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Listen to LOS TOMATES DE JULIA by malmuzrazab MP3 song. LOS TOMATES DE JULIA song from malmuzrazab is available on Audio.com. The duration of song is 04:23. This high-quality MP3 track has 133.554 kbps bitrate and was uploaded on 25 Nov 2023. Stream and download LOS TOMATES DE JULIA by malmuzrazab for free on Audio.com ā your ultimate destination for MP3 music.
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Julia's tomatoes lost their flavor, and she couldn't figure out why. After investigating, she discovered strange creatures were taking the essence of her tomatoes to a spaceship because their planet's soil was dry. Instead of getting angry, Julia agreed to teach them how to cultivate the land and share her harvest with them. Cuentos de ciencia ficción El misterio de los tomates A Julia le gustaban tanto los tomates que ni siquiera se habĆa dado cuenta de que los de su huerta habĆan perdido todo su sabor. Tuvo que ser su madre quien, un dĆa que fue a visitarla, se lo dijo. āEstos tomates saben a plĆ”stico, Julia āle habĆa dicho extraƱadaā. ĀæTĆŗ crees? āNo me habĆa dado cuenta ācontestó sorprendida Julia. Julia no entendĆa nada. Los regaba a la misma hora de siempre. Los plantaba en la misma tierra y los abonaba con los mismos productos. No entendĆa, por tanto, por quĆ© ya no tenĆan aquel sabor tan intenso que habĆan hecho famosas sus ensaladas en todo el pueblo. AƱadiĆ©ndoles un poco de cebolla, atĆŗn y aceite de oliva, Julia preparaba unas cenas exquisitas y muy sanas. Pero claro, cuando los tomates perdieron sabor, todo cambió. Julia se dedicó a semanas enteras a investigar el misterio. Volvió a replantar los tomates, consultó libros, preguntó a vecinos, navegó por Internet, pero nada, los tomates seguĆan siendo totalmente insĆpidos. āNo sirven ni siquiera para hacer salsa de tomates āle decĆa preocupada Julia a una de sus vecinas. Una noche, ya casi de madrugada, Julia se levantó a beber un poco de agua. Desde la ventana de la cocina podĆa ver todo, toda su huerta, todo su jardĆn. AsĆ que lo pudo ver bien. Pensó que estaba soƱando, e incluso se pellizcó el brazo y se frotó los ojos, pero estaba allĆ un grupo de extraƱos seres ataviados con un peto vaquero como el que usaba ella para trabajar la tierra. No debĆan de medir mĆ”s de medio metro, pero trabajaban asombrosamente rĆ”pido. Julia pudo ver, desconcertada, cómo conectaban unos extraƱos tubos a sus tomateras. Con cuidado salió de casa sin hacer ruido y se acercó a la huerta. Desde donde estaba pudo sentir el caracterĆstico olor de tomates, de sus tomates. Era olor de siempre que ya casi habĆa olvidado. āĀ”Me estĆ”n robando la esencia de los tomates!āpensó ella, en voz baja, por supuesto. Siguió observĆ”ndoles durante un largo rato hasta que lo entendió todo. Por medio de estos tubos, esas criaturas, que se comunicaban entre ellos mediante extraƱos sonidos o ruidos, se llevaban el olor y el sabor de los tomates hasta una especie de nave espacial enorme. Pero Julia tropezó con un cubo que habĆa en el suelo y el ruido distrajo a los extraƱos seres que se asustaron mucho al verla ahĆ, parada. Pero, en lugar de huir, se acercaron a ella en son de paz, dispuestos a explicarle quĆ© estaban haciendo allĆ y a pedirle disculpas. Al parecer procedĆan de un planeta en el que la tierra se habĆa quedado tan seca que ya no florecĆa nada. Lo habĆan intentado todo, pero todo tipo de remedios habĆan fracasado en su intento de poder cultivar aunque fuera un triste celabacĆn. AsĆ que el dĆa que vieron hablar de los famosos tomates, no se lo pensaron dos veces y decidieron coger prestada la esencia de esos exquisitos tomates. Ella al principio se enfadó un poco, pero luego sintió lĆ”stima de aquellas criaturas en el fondo bastante trabajadoras, asĆ que llegaron a un acuerdo. Ella les enseƱarĆa a cultivar la tierra y, hasta que sus huertos se recuperasen, les darĆa parte de la cosecha.
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