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La Mente

La Mente

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La mente es otra de las damnificadas con el cáncer. Quizás la más relevante. Nos golpea durante toda la enfermedad y nos sigue después. Por eso conversamos largamente con Maria de los Angeles Briganti, sicóloga oncológica. Quien nos dio luz sobre cómo enfrentar mejor nuestros miedos y volver a sentirnos vivos.

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hola cómo están pasaron unas semanas antes que nos volviéramos a juntar pero era porque queríamos tener una súper buena invitada y la tenemos y no me voy a equivocar a pesar de la de lo que me han dicho estamos con María Los Ángeles Briganti, ¿como se pronuncia? Briganti, italiano, si, a mi mi italiano nunca me ha costado, no te ha costado el italiano bueno, psicóloga de Viña, estudió allá, se vino a los 24 años por acá a Santiago hizo la práctica, que esto es muy importante para el futuro de la coca te explico, de la coca que hizo la práctica en la clínica La Esconde en oncología y bueno después derivó en otro trabajo pero ahora es psicóloga de la FALT y básicamente ese es por donde ha derivado tu carrera y que es lo que tenía acá sentada hablando con ustedes sobrevivientes, supervivientes del cáncer y que queremos a través de este programa un poco mostrarle a mucha gente que está enferma o que ya salió pero que necesita apoyo, contar un poco lo que tú nos ilumines en el fondo con todo este tema que incluso nosotros tres cuando lo hemos conversado hemos tenido puntos de vista distintos, yo inmediatamente me terapié y porque me he terapiado toda mi vida entonces me gusta mucho pero lo necesité, en cambio la André, escapista del rato, pero yo creo que esto le pasa a mucha gente que duda porque en fondo no estamos necesariamente acostumbrados, yo a lo mejor no era recurrido a la terapia sino era, ya estoy hablando yo no, no, no, no, está perfecto, no solamente para el que está padeciendo o viviendo el cáncer sino que también para las personas que están acompañando a alguien, bueno eso es super importante, eso yo creo que es lo que queremos, agradecer al chiquillo de la invitación yo creo que tener esta oportunidad de dialogar y reflexionar de repente en cierto punto y poder llegar a otros pacientes así que agradecer la invitación, no sé si los voy a iluminar, espero que no sea una muerte, pero sí agradecer de estar hoy acá y poder compartir con ustedes al menos la experiencia que he tenido en esto ya 11, casi 12 años trabajando en esta misma área así que chiquillo, dile y Felipe que me pregunten lo que quieran, ya yo quería contar que la Ángeles me, como se podría decir, me embaucó en una pieza hospitalizada y me terapeo sin yo querer y sin darme cuenta, tal cual, ya estaba en la clínica en la quimio y aparece la Ángeles y me dice hola, primera quimio, no sé, creo que fue la segunda, no fue la primera la primera vez que estuve acá, bueno la cosa es que llegó la Ángeles y se presentó, yo dije no, la gente es que no, muchas gracias, yo no necesito, no quiero, yo soy súper bien, yo terapia no, la veo, la veo, era como una evangélica que venía, ahí peregrinando, y yo así no, gracias, estoy súper bien, ya bueno, ya, déjame dar una voltita, después te voy a pasar a saludar, y yo así bien, bueno, chao, y pasó otro día, no sé si al otro día en la mañana, conté todo, pasó, hola, ¿cómo estás?, hola, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿ ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿ cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?, ¿cómo estás Y es uno de los desafíos que tenemos como asociación de psico-oncología, porque todos los socios que somos parte de esta asociación hemos tenido que formarnos o a través de los años de experiencia, o a través de hacer un curso fuera de Chile, o a través desde el 2019 que empezaron a aparecer los diplomados, los magísteres en psico-oncología, pero antiguamente no había nada, y claro, es una especialidad que en general ha tenido que implicar una inversión económica importante de los profesionales para poder formarse en el área, pero sí en la universidad como tal, al menos en mi experiencia, que yo salí hace ya 12 años de la universidad, a mí nunca me hablaron de la psico-oncología. Yo lo conocí, y aquí aprovecho de contarles una historia personal, yo me acerqué a la psico-oncología efectivamente yo entré a la universidad pensando que yo quiero ser psico-oncóloga. ¿Pero por qué? Voy a retocer dos pasos, yo primero estudié diseño, estudié diseño porque a mí me gustaba el arte, yo dije me quiero meter en el arte, y dije no me gusta. Y siempre tenía el distinto de la psicología, pero a mí me decían en esa época, me acuerdo que mi papá todos los años me preguntaba, ¿te vas a cambiar de carrera porque en psicología te vas a morir de hambre? Y claro, entonces era como psicología, pero ahí iluminada también por mi mamá que me habla de la psico-oncología, y justamente porque cuando yo iba como en séptimo básico mi mamá tiene cáncer de mama, y claro, es una experiencia que en séptimo básico ahí sí que no existía absolutamente nada de psicólogo, apoyo emocional, nada, absolutamente nada. Y en esa época, claro, mi mamá hoy día yo lo veo como si con cólera, y claro, tuvo que hacer muchas cositas sola, me acuerdo que cada vez que nosotros entrábamos a una pieza ella se ponía la peluca inmediatamente porque no quería que la viéramos pelar. También tuvo que estar muy sola, o tuvo que irse a la casa de mi abuela, porque todos estos miedos de pegarse todos estos bichos, entonces yo y mi hermana le daba peste a cristal, nos tuvimos que ir de viaje con mi papá sola, o sea, al final había mucha desinformación también respecto de cómo abordar esto a nivel familiar. Y mi mamá es médico, entonces también médico, hay otra arista, porque también ella queriendo sostener esto muy sola, y sin molestar mucho a nadie. Claro, eso es un hito en mi vida, me habla de la psiconcología mi mamá, y se me viene a la mente obviamente toda esta experiencia de niña, a los 18 años. Y me dice, te vas a meter a la psicología, mira, aprovecha de contarte la psiconcología. ¿Eso porque ella también quedó con el tema? Sí, pues ella se dio cuenta que fue algo para ella súper fuerte, que en el fondo nadie la guió mucho, nadie le dijo cómo abordar esto, en su medio en ella, siendo una médico y todo, también a ella le pasó esta sensación de por qué a mí. Si bien todos sabemos que es multifactorial y todo, pero también aparecieron cosas más místicas, hay una médico también personal, pero ha fundido una bruja. Fueron como cosas que también a ella le removieron muchas emociones, que es parte del proceso emocional. Entonces, claro, ella sabiamente, a los 18 años le digo que me quiero cambiar de carrera, y me dice ya, ¿por qué no ha sido una pasada en esa época? Ya había psiconcóloga hospital naval, y a los 18 años me voy a hacer una pasada con la psiconcóloga del hospital. Yo ni siquiera era en estado de psicología, nada. ¿Y andabas como al lado de ella? Al lado de ella, al lado de ella. Ay, qué buena onda que te presenta. Súper buena, súper buena. O sea, qué bonito. Estuve un par de semanas ahí acompañándola. Me acuerdo que entré a una pieza con una chica que debe haber tenido 18, 17 años, 16, no, era un poquito menos que yo. Y tenía un sarcoma, y la habían amputado atrás. Y entré con ella, imagínense, yo ni una experiencia en relación a esto. Con la chica con el brazo amputado, ella encima me relata un poco todo esto, de que tenía mal pronóstico. Y fue, esto es lo que quiero hacer para todavía. Y todo el mundo me dice, pero ¿cómo? Estás encerrada así, ¿qué pasa si no te va bien? ¿Qué pasa si no lo lográs? Ya, todo el mundo cuestionando, me dijo que yo hablar, así como a caballito carrera. Todo me ha servido en todos los ramos de psicología y de la salud, pero así como tal, formación en psiconcología en pregrado, no hay. Hoy día hay, después de que yo le mandé un correo el año pasado a la Anderley, yo le dije, quiero hacer un ramo de psiconcología en pregrado. Y hoy día hago un ramo de psicología en pregrado. Así que eso para mí ha sido muy agotador, porque yo no tenía formación en docente, pero por lo menos me siento que hago mi granito aportando en pregrado, y también mostrándole a los futuros psicólogos que existen. Que lo pongan en otros países que existen. Sobre todo en España y México, que son los lugares donde más bombas hay. ¿Y por qué acá no? Yo diría por la falta de formación. Lo que había antiguamente era simplemente un diplomado en la Unión Estadounidense. Y yo creo que también un cierto temor al área, una cierta sensación de, no, que hubiera gente que se fue a morir. Por el cáncer. Claro, así como demasiado... A mí hasta el día de hoy me preguntan, ¿y cómo trabajas en eso? ¿Y no te deprimís? ¿Y qué respondes tú que es súper importante? Porque yo creo que tiene un poco eso. Sí, es que claro, yo creo que tenés que tener cierta vocación, efectivamente. Te tiene que gustar el tema. Y yo respondo que al contrario, a mí me tienen que sacar a palo. Al contrario, a mí me tengo que limitar para saber respetar mis tiempos personales y todo. Pero no, no me deprime. Quizás el sistema aún no lo agota. El sistema donde tú te das cuenta que hay muchas necesidades, que siguen habiendo muchos vacíos, que siguen habiendo muy pocos profesionales. Y estoy yendo en aumento. Entonces eso sí agota. Es esta agota que nosotros hemos hablado tantas veces, que lo que más agota a veces es el sistema. Más que todo este tránsito que uno va haciendo acá, pues se va mejorando o no, qué sé yo. Pero el sistema es al final lo que más dificulta muchas veces eso. Y lo de la asociación de psicólogos, ¿cuánto tiempo tiene eso? ¿Es nuevo? No, no, no. Lleva un rato. Lleva un buen tiempo. Me parece que es como desde el 2017, 2016. Igual antes había un grupito de psicólogos, pero esa asociación quedó hace varios años atrás, pero nunca se formalizó mucho. Y Andrea Ortiz, que fue como la impulsora de armar esta asociación, que es una psicóloga que trabaja en el Hospital de Los Ángeles, en cuidado colectivo. Ella se hizo una pega de chino y empezó a contactar a todos los psicólogos que conocía. Y armó este grupito y formalizó esta asociación. Después hubo una segunda directiva con la Dani Rojas, que seguramente ustedes la han escuchado varias veces, de la Corporación de Mujeres. Y ahora yo por tercera patita. ¿Cuántas personas son? En este minuto somos 47 personas. Santiago Regiones. Santiago Regiones. De hecho ahí los invito a ver la página web que les acabamos de estrenar. Porque es www.apti.l Apti. Sí, Apti, de Asociación de Psiconcología Chile. Somos 47, efectivamente en el último tiempo también hemos ido intentando entrar a hartos psicóncologos. Porque uno de los desafíos que nos pusimos ahora como directiva es que existe mucho psicólogo clínico que trabaja en esta área, pero que no tiene la formación y también a veces no tiene el apoyo. O a veces efectivamente son psicólogos que llevan años trabajando en esto y no están adheridos. Entonces ir peregrinando por cada una de estas áreas es un trabajito de destino. Y obviamente que ahí hacemos un llamado a que todos los psicólogos que trabajen o se desempeñen en psiconcología o cuidado colectivo se puedan adherir. Porque en fondo la gracia de hacer este espacio es que primero tengamos opciones de formación. Que nosotras de hecho, uno de los objetivos que nos pusimos es generar pequeñas capacitaciones para los médicos. Otra cosa también es tener un espacio de supervisión, porque también nosotros mismos podemos apoyarnos y redes. No sé si a algunos de ustedes les pasó, porque si son de Santiago, pero hay muchos pacientes de regiones que vienen a Santiago, lo ve un psicólogo de Santiago, se devuelve a la región, después lo ve otro psicólogo. Al final empiezan a ser intervenidos por distintos profesionales que no se comunican. Exacto. Bueno, yo tengo una pregunta, una pregunta más al Cayo. ¿Por qué? ¿Por qué tengo que? Yo fui un psiquiatra oncológico. Ya. Y después fui una terapeuta siempre. Ya. ¿Cuál es la diferencia de por qué tu especialidad es capaz de ejercer un mejor trabajo en una enferma cáncer que un psicólogo público? Porque en general, en el fondo los psicólogos, acá yo voy a hablar un poquito más amplio. Los psicólogos con formación en salud tienen una mirada y un abordaje distinto del terapeuta a nivel general. Porque la intervención en el fondo está muy focalizada. De hecho, el Andrés se reía, pero en el fondo mucha de la intervención fue eso. Y no iba a ser mucho más que eso, porque acá no es la psicoterapia, porque tampoco nosotros íbamos a abordar grandes temas, sino que tiene que ver con elaborar el proceso de enfermedad y también los síntomas propios, que pueden ser de ansiedad, depresión, que pueden ser secundarios al diagnóstico. Y en el fondo las intervenciones tienen que ver con eso, que son mucho más focalizadas. Y también por el trabajo que se hace en hospitalizado, que también tiene una mirada muy distinta, por ejemplo, al psicólogo que trabaja en consulta. Tú tenés que intervenir acá con distintos actores, tenés que también tener formación en el lenguaje, o sea, tenés que captar qué es distinto, no sé, un cáncer en remisión o un cáncer avanzado, lenguaje técnico que tenés que tener ciertas nociones. Muchos de los psicólogos que trabajan en esta área tienen formación en cognitivo-conductual, pero más que nada porque tiene que ver con una intervención focalizada en el paciente, en la familia, que es distinta la mirada, y lo compro hoy día que estoy haciendo clases de peregrado, donde la mirada del psicólogo en general tiene una mirada mucho más analítica, que es más profunda, de hecho, esto ojalá se pudiese complementar, que pudiese trabajar, y yo a veces lo he hecho así, que durante el proceso del cáncer estoy interviniendo con el paciente y después lo derivo nuevamente a su psicólogo terapeuta. Porque se puede hacer ambas cosas, y se puede trabajar en conjunto. También trabaja mucho en la familia. Yo, personalmente, desde hace un par de años que yo ya no consigo trabajar sin la familia. ¿Por qué es tan importante trabajar con la familia? Porque en el fondo la familia, no, acá voy a hacer una aclaración, familia o entorno más cercano. Porque no necesariamente la familia, sino que puede ser un amigo, puede ser la red de apoyo, al final, a eso es a lo que apunto. ¿Por qué? Porque finalmente el entorno más cercano también vive un proceso de duelo. Ya, al igual que el paciente. También experimenta muchas emociones. También hay muchos mitos asociados al cáncer. Como por ejemplo, no, que tú tienes que ser fuerte, porque si tú te deprimes, la enfermedad va a avanzar. Entonces empieza a aparecer este lenguaje y el falso positivismo, y una presión sobre el paciente, que muchas veces viene desde la familia. Que tú no puedes deprimirte, que no puedes llorar, que no puedes bajonearte. Y que yo me doy cuenta que al final tiene que ver, y esto yo se lo transmito a los pacientes. A ver, piensa que el familiar se lo está diciendo a él mismo. Yo no quiero ver triste. Yo no te quiero ver deprimido. Pero es un tema mío. Yo tengo que saber cómo resolverlo. Entonces, cuando tú logras intervenir con la familia, tú le logras mostrar que ellos también se ven afectados. Y también otra cosa, darles permiso de que también pueden llorar. Eso es lo más difícil. Yo creo que uno como paciente no quiere demostrar que está mal para no hacer sufrir a quien te está acompañando. O para que no se sienta peor de lo que ya tú te imaginas que se está sintiendo. Hay como que uno al final va disfrazando lo que le pasa para proteger al entorno. Es muy rara. Sí, po. Y ahí, bueno, siempre es muy interesante aclarar que el dolor no es lo mismo que el sufrimiento. Porque al final el dolor, la respuesta natural ante esta experiencia es dolor. O sea, tu mamá, tus hijos, tus familiares van a sentir pena. ¿Por qué? Porque no es una información que ellos quieran recibir, no es algo que quieran vivir. Algo de lebras. Justamente. Pero es distinto a sufrir. Sí, claro. ¿Ya? El sufrimiento tiene que ver con algo que yo me apego a ese dolor. Me quedo en esa producción. Es como el budismo. Justamente. El budismo lo aclara muy bien. Pero si yo no trabajo con el entorno más cercano, pasa que con el paciente yo puedo intervenirlo, pero llega a la casa y la familia no le da mucho espacio a esta emocionalidad, por ejemplo. Y le digo al paciente, ya, usted tiene que expresarlo todo. El paciente llega a la casa, es que tengo pena, tengo... No puede sentir eso. Exacto, claro. Entonces se me da la cresta toda mi intervención. Entonces, por eso yo ya he convenido que no puedo trabajar sin la familia y en general yo cito a la familia. Y Coca, hablando un poquito como dimensionando la cantidad de gente que han vivido el cáncer. ¿Tenemos un porcentaje? ¿Se maneja datos, cifras de cuántas personas han vivido cáncer en Chile? Sí, y de cuántas de esas se han aceptado y se han terapiado con un psicólogo o un psicólogo. Y de esas, ¿cuántas son las familias? Un poco como para ir haciendo como ese funnel, ¿no? ¿Hay una cultura de psicoanalizar, o sea, de poder tratarse a la verdad? Mira, de hecho, hoy día registro de cuántos pacientes con diagnóstico de cáncer en Chile no hay. ¿Hay un aumento? Tú mencionabas... Actualmente hay un aumento y, de hecho, en el fondo lo que se plantea es que una de cada seis personas a nivel mundial va a tener cáncer. Pero en Chile, propiamente tal, lo que hay es, por ejemplo, actualmente el registro de las personas que han activado el GIS. Y en eso sí se sabe que hay rondeando como 300.000 personas que han activado GIS, pero es algo muy nuevo. ¿Pero qué es GIS? ¿No existen datos sobre la enfermedad? Y si no hay datos, no existen. O sea, en general... O sea, hoy día, por ejemplo, no sabemos cuántas pacientes sobrevivientes hay de cáncer en Chile. Imagínate. No sabemos. Y de esos, ¿cuántos se han terapiado? O sea, ¿cómo... Menos, menos, menos. No, menos. No, no, menos. No tenemos idea. ¿Y por qué? Porque, mira, el otro día fui a un congreso y escuchaba a una enfermera que no encontré tan sabia, porque decía, lamentablemente, los que hacemos clínicas, nos es muy difícil hacer investigación. ¿Cacháis? Porque tú estás y el todo está en la clínica, pero somos nosotros los que tenemos la información. Sí, claro. Entonces, al final, estamos ahí en un... Y, de hecho, ella hacía la invitación, atrévanse, hagan grupos. Porque decían, sí, efectivamente van a haber gente más especializada que sepa investigar. Y ustedes van a tener la información. Hagan grupos para investigar. Y ese es el punto. Que, lamentablemente, los clínicos, y hablo por mí, claro, no hacemos investigación porque no tenemos la formación en investigación, pero sí tenemos la data. Entonces, al final, nos quedamos todos con nuestras estadísticas, nuestros computadores, pero no sale a ninguna parte. Y, tú estás hablando del aumento del cáncer. Y entiendo que también hay un aumento entre la gente joven. Y eso ha requerido que ustedes también tengan... Empiecen a plantearse también cómo enfrentamos este aumento en jóvenes. Porque, Juan, es bien distinto tener cáncer a los 50 que tenerlo a los 25. Sí, totalmente. Y, de hecho, sin ir más lejos, hoy día, las prestaciones de apoyo psicológico para jefes menores de 15 años, eso sí está cubierto. Y, en general, tienen apoyo psicológico. Pero, desde los 15 adelante, desapareció el apoyo psicológico. El jefe no tiene considerado el apoyo. No contempla. Sí hay cáncer de mama. Pero, desde los 15, es como que desapareciera. Y, de hecho, sin ir más lejos, apuntando a tu pregunta, el otro día, en este mismo congreso, había un médico que habló sobre un centro que van a crear. Dije, después, primero en Chile, van a crear un primer centro para adolescentes y gente joven. Porque es cierto que tú no podés meter al gallo de 20 años en el pediátrico. No. Al cabro de 20 años no podés meterlo en el pediátrico. No. Al de 18 tampoco. No. Inclusive hasta al de 16 no podés meterlo. Y tampoco lo podés meter en el de adultos. No. Porque quedan como en una zona súper gris y súper invisibilizado. Realmente difícil. Justamente. Y, sin ir más lejos, hay 3 años que también quedan en el limbo. Porque ya, 15 años para atrás, supuestamente considerado pediátrico. 15 hasta los 18. Existe el tema del consentimiento informado. Los chicos, hasta los 18 años, el consentimiento es una cuestión simbólica. El que firma el consentimiento es el padre. Pero a los 15 años ya tenéis noción de lo que estáis decidiendo. Totalmente. Entonces, ahí entramos de nuevo en una nube gris. Hasta los 18 que hay recién. Y más encima es como que de un día a otro. Cumplió 18. Ya, ahora firme. Claro. Es adulto. Claro, ahora es adulto. Es adulto. Inclusive muchas veces los cambian así. Antes estaba en Kalumagian. Ah, no, como ahora ya no puede estar en Kalumagian, lo mandan al hospital de adulto. Qué pasó. Entonces sí, sigue habiendo un desafío súper grande. Y también que todos estemos formados, efectivamente, en las distintas etapas, en las distintas generaciones. Porque entendamos que también es una generación distinta. Y la forma de enfrentarse al dolor es distinta. Hoy día, en el fondo, la gente joven puede hablar más directamente de la muerte. O a veces no. Todo lo contrario. O sea, un desafío que tenemos por delante a abordar a la gente joven. Y el hecho también de que no esté considerado como parte de la canasta. Del GES, de las canastas del GES. Pasa que también hay que tener recursos para poder acceder a esto. Si es que tienes GES, tienes como un área ya cubierta. Si no tienes GES, no tienes nada cubierto. Entonces, al final, la verdad es que uno el tratamiento psico-oncológico lo deja, lo tiras para atrás porque pareciera que fuera la última urgencia. Es lo que uno se imagina en ese momento. Que es lo que hablábamos antes, que también agradece que estás vivo. Claro. Y en eso, tú que trabajas en la FALP, o sea, en experiencias anteriores. ¿Cómo ha sido la relación con los doctores? ¿Cómo ha sido con los actores involucrados? Que también están como parte del equipo. Sí. Trabajan múltiples. Sí. Bueno, ahí, lamentablemente, depende mucho del doctor. Existen doctores que efectivamente no consiguen sin trabajar con el psicólogo e inmediatamente derivan. Y qué bueno que tocaste ese punto. Porque si bien, por ejemplo, el cáncer de mamá está dentro del GES, dentro de la canasta del apoyo psicológico, pero si no hay una derivación del médico, lo podía. No tiene idea. Es lo que pasa un poco con el quinesiólogo. Lo mismo que pasa con el quinesiólogo. Lo mismo. Si es para ser médico, y viene todo dentro de la misma canasta. Está pagado. Es el tema. Entonces, como está pagado, porque es un papelito. No es nada más que un papelito donde se ponga la interconsulta. Pero no se hace. Entonces, sí, hay médicos que tienen muy incorporado el trabajar y no consiguen trabajar sin psicólogo. Pero hay médicos que siguen viéndolo como algo que no es necesario. Y desde ahí, obviamente, que el llegar a los médicos es uno de los desafíos también de nuestra área. El saber dialogar sin que minimicen el apoyo psicológico. El saber darle importancia a las decisiones del paciente. Y yo quería preguntarte, porque tú hablaste de que el cáncer era un tema multifactorial. Lo que yo manejo es el tema del estilo de vida, alimentación, todo lo que tenga que ver con la contaminación, la genética. ¿Cuánto incide el tema emocional en el generar el cáncer? Porque también es como una hipótesis que se habla, que también a veces son penas, o son rabias. A mí me dijeron eso, porque todos me decían eso. Que el cáncer del pulmón da porque tú tienes penas, y no las manos sienten. ¿Entonces qué? ¿Sabes, Angelita, que tengo acá al lado? Yo me saqué la culpa acá. De que yo me había enfermado por mi culpa. No. O sea, quizás, claro. Lo que pasa es que lo interpretan. En general, efectivamente, existen muchas miradas de estas mitos de que la mamá izquierda es por tal cosa. Hombre, masculino, mujer. Yo sí considero que nosotros somos seres integrales, que no somos solamente un cuerpo. Decir que somos solamente cuerpo y no hay nada más que eso, es mentira. Eso no es así. Pero sí existe toda una rama hoy día que yo creo que está creciendo cada vez más, que es la psicoinmunología. Que tiene que ver de qué manera, cuando estamos sometidos a altos niveles de estrés de forma sostenida, eso sí empieza a generar una respuesta en nuestro cuerpo. Y eso sí está comprobado. Una persona que en el fondo no logra ceder esa respuesta al estrés que produce como una respuesta inflamatoria a nivel corporal, tenemos este cuerpo en estado de alerta constante, tenemos todos nuestros órganos en estado de alerta, eso sí genera obviamente una respuesta y sí pudiese llegar a afectar, que deprima nuestro sistema inmune. Ahí está el meollo del asunto. Todos desarrollamos células cancerígenas, pero ¿por qué una persona es capaz de destruirla y otra persona no? Exacto. Eso es lo que todavía no se sabe. Aparte que el estrés es adictivo. O sea, tenéis como el cortisol que… Justamente. Y además que yo creo que hoy día existe una mirada, y acá hay una mirada mucho más profunda, de que culturalmente nosotros estamos en una sociedad donde si tú no funcionas, no sirves. Si tú no eres profesionalmente activo, eres un ente, y que hay aislado en la sociedad. Entonces, está súper bien evaluado que estemos profesionales, que trabajemos. Entonces, esa persona que no trabaja, ¿qué? Mediocre. Entonces, al final, lamentablemente, tampoco ayuda a la cultura en la que estamos insertos. O sea, sin ir más lejos, hoy día los tiquiritos no le enseñan, no le hacen psicoeducación, no le hacen educación acerca de las emociones. Entonces, ahí tenemos un punto, el tema del estrés, ¿ya? De qué manera yo me vinculo con el estrés. Ahora, el tema está que también el estrés tiene otras aristas. Y cuando yo estoy sometido a altos niveles de estrés, también yo dejo un segundo plano, hace mi examen, empiezo a tener hábitos de poco autocuidado, empiezo a consumir tabaco, alcohol, empiezan a aumentar el consumo de comida, obesidad, sedentarismo. Claro, no sé, ejercicios, poco tiempo. Justamente. Entonces, sí, efectivamente, cuando estoy sometido a altos niveles de estrés, sí puede afectar en cómo yo me comporto ante ese estrés. Y sí los hábitos de poco autocuidado pueden influir en el desarrollo de un cáncer. Yo quería preguntar sobre el momento en el que estamos nosotros ahora. Después que tuvimos cáncer, ya no se mejora más, menos, ya no se puede, lo que sé yo, y hay que volver a la vida, y hay que retomar... El estrés. Hay que retomar el estrés, hay que volver a ser profesionalmente activa y superlaboralmente pro y todo lo demás. Y entonces, ¿cómo se enfrenta después, cómo se pudiera facilitar esa vuelta a la vida? Yo creo que lo que hemos conversado todos nos ha costado... No, claramente, eso es donde no te puedes escapar, finalmente, ¿caché?, de la enfermedad. Que yo creo que eso es lo más difícil de todo. Bueno, como decía usted, efectivamente acá no se trata de que, ah, ya mira, agradece que está ahí vivo. No, porque en general los tratamientos oncológicos dejan secuelas. Y dejan secuelas importantes. Física, emocionales, lo que tú decía, esto de sentirte inseguro, si no era en un cierto lugar. Eso ya te genera en el fondo, entre comillas, una dependencia. Empieza a haber un impacto psicológico supergrande y donde yo le diría, honestamente, el mayor número de consultas que yo recibo de los pacientes es post tratamiento. La mayor demanda de apoyo psicológico es post tratamiento. ¿Por qué? Porque yo recibo el diagnóstico, me dicen, vamos a hacer este plan, vamos a hacer este tratamiento, y ahí los pacientes en general están como piloto automático. Y aquí es lo que hay que hacer. Y llegan supercontenidos, y si es que han tenido una buena experiencia, por un equipo, superacompañados, los médicos han estado, y de repente de nada se la ven y ya, pues dijiste, se acabó la misión. Claro, se va, váyase a tu casa. Y tú que hay como... Haga su vida en... Y los pacientes tienden a recurrir a la licencia psiquiátrica, para extender un poco, porque hoy día... Además es la pega mal visto. Justa. Entonces hoy día, y tampoco existen hoy día prestaciones que paguen el kinesiólogo de rehabilitación, el apoyo psicológico de rehabilitación, e inclusive el terapeuta ocupacional de rehabilitación, entonces empieza a quedar el paciente como ahí, con todas estas secuelas, físicamente sintiéndose incapaz. Y más encima, seguramente los 3 experimentaron los efectos secundarios sobre el cerebro de la quimioterapia. Ah, que uno queda... Yo digo que yo me dejaron desperdiciar. Lenta. Lenta. Aquí hay como... Los términos mero sinceros. Tal cual. No hay silencio. Entonces, claro, los pacientes experimentan un montón de consecuencias post-tratamiento, y no quieren volver a trabajar. Entonces, el mayor número de consultas es que no quieren volver a trabajar. Es que... No quieren volver a trabajar. Como la pandemia. Y aquí lo que pasa es que tengo miedo de volver a enfermarme porque mi trabajo es interesante. Esa es la hipótesis. Claro. Y justamente yo le hablaba con una paciente y le decía, es que mira, tú puedes renunciar efectivamente a tu pedo. Pero esto no tiene que ver... Sí, obviamente influye. Pero no es solamente tu pedo. Es cómo tú te vinculas con el estrés. Exacto. ¿Está bien? Si tú... Si yo te mando para tu casa, ya, renuncia a tu pedo. Llega a tu casa. Y tú empezas ya a poner... a hacer el aseo, a dejar todo. Es la misma cuestión. Claro. Ya, tiene que ver... Es la misma cuestión. Es la misma cuestión. Si no tiene que ver con renunciar, cortar, no. Porque eso no es la solución. Es cómo yo me vinculo con el estrés. Cómo yo le doy importancia al tiempo de ocio. Cómo le doy importancia a mi familia. Cómo le doy importancia a hacerme mis exámenes, mis chequeos médicos, a comer bien. ¿Cuántas veces hemos comido porque hay que comer y porque ya está? Sin conciencia de lo que estoy comiendo. Y que tampoco se trata de efectivamente aislarme y como que... Tratar de controlar todas las arizas para que no me vuelva a casa porque me puede volver igual. Y al final... Claro, pero también pasa que el volver a trabajar... Significa una... como un desgaste, no sé, físico, emocional, qué sé yo. Que... que uno no se siente preparada, ¿cachá? Como... Y a mí me pasa todavía. Imagínate, han pasado varios años y yo todavía me siento a veces como... disminuida. O sea, yo por suerte trabajo al lado, voy caminando y hay días que me duelen tanto las patitas que no puedo llegar caminando hasta allá, ¿cachá? O no sé, pues yo usaba zapatitos para trabajar y todo. Ahora hay una posibilidad que me pongan en un zapatito porque con el zapatito no llego, ¿cachá? A mí el efecto en mí fue todo lo contrario porque en el fondo yo hice como todo... Como si yo pudiera haber controlado algo, pero... Era volver a trabajar, volver a la vida que tenía. Claro. O sea, volver a sentirme sano, a sentir que la vida había sido solamente un paréntesis. Claro. Y yo no estaba ahí vivo, ¿cachá? Sí, claro, o sea, uno lo hace como... yo creo que un poco de un modo automático. Pero también seguir la vida, pero... Yo la quería. Pero no porque no... o sea, porque... No porque no reflexionara, sino que porque tuve que seguir la vida nomás. Es que parte de... La secuela, en mi caso física, se me ha dificultado la cosa. Pero eso no le importa a nadie. O sea, nadie se hace cargo de eso. Bueno, ahí tenemos otro desafío porque en fondo culturalmente no hay conciencia, ¿sabes? Por eso yo les decía que yo... a mí me encantan estas instancias porque no hay conciencia de que los pacientes quedan con secuela. De que la persona que volvió a ir, por más que se vea igual, no se vea igual. O sea, no se siente igual. Y claro, entonces, si nosotros, si ustedes, los pacientes, no generamos cultura de esto, efectivamente la gente... ¡Ah, volvió ya! ¡Tenemos el cáncer! O sea, a mí, pues, tú... fue... No sé, por lo menos el trabajo que estoy haciendo, que hago, es como ya, ¿cómo aprendo? O sea, de este cáncer que tuve, ¿cómo...? Y no desde la culpa, pero sí desde en qué yo puedo ser responsable de mis actos, en el fondo, para que no me vuelva a pasar. O sea, desde el estilo de vida, alimentación, el autocuidado, límites. ¿Qué quiero para mi vida? O sea, yo, por ejemplo, tomé decisiones que, en verdad, yo no quiero volver a trabajar como trabajaba antes. O sea, alguna vez volví a trabajar de 24 a 7 y yo decía, ¿para qué, al final? O sea, trabajo lo que me gusta y eso no se siente como trabajo. Entonces, ¿cómo...? Para mí, por lo menos, lo intento, no es que sea siempre así y no como que esté... No, como que... pero trato de... Ok, ¿cómo esto me iluminó algo que tenía que hacer cambio? ¿Cómo para poder tomar las riendas y hacerme cargo? Porque al final, en lo que pueda, ¿entendiendo que también hay cosas que tú no controlas? Y bueno, eso va en el gran aprendizaje, que uno no controla nada, en el fondo. Pero ¿cómo tomar ese vento a favor y no en contra? Claro, es el tema. Y muchas veces el trabajo, en este caso es trabajo, pero puede ser cualquier cosa, es volver a la vida de antes. Sí está evidenciado que el tener una cierta estructura reduce los síntomas de ansiedad. Porque efectivamente, de alguna manera, el tener algo por el cual salir, movilizar, hacer cosas, sí ayuda psicológicamente. Pero también es cierto, lo que tú decías, Andrita, de que físicamente no es el mismo cuerpo que antes. Muchas veces con un espacio donde la gente no comprende muy bien cómo estoy. Y ahí obviamente que se está trabajando para generar conciencia. Y ahí uno conoce el rubro en el que trabaja. A algunos pacientes les digo, si tú te sientes la confianza necesaria, ábrelo con tu jefatura. Muéstrale que no vas a volver en tu totalidad y que vas a intentar ir recuperándote de a poco, pero que no vas a volver en tu totalidad. Porque es la única manera que también la jefatura esté al tanto. Sobre todo cuando hay ignorancia sobre el tema. Pero en el fondo ahí también tenemos hartos desafíos. Acá hace poquito está apareciendo, Estela, el tema de la ley del olvido oncológico. Ah, sí, ese tema es un tremendo tema. Y vamos a aprender sobre eso porque está muy importante. Y justamente los pacientes antes trataban de sacar un crédito hipotecario y no podían. Al final como que quedan marginados de muchas partes. Seguros complementarios no podías tener. Nosotros nos fuimos a comprar eso y pagamos. Sí, porque la letra está en lata. Ah, como de estigmatizarse. Bueno, yo estaba pidiendo un crédito hipotecario cuando me enfermé la primera vez. Y el seguro catastrófico era con el mismo banco. Y dejé todo en stand-by porque me fui a recuperar. Y después mi ejecutiva me dijo, ya no podés. Y no alcancé a comprarme algo y ahora sigo rendando 16 años y la vida. Y ya no puedo. Y claro, como si tu seguros complementarios menos. O sea, nada, como estáis detrás del sistema. Los créditos de consumo que tenéis que pedir para pagar las cuentas de la clínica no tienen cobertura. Si es que te las aprueban, te las aprueban. Si es seguro, desgrábanme. Entonces digo, chuta, me enfermo y me muero. Dejo a Vicente con así la deuda de porque yo estoy enferma. Entonces es como una bola de nieve que se va agrandando y que eso también te pesa psicológicamente. Es como un peso que tú te vas mostrando y arrastrando más cosas. Y que es invisible ante la gente. Es invisible. Entonces al final hay que visibilizar estos temas. Es que hay que también, bueno, también por eso estamos haciendo esto, que son muchos temas que son invisibles y que el rol es como nuestro, como paciente, manifestarlos. No ser paciente, de nuevo. Otra vez el tema de no ser tan paciente. No ser paciente, es que hay que rockear un poco más. Yo creo que en el fondo también es desafiar, es ser más crítico, es exigir tus derechos, es informarte. Hay un rol también ahí. Que muchas veces también uno, bueno, que también está en la enfermedad. Por eso también es importante lo que tú decís, en un nivel sistémico, como la familia, las redes de apoyo. Y quizás para ir cerrando, podríamos dejar la invitación para la coca de nuevo, otra vez, porque yo creo que quedaron esos temas, ¿no es cierto? Cuando quieran. ¿Qué le recomendarías tú a una persona que está viviendo el cáncer? ¿Qué beneficios puede ser? Y para las familias, como redes de apoyo. Cómo encontrar información también de esa especialidad al fondo. O sea, para apoyarse en el fondo. Bueno, uno de nuestros objetivos también es, a través de esta página de la APCHI, ir subiendo contenido, todos los contenidos que tenemos como profesionales de la área. Vamos a tener una pestañita donde vamos a subir todas las cosas que han publicado las distintas psicólogos. Entonces ahí eventualmente también van a encontrar información. La Corporación Yo Mujer también es una corporación que tiene harta información y educación sobre los cuidados. Está orientada al cáncer de mama. Entonces, claro, ahí tenemos como desafío también empezar a visibilizar los otros cánceres. Exacto. Es muy distinto, muy distinto. Exactamente. Hoy en día, si uno habla de cáncer, como que lo único que se viene es cáncer de mama, pero no, hoy en día hay muchos cánceres. Tenemos varios exponentes aquí. Claro. Es toda diversidad de exponentes. Son menús. Entonces, sí, ahí es donde también puede encontrar harta información, pero como invitación en el fondo, buscar en la medida que se pueda apoyo psicológico. En esta misma página que yo le mencioné, subimos en el fondo un mapita donde van a encontrar profesionales que están asociados a la Asociación de Psicología y que trabajan en las distintas regiones. Y vamos a agregar los contactos. De todas maneras, también el que quiera o necesite apoyo psicológico, que sepan que tenemos a lo largo de Chile. Cómo ubicarlo. Justamente. Cómo ubicarlo, cómo llegar ahí. Y si quieren subir también nuestro podcast, también. También. Ahí está. También, no. Está súper bien. Sí, sí, no. También lo tienen en Chile también. Y pueden hacer un tema interesante. Justamente. Porque conversarlo, que tú decís, es visibilizarlo. Y que no sea como el tabú, el tema que uno como que le da, asusta. Claro. Atreverse a consultar y a pedir apoyo psicológico. Y a las familias también. Atreverse en el fondo a buscar apoyo. Desde que acá el psicólogo más que nada hace un rol muy de educación, muy de contención y acompañamiento, más que de análisis. Acá no vamos a interpretar en el fondo, sino que vamos a tratar de reducir los síntomas de ansiedad, acompañar, reducir los síntomas de depresión, estar con la familia y educar. Eso principalmente. Vivir el dolor justamente. No el sufrimiento. Tal cual. Con estas hermosas frases, salvamos el capítulo de hoy. Muchas gracias. Chao. Muchas gracias a vos. Chao, gracias. Gracias por la invitación. Continuará. Sí. Chao, chao. Un panelista. Bueno, un canalista. Está bueno. ¿Cómo se sucede? Para variar, yo sigo grabando.

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