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The interviewee discusses her pregnancy and the birth of her son, Eric, who was born with Down syndrome. She had a normal pregnancy and only found out about Eric's condition after he was born. Doctors gave her conflicting information and she felt overwhelmed. Her husband was supportive throughout the process. The interviewee's other children struggled with bullying at school due to Eric's condition. The birth itself had no complications, but Eric's cry was delayed, leading to a lower Apgar score. Eric weighed 3.2 kilograms and measured 45 centimeters at birth. Bueno, te voy a hacer una entrevista acerca de todo el desarrollo que has tenido que vivir con Eric. Igual, si tienes alguna duda, me dices. Si quieres un descanso, me dices. Si te sientes incómoda de alguna pregunta, la saltamos, no pasa nada. Primero vamos a hablar un poco de tu embarazo. ¿Cómo era tu estado de salud antes de que te embarazaras de Eric? Yo tenía, como se dice, planificación familiar antes de salir embarazada de Eric. Estaba yo tratándome con el implante del brazo, ya llevaba yo dos veces poniéndomelo. Entonces me lo retiré para salir embarazada porque Eric fue planeado. Entonces planeamos tenerlo, me retiré el implante y al mes salí embarazada. Pero pues mi salud estaba bien. Yo tenía 27 años y pues no estaba enferma, no tenía nada. ¿Y cuando te embarazaste de Eric, algún problema de salud? No, ninguno. Fue un embarazo normal. Me dijeron mis ultrasonidos que yo iba cada mes, que todo estaba bien, que el niño estaba bien. En el octavo mes tuve un, tenía yo un leve dolor en el vientre, pero me dijeron que era una infección urinaria. Me dieron tratamiento, me hicieron un ultrasonido en ese momento y me dijeron que tenía sangrado interno, que yo descansara lo más que pudiera para que no hubiera un, como se dice, un parte prematuro. Pero todo bien. Nunca, nunca me dijeron que él venía con la condición o que no. Todo normal, siempre. ¿Cómo fue tu primer trimestre? Ya ves que luego es medio complicado. ¿Se llevó normal? Sí, normal. Normal, ¿no? Vómitos, mareos, náuseas, nada más. Cansancio, pero no. Todo fue como los demás embarazos, normal. ¿Y cuándo fue que te dijeron o que te enteraste que tenía el síndrome de Down? Fue al nacer, cuando me dijeron que probable el síndrome de Down, no me lo dieron como ya un hecho, sino que tenía yo que valorarlo con genéticos para que ya fuera el diagnóstico certero. Me dijeron que cuando él tuviera tres meses, le iba a dar la valoración porque no salía bien. Bueno, me alivié en el seguro y ahí fue donde me dijeron que tenía yo que ir. De ahí, pues ya cuando fui con la genetista, pues ya es un… ¿cómo se dice? Ya me dicen que sí, pues ya es de hecho que tiene el síndrome de Down porque tiene más de tres rasgos físicos al momento de la valoración y pues ya no era necesario hacer el cariótipo. O sea, la prueba de cariótipo. La prueba de cariótipo ya no fue necesaria y que era innecesaria, yo no le veía el caso porque tenía más de tres rasgos físicos que tenía síndrome de Down. Entonces, no se le hizo la prueba nunca porque pues ya no lo dio por hecho. Ya lo dio por hecho. Ajá, la doctora. ¿Cuáles fueron las opciones que te dieron los doctores después de que te enteraste del diagnóstico? ¿O qué te dijeron? ¿Cómo te lo dijeron? La noticia me la dan al nacer, ahí es donde pues no entiende. Yo mamá no lograba entender, ¿no? Porque entras en una crisis como de que no entiendes el por qué, este por qué, y empiezas a girar tu mundo en qué voy a hacer, por qué a mí, o sea, cosas que te pasan en el momento ahí. Entonces, no fue algo padre estar recién aliviada en el hospital porque te llueven, te visitas médicos. Entonces, uno viene con una, cómo te diría, te dan información, pero uno te informa una cosa, otro otra, a veces buenas, a veces malas, y eso te pone peor. Sánalo claro. Ajá, porque te dicen que es un niño con discapacidad, que va a necesitar mucho apoyo, que muchos niños no duran mucho tiempo para vivir, que mueren muy pronto porque tienen muchos problemas de sus órganos internos, más del corazón. Me dijeron muchísimas cosas que me confundían más. Entonces, era bien pesado estar ahí en el hospital porque te venía uno, y otro, y otro, y otro, porque te decían muchas cosas. A mí incluso hubo un médico que me dijo que él no iba a vivir pero ni un mes porque probablemente iba a morir muy pronto. Pero mira, ya tiene ocho. Entonces, sí fue un poquito complicada la parte de cuando él nace porque te llueven médicos, te viene a ver la señora, te viene a ver de todo tipo de médicos. Me mandaron en ese momento a ver el del corazón, cardiólogo. Me dijeron que en ese momento él nace con una pese abierta. Me dijeron que en tres meses se iba a valorar a ver si cerraba por sí sola, pues no había problema. Cuando lo valoran al tercer mes, pues fue el corazón sano. Me dieron de alta en ese momento del cardiólogo y pues todo bien con él. Pero la etapa fue un poquito complicada en el primer trimestre, pero cuando ya era de diez, sí, porque sí, estuvo un poco deprimida y lloraba mucho. No, no, fue una etapa pesadita. Pero pues sí, pues ahí vamos. Cuando él entra al CRIT, buscamos apoyo. También nos dieron las citas de psicología. Estuvimos viendo como familia, papá, mamá, hijo. Sí, pues todo. Ahorita ya hay aceptación, hay resignación, pero ese duelo creo que no se quita. El hecho de que tú, la idea de pensar de que ves a un niño de su edad y dices que mi hijo estuviera allí. Pero pues tampoco te quitas la idea de que como él es, te acostumbras, te adaptas y dices, no, pues ya no puedo vivir sin él, porque ya es otra, algo tan diferente, muy diferente a los demás, porque como ya tuve a otros, otros dos sanos se podría decir, él fue más difícil, pero disfrutas más sus logros. Entonces valoras más muchas cosas, muchas, muchas, que a lo mejor antes fueron como que insignificantes, de que tus hijos otros aprendieron a caminar, a comer, a hablar, cosas así, que con él, por ejemplo, el hecho de que ya coma solo es un logro que ya, es un éxito, pues que coma solo, que diga palabras, que ahorita estamos trabajando con el que no, todavía no camina, pero ya ves que ahorita agarra la mano, él camina, nada más le falta ese poquito para que se suelte, para que ya solito, dice muchas palabras, yo como mamá estoy todo el día con él, ya entiendo perfectamente lo que él quiere, lo que no quiere, pues ahí va, ya se acostumbra uno a él y pues el apoyo, de que tampoco nunca nos dejaron, siempre hemos ido a terapias, ahorita pues asiste a la escuelita, todavía asiste a terapias, pues ahí vamos, poco a poco. ¿Y cómo fue la reacción de su papá cuando se enteró de sus hermanos? Fíjate que mi reacción de mamá fue un poquito más complicada que la del papá, porque cuando yo le platicé a mi esposo, cuando él entró a verme, la primera vez que yo me alivié, la primera vez que nos vimos después de que diera a luz, yo le dije, oye sí, así son los médicos, yo me fui a una lloradera con él y él no lloró, me abrazó y me dijo, todo está bien, o sea siempre me apoyó en esa parte y me dijo, todo está bien, no te preocupes, estamos juntos, vamos a salir adelante, todo está bien, o sea él veía a su hijo, no, él está bien, no te preocupes, fue muy muy fuerte, él me dio esa fortaleza tal vez que yo necesitaba en ese momento, porque él se portó bien, de que no, ni una lágrima, pues, él abrazó a su hijo y feliz, pero pues sí, en uno que otro momento, más adelante conforme el tiempo pasó, sí se quebró en llanto, pero fue una que otra vez, pero él fue muy fuerte, y creo que fue una parte importante que me hizo también salir rápido de ese cuadro de depresión, porque sí me estaba yo deprimiendo, pero bueno, me apoyó mucho hasta la fecha, pues siempre nos está apoyando. ¿Y de sus hermanos cuando se enteraron o cuando les platicaste? Fue un poco difícil con los hermanos, porque sufrieron bullying en la escuela, porque estaban en primaria, entonces hubo una etapa en la que los niños se burlaban de su hermano, y pues en ese momento herían sus sentimientos, porque ellos ya no me contaban, y entonces soltaban a llorar, porque les daba coraje, incluso una vez Rogelio se agarró a golpes con un niño en la calle, que le dijo una palabra obscena a él, entonces se lo agarró, porque insultó a su hermano, le dijo una palabra que no le gustó, y se agarró a los golpes, le pegó, le pegó a Roge, Roge llegó con el ojo rojo, el niño también andaba ahí, la mamá vino a reclamar, bueno, pero sí son etapas que fueron un poco difíciles para ellos también, igual sufrieron su duelo, actualmente ya están designados y aceptan, y me ayudan, están todo el tiempo en apoyo con Eric, conmigo, y pues ellos adoran a su hermano actualmente, pero sí tuvieron su etapa también de duelo, y esa aceptación y el bullying de la escuela, hasta ahorita todo bien, pero sí es una etapa en la que ellos también la pasaron un poco difícil. Bueno, ya nos platicaste más o menos tu proceso del parto, pero cuando lo diste a Luz, ¿fue alguna complicación o transcurrió normal? No, no fue, cuando yo justo me alivio, no fue como los partos que yo ya había tenido, mis tres hijos son partos normales, él también, pero con Eric sí tardé más que los otros en dar a Luz, sí tardé un poco más, entonces sí me costó un poco más que él nacía, ¿Y más o menos te acuerdas cuánto pesaba o cuánto medía? Sí, él pesó tres kilos con doscientos gramos, y medía, creo que cuarenta y… ¿qué será? Cuarenta y dos, cuarenta y cinco centímetros. Cuarenta y cinco centímetros, así que lo que sí me acuerdo, el Asgard, que le dicen ocho o nueve, tuvo descalificación, porque sí lloró un poquito al nacer, pero tardó un poquito en llorar, entonces ya ahí bajó tantito su calificación. ¿Y cuando fue el parto, qué te dijeron los doctores justo después de tenerlo, si te lo llevaron para que lo vieras o cómo fue más o menos el parto? Él llora, lo limpian, lo ponen un ratito a calentarse, me lo llevan enrolladito, y ya cuando él está conmigo vienen las pediatras que estaban atendiendo mi parto y ellas son las que me dicen que él nace con probable síndrome de Down, entonces en ese momento es como si te cayera un balde de agua fría encima, es algo que dicen, pero cómo, tú lo ves tan chiquitito, ahí a tu lado, indefenso, no, eso no tiene nada. Y te decían los doctores, es que tiene los ojitos ralgaditos, tiene la implantación baja de orejas, tiene las marcas en la mano, entonces yo no le veía esos defectos que ellos como médicos ya sabían. Me decían, tiene los dedos de los pies muy separados en lo que es el gordito de los demás, tiene un poquito más abierto el dedito, entonces esos detallitos decían que él lo tenía, cuando son más de tres rasgos físicos ya lo califican como probable síndrome de Down. Entonces pues yo lo veía perfecto, yo lo que revisaba, dije a mi abuela, que esté completo, entonces, no, yo lo vi, es complejito, sus manitas, sus piecitos, todo perfecto, todo bien, yo no le veía los defectos obviamente que los doctores me decían, estaba tan chiquitito que yo no percibía lo que ellos veían. Y yo decía, no, me aferré en un tiempo a decir, no, mi hijo no lo tiene, porque me decían en tres meses ya es certero o no el diagnóstico. Yo hasta rezaba y todo, porque estaba en esa etapa de mi dolor, yo decía que no, que no sea, que no, que no tenga nada, pero yo estaba aferrada a la idea de que no fuera, de que no fuera eso, de que no fuera, pero sí, obviamente fue y es donde, pues ya cambiaron muchas cosas, pero sí estuvo en una etapa de que no, que no lo tenga, o sea, tú lo veías y todo y decías, no, que no tiene nada. No tiene nada. Pero pues ya con el tiempo pues vas aceptando y pues te adaptas muy, pues es que tu hijo lo quiere, lo adora y lo ayudas en lo que uno se puede, lo tiene uno que ayuda y ahí va. Es chiquito. ¿Y en todo ese transcurso de tiempo se ha sometido a alguna cirugía después del parto o más o menos cuánto tiempo después? Sí, cuando él nace me lo dan de alta Samito, pero cuando me lo dieron de alta yo veía que le salían chinguinitas en el ojo, me dieron unas gotitas, por ese detalle de los ojitos, yo llegando a la casa, ya estando en la casa, pues yo le aplicaba las gotitas en los ojos y al momento de aplicarle un día de esos que ya estábamos en casa, le apliqué las gotas en los ojos, yo me doy cuenta que él tenía rara la bolita de en medio, la bolita negra, la de en medio tiene que estar más chiquita. Entonces yo la veía, no negra, sino yo se la veía opaca, se la veía como blanca, como una telita. Y yo decía, es que mi hijo no está bien. Y por más que las gotitas no le ayudaban, seguían las chinguinas y las chinguinas. Entonces no le tomé mucha importancia, pero sí noté algo extraño en los ojos. Entonces él empieza a evacuar mucho, entonces yo lo llevo al seguro porque no se me hace normal que haga muchas veces del baño, del dos, hacía poco y muchas veces. Entonces lo llevo al seguro para que me lo valoren porque yo decía, no, es que no es normal, no es normal. Entonces ahí ya me dicen que era histericia, que estaba muy amarillito y lo dejaron internado creo que cuatro días para estabilizar eso de fototerapia, no sé cómo le llaman, para que lo tuvieran ahí. Y en la valoración de ingreso en urgencias, cuando la diarreíta que según que es lo que entró, ahí ya le detectan la histericia y le detectan que nació con cataratas congénitas, cosa que al nacer nadie se dio cuenta, sino hasta que yo ya fui a esa urgencia por lo de la diarreía, yo les dije, oigan, es que yo también chico algo en sus ojos que no lo valoran, me lo mandan con otarmo porque les notaron algo raro y resulta que son cataratas congénitas. Me dicen que se tiene que operar antes de tres meses porque ya era opacidad total en sus ojitos y que si yo no me apuraba a operarlo antes del tercer mes de vida, él probablemente iba a perder su visnavis porque ya tenía una opacidad total. Entonces busqué apoyo ahí en el seguro porque ahí tenía su seguro médico y me decían que sí, que sí, pero no me daban respuesta, ya casi iba a ser el segundo mes y yo no tenía respuesta. Entonces en el último mes nosotros empezamos a buscar por parte particular, fue donde él sí ya se operó, tuvo su cirugía de ambos ojos para el retiro de las cataratas. Y esa es su única cirugía que ha tenido hasta ahorita. Bueno, vamos a hablar un poquito ahora del contexto en la familia, el contexto social con el que ha tenido que convivir y todo eso. ¿Cómo modificó la llegada de Erick la dinámica familiar o lo que antes hacían o lo que ahora hacen? Anteriormente, antes de Erick, pues nosotros teníamos como que un poco de más libertad. Con la llegada de Erick, obviamente siendo un bebé, sin discapacidad, obviamente que limitas tus salidas y las libertades, pero con la discapacidad buscas ayuda en terapias, médicos, de todo, de valoración, porque me mandaron muchos médicos también. Entonces sí, tu tiempo es prácticamente para él. Él se internó muchas veces por diferentes otras cosas, como le dio bronquitis, le dio neumonía, le dio la hipericia, lo de los ojitos. O sea, él ha estado internado muchas veces. Entonces, me ahorro mucho tiempo el uso. Hubo unos años que sí descuidé a los otros hijos por estar más al pendiente de Erick. Actualmente, no te voy a decir que tengo esa libertad como cuando él no estaba, porque mi tiempo es para él. Entonces, cambia tu mundo en decir, yo me voy a ir a bailar. Ya no es tan fácil o tan sencillo decir, me voy y lo dejo. Aunque sí se pudiera, tal vez lo dejo con los niños, me ayudan. Pero cambia tu forma de ver las cosas en la vida, porque valoras más cosas y yo ya no me iría con esa tranquilidad. Ya no valoras mucho. Entonces, sí cambia en todo. O sea, porque incluso ni salimos casi. Si salimos, pues tenemos que ir con él. Cuando salimos en familia, pues nos vamos todos. O salimos a algún lado, pero así, como que vamos, venimos rápido, porque no se puede quedar tanto tiempo solos. Y así, pero sí, sí cambia tu forma de vida totalmente. Bueno, ya nos platicaste más o menos cómo te sentías en todo el proceso del embarazo, pero actualmente, ¿cómo te sientes? Me siento bien. Soy feliz. Yo creo que ya no pudiera estar sin él. Yo ya me acostumbré totalmente a él. Ya tengo como que mi vida adaptada a él. Yo hago mis cosas. Siempre tengo en él y en los otros. Yo ya no veo la otra vida que tenía antes de él, ya no. Entonces, me siento feliz y contenta. Él es un niño muy alegre, contento, cariñoso, juguetón, berrinchudo, de todo. Entonces, él está adaptado a nosotros, nosotros a él. Y yo creo que ya no pudiera estar sin él ya. Yo ya no veo esa otra vida. Sí. Y muy contentos con él. Me platicaste que Ana cuidó terapia, ¿no? ¿Cómo les ha ayudado toda esa terapia en su proceso? Sí, es un proceso que nos ha ayudado bastante. Cuando él nace, él venía con mucha hipotonía. Él nació muy, muy flácido, muy hipotónico. Tenía muy aguadito todo su cuerpo. Entonces, me costó mucho su avance, tanto para que él gateara, para que se sentara, para que él cargara el cuellito. Fue un proceso largo. Un proceso largo que vivimos, que me costó mucho. Pero logramos, lo logramos. Ahorita me está costando que él camine, pero yo sé que lo vamos a lograr. Desde que él tenía tres meses, él ha recibido apoyo de terapia en diferentes lugares. Porque ahorita actualmente asistimos al CRIP, pero antes me dejaron en lista de espera. Entonces, no entré así como que luego, ¿no? Antes era en lista de espera hasta que te hablaron. Y me hablaron hasta que él tenía un año y medio. Él entró ahí desde el año y medio hasta ahorita. Pero todo ese año y medio que no estuvo en el CRIP, primero fuimos al seguro, pero me costaba mucho ir hasta allá porque estaba lejos. Y luego yo tenía el turno de la tarde. Entonces, me tocaba muy tarde las listas y pues ya no me acoplé. Busqué otra opción. Fuimos a una fundación que está por Cambián, Fundación Corazón Dao. Todo iba muy bien, pero empezó a hacerme muy pesado los costos y todo eso. Y se me hizo muy pesado el costo. Entonces, ya no pude cubrir ese gasto porque sentía yo que era muy pesado para nosotros. Y busqué otra opción. Nos vinimos a la clínica que está dentro de la Universidad de La Salle. Ahí hay una clínica de fisioterapia muy económica y muy buena también. Son practicantes, pero hay una maestra que está ahí. Bueno, ella atendía a Erick como era de los más chiquitos, entonces se dedicaba la maestra a Erick. Ahí tuve mucho apoyo. Ahí le daban hidroterapia, terapias físicas, nada más de esas cosas. Y ya cuando entré al CRIP, pues ya dejó la clínica ahí de la universidad y me voy directo al CRIP. Y pues ahí recibe de todo. Lenguaje ocupacional, de agua física, el CENT, que es para los sensores visuales, de oído, de olores, de todo. Entonces, ahí en el CRIP había un servicio completo. Incluso médicos, pues había nutrición, había pediatra, de todo. Me han dado ahí muchas consultas y servicios. Y pues tampoco dejamos de lado el CRIP. Ahí también se hacen muchas consultas de médicos. En la Universidad de México salían a servicios de… ¿cómo se llama ese? Porque él tiene, aparte del Down, también tiene hipoteroidismo. Entonces él iba a consultas de… ¿cómo se llama? ¿Cómo se llama? Endocrinología. Allá en México. Porque aquí no hay endocrinología. Pediatra y me mandaban hasta allá. Ya lo último me dejaban aquí nada más con el endocrinólogo general porque ya no quise ir hasta allá. Y ya nos quedamos aquí. Y pues ahí va. Y se me tiene hipoteroidismo. Y eso también retrasa un poquito también su desarrollo. ¿Y en cuanto a terapia psicológica, ¿usted o alguno de sus miembros de la familia han acudido o han buscado? ¿O es una opción aún? La psicológica nos quedó un tiempo en el CRIP. Por parte del CRIP y por parte particular buscamos a la doctora del CRIP, fuera del CRIP. Ella nos daba terapias a mí y a los niños también. Pero ahorita actualmente no tenemos ese tipo de terapias. Lo que actualmente me están dando en la escuela de Eric son como talleres. Talleres de supercompersonal. Eso ya es con las maestras. Talleres de… Por ejemplo, apenas ayer hubo uno, pero como Eric apenas se recuperó bien, está un poquito enfermito ya. Y los talleres del duelo de mamá y papá, son talleres muy bonitos. Ya no puso, pero están muy interesantes esos talleres. ¿Y la integración de Eric con sus hermanos? ¿Cómo fue todo eso para ellos, para Eric? Pues al principio, como es bebecito, obviamente se integró muy bien. Actualmente se llevan muy bien, nada más que ellos son como que muy juguetones, un poco pesados. Y pues Eric de la misma manera aprende a ser así. Obviamente con quien no conoce, pues no lo hace, porque al menos contigo se está tranquilito. Pero normalmente con ellos no les obedece para nada. Y a mí sí, sí me obedece. Pero a su papá y a sus hermanos, como lo consienten tanto o se llevan pesados, no les hace caso. Pero a mí sí. Yo sí le he gritado, a veces fuerte, le alzo la voz para que me obedezca. Porque pues soy yo la que luego anda con él, que en las fichas, que en el carro, que así. Entonces cuando viajamos con él en un colectivo público, se queda quieto. No pega, no jala, no grita. Está tranquilito. ¿Cómo está ahorita? Así está. No, todavía no. Y así con Eric. Sí, ellos se han adaptado muy bien a su hermano. Y no, nunca me han dicho que no lo quieran o así. No, ellos adoran a su hermano y él también. Eso se nota. ¿Cuáles fueron algunas de las diferencias que notaste en todo el proceso que pasaste con tus demás hijos, o sea, con Eric? Fue una etapa en la que primero Rogelio fue el que me decía que no lo quería, porque siempre estaba con él. Tenía, pues, ¿cómo se puede decir? Le tenía como que un poquito de resentimiento, porque decía, no, es que todo para Eric. Porque sí me hacía comentarios cuando estaba más chiquito. Todo le compran a Eric. Todo le compran. Y a nosotros no nos compran nada. Le digo, pero es que a Eric le compro siempre todas las toallitas, su crema, sus pañales, todas sus cosas. Y él decía, se ponía celoso. Entonces le digo, es que mira, cuando tú fuiste bebé también te compré tus tocas, nada más que no te acuerdas. Pero así como él, también te compré a ti. Pero sí se ponía muy celoso de su hermano en un tiempo. Y Lupita ya no. Pero sí lo hacía. Y Lupita no. Y Lupita no. Es que Lupita se va a parar y le va a molestar. Y sí, yo sé, fue una etapa así como que de repente Lupita se desespera mucho de cuidarlo, porque Lupita es muy desesperada. Entonces de repente ella dice, ay, ya no me quiero cuidar. Pero sí se han adaptado. Yo digo que lo hacen porque, pues sí, como cualquiera en un momento pues se desespera. Pero trato de ser yo más la que lo cuide que ellos. O sea, nada más a ellos como que de apoyo, ¿no? Cuando necesito algo de veras, muy, muy que no pueda hacerlo, pues ya me apoyan. Pero no, tampoco los dejo ahí todo un día. Por ejemplo, el cuidado de él, no. Pero sí, se han adaptado muy bien. Se llevan muy bien. Y cómo, bueno, tú dices que ya, como convives tanto con él, tú ya sabes sus gestos, sus vocablos que hace para pedir cosas. ¿Cómo se comunica contigo cuando quiere algo de comer o cuando ya tiene hambre? A veces son sonidos, porque en lo que refiere a la comida, no dice quiero comer o tengo hambre, sino cuando él tiene hambre me hace, me hace este, Erick, me hace un gesto. Vente para acá. Me hace un gesto y me hace mmm, mmm, y me señala con su dedito que quiere comer. Entonces ya quédate quieto. Entonces cuando quiere comer hace mmm, se asoma la panza y hace mmm aquí, aquí, que quiere comer. Pero ya entiendo esa parte. A la leche le dice agua. Entonces a todo le dice agua. A la agua, a la coca, a todo le dice agua, agua. Entonces cuando quiere tomar algo o ve que alguien está tomando algo, él pide agua. Y dice este, palabras, varias palabras. Papá. ¿Tu papá? No, no quiere. No quiere. Sí, sí, le entiendo varias palabras. Y pues sí, te digo, a veces lo entiendo con sonidos. Amor. Agua. ¿Quieres agua? Sí. Ahí está. No, no, no, no, no. Vente, vente, vente. Súbete ahí pues. Papá, ¿me viene para acá? Súbete, súbete ahí. Siéntate en paz. Siéntate. Así. ¿Y cómo es la dinámica de juegos con él? ¿Cómo juegas tú con él? Con sus hermanos, con su papá. Fíjate que le gusta jugar solo. Con las que veo que juega más es con las nenas de alma. La Zoe, Monce, les gusta jugar con sus juguetitos que él tiene. Pero normalmente cuando ellas no están, él juega solito. Porque ya los grandes obviamente ya de caso le hacen. Solito, solito, solito juega él sus carritos, sus pelotas. Agarra su libreta y se pone a pintar, a rayar. Pero cuando están las niñas... Ve para allá, Zoe. Cuando están las niñas juegan con él, pero ella lo desespera mucho. Está sola. Grita, llora y ahí anda. Pero le gusta jugar con ella. Aunque le haga lo que le haga, él juega con ella. Con la Zoe. ¿Y cómo manifiesta esas emociones? ¿Cuándo se siente feliz? ¿Cuándo se siente inconforme? ¿Cuándo se siente enojado? Porque cuando está feliz, él se ríe fuerte. O sea, su risa. Su risa de felicidad. Él está contento. Cuando se enoja, él hace el sonido de enojo. Como tipo berrinche. De que está enojado. Cuando le quitan algo, él hace... Así sí lo demuestra con sonido. Cuando está triste, me doy cuenta porque solamente quiere estar en su cuarto. Y quiere estar acostado o durmiendo. Cuando se siente mal o está triste, te das cuenta porque quiere dormir. Solo quiere estar en su cuarto. Son cositas raras que uno nota porque dicen que normalmente él no es así. Cuando él está bien, él se sale del cuarto. Él anda jugando por fuera. Pero cuando se siente mal, él solamente está en su cuarto. Cuando quiere salir, él se la pasa durmiendo. Entonces ahí te das cuenta que algo tiene, no está bien. Y me dices que va a la escuela, ¿no? Entonces, ¿tiene relación con otros niños más o menos de su edad? Dámelo. Dámelo a mí. Corre. Sí, tiene de la misma edad compañeritos de otras discapacidades. Y de la misma edad. ¿Y cómo es que se relaciona con ellos? ¿O su dinámica de juegos con ellos? Ahí la interacción, pues así, muy bien. No sé decírsela porque yo lo dejo y la que convive ahí es la maestra. Pero nunca he tenido quejas de que pegue, de que le peguen, de que haga o que le hagan. No me dicen eso las maestras. Yo digo que si él fuera grosero o pesado, ¿no? Porque otros compañeros sí me dijeran a la maestra, oiga, Erick está pegando, o Erick está haciendo esto. Pero no, no me dan quejas. Yo siempre les pregunto, ¿cómo se porta Erick? No, Erick se portó bien. A veces no quiere trabajar, pero al final sí trabaja. Entonces, de mucho insistir, pues sí trabaja. Pero no, no me han dicho que no, que no, que sea grosero. Lo que sí he notado es que cuando él ya sale del salón, hay un niñito que se abraza, se despide. Y después le dan un abrazo y ya se va y él va, adiós, adiós, mándanos besos a todo el mundo. Ajá, eso sí tiene él. ¿Desde qué momento decides mandar a Erick a la escuela? ¿O por qué decides mandarlo a esa escuela? Ahí en el trip llevaba yo... Él entra a la escuela cuando tenía seis años y medio. Yo antes no lo mandé porque yo tenía miedo. La verdad, yo tenía miedo de que él ingresara a la escuela porque yo no sabía si lo iban a cuidar, si le iban a tener paciencia, qué tal le pasaba algo. Yo tenía esos temores de que él fuera en lo que es el CRIP, la trabajadora social que atiende a nuestra familia. Ella me decía, yo más de lo que sea iba a aprender otras cosas. Y siempre ahí es donde me exigían. O sea, ahí me daban esa exigencia, tiene que ir a la escuela, lo tiene que adaptar a una escuela, se tiene que ir adaptando a más niños, a socializar con más niños. Siempre ahí me insistían, me insistían. Y yo les decía, es que no, porque no camina, es que no, porque no come solo, es que no, porque no va al baño solo. Todos esos miedos me los cargaba y ellas me decían, no, mándenlo, le va a ayudar, mándenlo. Y nunca, no me decidí hasta que un día de tanto insistir fui a preguntar a la escuela, al CAM, y me convenció la directora. En ese momento me llamaron a una plática, voy con mi esposo y nos convence. Tráigalo, aquí lo vamos a ayudar, no importa que no sepa comer, aquí lo cuidamos, no importa que no sepa hablar, no importa que no sepa ir al baño, nosotros lo vamos a cuidar. Me convencieron de tal forma que lo empecé a llevar a finales de primer año, de primaria, porque ingresó a primero. Pues desde ahí, el primer día yo sentía que se me salía el corazón el de dejarlo ahí, porque yo no quería, tenía miedo. De ahí, que es lo que hice, empecé a dejarlo, a dejarlo, pero él nunca lloró. Él feliz de estar conviviendo con ellos. Él feliz de ver a más niños y... Al principio me decía que no quería que yo me fuera, pero no llorando, sino nada más me decía no quiere, no quiere, me decía. O sea, que no quería que yo me fuera, pero no lloraba, sino nada más me decía es que no, es que no. Y yo ya me iba y él se quedaba jugando. Ya ahorita, ya en mi casa me hace... Llega y me jala la mochila y se mete al salón a colgar mi mochila y le digo adiós, le digo adiós, va y me manda besos. O sea, ya que yo me vaya, ya no le da, ya le da lo mismo. Pero antes sí, como que un poquito se resistía, pero ahorita ya se adaptó. Todavía le falta un poco ese centro de hacer sus actividades porque sí lo hace, pero después de mucho insistir, después de un rato de insistir, lo trabaja. Pero todavía eso se está trabajando, porque al menos ya tolera estar sentado en la mesa trabajando y antes no. Era de que llegaba y un ratito y ya se bajaba corriendo ahí. Y ahora no. Ahora sí ya tolera un poco más trabajar. ¿Qué diferencias notas en Erick antes de que fuera a la escuela y ahora que ya va a la escuela? Muchos cambios. Dice muchas más palabras, entiende. Lo que me costaba mucho como mamá a veces que yo me desesperaba en que él no me comprendía lo que yo le decía. Yo le decía a Erick, ven. Erick, no. Erick, dame esto. Erick, ve para allá. Él no me entendía lo que yo estaba haciendo. Entonces yo decía, pero ¿por qué no me entiende? ¿Por qué? Erick, siéntate. Erick, siéntate. Y ahora ya me entiende. O sea, si yo le digo a Erick que me traiga algo, que tenga algo, ten, dame, ven para acá, siéntate. Pero ya me entiende. Es algo que no hacía. Y ahorita ya lo hace. Ya aprendió a comer solo. Él no comía solo. No podía sostener la cuchara. No tenía la estabilidad para la cuchara. Ya no lo hacía. Ya lo hace. ¿Qué más no hacía? No podía tomar agua de un vaso. Me di cuenta que cuando tú te echas el trago de agua, pues nivela, ¿no? De que te llegue a la boca y de ahí suavecito vas tomándotelo. Él no podía. Él se echaba todo el vaso encima. Porque no podía sostener el nivel del agua para ir tomándolo por poco. O sea, y tampoco se absorbe, ¿no? No podía absorberlo. Se lo echaba. Ajá, se lo echaba. No podía absorber. Incluso muchísimo tiempo él estuvo con pipetas de vasos entrenadores. Mucho, mucho, mucho tiempo lo tuve así porque no podía beber de un vaso. Ahorita ya lo hace. Sin problema. Le doy hasta una botella y ya toma de una botella de agua. Y de un vaso. Entonces, sí, son detallitos que a lo mejor dice uno insignificantes, pero para nosotros son buenos porque va poco a poco siendo más independiente. ¿Y cómo te has ayudado, Erick, en todo este proceso escolar? ¿Algo nuevo? Erick, siéntate. Siéntate ya. ¿Y el proceso escolar? Ajá. ¿Qué te requieres en las actividades que le dejan? Ajá, en todas las actividades que le dejan. Pues yo trato de cumplir como cualquier niño, como cualquiera de mis hijos. Que tal material, ahí está. Que tal tarea tiene que hacer, yo lo ayudo a que lo haga. No lo hace el 100% él, sino con mucho apoyo, pero sí se sienta y lo hace. El material que me piden, pues ahí está. A Erick le ha tocado participar en bailables, en eventos de algún día festivo y yo he cumplido lo que a él le toque llevar o hacer. Yo yo. Sí. Sí, entonces he tratado de que él se adapte a como cualquier otro niño. Como va a la escuela y pues necesita, ¿no? Sus uniformes, sus zapatos, su mochila, sus libretas, sus crayolas, todo. Entonces, este, todo eso se ha hecho con Erick normal, como cualquier otro niño, ¿no? Sus uniformes. Llámalo, hijo. Sus uniformes, sus zapatos, su mochilita, sus topes, porque igual le mando lonche. Todos los días se lleva su lonche, entonces tenemos que mandarle su lonche y en la hora de salida también están los puestecitos para comprarle su dulce. Él no es de pedir, de que vea, él no pide dulce. No es pues como mi mamá que digo, cómprame mamá, quiero. No. Erick es tan tranquilo que no es de pedir. Entonces, soy yo la que le digo, oye, voy a comprarle dulce con leche, una paleta, para que él sepa que ni ven y todavía después no lo voy a poder controlar. Pero, no, él no es este, ¿cómo te diré? Goloso. No, no, no, no, él no. Si no le doy dulce, él no come dulce. No, es tremendo ya Erick. Pero es este, uno trata de, yo como mamá, he tratado de darle a lo que es la escuela pues el 100% con él. En lo que él necesite, pues estar tranquilo. ¿Y cómo es la interacción de él con sus maestros? ¿Su relación que tiene con ellos? Pues yo creo que sí les obedece. Pero, hay una parte en la que todavía no logran dominar las maestras de que les haga caso. Yo creo que sí reconoce que son adultos y que están con él, pero no como yo. O sea, yo le digo a las maestras que si tienen que hablarle fuerte háganlo, porque si no, no les va a hacer caso. Pero pues no sé si lo hagan, ¿no? A veces hasta a ellas les da miedo esa parte porque dirán, no, porque un día viene la mamá, ¿qué me va a decir? Pero no, yo digo que si de vez en cuando tengan que hablarle fuerte para que él les obedezca, pues a veces es necesario porque entran en una etapa de un berrinche y de que nada más no te obedece. Por ejemplo, a mi esposo, tanto que lo consiente, no le obedece. Se le tira en berrinche y no le obedece. Eso le hace orgullo a él y a Luisito, a sus hermanos. No les obedece. Entonces, nada más, ahí está tirado y lo quiere levantar y no se para. Y nada más vengo yo y mira, así se para. Nada más con verde que voy y escucha mi voz, así se para. Entonces ya sabe que conmigo no me hace eso. No, no me las hace porque yo soy un poco estricta y siempre le digo que lo amo, lo abrazo, lo beso y él también me quiere mucho y sabe que yo lo adoro. Pero cuando se trata de que de berrinche, ya sabe que yo me enojo, entonces no me lo hace. No, esas cosas no me las hace. Pues sí, es muy tranquilo. Bueno, ya nos platicaste un poco de las cataratas que tuvo, de que en el inicio tuvo lo de la depresión cardíaca, pero pues al final no era nada. ¿Ha tenido alguna otra enfermedad aparte de las que ya nos hemos platicado? ¿Alguna disminución auditiva? Pues mira, en el CREP le han diagnosticado muchas cosas que actualmente todavía estamos descartando. Te platicaba yo hace rato que los médicos llegan y te dicen un montón de cosas. Uno de ellos me dijo que, no sé, me borran muchas palabras de los médicos, pero me dijeron que ellos son un escuche, es una cajita de sorpresa, de que conforme va creciendo va sacando una sorpresa y cada una viene diferente. ¿Por qué? Porque ellos nacen con la capacidad de que, por genética, su cuerpo se alteró por esa trigonomía. Entonces se alteró toda la formación del escuche machoací. Ahorita actualmente entiendo eso que me decía ese médico, porque actualmente han salido cosas que todavía no son certeras o no me las han confirmado, pero pues los médicos si te comentan algo es porque sospechan algo, ¿no? Y actualmente él, aparte del hipotiroidismo y de los ojitos, él tiene un problema de su piecito. Ahorita estamos batallando con el piecito. Tiene un desvío en el tobillo derecho que probablemente también es un factor que no le impide pararse bien. Yo creo, como mamá, que tiene un hueso más largo que otro. Yo así lo digo, pero el médico, el ortopedista, él dice que con una plantilla se soluciona, pero yo no lo veo así, yo le veo muy desviado de pies. Entonces no creo que sea eso, yo creo que es el hueso. No es mucho de los pies, tal vez el tobillo, porque si anda descalzo, como ahorita fue el caso de ti, el pie te lo tuerce totalmente. Pero si yo le pongo su zapato de botita, él tiene perfectamente los piecitos porque la botita le ayuda a que el pie se lo impara. Entonces, por eso es que estamos trabajando el ortopedista. Y lo auditivo, el del CRI le hicieron unos potenciales en su momento, hace como cuatro años, y decían que él tiene un problema auditivo, que en vez de oír las cosas bien, los sonidos fuertes, él los oye tan cerquita que le lastima. Entonces me recomendaron apenas la doctora que le compre yo unos audífonos de esos grandotes para cuando haya que salir con él a un lugar donde hay mucho sonido, porque a él le molesta el sonido de las bandas, el sonido de las bocinas, el sonido de los cueques, los sonidos fuertes, o donde hay muchísima gente, él se enchienta y se pone de malas porque el sonido le afecta mucho los oíditos. Entonces me dijeron que yo le compre esas cosas para apoyarle a que no le afecte tanto los sonidos. Entonces yo le platicé a la doctora que hace como dos años tiene que empezó, que vivimos muy cerca de la capilla. Entonces cuando es la fiesta de la juquilita, hay una tronadera de jueces, entonces Erick entra en pánico y el año pasado me hizo un ataque de pánico que yo casi me pongo a llorar porque me dio mucho miedo, me dio impotencia. Ve cómo se puso Erick el día de los cueques de la Virgen de Juquil. Era las seis de la mañana, a esa hora mi hijo estaba agotando y no sabía ni a dónde meterse. Y por más que yo lo quería abrazar, protegerlo, él no quería que yo lo tocara. Él no sabía ni a dónde meterse, al final se fue a meter a un rincón de un ropero. Ahí solamente él pudo estar tranquilo, pero no quiso que yo lo sacara, que yo lo tocara, que yo lo abrazara, no quiso nada. Entonces yo le platicé a la doctora del tema en ese año, precisamente estamos trabajando eso, y me mandaron con una neuropediatra a valorar por el diagnóstico de estos ataques de pánico que le entra con los conijos, porque no nada más es los cueques. Empezó a hacerlo con la banda, con las musinas. Entonces en una fiesta, no sé, un berrinche de pánico, un ataque de pánico, porque llegamos y estaba una banda, y me hizo ese mismo pánico así feo. Entonces le digo a mi esposo, ¿y qué hacemos? Pues mejor lo vine a dejar a la casa, cumplimos un ratito con la invitación de la fiesta y vámonos, porque no se quiso quedar. Y él pedía que se salieran, se salieran, y su papá mejor lo sacó, porque no toleraba estar en esa fiesta. Entonces cuando pasa aquí, pues no saben ni qué hacer. Son cosas que dices, ¿cómo le hacemos? Por eso me dijeron de los aurífenos, pero me mandaron con la neuropediatra, y ya lo valoró la neuropediatra por ese detalle, y dijo que probablemente, todavía están improbables, no hay nada certero, hasta sacarle unos estudios que le mandaron a hacerle su cabecita, dijeron que es probable autismo. Entonces autismo conjugado con Down y todo lo demás. Entonces dijeron, si es autismo, tenemos que saberlo pronto, porque tiene que llevar otro tipo de tratamiento. Le digo, no creo que sea autismo, si no son a lo mejor estafas, no sé, yo no creo, pero dice que sí existe, autismo y Down conjugado, no sé. Entonces me mandan con ella, y luego dice que él tiene que dormir en el día, una cierta hora en el día, y él no lo hace. Pero todo el día se la pasa activo, todo, todo, todo el día, y se duerme hasta la noche, toda la noche, y ya de ahí se levanta hasta la mañana. Entonces un detalle fue que no duerme en el día, no se echa su siesta de todos los días, ese es un detalle, y el otro es que en las noches, él de la nada, ya está bien dormido, y de la nada se sienta y hace su cabeza así. Está dormido pero se sienta, mueve su cabeza dormido y lo acuesta si se vuelve a dormir, y esto me lo repite entre cuatro, cinco, hasta seis veces creo en la noche. Entonces es un poquito incómodo porque tienes que estarlo acostando, para que él se duerma, o vigilarlo, porque si no se acuesta bien, pues se va a caer de la cama. Entonces ese detalle yo lo vigilo en las noches, porque lo hace todavía. Yo le platicé con una doctora, no, déjalo, dice que son trastornos de sueño y sueño, y que para eso también tenía que ir a valoración con un país, ya no una psiquiatra, sino con un país de psiquiatra, y que para valoración por el trastorno de sueño, y actualmente, fíjate que en esta semana me estoy dando cuenta que él ya no hacía eso, se está mordiendo otra vez los dedos. Cuando era más chiquito tenía como tres años, él se mordía mucho sus dedos gordos, incluso tiene, a ver enséñame tu manita, tiene unos callos en los dedos, miren, porque se mordía mucho. Entonces actualmente ya está volviendo así y ya no va así, porque tiene como que ansiedad, como que no sé, y me dijo el paido, porque ya íbamos en el trío con un paido, pero ya no va, entonces ahora lo tenemos que buscar externamente. Y dice que si él se está haciendo daño en su cuerpo con algo así, probablemente más adelante él se pueda dañar su cuerpo y no le afecte, entonces eso hay que trabajarlo con el paido, porque si él no, tiene que medicarlo, para que él pueda no estar con eso pues, porque si dice que hay niños que se golpean la cabeza, hasta sangrarse y no sienten dolor, entonces dice que son detallitos que podemos prevenir a futuro, porque ahorita nada más, Erick, cuidado con tu cabeza, son los delitos, que se los muerde, que los muerde, y ya tiene los callos y no le duele, porque está muerde y muerde y muerde. Actualmente lo está haciendo de nuevo y ya no va así. Entonces son detallitos que, te digo, van saliendo, van saliendo cositas nuevas y yo le digo a mi mamá, que a mí me dan miedo esas cosas de hacerle estudios y que ahí vaya saliendo todo más, porque sí, ya lo mandaron con dos especialistas más, y ahorita estoy trabajando con ortopedia por lo del pie. La doctora de comunicación humana, que es la que checa lo del auditivo, ella ahorita ya no lo está viendo, ella dice que está bien en lo auditivo, en lo visual pues le retiraron una parte de su ojito, necesita una cirugía más adelante, pero todavía no estamos en eso, más adelante. Y pues ahorita con lo del piecito y vamos a trabajar también con las citas, porque es un lío esto de las citas. Como no hay el servicio en el CRIS, me mandaron al hospital del niño, pero como él tiene seguro, no pude entrar porque me cobran ya como un particular. Ahora me mandan al seguro, pero en el seguro no hay servicios pediátricos de lo que el necesitamos. A fuertes me mandan a mí, entonces estamos viendo toda esa parte, si conviene ir a México o buscarlo particularmente, porque es en el mismo gasto que hace, o pedirle al seguro que me dé su obligación para el hospital del niño y que yo lo pague porque aquí no hay el servicio. Entonces es buscarlo. Ahorita pues nada más citas generales pediátricas en el seguro, citas en el CRIS y pues hasta ahí vamos con él, pero es un trabajo. A los cuantos años más o menos comenzó a gatear? Sí se tardó un poco. Creo que hasta los dos años. Sí, sí se tardó, porque no lograba ni cargar ni el cuerpo. Tenía muy hipotónicas las piernas, la cadera. El día que se sentó yo creo que me puse a llorar, porque no podía lograr el sentado. Lo sentaba yo y se iba de un lado y se iba del otro, porque no cargaba su tronco. Y luego ya que se sentaba estaba su cabecita así como gelatina, porque no cargaba esto del cuello, no cargaba su cuello. Ya cuando trabajamos tanto y tanto ya logró cargar su cabeza, estabilizó su cabeza. De que estabilizó la cabeza al sentar el cuerpo es mucho mejor. Y ya de ahí el hincado ha parado. El hincado ha parado. Ya lo hizo y ya no lo paré para que se viera parando donde está. Y ahí anda. Ahorita nada más es el caminar, porque ya agarrando se camina por donde esté. Pero le falta un poco para que camine, no sé si sea lo del pie. Estamos trabajando con el ortepedista para ver si es el piecito o el tono muscular que le haga falta la cadera y la pente. ¿Y del balbuceo? Bueno, del balbuceo, habla. Del habla estamos trabajando con comunicación humana, con terapias de lenguaje en el crío. Cone ya muy bien y dice muchas palabras. Ahorita me dice la terapeuta de lenguaje que él tiene mucha... ¿Cómo se dice? Tiene como que es campo para aprender a conjugar dos palabras porque dice que primero es la etapa de una palabra y después cuando te das cuenta que él puede unir dos palabras o tres empieza ya a hablar un poco más. Y nos hemos dado cuenta que si une dos palabras entonces está en la etapa de una, de dos palabras juntas. Por ejemplo, si yo le digo, Zeny, ven acá. Me contesta, ya voy. Entonces ya dice dos palabras. O no quiere. Cuando no quiere algo me dice, no quiere, no quiere. Entonces ya otras dos. Ahí va. Poquito a poquito. Pero sí ya dice muchas palabras. Y me comentas que todavía lo llevas a terapias, ¿no? ¿Para cuánto lo llevas? Vamos cada semana. Vamos a veces un día o a veces dos días a la semana porque tengo que administrar su semana. A veces vamos dos veces o a veces una vez y todos los demás días a la escuela. Entonces yo trato de que sea nada más un día para ir a la escuela todos los demás días porque pues también tiene que aprender a inglés y también tiene que ir acá. Yo le dije a la terapeuta que este bloque que apenas empezó, son tres meses el bloque, que nos hiciera dos días a la semana y tres días en la escuela. Pero hay semanas que me aparecen con un día nada más y hay semanas que aparecen con dos días. Entonces pues vamos bien con las terapias. Ahí va, tiene terapia de tanque. Todavía va para allá. La hidroterapia, la terapia física, terapia occupational, de lenguaje y las citas médicas que vamos con la pediatra, la nutrióloga dental, comunicación humana, autoperia, psicología, ya me mandaron psicología y trabajo social. Y ya para finalizar, ¿qué te ha dejado a ti todo esto? ¿Qué enseñanza te ha dejado toda esta nueva experiencia, toda esta nueva etapa de tu vida? Esta etapa, sí, iniciando con Erick, me ha enseñado a valorar la vida totalmente. Yo antes de Erick yo tenía otra forma de vida y veía la vida de otra manera. Yo aprendí a darle valor a las cosas de otra magnitud. Así cosas pequeñas les das mucho valor. Como te digo, son pequeñas cosas que él logra, pero es un valor muy grande cuando él hace un logro, cosa que no hacía. Entonces tu vida con tu familia, con tus hijos, es tan distinta porque ya no es nada más hacer las cosas al aventón, ya no te valen las cosas, sino que le tomas sentido a todo, a los valores, el amor, el cariño, el respeto, la confianza, ese tipo de cosas le aprendes a dar otro tipo de valor, valores que a lo mejor ya los conocías, pero no como debe de ser. Y esa parte nos ha enseñado a mí y a mis hijos, a mi familia, estos valores, como que, ¿cómo te diré? Como que das el valor. Valoras más. Ajá, se valora bien. Te digo, yo no puedo irme un día, por ejemplo, y dejarlos sin comer. No, yo salgo, pero tengo que venir a que coman, o si salgo ya dejé la comida. Entonces yo no tengo ese corazón, mi corazón se hizo diferente. Entonces es una estapa muy bonita, porque no le da ningún sentido a las cosas. Sí, son pequeños detalles que pasan, que les dan mucho valor. Erick, te vas a pegar en tu cabeza. Aquí está, mira. Aquí está. Ven. Y pues ahí vamos, con Erick y con mis hijos, pues igual han aprendido todo eso. De repente ellos como que, ¡salte de ahí! Ellos de repente son muy, como que se desesperan mucho. No, quítate de ahí. Se desesperan mucho, pero ellos han aprendido también mucho. Son unas personas que yo los veo y digo, ellos también saben de valor esto, porque si no ya hubieran hecho muchas cosas. Son unos niños de que yo les doy confianza, y saben que es la confianza, porque salen y yo los veo que llegan tranquilos, salen a lo que salen, comunicación. Si ellos van a ir a algún lado o cualquier cosa, ellos me tienen que avisar. Y no como que me vean como la mala, la enemiga, sino ya saben que, ¿cómo trabajamos en equipo? Ya ves que hay muchos muchachos, señoritas actualmente, que están en cada cosa que tú dices, no, no, no, no. Yo digo, gracias a Dios que mis hijos no ven la maldad de la gente. Bueno, pues muchas gracias por tu tiempo y por vainarnos esta entrevista. Y a ti porque nos tomaste 50. Gracias a ti también. Gracias, dile. Dile gracias, ¿no? Dile gracias. Gracias, Nay, dile. Gracias. Chócala, Nay. Chócala. ¿Chócala? Yo la voy a chocar. Chócala. Chócala conmigo. Chócala. Chócala. Dedo ahora. Dedo, huevo. Dedo. No. No. ¡Ay!

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