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Entrevista con Ernesto García, cronista y Director de Centro Cultural Pedro Infante

Entrevista con Ernesto García, cronista y Director de Centro Cultural Pedro Infante

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Mirar Cuajimalpa es un proyecto que promueve la información para la sustentabilidad ambiental en la Alcaldía Cuajimalpa en la ciudad de México. Este audio es una entrevista con Ernesto García, quien se ha dedicado a la crónica de Cuajimalpa, y también es Director del Centro Cultural Pedro Infante. Mirar Cuajimalpa es un proyecto de colaboración entre la Alcaldía Cuajimalpa y la Universidad Autónoma Metropolitana, Cuajimalpa.

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Transcription

Ernesto García, director of the Pedro Infante Museum and a chronicler of Coajimalpa, discusses the issue of waste management in the area. He recalls how Coajimalpa used to have green areas and springs, but they have been lost due to population growth and improper waste disposal. The community has seen campaigns for proper waste management and cleaning of the ravines, but the responsibility lies with the people to be conscious of their actions and reduce waste. Ernesto emphasizes the need for education and cultural strategies to address the issue. He also mentions the frustration of residents who expect the government to clean up after them, but he believes that citizens should take responsibility for their own actions. He encourages individuals to practice habits such as properly disposing of trash and separating waste at home. Ernesto also discusses the importance of criticizing and holding administrations accountable for their actions. He mentions the need to continue the ecological Hola, bienvenidos a este podcast donde estamos tratando los temas acerca de la Alcaldía Coajimalpa. En esta ocasión tenemos como invitado a Ernesto García, quien es el director del Museo Pedro Infante y quien también desde hace mucho tiempo se ha dedicado a la crónica de esta zona. Ernesto, bienvenido. ¿Qué tal? Muchas gracias, gracias por la invitación. Estoy emocionado de poder contribuir en este ejercicio de documentación y de difusión de nuestros valores culturales y ecológicos de Coajimalpa. Muchas gracias Ernesto. Actualmente tenemos un problema muy grande en Coajimalpa acerca del manejo de los residuos de la basura. Tú, como una persona que se ha dedicado a la crónica de la Alcaldía, ¿desde dónde puede localizar que inició este problema? Voy a hablar de mi experiencia de vida, me atrevo a hablar en primera persona, porque es un tema del cual he sido testigo durante, sobre todo en mi infancia. Conocer un Coajimalpa con áreas verdes, un Coajimalpa semirural, un Coajimalpa que tenía demasiados manantiales y que tristemente hoy la mayoría de ellos ya no se encuentran. Tengo que hablar del niño que a los cuatro o cinco años recorría los parajes para llegar al río, a los dos ríos. Debo decir que yo crecí en la comunidad de San Pablo de Coajimalpa, una comunidad que tiene la fortuna de tener dos ríos, el río Huayatla, hoy mal llamado río borracho, Huayatla quiere decir río grande, y el río Atitla, Atitla en agua, lugar donde abunde el agua. Ambos espacios coronados de manantiales. Darse cuenta que esos lugares donde jugabas de niño, donde tenías la felicidad al alcance, se fueron transformando sobre todo en la etapa posterior al terremoto de 1985. Empecé a ver cómo se poblaba algunas barrancas, algunos espacios que se fueron acondicionando, incluso se dio un boom en la venta de terrenos en esa zona, que obviamente, hablar de Coajimalpa es también hablar de las otras comunidades, Acopilco, San Mateo Tlaltenango, y algunas otras zonas que conservaban ares verdes considerables. Cuando llega la gente, se rompe el equilibrio del manejo de residuos, porque al empezar a poblar espacios sin calles, sin los servicios básicos, la gente empezó a tirar la basura en las barrancas. Ese fue el primer gran problema que percibí y que al final, en mi posibilidad, atendía, ya que veía la forma de mantener los manantiales donde jugaba, mantenerlos sin basura. El gran problema es la inconsciencia, ya que yo solamente amontonaba basura, yo no tenía el criterio o la información para poder pensar en subirla para que se pudiera llevar o transportar por el servicio de limpieza. Al final, lo que hacía en mi inconsciencia era amontonar la basura, tenerla en un espacio, y en algunas ocasiones, cuando yo iba, ya no veía la basura. La respuesta es que la misma creciente de agua se la llevaba a otro lado. Eso me causa un cargo de conciencia, pero bueno. De ahí empezamos a observar que las aguas negras de estas casas, de estas nuevas casas, no tenían un conducto específico y empezaban a derramarse sobre todo alrededor de los manantiales. Las barrancas empezaron a ser basureros. Los animales que yo llegué a ver, que yo llegué a percibir que vivían felices en esa zona, desaparecieron. Dejé de ver ranas, dejé de ver unos insectos que me encantaban, que se llaman tijerillas, libélulas, algún tipo de saltamontes, algún tipo de catarinas, aves incluso, que obviamente pues fueron recorriendo hacia otros espacios de la densidad del bosque, pero que estoy seguro que poco a poco fueron desapareciendo. Tomar agua de los manantiales era algo común, pero yo llegué a notar que el aroma fue cambiando. Eso empezó a encender alertas en mi percepción del espacio, en mi percepción del entorno, y al final dejé de beber agua de los manantiales, pero algo muy triste fue que los cuerpos de agua, las corrientes de agua empezaron a transformar el color primero, después de ser jabonosas, mucha espuma, y después tristemente ya un canal de aguas negras sin control. ¿Qué se ha hecho desde aquel entonces por la autoridad? Sí, el primer efecto que vi fue una campaña de letrinización. Para mí esa palabra era extraña, pero fue el que a estas casas, estas nuevas casas, les dotaron de un programa de letrinas para el manejo de los desechos humanos. Al final creo que no fue una muy buena decisión, ya que la gente dejó de hacer el tratamiento adecuado que implicaba el manejo de cal, el manejo de los sedimentos, y simplemente entubaron eso y nuevamente se fueron a las barrancas los desechos. Posteriormente, a finales del siglo pasado, empezó a manejarse las leyes, las probables leyes de tratamiento de residuos sólidos con algunas campañas. Tuve la fortuna de participar en la limpieza de barrancas, incluso cuando me tocó hacer el servicio militar. Fue algo que me motivó mucho porque el contingente en el que yo participaba tuvimos como parte de nuestras actividades el limpiar las barrancas. Eso fue algo que se me hizo muy bueno y fue donde entendí que la administración en ese entonces de una delegación en conjunto con la Secretaría de la Defensa Nacional tenían programas para atender esos problemas de la basura en las barrancas. Obviamente la delegación en ese momento se llevaba los residuos que juntábamos y empezó una conciencia acerca de cómo podría ser nuestro entorno sin la basura en las barrancas o en las carreteras. Fue cuando detonó en mi forma de pensar esa necesidad de buscar capacitación, de buscar información y afortunadamente me topé con personas maravillosas que tenían asociaciones civiles que motivaron el deseo de aprender sobre estrategias y una de esas estrategias fue a través de la cultura. Ernesto, ¿qué piensa la población o tú qué has percibido que piensan los vecinos de Coajimalpa acerca de este problema? La respuesta cuando uno habla de estos temas con la comunidad siempre es la misma. Las autoridades tienen la obligación de limpiar porque yo pago impuestos. Esa es la respuesta de la mayoría de la gente con quien he tenido que hablar de estos temas y mi respuesta es esta. Sí es una obligación de las autoridades porque finalmente es su función primordial brindar de servicios, pero la gran responsabilidad radica en la gente, radica en la conciencia de si tiro o no un residuo a la calle, a una barranca, en una carretera. Esa es la responsabilidad que tenemos nosotros. Nosotros no podemos exigir a un gobierno que nos dote de los servicios necesarios si no contribuimos. La basura, que es el gran problema, puede reducirse hasta en un 80% si nosotros sabemos reciclar, si nosotros le damos un segundo o tercer uso a las bolsas de plástico, por ejemplo. Afortunadamente ahora hay mucho material ecológico, pero la gente sigue utilizando unicel. En algún momento, en las reuniones que llegábamos a hacer, nosotros usábamos en vez de platos, hojas para tamal y usábamos vasos de cartón o pedíamos que la gente llevara su vaso a los convivios. Es muy interesante porque incluso ahora en la tradición de las posadas que se dan en las comunidades, muchos ya te comentan que puedes llevar tu jarro para tomar ponche o batole o incluso te regalan los jarros de barro. Eso es muy interesante, pero finalmente es un gasto extra. Lo que nosotros debemos entender es que nuestras acciones impactan mucho más en la omisión que en la acción. ¿Digamos la gente qué sí puede hacer? Lo primero que tenemos que hacer es tener la costumbre de guardar nuestra basura. Es lo primero que tenemos que hacer porque al final nosotros no vamos a tener en la bolsa algo que nos manche el resto de la ropa o las cosas que tenemos en nuestra mochila. Por lo tanto, quizá también aprendemos a comer, a no dejar residuos, a no dejar desperdicios o simplemente cuando hay algo que definitivamente no es fácil de manejar, se envuelve muy bien, me lo llevo en la mochila y lo tiro en los lugares específicos. Es el primer tema. El segundo es el tener en nuestra casa la costumbre de la separación de los residuos. Cuando nosotros le entregamos a la gente de la basura nuestra basura separada, mucha gente dice es que ellos todo lo revuelven. Sí es cierto, pero también ellos tienen ya la pericia de poder separar algunas cosas que les son útiles para la venta y si nosotros no podemos vender, dejemos que ellos lo venden. Al final todo va a ir a la basura, pero después de un proceso de haber sido usada al máximo. Estoy seguro que cada uno de quienes escuchan este programa tienen a su alcance la posibilidad de tener alguna acción. Gracias. La idea que tienen algunas personas acerca de que tiran la basura y el gobierno está ahí para recogerla. Habla de una especie de rebeldía o de enojo. ¿Estará enojada Coajimalpa? Sí. Nosotros como ciudadanos en general debemos ser críticos de nuestras administraciones porque esa crítica constructiva nos permite ser objetivos, saber específicamente qué necesitamos, qué necesita nuestra colonia, nuestra comunidad. Y no es nada más Coajimalpa, es el resto del país. Tristemente vemos que el conformismo de decir es que es la cultura del mexicano justifica muchas cosas ante quien quiere tener la justificación, pero la realidad no es eso. La realidad es que la contaminación nos está invadiendo y tristemente ahora en la pospandemia pensamos que la recuperación ecológica que se dio durante estos dos años, pues ya fue un gran triunfo, lo aplaudimos, pero no pensamos que debemos contribuir a que se sigan manteniendo quizá un control de acceso a algunas zonas, áreas verdes para que se regeneren. En Coajimalpa, entre Coajimalpa y Acopilcum, hay una porción de bosque que es muy importante, le llaman el bosque del alemán. Ese espacio es un espacio particular que el propietario, los propietarios decidieron cercar. Eso generó un enojo en las comunidades porque decían es que por ahí pasamos, es que es nuestra herencia, es nuestro patrimonio. La realidad, al haber caminado por esos espacios, tristemente veía que la gente iba a depositar ahí basura, que la gente cortaba árboles, que la gente, incluso, empezaban a hacer claros en el bosque, quizá con la intención de invadir. Ese bosque dividido por una cerca nos da el mayor ejemplo de la preservación, porque del otro lado de la cerca están los espacios invadidos, casas que construyen sus bardas con árboles dentro y que les cortan la corteza para que se sequen y después puedan tirarlos justificando que están muertos. Ahí es donde entra esa autocrítica como sociedad. Ciudadanos de Coajimalpa, queremos un Coajimalpa verde, bonito, limpio, pero no somos capaces de ser críticos, porque si estamos viendo un ecocidio nos indignamos, pero no hacemos nada. Y debemos entender también que las familias tienen que buscar espacios para vivir, pero si hubiese un apego a la legislación, a las leyes, a las normas, todo esto sería ordenado y esto es lo que no se vale. Nosotros, hace rato mencioné un tema, Coajimalpa está enojado, sí, pero también Coajimalpa está ausente de su responsabilidad y lo que pretendemos a través de estos micrófonos es generarle a la gente que nos escuche esa pregunta, ¿qué estás haciendo? ¿Cuál es la parte que te toca para preservar tu Coajimalpa, tu entorno, tu espacio, aunque no seas de aquí? ¿Qué estás haciendo por este espacio que al final estás respirando? Si el enojo justifica que uno mismo se haga daño. No lo justifica, pero va de la mano. Te agradezco mucho, Guillermo, la visita aquí y la plática que hemos tenido. Muchas gracias y estamos a la orden para seguir platicando en algún otro momento. Gracias. Muchas gracias, Guillermo, muchas gracias a la audiencia. Hasta pronto y todo lo mejor para usted. Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org

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