven, era una editorial del Opus, y Mercedes tenía ahí su sección y hacía reportajes con, yo no sé si ella lo sabía o era su intuición, de estar en la misma onda que estaban los americanos, de nuevo periodismo, de experiencias personales, seguramente y debería estudiarse sus cuatro capítulos, sobre el festival de la isla de Guaid de 1970, que esta chica que entonces tenía 26, 28 años, se vio en dos noches a Miles Davis, Larry Stone, Leonard Cohen, Jim Morrison, Jimi Hendrix, Joni Mitchell, Eppen Tangel, Jan Baez, etc., etc., etc., y escribió una crónica muy periodística, eso, muy en primera persona, de experiencia, muy de experiencia, muy de nuevo periodismo, vale, esa es. Después, en España, en las revistas extranjeras, escribía Caroline Kuhn, Carolina Kuhn, C-O-O-N-E, que fue la manager de Los Clash, fue la primera que escribió un reportaje sobre el punk, y había sido modelo, era de Bellas Artes, y hacía unas críticas de singles, yo luego lo intenté hacer, pero no me salía tan bien, que, pues, me acuerdo que me partía de risa, un número uno en América, o sea, una compañía europea, Ariola, ahora Sony, saca, se convierte en Ariola América, y saca un primer single, y consideran que fuera número uno, y esta lo liquida, poniendo, Ariola, Cinderella, punto, y aparte, hala, a mí me entró una risa de sexo, una bobada, pero es que, con la seriedad del asno, con la que se reflejaba aquí, la crítica musical, pseudo-musicología, pseudo-sociología, bah, Ariola, Cinderella, chupate esa, pues, eso, eran mis referencias, y sobre todo, yo quería escribir, y me salió lo de escribir de música, una chica, pues eso, jovencísima, en una capital de provincias, no hubiera podido publicar nunca, nunca, nunca, luego cambiaron las cosas en los 80, pero ese final es de los 70, nunca, nunca, nunca, nunca, y me, bueno, pues eso, me hicieron, se me abrió esa puerta, y a mí me vino muy bien, porque sabía mucho de música, estaba muy al día. Espero que te sirva de respuesta. A ver, corto y guardo. Un solo tema en cada artículo, no intentes todo lo que nombres de un artista o de un disco, todo lo que sabes ponerlo, sino, haz un artículo biográfico, haz un artículo comparativo, haz un artículo descriptivo, haz uno analítico, pero no hagas todo en un artículo, muy útil. Y yo todavía hacía como que estaba estudiando, yo estudiaba Derecho, no sé por qué, bueno, sí sé por qué. Mi madre fue la primera mujer licenciada en la Facultad de Derecho de Valencia, después de la Guerra Civil, en el cuarenta y tantos, y como luego prohibieron las profesiones jurídicas a las mujeres, pues tenía muchísima frustración, y a mí me lo metió, y, bueno, pues en la selectiva me salió bien, y entré en Derecho. Bueno, me salió chupi, más que chupi, me salió más allá. En uno de los temas había varios desarrollos, no sé, después había preguntas, había traducciones, los de Ciencias hacían problemas, yo creo que teníamos problemas, porque yo tuve Matemáticas Comunes, no sé por qué, tuve Matemáticas Comunes en Ciencias Puras. Y uno de los temas que me salió, uno de los temas fue Descartes y Descartes, y el otro fue la discriminación racial, y ese verano, después de Coe, yo me había leído ¿Por qué no podemos esperar? de Martin Luther King. Esto a lo mejor no te sirve para tu trabajo, pero sí me gustaría contártelo, si te viene bien lo incluyes, que en España se editó una editorial religiosa, Martin Luther King era predicador, editó ¿Por qué no podemos esperar? a mitad de los sesenta, y traducido, mi padre lo compró, o mi madre, y yo ese verano, pues por lo que me gustaba la música negra, lo leí. Así que les nombré a Rosa Parks, les nombré la marcha sobre Washington, no puse lo del Puente de Selma, pero sí las marchas en Alabama, todo esto, y debía servir yo más que los que me contestaron, que me corrigieron. Un poco contra la gente que habla de un franquismo de ignorancia, quizá era más injusto que un franquismo de ignorancia, porque quien tenía acceso a esas cosas, ese conocimiento existía, en mi caso por casualidad, y mis padres, pues por gente inquieta, oculta, y contestataria dentro de lo que cabía. Esto es la segunda pregunta. Eso era el principio, principio. Después, como yo, eso, estaba estudiando Derecho, que no me gustaba nada, que la gente me caía mal, que era gente muy chunga, que venía una y decía, ay, qué pena que no estuvisteis ayer, porque nos fuimos con las cadenas de bicicletas a pegar a los comunistas de económica, ja, ja, ja, como corrió. ¿Y tú qué eras, chaval? Y me acerco. Vale, pues todo esto no tiene nada que ver. El caso es que yo me dedicaba a escribir, hacía todavía como que estudiaba, para que mis padres se callaran, y esta gente de la crítica musical, Diego Manrique, Jesús Ordovás, luego Carlos Pena, me empezaron a dar posibilidades, me empezaron a proponer cosas, me empezaron a abrir puertas, y pues eso. Acabé dejándome Derecho y ganándome la vida de lo que sabía de música. Luego llegué a la conclusión de que si me ganaba la vida de escribir, lo que tenía que hacer era estudiar literatura, y tengo un diploma de una universidad francesa de literatura comparada y traducción, muy chulo, muy interesante y muy caro. Y luego, bueno, te voy a contar cuando estuvimos en Sarpe. Sarpe era la que editaba Mundo Joven, esa revista de Lopus que te digo donde publicaba mi admirada Mercedes Aranzibia, e hicieron un proyecto para niños, para contestar a Superpop, una cosa un poco menos porterilla. Diego Manrique me recomendó y coincidí ahí con una gran amiga, una persona que aprecio, admiro mucho y que fue un compañerismo, un trabajo a gustísimo, Marta Moriarty, que es galerista, que es marchante de arte. Y entonces estaban en la galería Moriarty donde se cuajó todos los pintores de la movida. Bueno, nos divertimos muchísimo, hicimos la revista y teníamos mesa de redacción, de hecho teníamos mesa, bueno eran mesas pegadas, no estaban ni siquiera atornilladas, muchas mesas así. Teníamos máquinas de escribir eléctricas, todavía no teníamos ordenadores, creo que había uno para la secretaria de redacción, para contabilidad y todo eso. En la editorial había un departamento de consultas, había un señor muy mayor, un periodista, no sé si era periodista o un señor culto, yo qué sé, un profesor, un señor muy mayor, muy culto, no me acuerdo del nombre. Y a este le hacías preguntas, entonces metíamos, lo sabía todo, tenía todas las enciclopedias, un montón de libros, recibía todos los periódicos, tenía calendarios y un montón de archivos de material de consulta. Igual ya tenía él también un ordenador, pero daba igual porque como nada estaba digitalizado pues daba igual, no, no tenía. Entonces yo hice un consultorio, la revista creo que era juvenil, se basaba en música pero tenía otras cosas y yo preguntaba una sección donde explicábamos los que eran los nombres de las chicas. La verdad es que habiendo estudiado letras puras casi todos me lo sabía, pero el nombre Úrsula no lo pillé y voy a este señor y le pregunto, siempre me trataba, aunque éramos chavalas nos trataba, pues es un señor a la antigua, correcto, agradable, ya te digo, todo, todo, todo puede decir cosas bien. Y le dije, hice la sección esta de los nombres de las lectoras y me ha escrito Úrsula y me dice, ¿no sabes lo que es Úrsula? Y yo no, y me dice, Úrsula en latín, osita, y yo, ¡ursus, ursus, el oso, es verdad! Y nada, bueno, pues tu nombre es osita, que es un animal muy encantador y con mucha fuerza y cualquier chorrada. Pues eso, se trabajaba de verdad a la antigua, sobre todo llevábamos todo muy bien coordinado, no teníamos un retraso, trabajábamos muy de cerca con los de maquetación, los diseñadores muy buenos venían, nos decían, tengo esta doble página, ¿qué tenéis? ¿esto te puede encajar? ¿se te queda corto? Añádeme. Bueno, no me da más para el texto, pero tenemos estas diapositivas, vale, no sé cuántos, bueno, de verdad, estupendísimo, estupendísimo. De hecho, disfruté tanto y lo hice tan a gusto que me subieron a coordinadora, así que, muy bien, muy bien. Después entré con Carlos Tena, gracias a Carlos, donde quiera que esté en el más allá, si es que hay más allá, por llevarme a Radio Nacional y a Televisión y en Televisión ya no existía una redacción con mesa, con trabajo en equipo. Tener los recursos y los insertos, los llevas a fotografiar y luego todo eso lo llevas a edición. Entonces, si es una cassette, entonces teníamos cassettes, lo metían en el lector de cassettes, si era un disco, lo llevabas en cinta de bobina, llevabas la grabación, el total de audio-vídeo y las capturas de fotos, de entradas, de poster, de todo eso y hacías la edición, llegabas con tu guión y con tu minutaje, con tus códigos de tiempo. Soy campeonante de DOTA en CODE. ¿Tú sabes que lo dejábamos en un archivo, con un calendario, con distintas carpetas y me lo habían secuestrado un compañero? No digo más. Así cambiaron las cosas en un par de años. Ya después ha sido siempre, quítate tú para ponerme yo y rebúscatelas como puedas. Corto. La siguiente pregunta. En tu trayectoria profesional has pasado por emisoras como Onda 2, Radio 3, Onda 0, Radio Gladys Palmera, Onda 21. ¿Cómo definirías tu trayectoria profesional en la radio? La trayectoria mía en la radio era lo que yo deseaba. Tengo que agradecer. Es un poco paternal y un poco paternalista. Jesús Ordovás, un poco curiosidad. Jesús Ordovás y Rafa Bimbol, uno de los grandes de la radio, me recomendaron para Radio España y luego Jesús me recomendó, cuando Carlos estaba buscando por puro dinamismo de voces, una voz de chica para su programa. Jesús Ordovás me recomendó a Carlos y entré en Radio Nacional. Entonces, yo estoy frustrada en la radio. He estado varias veces en Radio Nacional en momentos oportunos. Estoy frustrada en la radio. No he conseguido tener una carrera continua. Creo que hago una radio estupenda y la prueba es que el programa que hacía en M21, en Radio Carmena, en la emisora municipal de Madrid, en la última edición de la emisora municipal de Madrid, estábamos en... Bueno, la copia a todo el mundo. Había un momento que había cinco personas haciendo la misma fórmula de las entrevistas one on one a fondo. Quitaban la perspectiva histórica porque, claro, eso te hace trabajar. Y todos estos hombres de la prensa musical y aledaños son bastante narcisistas y no son capaces de esforzarse. Entonces, básicamente, es frustración y las oportunidades no las aproveché. Intenté hacer la imitación de la radio que ellos hacían en Radio España FM Onda 2 con el programa de soul, funk, disco y reggae. En Radio Nacional con Carlos Tena, siendo alguien tan heterodoxo y tan gamberro y tan irónico como él, adopté un papel parecido al de él, pero, claro, en una persona con trayectoria. Y, hombre, eso se respeta. Y, bueno, bueno, se respeta. Él ya sabes cómo acabó después de lo de las vulpes. Y yo, en una chavalita, te ponen el sanberito y ya me ha costado muchísimo entrar en la radio. La última vez que estuve en Radio Nacional llegué a estar tercera en audiencia. Además, si lo vas a intentar transcribir con la inteligencia artificial, tengo que decirlo bien. Llegué a estar tercera en audiencia con sólo 10 minutos dos veces por semana en Hoy Empieza Todo. Y, bueno, me enteré de que no había dinero para que me renovasen mi... Estaba cobrando una pasta para que me renovasen mi contrato y, pues, no me lo renovaron y me quedé fuera. Fue cuando hubo el escándalo de Carne Cruda, que también se quedó fuera. Él ha sabido salir para adelante mejor que yo. Tenía más audiencia. Tenía un programa ya con éxito. Y luego me enteré que Tomás Fernando Flores le dio mi espacio a un amigo mío que no cobra. En Radio Nacional se hace trabajo esclavo. No sé si te viene bien ponerlo, pero que lo sepas. Bien. Entonces, en radio estoy un poquito frustrada porque no he conseguido tener una continuidad. Siempre se ha torcido por... Por algo se ha torcido. Así que el primer programa, supongo que es lo que te interesa ver, era programa convencional de poner discos. Fiebre, en Onda 2, con Carlos Tena en el aire los sábados. Juan de Pablos Carlos Tena. Yo, bueno, y una gente que no hacía nada allí, que cobraba sin hacer nada. Los sábados un programa de fin de semana con cartelera, con noticias, con cotilleos, con gamberradas, con incluso showcases. Y era una tertulia donde cada uno aportaba bien entrevistas grabadas, bien entrevistados, bien novedades discográficas, bien noticias. Comentábamos, nos tirábamos los tratos a la cabeza, como suelen ser las tertulias. Y yo creo que era un buen programa. Un poquito caótico porque Carlos, que era el director, pues su programa de fin de semana era su programa de diversión y nos dejaba hacerlo y nos daba la gana. Era un poquito caótico. Después, en Gladys hice playlists. No tuve programa, hice playlists y, bueno, muy chulo. Vamos, elegía las canciones y hacía el montaje como un churro y estaba muy bien. También hice playlists para mis amigos Radio Spigny, que creo que no la tienen, es una casa de discos indie, creo que ya no la tienen en la web. Y luego, ¿qué más? Hice la sección cita de 10 minutos en Hoy Empieza Todo, que llegué a hacer encuestas a 100 personas en 10 minutitos. Y en M21, ¿qué me olvido? En M21 hice las entrevistas one on one. Ah, sí, en Onda Cero Música, Onda 10 se llamaba entonces. Estuve en Déjete Besar con otro monstruo de la radio, que es Jorge Albi, también es DJ de sala de noche. Y tenía una sección para mujeres y una de las cosas que recuerdo fue que hice un espacio dedicado a Nichelle Nichols, Ujura de Star Trek, de la original serie, que había sido cantante de Duke Ellington. Y seleccioné las canciones y le dediqué una pequeña biografía. También recuerdo que murió Bárbara, la francesa, y que le dediqué un microespacio dentro del magazine. Y otra que hice fue, no sea santo de qué, dar la receta de Sofía Loren de la pizza napolitana. No sea santo de qué, porque Sofía ha grabado discos. Igual pusimos lo que grabó con Peter Sellers o algo así. Bueno, pues eso también fue muy divertido y fue justo antes de la vuelta a Radio Nacional. Vale, y ahora me gustaría continuar con las entrevistas one on one y tengo pensado un proyecto de programa, un magazine, dedicado a un colectivo especial que no lo quiero decir porque se lo copiarán. El macho ibérico copia todo. ¡Hala, siete minutos hablando! Venga, paso a la siguiente pregunta. A ver, la siguiente pregunta, esta es dificilísima. ¿Tiene usted algún recuerdo memorable, ya sea en entrevista o en concierto, que destaque en su trayectoria? Y él había hecho la parte de música cuando los grafiteros latinos, bueno hay un pequeño drama, no te lo cuento con los grafiteros latinos, y se oye música salsa. Y esto lo hizo Rubén, vino a la rueda de prensa de la película y yo le reconocí. Estaba allí en una columna apoyado, lo reconocí, pedí que me lo presentaran y la entrevistamos y bueno, estuvimos hasta, vamos de poco nos quedamos a dormir en el hotel ahí hablando hasta las tantas, una cosa interesantísima. Otra entrevista muy interesante y para deshacer uno de los grandes mitos de los medios musicales y alternativos es que Scott Walker, uno de los grandes referentes tanto del pop melódico espectoriano sesentero como de la vanguardia post rockera más contemporánea, había sacado un disco después de 6 ó 7 años y Virgen España consiguió que diera una entrevista, dio dos, una en Musical Express y otra en la Edad de Oro, pero lo colaboraba en la Edad de Oro, a quien me lo ofrecieron fue a mí, porque era la chica de Virgen, bueno pues te llevas muy bien con la gente de las casas, yo siempre me he llevado bien pero luego me han tratado fatal. Pues sabía que era yo a quien le gustaba Scott Walker, entonces resultaba que por mi contrato con Radio Nacional yo no podía, de hecho todo lo que hice con la Edad de Oro no cobré y luego lo están reciclando en DVD y vendiendo y sacando dinero que no pueden, podía denunciarles. Entonces no podía hacer yo la entrevista, tampoco podía ir con el equipo a Londres, podía haberme pagado mi viaje pero Paloma no quiso, muchachi, no quiso que yo conociera a uno de mis artistas favoritos, entonces la hizo el subdirector del programa Armando Montesinos que estaba con Paloma a cargo de las cosas de arte. Le pasé mi guión, quedó con Scott, quedó maravillosamente bien la entrevista, el guión lo hice con mi hermano, el músico, guitarrista y compositor Ramón Gódez, porque la Edad de Oro, creo que se nota, era un programa de amigos y de amiguismo. Entonces Paloma era, la voy a criticar como profesional pero la voy a alabar como persona, era una, ¿cómo se dice?, bueno, organizaba unas reuniones agradabilísimas en su casa, era una, ay no me sale la palabra, bueno, era una persona que, muy amigable. Después de un concierto en La Mora Solo, en Rocola, venga, venidos a mi casa que he preparado una pasta de anchovas y cogía un grupo de gente, nos metíamos y íbamos a su casa que era un apartamentito muy pequeño con un montón de libros, de revistas, yo lo del montón de revistas que me llevaba a la cintura y soy relativamente alta, me impresionó muchísimo, lo tengo en toda, de decoración de interiores siempre hay una pila de revistas en mi sitio, no de trabajo sino de estar. Y entonces pues sacaba ahí, dejaba caer en los cubiertos un puñado, ponía un mantel, sacaba los cubiertos así, un paquete de tostadas, la pasta de anchovas que le había hecho ella y que era un tarro así de enorme de pasta de anchovas, sacaba luego pues algo de beber, bueno, todo como muy informal, todo muy informal. Muy agradable estabas y entonces con todos los amigos hizo la edad de oro y son los que salen. Mi hermano estaba metido en el ajo como estaba un montón de gente que veníamos allí y entonces preparamos el cuestionario para Scott, buscamos, bueno, buscamos las revistas, no, Scott Walker estuvo en Televisión Española en enero de 1970. Luego en las revistas salió dos semanas después y, no, al revés, en las revistas salió Scott Walker en febrero de 1970, las entrevistas, luego en Televisión salió el viaje, dos semanas que costaba producir una revista, pues en Televisión estuvo dos semanas. La fecha es tal, tal, vamos al archivo de televisión, doy la fecha y me sacan la torta y allí estaba el playback de Scott Walker. Después conseguimos el vídeo del disco de Virgin y algo más y hicimos el guión con los códigos de tiempo y todo. Ah, bueno, pues Paloma y sus ayudantes, como Armando, el que había hecho la entrevista, dejó el programa, bloquearon la entrevista, no salió una entrevista exclusiva, la única que dio fuera de Inglaterra y una de las dos que dio internacionales y se perdió hasta que yo creo que publiqué algo cuando se murió en Rock the Loops, hasta que lo encontraron el programa que yo más odio, el de Cachitos, la mierda de programa que se burla de todos los artistas, de todo menos lo que les gusta, eso entonces no lo sacan y ellos ahora se han apuntado a la entrevista de Scott Walker con mis preguntas, con mi guión y solo faltaba hacer la edición. Y luego Radio y Televisión Española, pues claro, tiene todos los derechos a los dos playbacks que hizo Scott en El Plato de Prado del Rey, Johanna y Jackie, que mi hermano y yo habíamos encontrado así de memoria y de recuerdos de infancia. Eso de entrevistas, de conciertos, pues mira, vi un concierto tan escalofriante, la última vez que fui al San Juan Evangelista, creo que fue el 2009, 8 ó 9, Anthony Braxton con un pequeño grupo de improvisación, de frillas en realidad, con todas chicas, maravilloso, maravilloso, maravilloso. En ese mismo festival de jazz de Madrid, el festival de otoño, vimos a Ornette Coleman en el Centro Colón, que aún no se llamaba Fernán Gómez, y otro concierto que me dejó helada, unos años antes, quizá el 2006, 2004, 2004. Total, que iban a bombardear Bagdad, y Carla Play vino al frente de la Music Liberation Orquesta, y con todos los músicos de improvisación libre, se habían reunido en contra de los bombardeos de Bagdad. Y era no en mi nombre, si era el 4 cuando los bombardeos, cuando los atentados de Atocha, debía ser el 3 o el 4. Y entonces fue un concierto impresionante, de temblar, mira, que los mejores conciertos que yo he visto han sido de improvisación libre y de jazz. Entonces, pues esos dos, ¿vale? Las dos entrevistas de Rubén y de Scott Walker, por el marronazo de Paloma, como muy cateta que era, con todas las letras, te sacaba a los Bollock Brothers y a la Morticia y los... Bueno, bueno, es que me venían los Nachas, yo de los Nachas me llevaba bien, pero no era amiga. Bueno, con Antonio no se podía ni hablar, pero Nacho siempre ha sido muy afable, y el primo, y los elegantes grupos madrileños de la época, pidiéndome que les presentase Paloma, ¿por qué no? Les llamaba, y Paloma no llamó a grupos tan emblemáticos como Nacha Pop, es que es alucinante. Entonces, crítica a Paloma como programa, como amiguismo, como usar el protocolo, el presupuesto de televisión para hacer cosas de... Que sus amigos estábamos en grupos, estábamos en la radio, eran pintores, tampoco eran amiguitos de ir por casa. Y en galerías y todo eso, y muy bien como persona y como, pues, eso, generosidad, naturalidad, todo, maravillosa. Vale, eso, ya está, corto, uff, qué manera de hablar. Siguiente pregunta y voy a ser rápida. En su opinión, ¿qué canal es más factible que se desarrolle la crítica musical? Radio, prensa o televisión. Yo creo que es la radio, porque es la que escuchas las canciones, es la que pones los discos, es la que puede retransmitir un concierto, la que puedes recuperar una grabación, la que puedes organizar un showcase. La televisión, se han hecho cosas buenas, yo creo que en España a lo mejor que se ha hecho para mí son Galas del Sábado y Aplauso, que era Playback, Galas del Sábado cuando yo era pequeña, un programa de variedades los sábados, y Aplauso, un programa de promoción de las casas de discos en Playback, los sábados en la transición. Ah, y, ojo, ojo, ojo, esto está olvidado, Musical Mallorca de José Luis Urribarri, final de franquismo, transición, tres, cuatro años como mucho, pues por ejemplo, igual te suena el éxito de Manhattan Transfer, cuéntame lo que pasó en Musical Mallorca. Yo recuerdo el concierto de Astor Piazzolla, Jorge Ben, estuvo maravilloso, eran conciertos en directo, y luego había, o sea, lo primero que había era un concurso de canciones, tipo el festival de Eurovisión, el de Benidorm, y después había galas con artistas internacionales, y ya te digo, me acuerdo de Manhattan Transfer, de Jorge Ben, y de Astor Piazzolla en directo, en la primera cadena de televisión, chúpate esa, cómo han cambiado los tiempos, vale, pero la radio, para difusión musical, la radio. Y la última pregunta también tiene tela, usted junto con Rosa Pérez o Lara López han sido de las pocas mujeres de renombre en el oficio, como es el mujer y periodista musical, es un reto mayor, esta ya es para estrangularte, querida Alba, no te estrangulo, porque estamos a distancia, pero si hubiéramos quedado en una mesa de, yo qué sé, yo hago muchas entrevistas en el Reina Sofía, en la cafetería, si pillas cuando no hay música, porque luego empezaron a poner música y había que irse, pero bueno, esa es muy difícil, te tengo que buscar ese pequeño reportajillo que hice sobre las mujeres en la crítica, y voy a decirte una cosa, en radio musical, las nombraba dos grandes comunicadoras de radio, ojalá yo tuviera carrera tan sólida en radio como la de ellas, una de las primeras profesiones fuera de casa de la mujer fueron enfermera, maestra y estas cosas, y el novelista, poetisa, y la otra fueron telefonista y locutora de radio, ¿por qué? por las voces, en las radios primitivas, el contraste, la dinámica entre un locutor con voz grave y una voz más alta, más fina de chica, funcionaba en telefonía, cuando había que pedir, mira yo esto en Benicassim, en mi casa había un teléfono que había que conectar con la centralita, luego pusieron uno de rosca, pero había uno que se descolgaba, como en el oeste, te estoy hablando de la mitad de los años sesenta, de lo que yo me puedo acordar, y se ponía la telefonista, y bueno, parece que es más amable, también era una manera de pagar para una profesión nueva, pagar salarios por debajo de lo que cobraban los operarios en cualquier taller, en cualquier fábrica, ahí dejamos la duda, dejamos la duda, si lo transcribe dejamos la duda, y ser mujer, y la otra cosa que te quería decir es que, oye estoy desbarrando, la otra cosa que te quería decir es que, y menos mal que no estamos en persona, estoy aquí hablando sola, la otra cosa que te quería decir es que la crítica musical empezó, empezó en, aunque había musicólogos, gente como J. Wagner, había escrito de música, etc., pero con continuidad lo que ahora es la crítica musical empezó en los salones, en las notas de sociedad, en esa época de finales del XIX, principios del XX, que la burguesía adquiere gran poder, que tiene mucho dinero, organizaban reuniones en los salones, y había conciertos, y entonces dentro de la crítica de sociedad, de la crónica de sociedad, perdón, se hacía la crónica del concierto, quienes hacían la crónica de sociedad, las mujeres, o gays como Marcel Proust, que sabido es que escribía de música y que escribía de salones, de reuniones, no tiene nada que ver que fuera gay, sino que era gay y hacía las críticas de las crónicas de sociedad, bueno no pongas que era gay porque no tiene nada que ver, las mujeres. Después, cuando yo era pequeña, la crítica musical había en el ABC, había Mariano Méndez Vigo y había José Ramón Pardo, y mi abuela leía el ABC, bueno mi casa se leía en todos, mi padre venía cargado con todos los periódicos, vivíamos fuera del pueblo y se iba al pueblo y venía cargado, y traía muchas veces el ABC, los franquistas franquistas, el arriba y todo eso no, pero el ABC sí, y lo recortábamos, y mi madre nos lo recortaba a los niños, ella tenía mucho interés en que nos gustase la música y que tuviéramos acción a la música, también a la poesía y a la lectura y eso. Y después estaba en los TVOs, en los TVOs apaisados, eran para chicas y eran románticas, claro de luna, unos dibujantes extraordinarios, y el contenido solía ser cenicienta, una pobre chica, una historia de amor imposible con un príncipe, con un hombre de un estatus superior, o también una historia de amor en la que ella se perdía al volver a encontrarle, cenicienta, Romeo y Julieta, con oposición de los padres y familiares, eran historias de amor tradicionales puestas en época yéyé y con endumentaria yéyé. Estos TVOs salieron hasta los 80, pero yo los conozco de lo siguiente, no te interesa, pero cuando se acababan los números extra, ya sabes que imprimir costaba, en físico costaba más barato imprimir, sigue costando imprimir más que menos, entonces hacían tiradas más grandes de lo que vendía también un poco para conseguir publicidad, entonces todos los TVOs que no se vendían, que no se vendían en kiosco, los vendían después en kiosco o en tiendas de chucherías o en librerías de lance, pero venían en unos sobres cerrados, entonces en los sobres cerrados era sobre sorpresa y valía, no sé, yo creo recordar que 25 pesetas, pero en mi memoria están las 5 pesetas, pero no sé de haberlo visto antes de más pequeña de no irlo a comprar a los kioscos, entonces de 25 pesetas estaban los juguetes y estaban los sobres sorpresas, entonces los niños tocaban así para que hubiera un juguete, entonces un juguete de plástico lo que fuese o caramelos, eso se notaba al tacto, si salía una muñequita o si salía algún cochecito o una pistolita o lo que fuese, unas gasitas, se notaba, entonces yo tocaba pero para que fuera algo de leer, entonces me salían, de vez en cuando me salían jabatos y de esos de guerras y de superhéroes medievales y otras veces me salían las románticas y los claros de luna, entonces esos me gustaban mucho porque había, aunque me parecían más antiguos de lo que eran, estaba muy anticuado, era para una sociedad paralela más conservadora, más rancieta, en una ciudad turística con una colonia de franceses huidos de la independencia de Argelia y eso, entonces creo que se vendieron hasta los 80 pero para mi son restos de edición, que yo no sabía que se llamaban restos de edición, en sobres sorpresas, entonces hacían críticas de discos, comentaban cosas de los cantantes, sacaban pósters y yo me los recortaba, recuerdo una que se llamaba Morge y Jägger, en las portadas estaban los Rolling Stones y luego había un tebeo de estos románticos y yo tiré el tebeo y me guardé la portada de los Rolling Stones, vale, pues eso. ¿Qué más quiero decir? Que salían, la crítica musical era para las chicas, cuando llega la contracultura, la psicodelia, la música progresiva, resulta que el público masculino dice ¿qué es esto?, ¿cómo se están divirtiendo las chicas? y yo quiero también una música para mi, pasa la música de ser una cosa de diversión, de baile, de chicos guapos, de conocer más al personaje que la música y ya se empezaba a hablar de la producción, del solo, de no sé qué, y ya eran críticas desasesudas, aburridas, hechas hablando de música por gente que no sabía de música, o sea, en realidad era gente que, esto si quieres ponlo, es mi opinión, opino que esta educación del machismo, del patriarcado, del franquismo, que educan a los chavales para ser machos, esta les crea frustración, los hombres no lloran, frustración, inseguridades, ahogan sus sentimientos, los hombres no lloran, y una manera de sublimar todo eso era proyectarse en un ídolo, sea una persona sensible como Bob Dylan, o John Lennon, o alguien decadente y con esa toca de perverso pero poeta como Lou Reed, o Iggy, que es una persona cultísima, aunque luego sea el protopunk y que ha hecho discos cultísimos, o Mick Jagger, a Mick Jagger le gusta mucho porque es un feote que gusta mucho a las chicas, entonces proyectarse en esos ídolos, es decir, no estamos saliendo de las crónicas de sociedad de las revistas románticas para niñas, sino que lo repetimos encubierto en una pátina de pseudo-cultura, de pseudo-conocimientos, de talismo aparentemente técnico, pero no tan frívolo como el de las chicas, las chicas sabían que era frívolo, y estas periodistas y las lectoras sí que eran entretenimiento, estos se creían que era contracultura, que cambiaban el mundo, que liberaban a la sociedad, que eran los nuevos Beethoven, Bach y Mozart, los artistas de los que hablaban, pero en realidad ahí detrás hay un sustrato psicológico que no tengo derecho yo a analizarlo ni a decirlo, que deberíamos hablar con alguien, encargarle esta investigación a un psicólogo o psicóloga, pero que ahí está ese proyectarse en un ídolo que consideran que vive su vida en vez de ellos, algo así, eso puedes ponerlo, es una barbaridad mía, pero estoy convencida. Eso es la historia de la crítica musical, yo como sabía muchísimo de música, como Lara y como Rosa nos han tratado de maravilla, se nos han abierto puertas, ahora bien, te he nombrado antes a mi amiga galerista bastante de arte, Marta Moriarty, que viene del periodismo, y lo hemos comentado ella y yo, todo esto a los treinta y tantos años, les hacíamos mucha gracia y nos abrían puertas, a partir de los 35, por poner una edad representativa simbólica, tenías tú que demostrarlo, que esforzarte y que trabajar el triple. Como anécdota, yo tengo grandes amigos, lo he dicho, en la industria del disco, íntimos, estos amigos me he seguido tratando fuera, pero yo he hecho proyectos, siempre me han llamado para proyectos muy modernos, muy progresistas, muy innovadores, que fracasaban, porque estamos en España, entonces yo me llevaba bien con la gente de las casas de discos, incluso haciendo amistades personales, pero lo que notaba es que cuando acababa el proyecto, me cortaban el suministro, no sólo de llamarme para entrevistas y reportajes, no sólo de invitarme a ruedas de prensa y a conciertos, no sólo de mandarme discos y merchandising, sino también del mero listado de noticias que te las mandaban por correo postal. Te mandaban cartas postales como las de los sitios turísticos y cartas con toda la programación. Bueno, pues mira, lo siento mucho. Dice que admiro su trabajo, ahora dirá, menuda pesada, yo no admiro nada, hasta plumbea. Estoy hablando sola, así que imagínate si tuviera alguien escuchándome. Entonces lo que pasó es que me di cuenta cuando un amigo mío de un fancine, de un grupo, el grupo se separó y él dejó de hacer el fancine, el club de fans de un grupo, no a casa de discos, y entonces dejó de hacer el fancine, se separó el grupo, desapareció el club de fans, y siguió recibiendo discos hasta que 8 años después dijo, a ver, por favor, llamo, quítame las listas. No me volváis a mandar nada, no hago nada de música, y además yo todo lo que hacía era de este grupo y de la música alrededor de este grupo que era el club de fans, todo eso que me mandáis, esos singles promocionales, CD singles, por favor no me los mandéis. Y en ese momento cuando él me llamó protestando y burlándose, entonces cuando caí que a mí me quitaban a la primera y que al siguiente proyecto tenía que volver a llamar y volver a establecer la relación. Así que ahí está esa diferencia de trato con la industria del disco. Vale, creo que solo queda una pregunta, así que te voy a dejar descansar. Novena pregunta, ¿qué te parece la etiqueta Músicas del Mundo? Bueno, pues esta es la gran decepción de mi vida. Yo por distintas cosas, por mis padres, por curiosidades, me acuerdo un amigo, cuando yo empezaba a escribir o justo antes, que viajó a Portugal y viajó a Lisboa y vio todos los discos, todas las discotecas de Cabo Verde y nos compró a sus amigos, un imán para la nevera, un single, un disco de 45 de música de Cabo Verde. A mí me volvió loca y estos discos y cada vez que iba alguien a Portugal, tráeme discos de Cabo Verde y yo en el programa de Carlos Tena lo poníamos. Voy a añadir que gente como Carlos Tena sabía que había una música autóctona en Cabo Verde de influencia portuguesa y angoleña y caribeña. Y yo fui quien le dijo a Víctor Abundancia de Los Coyotes que, siendo gallego, iba mucho a Portugal que comprase discos de Cabo Verde y luego él lo incluyó en sus repertorios, algunas versiones y algunos ritmos. Yo creía mucho la música africana, como yo de adolescente, en esos dos o tres años antes de empezar a escribir y esos dos o tres años de volver a escribir y leerme, de empezar a escribir y leerme todas las revistas, hasta los anuncios por palabras, hasta todo, todo, todo para documentarme y entender cosas. Las revistas de música negra cubrían la música africana y cubrían el reggae, por supuesto, y entonces yo cuando encontraba algún disco de esos, le hacía una mano en el rastro, me lo compraba y también cuando empecé la radio los empecé a poner. Entonces para mí me parecía que las etiquetas world music, sono mundial, era la manera de normalizarse. ¿Por qué la crítica musical? ¿Por qué la actualidad musical? ¿Por qué lo que debe escucharse, lo que es cerebral, intelectual y éticamente aceptable, que no es una alterada, es solamente anglosajón con algunas cosas francesas e italianas? Caribeñas, brasileñas, como mucho, porque no vamos a oír la música africana, la música de la India, la música del Cabo Verde, la música de las Seychelles, la música del throat singing de los esquimales y las tribus nómadas de la CIA central y todo esto, ¿por qué no? Entonces ese momento para mí fue de verdad de euforia, fue para mí de muchísima alegría, creía que se iba a normalizar y que la industria iba a salir, todo eso. ¿Qué pasó? Que se cortó radicalmente, entró el bacalao para el ocio y el tecno, y yo lo llamo bacalao como lo llamaban en mi tierra, para algo soy valenciana, y el indie, el indie espero que no te guste porque voy a decir que me parece que es lo peor que ha pasado en la música española. Como música, sí, pero eso es mi opinión, porque que sea muy sencilla no quiere decir que sea peor música que más complicada, y que más complicada no quiere decir que sea peor música que muy sencilla, la gente lleva bailando con una sola nota del Sex Machine de James Brown desde 1971, que se sigue sampleando, que se sigue reeditando, que se sigue metiendo en playlist, que se sigue, y es una sola nota todo el rato igual, así que no. Por sencillo no, por especial lo sencillo no. Es porque llegó lo indie, barrió con todo, era todo universitarios, había muchísimas drogas, yo odio como joven de 20 añera de los 80, recuerdo todos los amigos muertos, todos los conocidos muertos, todo el drama, lo siento, estoy muy... Los contagios de sida, estoy muy en contra, y ahí, bueno pues, y luego quitan, así como la movida integradora y metía todas las músicas de los 80 contemporáneas, de los 60, todo el rock and roll, todo el jazz, todo el lounge, toda la música de orquestas, etc. Los indies quitaron todo y se cerraron en embudo. Entonces para mí la etiqueta World Music, creo que con o sin etiqueta, gracias a internet podríamos estar escuchando, escuchamos, no he aprendido el nombre, pero está ese artista, no he aprendido el nombre, mira lo voy a buscar porque me da tiempo, que en determinado momento era uno de los más pinchados en YouTube, el artista hawaiano, para que no te equivoques lo busco, Hawaii, Hawaii... Vale, pones Hawaii y pones IS, y ya te sale Hawaii, Israel, Kamakawiwole, repito Israel, Kamakawiwole, pero pones Hawaii, IS, Israel, y te sale, vale, pues en un cierto momento tuvo récords de que la gente escuchaba sus grabaciones. Entonces yo confío que vuelva, creo que es muy importante, muy bonito, el canal del podcast que hace Bob Dylan de música pone cantantes de todo el mundo, bueno, eso, creo que tiene que volver la World Music, vamos a poner una de la Santa Rita, abogada de los imposibles, que debajo de mi casa había una ermita de Santa Rita, la tengo siempre muy presente. Otra cosa, décima pregunta, esa me la he pensado, pero no sé qué contestar, por último, y como es usted especialista y fan de la cultura pop, ¿qué tendencia, moda o sonido reivindicaría aquí en España? Algo que merezca más de atención de la que tiene en nuestro país. Pues mira, voy a decir una cosa, aunque sí que hay sectores y círculos donde se aplaude, se sigue y se promociona y se difunde y se disfruta, voy a decir el folk y el folclore. El folk me refiero a, no al indie minimalista que llaman folk, no sé por qué, sino al folk, a la música de los cantautores y grupos de rock formados, o de pop, formados por folcloristas que dan un paso hacia adelante y hacen ese tipo de mestizaje y fusiones y con maneras. De folk interpretan sus canciones o con instrumentos y maneras de rock interpretan las canciones populares. Eso, aunque ha habido algunos intentos en España y algunos de ellos han tenido éxito, Nuestro Pequeño Mundo, La Musgaña, creo que en el flamenco, de las músicas de raíz, de las músicas tradicionales, en el flamenco sí ha pasado, se ha mantenido el hondo, pero la gente joven ha hecho flamenquito, disco flamenco, flamenco rock, flamenco jazz, fusión, jazz flamenco, flamenco jazz, etc. Entonces, eso mismo en los otros folclores de las otras regiones, que sí que hay, pero voy a repetir tu frase, que merezca más atención de la que se le concede en nuestro país. Vale, bueno, bueno, no sé, no sé, me vas a matar. Mil perdones si me he pasado de hablar. Gracias por contar conmigo. Si te resulta la transcripción difícil, quedamos y hablamos. Si no, te lo vuelvo a grabar incluso. Y bueno, muchísimas gracias y mucha suerte. Cualquier cosa que necesites, me llamas. No sé si te di mi móvil y mi WhatsApp. Avísame en el WhatsApp, porque es que si me llama y hay tanta gente y tanto spam de ofertas y de tonterías, me avisas. ¿Te puedo llamar yo? Sí, por favor, te llamo yo. 656-669-153. Repito, 656-666-153. No, uy, qué mal, no. 656-669-153. Repito, 656-669-153. Te lo mando por el correo. Venga, hasta ahora, gracias y suerte. A ver, la siguiente pregunta, hija, Alba. La ética periodista es un debate que nace cada cierto tiempo en el mundo de los medios de comunicación. ¿Cómo notaste las relaciones entre artistas y periodistas y entre medios y publicistas en épocas pasadas? Y vosotros nos garantizáis de que vais de buena fe y vuestro producto es el más honesto, creativo y valioso artísticamente que podéis. Y grandes discos y grandes cantantes. Pero había una cierta tensión porque, claro, mimaban muchísimo más a los 40 principales. Yo luego estuve en la revista de 40 principales y no es lo mismo estar en la revista de 40 principales y en Televisión Española que estar en Rock Especial y Rock de Luz, que se te abren todas las puertas. Incluso con grupos y artistas más alternativos se te abren las puertas. Los que no fueran característicos de ese público mayoritario. Entonces creo que había una relación bastante corporativa. Estamos todos en lo mismo. Y no lo quiero decir, sí lo quiero decir. En la parte de medios y revistas había una actitud servil y receptiva, excesivamente receptiva hacia la industria. De hecho, fíjate que todo el periodismo musical no es periodismo, sino que es venta de productos de la industria, del disco. Una persona al que aprecio personalmente, pero que no me gusta nada como periodista, una vez me dijo, somos traductores. No, no, perdona, yo elijo por mi cuenta. Cuando yo dije que Scott Walker era bueno, no había habido Marc Almon y Julian Cobb diciendo que Scott Walker era genio celestial. Yo lo oí y dije que era bueno. Por cierto, no me dejaron publicar nada. Creo que la gran corrupción, había un intercambio de favores. Yo necesito tu material, tú necesitas mi medio. Estaba más o menos equilibrado, excepto por la actitud servil, no quiero decir la palabra grosera, de los periodistas a la industria. ¿Salían ganando más los periodistas que la industria o la industria que los periodistas? Creo que no, creo que salía ganando más la industria que los periodistas, pero cuando yo empecé a escribir, la cosa ya no estaba tan clara, el medio musical, los medios culturales ya empezaban a recibir subvenciones y ya era una cosa completamente diferente. Pero yo creo que el crítico musical es tan demente en sus gustos, necesita tanto autoproyectarse en sus ídolos y también autoproyectarse en sus ídolos y proyectarse en su trabajo, en su creación, por esa cuestión psicológica que no soy capaz de decir, pero que la veo ahí candente, latente, ahí viva. Aquí no es material para otro trabajo, no sé si te entraría en periodismo. Creo que siempre han jugado de buena fe. Lo que sí que hay es una figura muy importante en el periodismo musical español que todo el mundo sabe que cobra con drugola. No es que cobre, sino que las de las casas de discos ya saben que se le invita y va a ponerte por las nubes el producto que le pases. No tengo demostración, excepto un amigo mío de la industria que me lo contó, pero si quieres investigar, investiga, pero quizá haya más. Yo solamente sé de esta persona, que no voy a decir el nombre porque no lo puedo demostrar, y creo que es excepcional. Siguiente pregunta. Oye, te has dado cuenta que empezaste hablando de usted y ahora acabaste hablando de tú. En tu carrera has hablado de música popular, así como en tu libro de las que los pegamoidas o la vía musical de Londres, pero también has hecho hincapié en músicas quizá no tan populares aquí en España como el soul. ¿En base a tu experiencia funciona el periodismo musical para presentar en la conversación músicas no tan conocidas como el soul? Creo que no. Si no hay una campaña de la discográfica, creo que no. El soul era súper popular cuando yo tenía 12, 14, 15 años, un poquito antes de empezar a escribir, cuando hice la selectividad y todo eso, se bailaba en las discotecas, el funk, James Brown, Sonido de Filadelfia, se bailaba en las discotecas, Stevie Wonder, Barry White, se oía por todas partes y no salían las revistas. Y si salía era para decir estos negracos macarras, ¿eh? O sea, que es por lo que yo empecé a escribir, por defender esto. Yo soy la que empezó a escribir en serio de todos estos artistas, imitando el tratamiento que hacían ellos y yo puedo decirte que conseguí hacer que fuera respetado entre los críticos y los medios, entre mis amigos, cuando mis compañeros, cuando me conocían y veían que en una rueda de prensa, a ver, yo jugaba con ventaja porque sabía muchísimo más de música que ellos, por mi madre, por mi familia y por no tener ningún trauma psicológico, entonces montones de veces me han dicho, me ha venido el artista a darme la mano, las mejores preguntas, a ponerse de pie para contestarme con excitación a una pregunta, a venir después a hablar conmigo solamente a Villamar Calmon, solamente quería contestar a mis preguntas, no le daba la gana contestar a las preguntas de nadie. Entonces, cuando me conocieron, vieron que era fable, que yo creo que también tiene que ver el hecho de verte jovencita, delgada, con cierto aspecto que les puede caer simpático, una persona pues un poco comunicativa, un poco simpática, que les resultaba pues aceptable en sus cánones, pues también sirvió para que, tanto para que se me abrieran puertas como para que se respetara el soul. Ahora bien, cuando el soul se ha respetado por ciertos sectores del público como los mods, es por las películas como The Commitments, sobre todo con los Blues Brothers y por lanzamientos de la industria, de las bandas sonoras de estas películas, de algunos discos, por ejemplo los éxitos en los 80 de artistas negros haciendo una música, no se puede llamar soul, Michael Jackson y Prince, Tina Turner haciendo rock and roll, que en realidad es música negra, etc, etc, etc. Yo creo, por mi experiencia, creo que no, excepto entre la consideración entre los profesionales. A ver, ¿qué más? Va, la etiqueta música, voy a de tirón, ¿qué te parece la etiqueta música del mundo? No, porque luego no te lo podré mandar, corto.

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