Home Page
cover of "Pablo y su encuentro con Jesús" (2 Timoteo 4:7-8)
"Pablo y su encuentro con Jesús" (2 Timoteo 4:7-8)

"Pablo y su encuentro con Jesús" (2 Timoteo 4:7-8)

00:00-40:22

Predicación del domingo 15 de octubre 2023 Horizonte Tequisquiapan Predicador: Marco Díaz

PodcastCristoCristoesmejorhorizontehorizontetequisquiapaniglesiacristianapredicaciones
14
Plays
0
Downloads
0
Shares

Transcription

This is a transcription of a church sermon about the life of Paul before and after his encounter with Jesus. Before his conversion, Paul was a persecutor of Christians and believed he was serving God. However, after encountering Jesus, his life changed completely. The sermon discusses Paul's background, his persecution of the church, and his conversion on the road to Damascus. The speaker also shares a personal story about their church's intentional approach to welcoming new visitors. Somos una iglesia que confía, camina y comunica a Cristo. Acompáñanos domingo a domingo. Te esperamos. Acompáñanos domingo a domingo. Te esperamos. Acompáñanos domingo a domingo. Te esperamos. Segunda de Timoteo 4, 7 al 8 y cuando lo tengas por favor ponte de pie y lo vamos a leer juntos como iglesia. ¿Te parece? Segunda de Timoteo 4 del 7 al 8, cuando lo tengas ahí ponte de pie. Si no traes biblia como quiera va a aparecer en pantalla y como iglesia lo vamos a leer en voz alta a la cuenta de tres. ¿Ya estás ahí? ¿Listos? Una, dos, tres. He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día. Y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida. Acompáñame a orar. Padre celestial, en esta mañana venimos delante de ti. Queremos darte gloria y honra porque tú te la mereces Señor. Ponemos en tus manos este tiempo y que por medio de tu palabra hables a nuestra vida el día de hoy. Gracias por tu iglesia, gracias por lo que tú estás haciendo y por lo que harás a través de cada uno de mis hermanos. Señor quítame de en medio y permite que solamente tú seas el centro en este tiempo. Ponemos estas cosas en tu precioso nombre, en el nombre de Jesús. Amén y Amén. Puedes tomar tu lugar. Bien, estas son las palabras que un hombre ha dicho. He peleado la buena batalla. He terminado la carrera. He guardado la fe. Y sé a dónde voy. Me está reservada la corona de la vida. ¿A cuántos de aquí nos gustaría decir esto? Amén. Pero deben saber que no siempre fue así con nuestro hermano Pablo. Su vida está marcada por un antes y un después. Su vida fue marcada por alguien que le dio una nueva vida. Así que veamos. El título del sermón es Pablo y su encuentro con Jesús. Y aquí va a aparecer el mapa de este sermón. Son tres puntos muy sencillos. El número uno es antes de Cristo. ¿Cómo era su vida antes de Cristo de Pablo? Número dos, pero Cristo. Él tiene un encuentro con Jesús y su vida ya no siguió siendo igual. Y número tres, después de Cristo. Hubo un cambio. Hubo una restauración. Hubo una salvación. Así que comencemos. Vayamos a la palabra de Dios. Pero antes déjame contarte quién era Pablo. Se llamaba Pablo de Tarso. A partir de su conversión recibe en el libro de los hechos el nombre de Pablo. Pablo encarcelaba a los creyentes. Y cuando eran condenados a muerte, él daba su voto. Además fue criado en la obediencia de la ley y en la piedad judía tradicional. Más adelante lo vamos a ver cómo es todo su currículum. Y su padre era un fariseo estricto. Y también fue ciudadano romano, lo cual eso le salvó en varias ocasiones. Él tuvo ese privilegio. Y también Saulo fue el que guardó las ropas de Esteban. Cuando lo apedrearon, él fue el que guardó sus ropas. Y después de esa muerte, Saulo fue el que empieza a organizar lo que es la persecución de la iglesia. El tipo era una pichita. El tipo era un perseguidor de la iglesia. Entonces, antes de Cristo, se llamaba Pablo de Tarso. Había estudiado a los pies de Gamaliel en Jerusalén. Y si puedes ir a Filipenses 3, 4 o 6, ahí es donde nos dice cuál era su currículum. Y la palabra de Dios dice así. Dice, aunque yo mismo podría confiar también en la carne, si algún otro cree tener motivo para confiar en la carne, yo mucho más. Circuncidado al octavo día, el linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos, fariseo, y en cuanto al celo perseguidor de la iglesia. Y cuando la justicia de la ley, hallado irreprensible. Este era el currículum de Pablo. Por ahí puse una foto. Si Pablo estuviera en su sala de su casa, él tuviera estos diplomas. Estos reconocimientos. Ahí en su casa. Israelita, circuncidado, y de eso él se adaptaba. Ahora, ¿qué quiere decir Israelita? Bueno, Israelita quiere decir que no era griego de raza, sino que era del pueblo escogido de Jehová, descendiente del patriarca Jacob. ¿Qué quiere decir circuncidado al octavo día? Que literalmente, cuando nació, al octavo día él fue circuncidado. Ni un día antes, ni un día después, porque así lo marcaba la ley. Ahora, ¿qué quiere decir hebreo de hebreos? Pues, el tipo era judío por parte de su madre, y también por parte de su papá. Él era judío, su papá era fariseo, y era el más escrito. También, fariseo de fariseos. ¿Qué quiere decir fariseo de fariseos? Bueno, pues el cuate era una persona que observaba meticulosamente la ley. Para señalar. También, perseguidor de la iglesia, era muy celoso y no pasaba nada por alto. Además, era irreprensible. Había sido hallado sin culpa alguna. Él creía que agradaba a Dios, pero lo hacía equivocadamente. Estuvo presente cuando mataron a Esteban, y perseguía a los cristianos. Eso era lo que hacía. Hechos 7, 54, del 8 al 3, viene la historia donde Esteban es apedreado. Y dice así, en el versículo 54, dice, Al oír esto, se sintieron profundamente ofendidos, y crujían los dientes contra él. Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios, y dijo, He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios. Entonces, ellos gritaron a una voz, y tapándose los oídos, arremetieron a una contra él, y echándolo fuera de la ciudad, comenzaron a apedrearle, y los testigos pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo, y mientras apedreaban a Esteban, él invocaba al Señor y decía, Señor Jesús, recibe mi espíritu, y cayendo de rodillas, clamó en voz alta, Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Habiendo dicho esto, durmió, y Saulo estaba de completo acuerdo con ellos en su muerte. En aquel día se desató una gran persecución en contra de la iglesia en Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y Samaria, excepto los apóstoles, y algunos hombres piadosos sepultaron a Esteban, y lloraron a gran voz por él, pero Saulo hacía estragos en la iglesia, entrando de casa en casa, y arrastrando hombres y mujeres, los echaba a la cárcel. El cuate perseguía a los cristianos. El cuate no solamente a los que estaban en Jerusalén, sino que su plan era ir a Damasco, perseguir hombres, mujeres, traerlos presos a Jerusalén, y meterlos ahí. Muchas veces pensamos nosotros que hacemos el bien, o lo hacemos en nuestras fuerzas, de acuerdo a nuestro conocimiento, y pretendemos hacer las cosas, pero no es así. No es hasta que tenemos un encuentro con Jesús, que nuestra vida cambia. Así Pablo. Pablo pensaba que él estaba haciendo el bien. Pablo pensaba que él estaba sirviendo a Dios, pero lo estaba haciendo de una manera equivocada. En ocasiones nos volvemos muy legalistas. ¿Has estado ahí? ¿Yo he estado ahí? Me vuelvo legalista pensando que hacemos las cosas bien, en la manera en que aconsejamos a alguien, y en lugar de darle esperanza, lo agarramos a bibliazos. Quizás yo no estoy apedreando a alguien literal, pero en ocasiones me encuentro juzgando a mis hermanos, creyendo que yo soy mejor, creyendo que yo lo hago mejor, o también, cuando solo quiero que alguien pase un mal rato, hago un comentario fuera de lugar, con la intención de lastimar a alguien. ¿Has estado ahí? Entonces, esa era la vida de Pablo. Perseguir a la iglesia, meter a la cárcel a los creyentes, pero llega el momento en el que se encuentra con Jesús, y su vida cambia. Y aquí viene su conversión. Hechos 9.1 al 9 lo dice de esta manera. Saulo, respirando todavía amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, fue al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos que pertenecieran al camino, tanto hombres como mujeres, los pudiera llevar todos a Jerusalén. Y sucedió que mientras viajaba, al acercarse a Damasco, de repente resplandeció en su derredor una luz del cielo, y al caer a tierra, oyó una voz que le decía, Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Y él dijo, ¿quién eres, Señor? Y él respondió, yo soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate, entra a la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Los hombres que iban con él se detuvieron atónitos, oyendo la voz, pero sin ver a nadie. Saulo se levantó del suelo, y aunque sus ojos estaban abiertos, no veía nada, y llevándola por la mano, lo trajeron a Damasco, y estuvo tres días sin ver, y no comió, ni bebió. Imagínate Pablo yendo a perseguir a los creyentes, y se encuentra con el jefe de jefes. Cae al suelo, y dice, ¿quién eres? Y Jesús se le revela, y le dice, soy Jesús, ¿por qué me persigues? Y después Jesús le da instrucción. Siempre cuando nosotros tenemos un encuentro con Jesús, Él te va a decir quién eres, y te va a dar instrucción. Te va a decir lo que tienes que hacer. Y déjame contarte una historia. En este último año, como iglesia en Horizonte Querétaro, estamos siendo más intencionales con la gente. Nos dimos cuenta porque la gente llegaba, pero así como llegaba, se iba. Y hace dos años, el equipo pastoral y el equipo de diáconos, estuvimos orando y pidiéndole a Dios que nos diera claridad de cómo dar seguimiento a las personas que llegaban. Y armamos lo que fue la ruta de la estructura de la iglesia, y se llama Siguiendo a Jesús. Entonces, hicimos esa ruta, y todavía después de que habíamos hecho esa ruta, vimos que hacía falta algo. Y después de ahí, surgió lo que es la bienvenida. Nosotros en Horizonte Querétaro, les damos la bienvenida a las personas que nos visitan por primera vez. El pastor o el predicador que está en el servicio, al final hace un llamado. Y si la gente responde, nosotros los llevamos a un salón donde hacemos tres preguntas. ¿Cómo llegaste a Horizonte? ¿Cuánto tiempo llevas en Horizonte? ¿Y cuál fue la razón por la cual te pusiste de pie? Y empezamos a conocer a la persona, y le damos la bienvenida. Y hace algunos meses, llegó Ismael. Ismael, de oficio, es estilista. Y llegó por primera vez, escuchó el Evangelio, alguien lo invitó de la iglesia, y decidió ponerse de pie ese día, y pasó a la bienvenida. Ahora, Ismael traía muchas dudas, traía muchas preguntas. ¿Y sabes qué era lo que batallaba Ismael? Batallaba con homosexualismo. Pero a medida que él seguía escuchando la palabra, seguía escuchando la palabra, y platicaba con el liderazgo, su mente fue cambiando. Los primeros días yo me acuerdo que platicaba con él, y él me decía, Marco, ¿pero por qué yo no puedo ser feliz? Yo quiero ser feliz. Yo me casé y no fui feliz, y ahora por eso estoy buscando mi felicidad con un hombre. Quiero ser feliz. Y yo le decía, Bro, pero eso Dios no te ha llamado a ser. Dios no te llamó a ser feliz. Algo que te llamó a ser Dios es a estar con él. Él seguía viniendo, cada martes él salía enfadado, cada martes él salía enojado. Pero llegó un momento donde la palabra hizo efecto en su corazón, y ese Jesús del que te estoy hablando, se le reveló a él. ¿Un miércoles de oración? Todos los miércoles tenemos miércoles de oración, y estamos enseñando a la iglesia cómo orar de acuerdo a la palabra. Y un miércoles él levanta la mano y dice, yo quiero confesar públicamente que Jesús me libró del homosexualismo. Ese día fue glorioso. Ese día fue extraordinario. Ismael ahora sirve con nosotros en la bienvenida. Y utilizamos su testimonio para que lo pueda compartir con otras personas. Y Dios se glorifica. Y ese es el testimonio de él. Entonces, regresamos otra vez a con Pablo. Su ceguera. Cuando él cae al suelo, se le ponen unas escamas en los ojos. Y él necesita de alguien para que ore por él y para que esas escamas se le quiten. Y veamos qué dice Hechos 19, perdón, Hechos 9 del 17 al 19. Dice, Ananías fue y entró a la casa. ¿Te acuerdas que Jesús habla con Pablo y le dice, ve a la casa de Ananías? Y le da la dirección. Le dice por dónde ir. Entonces Ananías entra a la casa y después de poner las manos sobre él, dice, hermano Saulo, el Señor Jesús que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo. Al instante, cayeron de sus ojos como unas escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado, tomó alimentos y cobró fuerzas y por varios días estuvo con los discípulos que estaban en Damasco. ¡Wow! Aquí yo puedo ver un Pablo que a pesar de que tenía todo su currículum, él fue obediente a lo que Dios le dijo. Y chécate esto, así como se le cayeron las escamas de sus ojos, así cayeron las escamas de nuestros ojos espirituales. Estábamos ciegos, no podíamos ver, recobramos la vista y ahora podemos ver mejor. Fue obediente, se bautizó, hizo su confesión pública de que era seguidor de Jesús y vivió en comunidad estando con los discípulos por varios días. ¿Te acuerdas de la historia de Felipe y el eunuco? Cuando Dios llama a Felipe y por medio de un ángel le dice que vaya a un camino desértico y ahí se encuentra el eunuco que venía de adorar a Dios de Israel. Y el eunuco ya conocía a Dios. El eunuco ya sabía quién era Dios porque él ya había ido a adorarle. Se encuentra con el eunuco y el eunuco empieza a leer la palabra, el libro de Isaías, pero tenía muchas dudas y tenía muchas preguntas. Y una de sus preguntas del eunuco era ¿De quién está hablando el profeta? ¿Está hablando del mismo o está hablando de alguien más? Y Felipe le empieza a enseñar, le empieza a aclarar esas dudas, le predica el Evangelio y después el eunuco dice ¿Dónde hay agua? ¡Me quiero bautizar! Hermanos, el bautizo es un paso de obediencia a Dios. Yo no sé si tú ya te has bautizado, pero si tú no te has bautizado yo te animo a que tú des ese paso de obediencia. En ocasiones Dios permite esas escamas para que alguien más nos ayude y podamos recobrar la vista con ayuda de alguien más. Pablo llegó a ese punto de necesitar a alguien más y después fue bautizado. A pesar de su conocimiento, Pablo fue obediente y eso es lo que representa el bautismo. Es hacer lo que ya ha pasado en lo íntimo y confesar públicamente a Jesús como el Señor de tu vida. Algo muy interesante también es de que Pablo después de que se bautizó, comió, retomó fuerzas y pasó tiempo con los discípulos. Él se discipuló. Él estuvo bajo autoridad. Yo no sé cuál sea la dinámica de iglesia aquí en Horizonte TX, pero me imagino que hay grupos, me imagino que hay discipulados, me imagino que hay una estructura también y no importa los años que tengas de creyente. No importa los años que lleves en el Evangelio. Pablo tenía un currículum y aún así se sometió bajo la autoridad, se discipuló, se bautizó. Así que yo te animo a que tú puedas también integrarte a la dinámica de iglesia. Pablo se sometió bajo la autoridad, vuelvo a mencionar, a pesar del tiempo que ya tenía, Pablo mostró humildad y en ocasiones es interesante como vemos personas que pensamos que por los años que tenemos en el Evangelio tenemos ciertos beneficios y que podemos brincar procesos porque tenemos las palancas celestiales. ¿Has conocido a alguien así? Amén, dice el hermano. Entonces, es algo que Pablo nos modeló. Es algo que podemos ver a lo largo de la vida de Pablo. Pero nadie creía en él. Imagínate, Pablo tuvo que ir a Bernabé a presentarlo a los discípulos porque el ananí le tenía miedo. Decía, señor, pero este cuarto asesinó a los creyentes. ¿Cómo me mandas tú a mí con él? Y llega Bernabé, chécate lo que dice Hechos 9.26, cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos y todos le temían, no creyendo que era un discípulo, pero Bernabé lo tomó, lo presentó a los apóstoles y les contó cómo Saulo había visto al Señor en el camino y que él le había hablado y cómo en Damasco había hablado con valor en el nombre de Jesús. Y estaba con ellos moviéndose libremente en Jerusalén hablando con valor en el nombre del Señor y también hablaba y discutía con los judíos helenistas, más éstos intentaban matarlo, pero cuando los hermanos lo supieron lo llevaron a Cesárea y de ahí lo enviaron a Tarso. Entretanto, la iglesia gozaba de paz por toda Judea, Galilea y Samaria y era edificada y andando en el temor del Señor y en la fortaleza del Espíritu Santo seguía creciendo. Todos le temían al Pablo y no creían lo que ahora era un discípulo por su pasado. ¿Sabes? Nuestro pasado nos sigue y nos culpa. Porque muchas veces no son las personas sino nosotros mismos a veces somos los que creemos que Dios no puede transformarnos. Pero hay un Bernabé, encuentra un Bernabé, ¿tienes un Bernabé alrededor tuyo? ¿O tú eres un Bernabé para alguien más? Ahora, ¿qué quiere decir Bernabé? Bernabé es una persona que trae gracia, que trae gozo, que trae ánimo y te ayuda a seguir hacia adelante. Nosotros como Horizonte Querétaro, no sé si alguien de aquí ha ido, pero tenemos una conferencia que se llama Bernabé y de eso se trata, de dar ánimo, de traer esperanza, de dar gozo. Pregunta, ¿eres tú un Bernabé para alguien? Pregunta, ¿necesitas un Bernabé en tu vida? ¡Claro! ¡Claro! ¿Hasta aquí vamos bien Iglesia? ¿Le estoy diciendo claro? Bien, pasamos al tercer punto que es después de Cristo. Después de haberse encontrado con Jesús, su vida cambió. Su vida de Pablo fue transformada y fíjate lo que dice, cuando fui a nosotros, 1 Corintios 2, 1 al 5, cuando fui a vosotros hermanos, proclamándose el testimonio de Dios, no fui con superioridad de la palabra o de sabiduría, pues nada me propuse saber entre vosotros, excepto a Jesucristo y este crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad y con temor y mucho temblor. Y ni mi mensaje, ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder para que vuestra fe no descanse en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. Pablo ahora, después de conocer a Cristo, después de entregarle su vida a Cristo, empieza a proclamar el Evangelio. ¿Y sabes qué es lo que hace? Empieza a enfocarse en lo que es el Evangelio, en lo que es Jesucristo y el crucificado. Él no se enreda en otras conversaciones. Él se enfoca en lo que Jesús le llamó a hacer. Pablo ahora proclama el Evangelio y lo hace de una manera sencilla, sin adornar el Evangelio. Y no se propuso hablar otra cosa más que el Evangelio. No utiliza un vocabulario grande, no empieza, ah, esto quiere decir en arameo, esto quiere decir en hebreo, no. Él empieza a proclamar el Evangelio. Ahora, ¿sabes qué quiere decir el Evangelio? ¿En cuatro palabras? Cristo en mi lugar. Así de sencillo. Así de simple. Pero ahora queremos adornarle el Evangelio. Queremos usar un vocabulario muy grande, dando, aparentando que nuestro vocabulario griego lo tenemos bien dominado, y que la exégesis y que la hermenéutica, no, fue muy sencillo lo que Pablo hizo. Fue muy sencillo. Cuando Jesús transforma, nuestra manera de hablar también cambia. Nuestra manera de actuar también cambia. Incluso nuestra manera de dirigirnos a las personas. Nuestras conversaciones ahora se tratan de Jesús y eso es lo que deben de tratarse nuestras pláticas. Pregunta, cuando tienes una plática con un hermano, ¿de qué hablan? ¿Hablas de Jesucristo y el resucitado? ¿Crucificado, perdón? ¿O cuáles son tus pláticas? Y a mí me encanta Hechos 4.13 porque dice que Pedro y Juan eran dos personas que eran sin estudios. Pero la gente se maravillaba la manera que hablaban, la manera que se comportaban, y la gente decía, esos dos cuates habían pasado tiempo con Jesús. Y ese es el poder del Evangelio. Cuando tú estás cerca de Jesús, andas como Jesús, hablas como Jesús, actúas como Jesús. Uno de mis versículos favoritos es Juan 15.5 Yo soy la vid y ustedes los pámpanos. El que permanece en mí y yo en él, ese dará mucho fruto porque apartados de mí nada pueden hacer. Entonces cuando tú permaneces en Cristo y él en ti empieza a ver un fruto. Mirá lo que Pablo estaba haciendo aquí. Se le cayeron las escamas, él proclamaba el Evangelio, sus conversaciones eran de reino, él tenía esa relación con Cristo, por eso sus conversaciones eran de reino. Ahora, esas deben de ser nuestras conversaciones. Eso es lo que nosotros tenemos que estar continuamente hablando, Jesús, acerca de Jesús, acerca de Jesús, para que más personas puedan llegar al Evangelio. Amén. Bien. Ahora Pablo da una evidencia de que es un verdadero discípulo, un siervo de Dios, y cuando el Señor nos transforma así como a Pablo, hay una evidencia, hay veces que es poquita, hay veces que es mucha, pero hay una evidencia. Habrá oposición, pero tenemos esperanza. Y me encanta porque cuando Pablo está proclamando el Evangelio, hay oposición. Lo empiezan a perseguir, lo empiezan a encarcelar, lo apedrean, pero es porque él está haciendo el propósito de Dios. Si tú estás en tu trabajo y personas de tu trabajo no saben que tú eres creyente, nunca va a haber oposición. Pero si tú les compartes el Evangelio, va a empezar la oposición. Se van a reír de ti, se van a burlar de ti, pero ¿sabes? Eso es fruto de proclamar el Evangelio. Y aquí vemos a Pablo que no le fue bien. Ahora él estaba sintiendo lo que él hacía. Fíjate lo que pasa cuando lo apedrearon. Hechos 14, 19 al 20, dice, pero vieron algunos judíos de Antioquía y de Iconio y habiéndose persuadido a la multitud, apedrearon a Pablo y lo arrestaron fuera de la ciudad. Me encanta porque dice, pensando que estaba muerto, pero mientras los discípulos lo rodeaban, él se levantó y entró a la ciudad y al día siguiente partió con Bernabé a Derbe. Imagínate la madrina que le ponían a Pablo. Que aquí hasta él, yo creo que se hizo el muertito, para que no le siguieran pegando. Pero dice, él se levantó, entró a la ciudad y al día siguiente partió con Bernabé. Y eso no lo paró. Él seguía proclamando el Evangelio. Él seguía compartiendo las buenas noticias. Estamos en una carrera de la vida donde muchas veces las circunstancias nos dejarán, así como a Pablo, tirados, casi muertos. Pero tenemos una esperanza y es de aquel que nos transformó y que está preparando un lugar para nosotros. Esa es nuestra esperanza. Que Cristo ya tiene un lugar para ti y para mí. Ahora corramos, corramos hacia esa meta donde la corona va a estar esperándonos. A mí me encantaría escuchar esas palabras de un buen siervo fiel. En lo poco me serviste, en lo mucho te bendeciré. Pasa a regocijarte con el Señor. Y le voy a pedir a la banda que se vaya preparando. Bien, vamos a envolver esto. Cuando tenemos un encuentro con Jesús, Él nos cambia. Cambia planes, cambia propósito, cambia destino. De tal manera que no importa lo que venga, entendemos que somos creados para Él y para su gloria. Si tú aún no has tenido ese encuentro con Jesús, yo te animo a que puedas venir ante Él y que des esa vuelta en Ú. Así como Pablo, que iba camino a Damasco haciendo lo que le gustaba hacer, perseguir a los cristianos, pero se encuentra con Jesús y su vida cambia por completo. ¿Te gustaría que tu vida fuera transformada? ¿Te gustaría eso? Así que, vamos a orar. Pero déjame contarte algo. Desde el viernes, yo había mandado mi prédica. Mandé la prédica, mandé las presentaciones, pero ayer estaba repasando esta prédica y el Señor me inquietaba. El Señor me inquietaba y yo lo borraba y lo volví a poner y oré. Y dije, Señor, ¿qué quieres que yo haga en esta parte? Y me llevaba a esto. Voy a hacer ahorita dos oraciones, esperando que te identifiques con una. ¿Va? Si te identificas con la primera, haz la tuya. Y si no, quizás sea la segunda oración con la que te identifiques. ¿Te parece? Así que, cierra tus ojos, inclina tu rostro y vamos a orar. Padre celestial, gracias por este momento. Gracias por permitirnos escuchar tu voz y que por medio de la vida de Pablo estás hablando a mi vida el día de hoy. Hoy me quiero arrepentir de mis pecados, los cuales tú ya conoces, y que este domingo 15 de octubre del 2023 quede grabado en mi corazón que he decidido seguir a Cristo Jesús. Quiero cambiar de rumbo. Ya no quiero seguir viviendo a mi manera. Ya no quiero seguir viviendo para mí. Ahí mientras yo sigo orando, hermanito o hermanita, sigue orando. Ora a Dios y pídele perdón en tus propias palabras por cada uno de tus pecados. Mi Dios, tu palabra dice que cuando un pecador se arrepiente hay una gran fiesta en el cielo. Nos gozamos aquí en la tierra porque tú estás reconciliando gente contigo. Y también, Señor, tú nos has dado el ministerio de la reconciliación. Como si nosotros les rogáramos ¡reconcíliense con Dios! dice tu palabra. Así que, Señor, gracias por que estás rescatando, gracias por que estás trayendo gente a tu luz admirable, permita que como Pablo puedan ser obedientes a ti y puedan integrarse a las dinámicas de la iglesia, que puedan ser bautizados y que puedan seguir fortaleciendo su fe. Así como estás, con tus ojos cerrados y con tu cabeza inclinada, ¿hay alguien que hizo esta oración suya? ¿Propia? ¿Hay alguien que el día de hoy se arrepintió por sus pecados y ha decidido seguir a Cristo Jesús el día de hoy? Una persona allá atrás, gloria a Dios por eso. Otra persona acá enfrente, gloria a Dios por eso. Bien. Ahora, viene la segunda oración. Mi Dios y Rey, te damos gloria y honra porque eres bueno. Y esta oración es porque quizá hay hermanos que ya entregaron su vida a ti, que ya te conocen, Señor, pero los sufrimientos por causa del evangelio le han hecho dudar, le han hecho dejar de servir o incluso lo han hecho dejar de involucrarse dentro de la iglesia. Señor, o quizás están enojados contigo y han perdido su primer amor. Señor, restáuranos. Te necesitamos. Tú eres digno y nosotros somos necesitados. Ayúdanos a fortalecer nuestra relación contigo y permanecer en tu palabra para la fama de tu nombre. Y que el día de hoy, 15 de octubre del 2023, sea el día en que quiero rededicar mi vida a ti. En Cristo Jesús. Amén. Así como estás, con los ojos cerrados, ¿alguien hizo esta segunda oración suya? Acá una gloria a Dios por eso. Allá atrás dos personas, gloria a Dios. Allá alguien más, gloria a Dios. Allá atrás también, gloria a Dios. Así que el resto, termina tu oración. Ponte a cuentas con Dios. Y cuando termines tu oración, ponte de pie y alabemos a nuestro Dios. Horizonte Tequisquiapan Somos una iglesia que confía, camina y comunica a Cristo. Acompáñanos domingo a domingo. Te esperamos.

Listen Next

Other Creators