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The podcast "Explorando la Espiritualidad" reflects on the story "Animarse a Volar" from the book "Cuentos para pensar." It tells the story of a boy who is encouraged by his father to use his wings and fly, even though he is afraid. The boy tries, but fails and becomes discouraged. His father explains that to fly, one must create the necessary space for the wings to unfold, similar to jumping with a parachute. It teaches the importance of taking risks and having faith to achieve our dreams. Bienvenidos al podcast Explorando la Espiritualidad, el cuarto de oración de Santa Teresa Jesús. En este episodio reflexionaremos sobre Animarse a Volar, de Cuentos para pensar, publicado originalmente en Recuerdo para Demian, 1991. Y cuando se hizo grande, su padre le dijo, hijo mío, no todos nacen con alas, y si bien es cierto que no tienes obligación de volar, opino que sería penoso que te limitaras a caminar teniendo las alas que el buen Dios te ha dado. Pero yo no sé volar, contestó el hijo. Ven, dijo el padre, lo tomó de la mano y caminándolo llevó al borde del abismo en la montaña. Ve, hijo, este es el vacío, cuando quieras podrás volar, solo debes pararte aquí, respirar profundo y saltar al abismo. Una vez en el aire, extenderás las alas y volarás. El hijo dudó. ¿Y si me caigo? Aunque te caigas, no morirás, solo algunos machucones te harán más fuerte para el siguiente intento, contestó el padre. El hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros con los que había caminado toda su vida. Los más pequeños de mente dijeron, ¿estás loco? ¿Para qué? Tu padre está liderando, delirando. ¿Qué vas a buscar volando? ¿Por qué no te dejas de pavadas? Y además, ¿quién necesita? Los más lúcidos también sentían miedo. ¿Será cierto? ¿No será peligroso? ¿Por qué no empiezas despacio? En todo caso, prueba a tirarte desde una escalera, o desde la copa de un árbol, pero desde la cima. El joven escuchó el consejo de quienes lo querían. Subió a la copa de un árbol y con coraje saltó. Desplegó sus alas. Las agitó en el aire con todas sus fuerzas, pero igual se precipitó a tierra. Con un gran chichón en la frente, se cruzó con su papá. Me mentiste. No puedo volar. Probé y miré el golpe que me di. No soy como tú. Mis alas son de adorno. Hijo mío, dijo el padre. Para volar, hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen. Es como tirarse en un paracaídas. Necesita cierta altura antes de saltar. Para aprender a volar, siempre hay que empezar corriendo un riesgo. Si uno no quiere correr riesgos, lo mejor será resignarse y seguir caminando siempre. Jorge Bucaia Para alcanzar nuestros sueños, necesitamos una voluntad firme y una inmensa capacidad de entrega. Pero sobre todo, necesitamos fe.