Details
Nothing to say, yet
Details
Nothing to say, yet
Comment
Nothing to say, yet
The transcription is about a student movement in Mexico called the Mega Marcha in UNAM that occurred in 2018. It started with a student protest demanding better conditions and the resignation of the school's director. The movement gained momentum after a student was kidnapped and murdered. The students organized a march, which was joined by students from other universities. They took precautions to avoid infiltrators and marched in groups. The march ended peacefully with support from the newly elected president. The importance of freedom of expression and collaborative work to achieve common goals is highlighted, emphasizing the impact of social movements in history and society. ¡Hola! ¿Cómo están? Si es la primera vez que escuchan mi contenido, mi nombre es Nadia, y es un gusto para mí poder recibirlos. Si ya tienen algún tiempo conociéndome, gracias por seguir y disfrutar y apoyar mi contenido. Bienvenidos a un episodio más del diario de Nadia. Esta ocasión tendré que sacar a flote mi personalidad más seria y centrada, porque justamente hoy quiero hablar sobre un tema que es de carácter importante y que nos involucra a la mayoría de personas en el mundo, y claro, mi país, México. No hay excepción. Me encanta reflexionar sobre temas que me parecen sumamente importantes, y este en particular ha dado vueltas en mi cabeza por varios días, y dije, ¿por qué no tener una plática sobre movimientos sociales? Porque siendo sincero, somos una de las generaciones que ha traído consigo una ola de cambios en toda la cultura global, y sin duda considero que es algo de lo que hay que estar informados y alertas. Nunca se sabe. Quizás en algún momento formemos parte de alguno que se aproxime en el futuro. Primero que nada, quiero dejar bien en claro el concepto de qué es un movimiento social, y después hablaré de un acontecimiento que sucedió hace unos años en México. Entonces, ¿qué es un movimiento social? Se trata de un grupo de personas que comparten un mismo objetivo e ideas. Esas personas se organizan, desarrollan estrategias, y en conjunto buscan lograr un cambio, manifestando su descontento e inconformidad con el sistema. Se lucha por los derechos y se espera poner fin a las injusticias. Así se expresan valores, creencias e ideologías. Existen distintos tipos culturales, como lo fue la lucha de igualdad racial con Martin Luther King en Estados Unidos, históricos como el movimiento feminista, ecológicos que consisten en la defensa de ecosistemas, animales y la naturaleza de nuestro planeta, y estudiantiles, tal es el caso del histórico 2 de octubre de 1968. Sin duda, suceden numerosos paros estudiantiles en el país. Todos tienen sus objetivos particulares, y no por ello uno es más importante que otro. Algunos ya forman parte de la historia, y otros forman parte del futuro de ella. Me enfocaré en compartir un movimiento estudiantil que pasó hace unos años en México. Se trata de la nombrada marcha Mega Marcha en UNAM, acontecida en 2018. La Universidad Nacional Autónoma de México, o UNAM, es la máxima casa de estudios en nuestro país, ofreciendo 108 carreras universitarias y además tiene una oferta educativa a nivel bachillerato en nueve planteles por medio de la Escuela Nacional Preparatoria y cinco del Colegio de Ciencias y Humanidad, o CCH. Nos trasladaremos al 27 de agosto de 2018, donde ante la falta de profesores para impartir clases, un grupo de alumnos del CCH, zona Azcapotzalco, tomó control de las oficinas administrativas del plantel y comenzó un paro de labores. Protestando por la mejora de las condiciones de los alumnos, el 31 de agosto, Maríam Guadalupe Patricia Márquez Cárdenas, directora del plantel, renunció a su cargo con la represión de las demandas, pero al no cumplirse todas, los alumnos tomaron las instalaciones. Al mismo tiempo, en el Colegio de Ciencias y Humanidad de Zona Oriente, la estudiante Miranda Mendoza Flores, de 18 años de edad, fue secuestrada a las afueras de su institución el día 20 de agosto y el 2 de septiembre se confirmó la noticia de su asesinato. Este delito se investiga como feminicidio. Esto incendió aún más la lucha de justicia de los estudiantes. Fue así como el 3 de septiembre, los alumnos del CCH convocan a una pequeña marcha desde el Parque de la Bombilla hasta llegar a la explanada de la rectoría en la ciudad universitaria con el propósito de exigir justicia ante los hechos ocurridos y exponer un pliego petitorio para su plantel, el cual es un documento que contiene peticiones. Anteriormente fueron recordadas por el grupo de personas que las exigen. Entre la demanda de los estudiantes se encontraban 1. Restauración del acervo mural del colegio y permiso para la creación de nuevos murales por parte de estos alumnos. 2. Castigo a profesores y administrativos abusivos y deficientes. 3. La asignación de profesores y horarios. 4. El esclarecimiento del presupuesto escolar. Ahora bien, en la marcha hubo un grupo de porros que usaban jerseys con el escudo de la UNAM. Parecieron y empezaron a lanzar piedras, palos y petardos a los estudiantes. La Secretaría de Seguridad Pública reportó 14 estudiantes heridos, especialmente dos alumnos de gravedad, Emilio Aguilar Sánchez y Joel Mesa García, víctimas de ataque con arma blanca. Este hecho fue documentado por fotógrafos y ayudó a conocer la identidad de los atacantes. 30 alumnos matriculados fueron dados de baja. A partir de ese entonces, distintos alumnos de la UNAM llamaron a paro tras la disputa, además de preparar la marcha que se llevaría a cabo el día 5 de septiembre de 2018. El punto de encuentro fue en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales a la UNAPM para arribar a la explanada de la rectoría a través del circuito universitario. No solo los estudiantes de la UNAM formaron pelotones, distintas universidades extendieron su apoyo, entre ellos el Instituto Politécnico Nacional y la Escuela Nacional de Antropología y Historia. Las medidas de precaución incluyeron ir plenamente identificados, cortar sus credenciales y papeles dentro de su ropa con su nombre, dirección, tipo de sangre, teléfono de algún familiar y plantel de estudios. Adaena Villasencio, egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, apoyó a su hija en la marcha, estudiante de bachillerato de la Máxima Casa de Estudios, y describió lo vivido durante la mega marcha de 2018. Este es un pequeño fragmento de su testimonio. Los estudiantes querían evitar infiltrados y provocadores a toda costa, así que marcharon en grupos muy compactos y unidos. Los de Ciencias se resguardaron con mecates alrededor y pintaron el símbolo de la integral en la cara, en color azul, y los de Ingeniería se vistieron de rojo. En Ciencias Políticas iban más preparados, advertían. Chicas, si hay necesidad, sepan que los del brazalete amarillo llevan el de la pimienta y las molotov. Los de Banda Azul traen los botiquines y darán primero auxilios. Los demás no estaban solos y ante cualquier cámara, sobre todo en la televisión, lanzaban los carteles con los siguientes mensajes. Mamá, no te preocupes, estoy luchando por nuestra seguridad. Mamá, papá, la lucha es de todos y para todos, no me hagas quedarme con los brazos cruzados. Así fue como más de 30.000 estudiantes se manifestaban gritando afuera porros de un NAM, exigiendo mejores condiciones escolares y la erradicación de cualquier acto de violencia. Y en los planteles de las universidades, sacando a flote todo el descontento contenido por años por la violencia y abuso juvenil. Sin un equipo de sonido para alzar aún más la voz, ni líderes difendidos, la marcha culminó aproximadamente a las 5 de la tarde y el entonces presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, mostró su inquietud y apoyo a la seguridad estudiantil. Como un dato interesante, en ese periodo de tiempo, se cumplían exactamente 50 años del movimiento estudiantil del 2 de octubre de 1968. Con todo esto quiero concluir con lo importante que es la libertad de expresión y el trabajo colaborativo para alcanzar objetivos comunes. Muchos somos estudiantes y tenemos el derecho a la seguridad, a la libre expresión y a manifestarnos cuando estamos sufriendo una injusticia. Ese 5 de septiembre se logró algo, para alimentar el camino para estudiantes futuros, para no sufrir lo mismo y darles mejor calidad de educación. Los movimientos sociales logran una transformación, un poco lenta tal vez, pero es un paso para llegar a ella, forman parte de la historia y de la humanidad misma, nos hacen las personas que somos hoy en día. Agradecemos y seguimos luchando por los ideales que persiguían todos sus participantes. Necesitamos una organización que sea permanente, revolucionaria, juvenil y que reivindique las mejores tradiciones del movimiento estudiantil, porque necesitamos estar preparados para las próximas luchas por nuestros derechos. Sé que hoy fue un poco más largo de lo habitual, pero les agradezco su tiempo. Gracias y nos vemos en el próximo capítulo.