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CUENTO BLANCOHIELO 4A QUIPO AZUL

CUENTO BLANCOHIELO 4A QUIPO AZUL

00:00-14:57

Los alumnos de 4ºA se han acercado a los micrófonos de RADIO PASARELA, para contarnos lo que han trabajado en lengua. Han creado un cuento titulado "BLANCO HIELO" en el que han variado el género de los personajes de un conocido cuento, ¡qué divertido! Enhorabuena!!! muy buen trabajo!!!

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Bienvenidos a un nuevo programa de Radio Pasarela. Hoy los niños de cuarto A os vamos a contar unos cuentos cambiando el género que hemos hecho la clase de lengua. Os paso con mi compañera Aitana. Blancohielo. Había una vez un chico llamado Blancohielo que tenía un padrastro, que siempre iba a un espejo mágico y le preguntaba, espejito dime quien es el más bello del reino. El espejo contestó, usted mi rey. Pasaron los años y Blancohielo se hizo más mayor. Entonces el padrastro volvió a preguntarle quien es el más bello del reino. Y el espejo contestó, la verdad es que es Blancohielo. Entonces se enfadó y mandó a una de sus cazadoras a cogerle el corazón a Blancohielo. Pero la cazadora le dejó escapar y fue a la casa de las enanitas. La encontró sucia y empezó a limpiar. Vinieron las siete enanitas y le dieron las gracias. Se sentaron todos a comer y el padrastro al escuchar el mensaje que la cazadora le había dicho, se disfrazó y cogió una pera envenenada. La cazadora le dijo dónde estaba y fue allí el padrastro y dijo, toma esta pera pequeño. Entonces la probó y se desmayó. Las siete enanitas lo metieron en una vitrina. Por allí pasaba una princesa y era muy bella. Al verlo desmayado le dio un beso y se despertó. Se hicieron novios y al darse cuenta de lo que hizo el padrastro, lo metieron a la cárcel y vivieron felices y comían perdices. Ahora les paso a nuestro compañero Manu. Era un ave blanco de hielo. Era hermoso y blanco como el hielo. Su padre ha muerto y su madre le echó de casa y la fauna le llevó a una casa. Entró y hurgó en la casa y cogió todo lo de valor. Y siete enanitas lo descubrieron. La encerraron y lo vendieron a la bruja en veneno. Su padre la rescató con su espíritu, pero aún se envenenó. Suma mucho dinero solo para matar a su hijo. Y se arrestó su hijo y le dio un beso porque esa era su única razón de vivir. Ahora les paso con mi compañera Alexandra. Era una vez una madre que dio a luz un niño llamado Blancohielo, pero cuando nació lamentablemente su madre falleció. Entonces su padre se fue a buscar una esposa. Cuando encontró a una chica hermosa le pidió matrimonio. La esposa era hermosa pero era mala y como ella tenía un espejo al espejo le decía, espejito espejito ¿quién es la más mala del país? Y el espejo decía, tú mi reina eres la más mala. Pasaron años y Blancohielo creció. La esposa preguntó su espejo, espejito espejito ¿quién es la más mala del país? El espejo le dijo, Blancohielo es el más malo mi reina. La reina se enfadó entonces contrató unas guardianas para matar a Blancohielo. Las guardias dieron a Blancohielo pero los guardias cuando dieron a la cara de Blancohielo se desmayaron por la cara bonita que tenía. Blancohielo huyó y vio una casita y se puso a limpiar. Llegaron las enanitas y se pusieron a dormir. Al final la madre le encontró y le dio una tarta envenenada y murió. Ahora paso con nuestra compañera Enara. Blancohielo había una vez un niño llamado Blancohielo. Era muy feo y le encantaban los animales. Su pelo era castaño y su piel morena. Su madre al quedarse viuda se casó con el rey del país. Un día el rey preguntó a su espejo mágico quién era el más feo del reino y éste le dijo que su hija Astro Blancohielo. Abía y ordena a su soldada que lo mate. La soldada siente pena y lo deja escapar donde encuentra caudijo en una pequeña casita habitada por siete enanitas. Él se queda a vivir con ellas a cambio de ayudarles limpiando y cocinando. Pero el padre Astro se entera por el espejo que sigue vivo y prepara una manzana envenenada que le da a probar haciéndose pasar por un anciano vendedor. Entonces Blancohielo cae muerto y las enanitas le encierran en una tabuz de cristal. Una princesa que pasaba por ahí se enamora a verlo tan feo y les pide a los enanitos que se lo den. En una sacudida de la tabuz Blancohielo expulsa el trozo de la manzana de su garganta y recibe enamorándose de la princesa con quien se casó. Ahora os paso con nuestro compañero Samuel. El cuento de Blancohielo. Era una vez un rey que estaba cociendo. Ese rey un día se pinchó con una aguja y pidió un deseo. Ojalá tenga un niño con los ojos azules, la piel muy blanca y un corazón lleno de alegría y bondad. Un día aquel deseo se cumplió. El rey y la reina tuvieron una hermosa niña que decidieron llamar Blancohielo. Unos años después el rey falleció y la reina no tardó mucho tiempo en casarse con un chico que ahora era así. Pero lo que la reina no sabía era que aquel rey con el que se acababa de casar era muy malo. Un día la reina tuvo que irse a un palacio cercano a resolver unos problemas. Entonces el pobre Blancohielo se tuvo que quedar con el malvado rey. El rey tenía un espejo mágico en su cuarto al que le hacía cada día la misma pregunta. Espejito, espejito, ¿quién es el más bonito? El espejo normalmente decía que era él, pero un día dijo que lo era Blancohielo. Entonces ordenó a su cazadora real a que lleve a Blancohielo al bosque y matarlo. Entonces la cazadora le dejó a Blancohielo en el bosque pero no quiso matarlo. También la cazadora le recomendó no volver a ese palacio. Blancohielo se quedó solo en el bosque. Cuando empezaba a oscurecer Blancohielo decidió acostarse junto a un árbol. Al día siguiente Blancohielo caminando por el bosque encontró una casita con todo muy pequeño. Mientras tanto en el palacio al rey malvado daba por hecho que Blancohielo estaba muerto. Entonces le hizo la misma pregunta al espejo mágico. Espejito, espejito, ¿quién es el más bonito? El espejo le contestó que era Blancohielo. El rey malvado no podía creerlo. Blancohielo seguía vivo. Mientras tanto en el bosque Blancohielo golpeó la puerta de aquella casita y preguntó, ¿hay alguien en casa? Pero nadie contestó. Aún así Blancohielo se fijó que la puerta estaba abierta. Dentro observó un salón muy sucio y desordenado así que decidió limpiar y hacer la cena. Blancohielo agotado del trabajo se tomó un buen descanso en unas camas muy pequeñas. Una hora más tarde llegaron las nanitas que vivían allí. La más curiosa del grupo se preguntó que qué hacía todo tan limpio y ordenado. Para las demás les importaba más descansar de un día agotador en las minas. Entonces fue cuando se encontraron a Blancohielo acostado en unas camas. Blancohielo se despertó y les contó a las nanitas su historia. Las nanitas le dejaron vivir con ella. Mientras tanto en el palacio el rey malvado después de descubrir que Blancohielo seguía vivo planeó una venganza. Un día mientras las nanitas trabajaban en la mina el rey malvado disfrazado de anciano le pidió un vaso de sopa caliente a Blancohielo. El rey malvado le mintió a Blancohielo diciendo que no tenía dinero y que le quería regalar una jugosa manzana, pero esa manzana estaba envenenada. Blancohielo le dio un mordisco y se desmayó. Cuando llegaron las nanitas encontraron a Blancohielo desmayado en el suelo y decidieron colocarlo en una vitrina de cristal a lo alto de una colina. Un día llegó una princesa de un palacio lejano y cuando vio a Blancohielo en una vitrina lo besó y Blancohielo se despertó. Fueron felices, comieron pérdices y el rey malvado fue enterrado en los calabozos, fin. Ahora os paso con mi compañera Manuela. Blancohielo y las siete nanitas. Érase una vez un príncipe llamado Blancohielo. Blancohielo era muy guapo y vivía en un castillo con su madre y su padrastro. El padrastro de Blancohielo le tenía envidia por su hermosura y no le caía bien. Un día Blancohielo estaba paseando por el bosque cuando le entraron ganas de dormirse un rato. Al horizonte vio una casita. Entró y encontró una casa muy acogedora en la que encontró un montón de camas muy pequeñas. Juntó a algunas de ellas y se echó a dormir un rato. Al despertar se encontró con un grupito de nanitas muy guapas. Blancohielo les preguntó que quiénes eran y ellas le respondieron con sus siete nombres. Ordinzona, Listilla, Enfadona, Llorona, Graciosa, Benzona y Dormilona. El chico quedó alucinado y decidió ayudarlas con las tareas domésticas. Al cabo de unas semanas Blancohielo se encontró con un viejecito que le ofrecía una manzana. El chico la aceptó y al primer mordisco cayó al sol. Las nanitas al darse cuenta pusieron a Blancohielo en una urna de cristal y permanecía allí muchas semanas. Un día una princesa valiente pasaba por allí y les preguntó a las nanitas que qué hacía aquel chico desagustado. Las nanitas le respondieron que estaba bajo una maldición y que para salvarlo debía darle un beso. La princesa decidió intentar salvarlo y le dio un beso. Al instante Blancohielo se despertó y se hizo amigo de aquel chico. A las semanas Blancohielo descubrió que aquel viejecito era su padrastro que quería vengarse de él. Él se lo comentó a su amiga y desterraron al padrastro del reino para siempre. Os paso con mi compañera Paula. Blancohielo y las siete nanitas. Había una vez en un castillo muy lejano un hermoso príncipe de cabellos negros, mejillas coloradas y piel tan blanca como el hielo. Todo el mundo le llamaba Blancohielo. Era muy hermoso, tan guapo que su padrastro, muy orgulloso, le tenía envidia. Su padrastro tenía un espejo mágico al que le preguntaba quién era la persona más bella del mundo. Un día el espejo le dijo que era Blancohielo y el padrastro se enfadó tanto que le dijo a su cazadora que matara a Blancohielo. La cazadora no se pudo resistir y avisó al príncipe de lo sucedido. Este a su vez se escapó por el oscuro bosque. Al principio el príncipe tuvo miedo, pero al final los animales le guiaron hasta una pequeña casa en el bosque. Blancohielo entró en la casa, fregó los platos, limpió la casa y preparó una apetitosa cena. Cuando la sopa se estaba calentando, Blancohielo se fue a descansar. Mientras, en una cueva, siete enanitas trabajaban sin parar hasta la hora de descansar. Cuando llegaron a la casa, vieron las luces encendidas y las enanitas planearon un plan para que la persona que estuviese en su casa no les atacara. Cuando Blancohielo despertó, vio a las siete enanitas. Sabia, gruñona, mocosa, dormilona, borrachona, feliz, tímida y mudita. Durante varios meses Blancohielo vivió con las siete enanitas, hasta que el padrastro se enteró de todo y se transformó en un brujo. El brujo cocinó una manzana envenenada. El brujo fue a la casita del bosque donde Blancohielo se había quedado solo. Le dio la manzana y Blancohielo cayó al suelo desmayado. Cuando las enanitas se enteraron de lo sucedido, corrieron a buscar al brujo y lograron matarlo. Las enanitas pusieron a Blancohielo en un ataúd de cristal, en un claro del bosque. Al tiempo, una princesa que pasaba por ahí se enamoró de Blancohielo, le besó. Blancohielo despertó y juntos pasaron un final feliz. Fin. Y hasta aquí el programa de hoy. Os invitamos a ver el próximo programa de Almacoya. Sean muy felices, pasen muy buena tarde.

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