Details
Así es como vemos la vida a partir de los 40. Este es ya nuestro 3 episodio grabado y charlamos con dos adolescentes que explican como nos ven
Big christmas sale
Premium Access 35% OFF
Así es como vemos la vida a partir de los 40. Este es ya nuestro 3 episodio grabado y charlamos con dos adolescentes que explican como nos ven
Buenas, ¿qué tal? 5 de enero, Noche de Reyes, y estoy aquí reunida con mi marido, Kiko Fernández. Hola, ¿qué tal? Y mis vecinos y amigos, Monse y Ángel, Ángel y Monse. ¿Qué tal, chicos? Buenas noches, muy bien, esperando a ver quién nos trae a los Reyes. Aquí como el último Oscar, o sea, en vez de voltar, me estoy llegando. Bueno, que no hagas propaganda, tío, vamos a hacer un chinchinazo de nomás. Ya empezamos. Bueno, hoy me hace mucha ilusión, como estamos en la Noche de Reyes, tenemos a dos invitadas muy especiales, son dos adolescentes, Zoe y Nuria. Nuria y Zoe, hola, ¿qué tal? Hola, buenas noches. Bueno, tenemos que dejar claro que estaban un poco nerviosas, no saben qué decir, están flipando, ahora me están poniendo caras raras. ¿Queréis decir algo así de entradilla? Es muy raro hablar así. Claro, ellas dicen que aquí les va a haber... Es que es una generación de vídeos, de fotos, y claro, eso de que no nos estén grabando... A ver, Nuria, tú estás en pijama. Yo también, yo también estoy en pijama. Sí, pero tú estás diseñando el hombro, tú estás así como más así, ahí... Moderna, más moderna. Bueno, hoy quiero hablar sobre la Cabralata de los Reyes. Una fan que tenemos todos por coger caramelos chafados del suelo, vamos a ver. Vosotras, chicas adolescentes, ¿qué me tienes que contar de la Cabralata de los Reyes? ¿Alguna anécdota, alguna cosa que se os ocurra? ¿Algo que decir? Bueno, primeramente, de que son muy descarados, porque las dos pocos caramelos, ¿cierto? Pues no, ¿por qué? Si tú vas a ir para coger caramelos y no para que te tiren cuatro contados, y de los duros. Pues ¿por qué no? Tenemos que dejar claro que acabamos de venir de una Cabralata de Reyes, de aquí de San Adrián. Del beso. Del beso. ¿Y tú, Nuria, qué te cuentas de las Cabralatas? ¿Qué pasa? Bien, pero extraño, es como que a vos te las tiran como muy fuertes, ¿sabes? Como Kiko Griega. ¿Te ves? Eso es porque te tienen marea, Nuria. Pero que sepáis que hemos cogido una buena bolsa de caramelos. Hay que tirarle un caramelo. Yo he cogido una bolsa enorme, en plan de... ¿cuántos serían? No sé. Bueno, aquí cabía un montón de cosas y muchos caramelos. Sí, han venido cabralitas de caramelo, sí, sí. Y estaban buenas. Hemos probado uno subiendo el ascensor y... Estaban buenas. El año pasado estaban más buenas. Supongo que este año el ayuntamiento se ha gastado mucho dinero en las subvenciones de los balcones. Yo estoy muy agradecida a la alcaldesa de San Adrián del Beso. Bueno, yo quiero agradecer a la alcaldesa de San Adrián del Beso, la señora Fina. No, Fina no. Filomena. ¿Cómo se llama? Filo, Filo. No sé qué se llama como mi abuela. Porque nos ha dado, ha conseguido unas subvenciones muy buenas por la reforma de los balcones de los barrios de San Adrián del Beso. Un aplauso por la cabeza. ¡Aleja! ¡Aleja! No os vengáis más arriba, por favor. Bueno, yo tengo que contar una anécdota. Yo es mi madre, la abuela de la adolescente que tengo aquí sentada, ¿vale? Una señora, no es tan mayor, pero bueno, siempre estás con sus dolencias, sus cosas. Y cada vez que íbamos a la cabalgata de los Reyes Magos, se tiraba el suelo de plancha, cogía de los cubiertos a los niños, los tiraba de boca al suelo para coger caramelos y nos gritaba ¡Coge tus caramelos que tengo a este niño placado en el suelo! Bueno, este año le hemos echado de menos a la abuela, digo. No ha venido. No ha venido la abuela. Dice que no va a ir más a cabalgatas. Ha venido tu madre y ya se ha encargado de coger todos los caramelos del suelo. Siempre está bien una abuela. Y tu padre se ha metido en medio de la carretera a coger caramelos y a grabar toda la cabalgata. Qué grande. Es que yo creo que ya cuando llegas a cierta edad, ya no hay filtro. 15 minutos ha estado grabando antes de que llegara la policía. Pero a lo mejor está grabando a Piael. Pero, pero, pero. Para esos 15 minutos, pregunto, de los vídeos que graban los abuelos. Luego te los pones. Luego ves el vídeo. No lo veas. No lo ves. No, porque mi padre llega a casa, ve el vídeo y hace. Eliminado. Y ya está. Son 15 minutos que se están grabando que luego no ven el vídeo para nada. Bueno, yo quiero aprovechar que tenemos aquí a dos adolescentes de 13 y 16 años y quiero hacerles una pregunta muy directa. Que empiece a contestar la que quiera. Y la pregunta es. ¿Qué pensáis de los padres que van de guays, jóvenes y modernos? ¿Se están descojonando? A ver, hay miraditas. Es mejor tener un padre enrollado que un padre así súper estricto y que no te deje hacer nada. Pero es como tu amigo, ¿sabes? Es como guay. Pero a ver, cuando estás con los amigos es un poco incómodo. Porque es más adolescente. Es como uno de ellos, ¿sabes? Peor. O peor, o peor. Como JuanTil. A ver. No lo escuches. El padre de Nuria es como amigo de JuanTil. JuanTil a muerte. Si oyes eso, a muerte. A ver, yo creo que está bien en plan de tener padres enrollados. Pero, o sea, depende de qué punto. Porque no hay que ser ni muy estricto ni muy... ¡Venga, vamos con los amigos! Pues, ¿por qué no? Yo no puedo ir con tus colegas. Sí, pero... A la discoteca. Pero claro, es que no es tu amigo, es tu padre, ¿sabes? Hay que tener diferencias. Bueno, pero yo tengo la intención de que cuando tú quedas y vas a la discoteca yo te llevo yo conmigo. Hombre, sí, estoy diciendo, pero... ¿Pero no me voy a ir a bailar contigo? No, yo creo que se queda una vez. A cierto punto está bien, pero ya está, ¿sabes? Pero ¿a cuál es el punto a que puedo llegar contigo? Pues a llegar no a ser un adolescente. Eres un adulto y tienes que comportarte como un adulto. Nosotros hemos llegado a hacer una fiesta y a que el grupo de adolescentes se incorporara a nuestras fiestas peruanas. Bueno, eso está bien. ¿Cómo te ha encontrado esto, Nuria? Bueno, mi padre me tiraba las cubatas por todo el chiringuito. Las cubatas de tu padre, yo creo que tú no tendrías cubatas, ¿no? No, no, el mío, el mío. Luego se quiso ir, ¿vale? Y me dijo que sus amigos eran muy responsables y al lado tenía un chaval que nos había pinchado las ruedas del coche. Pero bueno, ¿qué tal, Nuria? ¿Quieres creerte unos bailoteos con tus padres y tus amigos y así? A ver, bien, pero no lo haría cada día. Yo me he quedado ahí, como diría mi hija número dos, así googeada, o como dijera ella cuando tú has dicho, Zoe, que no me puedo ir contigo a bailar a las discotecas hasta cierto punto. O sea, el cierto punto para ti es que yo haga de tu taxista, ¿no? Te dejo la puerta, te pago la entrada y ya me voy, ¿no? No, tienes que volver a buscarla. Ah, también. Y en el medio no valgo. No. Muy bien, muy bien. Yo estoy totalmente de acuerdo con Zoe. Yo también, yo también. Es decir, hay momentos y momentos... No te indignes porque no. De todas formas, yo te puedo decir una cosa. Que sí hay que llevarlas. Y tú y yo nos hemos ido a otra discoteca. Y echamos los baloteos. Y después a las cinco, a las seis... ¡Venga, vamos a bailar! Esos dos que brindan son los padres que te creen modernos, jóvenes... Pero está un poco realista. Mira, yo no me considero... Bueno, me considero guay. ¡Rica, rica! Me considero guay. ¡Rica, rica, rica! No, no, me considero guay. Me considero... Me consideraba moderna, desde que mi hija salió del asunto y me di cuenta que no lo soy. Sé que no soy joven, porque tengo ya 44 años. Tengo la menopausia hace ya unos cuantos años. Con lo cual, encima, a mí la naturaleza es en plan de... ¿Te creías joven? ¡Toma, menopausia! Pero bueno, ahí estamos. Pero, Jolines, hay otro tipo de padres... Escúchame. Yo... Estamos diciendo que está bien. Exacto. Hemos dicho que preferimos padres enrollados que padres descritos. O sea, tiene que haber un punto medio, ¿vale? Vale, el punto medio es el que tenemos, por ejemplo, Ángel y yo. No. Muy bien, es el que tengo yo, por ejemplo, el punto medio. Sí. Ah, o sea, no. Entonces, ¿qué tiene el punto medio? A ver, Estobel, vamos a dejar claro. Los padres de Estobel son músculos mágicos. ¿Esto es una cerrora? Sí. Es forma podcast. ¡Calla, calla, calla! Esto es una manera de enterrarnos en un lugar y cuando acabe el podcast... Oye, ¿y tú por qué has dicho esto? ¡Cuidado, cuidado! Pero escúchame, Estobel, para ti y tus padres, ¿tenemos ese punto medio o lo sobrepasamos? A ver, punto medio, pero a veces... ¿A veces qué? Yo a ti nunca te he ridiculizado delante de tus amigos. No, pero a veces, por ejemplo, cuando empecé... Por ejemplo, Paco empieza con sus bromas pesadas y ingratas. ¿Y qué he hecho? Hay videos que hacen muchas bromas y ninguna tiene gracia. ¿Pero qué bromas hago? No, es que Paco, ¿no? Mira una broma, dígalo. Mira, mira la broma. Por ejemplo, cuando pasamos por la calle... No, deja que hable. Por ejemplo, el otro día estábamos en el coche y mi padre puso la canción de Pelele, ¿vale? Y justamente pasaban unas amigas mías de Taekwondo y entonces bajo la ventanilla subió la música a todo volumen y la cantó. Claro, eso es algo... No, es que un poco de vergüenza. ¿Pero qué pasa, tío? Pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pelele, pele Porque como tú no te lo puedes hacer y no lo vas a hacer tu padre... ¿Qué tienes en el ombligo, Tungo? ¡Ahí está! ¡Ahí está! ¡Pensé en el ombligo! Venga, ahora, ahora. En un mes lo tendréis. Perdón, perdón. No, no. Continúa. A ver. Lo de la exposición, que eso, que mi padre es muy enrollado, entonces, pues, dices cosas cuando no has el que decir. Indirecta, muy directa. Y a veces la dejas un poco en ridículo. Ya va, pero eso se lo piensa ella, todos sus colegas que me han... Evita o intenta evitar. Las cosas que tú haces para nosotros es normal, pero si las escuchas otra gente, pues... No, ¿sabes? ¿Cómo que no? Las tenemos normalizadas. Exacto. Tus actitudes las tenemos normalizadas y nos encantan, ¿no? Pero no es fácil cuando las haces delante de otras personas. No lo estáis viendo ahora, pero... Bueno, es que eso es buena cosa. Y también yo tengo un pajarito que me ha contado de que Ángel es un poquito como incoherente. Es decir, que tú le dices que ahora estás a punto de hacer 17 años, que quieres que te pague el carnet de conducir... ¿Qué ha pasado? Dice que no te lo quiere pagar, pero que te va a regalar un mini. ¿Podemos desarrollar esta historia, por favor? Es fácil, yo le digo que le compro un mini, pero cuando tiene carnet, ¿para qué le voy a comprar un mini? ¡Me va a dar local! A mí no me han explicado eso, ¿eh, señor Ángel? A mí me han explicado que no le quieres pagar el carnet de conducir, pero que a la vez le vas a regalar un mini. Y le he dicho que yo me tuve que pagar mi carnet de conducir, que se ponga a currar y que empiece... No, no, se va a poner, se va a poner. ¿Tú crees que me voy a poner a currar más con el que me pide? Pues ya está, cuando ella... Pero aún queda un año. Pues ya está, no hay prisa. Y aquí intervengo yo, que sí que quiero pagarle el carnet de conducir. Así que tenemos 3 contra 1. 2 contra 1. Yo quiero que me lo paguen. Bueno, y como estamos en la noche de Reyes, chicas, vosotras que ya sois adolescentes y ya sabéis esos secretos ocultos de la Navidad... ¿Recordáis qué sentisteis cuando supisteis que los Reyes Magos no eran los Reyes Magos? ¿No eran Melchor, Gaspar y Baltasar, sino que eran Montse, Ángel, Maica y Rico? Mamá y papi. A ver, yo dije, pues vale, en plan de no me importó mucho. Me seguían dando regalos, así que... Entonces seguisteis haciendo la loca. Sí, para la Alba también, para mi hermana, porque tampoco le iba a arruinar la infancia y tal. Pues no, me callé. Pero explica la historia que me contaste de cómo te diste cuenta. Hombre, era demasiado evidente, porque a veces mandaban cartitas en plan de... ¡Hola, soy Melchor y muchas gracias por portarte bien este año! Pues si todas tenían la misma letra que la mamá cuando firmaba las cosas en el cole, es que le daban los dientes. Y que todos, pues bueno... Haces sorpresas. Haces sorpresas, ¿no? De todas formas, yo creo que ellas... digamos que ha sido como más fácil. Yo creo que más difícil van a ser los pequeños. Yo creo que no. Yo creo que sí. Porque a ellas... A ver, los hicimos, porque como ellos... No, pero quiero decir que aún tenías... Bueno, vale, pues son los padres, ¿vale? Pues genial, son los padres, pero entonces aún tenías la ilusión de que tenías unos hermanos pequeños y tenías que mantener la ilusión porque tus hermanos no se enteraran. Tú imagínate ahora cuando se entere el enano que a los padres... Bueno, eso le puede dar un chulo. Bueno, están muy sensibles los pequeños. Núria, ¿tú te acuerdas cuál fue el hecho que te abrió un poco...? Porque una amiga se encontró los dientes, como todos sus dientes, en una estantería. ¿Dientes de tu abuela? No, tío. ¿No han estado ahí? ¿No han entrado a chupar? No, me vino corriendo y me contó que se los había encontrado y tal. Y le conté a mi madre y dije a ver si, yo que sé, su padre los habrá dejado allí o algo. Y pues, no sé, el ratoncito Pérez no era ratoncito Pérez ni nada. Entonces, como que lo empecé a relacionar. O sea, que por el ratoncito Pérez fuiste tirando el vidrio hasta que ya estabas mechón. Entonces ya existía. Era lo mismo un ratón que un palo que... Vamos otra vez. Bueno, espera, espera. A ver, Núria. Del ratoncito Pérez, ¿llegaste a Papá Noel primero? No, Papá Noel... O sea, fue del ratoncito Pérez y entonces luego fue relacionado, ¿sabes? El tío y luego... Vale, vale. El tío y Papá Noel. Es que tampoco lo celebramos mucho. Pero escúchame una cosa. El tío no es de por dónde cogerlo. O sea, la verdad es que hasta un tronco... Es como maltratar a un tronco con un tronco. Pero es que le das de comer más canciones de mandarines. No, no. En mi casa se le da chocolate y mandarina. Bueno, yo siempre le he dado de comer truches, la verdad. La Alba ha sido la que le ha cambiado la dieta y que le ha puesto mandarinas y cosas raras. Y cosas raras. Fruta, fruta querida. Pero es que en Cataluña... ¿En Cataluña qué nos falta? Bueno, las mierdas. Bueno, somos muy escatos. Bueno, pero en el país vasco hay un... Un leñador común. Un leñador que se llama... No me acuerdo, pero... Un hombre mayor. Un hombre mayor, sí, con nombre muy vasco. De los burros de... No me acuerdo cómo se llama. El Lenchero. Lenchero. Lenchero. No es como nuestro tío. Es tipo Bellis, pero a lo bestia con una maza. O un hacha. Es el tío mitológico de Bellis. O sea, el Pablo... Pero mira, aún puedes creerte que Papá Noel venga y te traiga un regalo. A ver, vamos a ver. ¿Quieres que crees? Papá Noel no puede creer. ¿Quieres que crees que un tronco que le has pintado una cara, que por cierto en el nuestro el perro se comió el ojo y este año le han pintado un ojo nuevo? Y la barba también. Y la barba. Un tronco... Nuestro tío tiene escuadras en las patas. Atornillado. Atornillado, atornillado. Caga regalos hasta caga padres. Porque en un año resulta que el tío cagó a mi padre. Nos dio un susto, salió ahí debajo. Y este año cagaba. Qué limpito es. Limpito, limpito. Pues no, eso es difícil de creer. Y no sabemos cómo los niños todavía se creen esa historia. Es mágico, es mágico. Pero yo me acuerdo que mi madre, bueno, la Maica, que cuando yo era pequeña me enseñó un vídeo de, mira que mi amiga Maica se ha pillado al tío comiendo. Y era el vídeo del tío comiendo mandarina. No es todo lo que hablaba. Y yo, ala, es verdad esto. Pero el vídeo cómo era? Cómo se movía el tío? No, no, no. El vídeo era, yo creo que todo el mundo lo ha visto alguna vez en su vida. Era un tío con stop motion, así pum pum, se tiraba la nariz a ver si ya volvía a su... Exacto. Ya me he perdido con el stop motion. Sí, sí, sí. Que era muy... Sí, sí, sí. Pero se veía muy falso. Yo lo vi súper real. Pero tú míralo ahora con tu edad. Sí, sí. Pero, excusarme, ¿y cuál fue vuestro sentimiento cuando os enterasteis de que...? Todo era una falsa, todo era mentira. El ratoncito Pérez... La Navidad no existe, la Navidad es mentira. Bueno, no sé, decepción, pero no sé. A ver, a mí me dio un poco de igual, es que por eso. Es que tenemos que decir que aquí mi hija es muy, muy, muy materialista. Ella, mientras tuviera regalos, todo lo demás le daba igual. Le daba igual quién lo trajera. Si era la vista de mi madre o era la vista de Baltasar. Sí. Y ahora toca envolver regalos nosotros. Gloria me ayuda a envolver regalos de los que puede ver. Baltasar. De los que no puede ver, no. Baltasar y se cayó. Eso es lo que le dice siempre mi padre a mi hija. Mi hermana siempre está enfadada de... ¡No, es Baltasar! Y mi abuelo va a saltar y se cayó, y a ti te tiran ahora. Pues los pequeños la llevarán peor, porque son muy ingenuos, porque se lo creen todo, porque les vamos a fallar por haberles mentido durante mucho tiempo. Todo esto es un invento para comprar más, el consumismo puro y duro, y punto. Porque estaba el centro, todo el mundo comprando a muerte, los locos perdidos. Como locos, ahí, tirándose el pato. Comprando lo que sea. Pero igual de todas formas hay una cosa, yo creo que los pequeños ya lo saben. Que sospechan que algo no cuadra. Porque cuando yo estaba cagando el tío, que estaba despistado allá del mar, me decía ¡Venga, Papa Jonte, que si no, no tal! O sea que yo creo que... Lo del tío sí, lo de los reyes yo creo que no. No, porque cuando mi hija número dos ha visto hoy a Melchor, ha dicho ¡Mamá, este sí es el auténtico! Como queriéndome decir que le di la carta, no era el auténtico, este sí. Y entonces digo yo... ¿Cuánto durará esto? Estos navidades. Y además me ha preguntado por dónde entra. ¿Por dónde entra? Por la puerta del perro. Eso le he contestado, por la puerta del perro. Y me dice que no caben. Y los camellos. Y los camellos. Pero el alcohol, ¿no? Caben en la puerta. ¿Va a estar videollamadas con los reyes? Sí, es verdad. Bueno, yo... Bueno, a vosotros os lo dije, la videollamada. Y una vez llegué a un centro comercial donde yo ya había puesto vuestros nombres, había puesto las juguetes que os gustaban y en una videollamada estaría Melchor diciendo que te llamas Toe y te gusta el tal, el no sé qué. Pero a mí mi padre desde pequeña me decía ¡Si te aportas más voy a llamar a Melchor! Que lo conozco porque yo de pequeña jugaba con él a fútbol. En Santa Coloma jugaba. Entonces cogí, me cambié la foto del contacto y Maika me llamó, ¿vale? A mi móvil. Bueno, yo llamé a Maika por el móvil. No, yo te llamaba a ti. Entonces tú cambiaste mi foto y te llamé a Melchor cuando yo te llamaba. Y te llamé a Melchor. Entonces dije... La foto de mí se me ha puesto mal y Maika me llamó que se llamaba Melchor. Y yo ¡Mira quién es el Melchor! ¡Lo cojo! ¡Si lo cojo se lo digo, eh! Y pues más lejos de mi puerto viene el papa. Y ahí ya. Bueno, no fue así exactamente. Y esa era la final. Bueno, y siguiendo con el tema de la Navidad. Chicas, de la Navidad creo que lo que me queda claro es que lo que más os gusta son los regalos, por lo menos a mi hija número uno. Entiendo que también las vacaciones. Pero otra pregunta. ¿Os gusta pasar las Navidades comiendo en familia? Sentados todos en familia. Es un aburrimiento. Lo cuento mucho. Pero es que, mira, se ponen a hablar o de fútbol, del TikTok ahora. Sí, aquí querido Kiko Fernández enganchado al TikTok. Sí, sí. Cuando lleva criticándome años. ¡Eso no! ¡Que están tontos bailando! Porque claro. Y ahora, ¡mira lo que he visto! Porque ha habido una noticia. ¡Ref! ¡Que lo he visto en TikTok, eh! ¡Esto lo he visto en TikTok! ¡Esto es verdad, eh! ¡Que lo he visto en TikTok! ¡Y luego te paso el vídeo! Mira, esta clave es verdad. Pero piensa. Palabras sacadas de su boca. Eso ahí todos son mentiras. Nada es verdad. No te creas nada. ¿Y después? ¿Y después qué? A ver, el TikTok lo usan para cagar, coño. No, no. A ver, es que me siento en el Mattel. ¡Cago! Y miro TikTok. Es que para eso lo tengo. ¡Hostia! ¿De verdad? Estos son unos padres enrollados. ¡Guay! ¡Qué modernos! ¿Y tú, Núria? A ver, es guay, pero luego está la abuela ahí que te incita a comer todo el rato. ¡Ay, sí! ¿Qué es eso? Entonces, cuando te vas a hacer del piso y te dan el ombligo, te dicen que no puedes. ¡Es un marión! Bueno, chicas, ha sido un placer teneros hoy con nosotros en esta charla, en este pequeño podcast de este... que nadie me tiene, me toma en serio. Aquí mi vecina ha desenchufado el ordenador. Yo no sé lo que va a quedar aquí. Bueno, como ya sabéis, nadie me toma en serio cuando cuento mis chistes nadie se ríe, pero he decidido que en todos mis podcasts voy a contar un chiste al final. No os me da igual que no os riáis vosotros porque los que me escuchen seguro que se arreglarán en sus cámaras, en sus coches, todos los que me escuchen. Vale, me hiciste. ¿Quién le dice un nelfín a un pez globo? Nada. ¡Hasta aquí el podcast de hoy! ¡Buenas noches! ¡Un aplauso a los Reyes Magos! ¡Buenas noches! ¡Buenas noches! ¡Buenas noches! ¡Buenas noches! ¡Buenas noches! ¡Buenas noches! ¡Buenas noches! ¡Buenas noches! ¡Buenas noches! ¡Buenas noches!